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9 cafes Estocolmo

En Estocolmo hay cafés en cada esquina, 502 en toda la ciudad, para ser precisos. Y cada uno rivaliza en especialidades culinarias (no solo dulces, sino que la mayoría cuentan en su oferta con sándwiches, menú del día o brunchs el fin de semana), originalidad de concepto y decoración.

A todo color - Vurma Kafé(Gastrikegatan, 2)

Ni te sorprendería si Frida Kahlo, Sara Montiel o Lola Flores entraran por la puerta. Todo recuerda a estos iconos kitsch: las paredes son de color rojo y azul fuerte, hay flores de plástico en cada rincón -incluso en el moño de la camarera- y cada mesa, cada silla, cada cojín de terciopelo es de otro color y de otra colección. Y aunque al entrar se experimenta una sensación psicodélica, absolutamente todo nos gusta del Vurma. Pero lo que más, su leche orgánica que se toma con uno de los sándwiches calientes con nombres rarunos que combinan ingredientes a priori no complementarios. ¡Sorpresa! Están buenísimos. ¿Nuestros favoritos? El de queso de cabra, manzana, miel y nueces, y el de humus picante.

Caos perfecto – String (Nytorgsgatan 38)

Un café que, a la vez, hace oficio de anticuario accesible. Aquí absolutamente todo está a la venta: el mobiliario, la mantelería, la vajilla, las lámparas y los objetos de decoración. El bombazo de este local es su tarta de frutos rojos strudel, bañada en una suculenta salsa de vainilla. El mejor lugar para tomar el café - servido en termos- es, sin lugar a dudas, en la mesa dispuesta en una vitrina con escalón que permite observar durante horas a los hipsters que desfilan por el ultramoderno barrio de Söderman. El domingo, por tan solo 8 euros, ofrecen un brunch muy completo: bebida caliente, zumo, pan, queso, yogur, crepe, frutas frescas, huevo e, incluso, helado. ¡Toma ya!

Un café con leche y el diario - Saturnus (Eriksbergsgatan, 6)

La prensa internacional, pasteles ultra voluminosos e hipercalóricos (aquí sería un pecado no zamparse un cinnamon band, pero lo podéis compartir entre 2 o 3 personas) y un exquisito café con leche servido en una de las más grandes tazas de Estocolmo. Un local cosmopolita y cálido, simplemente genial para pasar el rato con los tuyos. La carta también cuenta con sándwiches y ensaladas inspiradas en “everywhere” (todo el mundo), como lo cuenta el propietario del local. Algunas perlas del Saturnus: el cubano (lomo con salsa barbacoa), el rouben de pastrami, los batidos de fruta fresca o su cheesecake con nueces de Macadamia.  Precio medio: 12 euros.

En un mercado - Roberto (Östermalmstorg, 114)

Durante una estancia en Estocolmo, es de visita obligatoria  el mercado cubierto Östermalms Saluhall. Cuenta con lujosas e impolutas paraditas con productos gourmets locales: reno, salmón, mariscos, quesos y tortas. Cerca de la entrada se encuentra el café Roberto, en el que podréis retomar fuerzas antes de seguir con el tour turístico.

Tras los pasos de Mikael Blomkvist–Melquwist (Hornsgatan, 78)

Conocido por tener uno de los mejores cafés de la ciudad y por ser uno de los locales en el que Mikael Blomkvist, protagonista de la trilogía policiaca Millenium de Stieg Larsson, resuelve algún que otro crimen con la ayuda de Lisbeth Salander. Los habituales de este muy concurrido local suelen pedirse el pack desayuno, que incluye: zumo fresco, bebida y sándwich caliente (probad el de huevo y mozzarella) por unos 11 euros. El otro punto fuerte del Melquwist es su agradable terraza con mantas y estufas para quienes se atrevan a desafiar las bajas temperaturas.

Tienda y café – Taverna (Hornsgatan, 5)

Totalmente arty y contemporáneo. El local, cuya larguísima pared está decorada con un sobrio grafiti negro da la bienvenida al visitante con una tienda de delicatessen internacionales, un stand de charcutería y una panadería-pastelería. La consumición se puede tomar en uno de los bancos dispuestos como si el comedor fuera una terraza.

