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Al rico helado vienés

Llevas todo el día para arriba y para abajo, yendo tras las huellas del legado de los Habsburgo en Viena, disfrutando de joyas arquitectónicas como el castillo de Schönbrunn, y visitando espléndidos museos como la Albertina. El calor aprieta –no lo olvidemos, no siempre hace frío en Viena, ofreciendo su cara climatológica más amable del año en verano, siempre y cuando no llueva-, y el cansancio, también. Quizás ha llegado el momento de hacer una pausa y tomar un respiro en tu visita a la “capital musical de Europa”. Has oído hablar de sus magníficas cafeterías y de la tradición que pesa sobre ellas, pero lo que te acaba llamando la atención es el volumen de heladerías que hay repartidas por la capital de Austria. Ha llegado el momento de comprobar si los helados vieneses tienen algo que envidiar a los populares helados italianos… Y sí, cuál es tu sorpresa al descubrir que a los italianos aquí les ha salido un gran y buen competidor.

Posiblemente éste sea el resumen de la experiencia de muchos de los turistas o personas que andan de paso por Viena ante el descubrimiento de la afición que tienen los vieneses por este refrescante dulce. La cuestión es, ¿cómo llegaron los helados hasta aquí y a qué se debe su calidad? Haciendo un poco de investigación sobre la historia del helado, lo primero que descubres es un caos a la hora de poner fecha y lugar de origen a este cremoso dulce. Hacia el 4.000 a.C. en Mesopotamia hacen su primera aparición en forma de pasta de arroz hervida, especias, leche y mucha nieve envolviendo el invento. Ésta será una de las diversas variantes con las que irá tomando forma la receta, siendo los italianos los encargados de su expansión en Europa, y los franceses de la introducción de algunos ingredientes nuevos. En lo que todos coinciden es en que el helado llegó a Viena en el siglo XIX de la mano de los italianos del norte, y que la ciudad jugó un importante papel en la aplicación de las nuevas técnicas en su desarrollo. Es más que probable concluir que la buena mano de los austriacos a la hora de hacer dulces junto a la pericia de los italianos a la hora de elaborar helados inevitablemente haya acabado dando tan buen resultado final.   

Así pues, si te planteas hacer una escapada a Viena, no dudes en incorporar en la lista de “cosas para hacer” la de aventurarte en alguna de sus múltiples heladerías –se dice que es la ciudad con mayor concentración de heladerías de Europa- y probar alguno de sus refrescantes manjares. Entre las más populares están la Eissalon Gelato, situada en la Franz-Josefs-Kai 17, la Zanoni & Zanoni, que está ubicada en Lugeck. 7, y la Gelateria Hoher Markt, en Hohen markt. También es muy conocida la cadena de Paolo Bortolotti que cuenta con tres locales en la Mariahilferstrasse. Si además de ricos helados quieres que te los sirvan en un entorno cargado de diseño, entonces Eis Greissler es tu lugar. Incluso por haber opciones, hay hasta la posibilidad de probar helados veganos, el lugar, la Veganista, situada en el séptimo distrito.

Por cierto, aquellos que seáis muy fans de la emperatriz Elisabeth, más conocida por todos como Sissi, que suele ser uno de los atractivos durante la visita a Viena, en su extraña y limitada dieta, el helado de violeta se contaba entre uno de sus pocos y favoritos alimentos. Por si os animáis a probar este original sabor.

Aventúrate a hacer una escapada a Viena para saborear tan tentador dulce. Reserva tu Vueling aquí.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

 

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Wiener Schnitzel. El plato nuevo del emperador.

Uno de los platos más representativos de la gastronomía vienesa es sin duda el wiener schnitzel (o escalope vienés) De hecho, es su plato nacional, aunque realmente no tenga su origen en Austria.

Es una receta que encontramos parecida en muchos otros países: el San Jacobo o el cachopo en España, el tonkatsu japonés, el escalope argentino o la cotoletta italiana, por citar algunos ejemplos.

Su origen se ha convertido en un intenso tema de debate entre historiadores culinarios. Gran parte de ellos parecen acordar que sus orígenes conducen a España, donde fue introducido por los comerciantes árabes, que ya cubrían la carne con pan rallado en la Edad Media.

Otra cosa es la leyenda, que habla de la importación desde Italia de la "costoletta milanesa" por parte del Mariscal de Campo Radetzky, receta que envió al emperador Francisco José I de Austria. Dicen que fue tan de su agrado, que lo incorporó como propio en la gastronomía austríaca bajo el nombre de wiener schnitzel.

Son por tanto muchos los países se otorgan su paternidad. Suele ocurrir a menudo con cualquier nueva invención, aunque en realidad, aparezca simultaneamente en diversos lugares del planeta y se buscan primeras referencias en antiguos libros de cocina para reafirmar cada teoria.

Sea cual sea su origen, de lo que no cabe duda es de que es un plato sabroso y crujiente, deseado por todo turista que aterriza en la ciudad.

Para su preparación, se ablanda con un mazo una loncha fina de carne de ternera, se sumerge en harina de trigo, huevo y pan rallado y se fríe el resultado en mantequilla. Se acompaña con patatas, ensalada y rodajas de limón y se adereza todo con una vinagreta.

Aunque la carne de ternera es la materia principal para la opción más clásica, el de carne de cerdo es más popular. Se preparan también de pollo y hay algunas opciones vegetarianas a base de tofu, seitán o soja.

Por lo general, estos platos de carne empanada son sencillos y muy ricos, pero poco glamurosos. No es el caso del schnitzel, que se presenta como un plato de alta cocina. Será por el carácter elegante de los vieneses en todo lo que hacen.

En Viena podrás probar este plato en casi cualquier local de comidas del centro de la ciudad. Aquí te dejamos el listado con algunas de nuestras propuestas para que no te vaya sin probar el mejor shcnitzel vienés.

Figlmüller
Wollzeile 5, | Bäckerstraße 6, Viena

Schnitzelwirt
Neubaugasse 52, Viena

Gasthaus Poschl
Weihburggasse 17, 1010, Viena

Strandcafé Wien
Florian-Berndl-Gasse 2,1220, Viena

Café Einstein
Rathausplatz 4, 1010 Viena

Pero no sólo de wiener schnitzel vive la gastronomía de Austria. Aunque es un país pequeño, goza de un larga tradición culinaria, que mezcla muchas especialidades europeas. No pierdas la oportunidad de probar otros platos típicos como el tafelspitz (carne de buey hervida), la trucha a la molinera (Forelle nach Müllerin Art), el Kaiserschmarrn (un plato dulce), los Palatschinken (Creps), el Apfelstrudel (Pastel de manzana) o la tarta Sacher. Una delicia!

Imagen de Kobako

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¿Por qué es mejor viajar en otoño? 6 motivos para escaparse

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