10 cafes Frankfurt
Por Silvia Artaza de Gastronomistas
Que Frankfurt es un lugar de contrastes es algo que se entiende a primera vista cuando uno aterriza en esta ciudad alemana. Unskylineque se levanta tras edificios de otra época; un ajetreado restaurante turco lleno de ejecutivos en traje a la hora del almuerzo; unapâtisseriejapo en la que tanto puedes comprarmacaronscomo sentarte a la mesa de susushibar.
Nos escapamos a Frankfurt tres días con el objetivo de encontrar pistas más allá de las afamadas salchichas que deben su nombre a la ciudad. Y las encontramos.
Partimos del NH City como centro de operaciones. Un hotel muy bien situado, a un paso de la Plaza Konstablerwache, de la que nace la zona peatonal comercial (Zeil). Allí mismo hay una parada de tren de igual nombre que tiene línea directa con el aeropuerto, una gran ventaja a tener en cuenta cuando planeas un viaje. Además, si te gustan los mercados, esta plaza acoge un interesante mercado de productos de la región los fines de semana, donde puedes probar un montón de cosas que ofrecen pequeños productores.
En Navidad, como en muchas otras ciudades de Alemania, los mercados tomar protagonismo en las calles, y es una época muy recomendable para visitar Frankfurt. Pero sin lugar a dudas, si se conoce esta ciudad alemana por una cita de impacto internacional esa es su Feria del Libro. Se celebra en octubre y es la más grande y más importante del mundo; un escaparate editorial que cuenta con más de 250.000 visitantes cada año.
No es octubre, pero nos hacemos con un buen libro y nos lanzamos a la calle para encontrar esos diez cafés donde pasarías las horas en compañía de la lectura.
1- Iimori Pâtisserie & Restaurant. Macarons y Sushi Bar.
Muy cerquita de la catedral, en pleno centro de Frankfurt, dos discretas japonesas nos dan la bienvenida en esta original pâtisserie. Un encantador café donde acomodarse en compañía de cualquiera de los dulces bocados que están tras el cristal del mostrador:macarons, bollería, finas tartas como la de té verde, tartaletas de fruta fresca… Si te gusta el té no puedes dejar de venir. Y si te gusta la cocina japonesa, tampoco. Porque para sorpresa, la planta de arriba acoge un sushi bar donde no faltan opciones de mediodía y noche, además de take away.
Todos los días hay desayuno en forma de buffet con pasteles, croissants, pan, fruta fresca con yogurt, mermeladas, crema de chocolate, embutidos o quesos. Y los sábados y domingosbrunch, donde la parte más dulce de Iimori se combina con un gran surtido de sushi y otras especialidades japonesas. (Braubachstraße 24)
2-Bitter & Zart. El placer del chocolate.
Sin movernos de esa calle, pasamos del té y la repostería al chocolate en todas sus versiones. Bitter & Zart empezó siendo un espacio de tienda, donde acudir en busca de buen chocolate. Tabletas, pralinés, bombones, trufas, cacao… de todas las intensidades posibles y de variedad de sabores (almendras tostadas, canela de ceylan o caramelo, entre otros).
Pero en 2012 abrió un salón anexo que, como ellos dicen, es la “sala de estar”. Una zona acogedora que, sin duda, invita a tomarse un café, té, chocolate o zumo y acompañarlo de cualquiera de las piezas saladas o dulces que hay tras el mostrador. Imperdonable visitar este lugar y no probar el pastel de chocolate Bitter & Zart. (Braubachstraße 14)
3-Café bar del Frankfurter Kunstverein.
Frankfurter Kunstverein es un centro de arte pionero en la producción y exposición de artistas jóvenes y experimentales, situado en pleno corazón de Frankfurt junto a la plaza del Römer. Su café bar, como no podría ser de otra manera, es punto de encuentro de mentes creativas, artistas, publicistas, donde es común encontrarlos junto a su portátil y una taza de café.
La cocina es casera, fresca, comprometida con la temporada y los productos de la región. Hornean el pan allí mismo y los zumos naturales se exprimen al momento. Es una gran opción si buscamos un sitio donde desayunar o tomar un cóctel en un buen ambiente. (Steinernes Haus am Römerberg. Markt 44).
4-Café Metropol. Un imprescindible.
También a un paso de la catedral, Café Metropol es otro de los puntos de encuentro más habituales de la ciudad. Buen ambiente y buen precio. Tiene grandes mesas de madera donde tomar un café, una de las mejores tartas caseras de Frankfurt, sándwiches, pasta o ensaladas.
