Hojas de árboles amarillentas, atardeceres, castañas… muchas imágenes nos vienen a la mente al oír hablar del otoño. Los meses de verano ya han quedado atrás y parece que entramos en la época de abrigarnos y quedarnos en casa... Espera. ¿Quedarnos en casa? Eso es discutible. Viajar en otoño se ha convertido en la mejor opción por muchos motivos. ¿Lo dudas? Recopilemos algunos:
-
Ciudades más cómodas
Algo que parece obvio, pero que a veces no lo valoramos lo suficiente: los turistas masifican las ciudades en verano y durante el invierno, pues eso, “hibernan”. Por tanto, las ciudades están mucho más tranquilas y puedes disfrutarlas sin agobios ni colas. -
Conocer el día a día
Muchas ciudades se transforman en verano y vuelven a su vida normal en otoño… Al descubrirlas en estos meses conocerás cómo es el día a día de sus habitantes y podrás hacerte una idea más clara de cómo es la vida allí. -
Mejor clima
¿Cuántas veces has tenido que volver a tu hotel en verano para desconectar de tanto calor? Esto, obviamente, no te pasará en otoño. Haz este ejercicio mental: imagínate paseando tranquilamente por ciudades mediterráneas a 20 grados… -
Destinos diferentes
Hay ciudades que parecen existir solo en otoño. Destinos que no visitarías en otra época del año. Zonas como Centroeuropa o los países nórdicos parecen vestirse de gala en estos meses del año para recibir al visitante. Viena, Praga, Estocolmo o Brujas, por citar algunas ciudades, te esperan con los brazos abiertos. -
Escapar de la rutina
Los meses entre verano y navidad parecen destinados siempre al trabajo y a la rutina diaria: si eres de los que no puedes elegir vacaciones largas en estos meses, sí que te mereces una escapada de fin de semana. ¡Aprovéchala para cargar pilas! -
Más barato
Algo obvio para terminar: no estás en temporada alta, por tanto, los precios serán mucho más baratos, tanto de vuelos como de hoteles. ¿No nos crees? ¡Compruébalo! No solo baja la afluencia de turistas, también los precios se apuntan a esta tendencia.
¿Te has animado? Pues ya sabes: no solo del verano viven nuestros viajes.