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Sevilla y la saga «Star Wars»

La Plaza de España, uno de los principales atractivos arquitectónicos de Sevilla junto a la Catedral y la Torre del Oro, es bien de interés cultural. Fue proyectada por Aníbal González dentro del conjunto del parque de María Luisa para la exposición Iberoamericana de 1929. Se trata de la mayor plaza abierta que hay en Sevilla y está realizada en estilo regionalista con predominio del ladrillo y la cerámica.

¿Naboo? ¿Es un barrio de Sevilla?

En el Episodio II: El Ataque de los Clones (2002), la monumental Plaza de España, se transformó en Theed, la capital de Naboo, el planeta gobernado por la reina Amidala. En la famosa escena que se puede ver en la película galáctica, Anakin y la propia Amidala conversan sobre su relación en un paseo por la plaza -eso sí, como no podía ser de otra manera, tras la posproducción fueron eliminados los clásicos azulejos dedicados a los territorios de España-.

La verdad es que solo fueron dos minutos para una escena que no fue de las más determinantes del film. Pero eso, ¿qué más da? El caso es que la inigualable belleza de Plaza de España fue suficiente para que George Lucas se enamorase de esta localización y decidiera rodar aquí una escena con dos de los principales protagonistas de la saga. ¡Ah!, y como no, tampoco faltó el entrañable robot R2D2.

El rodaje se produjo en septiembre del año 2000 en prácticamente dos días, el tiempo suficiente para poner patas arriba la ciudad, tras el desembarco de una legión de actores, productores, técnicos… unido a miles de personas curioseando constantemente y tratando de hacerse con un papel de extra en la mítica saga galáctica. Finalmente fueron unos pocos privilegiados -50-  los que consiguieron ser figurantes, y quedar inmortalizados caminando por la plaza caracterizados como habitantes de Naboo.

Sevilla, decorado de película

La Plaza de España también la hemos visto en otras películas como Lawrence de Arabia (1962) o El Dictador (2012). Pero hay otros monumentos que han quedado para la posteridad en la gran pantalla con actores como Tom Cruise o personajes como el Capitán Alatriste. Pero ¿qué encontraron en Sevilla George Lucas, Ridley Scott o Agustín Díaz Yanes para elegirla como escenario de sus películas? Seguramente su riqueza cultural y urbana, la gastronomía, las buenas comunicaciones, el excelente clima, y su extensa oferta lúdica son los componentes perfectos no sólo para el rodaje de películas, sino también para hacer una escapada en cualquier época del año.

Los Reales Alcázares se han convertido en otro de los escenarios frecuentes en la historia fílmica de esta ciudad, ofreciendo un decorado formidable a títulos como Rojos, de Warren Beatty; Alatriste, de Agustín Díaz Yanes o 1492: La conquista del paraíso, de Ridley Scott, director que fue reincidente con la grabación de El reino de los cielos. Se trata del palacio real en activo más antiguo de toda Europa. Pedro I lo mandó construir en el s. XIV, y en su interior se aglutinan vestigios de tres de las culturas con mayor presencia en la península ibérica durante la Edad Media: la judía, la árabe y la cristiana.

Otros escenarios sevillanos inmortalizados en el cine han sido, la Catedral levantada sobre la antigua mezquita y tercer templo en tamaño de la cristiandad, de la que parte la emblemática Giralda; el Archivo de Indias, o el barrio de Santa Cruz. Estos edificios, ubicados en el casco antiguo, sirvieron de telón de fondo en la película Knight & day, una vertiginosa película dirigida por James Mangold, en cual pudo verse a Tom Cruise y Cameron Díaz en plena persecución huyendo en moto de sus enemigos. En este mismo entorno se rodaron varias escenas de la película española Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil y protagonizada por Eduardo Noriega, Jordi Mollà y Natalia Verbeke.Por último, y sin dejar el cine español, está Carmen, cuyo personaje principal fue interpretado por Paz Vega. En esta película, las escenas de la antigua fábrica de tabacos fueron rodadas en el actual rectorado de la Universidad de Sevilla. El edificio bien merece una visita; levantado en el siglo XVIII y superado en tamaño en España tan sólo por el Escorial.

¿A qué esperas para revivir estos momentos cinematográficos? Y ahora que estamos de enhorabuena por el estreno de Episodio VII: El Despertar de la Fuerza ¿que mejor de rendirle homenaje a la saga visitando el impresionante escenario de uno de sus films? No esperes más, Ve a Sevilla con Vueling y que la fuerza te acompañe.