Es muy luminoso y te puedes quedar mirando horas a través de su gran ventanal que da a un jardín, algo que, junto a la sencillez del lugar, lo convierten en uno de los sitios más agradables que hemos encontrado para disfrutar de una lectura. Eso sí, en las cenas (carta de cocina internacional) y los desayunos de fin de semana está a tope así que lo mejor es reservar. (Weckmarkt 13-15)
5-Desayunos en Café Karin
Otro lugar que es habitual encontrar lleno es Café Karin, donde recomendamos pasar a desayunar. La variedad es increíble. La carta presenta los desayunos con los nombres de los distintos barrios de Frankfurt y van desde un clásico croissant con mantequilla y mermelada a un contundente plato con quesos, embutidos, dulces… Como no puede ser de otra manera, también zumos naturales, cafés, müsli, y la posibilidad de personalizar tu desayuno con un montón de extras. Llamémoslo desayuno o mejorbrunch, porque está disponible hasta la tarde. (Grosser Hirschgraben 28)
6-Café Albatros. Afterwork con ambiente
Nos hablaron de Bockenheim, barrio al que llegamos atravesando una zona más residencial. Con menos movimiento que el centro, pero con lugares interesantes como este Café Albatros, lleno de gente joven tomando una cerveza tranquila tras el trabajo.
Al igual que Café Metropol, cierra pasada la medianoche entresemana, por lo que el ambiente es animado en las cenas. Y por supuesto los domingos debrunch, con unos 50 platos entre fríos y calientes, dulces y salados. La carta es internacional, desde pastas italianas oensaladas, hasta unas ricas Samosas con salsa de yogurt y menta. (Kiesstrasse 27)
7- Roseli. Una café de media tarde
Un poco escondido. En un callejón a medio camino entre la zona comercial (Zeil) y la plaza principal (Römer) se encuentra esté café. Nos gustó porque es pequeño, íntimo y muy agradable. Y porque tiene una coqueta terraza alejada del tráfico para los días en que el tiempo lo permita.
Tés orgánicos, cafés y unas tartas irresistibles. Pero también opciones saladas como quiches, focaccias, paninis o ensaladas. Donde se encuentra Roseli hay otros locales alternativos y urbanos que también merecen parada como Brot und seine Freunde (una panadería casera con cafés, sándwiches y dulces) o Souper! (con un montón de sopas buenísimas para tomar o llevar). (Weißadlergasse 9)
8-Historia en las mesas de Café Liebfrauenberg
Sin duda, una parte de la historia de Frankfurt está en este lugar. Fundado hace más de 120 años, ha sido y es un punto de encuentro social en el centro. Tiene un aire nostálgico de otro tiempo, y es imprescindible en una lista como esta, que recorre los cafés de esta ciudad alemana.
Cafés, tés, chocolates a la taza y una variedad de dulces que vuelven loco. Tortitas, crepes o waffles, pero también, tartas caseras preparadas con fruta de temporada. No te pierdas su pastel de nuez. (Liebfrauenberg 24)
9-Cócteles y más en Moloko +
Ni en el libro de Anthony Burgess ni en la posterior adaptación cinematográfica de Kubrick se desvela su receta, pero recordamos Moloko Plus como el cóctel que tomaban los protagonistas de La Naranja Mecánica. Su homónimo local de Frankfurt también empezó siendo coctelería, pero ahora ha evolucionado a un concepto non stop donde puedes desde desayunar a tomar un mojito por la noche. El interiorismo ya es excusa suficiente para dejarte caer por allí. (Kurt-Schumacher-Straße 1)
10- Café Süden. Parada entre dulces y tés
Nos encanta salirnos de las guías y una tarde acabamos en el barrio de Bornheim. Nos comentan que es una zona que frecuentaban los locales y eso nos encanta aún más. Como esté pequeño café. Apenas cuatro pequeñas mesas y una barra al fondo llena de tartas. Muy agradable, una atmósfera de velas donde rendirse a un buen té. Para nuestra sorpresa ¡es el hermano pequeño de un restaurante de cocina española en la ciudad! (Berger Strasse 239)
Y no dejes de…
Operación “Frankfurt más allá del frankfurt” conseguida, pero confesamos que también los probamos. Por eso, junto a todas estas recomendaciones, te animamos a que no dejes de…
Conocer una tradicional sidrería (Apfelwein) como Apfelwein Wagner en el barrio de Sachsenhausen, probar el vino de manzana/sidra, la milanesa (Schnitzel) con salsa verde (Grünen Soße) -que preparan con las “siete hierbas” (borraja, perifollo, berro, perejil, pimpinela, cebollino y acedera)- o un típico queso cremoso con paprika que se sirve como entrante para untar (Spundekas). (Schweizer Straße 71)
Y también pasar por el mercado diario Kleinmarkthalle, hacer parada en el puesto Schreibery comerse cualquiera de las variedades de salchicha que tienen. A media mañana es habitual encontrar una larga cola de locales esperando su turno, pero si buscas una auténtica frankfurt en Frankfurt este es el lugar. (Hasengasse 5)
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Florencia con los 5 sentidos
Por Mariana Calleja de TravelThirst Fotografía por Federico Rojas
Florencia nos hizo felices. Sí, Florencia nos hizo libres, creativos y nos abrumó en algunos aspectos de la vida. Lo primero es lo primero, tan obvio como sería de esperar: la belleza de Il David trajo lágrimas a mis ojos.
