A 30.000 pies por viajeros para viajeros

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Destinos de cine: Londres, París, Roma, Barcelona y Praga

Vuelve la emoción de los Premios Óscar, la gala anual que premia a las mejores películas de cada año. Historias que retratan personajes únicos y ofrecen viajes a lugares recónditos o cercanos. Para abrir boca, sentémonos en nuestro sofá o butaca preferida, hagamos palomitas y viajemos a ciudades que han servido de telón de fondo a películas que son parte de nuestra historia. ¿Preparado? Tres, dos, uno… ¡acción!

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Mulhouse la gran desconocida de Alsacia

Dos ciudades alsacianas acaparan la mayoría de visitas: Estrasburgo, sin duda una de las urbes más bonitas de Francia, y Colmar, la capital vinícola de esta zona. Pero si hay una gran olvidada en la nueva región del Gran Este, ésta es Mulhouse una antigua república independiente situada en un vértice en el que confluyen tres países europeos: Francia, Alemania y Suiza. Es quizás por esta ubicación privilegiada que Mulhouse es en la actualidad una de las poblaciones francesas con mayor proyección cultural y creativa gracias en parte a la importancia que tuvo en el siglo XIX el sector textil que la ha dotado de un interesante patrimonio industrial.

Mulhouse es Ciudad de Arte y de Historia, primera población alsaciana en recibir esta distinción, y uno de sus puntos de referencia es la plaza de la Réunion, su centro histórico, muy fácilmente reconocible por su antiguo Ayuntamiento pintado en tono rosado. En este lugar se alza el templo protestante de Saint-Étienne, a cuyo campanario se puede subir previa petición y descubrir unas vistas impresionantes de la ciudad.

Mulhouse fue uno de los primeros núcleos industriales de Francia donde sobresalió la industria textil. Muestra de este pasado son el Museo de la Impresión de Telas, que acoge cada año una exposición temática vinculada siempre a un diseñador conocido, o el Parque de Wesserling – Ecomuseo Textil en el que se hacen visitas teatralizadas y muestras de modistos. Mención aparte merecen los ejemplos de arquitectura industrial (antiguas fábricas de ladrillo rehabilitadas), de street art y de arte contemporáneo que hay por el centro de la ciudad.

Otro de los lugares a visitar es la Cité de l’Automobile (Collection Schlumpf), ubicada a unos cinco minutos del centro. Este espacio, considerado uno de los principales museos del automóvil del mundo, reúne más de 400 vehículos y en él destaca una más que importante colección dedicada a Bugatti. La Ciudad del Automóvil, que está dividida en cinco espacios diferenciados, es un verdadero museo interactivo en el que se proyectan interesantes audiovisuales sobre la industria del motor, además de tener varios simuladores con los que experimentar las sensaciones que tiene un piloto de carreras.

A las afueras de Mulhouse, en la localidad de Ungersheim, se encuentra el Ecomuseo de Alsacia, el más importante de Francia de este tipo. Es ideal para ir en familia porque los niños pequeños se lo pasarán fenomenal. Aquí tanto se puede saber más de las tradiciones regionales de Alsacia como conocer, por ejemplo, cómo eran las antiguas escuelas de esta región o cuáles eran los oficios más importantes que se desarrollaron, entre los que destacaban los herreros, los carpinteros de carros o los alfareros. También es curioso ver cómo se destilaban por aquel entonces los aguardientes locales o cómo se cocinaba. Además se pueden degustar recetas tradicionales y auténticas como la gelatina de apio, las patatas con ortigas, o el sorbete de albahaca.  

Por último, para probar la gastronomía alsaciana os recomendamos que os dirijáis a un winstub, que es el equivalente al pub en Alsacia (el Restaurante Le Cellier es una opción perfecta), donde se pueden degustar especialidades locales como el fleischschnakas, una exquisita carne guisada envuelta en una pasta de harina, el flammkuchen o tarte flambée, una fina masa de pan sencilla sobre la que se colocan otros alimentos como cebolla cruda, panceta y nata líquida, o el chucrut, acompañadas por deliciosos vinos alsacianos. Y para salir por la noche la mejor opción es dirigirse a Le Gambrinus donde se respira muy buen ambiente y donde elaboran una excelente cerveza artesanal (Bière du Bollwerk).

