Málaga no es solo su vibrante capital; también es su gastronomía, los pueblos singulares o el Caminito del Rey.
Málaga es Picasso, sus pueblos blancos, los chiringuitos en las playas de la Costa del Sol, la Semana Santa y, si quieres, es hasta Antonio Banderas... ¡Aquí te proponemos 6 planes alternativos para descubrir Málaga y sus alrededores!
Al Pompidou sin cambiar de país
El futuro es de los museos franquicia. Las instituciones más importantes ya se expanden en el mapa del arte contemporáneo a base de replicar sedes en diferentes países. Es el caso, por ejemplo, del Louvre, o del Pompidou, que abrió su primera sede fuera de París en Málaga, en el año 2015.
El Muelle Uno es una de las zonas de moda de la ciudad. Allí es donde se ubica la primera experiencia internacional del Pompidou. Caminando por el paseo, aparece pronto la vista del Cubo, un volumen de cristal colorido de 16 m de alto, que diríase funciona casi como un faro cultural. Es ya una de las señas de identidad de la ciudad y uno de los museos imprescindibles que ver en Málaga.
En el interior del Centro Pompidou de Málaga aguarda un emocionante recorrido por el arte de los siglos XX y XXI, con algunas obras excepcionales de Frida Kahlo, John Currin o Francis Bacon, solo por citar algunos nombres de la alineación galáctica con la que cuentan.
Y mucho más arte
El arte moderno es un destino malagueño por sí solo… Y es que el proyecto MAUS- Málaga Arte Urbano Soho y el Centro de Arte Contemporáneo aparecen en el plano como dos satélites que orbitan alrededor del centro Pompidou. Ambos están en el barrio más cultureta de la ciudad, el Soho, ideal para perderse por él en una segunda visita a Málaga.
En este antiguo barrio marinero, los comercios de toda la vida y las calles peatonales dialogan ahora con diferentes iniciativas de arte urbano. Hay que seguir la ruta que propone Street Art Malaga para ver obras como las de D’Face y Obey, de sorprendente tamaño XXL. Hay otros muchos más artistas, entre los que destacan Faith47, Dal East, Manuel León, Pejac, Dadi Dreucol o Felipe Pantone.
Como remate, el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga es todo un emblema del arte en Andalucía. Desde su apertura en 2003, tras rehabilitarse un antiguo mercado mayorista, se ha convertido en un espacio de reflexión y exposiciones, pasando por él importantes figuras del panorama internacional.
Un caminito del Rey sostenible
La fama de ser uno de los caminos más peligrosos del mundo que se ganó en la década de los 90 le llevó a ser el centro de atención para todos los aventureros. Por ello, estaba cantado que con su rehabilitación a finales de marzo del 2015 se iba a convertir en uno de los imprescindibles de Málaga. Cada vez hay más gente que no quiere perderse la experiencia vertiginosa de recorrerlo, ahora sí, con las necesarias medidas de seguridad.
A poco más de 65 km de la capital, el Caminito del Rey es en uno de los planes estrella que hacer cerca de Málaga. Eso sí, si estás pensando en recorrerlo en una próxima visita, cuenta con planificarlo con antelación. Resulta que, conscientes de la presión significativa en el entorno natural de tantos visitantes, se ha limitado el acceso a 1100 entradas diarias en diferentes franjas horarias. Se pueden reservar en la web oficial. ¡Corre, que vuelan!
Vinos con mucha química (pero totalmente ecológicos)
La Axarquía es una de esas zonas que hay que visitar sí o sí en los alrededores de Málaga, y su visita es un plan perfecto para aquellos que se definan como enoturistas. Se encuentra en la parte más oriental de la provincia y se extiende tanto por la costa como por el interior. Es precisamente en el interior donde hay que mirar si lo que a uno le interesa es hacer un poco de enoturismo. Aquí se encuentran algunos de los mejores vinos de Andalucía y moscateles de España.
El paisaje está lleno de cepas de Alejandría traídas por los fenicios siglos atrás, aunque cada vez hay más Romé. El municipio de Sedella es un buen ejemplo del fuerte tirón que están teniendo los caldos hechos con esta variedad autóctona. Allí, en las verdes faldas de las sierras de Tejeda y Almijara, el enólogo Lauren Rosillo decidió montar su bodega. Debido a las fuertes pendientes del terreno, el cultivo de las vides centenarias es totalmente artesanal, con animales de tiro y arados romanos. Tal vez ese sea el secreto para uno de los mejores tintos de la comunidad.
Puedes visitar la bodega Sedella de arquitectura moderna, firmada por el arquitecto Paco Varela y totalmente integrada con el paisaje de la Axarquía, mientras catas tres vinos de añadas diferentes y disfrutas de sus maravillosas vistas.
Benalauría y Júzcar contra la despoblación
Mucho se está hablando de la España vacía y del fenómeno de la despoblación, algo de lo que no se ha librado la provincia de Málaga. En ese sentido, vale la pena coger el coche para hacer una pequeña ruta hacia el sur para conocer mejor los alrededores de Málaga. Allí aguardan Benalauría y Júzcar, dos modelos de lucha contra el abandono de las tierras del interior.
Júzcar es un pueblo de la Serranía de Ronda cuyo origen fue casi un secreto militar de Felipe V y que hoy vive del enoturismo. Rodeado de bosques y junto al río Genal, fue el enclave perfecto escogido para construir en 1728 la Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, el primer alto horno de España. La hojalata en aquella época era un material clave en la industria militar, pues se usaba para blindar los galeones españoles.
Sin embargo, cerró poco después de abrirse, en 1786, y vio llegar el siglo XXI prácticamente en ruinas, hasta que fue convertido en un centro de viticultura ecológica, monumento histórico industrial y alojamiento singular. Solo 33 km separan la antigua fábrica de hojalata de Benalauría. Eso sí, la A369 es una colección de curvas; pero vale la pena recorrerla lentamente para ver la ristra de pueblos encaramados en la serranía. Uno de ellos es Benalauría, otro ejemplo de cómo el vino y el turismo rural han ayudado a crear argumentos contra la despoblación.
Una ruta de lo más gastro
Que el prestigioso chef Dani García haya renunciado a sus tres estrellas Michelin y haya echado el cierre de su restaurante en Marbella no significa que tengas que dejar de lado la experiencia gastro cuando te plantees qué hacer en la provincia de Málaga. Hay siete estrellas Michelin repartidas por seis establecimientos y un montón de tascas, tabernas, casas de comidas y restaurantes donde disfrutar de la cocina malagueña, en la que no faltan ni recetario ni materia prima.
Todavía hay seis establecimientos en la galaxia Michelin que justificarían cualquier viaje a Málaga. Ahí está el restaurante José Carlos García, junto al Centro Pompidou, con sus propuestas de autor que ensalzan el producto local; el Kabuki Raw, que es un sorprendente concepto nipón en una hacienda andaluza, en Casares; o el Sollo, en Fuengirola, donde el chef brasileño Diego Gallegos ha apostado por la sostenibilidad. Eso sí, sigue siendo Marbella la localidad que más estrellas Michelin concentra en la provincia de Málaga. Es el feudo de El Lago (una estrella), Skina (dos estrellas) y Messina (una estrella).