Esta majestuosa pieza de piedra tallada en la escultura más impresionante y conmovedora realizada te hace sentir, no pequeño, simplemente humano. Nos hace sentir abrumados por el hecho de lo que somos, de lo que tenemos o por lo que podríamos llegar a ser potencialmente. Nos hizo reflexionar sobre cosas de nosotros mismos. Il David es verdaderamente perfecto, no sólo su cuerpo, ni su figura, sino en todo lo posible y en todo aquello que puede llegar a significar y transmitir a la raza humana.
Sí, me sentí abrumada y me dieron ganas de llorar dulcemente y con ternura. Fue hermoso. Me hizo sentir la belleza.
Fue sólo uno de los muchos aspectos sobre Florencia que me hicieron sentir de una forma diferente. Hemos viajado mucho por Europa durante los tres años que llevamos viviendo aquí. Sin duda, hemos visto lugares increíbles, arte, paisajes, comida, gente, museos, historia. Pero nunca visto y sentido cosas como en esta ciudad, con todos los sentidos al mismo tiempo. ¿A qué fue debido? No lo sé, pero puede que a través de estas palabras encuentre la respuesta cuando llegue al final. Así pues, ¿empezamos?
Florencia es una ciudad construida sobre historia, de principio a fin. Y, sin embargo, hay mucho más allá de lo que simplemente podemos ver. Ningún libro o guía sería suficiente para descubrirnos todo su potencial. Por este motivo, y como nos encanta probar y hacer cosas siguiendo nuestros sentidos, logramos realmente descubrir muchas más experiencias de las que podríamos haber imaginado. Así que, continúa leyendo y descubre algunas de estas experiencias sensoriales. Tú también puedes ser creativo y tomar, de repente y sin más, el próximo vuelo a Florencia.
VER
Además de los obvios, debemos mencionar algunos de nuestros lugares imprescindibles de Florencia.
Una puesta de sol desde la Piazza Michelangeliolo. En lo alto de la ciudad, desde esta plaza Florencia se deja ver juguetonamente. Rincones, tejados y campanarios entonan al unísono una alegre melodía con la puesta lenta y romántico del sol.
Por la noche, Florencia tiene una iluminación muy peculiar. No se de quién fue la idea ni por qué se hizo de este modo, pero nunca he visto una ciudad con tanto sentido de la iluminación, sin cables y con un panorama visual tan nítido. Para nosotros las noches son siempre especiales. Tienes que salir de la habitación de tu hotel y perderte mientras deambulas por las calles, mirando adelante y a lo alto. Gracias a este consejo, descubrirás y disfrutarás de una Florencia diferente.
Y en lugar de subir a la cúpula, ¿por qué no mirar a la propia cúpula? Siempre disfrutarás de las mejores vistas en lo alto. Es algo que debe hacerse en cada ciudad, subir para tener una visión general. En esta ocasión decidimos subir al campanario de Giotto. Y una imponente cúpula apareció ante nuestros ojos. Así, tan enorme y tan pequeña al mismo tiempo. Es una buena forma de apreciar mejor los espacios también. Seguramente, la próxima vez que visite Florencia subiré a la cúpula Santa Maria del Fiore, que merece ser apreciada y no escalada en este primer viaje.
Un lugar muy interesante que descubrimos fue una antigua cárcel convertida ahora en hermosos y prácticos edificios. Difícil de creer, pero desde el exterior, incluso parecían hermosos. Aún conservan las antiguas puertas de hierro y cadenas, sin embargo, era una visión alegre y colorida. ¡No debes perderte esta visita!
PROBAR
Probar los platos tradicionales, por supuesto, como la sopa Ribollita o la carne a la Milanesa. Pero nuestra experiencia más curiosa fue el punto intermedio: ¡Pizza de sopa de Ribollita! Era exactamente una pizza fresca y recién horneada con olor y sabor a sopa de verduras. Una mezcla confusa, pero que ¡merecía la pena!
