Tras más de dos décadas de revolución urbana, Bilbao sigue en marcha con nuevos proyectos para el futuro, como el gigantesco desarrollo de la isla de Zorrotzaurre. Sin embargo, todavía mantiene la esencia de lo tradicional, como el Casco Viejo o las afamadas rutas de pintxos. En este post te recomendamos 6 planes originales para una segunda visita a Bilbao.
Hitos de la arquitectura moderna
El Guggenheim puso a Bilbao en el mapa del “turisteo” internacional en 1997. Su llegada fue algo así como el pistoletazo de salida para una revolución que cambió para siempre el rostro gris e industrial de la ría, sobre todo en la margen izquierda. La mejor forma de conocer este cambio profundo que propició que a la ciudad le llovieran elogios y premios de urbanismo internacionales (fue Mejor Ciudad Europea 2018 en los premios The Urbanism Awards) es hacer un tour en barco a lo largo de la ría, un plan perfecto para observar la metamorfosis que ha sufrido la ciudad. Mejor con marea alta, para que la perspectiva sea la ideal. Poco a poco, aparecerán algunos hitos que ver del nuevo Bilbao: el puente Zubizuri, el complejo residencial de Arata Isozaki, la laberíntica pasarela Pedro Arrupe, la piel metálica del Guggenheim, el nuevo icono empresarial de César Pelli o el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna Jauregia. Sin olvidar el nuevo estadio San Mamés, que por las noches se ilumina en un breve espectáculo de luces.
Un ‘souvenir’ de lo más sostenible
Si te gusta comprar suvenires allí donde vas, te proponemos uno muy especial de tu viaje a Bilbao. La palabra de moda no es “fashion”, sino “trashion”. Es decir, la moda realizada con basura. O vaya, más que basura, se trata de que te puedes llevar a casa un bolso, una cartera o una bandolera confeccionadas con las lonas publicitarias de PVC que estuvieron colgadas en las calles de Bilbao. A esto se dedican en Rzik, en el casco antiguo, junto a la Catedral: a recuperar materiales que de otro modo acabarían ensuciando un poco más el planeta. No les falta imaginación y podrás encontrar bolsas hechas con cinturones de seguridad de los coches, bolsos con papel, carteras con neumáticos o hasta cinturones con mangueras de bombero. Sin duda, el recuerdo más original que podrás comprar en Bilbao.
Comerse una “felipada” en el Alameda
Qué sí, que en Bilbao lo suyo son los pintxos, pero hay mucha vida gastro más allá del trío clásico del “champi”, el “tigre” o el “txori”. Una de esas delicias de barra rápida que no pueden faltar en una visita a Bilbao es la “felipada”. Se trata de un sándwich de anchoa, lechuga y mahonesa que se inventaron en el Alameda hace más de 60 años y que ha puesto a este bar entre los imprescindibles en cualquier ronda de picoteo local que se precie. La combinación exótica entre lo salado y lo suave de la lechuga untada en mahonesa es como para no olvidar jamás. Los más valientes lo pueden pedir picante, para que no se diga. El plan ideal para aquellos que deseen comer como lo hacen los locales.
Bañarse en la piscina del Azkuna Zentroa
Esta es la piscina definitiva para bañistas culturetas con mono de cloro y una de las cosas más originales que puedes ver en Bilbao. La reforma del galáctico Philippe Starck en la antigua Alhóndiga de Bilbao (hoy Azkunza Zentroa) dejó en todo el edificio algunos rincones sorprendentes, pero ninguno como el Atrio de las Culturas. Cuando se accede al centro cultural y se pasa por ese espacio, hay que mirar hacia arriba. Allí, a más de 9 metros, se puede ver la evolución de algunos nadadores sobre nuestras cabezas, tal cual estuvieran flotando en un cielo rectangular. Es un efecto buscado por el diseñador francés cuando proyectó las tres piscinas que coronan el edificio. Que nadie se alarme, el vaso de la piscina principal es de vidrio de seguridad.
Zorrotzaure: una isla creativa
La isla de Zorrotzaure está llamada a ser el próximo hito arquitectónico de Bilbao; pero mientras que se culmina el ambicioso proyecto de regeneración urbana que diseñó Zaha Hadid, ya es uno de los escenarios más alternativos para visitar en Bilbao. Un buen número de actividades se han instalado ya en Zorrozaure. Los primeros en llegar fueron la Asociación Haceria. Ya en 2008, surgió el ZAWP (Zorrotzauire Art Work Progress) con su propuesta de conciertos y trabajos escénicos en las naves desocupadas. Cultura y tradición se aúnan perfectamente en espacios como el Open Your, que ocupa la antigua fábrica de galletas Artiach y que cada domingo organiza la propuesta más interesante para los amantes de las compras: el mercado Azaka, 2000 m2 de un especial mercadillo de pulgas cubierto donde encontrar objetos de economía circular, productos ecológicos o un área de diseñadores. También se puede encontrar teatro de vanguardia de pequeño formato en el Pabellón Nº6 o probar tu tabla de skate en el Skatepark Zorrozaurre o, incluso escalar en el rocódromo. Por motivos obvios, la isla de Zorrotzaure no puede faltar en ninguna lista de qué hacer en Bilbao.
Una mesa delante de la ría
Al Guggenheim se va a ver La materia del tiempo, de Richard Serra, el popular Puppy de Jeff Koons, la inquietante araña de Louise Bourgeois o la Crucifixión de Antonio Saura; pero desde 2011, también se puede acudir a comer gracias a la propuesta del chef Josean Alija en el restaurante del museo. Este es nuestro plan para los foodies que planean una escapada a Bilbao. La experiencia en el Nerua es sublime y la prueba de que la sencillez (aparente) puede generar una serie de complejidades de lo más interesantes. Josean Alija se alinea entre los cocineros europeos que crean composiciones con un reducido número de ingredientes que giran alrededor de productos artesanales y de temporada. El resultado es un trabajo de horas y reflexión previa por parte del chef. Por supuesto, el espacio acompaña: se trata de un comedor amplio y diáfano que da protagonismo al gran ventanal con vistas al Nervión. Sin duda, un plan original para disfrutar de la mítica ría de Bilbao.
¿Qué te parece? ¿Buscamos un vuelo barato a Bilbao y nos escapamos?