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La mona de Pascua. ¿Dónde encontrar las mejores de Alicante?

Las fiestas tradicionales van frecuentemente ligadas a una propuesta gastronómica. Este es el caso de la Mona de Pascua, que va unida al Lunes de Pascua. Ese día, los padrinos las regalan a sus ahijados para disfrutarla. Con su degustación, dejamos atrás la Cuaresma y los días de abstinencia asociados a ella.

Aunque la mona se come en diferentes provincias de España, como Cataluña, Islas Baleares, Aragón, Murcia o Valencia, cada una tiene su particularidad y receta propia. En Cataluña, predomina la mona de chocolate, mientras que en Valencia, son más parecidas a un bollo dulce, y en su mayoría están elaboradas con harina, azúcar, huevos y sal

La tradición en Alicante

En la comunidad valenciana se elaboran diferentes variedades de monas, algunas, como el panquemado o la toña, las encontramos en panaderías y pastelerías durante todo el año. Pero las que se consumen en Pascua son más elaboradas y vistosas. Suelen ser alargadas o redondas y se adornan con anisetes. También se les da formas más divertidas y atractivas para los niños, como de monos, serpientes o lagartos, en cuyas bocas se incrusta un huevo duro.

En Alicante, y en general en todo el levante, la costumbre es salir a pasar el “día de mona” al campo o al monte. Las familias y amigos se reúnen para comer el típico dulce en espacios naturales cercanos como la Sierra de Callosa, la Pinada de Guardamar o la Sierra del Maigmó.

Existe la divertida tradición de romperle el huevo duro de la mona en la cabeza a un amigo o familiar. Dicen que algunos panaderos ponen huevos crudos en sus monas para provocar situaciones graciosas. El ritual manda recitar en voz alta la estrofa: "Ací em pica, ací em cou i ací t’esclafe l’ou" (Aquí me pica, aquí me escuece y aquí te rompo el huevo). 

Las mejores pastelerías de Alicante para comprar monas y otros dulces

En Alicante, las pastelerías compiten por elaborar y exhibir en sus escaparates las mejores monas. Entre las más reconocidas de la ciudad tienes la de Prefiero Sussu, de José Manuel Samper, en la calle pintor Baeza, número 3. Es un referente de la mejor repostería y se ha llevado varios reconocimientos por sus riquísimas toñas. En Sussu también elaboran uno de los mejores cruasanes del país. Recién salidos del horno, el sabor a mantequilla es inconfundible, porque en el obrador de Prefiero Sussuno entra bajo ningún concepto la margarina.

Una de las pastelerías con mayor tradición en Alicante es la Murciana. Empezó siendo una pequeña tienda en la Avenida de la Costa Blanca y, posteriormente, fue abriendo nuevas tiendas en la Plaza de Pío XII, en la Avenida de Óscar Esplá, en la Playa de San Juan y en la Avenida Alfonso X El Sabio, 34. Dulces variados, deliciosos chocolates calientes, y pastas dulces y saladas irresistibles que puedes tomar en la misma cafetería.

El Horno Rafelet, en calle Maestro Alonso 57, es una empresa familiar que lleva desde 1932 preparando exquisitos productos artesanos. La diferencia respecto a las demás la encontramos en su elaboración de forma tradicional y su buen horneado.

En la localidad de Orihuela, provincia de Alicante, encontramos las que dicen son las mejores toñas de la provincia. Salen del obrador de El Horno del Obispo, un establecimiento en el mismo casco histórico de Orihuela, que lleva en funcionamiento desde 1850. El pódium de las mejores toñas de Alicante lo comparten con El Angel, en esa misma población. Si visitas Orihuela, prueba también su dulce típico, el chato de Orihuela.

¿Las quieres sin gluten?

Si buscas monas de Pascua sin gluten o sin lactosa, las tienen muy buenas en la Pastelería José María García, en la avenida de Novelda 46. En su obrador las elaboran totalmente artesanales y con productos naturales.

¡Anímate! ¡Consulta nuestros precios aquí!

Texto de Scanner FM

Imagen de Horno Rafelet, La Murciana y Pastelería Torreblanca

 

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Descubriendo Tarragona y sus alrededores

Situada a poco menos de hora y media de Barcelona se encuentra la ciudad Tarragona, cuyo pasado romano y medieval ofrecen al visitante una impresionante dosis de historia y de arte. Pero este viaje cultural va más allá de los límites de la propia ciudad, en cuyos alrededores podemos desde ver tres joyas de la ruta del Císter hasta adentrarnos en los paisajes que sirvieron de inspiración a artistas de la talla de Antonio Gaudí y Joan Miró. ¿Se puede pedir más?