Durante una noche de mercado, justo en frente de Santa Maria Novella, encontramos un montón de cosas interesantes para probar, muy diferente de la comida tradicional italiana que conocíamos. Todo lo que puedas conseguir allí, seguro será rico. Comimos una deliciosa bola frita del tamaño de una pelota de béisbol, con un relleno compuesto de carne y arroz, servido muy caliente y de corteza crujiente. ¡Un buen bocado! ¿Qué nombre tiene? La primera y única: Frittele. ¡No debes irte sin probar uno de éstos!
Para nosotros, los gnocchi siempre son y serán una excelente forma de probar Italia. Es uno de nuestros platos favoritos. Y Florencia sin duda tiene una buena variedad para probar cada vez. Los puedes probar en cualquier lugar y a cualquier momento. La mejor opción para mí es probar el plato elaborado de forma sencilla: con una simple salsa de tomate, te permitirá reconocer si la pasta es buena o no.
Y, por supuesto, no olvides nunca empezar el día con un café y un cornetto: el desayuno tradicional italiano. Déjame describir brevemente cómo se siente un cornetto dentro de tu boca. Imagínate el pastel más delicioso, suave y cremoso, espolvoreado con azúcar en polvo. blanca y tierna, que cae traviesamente con cada glorioso bocado al paladar. ¡Nunca vas a llegar a ser más feliz que en este pequeño momento!
OLER
Toda la ciudad nos dio la bienvenida con una serie de olores interesantes, al igual que cualquier ciudad ha hecho antes. Excepto que esta vez era especial, fuerte y formidable.
Era algo así como el limón ahumado, algo entre humo, cítricos y madera de una chimenea. Transmitía una hermosa sensación de viejo y acogedor. Y esto es lo que Florencia nos transmitía. Olía como en casa.
Curiosamente, también encontramos algo especial alrededor de Florencia con el fin de estimular el sentido del olfato: ¡un bar de aromas! Por extraño que pudiera parecer, es sin duda un lugar que no hemos encontrado nunca. Todo sobre perfumes, olores de fantasía de flores y especias, de naturaleza. ¡Muy estimulante! Y relajante para nuestra sorpresa.
¿Alguna vez has estado en una “bar-a-parfums”?
Otro olor característico de Florencia fueron los “lirios”. Hermosas flores de color violeta que cuelgan de las paredes viejas y balcones por toda la ciudad, siendo acariciados por el viento durante todo el día. Probablemente es mejor percibido durante el tiempo de primavera. Pero vaya qué aroma tan dulce que da una sensación tan agradable a todo el lugar. Y sin dejar de lado lo hermosas que se ven estas flores, colgando en una forma relajada en todo momento.
OÍR
Sin lugar a dudas, este lugar tiene el conjunto más destacado de campanarios en toda Europa. Una de las cosas que capturó nuestra atención de inmediato fue la música constante de campanas todas al unísono y entonando diferentes melodías cada vez. Por alguna razón difícil de explicar, fue muy reconfortante escuchar esto. Una vez más, fue algo agradable y acogedor sobre la música de las campanas.
Por ejemplo, asegúrate de coincidir estar en el claustro Brunelleschi durante el mediodía. Probablemente uno de los más relajantes 30 minutos que hemos tenido durante nuestro viaje. Sólo estar allí, sentarse, mirar al cielo y escuchar las campanas en un jardín tranquilo y silencioso, no tiene comparación. No hay un solo turista además. ¿Te apetece pasar unos minutos aquí y disfrutar de la experiencia? Sin duda va a perdurar en tu memoria por mucho tiempo.
Una gran consejo más en nuestra experiencia es subir al campanario de Giotto, no sólo por las vistas. Esta vez en cambio, para escuchar a la ciudad. Después de un arduo camino, encontrarás un rincón muy reconfortante en la parte superior, que te ofrecerá unas vistas increíbles a la ciudad con seguridad.
Pero mejor que las vistas, este es un lugar para visitar con tus oídos más que con los ojos. Un lugar donde tú debes estar parado relajadamente, coloca la cabeza y barbilla sobre tus manos cruzadas, de pie y en una posición semi-flexionada. Luego procede a cerrar los ojos mientras das la cara a la ciudad, al aire.