Mulhouse es una ciudad perfecta para recorrer en un fin de semana. El aeropuerto internacional Basilea-Mulhouse-Friburgo, que comparten Francia, Alemania y Suiza, está a tan solo 30 minutos del centro. Más información sobre los vuelos aquí.

Texto de Tusdestinos.net

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La Sevilla moderna

Pese a la Semana Santa, la feria o las tardes interminables de toros, Sevilla ha sabido adaptarse al paso del tiempo para convertirse en una ciudad moderna y cosmopolita. Recorrer sus calles es una amalgama de tradiciones y tendencias que conviven entre el sabor y el colorismo que tan célebre han hecho a la capital andaluza.

Tanto si has estado en Sevilla antes como si es tu primera vez, sabrás que la Catedral, el Real Alcázar, la Torre del Oro o el barrio de Triana son visitas obligadas. Pero hoy Sevilla es mucho más. La capital hispalense es un importante centro de creación artística y un lugar en el que ir a disfrutar de edificios de vanguardia y locales indie: bienvenidos a la Sevilla moderna.

Dónde buscar

Si queremos encontrar la Sevilla más rompedora, nuestro epicentro es la plaza de la Encarnación, en el corazón del céntrico barrio de la Alfalfa. Aquí se alza el Espacio Metropol Parasol, más conocido como Las Setas, del arquitecto berlinés Jürgen Mayer. Un monumento que antes de empezar a construirse ya levantaba todo tipo de polémicas por tratarse de un diseño tan rompedor en medio del casco histórico. El complejo acoge desde un mercado, restaurantes, un mirador o el alucinante Antiquarium, un museo arqueológico en el que admirar el subsuelo romano de la ciudad.

Siguiendo con nuestra ruta encontraremos locales de moda y bares de decoración alternativa en la Alameda de Hércules y sus aledaños. Por ejemplo, en la calle Feria los amantes de la ropa de segunda mano (sea o no de firma) no pueden perderse tiendas como Ropero Sevilla o Crispa2. O si lo tuyo son los muebles y la decoración de los años 50, en Retrogrado (C/ San Luis 81) seguro que encuentras algún detallito. En el barrio del Arenal, tabernas con solera conviven con galerías de arte contemporáneo. Por eso, no debemos extrañarnos si en algún lugar trendy nos sirven una manzanilla con una tapa fusión. Lo mejor en Sevilla siempre es caminar sin rumbo y dejar que la ciudad te lleve.

Modernidad a 178 metros

Junto con Las Setas de la Encarnación, la Torre Pelli, entre el barrio de Triana y la Cartuja, es el otro indicador de que Sevilla está a la última. Pero este rascacielos tampoco estuvo exento de polémica ya que, a excepción de la Giralda, Sevilla nunca ha tenido construcciones altas, por lo que muchos criticaron que se rompiese la estética horizontal. Pasear por esta zona te permitirá ver también los edificios restantes de la Expo del 92, época en la que se levantaron obras tan significativas como la nueva terminal del Aeropuerto, que diseñó Rafael Moneo, la Estación de Santa Justa de Cruz y Ortizo el famoso Puente del Alamillo de Santiago Calatrava.

Comer y dormir

La oferta gastronómica sevillana es enorme, pero si quieres probar esa cocina que reinventa los clásicos tradicionales, Yebra es tu restaurante. Sin lujos ni ostentaciones, este espacio es de los que solo frecuentan los locales. Entra, mézclate con la gente y disfruta. La Macarena es uno de los barrios más castizos de la ciudad y rápido te sentirás como en casa.

