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A pedales por la Toscana

La Toscana es un paraíso para la práctica del cicloturismo gracias a una red de caminos, pistas y carreteras con poquísimo tráfico que invita a perderse literalmente por paisajes que parecen de otra época. Las posibilidades son infinitas y hay rutas de todos los niveles. La que os recomendamos en este post permite ir de Siena a Florencia en 2 o 3 etapas –según nuestro estado de forma–, pedaleando a través de la región donde se cultiva y elabora uno de los tintos más famosos del mundo, elChianti.Pensando en los más neófitos, hemos planteado un recorrido fácil de seguir que suma un total de 95 km. Aunque no está exento de subidas y bajadas –la región es conocida como Colline del Chianti –, todo esfuerzo tendrá su merecida recompensa, pues el itinerario rebosa belleza y gratifica al viajero curioso con insólitas historias, unos anfitriones siempre dispuestos a ayudar y entablar conversación y, cómo no, exquisitas experiencias gastronómicas.

Joyas de la Toscana

Nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Florencia, ponemos rumbo al centro histórico. Si elegimos un vuelo matinal, antes de ir a recoger las bicicletas a la tienda de alquiler, podemos visitar a pie la parte monumental de la cuna del Renacimiento.

Tour renacentista

Un paseo rápido pero realmente espectacular debe empezar en la Piazza del Duomo, con la visión de la catedral de Santa Maria del Fiore, su inmensa cúpula obra de Brunelleschi y su bella fachada recubierta de mármol toscano; continuará en la Piazza della Signoria, donde se encuentra el imponente Palazzo Vecchio, la fuente de Neptuno, una reproducción del David de Miguel Ángel y una colección de estatuas de los Médici, entre las que destaca el Perseo de Cellini descabezando a Medusa; y acaba cruzando el río Arno por el emblemático Ponte Vecchio.

Helados, bicis y tren

Ya con la bicicleta –os recomendamos reservar en Florence by Bike –, pondremos rumbo a la estación ferroviaria Firenze Santa Maria Novella, que se encuentra a menos de 1 km de la tienda de bicis.

Si os apetece un helado auténticamente artesanal, parad en I Gelati del Bondi, en Via Nazionale 61R (esquina con Via Faenza), pues pasaréis por la puerta camino de la estación. Aquí venden los helados del maestro Vetulio Bondi. Pensad que hay personas que viajan hasta Florencia exclusivamente para que este artigiano gelatiere les imparta un curso personal de unas horas.

El trayecto en tren hasta Siena dura 90 minutos (horarios en http://www.trenitalia.com). Sólo en los trenes regionali se permite subir bicicletas (hay un espacio destinado a ellas por un suplemento de 3'5 euros por bici).

Una vez en Siena, lo mejor es ir directamente al hotel, aparcar la bici y salir a disfrutar de la tarde-noche de esta ciudad que rezuma vida y hermosura por todas partes. De camino a la Piazza del Campo –donde se celebra la espectacular y alocada carrera ecuestre del Palio di Siena–, encontraremos muchos restaurantes con encanto. A la hora de elegir el menú, recordad que al día siguiente toca pedalear.

La esencia del Chianti

Saldremos de Siena pedaleando por la carretera secundaria SR222, también conocida como Via Chiantigiana, que empieza en la estación central de tren de Siena y atraviesa toda la región hasta Florencia. Tras una subida inicial, muy pronto nos desviaremos por una carretera aún más solitaria, la SP102. Esta ruta va hasta Corsignano, Vagliagli y Radda in Chianti, combinando sectores asfaltados con la típica strada bianca de la Toscana, de tierra compacta, de un blanco refulgente y cegador.

Durante la jornada pedalearemos entre colinas tapizadas de viñedos y olivares flanqueados por hileras de cipreses, y pasaremos frente a diversas bodegas, como Terra di Seta (1 km antes de Vagliagli), o Capannelle (a las afueras de Gaiole in Chianti), donde realizan tours guiados y catas de sus vinos y aceites de oliva virgen.