Quédate ahí, con los ojos cerrados. Respira profundamente y exhala por la nariz lentamente. Enfoca y escucha el sonido a tu alrededor. Escucha Florencia. Escucha la calle, las risas, la ciudad trabajadora y la ciudad turística. Escucha las máquinas, las campanas que repican, algunos coches que pasan. Estás a 80 metros de altura y aún así, llegas a percibir toda la ciudad desde allí. Es relajante, es hermoso. Espera unos minutos hasta que puedas describir cada sonido individual en tu cabeza. A continuación, abre los ojos y sonríe. Hay unas escaleras que te esperan para llevarte abajo y adentrarte en esos sonidos.
SENTIR
El sentido del tacto es siempre el más difícil de describir y, sin embargo, el más rico, divertido y tierno. Porque es abstracto, más allá de lo evidente, más allá de notar el viento en la cara o la frialdad de las paredes de piedra.
¿Y el sentido del tacto en Florencia?
La Galleria degli Uffizi tiene un “touch tour” destinado a los invidentes, que igualmente puedes experimentar tú mismo. ¿Por qué no probar? No es necesario ser ciego para experimentar con nuestras manos y palpar nuevas sensaciones a través de ellas. Y con esta práctica información, esperamos que tengas una exquisita experiencia sensorial la próxima vez que visites Florencia. ¡Una ciudad perfecta para descubrir con los cinco sentidos!
Por Mariana Calleja de TravelThirst Fotografía por Federico Rojas
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10 pueblos de Cuento en Asturias
Muchos son los pueblos y aldeas como de Cuento en Asturias, tanto que podrían inspirar y de hecho inspiran fantásticas historias que combinan a las mil maravillas la realidad y los sueños. Encaramados en una loma, en el fondo de un valle, al lado de un río o de un embalse, con vistas al mar y a la montaña al mismo tiempo, a los mismos pies de altas cumbres, poblados por decenas de hórreos y paneras, o bañados por el intenso e inmenso oleaje del Cantábrico.
Son pueblos que forman y conforman esa Asturias inspiracional, la misma que nos invita a vivir dulce y plenamente las sensaciones del paisaje y las del paisanaje, esa que nos hace un poco artistas y un poco bohemios, la que nos convierte en exploradores del tiempo y del espacio.
Tanes, los secretos del agua
Érase una vez un pueblo que adaptó su fisonomía y su vida a un embalse, sin perder un ápice de su primigenia esencia y belleza. Érase una vez un pueblo que dio nombre a un embalse, y el embalse dio agua y vida a toda la parte central de Asturias. Un pueblo que conserva intacto todo su encanto y se llama Tanes.
Tanes está en el concejo de Caso, en la zona centro-oriental de Asturias, y forma parte de la Reserva de la Biosfera de Redes. A su hábitat natural, se une toda la serenidad que aporta el entorno y la campechanía de sus gentes.
Fauna salvaje, quesos, flora autóctona, la fuerza de su embalse y el rumor del Nalón hacen de Tanes un sitio de leyenda y de cuento, y como no podía ser menos en este mágico rincón, su colegiata Santa María la Real se encuentra a las afueras del pueblo, como encaramada sobre el embalse, silueteándose esbelta en toda su belleza renacentista sobre unas aguas que son espejo de todo el verdor de Tanes.
Villar de Gallegos, el carbón en las entrañas
A veces los cuentos en Asturias se escriben en negro y verde, en el color del carbón y de los bosques, y es que hay aldeas de cuento en el corazón minero de la Montaña Central de Asturias. Un ejemplo es Villar de Gallegos, en el concejo de Mieres.
Rodeada de montañas, esta aldea tan auténtica, donde la vida rural parece haberse detenido, tiene un entorno de alto valor paisajístico y geológico, y por sus alrededores se pueden seguir rutas donde rastrear antiguas explotaciones carboníferas y de mercurio.
Además, las alturas que la circundan son miradores excepcionales sobre la Sierra del Aramo, el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, la zona de Pajares y el Cordal de La Carisa, parte del Parque Natural de Redes y también, cuando los días están muy despejados, parte del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Bandujo, la aldea que duerme
Entre valles y montañas, en el centro de Asturias y casi como por arte de magia, la Edad Media sale a tu encuentro en el pueblo de Bandujo, uno de los lugares de origen medieval mejor conservado de todo el entorno rural asturiano.
Mucha historia y muchas gentes de paso han visto sus piedras y sus muros, su Torre de Tuñón o la iglesia de Santa María. Actividad incesante durante siglos, y de pronto el silencio, el eterno sosiego y la paz total.
Bandujo parece hoy como dormida en un sueño medieval que no tuviera fin. Y esa sensación te recorrerá por completo cuando llegues al pueblo y lo mires de cerca o de lejos. Sobre un enorme marco verde, este pueblo, único en Asturias, luce su estela histórica desde la quietud total.