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Turismo de Sevilla

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Guía por la Bruselas de Tintín

Sabemos que Tintín viajó por América, la Unión Soviética, China, Suramérica… ¡incluso llegó a pisar la Luna! Pero, ¿dónde vivía el entrañable periodista creado por Hergé? Aunque el dibujante nunca lo expuso abiertamente, es incuestionable que Bruselas, la ciudad en la que vivió a lo largo de toda su vida, se asoma a las viñetas siempre que el irónico reportero y su fiel Milú están en casa. Nos adentramos en las aventuras de Tintín y descubrimos los palacios, museos, hoteles, teatros y parques de la capital belga que Hergé transformó en imágenes de cómic.   

Al regresar de sus primeras aventuras en el país de los soviets, Tintín y Milú son recibidos como héroes por una multitud en la Estación del Norte, copia exacta de la antigua Gare du Midide Bruselas. En la actual terminal reluce un mural inspirado en una viñeta de Tintín en América que celebra el centenario del nacimiento de Georges Remi “Hergé”.  

En la segunda de sus 24 aventuras, el icónico reportero y su fiel amigo viajan hasta el Congo, en un volumen que, seguramente, Hergé empezó a imaginar tras diversas visitas al Museo Real de África Central. Entre muchos otros guiños, el hombre-leopardo que amenaza a Tintín en el cómic imita la estatua de Paul Wissart expuesta en el museo.

El 26 de la calle del Labrador es una dirección de sobras conocida por los tintinófilos. Citada por primera vez en La oreja rota, no la busquéis en el callejero de Bruselas. Mejor os acercáis hasta el 26 de la rue Terre-Neuve. Ahí os toparéis con un edificio muuuuy parecido al que esconde el piso del joven periodista.  

Erigido a finales del siglo XIX en la zona sur del Parque Real, el Palacio Real reluce como uno de los puntos más representativos de Bruselas. Edificio majestuoso, sirvió de modelo a Hergé para dar forma al Palacio Real de Muskar XII, rey de Syldavia, en El Cetro de Ottokar.

El Marché aux Puces de la Place du Jeu es desde 1873 el paraíso de coleccionistas, anticuarios, cazadores de tesoros, y buscadores de baratijas de Bruselas. Fue en este mercadillo de pulgas donde Tintín descubrió la maqueta del viejo velero con la que se inicia El secreto del Unicornio.

Las 7 bolas de cristales, muy probablemente, la historia en la que Hergé robó más imágenes del trazado arquitectónico de Bruselas. En la decimotercera entrega de las aventuras de Tintín aparece, por ejemplo, el Metropole, uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad. También podemos reconocer el teatro La Monnaie, en el cómic renombrado como de Palacio de Music-Hall. Y la mansión en la que reside el profesor Bergamotte es un calco exacto de la fastuosa villa del número 6 de la Avenida de Delleur. 

En Las 7 bolas de cristal también nos encontramos con el personaje de Rascar Capac, momia inspirada en una de las reliquias que se exponen en el Museo del Cincuentenario. Galería habitualmente visitada por Hergé en busca de ideas, donde también descubrió el fetiche que le inspiró la figura Arumbaya que centra la trama de La oreja rota.

Otro de los epicentros tintinófilos por excelencia es Uccle; al sur de Bruselas, una de las 19 municipalidades que conforman la capital belga. En Uccle encontramos el Planetarium de Bruselas, observatorio que Hergé dibujó en La estrella misteriosa. Destacar que en el Centro Cultural d’Uccle hay una estatua de Tintín y que en el cementerio de la localidad, a escasa distancia de la casa en la que vivió hasta su muerte, está la tumba del dibujante. En el33 de la rue Philippe-Baucq, en el mucho más céntrico barrio de Etterbeek, una placa recuerda que allí nació Georges Remi “Hergé” (la vivienda no se puede visitar).

En Louvain-la-Neuve, a menos de 30 minutos del centro de Bruselas, hallamos el Museo Hergé. Diseñado por el arquitecto francés Christian de Portzamparc, repartidas entre sus tres plantas y 8 salas de exposiciones, el museo atesora 80 planchas originales, 800 fotografías e infinidad de documentos y objetos varios relacionados con la vida y la obra del padre de Tintín y Milú.

Igual de recomendable para los amantes de Tintín en particular, y del noveno arte en general, es la visita al Museo del Cómic de Bruselas (Rue des Sables 20), donde se exponen miles de creaciones originales de algunos de las más relevantes creaciones del mundo del tebeo con denominación de origen belga: Los Pitufos, Lucky Luke, Spirou, Tintín…

El inmenso dragón de El Loto Azul pintado en el suelo en la entrada del 13 de la rue de la Collineos anunciará que habéis encontrado la Boutique Tintín. Sin duda alguna, la tienda ideal en la que abasteceros de todo tipo de objetos y recuerdos relacionados con nuestro reportero favorito y su entrañable tropa de compañeros de viñetas.

Anímate a adentrarte en el mundo de Tintín, reserva tu Vueling a Bruselas aquí.

Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Oscar W. Rasson, Julien, Andrea Carrozzo, CTJ71081, Dustin Hackert, Laurence Livermore, Su-Lin, Stephane Mignon

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Descubriendo la etapa coruñesa de Picasso

El período coruñés es el más desconocido de Picasso, pese a la gran importancia que le concedía el propio artista, quien en ocasiones llegó a valorarlo por encima de sus celebradas etapas azul o rosa. Todo empezó en octubre de 1891, cuando con 9 años Pablo Ruiz Picasso, sus hermanas Conchita y Lola y su madre María cambiaron su Málaga natal por Galicia al obtener el cabeza de familia, José Ruiz Blasco, una plaza de profesor en la Escuela Provincial de Bellas Artes de A Coruña. Aquel niño andaluz acudió durante tres cursos tanto al instituto local como a la citada escuela, donde inició sus estudios artísticos.

Durante el periodo de tiempo en el que residió en A Coruña llegó a realizar más de 200 piezas, que se conservan en los museos picassianos más importantes del mundo (París, Barcelona y Málaga) o en colecciones privadas, como es el caso del Retrato de Modesto Castilla vestido de moro, que en el 2012 se subastó por 2,6 millones de euros, siendo el cuadro pintado por un niño -lo realizó a la edad de 13 años- más caro jamás vendido.

Así pues, en tu visita a A Coruña no dudes en incluir la ruta que te proponemos a continuación y en la que podrás descubrir los lugares más significativos de la etapa coruñesa de Picasso.

La casa Picasso
Los Ruiz Picasso vivieron durante sus cinco años en Galicia en el segundo piso de la calle Payo Gómez, 14. Es una casa coruñesa de arquitectura típica, con galerías de madera, y cuya estructura original se mantiene. En el piso se puede ver la recreación de una vivienda del siglo XIX, con algunas reproducciones de la obra coruñesa de Picasso y de la de su padre, así como un grabado del primero contemporáneo a Guernica.

Instituto da Guarda
El Eusebio da Guarda, situado en la plaza de Pontevedra, es el centro en el que Picasso estudió enseñanza secundaria, con malas notas, y Bellas Artes, con excelentes calificaciones. En la primera planta fue donde recibió clases de artistas como su padre, Román Navarro, Isidoro Brocos o Amorós y Botella.

La plaza de Pontevedra
Esta plaza, que por aquel entonces era de arena y piedra, era donde Picasso jugaba a los toros y toreros con amigos como Antonio Pardo Reguera, Constantino Sardina o Jesús Salgado. Contaba con una fuente en la que la criada de los Ruiz Picasso iba a recoger el agua para uso doméstico.

Las playas de Riazor y Orzán
Se dice que Picasso descubrió por primera vez la desnudez femenina en Riazor. Ocurrió cuando jugaba cerca de las casetas con las que entonces contaba esta playa, en la que también había barcas, que Pablo dibujó. Del Orzán hizo un óleo sobre tabla.

La capilla de San Andrés
La reedificada capilla de San Andrés, de estilo neorrománico, se abrió al público en mayo de 1890. Desde entonces, luce en su interior siete esculturas de Brocos, uno de los profesores de Pablo en la Escuela de Bellas Artes. A pocos metros de la capilla se encuentra el Circo de Artesanos, donde Picasso recibió clases de baile.

La calle Real
En febrero de 1895, Picasso realizó su primera exposición en el número 20 de la calle Real, en lo que entonces era una tienda de muebles, por la que recibió dos críticas excelentes en la prensa. En marzo hizo la segunda en esta misma calle, se cree que en el número 54, donde mostró El hombre de la gorra, que hoy conserva el Museo Picasso de París.

El Jardín de San Carlos
En A Coruña, Picasso conoció la historia de Lady Hester Stanhope, amante de Sir John Moore, quien murió en 1809 en A Coruña y fue enterrado en este jardín. Le gustó tanto que se prometió visitar Inglaterra para indagar más sobre ella; de hecho, la primera vez que visitó París (1900) tenía pensando que la capital francesa era sólo una escala para llegar a Londres. Luego cambió de planes

Escola de Artes e Superior de Deseño Pablo Picasso
Este centro, situado en el número 2 de la calle Pelamios, tomó el testigo de la antigua Escuela de Bellas Artes. En sus pasillos se pueden admirar varios de los yesos que Picasso dibujó durante los tres cursos que estudió en A Coruña, y en el hall se exponen fotocopias de su expediente académico.

El cementerio de San Amaro
En este cementerio se encuentra enterrada Conchita, la hermana pequeña de Pablo, que murió de difteria el 10 de enero de 1895. En este camposanto yacen también Costales, Brocos, Navarro y Gumersindo Pardo Reguera.

