Las islas de Malta, situadas al sur de Italia, no solo albergan un gran patrimonio cultural, también son un lugar ideal para disfrutar de un baño con vistas a paisajes tan distintos como espectaculares.

Uno de los museos más visitados en Venecia y el más importante de Italia de arte europeo y americano de la primera mitad del siglo XX.

Fue inaugurado en 1980 y contiene la colección personal de Peggy Guggenheim de arte del siglo XX, obras maestras de la colección de Gianni Mattioli, el jardín de la escultura de Nasher, así como exposiciones temporales.

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Su blanca y fina arena, las aguas calmadas y transparentes y la cercanía al centro de la ciudad hacen de la playa de il Poetto una de las más importantes de la isla de Cerdeña. Se trata de la segunda playa en extensión de Italia, con sus más de 7 kilómetros de longitud que van desde la Sella del Diavolo (la Silla del Diablo) hasta el litoral de Quartu Sant’Elena.

La playa es muy frecuentada tanto de día como de noche ya que se encuentra muy bien comunicada desde el centro de la ciudad de Clagiari por una línea regular de autobuses que salen desde la Vía Roma. Durante el día acuden tanto turistas como los habitantes de Clagiari a disfrutar de esta paradisíaca zona y por la noche se puede cenar en alguno de sus numerosos y accesibles restaurantes o disfrutar de la música y conciertos en vivo de los chiringuitos.

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¡Fijaros en lo llamativo de este pequeño pueblecito de la provincia de Bari! Aunque no es el único de Italia con este tipo de edificaciones, sí que es el más particular porque acumula un gran número de ellas y además se conservan en perfecto estado por lo que el bello conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996. A estas construcciones se les llama trullos y tienen esta original forma circular con una cubierta cónica de piedra.

La primera intención al construirlas era que fuesen unos habitáculos efímeros, fácilmente desmontables para poder evitar el cobro de impuestos por el asentamiento pero en cambio, por ironías del destino, han permanecido en pie durante siglos. De hecho, en muchos de estos trullos se han instalado ahora restaurantes y tiendas, y otros siguen siendo habitados por amables lugareños que acogen como nadie al viajero.

Imágen de MatthiasKabel

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