A 30.000 pies por viajeros para viajeros

Resultados

18º Festival Internacional de Cine de Marrakech

Del 29 de noviembre al 7 de diciembre se celebra en Marrakech una de las citas culturales más importantes de Marruecos. El Marrakech International Film Festival cumple su edición número 18 y promete volver a ser un punto de encuentro imprescindible para los amantes del cine.

+ info

¿Tienes cuatro días por delante? ¡Pon rumbo a Marrakech!

Marrakech es una ciudad fascinante, repleta de atractivos para el viajero tanto culturales como arquitectónicos, artísticos, gastronómicos y, por supuesto, humanos.

+ info

Marrakech en colores

Si París es la ciudad de la luz, y Lisboa la ciudad blanca, Marrakech es conocida como la ciudad roja por el color de sus muros y de muchas de sus construcciones. Pero basta pasearla un poco para darse cuenta de que el rojo se queda corto. Por eso, os proponemos una visita en colores a una de las ciudades más fascinantes de Marruecos.

BLANCO: Nada más aterrizar, sacaréis la cámara, seguro. Y es que el aeropuerto Marrakech Menara es la primera sorpresa del viaje. Es uno de los más importantes del país, y entre 2006 y 2008 se hizo una ampliación que incorporó una impresionante estructura blanca que combina elementos modernos y tradicionales, y juega con las luces y las sombras, provocando un efecto diferente según la hora del día.    

VERDE: Los marroquíes son gente muy acogedora, así que cuando lleguéis a vuestro alojamiento, seguro que enseguida os ofrecerán un té a la menta. Será el primero, pero no el último. Podría decirse que es, casi casi, la bebida “oficial” de la ciudad, y veréis menta por todas partes. Además de la que os pongan en el té, vale la pena meterse en el zoco y buscar una pequeña parte, menos turística, donde, además de pijamas y aceitunas, encontraréis algunos puestos de venta de menta. Mientras estuvimos allí, muchas mujeres se acercaron a comprar y eligieron decididas el ramillete que preferían. Al parecer, hay muchos tipos diferentes, ¡pero ni la fotógrafa ni yo fuimos capacesde diferenciar unos de otros!  

NARANJA: Y si el té a la menta es la bebida oficial de la ciudad, en Jamaa el Fnaa lo que se impone es el zumo de naranja. La plaza más famosa de la ciudad, siempre bulliciosa, está llena de carromatos donde os prepararán un delicioso zumo de naranja o de pomelo, a cualquier hora del día. Es imposible no sucumbir a ellos, aunque sólo sea porque llevar uno en la mano es la única forma de que dejen de reclamaros a gritos desde cada puesto de zumos.

AZUL: Un paseo por el Jardín Majorelle es suficiente para entender por qué Yves Saint Laurent y su pareja, Pierre Bergé, se enamoraron del lugar y decidieron comprarlo y restaurarlo. Es, quizá, uno de los lugares más sorprendentes de Marrakech. Lleva el nombre de Jacques Majorelle, un pintor orientalista francés que se instaló allí en 1923, y que en 1931 hizo construir un estudio de un azul tan peculiar que se ha bautizado como “azul Majorelle”. A su alrededor, el jardín es otra obra de arte, viva, pues está lleno de plantas exóticas y especies raras que él traía de vuelta de sus viajes. Además, ahora hay también un pequeño memorial dedicado a Saint Laurent, que salvó el lugar de un proyecto inmobiliario que lo habría hecho desaparecer.

FUCSIA: Se cuela por la ciudad, en el lugar más inesperado. Este color os llamará la atención cuando os sentéis en la terraza de un bar como el Nomad, cuando miréis las vistas de la ciudad, o cuando subáis la escalera de la terraza de la Maison de la Photographie (muy recomendable, por cierto, aunque quizá más por la terraza que por la colección). El fucsia de las buganvilias destaca un poco por todas partes, en azoteas y en ventanas, o por encima de alguna tapia. Es un toque de color puntual, pero que da aún más vida a una ciudad que no para.