Torre de Hércules
Picasso daba largos paseos desde su casa hasta la torre de Hércules, el faro que desde 2009 es Patrimonio de la Humanidad. Pablo la pintó al óleo, y además la dibujó en uno de sus cuadernos coruñeses y también en uno de sus periodiquillos, añadiéndole en este caso el sobrenombre de la “torre de caramelo”.

Texto de Turismo A Coruña

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Descubre el esplendor de los parques y palacios de Potsdam

Potsdam, situada al suroeste de Berlín, tiene mucho que mostrar al visitante, como sus espectaculares estudios cinematográficos UFA Studio (conocidos en la actualidad como Studio Babelsberg), que son los más antiguos y de mayor tamaño de Europa, la Torre Einstein, obra del arquitecto Erich Mendelsohn, o su singular barrio holandés. Pero si hay algo por lo que es popular esta ciudad es por la belleza y esplendor de sus parques y palacios, motivo por el cual la mayor parte de ellos se encuentran incluidos entre los lugares del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A continuación os animamos a hacer un recorrido por estas fabulosas joyas, algunas de ellas capaces de competir con el mismísimo Versalles.

El parque de Sanssouci, la joya de la corona

A poco más de media hora en transporte público desde Berlín se halla el parque Sanssouci, donde para muchos se encuentra el que sería el equivalente al Versalles alemán, y que atrae año tras a año a miles de visitantes. Este parque alberga un buen número de jardines y de palacios a cada cual más bello y más sorprendente. El artífice de todo este conjunto fue el rey Federico el Grande, que en su búsqueda de un lugar donde relajarse de la pompa de la corte berlinesa halló este maravilloso paraje en el que mandó construir el que sería su lugar idílico para el descanso. El propio nombre del parque esta toda una declaración de intenciones ya indica al visitante la afición que sentía el monarca por la cultura francesa, pues procede del término francéssans-souci,y que vendría a significarsin preocupaciones.

Entre los principales atractivos de este parque se encuentra el palacio de Sanssouci, edificado entre 1745 y 1747 por el arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff. De esta obra cumbre del estilo Rococó cabe destacar la biblioteca, donde no puede faltar la obra de autores franceses como Voltaire, amigo del rey Federico el Grande y por el que sentía gran admiración; la sala de conciertos, delicadamente ornamentada; y la sala de mármol, inspirada en el Panteón de Roma.  

Además de este fabuloso palacio de verano, este parque incluye otros espacios igual de singulares, obra de Federico el Grande y de sus sucesores. Destaca la Casa China (Chinesisches Haus), un pabellón en forma de trébol de inspiración oriental, cultura muy en boga por aquella época; la Orangerie (Orangerieschloss), desde cuyas torres se obtienen unas maravillosas vistas del parque; el Nuevo Palacio de Potsdam (Neues Palais), construido por orden de Federico II el Grande para conmemorar el fin de la Guerra de los Siete Años; o la Pinacoteca (Bildergalerie), con obras de artistas de la talla de Correggio, Rembrandt, Rubens, Anthony van Dyck, o Antoine Watteau.

El Jardín Nuevo de Potsdam

Situado al norte de Potsdam se encuentra el Neuer Garten (Jardín Nuevo) otro gran parque del que destaca la presencia del lago Jungfernsee. De imprescindible visita es el Marmorpalais, lugar de veraneo Federico Guillermo II y cuyo interior dejará fascinado a más de uno por su singular y recargada decoración. También aquí se encuentra Schloss Cecilienhof, un palacio rural de estilo Tudor. Este espacio ha pasado a la historia por ser el lugar de encuentro de la Conferencia de Potsdam en los que serían los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial.

Reapertura del parque y el palacio Babelsberg

Tras siete décadas cerrado, el parque y el palacio Babelsberg se visten de gala para volver a recibir visitas. Con motivo de esta esperada reapertura, del 29 de abril al 15 de octubre tendrá lugar una exposición en homenaje al príncipe de Pückler-Muskau, paisajista y diseñador de jardines y autor, entre otros, de los jardines de este parque. El palacio de Babelsberg será el encargado de acoger dicha exposición. Edificado a partir del 1833 para servir de residencia de veraneo para el futuro emperador Guillermo I y su esposa Augusta, fue diseñado por Karl Friedrich Schinkel, siguiendo la línea del estilo tudor inglés. Por otro lado, este extenso parque fue diseñado Peter Joseph Lenné, y en 1840 el príncipe de Pückler-Muskau se encargaría de culminar la obra dando su exquisito toque a los jardines.

Reserva tu Vueling a Berlín y anímate a conocer las maravillas que alberga la ciudad de Potsdam.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de Stiftung Preußische Schlösser und Gärten Berlin-Brandenburg

 

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