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Arte, diversión y cultura en la Grande-Île de Estrasburgo

El centro histórico de Estrasburgo, conocido como la Grande-Île (gran isla), es un lugar encantador de calles estrechas, bonitas plazas y casas talladas en madera. Sobre esta isla fluvial se concentra en poco espacio un patrimonio artístico excepcional, con una enriquecedora mezcla de las esencias gala y germana.

Una catedral con 1.000 años de historia

Una muestra de ello es la Cathédrale Notre Dame, el orgullo de la ciudad. Aunque geográficamente se encuentra en Francia, es uno de los mejores ejemplos del gótico alemán y la prueba más clara de la buena armonía artística entre las dos culturas.  Situada en la Grande-Île, es una de las catedrales más bellas de Europa. Durante 200 años fue el edificio más alto del mundo y actualmente es el cuarto edificio religioso más alto del mundo. Su interior alberga un extraordinario reloj astronómico de 18 metros de altura construido en 1571. Está considerado la primera computadora del mundo ya que puede sumar números para calcular fechas y marca todas las fiestas del calendario. El momento más esperado por los turistas es cuando marca las 12 del mediodía, hora en la que desfilan las figuras de Jesucristo y los apóstoles.

Los cimientos de la catedral de Estrasburgo se colocaron en 1015 y fueron necesarios 400 años para finalizar la construcción.  Este año 2015, el edificio religioso más importante de la ciudad cumple mil años de historia. Por este motivo, se organizan una serie de actos que celebran esta conmemoración, entre los que destacan "1015 - 2015 : la cathédrale de toute éternité", que consistirá en un espectáculo de luces proyectadas sobre la fachada principal de la catedral. Podrás disfrutar de él todos los jueves desde 4 de julio al 20 de septiembre de 2015, con horarios en julio a las 22.30, 23 , 23.30 y 24 h, en agosto a las  22.15, 22.45, 23.15 y 23.45 h y en septiembre a las 21.15, 21.45 y 22.15 h.

FARSe llenará de arte escénico las calles de Estrasburgo

Otro de los alicientes para visitar la ciudad en julio es el Festival des Arts dans la Rue (festival de arte callejero), FARSe, que ofrece espectáculos gratuitos para todos los públicos en algunos de los espacios más céntricos y representativos de Estrasburgo, principalmente diseminados en el eje que forman las plazas Austerlitz y Kléber.

Del viernes 17 al domingo 19 de julio, estos lugares se llenarán con espectáculos de circo, teatro, danza, musicales y burlesque,que harán más agradable, si cabe, tu visita por el centro de la ciudad. Las mejores compañías teatrales, escogidas bajo la supervisión y colaboración del bailarín y coreógrafo Ali Salmi, serán las encargadas de dotar a las obras de una gran calidad.

De entre todos los espectáculos que se realizarán este año destacan el de danza aérea y pirotecnia de la compañía Deus Ex Machina, que tendrá lugar el día 17 de julio a las 22 h en la place Kléber, o la multitudinaria fiesta Holi –festival de colores de origen hindú- con la que la compañía Artonik cerrará el festival el 19 de julio. Pero puedes escoger entre las opciones que más te apetezcan consultando aquí toda la programación.

La Place Kléber

Uno de los centros neurálgicos de los espectáculos es la place Kléber, la principal plaza de la ciudad, en la que se concentra una gran actividad comercial. Punto de encuentro preferido por los ciudadanos de Estrasburgo, es también el centro de la Grande île ,y se encuentra circundada por magníficos edificios de arquitectura renacentista y a pocos pasos de la catedral.

La casa de Kammerzell

Al noroeste de la plaza de la catedral, en la rue des Hallebardes,se encuentra la Maison Kemmerzell (casa Kemmerzell), otra de las visitas imprescindibles por ser  una de las edificaciones del gótico tardío mejor conservadas de la zona. Ha sido considerada la casa más bonita de Estrasburgo gracias a su decoración con figuras talladas y deslumbrantes vidrieras. Al igual que la Grande Île, pertenece al Patrimonio de la Humanidad según la Unesco.

La Petite France

La Petite France (pequeña Francia) también se encuentra en la Grand Île y es el barrio más pintoresco del casco antiguo. Sus casas con entramados de madera datan de los siglos XVI y XVII, época en la que allí vivían pescadores y molineros.

No esperes a que te lo cuenten, ven a vivirlo. Consulta nuestros vuelos aquí.