El pequeño pueblo de Radda in Chianti es un buen punto para una pausa y recuperar fuerzas. A partir de aquí, la ruta propone un rodeo opcional de 17 km, en forma de bucle, para visitar Castello Vertine y Gaiole in Chianti. Este pequeño y tranquilo pueblo es centro de peregrinación de los aficionados al ciclismo de época. Aquí se celebra cada primer domingo de octubre la mítica ruta cicloturista l'Eroica, en la que se dan cita más de 7.000 ciclistas montados en bicicletas antiguas.

Si queremos recortar ligeramente el recorrido y ahorrarnos alguna subida, desde Radda in Chianti podemos dirigirnos directamente hacia Panzano. Aquí los aficionados a la carne de calidad tienen que parar y sentarse a la mesa de la Officina de la Bistecca –la Antica Macelleria Cecchini– y conocer a Dario Cecchini, carnicero artesano que derrocha saber y recita pasión en todo lo que hace. Existen diversos menús –incluso uno vegetariano– que se sirven a mediodía y por la noche, pero la estrella indiscutible es la Bistecca a la Fiorentina, que aún hoy se cocina y sirve con hueso (sí, con hueso). La experiencia merece absolutamente la pena para comprender el amor puro y contagioso que profesa Dario, descendiente de ocho generaciones de carniceros, por su oficio, sus carnes y su tierra. Lo vive tanto que incluso ofrece la posibilidad de ser "carnicero por un día".

Florencia por todo lo alto

Desde Panzano, la carretera nos llevará en descenso hasta Greve in Chianti, para luego continuar hacia Chiocchio y Strada in Chianti. Aquí abandonaremos la SR222 y pondremos rumbo a Ferrone e Impruneta por carreteras más locales, con la intención de entrar en Florencia por su acceso más espectacular y panorámico: la colina de San Miniato.

Desde Impruneta, la SP70 nos llevará hasta Cascine del Riccio, donde subiremos por un calle estrecha y de muy fuerte pendiente –quizá haya que caminar unos metros–, hasta San Michele di Monteripaldi. Ya en lo alto, pasaremos frente a villas muy señoriales, rumbo a Piazzale Michelangelo, donde la ciudad quedará a nuestros pies. Sin duda es la foto perfecta para el final de la ruta.

Para cenar y darle el broche de oro a esta "escapada" ciclista, os recomendamos reservar en Essenziale, el nuevo restaurante del chef Simone Cipriani, que emociona a los comensales con un entorno minimalista pero amigable y desenfadado, en el que la comida, de tradición toscana, revaloriza y reinterpreta las recetas della nonna, de una manera sutil, delicada y divertida. Los menús degustación Conoscersi (3 platos, 35 euros) y La persistenza de la memoria (5 platos, 55 euros) son una fiesta de sabores y sensaciones, a la vez que un viaje a la esencia y la historia culinaria de la región. En Essenziale también sorprende la inexistencia de barreras entre la cocina y las mesas: el chef, en persona, sirve y explica sus creaciones, revelando sus secretos.

Guía práctica

- Cómo seguir la ruta: el itinerario de 95 km que os hemos descrito lo podéis consultar en este enlace de google maps. Para planificar otros itinerarios, el mejor mapa en papel es el Firenze, Siena, Chianti de Kompass.

- Duración: cada cual puede dividir el recorrido a su gusto, en función de los alojamientos y el número de días disponibles. Para disfrutar de todo lo que ofrece la región, lo ideal sería dedicarle 3 o 4 días.

- Escoger bicicleta: con Vueling puedes llevar tu propia bicicleta en el avión, pero como la ruta cicloturista es sólo de 2 días, quizá resulte más cómodo alquilarla en destino. En Florence by Bike renuevan cada año su flota y disponen de bicicletas de todo tipo. Las de viaje son las más indicadas para la ruta que os proponemos. Si os preocupan los desniveles, también alquilan bicicletas eléctricas (2 días, 90 euros), con las que se superan las colinas casi sin realizar esfuerzo.