Primera ruta: tras la huella romana

Tarraco, la Tarragona romana
La que fuera en época romana capital de la provincia Hispania Tarraconensis, conserva en la actualidad un buen número de los vestigios de ese espléndido pasado. Declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2000, no dudes en dejarte deslumbrar por su muralla, el foro provincial, el circo, el anfiteatro y el buen número de restos que irás encontrando a tu paso por la antigua Tarraco. En Auriga Servicios Culturales realizan visitas guiadas con las que no perderás detalle alguno.

Villa romana de Centcelles
A unos 6 kilómetros de Tarragona, en Constantí, se halla la villa romana de Centcelles, monumento clave del arte paleocristiano. Entre lo más destacado de este lugar está su  cúpula ornamentada con un mosaico de temática cristina que se encuentra entre los más antiguos del mundo romano.

Villa romana de Els Munts
Ubicada en Altafulla, a 12 kilómetros de Tarragona, se encuentra la villa de Els Munts, que por lo que se ha podido averiguar era de uso era agrícola, y de la que se conservan construcciones con ricos elementos decorativos.

Segunda ruta: un espléndido pasado medieval

Las joyas de la Ruta del Císter
Tres son las joyas que abarca esta magnífica ruta por los monasterios del Císter: el monasterio de Santes Creus, del que destacan su sala capitular y el claustro gótico; el monasterio de Vallbona, convento femenino del siglo XII que cuenta con un templo y un claustro monumentales; y el más popular de todos, el monasterio de Poblet, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en el que se conserva un magnífico claustro y el panteón real en el, entre otros, que se halla enterrado el rey Jaime I el Conquistador.

Montblanc, espíritu medieval
Montblanc es uno de los conjuntos medievales más relevantes de Cataluña gracias a su magnífico estado de conservación. Así pues, no dudes en acercarte hasta aquí y perderte por sus calles, que bien seguro que te transportarán hasta la época medieval. O si lo prefieres, puedes hacer alguna de las rutas que organiza el ayuntamiento, donde hallarás opciones para todos los gustos.

Siurana, un pueblo de leyenda
Este pequeño pueblo del Priorat, que parece salido de un cuento, fue uno de los últimos reductos musulmanes en Cataluña, logrando dificultar y frenar el avance de los cristianos. Turismo de Siurana ofrece la oportunidad de realizar una visita guiada teatralizada que tiene como protagonistas las leyendas, cuentos e historias de la zona.

Descubriendo la primera cartuja de la Península Ibérica
La cartuja de Escaladei, edificada enel siglo XII, y situada en el Priorat, está considerado como el primer monasterio de la Orden Cartuja en la Península Ibérica. En la actualidad se pueden visitar los tres claustros, la iglesia y el refectorio, así como una celda reconstruida con todo detalle.

Tercera ruta: tras la huella de Miró y Gaudí

Mont-roig, espacio para la inspiración de Joan Miró
Joan Miró visitó por primera vez Mont-roig del Camp en 1911, a la edad de 18 años. Tal sería el impacto de su paisaje que a partir de entonces se convertiría en un lugar de peregrinaje habitual en su vida al que acudir en busca de calma e inspiración. En la actualidad se puede visitar el Centre Miró donde podrás conocer en mayor profundidad la relación del genial artista con el pueblo y la zona.

En busca de los orígenes de Gaudí
A apenas 18 kilómetros de Tarragona se encuentra la pequeña población de Riudoms, lugar en el que se encuentra ubicada la casa paterna de Antonio Gaudí, y en cuya visita podremos descubrir los orígenes de tan singular artista y el entorno que de alguna manera acabaría marcando su obra. Interesante, ¿no?

Texto de Agencia Catalana de Turismo

 

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Las tradiciones navideñas más curiosas de Europa

Desde troncos que “cagan” regalos hasta alter egos malignos de Santa Claus que atemorizan a los niños. ¿Creías que la navidad se vive igual en toda Europa? Son muchas las tradiciones de navidad que compartimos, pero hay algunas otras de las que quizás no hayas oído hablar.

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La Barcelona románica

Pese a ser una ciudad moderna y cosmopolita es fácil seguir el trazado medieval de Barcelona. Sus edificios son el testigo de un pasado glorioso en el que se mezclaron cruzados, mercaderes italianos, nobles y un clero poderoso. Entre construcciones barrocas, neoclásicas y modernistas, son muchos los edificios góticos que permanecen en pie, como la catedral, la basílica de santa Maria del Mar o el Palau de la Generalitat. Pero lo que muchos barceloneses desconocen es que la vieja Barcelona mantiene un buen número de conjuntos románicos de primer nivel que han llegado a nuestros días en un estado de conservación verdaderamente envidiable.