El clásico infalible - Vete-Katten (Kungsgatan, 55)

Abierto desde principios del siglo pasado, es una institución con aires de salón de té clásico y elegante en el que el personal es más que encantador. Generaciones de habitantes de Estocolmo vienen aquí a disfrutar de su excelente pan y de sus pasteles tradicionales como el semla (un brioche relleno de nata y crema de almendras) y la trenza de canela, elaborados con grandes dosis de azúcar y mantequilla, y que resultan exquisitos acompañados de una gran taza de café negro. Para dar con el Vete-Katten, dejaos guiar por el olor a dulce que invade las calles de los alrededores.

Rock&tartas - Café Fatölgen (Götgatan, 12)

Curioso. Para acceder al salón donde conviven lámparas de araña de cristal, pósteres de estrellas del rock y un papel pintado con estampado floral, hay que pasar por la cocina de este local con estética glam rock. En este recorrido pasamos ante las más de 12 tartas, la especialidad de la casa, listas para ser devoradas (5 euros la porción). Una buena ruta promocional, ya que es imposible resistir a la tentación.

Mágico - Rosendals Kafé(Rosendalsterrassen, 12)

No existe lugar más mágico para comer o tomar un café. Este local está en medio de un invernadero repleto de plantas, a su vez en medio de un inmenso jardín lleno de manzaneros que en verano sirve de terraza hippie chic. Y entre este panorama bucólico que amaréis nada más cruzar la puerta, podéis disfrutar de un menú preparado con productos 100% orgánicos procedentes de la huerta. Las especialidades del Rosendals Kafé son las sopas, elpastel de zanahoria y cualquier dulce preparados con flores del jardín en su pastelería artesanal  (pastelitos de rosa o de ortigas, por ejemplo). 

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Por Gastronomistas

 

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Explorar Florencia por las localizaciones de la película Hannibal

Aunque no tiene la fama de Hollywood, Florencia es un apreciada ciudad para el rodaje de películas. En la capital de la Toscana se han filmado grandes títulos como Una habitación con vistas de James Ivory, Té con Mussolini del Florentino Franco Zeffirelli, Retrato de una dama protagonizada por Nicole Kidman u Obsesión, el remake de la película Vértigo de Alfred Hitchcock, por citar algunas de las más destacadas. Y para 2015 ya se está preparando el rodaje de Inferno, la adaptación del best seller de Dan Brown.

La bella ciudad de Florencia ha encandilado a los grandes directores de cine, con su intrigante atmósfera, sus callejuelas medievales y los imponentes edificios históricos, que la convierten en una ciudad referente de Europa y en un solicitado escenario para el rodaje de las grandes producciones de cine.

Una visita por estos escenarios no quiere decir pasar por alto los imprescindibles elementos monumentales y artísticos de Florencia. ¡Todo lo contrario! Capital cultural y cuna de grandes genios literarios y artísticos, Florencia está impregnada de su legado y sorprende a cada momento con algún rincón mágico.

En esta ocasión, hemos desgranado algunos de los escenarios de la mítica película Hannibal, un perturbador thriller basado en la novela de Thomas Harris y secuela de El silencia de los corderos, de los que sacó gran partido su director de Ridley Scott.

Gracias a ella, la farmacia de Santa María Novella se convirtió en un popular y visitado negocio. Hasta aquí acude su protagonista, interpretado Anthony Hopkins, para hacerse con unas fragancias y jabón de almendras para Clarice, que encarna Julianne Moore. Se trata de un negocio fundado en 1600 por frailes dominicos, que ya elaboraban por aquel entonces aromas exóticos.

Hannibal se escuda bajo la falsa identidad del doctor Fell, que vive en Florencia y trabaja en la biblioteca del Palazzo Capponi, en via dei Bardi 36. Aunque para la película los edificios se reubican en función de la producción, cuando Pazzi se dirige a la Biblioteca par recoger los enseres del antiguo conservador, sube por las escaleras del Spedale degli Innocenti, un antiguo orfanato considerado la primera obra de Filippo Brunelleschi. Los claustros de este edificio albergan teracotas de Lucca della Robbia y pinturas de Botticelli, Piero di Cosimo y Domenico Ghrilandaio.