Pumares, agua, pizarra y piedra
En medio de la tierra de los ingenios hidráulicos, del fuego y del hierro, de los caminos más verdes y la cascada de mayor caída de Asturias, se te aparecerá de pronto, como sacada de un decorado fantástico, la aldea de Pumares, en Santa Eulalia de Oscos.
Pumares es como un sueño en piedra, pizarra negra y agua. Es un rincón donde el río suena con dulce susurro, y donde iniciarás el camino hacia la famosa y todopoderosa Cascada Seimeira.
Conocerás la tierra de los ferreiros y los bosques, de los molinos, mazos y batanes, de los artesanos del hierro, en medio de una naturaleza multicolor y sosegada.
Tuña, el omnipresente espíritu del general Riego
Hubo una vez un pueblo en Tineo por el que pasaba todo el oro del occidente de Asturias, que los romanos extraían de las entrañas asturianas para sostener uno de los mayores imperios que conoció la Antigüedad.
Hubo una vez un pueblo en Tineo que dio a la Humanidad y a la historia luchadores por las libertades sociales de forma rotunda, como lo fue el general Riego.
Todo en Tuña parece impregnado hoy en día del espíritu de Riego, y aún puede verse la casa donde nació, además de un busto y alguna pintura mural que honran su memoria.
Tuña te hará retroceder en el tiempo, con su puente romano y sus palacios, con su quietud y sus gentes afables.
Viavélez, la dulce navegación de un puerto cantábrico
Viento y salitre, olas y espuma, un espigón y un faro, un pequeño puerto que parece realmente de cuento. Es Viávelez, uno de los lugares más recónditos y sorprendentes de la costa occidental asturiana, y está en el concejo de El Franco.
Refugio de pescadores y marinos, de apasionados de la mar, de escritores y artistas, de amantes de la buena cocina marinera, de paseantes y viajeros, de peregrinos, Viavélez es una auténtico regalo de la naturaleza.
Tanto cuando la mar está en calma como cuando se embravece, la fisonomía de Viavélez es todo un espectáculo.
Riodeporcos, lejos del mundanal ruido
¡Qué privilegio enorme es llegar a Riodeporcos! Allí donde el Navia hace una especie de meandro y su lámina de agua reluce con el sol, surge Riodeporcos, como si fuera una creación divina.
La pasarela que une este pueblo de Ibias con el resto del mundo es una manera entre antigua y romántica de acceder a la aldea, a la que, toma nota, no llegarás en coche.
Lejos del mundanal ruido y arropado por la naturaleza, en Riodeporcos cualquier estrés te parecerá una leyenda urbana.
Espinaréu, buscando la llave del hórreo
¿Te imaginas un lugar que fuese un auténtico reino de los hórreos? Ese lugar no está solo en tu imaginación, existe de verdad. Está en Asturias y es una aldea llamada Espinaredo o Espinaréu, en Piloña.
La llegada a Espinaréu te impresionará no solo por la profusión de hórreos y paneras, sino porque lucen lustrosos y han llegado hasta hoy conservando los usos de antaño, muy vinculados al mundo de las cosechas, y por tanto a la supervivencia humana.
Espinaréu es una acogedora aldea, surcada por las aguas del río del mismo nombre, donde los hórreos cobran vida propia con sus decoraciones y tallas variadas, algunas de ellas policromadas. Es como viajar a un paraíso etnográfico donde la huella del tiempo es intensa y extensa.
Bulnes, cuando los Picos de Europa vienen a tus brazos
Para llegar a él tendrás que hacerlo por una canal de alta montaña, o si lo prefieres por un “tren-cremallera”. Cuando desembarcas a mil metros de altitud, en medio de cumbres que te abrazan literalmente, la sorpresa es mayúscula y la sensación es la de haber traspasado una frontera.
La frontera que miles de montañeros y escaladores han traspasado durante más de un siglo de exploración, de aventura y de esfuerzo. La frontera que cientos de pobladores de los Picos han traspasado toda la vida en un supremo ejercicio de supervivencia en el medio natural.
Es Bulnes, en pleno Macizo Central de los Picos de Europa, en el concejo de Cabrales. Allí descubrirás un idílico paisaje, un queso único como el Cabrales, un barrio alto con vistas panorámicas, y una forma de vida que languidece, de cuya dureza en el pasado es testimonio vivo el austero cementerio (antiguamente techado) a la entrada del pueblo…
Gobiendes, el mejor mirador de mar y montaña desde el Prerrománico
¿Y qué me dices de mirar al mar desde un templo Prerrománico? Gobiendes te regala esa experiencia desde su iglesia Prerrománica de Santiago. Elevado en un promontorio sobre la costa, Gobiendes mira por un lado al Cantábrico y por otro al Monte Sueve, la primera montaña que ven los navegantes en su aproximación a la costa asturiana.