NEGRO: es curioso. Seguramente, uno de los últimos colores que asociaríamos con el jabón sería el negro, y en cambio el jabón negro es un producto tradicional muy usado en Marruecos. Lo descubriréis si decidís relajaros en algún hammam, pero no creáis que es un producto “para turistas”: se vende en los mercados y se usa también en los hammams que frecuentan los lugareños (que no tienen nada que ver con los turísticos. Si buscáis experiencias más que relajación, entrad en alguno. Seguro que no lo olvidaréis). La elaboración es bastante artesanal, a base de aceitunas negras y aceite. Es un buen exfoliante y tiene mucha vitamina E, así que os dejará la piel como nueva.   

BEIGE: si habéis decidido alojaros en un riad, es muy posible que el beige sea un color predominante durante vuestra estancia. Los riads son un alternativa muy recomendable a los hoteles, y están cada vez más de moda. Un riad es una casa o un palacio tradicional marroquí con un pequeño patio o un jardín interior. Alojarse en uno de ellos es sumergirse más profundamente en la experiencia marroquí, en un ambiente auténtico. Y la autenticidad viene dada por el respeto a la tradición. Son cada vez más los occidentales que abren riads, y de hecho gracias a ellos se están conservando técnicas como el tadelakt. Durante mucho tiempo, este sistema de revestimiento, a base de cal, fue un símbolo de Marrakech. Poco a poco se fue abandonando, y son ahora los extranjeros los que lo están recuperando. Como Stephan y Xavier, del Riad Snan 13. Ellos apostaron por el beige, el color natural del tadelakt, que ha dado un aire oriental y acogedor a la vez a un riad pequeño de habitaciones preciosas. Un lugar más que recomendable, muy céntrico, donde disfrutaréis de unos desayunos fantásticos y sobre todo de una hospitalidad que sólo tiene un inconveniente: ¡no querréis volver a casa!

¿A qué esperas para disfrutar de esta experiencia única? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto de Anna Guitart

Imágenes de Noemi de la Peña Fillat

+ info

7 experiencias inolvidables en Marrakech

Una vez aterrizados en Marrakech tenemos un sinfín de oportunidades para sumergirnos en esta mágica y vibrante ciudad magrebí. No podemos despedirnos de ella sin visitar:

1.- El Jardín Majorelle 

El Jardín Majorelle es la obra de arte más importante llevada a cabo por el pintor francés Jaques Majorelle, que diseñó durante su estancia en Marrakech en el chalet donde se alojaba.

Se trata de un jardín botánico de lo más exuberante y rico en diferentes especies de plantas exóticas que Majorelle traía de sus numerosos viajes por el mundo. Se abrió al público en 1947 y cerró en 1962. Permaneció cerrado hasta que el diseñador Yves Sant-Laurent lo compró y restauró para su posterior reapertura en 1980, añadiendo más especímenes vegetales. El color azul de las paredes de este maravilloso palacete contrasta con el verde intenso de la vegetación de este edén repleto de cactus, palmeras, yucas, nenúfares, cocoteros y bananeros, entre muchos más. Adentrarse en este paraíso singular no tiene precio. 

2.- El Palmeral

El Palmeral, más de 13000 hectáreas de terreno que conforman un ecosistema particular y místico, rebosante de palmeras.

Es muy importante su conservación ya que constituye la fuente de abastecimiento de dátiles y madera en Marrakech. Este parque milenario se suele recorrer tanto en calesa como en camello. Por unos 100 dirhams (10 euros), se puede dar un paseo en camello por el interior de éste. Alquilar una calesa con caballos resulta un poco más cara, entre unos 200-250 dirhams (20-25 euros), pero también tiene su encanto. El trayecto en calesa dura aproximadamente unas dos horas y va desde la plaza de Yamaa el Fna hasta el Hotel Palmeraie Golf Palace, situado en el punto más lejano de la zona. Además se pueden encontrar una serie de construcciones y hoteles de lujo así como algunos campos de golf, sólo aptos para los bolsillos más adinerados. Es una excursión bastante turística, pero muy agradable y vale la pena probar la experiencia al menos una vez.

