Fin de semana en Hanóver: entre salchichas y arquitectura
La pintoresca arquitectura del norte de Alemania, su contundente y disfrutona gastronomía y una oferta cultural que no se acaba son buenos motivos para viajar a Hannover.
+ infoLa casa más feliz de Alemania
Es extraño encontrar este tipo de edificios en Alemania, un país tan celosos de su armónica arquitectura. Más aún en una localidad como Brunswick (Braunscheweig), que se encuentra en la Baja Sajonia, a poco más de 20 kilómetros de Hannover.
Brunswick era todo un ejemplo de esta coherencia arquitectónica, con viejos edificios de posguerra y sus característicos entramados de madera, que formaban un conjunto homogéneo.
Hasta que se plantó en pleno casco histórico la Happy Rizzi House, un edificio de cinco plantas que contrasta enormemente con el resto de construcciones. Se trata de una gran obra de arte moderno, llena de caras sonrientes de colores chillones, ojos saltones, figuras disparatadas y formas asimétricas. Todo un collage psicodélico!
Su construcción en unos terrenos que habían sido antiguamente establos y campos de cultivo de un Palacio Ducal, tan cercanos a la iglesia de San Andrés, causó de inicio una gran polémica y rechazo en esta población. De todos modos, las obras siguieron para adelante; se iniciaron en 1999 y se tardó dos años en finalizar.
Lo curioso es que, una vez pasada la sorpresa inicial, la mayor parte de los ciudadanos de Brunswick se encariñaron de esta "casa feliz" y ahora no estarían dispuestos a derribarla bajo ningún concepto. Y es que, hasta Brunswick, acuden multitud de turistas sólo para observar su fachada; no así su interior, que son oficinas de trabajo, por lo que no puede ser visitado.
La idea llegó tras una conversación de James Rizzi, artista neoyorquino y exponente del pop art, con Jäschke Olaf, propietario de la galería Aeschke en Brunswick. Ya habían colaborado en ocasiones anteriores pero nunca para llevar a cabo una obra de tal envergadura.
Lamentablemente, Rizzi murió a finales de 2011. Era un artista muy querido en Alemania, por la obra que dejó y por su colaboración con organizaciones benéficas. Tenía como seña de identidad sus esculturas de papel tridimensionales, con estampados de personajes infantiles y de vivos colores. Estos diseños pasó a plasmarlos en objetos cotidianos, desde pequeños sellos hasta en obras más grandes como en un Volskswagen Beetle, trenes e incluso en un avión.
Pero seguramente la casa feliz sea su obra más voluminosa, que te hará esbozar una enorme sonrisa con su visión.
Dirección de la Happy Rizzi House: Ackerhof 1, Braunschweig
Happy Rizzi House por Gerd Evermann | Boing 757 por Gero Brandenburg | Happy House por Magnus Manske | James Rizzi por Alexander Lieventhal
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+ infoLove Hanover
Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com
Si los hermanos Grimm continuasen escribiendo cuentos de hadas, bien podrían dedicarle una mención especial a los páramos que alberga la ciudad encantada de Hanóver, la capital del Estado Federado de Baja Sajonia; una ciudad que se ha reconstruido con el paso del tiempo, pero que a día de hoy sigue conservando ese aire mágico tan característico de las pequeñas ciudades alemanas.
El estilo ecléctico de la ciudad está presente en cada paso que damos, el centro de la ciudad denominado Stadtmitte cuenta con la peculiar Estación Central – Haupbtbahnhof, punto clave para la conexión de los trenes de los alrededores y punto neurálgico de la vida de los alemanes, ya que en su interior subterráneo se encuentra una gran zona comercial repleta de exóticos restaurantes y multitud de tiendas que se prolongan hasta la estación de Kröpcke, una increíble galería comercial bajo las calles de Hanóver. Es sin duda el lugar perfecto para comer de forma muy económica, no dudes en probar la variedad gastronómica de Back Factory: el famoso Brezel, la amplia variedad de snacks o las dulces Berlinas; además en esta zona comercial podrás visitar sus originales tiendas subterráneas como la tienda para chico y chica One Green Elephant.
En el centro de la urbe podemos encontrar varias galerías comerciales como Ernst-August-Galeri y la Galeria Kaufhof que lideran las calles más exclusivas de la ciudad alemana, repletas de tiendas y restaurantes de lujo. Entre las calles del centro encontramos una exquisita tienda de mujer Zöe, no te quedes con las ganas de descubrir las colecciones de moda femenina ¡No apta para todos los bolsillos! Tampoco debes perderte la tienda de stock T·k·maxx, donde encontrarás grandes firmas de hombre, mujer y niños a precios increíbles.