Con su Palacio y sus cuidadas casas, Gobiendes, en Colunga, es un remanso de paz, donde sentirás la brisa marina y el viento de la montaña en un combinado único.
¡Y además, estarás en pleno Camino de Santiago de la Costa, el más antiguo que existe antes de llegar a la Catedral de San Salvador!
Texto e imágenes de Turismo de Asturias
+ infoUna ruta por la historia de Nuremberg
Por Oriol Salvador
Nuremberg es una de esas ciudades que te permite plantear un interesante paseo por la historia sin moverte de la misma ciudad ni necesitar de máquinas del tiempo. Ciudad bombardeada en 1945 y reconstruida poco tiempo después, su papel protagonista en la historia medieval, moderna y contemporánea la dota de numerosos atractivos históricos.
Fue capital del imperio germánico entre los siglos XI y XVI, centro importante del Renacimiento alemán y escenario principal de la guerra de los Treinta Años (1632). Por su importáncia durante la época imperial, Hitler la nombró sede de los congresos del partido nazi y fue en Nuremberg también donde se juzgó y condenó a varios dirigentes nazis en la sala 600 de su Palacio de Justicia.
Su historia la ha dotado de interesantes monumentos por ver y algunos artistas bávaros, como Albercht Dürer, le han proporcionado un legado artístico de visita obligada. En esta ruta os proponemos un paseo por la ciudad que os permitirá descubrirla en menos de un día.
Palacio de Justicia de Nuremberg (Justizpalast)
Nuestra ruta por Nuremberg empieza en su centro del poder jurídico, que sigue en pleno funcionamiento. Fue donde se celebraron los Juicios de Nuremberg, que duraron casi un año y cuyas sentencias condenatorias contra algunos de los cabecillas del régimen nazi marcaron un hito en la historia del derecho internacional.
La sala 600, escenario de estos juicios históricos, sigue usándose como juzgado en la actualidad y los fines de semana, cuando no se utiliza, se ofrecen visitas guiadas. Una alternativa, si encontráis la sala cerrada, es visitar la exposición “Memorial de los Juicios de Nuremberg” que se encuentra en el ala este del edificio.
Museo Nacional Germánico (Germanische Nationalmuseum)
Aunque requiera de unas dosis extra de tiempo y paciencia el tener que hacer cola para entrar, la visita al Museo Nacional Germánico merece la pena para ver, en un mismo recinto, una de las mayores colecciones de arte germánico moderno que hay en Nuremberg, Alemania y el mundo. Hasta el 2 de septiembre expone “The Early Dürer”, una muestra de las primeras obras del artista alemán Albercht Dürer, hijo de Nuremberg y máximo exponente del renacimiento alemán del siglo XVI.
Antes o después de la visita puedes pasearte por la Calle de los Derechos Humanos, frente a la entrada del museo. 29 columnas conmemorativas de los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Como curiosidad, son 29 columnas y 30 artículos (en 30 idiomas distintos) porque la última columna, en español, se quitó porque obstaculizaba la salida del parque de bomberos. Decían que la repondrán, pero…
Carrusel del Matrimonio (Ehekarussell)
Adentrándonos en el centro de la ciudad, a los pies de la Weißer Turm (Torre Blanca) tenemos una fuente no apta para recién casados: el Carrusel del Matrimonio, esculpida en 1984 por Jürgen Weber. Sus figuras se inspiran en el poema “La agridulce vida matrimonial”, de Hans Sachs. Escenifican el enamoramiento inicial, la rutina convivencia y acaba con… bueno, ya lo veréis.
Iglesia de San Lorenzo (Lorenzkirche)
La Iglesia de San Lorenzo, construída en el siglo XIII, es una muestra de las Hallenkirche, el tipo de iglesias típico del gótico alemán, con tres naves a la misma altura. Reconstruída en gran parte tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, como detalles curiosos llama la atención las redes que protegen las estatuas de su pórtico para que los pájaros no aniden en ellas o el panel informativo en braíle que encontramos a la entrada.
Hospital del Espíritu Santo (Heilig-Geist-Spital)
Una de las postales habituales de la ciudad de Nuremberg, fotografiada desde el puente que se encuentra enfrente. A la orilla del río Pegnitz, el edificio fue construído entre 1332 y 1339. Tras cumplir con su función de hospital, actualmente es una residencia municipal para ancianos.