La Piazza della Signora es otro lugar destacado en la película. Aquí el inspector Pazzi se entretiene fumando antes de llegar a la reunión que se está celebrando en el Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio, en el que se decide si dar el puesto de conservador de la Biblioteca Capponi al doctor Fell. La plaza es el corazón de la vida social de la ciudad y se encuentra muy cerca del famoso Ponte Vecchio.

También el Ponte Vecchio aparece en la película. Aquí encontrarás numerosas tiendas, como en la el inspector Pazzi compra la pulsera de plata, y que le servirá para recoger las huellas de Hannibal. Según la leyenda, los comerciantes vendían su mercancías en este lugar porque el puente estaba exento de tasas e impuestos. También se cree que aquí surgió el término bancarrota debido a que, cuando un vendedor no podía pagar sus deudas, los soldados rompían su mesa para evitar que continuara con el negocio.

En la sala dei Gigli del Plazzo Vecchio es donde celebra sus conferencias sobre arte y donde el temido antropófago mata al inspector que sigue sus pasos, Rinaldo Pazzi. Se encuentra en la plaza de la Señoría y acoge un museo con obras de Miguel Ángel, Visari o Brozino. En la fachada principal podemos ver la Torre de Arnolfo, uno de los principales símbolos de Florencia.

En la iglesia de Santa Croce se organiza el concierto de Dante's Inferno y es donde Hannibal se reúne con la mujer de Rinaldo. Se trata de la iglesia franciscana más grande del mundo y, aunque su interior no es tan llamativo como su impresionante fachada, para su decoración participaron artistas como Brunelleschi, Donatello o Giotto. Se la conoce como el Templo de las Glorias de Italia ya que contiene los sepulcros mortuorios de personajes históricos como Miguel Angel, Galigelo, Dante o Maquiavelo.

Cerca de la fuente Porcellino, el doctor Lecter apuñalará al gitano Enrico Loverso, que intenta robarle su bolsa. El Porcellino es una simpática escultura realizada en bronce, que en representa en realidad a un jabalí, no a un cerdo. La obra del escultor Pietro Tacca, réplica de la que se encuentra en el Palazzo Pitti, está en la Plaza del mercado en via Porta Rossa. La leyenda dice que tocar su hocico da buena suerte y para tener más suerte aún, debes introducir una moneda por su boca.

Si te acercas a verla, también disfrutarás del Mercato Nuevo que se monta cada día a su alrededor y en el que encontrarás productos de artesanía.

Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.

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7 enotecas de Florencia para descubrir el vino toscano

Si sois amantes del vino, Florencia es vuestro destino. No solo porque la ciudad es capital de la región italiana de la Toscana, una de las DO más aclamadas del mundo con el vino chianti como buque insignia, sino también porque está repleta de enotecas donde disfrutar de especialidades gastronómicas maridadas con una amplísima variedad de grandes vinos que se pueden pedir por copa. Todo un lujo, de presupuesto razonable, que os permitirá catar y descubrir los tesoros enológicos de la región y del país.

La Volpi e l’Uva

Este diminuto local, propiedad de tres socios florentinos, es toda una referencia, ideal si os queréis alejar de los establecimientos más frecuentados de la ciudad. En la barra o en su magnífica terraza, a dos pasos del emblemático Ponte Vecchio, disfrutaréis de vinos por copa con más de 45 referencias distintas de tintos italianos y de blancos franceses procedentes de pequeñas bodegas locales, en su mayoría biodinámicos y ecológicos. Uno lujo que cuesta entre 4, 50 y 9 euros y que se marida con platitos de una carta compuesta por especialidades de la mejor calidad de la región de Florencia: charcutería (mortadela, salami, jamón), quesos servidos con el buenísimo pan seco schiacciata y crostinis (tostadas). Y si os enamoráis de un vino, estáis de enhorabuena, ya que La Volpa et L’Uva también es una tienda. Os podréis dejar aconsejar por Ricardo, uno de los simpáticos propietarios, que con pasión os recomendará cuál es vuestra botella ideal entre las más de 1.000 referencias que llenan las paredes.

