Ámsterdam no es solo coffee shops, el Museo Van Gogh y el Barrio Rojo. En Ámsterdam hay muchas curiosidades que la convierten en una de las ciudades más ecológicas y sostenibles que puedes encontrar en Europa. Descubre en este post por qué la capital de los Países Bajos es sinónimo de eco.
¡En bici!
En Holanda hay más de 35 000 kilómetros de carril bici que permiten recorrer el país con total libertad de una punta a otra. La ciudad de Utrecht tiene un cruce transitado diariamente por 28 000 bicicletas (según datos de la Unión Ciclista local), y se calcula que el uso de la bicicleta en Holanda da para que cada ciudadano pedalee unos 880 kilómetros al año… Y así, más y más datos que prueban el compromiso del país con las dos ruedas y que lo convierten en uno de los más eco del planeta.
De esta forma, no debería sorprender que Ámsterdam sea una de las mejores ciudades del mundo para recorrerla a pedales. De hecho, el ranking de Copenhagenize Design Company para el año 2019, que puntúa el esfuerzo que dedican 150 ciudades del mundo para implantar la bicicleta como medio eficaz de transporte, situó a Ámsterdam como la segunda mejor, solo por detrás de Copenhague.
En la capital holandesa hay cerca de 500 km de carril bici para llegar prácticamente a todos los rincones y canales de la ciudad. Esto hace que puedas recorrer Ámsterdam reduciendo tu huella de carbono al máximo. Solo tendrás que darle a los pedales… Puedes llegar a los principales puntos de interés o animarte con una excursión más larga por las orillas del río Amstel hasta Ouderkerk aan de Amstel, entre las muchísimas opciones posibles.
Canales y paddel surf
Ya se sabe, Ámsterdam es conocida como “la Venecia del norte”. No es para menos: más de 100 kilómetros de canales, unos 1500 puentes que los cruzan, más de 2500 casas flotantes… La ciudad entera está rodeada de agua, lo cual le da su especial encanto. Sobre todo, el área construida en el siglo XVII, donde el valor histórico de los tres canales concéntricos llevó a la Unesco a declararlos Patrimonio de la Humanidad.
Más allá del reconocimiento, los canales de Ámsterdam son una maravilla estética por sí solos y regalan más de una curiosidad, como el famoso puente de los 15 puentes, en la esquina de las calles Reguliersgracht y Herengracht. Su sobrenombre le viene perfecto: desde él se ven 14 puentes distintos (el decimoquinto es el que estás pisando). Vuelve de noche, cuando te podrás hacer con una de las fotos más espectaculares de Ámsterdam para tu Instagram.
Lo más divertido sin duda es navegarlos. Hay casi tantas formas de recorrerlos como canales. Lo más típico es una excursión con alguna de las empresas de cruceros que ofrecen el servicio; pero hacerlo con amigos en hidropedales o en kayak, o incluso en paddle surf como se ha puesto de moda últimamente, lo hace más divertido, ¡y mucho más ecológico!
Libre de emisiones de CO2
La urgente necesidad de contener el incremento de temperatura global ha hecho que Europa se declare en urgencia climática. El Parlamento Europeo aprobó en noviembre de 2019 una resolución con la que señalaba que el planeta estaba sufriendo una "emergencia climática".
En este sentido, Ámsterdam es una de las ciudades más ecológicas y que más compromiso ha adoptado frente a esta situación: para 2050 se propone ser la primera ciudad europea libre de emisiones de CO2. Pretenden alcanzar dicho compromiso con una estrategia centrada sobre todo en la movilidad sostenible, eliminando así las emisiones de CO2 vinculadas al transporte, tanto público como privado.
Ámsterdam tiene previsto sustituir completamente los autobuses diésel por modelos de cero emisiones y aumentar la flota de taxis eléctricos. A la vez, se está implementando un plan económico para la sustitución del parque motorizado más antiguo por vehículos eléctricos entre los particulares. Además, los vehículos más contaminantes tendrán restringido su acceso a diversas zonas de la ciudad. Si lo logran, Ámsterdam será una de las capitales más eco del mundo.
Sobras deliciosas
El desperdicio de alimentos es un problema mundial: se calcula que dentro de la Unión Europea cerca de 100 millones de toneladas de alimentos se lanzan a la basura. Aparte de los problemas morales que ello puede comportar, también tiene gravísimos efectos económicos y ecológicos, pues no hay que olvidar que la producción de alimentos también genera un fuerte impacto ambiental.
Así pues: no desperdiciar alimentos es una forma efectiva de combatir el cambio climático. Algo que promociona la asociación Waste to Taste de Helsinki desde el 2016. Pues bien, en Ámsterdam podrás conocer uno de los restaurantes mundiales que se han acogido al proyecto: uno de la cadena Instock.
En el restaurante de Ámsterdam eco se preparan desayunos, almuerzos o cenas usando excedentes de alimentos: en lugar de tirarlos, acaban en tu plato. En su carta podrás probar hasta ocho platos cocinados con diferentes técnicas de conservación. Imaginación no les falta, y además los platos están deliciosos. En los últimos cuatro años, el equipo del Instock Restaurant calcula que han reaprovechado un total de 480.000 kilos de comida.
Ámsterdam para turistas poco turistas
La masificación turística también acaba siendo un problema de sostenibilidad de las ciudades. Por ello, cada vez más se buscan alternativas al turismo tradicional. Con el proyecto de turismo sostenible The Untourist Guide to Amsterdam (editorial Querido y también en la web) vas a encontrar un buen puñado de planes alternativos con los que explorar de una forma diferente la ciudad.
La simpática guía invita a explorar calles, mercados, jardines, mercadillos urbanos, comercios y espacios singulares fuera de los circuitos típicos de los free tours. Entre las opciones: plantar verduras en huertos urbanos, clases de cocina, pescar basura en los canales o incluso divertidas 'ceremonias de boda' con locales.
Un aeropuerto verde
Mantener un aeropuerto en marcha puede suponer una enorme huella de carbono, si es que la explotación se hace sin tener en cuenta medidas mínimas de sostenibilidad. Afortunadamente, el nuevo siglo nos ha traído mayor concienciación sobre el problema y cada vez más aeropuertos y aerolíneas están realizando un gran esfuerzo para reducir sus emisiones.
En la vanguardia de acciones, está el aeropuerto de Ámsterdam, gestionado por el grupo holandés Schiphol. El consumo responsable de la energía pasa por su uso eficiente y el máximo ahorro, pero también por consumir electricidad generada de la forma más limpia posible. El grupo aeroportuario -que opera en Ámsterdam, Eindhoven, Rotterdam y Lelystad- tiene un acuerdo con el proveedor de electricidad para que sus aeropuertos se alimenten únicamente de energía sostenible generada en Holanda: la meta es que a partir de 2020 consuman energía generada de parques eólicos holandeses de nueva construcción.
El objetivo más ambicioso es el que se han marcado para reducir las emisiones de CO2 por viajero a 1,35 kg en 2020. Ya en 2017, lograron una reducción a 1,52 kg de CO2 por pasajero, así que parece que van por buen camino. Sin duda, aterrizar en un aeropuerto así para descubrir una ciudad apasionante como Ámsterdam es una gozada por partida doble.
¿Qué te parece? ¿Buscamos un vuelo barato a Ámsterdam y nos vamos ya mismo?