Y para dormir, hoteles como el Gran Meliá Colón, un clásico sevillano redecorado con mobiliario firmado por diseñadores como Philippe Starck, Marcel Wanders y Edra, o el Eme Catedral Hotel, un edificio del siglo XVI equipado a la última, te permitirán descansar como un auténtico rey.

Ahora solo te queda preparar la maleta y buscar tu vuelo para Sevilla.

 

Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de losmininos

 

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Berlín por Panenka

Ilustración de Pep Boatella pepboatella.com

Panenka, la revista del fútbol que se lee, nos trasporta a través de su pasión por este deporte a otros países, en esta ocasión a la capital alemana de la que nos desgrana su once ideal, tanto de aquellos lugares relacionados con el deporte rey como de los más turísticos.

EL ONCE DEPORTIVO

1 Olympiastadion | Escenario de las cuatro bofetadas olímpicas de Jesse Owens a Adolf Hitler. Sólo por eso, merece la pena.
2 Alte Pumpe | Una estatua recuerda aquí el viejo y coqueto estadio del Hertha antes de la división de la ciudad, en agosto de 1961.
3 Friedrich-Ludwig-Jahn-Sportpark | Único estadio 'nacional' -el de la RDA- que estuvo al lado de una frontera internacional -el Muro-.
4 Alten Försterei | Los hinchas de Union, el equipo rebelde del Este, renovaron colectiva y desinteresadamente este campo de Bundesliga 2.
5 Dynamo | Añora su pasado como club del régimen. En lugar de burócratas comunistas, ahora le animan neonazis en 9ª división.
6 Karl-Marx-Allee | En Good bye Lenin la ciudad, reunificada, celebra el Mundial'90 en esta avenida de arquitectura estalinista.
7 Hanne am Zoo | Uno de los bares más futboleros, regentado por un ex central de Hertha y Bayern, estuvo aquí hasta su cierre en 2010.
8 Puerta de Brandeburgo | Cada mes de mayo alberga una fiesta masiva con motivo de la final de la copa alemana (DFB Pokal).
9 Columna de la Victoria | Lo primero que cruzan los 40.000 participantes de la Maratón de Berlín, idónea para hacer marca.
10 Germania 1888 | Se autoproclama el club de fútbol más antiguo de Alemania. No ha hecho mucho en estos 125 años, además de subsistir.
11 Charlottenburg | Burgués barrio en el que creció Jerome Boateng. Kevin-Prince en cambio maduró en Wedding, bastante más jodido.

EL ONCE TURÍSTICO

A Potsdamer Platz | Tierra de nadie durante la Guerra Fría,
ahora es el centro de la ciudad. En febrero alberga la Berlinale.
B Unterwelt | La II Guerra Mundial arrasó el 50% de la ciudad.
En esta estación de metro visitarás un claustrofóbico refugio.
C Alexanderplatz | La torre de la televisión, el edificio más alto
de Berlín y vestigio de la fugaz pujanza de la RDA en los 70.
D Normanstrasse | Otro recuerdo de aquel país que ya no existe es el cuartel de la Stasi: acojona tanto como La vida de los otros.
E Friedrichshain | Clubes techno de noche y mercadillos indie
de día, es el barrio más joven de la más joven capital de Europa.
F Wansee | ¿Quién dice que Berlín no tiene playa? En verano,
las del lago Wansee se abarrotan aunque el agua verde no invite.
G Carnaval de las Culturas | En mayo la ciudad explota con el color y calor de su Carnaval multiétnico. Se acabó el invierno.
H Kreuzberg | Un barrio que parece Estambul, y que los jueves celebra un mercadillo de alimentos bastante económico.
I Tempelhof | Antiguo aeropuerto que nutrió a los berlineses durante el bloqueo aéreo de 1948, decretado por Stalin.
J Club der Visionäre | Las noches de verano se sorben relajadamente en el jardín de este bar, en un recodo del Spree.
K PrenzlauerBerg | Calles con aire afrancesado plagadas de pequeños cafés y tiendas de diseño. Más cool, imposible.

Ilustración de Pep Boatella pepboatella.com

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