Fuori Porta

Esta enorme y acogedora enoteca, a la vez restaurante y tienda, situada al lado de la puerta de San Miniato, se llena cada día de una clientela de fieles, y es de visita -y cata- obligada si estáis en Florencia. Aquí olvidaos de la pasta y la pizza, la cocina es simple pero deliciosa a base de sándwiches gourmets, bruschettas (tostas), carnes, ensaladas, pinchos y tablas de embutidos y quesos. El protagonista indiscutible de este local es el vino, con cerca de 500 opciones distintas a disfrutar por copa. Una cifra poco habitual y que permite descubrir los caldos de la Toscana y de las demás DO italianas. Por si fuera poco, unas cinco veces al año renuevan esta carta, que también se puede comprar en botella para llevar. Un suvenir in-dis-pen-sa-ble.

Pitti Gola

Atreveos a pedir la carta de la bodega y os quedaréis pasmados ya que por poco no cabe en la mesa. Este establecimiento es imprescindible si os definís como auténticos ‘wine lovers’ ya que alberga tesoros en su bodega… ¡con etiquetas que se remontan al año 1950! Los precios pican un poco más (a partir de 6,60 euros la copa), pero vale la pena si queréis descubrir los grands crus de la Toscana y del Piamonte especialmente, y del resto de la península en general, que destacan por ser vinos de tradición y de cepas locales. El equipo está compuesto por jóvenes apasionados que os recomendarán, sin duda, una cata de lujo. Para acompañar la degustación, cuentan con una exquisita carta de especialidades italianas: pasta, lasaña, carnes selectas… Además, disfrutaréis del momento sentados en la terraza situada en la majestuosa plaza Pitti. 

Fratelli Zanobini

Pequeña tienda en pleno barrio de San Lorenzo donde encontrar vinos toscanos (representan el 50% de la bodega) y del resto del país, con cerca de 500 etiquetas distintas, además de licores y espumosos. Llevan 44 años abiertos y transmiten su conocimiento vitícola de generación en generación. En el local se puede pedir una cata en el pequeño mostrador de degustación, al que se han acercado ya miles de amantes del vino. Eso sí, hay poca cosa para picar así que mejor ir con el estómago lleno. También tienen seis caldos de la casa.

Casa del vino

Nada parece haber cambiado en este local desde que abrió allá por el 1900. De hecho, visto desde fuera parece más una tienda de antigüedades, por su barra de mármol, sus vitrinas y muebles de madera repletos de fotos en blanco y negro, y alguna que otra caja de madera de vino recubierta de polvo. Este local pertenece a la misma familia desde sus inicios y se define como una osteria donde tomar de pie y a cualquier hora del día una copa de tinto de la Toscana, Piamonte o Sicilia, mientras se hinca el diente a panini y tablas de embutidos del día. También son conocidos por tener algunos de los mejores champagnes franceses de la ciudad.

Bevo Vino

Cuenta con una decoración más cosy, con unas pocas mesas y un público más joven, más cool. Los hedonistas aquí pueden elegir entre 30 vinos italianos que se sirven por copa mientras comen un buen panini o el menú del día, compuesto por platos de carne y pasta del más puro recetario italiano. Las copas son servidas generosamente por un equipo muy atento. El precio medio ronda los 12 euros si comes y tomas una copa o 5 euros si solo vienes a brindar. Via de San Niccolò, 59 r. De lunes a domingo de 12 a 01.00 h.

Coquinarius

Al ladito mismo del impresionante Duomo, Coquinarius es lo más parecido a un bistró. Es bar de vinos delante y restaurante en el fondo. De la cocina emana un olor que hace la boca agua. Aquí se puede saborear un menú de temporada con lasbruschettas(rebanadas de pan tostado rebozadas con ajo), la carne y los pescados como protagonistas. Mención especial también para las ensaladas, de composición atípica pero exquisitas, como la de tomates secos, berenjenas, pipas, flores de calabacín y peras. Esta elegante enoteca ofrece una gran variedad de vinos italianos en su mayoría, pero también alguna que otra etiqueta procedente de destinos más originales: Argentina, Austria, Chile o California. Vino en copa o en botella.

Reserva tu Vueling a Florencia y anímate a descubrir el vino de la Toscana.

Texto y fotos de Laia Zieger de Gastronomistas.com

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El cementerio monumental de Staglieno

La magnífica ciudad portuaria de Génova, situada en el norte de Italia, es el lugar perfecto para hacer una escapa de un par de días, donde descubrir las joyas que ha ido acumulando con el tiempo, fruto de las múltiples historias acontecidas en ella.