3.- La Plaza de Yamaa el Fna

La plaza de Yamaa el Fna, la más emblemática y conocida de la ciudad.

Este lugar es un espectáculo continuo a cualquier hora del día. Los olores a especias y los que se desprenden de la multitud de tenderetes de comida tradicional embriagan la atmosfera que se respira de una forma hechizante. El regateo es la práctica por excelencia marrakechí. Se puede utilizar sin reparo en esta plaza y en todo el zoco que se extiende desde la zona norte de ésta por callejuelas y pasadizos laberínticos en pleno corazón de la ciudad. Por no decir que hasta en las propias tiendas se regatea, desde el agua o zumos naturales hasta taxis, en el zoco se podrán conseguir toda clase de artículos artesanales y alimentos por un tercio de lo que valen ”realmente”. El tajín, el cuscús, los caracoles y la carne de cordero son algunas de las especialidades más apetitosas que podemos saborear por estos lares.

En este heterogéneo centro de actividad también hay espacio para una realidad más espiritual: los videntes que leen las manos o echan el tarot y los encantadores de serpientes son personajes clave en esta amalgama de movimiento cultural. Para aquellos amantes de la ostentación, se encuentra un restaurante de lujo llamado Al Baraka en la misma plaza, a donde suelen acudir los habitantes de clase alta a comer platos típicos exquisitos a la vez que bailarinas danzan a su alrededor, exhibición digna de las mil y una noches de Alí Babá.

4.- El curtido de cuero

El proceso artesanal de curtido de cuero es uno de los más antiguos y afiligranados de la ciudad.

El trabajo de los curtidores marroquíes es muy duro y sobretodo por el hedor que desprenden las sustancias residuales necesarias para llevar a cabo tal labor. Se recomienda ir con un guía que pueda detallarnos las diferentes fases de este interesante procedimiento a la perfección y no olvidarnos de coger unas hojas de menta que se disponen a la entrada para acercarnos a la nariz, y así calmar la sensación desagradable causada por el olor. Vivir esta experiencia nos catapultará a la época medieval.

5.- Las Teterías de la Medina

Las teterías de la Medina de Marrakech son una parada obligatoria en tu viaje al mundo árabe.

Tomar un té de menta o hierbabuena, popularmente conocido como té moruno, es imprescindible para sentirte como una auténtico marroquí.Algunos de los salones de té más chic y glamourosos que hay son el Café Árabe y La Terrasse des Épices. También es muy recomendable probar el exótico té de azafrán.

6.- Los Hammams

Un Hammam es un salón tradicional de baños donde relajarse plenamente.

En estos centros también son usuales tratamientos de belleza como hidrataciones y exfoliaciones de la piel. Hay hammams de diferentes estilos orientados para todos los públicos y bolsillos. Aunque antiguamente acudir a esta especie de termas romanas fuera una actividad reservada para los ricos, hoy en día pueden gozar de esta experiencia placentera todos los habitantes. Algunos nombres de nuestros favoritos son Les Bains de Marrakech y La Maison Arabe.

7.- Aït BenHaddou, Sus-Masa-Draa

El Ksar o ciudad fortificada de Aït BenHaddou es considerada Patrimonio de la Humanidad desde 1987.

Ha sido utilizada como localización de numerosos filmes como Gladiator o La Momia debido a la gran belleza de la arquitectura de sus casas de adobe y de las vistas espectaculares que ofrece. Es un lugar de ensueño que impresiona por lo bien cuidado que está. Llegar hasta aquí no es fácil, el trayecto es de 200 kilómetros desde Marrakech en vehículo por puertos de montaña, lo que supone unas cuatro horas. Una vez llegados allí, olvidaremos todo el esfuerzo que ha supuesto llegar para adentrarnos en un nuevo mundo fusionado por el color ocre, el verde de las palmeras y el azul de un cielo abrasador.

Imagen de Donarreiskoffer

¡Un sitio que merece la pena descubrir! ¡Consulta nuestros vuelos aquí.

+ info