En los alrededores de Kröpcke descubrimos la Chocolatería Hussel, el paraíso del chocolate, donde podemos elegir entre una amplia variedad de chocolates de todos los sabores: praliné, trufa, chocolate con naranja, …¡Ideal para los golosos! Muy cerca de Hussel nos encontramos con Butlers, una tienda de diseño repleta de esos curiosos objetos que nos hacen la vida más divertida: tazas, imanes, carteles y postales.
No solo puedes disfrutar de las maravillas que Hanóver te ofrece durante el día, sino que por la noche la ciudad se viste a la moda para tomar unas copas en los mejores pubs. Para comenzar la noche nada mejor que irte a probar los platos de Loretta’s Biergarten, como su delicioso queso de cabra envuelto en tocino o los tagliatelle con venado, acompañado de una auténtica cerveza alemana en su espectacular terraza ajardinada. Tras la cena y si el cuerpo te pide un poco de fiesta, la mejor opción es acudir a la discoteca de moda de Hanóver, Osho Disco, tres plantas donde podréis bailar con la música más actual.
A pocas manzanas al sur-oeste se encuentra el casco antiguo de la ciudad, Altstadt, sin duda el lugar predilecto para encontrar pequeñas boutiques, anticuarios y restaurantes con mucho encanto. En las inmediaciones de la Iglesia del Mercado podemos encontrar pequeñas boutiques made in Hannover como la tienda de ropa femenina de Anette Spitzl, la boutique Marie Jo o los diseños de BBP Prêt à Porter.
Continuando por la Knochenhauerstraße descubrimos Un trozo de Mallorca en Hanóver, y es que en esta calle se encuentra Ein stück Mallorca, una joyería con piezas realizadas en oro y plata con incrustaciones minerales, autenticas obra de arte. Pero no solo nos encontramos con un “pedacito” de Mallorca sino que además muy cerca de esta calle podrás descubrir una pequeña pastelería al más puro estilo francés, hablamos de Glücksmoment, un espacio muy íntimo y acogedor donde encontramos infinitas variedades de muffins, cupcakes, chocolatinas, macarrones franceses…¡Exquisito!
En la calle Kramerstraße hay un amplia variedad de pequeñas tiendas y de anticuarios como Jordan o Antiquitäten, donde puedes encontrar libros de segunda mano, piezas de cristalería, jarras de cerámica, carteles antiguos y los más dispares objetos de épocas pasadas, sin duda la parte con más encanto de la ciudad inmersa en los edificios clásicos de la antigua Alemania.
Continuando por las calles del casco antiguo nos encontramos con la plaza Balhofplatz, una amplia y centenaria plaza, el lugar idílico para descansar y tomar una buena taza de té en la terraza de Tee Flubehen o bien degustar una exquisita comida alemana en el castizo Restaurante Silver & Gold, ambas colindantes y muy cerca del río Leine, en cuya orilla se celebran los sábados el rastro del casco antiguo.
Uno de los paisajes más bonitos con los que cuenta Hanóver es el lago Maschsee, un lago artificial inmenso, date un paseo al atardecer por la orilla del lago hasta el embarcadero Yachtschule Hanover, donde podrás alquilar barcas para navegar o cenar con una de las mejores y más increíbles vistas de la ciudad.
Como colofón a esta experiencia alemana, no pierdas la oportunidad de visitar los Jardines Herrenhausen. A pocos minutos del centro en transporte público llegarás a uno de los jardines barrocos más grandes y bellos de Alemania, junto a ellos se encuentra el jardín botánico de estilo inglés Berggarten.
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¡We love Hannover!
+ infoHamelín
A muy pocos kilómetros de Hanóver se encuentra la ciudad de Hamelín, conocida por el cuento de los hermanos Grimm El flautista de Hamelín. Esta ciudad forma parte de la ruta de cuento de hadas que puedes realizar por Alemania.
Si paseas por sus calles, encontrarás muchas referencias al cuento. El flautista de Hamelín liberó a la ciudad de una plaga de ratas tocando con su flauta una hipnótica melodía con la que las llevó hasta el río para que se ahogaran. Al no recibir ninguna recompensa, decidió vengarse llevándose a los niños de la ciudad para encerrarlos en una cueva.
Ahora puedes recorrer la ciudad a través de una línea de ratas trazadas en el suelo, visitar la recreada casa del flautista o pasar por la calle de Bungelosenstrabe (calle sin tambores) donde se dice que el flautista reunió a los niños para secuestrarlos.
Las empedradas calles de Hamelín, las torres y murallas de la Edad Media que aún se conservan o sus encantadoras casitas te harán sentir realmente en una ciudad de cuento.
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