- Alojamientos: la oferta de alojamiento en Siena y Florencia es verdaderamente abrumadora, pero conviene reservar con antelación para asegurarse habitaciones en el centro histórico. En ruta, la mejor opción es buscar pequeños Bed & Breakfast o agroturismos. 

Texto de Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker

Imágenes de Con un par de ruedas y Giovanni Rasoti

 

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Belleza divina, entre Van Gogh, Chagall y Fontana

La Fondazione Palazzo Strozzi se encuentra en el centro de Florencia y tiene por marco una de las obras más destacadas de la arquitectura renacentista florentina. A lo largo del año, ofrece un nutrido programa de muestras de alta calidad y de repercusión internacional, que abarcan desde el arte antiguo y el Renacimiento hasta llegar a la época moderna y el arte contemporáneo.

Además de las exposiciones, en el Palazzo Strozzi tienen lugar numerosos eventos: conciertos, performances, instalaciones de arte contemporáneo, representaciones teatrales, actividades y visitas guiadas pata adultos y familias; además, está abierto durante todo el año como elegante café y tienda del museo.

Desde el 24 de setiembre de 2015 y hasta el 24 de enero de 2016, elPalazzo Strozzi será el escenario de Belleza divina, entre Van Gogh, Chagall y Fontana, excepcional muestra dedicada a la reflexión sobre la relación entre el arte y lo sagrado en el período que va desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, a través de más de cien obras de célebres artistas italianos e internacionales, entre ellos Domenico Morelli, Gaetano Previati, Felice Casorati, Gino Severini, Renato Guttuso, Lucio Fontana, Emilio Vedova, Vincent van Gogh, Jean-François Millet, Edvard Munch, Pablo Picasso, Max Ernst, Georges Rouault, Henri Matisse.

La muestra ofrece una oportunidad extraordinaria de observar obras famosísimas desde un punto de vista inédito. Entre las obras maestras que se exhiben se cuentan el Angelus de Jean-François Millet, excepcional préstamo del Musée d’Orsay de París; la Piedad de Vincent van Gogh procedente de los Museos Vaticanos; la Crucifixión de Renato Guttuso que viene de las colecciones de la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma;la Crucifixión blanca de Marc Chagall, procedente del Art Institute de Chicago.

Horario: todos los días de 10 a 20 h, los jueves hasta las 23 h.

Precio de la entrada: €10; niños y jóvenes de 7 a 18 años €4; niños hasta 6 años gratis; familias €20.

Es necesario reservar turno. La muestra puede ser visitada por personas adultas, en grupo o de forma individual, y por grupos de escolares. Se han programado actividades y kits para las familias.

A partir del 1 de noviembre de 2015, se podrá visitar conjuntamente con un único billete la muestra Bellezza divina, el Gran Museo de la Fábrica del Duomo y el Baptisterio de San Juan, en un extraordinario recorrido por la ciudad de Florencia desde la Edad Media hasta el arte moderno.

 

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Museo Stibbert

Armaduras medievales y piezas de porcelana; vestidos de época europeos y ropa que llevaban los soldados del Lejano Oriente. Todo ello se puede encontrar en la casa-museo dedicada a Frederick Stibbert (1838-1906), un ciudadano inglés nacido en Florencia que dedicó su vida y su fortuna a convertir su casa en un castillo neogótico en el que albergar su extensa colección de objetos históricos conseguidos en sus numerosos viajes por todo el mundo.

El museo es una muestra del ecléctico gusto por coleccionar objetos históricos, que van de la Edad Media a la época de Napoleón, de las clases más adineradas durante finales del siglo XIX. Destacable es la colección de armaduras medievales que podemos encontrar en la Sala della Cavalcata, que se completa con los  colores y elegancia de los vestidos de los guerreros japoneses.

El museo abre toda la semana, excepto el jueves, y cierra sus puertas solamente en días festivos muy concretos. La entrada para adulto son 6€ y para los más pequeños 4€ (4-12 años) y 2€ (0-3 años). Existe la posibilidad de contratar una visita guiada para grupos (de 25 personas, máximo) y las visitas a la colección japonesa deben reservarse previamente.

Imagen de sailko

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