 

Texto de Scanner FM

Imágenes de Chris Barker, Spiterman, María Renée Batlle Castillo, Filip Maljković , Richard Penn, Daniel Sancho

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Paisajes de postal en el Lago de Como

En medio de tantas iglesias y museos, capillas, esculturas, mármoles y bronces (parte fundamental de las visitas a Italia) va bien hacer una jornada de paisajes montañosos y abruptos. A la sombra de los nevados Alpes Réticos y encajado entre empinadas laderas boscosas, el Lago de Como (también conocido como el lago Lario) es el más espectacular de los tres grandes lagos. Tiene forma de “Y” invertida y en sus sinuosas orillas aparecen pueblos diseminados como el exquisito Bellagio, erigido en un pequeño collado en el centro de la horquilla. En el punto de encuentro entre las costas sur y oeste se halla la principal ciudad de la zona, Como. Su lago es sin duda uno de los espacios más bellos de toda Lombardía. Este lago pre-alpino rodeado de una corona de montañas con picos de hasta 2.700 metros de altura, es rico en historia y tradición. El lago es perfecto para gente ávida de hacer todo tipo de actividades pero también hará las delicias de quien busque sosiego y sobretodo relax. Destacan las espléndidas villas del siglo XVII con sus hermosos jardines, las innumerables iglesias románicas rurales o las cimas de las montañas con magníficas vistas del lago.

Si quieres ampliar territorio a explorar es muy recomendable hacer un viaje hacia el sur, donde se da paso al paisaje verde de la zona denominada Brianza, con pueblos, castillos y colinas marcadas por el flujo de los ríos Adda y Lambro.

Un viaje por el lago

El Lago de Como está situado a menos de una hora en coche de Milán, y también está cerca de la frontera con Suiza. Sus aguas cristalinas son de hasta 400 metros de profundidad, por lo que es uno de los lagos más profundos de Europa. Recomendamos atravesarlo en ferry o hidroplano. La compañía Navigazione Lago di Como dispone de vehículos acuáticos que surcan el lago durante todo el año y zarpan del muelle situado en el extremo norte de Piazza Cavour. Desde Como, también se puede tomar un vaporetto (tipo de embarcación con motor, usada habitualmente en los canales de Venecia) y dejarse llevar por el lago parando, eso sí, en los pueblos para pasear por sus vetustas calles. El vaporetto va costeando en las dos orillas del lago y parando en varias localidades: Cernobbio, Tremezzo, Cadenabia, Menaggio, etc. No dejes de tomar un capuccino con brioche en una de sus cafeterías. Comer un buen plato de pasta (en Italia se come a las 12 h.) en algún restaurante y dejarse llevar, mirando el paisaje y la grandiosidad de la naturaleza circundante es el mejor de nuestros consejos.

Paseo por Como

Tras la excursión por el lago os recomendamos hacer un poco de turismo cultural. Y nada mejor para ello que darse una vuelta por Como. Esta población de apenas noventa mil habitantes, es elegante y próspera con un pintoresco centro histórico y un cinturón de murallas del s. XII. Levantada sobretodo gracias a su industria sedera, continúa siendo el principal centro productor europeo de artículos de este material. Aquí se pueden comprar pañuelos y corbatas de seda por mucho menos de lo que cuestan en otros sitios. Su ubicación a orillas del lago es impresionante, y además en primavera y verano hay un manto de flores que hacen más agradables, si cabe, las caminatas. En la oficina de turismo te podrán dar información para hacer planificar excursiones en bicicleta o a pie. Pero si te quedas en la villa, empieza visitando el Duomo (en la plaza del mismo nombre), que cuenta con una magnífica fachada gótica de mármol. Dentro encontrarás rasgos típicos de otros periodos artísticos como el barroco, el románico y el renacentista. Luego date una vuelta por el barrio de los alrededores. Allí encontrarás dos basílicas muy bien conservadas. Por un lado la Basílica di Sant’Abbondio, ubicada a poco más de medio kilómetro al sur de las murallas de la ciudad, detrás del Viale Innocenzo XI. Se trata de una basílica románica del s. XI. Destaca un conjunto de frescos en el interior de su ábside que representan escenas de la vida de Jesucristo. Por el otro está la Basílica di San Fedele, una construcción muy primitiva (data del s. VI), con tres naves y tres ábsides. Su rosetón del s. XVI y los frescos son un plus para el visitante.

Comer comer

Muy recomendable es el Ristorante Sociale, junto al teatro de la ciudad. Es muy conocido en la ciudad, y en su comedor con paredes de ladrillo visto puedes admirar varios frescos alegóricos mientras disfrutas de la comida. Como curiosidad cuenta con una chimenea barroca. A la hora de pedirte plato no dejes escapar la oportunidad de probar su excelenterisottocon achicoria. El precio medio por persona es de 25-30 euros.

¡Anímate! ¡Consulta nuestros precios aquí!