Románico en plena plaza de Catalunya

Pocos barceloneses saben que junto a la céntrica plaza de Cataluña se alza uno de los principales monasterios románicos de la ciudad. Se trata de Santa Anna, una iglesia y antiguo monasterio del siglo XII con claustro y sala capitular que todavía hoy sigue ofreciendo servicio a los feligreses. Las obras las inició Ramón Amadeu, pero siguieron durante tres siglos, por lo que la amalgama de estilos románico y gótico es muy notable, si bien el primero es el que más destaca. Al templo puede accederse desde la plaza de Catalunya a través de la calle Rivadeneyra (junto al Hard Rock Cafe) o por la calle de Santa Anna.

El Raval del siglo XII

Para seguir nuestra ruta, tomaremos la calle de Santa Anna en dirección a La Rambla y bajaremos este colorista boulevard para llegar hasta la calle del Hospital. A través de esta calle nos adentraremos en el multicultural barrio del Raval, lugar en el que se encuentran edificios tan relevantes como el MACBA, el Palau Güell o la Biblioteca de Catalunya, hasta dar con la plaza del Pedró. Esta plaza es importante porque, en el medio, tiene la fuente de Santa Eulàlia, considerado uno de los monumentos más antiguos de la ciudad, y también por ser la sede de la iglesia románica de Sant Llàtzer (s. XII). La capilla en cuestión formó parte de un antiguo hospital para leprosos que funcionó entre los siglos XII y XV. Tras su desacralización en 1913 y varias intervenciones, tiene uso civil.

Sin movernos del Raval, la calle de la Riereta nos llevará hasta la calle de sant Pau, donde nos encontramos con uno de los mejores ejemplos de románico en Barcelona, el monasterio de Sant Pau del Camp. El conjunto es del siglo XII, aunque se cree que el recinto fue fundado a finales del siglo IX por Wifredo II, quien está enterrado en él. El monumento cuenta con un pequeño claustro del siglo XIII del que destacan sus capiteles con escenas de caza, guerreros, sirenas, animales o motivos vegetales. Además, en el jardín del monasterio todavía se encuentra la antigua casa del abad, construida entre los siglos XIII y XIV y ampliada en el XVIII. Antes de entrar, no dejéis de fijaros en la fachada, cuya portalada está enmarcada con dos columnas con capiteles visigóticos. En el tímpano, Jesús rodeado por San Pedro y San Pablo y una antigua inscripción nos invitan a entrar.

Hacia Sant Pere de les Puel·les

Tras recorrer el Raval, regresaremos a La Rambla por la calle Nou de la Rambla, donde se encuentra el Palau Güell, obra de Antoni Gaudí. Dando un paseo llegamos a la catedral de Barcelona, junto a la cual se halla la capilla de Santa Llúcia. La capilla está situada en un ángulo del claustro con entrada exterior. Se construyó en la segunda mitad del siglo XIII en estilo románico tardío y, en su origen, fue la capilla del Palacio Episcopal de Barcelona. Este es un buen momento para visitar la catedral gótica, sentarse en uno de sus bancos y relajarse.

Nuestro itinerario sigue ahora para el barrio del Born, uno de los más animados de la ciudad y con una oferta cultural muy interesante, con el Palau de la Música Catalana o el yacimiento arqueológico del Mercado del Born. Cruzando Via Laietana entramos por la calle de la Bòria y llegamos a la plazoleta de Marcús, donde se alza la capilla de Marcús, un pequeño templo del siglo XII que fue construido junto al antiguo camino romano que salía de Barcelona y conserva gran parte de los elementos de su fachada original, como los arcos lombardos. Y callejeando un poco llegaremos a nuestra última parada, el Real Monasterio de Sant Pere de les Puel·les, del que actualmente solo se conserva la parroquia. Fundado en el siglo X, ha sufrido grandes alteraciones a lo largo del tiempo, si bien conserva parte de la estructura de cruz griega y los capiteles corintios utilizados bajo la cúpula del siglo XII. El campanario, llamado de los pájaros, es también de la época románica. Y, sin duda, es una parada obligada para entender el devenir de la Barcelona medieval.

Anímate a conocer la faceta románica de Barcelona, reserva tu Vueling aquí.

Texto e imágenes de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

 

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