Plaza del Mercado (Hauptmarkt)
Otro de los puntos inevitables e imperdibles en cualquier ruta por Nuremberg, ya sea por su Iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche) construída en 1358 por orden del emperador Carlos IV, por su famoso mercado (especialmente conocido es el mercado de Navidad pero hay mercado de productos frescos y tradicionales el resto del año), por la Fuente Bonita (Schöner Brunnen) originaria del siglo XIV o por las inevitables tiendas de souvenirs que la rodean o la parada del bus turístico de la ciudad, situada al lado de la histórica fuente.
Bratwursthäusle
A estas alturas de la ruta, proponemos un descanso y alimentar un poco el estómago para cargar fuerzas y, de paso, provar comida tradicional alemana. Frente al antiguo Ayuntamiento de la ciudad encontramos el restaurante Bratwursthäusle, donde podremos probar las tradicionales bratwurst alemanas y acompañarlas con el igualmente tradicional pretzel. Así que sentaos en su terraza y guten appetit!
Casa de Albercht Dürer (Albercht Dürer Haus)
Con el estómago lleno y tras descansar un poco, estaréis listos para caminar hacía la zona más elevada de la ciudad. Antes de cruzar la muralla, es aconsejable una visita a la casa-museo en que vivió Albercht Dürer y que, dentro de su exposición, ofrece la posibilidad de ver el proceso que llevaba a cabo Dürer al realizar sus famosos grabados. Como curiosidad, en la plaza frente a la casa, encontraremos una curiosa escultura que revisa una de las más conocidas obras de Dürer, la de la liebre.
Castillo Imperial de Nuremberg (Kaiserburg)
Al cruzar la muralla, tal vez os llame la atención encontrar jardines y huertos en el foso de la misma. El Ayuntamiento de la ciudad los alquila a ciudadanos de Nuremberg, que lo usan como huerto urbano, jardín… Resiguiendo unos metros la muralla llegamos al Castillo Imperial de Nuremberg desde el que se divisa toda la ciudad (ver la panorámica al inicio de este artículo). Fue la residencia de los emperadores germanos desde 1050 hasta 1571 y además de conservar algunas estancias, que se pueden visitar, hay muchas otras partes del castillo en las que todavía vive gente actualmente.
Campo Zeppelín (Zeppelinfeld)
Para terminar esta ruta nos alejamos del centro de la ciudad y para ello, si no lo hemos hecho ya, es aconsejable usar el transporte público de la ciudad. Concretamente, la línea de autobús 36. Hay que cogerlo en la parada que queda relativamente cerca del castillo y bajar en la última parada de esa línea, que nos dejará justo enfrente del Centro de Documentación, inagurado el año 2000, antiguo Congreso del partido nazi.
El proyecto original para ese edificio era construir un amfiteatro partido por la mitad a imagen y semejanza del Coliseo romano, con un auditorio de congresos en la parte central. Ahora el edificio alberga un interesante y moderno centro de información que puede visitarse, con una exposición permanente que documenta la historia del recinto y el despiadado abuso de poder del régimen nazi.
Desde allí, hay que rodear el lago para llegar al Zeppelinfeld en si: una enorme tribuna inspirada en el Altar de Pérgamo en la que Hitler dirigió los desfiles y congresos del partido nazi. Actualmente, el espacio se conserva en muy mal estado y la ciudad de Nuremberg lo recupera solamente para un festival de música rock a principios de junio (cuya celebración se remonta a los años setenta) y una cursa de coches que se celebra la primera semana de julio. Curioso ¿no? Aún así, visitarlo es aconsejable, aunque solo sea para decir “he estado allí” antes de volver. Hablando de volver, cerca del Campo Zepellín hay dos paradas del tren interurbano (S2) que te dejan en la estación central de Nuremberg.
Información útil
En cuanto al transporte, excepto en los casos mencionados, el resto de la ruta puede hacerse a pie. Aún así, aconsejo adquirir en las oficinas de turismo de la ciudad la tarjeta Nürberg Card que, por 21 €, te da acceso a todos los museos y transporte público durante dos días. Los menores de 12 años pueden adquirirla gratuítamente.
Otra opción a considerar para moverse por la ciudad es NorisBike, un servicio público de alquiler de bicicletas al que tienen acceso tanto los ciudadanos de Nuremberg como sus visitantes. Encontraréis más información sobre este servicio (en alemán) aquí.
Por Oriol Salvador
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