Texto de Isabel y Luis Comunicación

Fotos: Italia Agenzia Nazionale del Turismo

 

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El Zurich que fascinaría a John Waters

John Waters alcanzó la fama dirigiendo disparatados filmes de bajo presupuesto como Pink Flamingos (1972), donde glorificaba la violencia, la perversión sexual y el mal gusto, utilizando la provocación como arma contra la hipocresía de las buenas maneras, la férrea moralidad y los valores religiosos del american way of life. Pero muchos desconocen que el dandi norteamericano de fino bigotillo es también autor de collages y fotomontajes de gran formato. Y ha seleccionado  40 de estas piezas -incluyendo storyboards de sus películas- para la muestra How Much Can You Take?, que permanecerá hasta el 1 de noviembre en la reconocida Kunsthaus de Zurich, coincidiendo con unos murales de Joan Miró que seguirán expuestos hasta finales de enero.

Paradójicamente, el polifacético realizador comparte con Zurich otras características como la clase, el orden y una extrema limpieza. En Waters subyace también una ternura y un fetichismo que hace pensar que disfrutaría de los tópicos disponibles en la céntrica Teddy’s Souvenir Shop, donde venden cajitas de música, navajas suizas, cencerros de vaca o relojes de cuco, que forman una imagen bucólica de Suiza. Esa que tan bien simboliza Heidi, el personaje infantil creado por la escritora Johanna Spyri, quién por cierto está enterrada, al igual que el poeta Gottfried Keller, en el frondoso parque del cementerio de Sihlfeld -el primero de Europa que incorporó un crematorio-, una visita que agradaría a Waters no sólo por su afición a lo macabro, si no por el amor que profesa por la literatura, en la que últimamente se prodiga más que en el cine. Por eso, también le recomendaríamos irhasta el cementerio de Fluntern, donde hallaría la hermosa tumba de James Joyce, quién en Zurich no sólo desató su alcoholismo licencioso sino que escribió buena parte de su “Ulises” -tan crítico con Iglesia y Estado-. También murió en la ciudad el escritor alemán autor de “La montaña mágica”, honrado en el Thomas Mann Archiv, un pequeño museo ubicado en la ETH, universidad pública por la que pasaron una veintena de Premios Nobel como el científico Albert Einstein, tan rebelde contra los convencionalismos como Waters. En la misma universidad se encuentra la espectacular Biblioteca de la Facultad de Derecho, diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. Aunque probablemente el cineasta del morbo preferiría leer en la antigua abadía que aloja la Zentralbibliothek, principal biblioteca de la ciudad.

A la vertiente más iconoclasta del cineasta le deleitaría recordar como Zurich fue cuna del Dadaísmo, el anárquico “antiarte” que criticaba la sociedad burguesa de la Primera Guerra Mundial, cuando la pareja de artistas Emmy Hennings y Hugo Ball fundó en Niederdorf, parte de la antigua ciudad medieval, el célebre Cabaret Voltaire donde junto a Tristan Tzara y otros rompieron con todo canon establecido. Con el tiempo, el edificio quedó en desuso hasta que en 2001 un grupo de artivistas lo okuparon, celebrando performances de espíritu neo-dadaista ante miles de zuriqueses. Tras su desalojo, el Ayuntamiento anuló los planes de derribo y fue reconvertido en centro cultural alternativo. En la misma ciudad vieja encontramos el inusual Musée Visionnaire, donde el público selecciona qué desea ver -y es invitado a expresar su opinión- ante un catálogo de Art Brut, una corriente también conocida como Arte Marginal, que engloba tanto la obra de amateurs y enfermos mentales como de todo creador ajeno a las instituciones y a los límites de la cultura oficial. Unos personajes entre los que no desentonarían los Dreamlanders, parias contraculturales y colaboradores habituales de Waters como Mink Stole o Divine.

El Waters que de joven se apasionaba con accidentes truculentos e historias sanguinolentas, también se interesaría por el Moulangenmuseum, muestra de moldes de cera de diversas partes del cuerpo humano afectadas por enfermedades, con piezas desde 1917 de la colección médico-didáctica del Hospital Universitario. Y atraído por lo repulsivo, quizá visitaría también la oscura obra, de estética biomecánica y fuerte carga erótica, de otro ilustre residente de Zurich y uno de los máximos responsables visuales del cinematográfico Alien, el recientemente fallecido H.R. Giger. Aunque los fans del ilustrador y escultor deberán escoger entre ir hasta su exhaustivo Museo en la ciudad amurallada de Gruyères (a casi 2 horas al sur de Zurich), o acercarse al espectacular Giger Bar en su ciudad natal de Chur (aprox. 1h en coche desde Zurich), curiosamente la misma tierra que inspiró a la pastoril Heidi.