Sin duda alguna, su puerto antiguo es su principal punto de atracción, que a raíz de la celebración del 500 aniversario del descubrimiento de América – uno de sus ciudadanos más célebres es Cristóbal Colón- se aprovechó para ponerlo a punto y darle una renovación que venía necesitando desde hacía años. Fruto de ésta son la presencia del Bigo, un estructura de aspecto futurista, obra de Renzo Piano, desde la que se pueden obtener vistas de la ciudad, el Acuario, la Biosfera, o el Galata Museo del Mar, que es uno de los mayores espacios dedicados al mar en Europa.

Pero además de su puerto, en la capital de Liguria hay muchas más cosas para disfrutar, como pasear por su centro histórico y perderse por sus caruggi, que es como aquí denominan a los estrechos y sombríos callejones que lo recorren. También se pueden visitar los Rolli de Génova, que son una serie de palacios renacentistas y barrocos de los siglos XVI y XVII, de los que cuarenta dos de ellos se encuentran incluidos dentro de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y tampoco deben de faltar la Catedral de San Lorenzo, o la espectacular plaza de Ferrari. Y para aquellos que quieran profundizar en la historia de Italia, nada mejor que ir al Museo del Risorgimento, ubicado en la que fuera la residencia de Giuseppe Mazzini, figura fundamental en la unificación del país.

El cementerio Monumental de Staglieno

Además de todos estos monumentos y espacios, que bien seguro que encontraréis en cualquier ruta turística por la ciudad que se precie, Génova cuenta con una curiosidad digna de ser visitada, y es el caso del cementerio Monumental de Staglieno. Situado en las afueras de las ciudad, en una colina al lado del valle Bisagno, en el distrito de Staglieno, es uno de los cementerios más grandes de Europa, que destaca por los interesantes conjuntos escultóricos y arquitectónicos de las tumbas y panteones que hay en él. 

A raíz del edicto napoleónico de Saint-Cloud, que data de 1804, y en el que se prohibían los enterramientos en las iglesias o en el área interior a las murallas, se empezó la construcción de los cementerios en las afueras de las ciudades. Este es el caso de Génova, que en 1835 le encargó a Carlo Barabino el diseño del suyo. Los trabajos de construcción empezaron en 1844, siendo inaugurado en 1851, aunque las obras se prolongaron hasta 1880. Con el tiempo fue creciendo en el espacio, incorporando además áreas dedicadas a otras religiones, como las judía, la ortodoxa, la inglesa (donde se encuentra ubicada la tumba de Constanza Lloyd, la esposa de Oscar Wilde) o la protestante.

Sus orígenes coincidieron en el tiempo con un momento de especial florecimiento entre la burguesía de la ciudad, que no dudó en dejar la huella de sus méritos de cara a la eternidad contratando a artistas para que les hiciesen los más bellos mausoleos. Entre estos artistas se encuentran escultores como Leonardo Bistolfi, Augusto Rivalta, Giulio Monteverde, y Edoardo Alfieri.

Un paseo por este espacio es un recorrido por los diferentes estilos que se han sucedido entre los siglos XIX y XX, con obras del Neoclasicismo, el Realismo, el Simbolismo , el Liberty y el Art Deco. Si a esto le añadimos la presencia de la naturaleza que se entremezcla entre los diferentes elementos arquitectónicos, la experiencia puede resultar absolutamente perturbadora e inspiradora.

Son muchos los que se han dejado seducir por este monumental cementerio. Friedrich Nietzsche y Paul Rée solían discutir sobre filosofía mientras paseaban por él; Hemingway dijo que “era una de las maravillas del mundo”; y Peter Saville no dudó en usar fotos realizadas por Bernard Pierre Wolff de algunas de las esculturas de este cementerio para ilustrar las portadas Love Will Tear Us Apart y Closer de la banda musical inglesa Joy Division.

Reserva tu Vueling a esta fantástica ciudad del Mediterráneo y aventúrate a descubrir su puerto viejo, a recorrer sus caruggi, a disfrutar de sus palacios, y a hacer una visita a tan especial cementerio.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de jeff kerwin, Enrico Sirola, Superchilum

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