Para cerrar el paseo por el lado oscuro, nada mejor que cenar en el Blindekuh Zurich, el primer restaurante completamente a oscuras abierto en el mundo. Afortunadamente, el chef no es Waters, así que no teman que les sirvan lo mismo que a Divine en Pink Flamingos. No sé si me entienden, pero antes que eso, mejor vayan a una chocolatería de calidad como Sprüngli.

En todo caso, no olviden que la expo de Waters se clausura en pocas semanas, ¡consigan ya sus billetes aquí!

 

Texto de Carlos G. Vela para ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de David Shankbone, Roland zh, Juerg Peter Hug, Absinthe, Edsel Little

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Sevilla y la saga «Star Wars»

La Plaza de España, uno de los principales atractivos arquitectónicos de Sevilla junto a la Catedral y la Torre del Oro, es bien de interés cultural. Fue proyectada por Aníbal González dentro del conjunto del parque de María Luisa para la exposición Iberoamericana de 1929. Se trata de la mayor plaza abierta que hay en Sevilla y está realizada en estilo regionalista con predominio del ladrillo y la cerámica.

¿Naboo? ¿Es un barrio de Sevilla?

En el Episodio II: El Ataque de los Clones (2002), la monumental Plaza de España, se transformó en Theed, la capital de Naboo, el planeta gobernado por la reina Amidala. En la famosa escena que se puede ver en la película galáctica, Anakin y la propia Amidala conversan sobre su relación en un paseo por la plaza -eso sí, como no podía ser de otra manera, tras la posproducción fueron eliminados los clásicos azulejos dedicados a los territorios de España-.

La verdad es que solo fueron dos minutos para una escena que no fue de las más determinantes del film. Pero eso, ¿qué más da? El caso es que la inigualable belleza de Plaza de España fue suficiente para que George Lucas se enamorase de esta localización y decidiera rodar aquí una escena con dos de los principales protagonistas de la saga. ¡Ah!, y como no, tampoco faltó el entrañable robot R2D2.

El rodaje se produjo en septiembre del año 2000 en prácticamente dos días, el tiempo suficiente para poner patas arriba la ciudad, tras el desembarco de una legión de actores, productores, técnicos… unido a miles de personas curioseando constantemente y tratando de hacerse con un papel de extra en la mítica saga galáctica. Finalmente fueron unos pocos privilegiados -50-  los que consiguieron ser figurantes, y quedar inmortalizados caminando por la plaza caracterizados como habitantes de Naboo.

Sevilla, decorado de película

La Plaza de España también la hemos visto en otras películas como Lawrence de Arabia (1962) o El Dictador (2012). Pero hay otros monumentos que han quedado para la posteridad en la gran pantalla con actores como Tom Cruise o personajes como el Capitán Alatriste. Pero ¿qué encontraron en Sevilla George Lucas, Ridley Scott o Agustín Díaz Yanes para elegirla como escenario de sus películas? Seguramente su riqueza cultural y urbana, la gastronomía, las buenas comunicaciones, el excelente clima, y su extensa oferta lúdica son los componentes perfectos no sólo para el rodaje de películas, sino también para hacer una escapada en cualquier época del año.

Los Reales Alcázares se han convertido en otro de los escenarios frecuentes en la historia fílmica de esta ciudad, ofreciendo un decorado formidable a títulos como Rojos, de Warren Beatty; Alatriste, de Agustín Díaz Yanes o 1492: La conquista del paraíso, de Ridley Scott, director que fue reincidente con la grabación de El reino de los cielos. Se trata del palacio real en activo más antiguo de toda Europa. Pedro I lo mandó construir en el s. XIV, y en su interior se aglutinan vestigios de tres de las culturas con mayor presencia en la península ibérica durante la Edad Media: la judía, la árabe y la cristiana.

Otros escenarios sevillanos inmortalizados en el cine han sido, la Catedral levantada sobre la antigua mezquita y tercer templo en tamaño de la cristiandad, de la que parte la emblemática Giralda; el Archivo de Indias, o el barrio de Santa Cruz. Estos edificios, ubicados en el casco antiguo, sirvieron de telón de fondo en la película Knight & day, una vertiginosa película dirigida por James Mangold, en cual pudo verse a Tom Cruise y Cameron Díaz en plena persecución huyendo en moto de sus enemigos. En este mismo entorno se rodaron varias escenas de la película española Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil y protagonizada por Eduardo Noriega, Jordi Mollà y Natalia Verbeke.Por último, y sin dejar el cine español, está Carmen, cuyo personaje principal fue interpretado por Paz Vega. En esta película, las escenas de la antigua fábrica de tabacos fueron rodadas en el actual rectorado de la Universidad de Sevilla. El edificio bien merece una visita; levantado en el siglo XVIII y superado en tamaño en España tan sólo por el Escorial.

¿A qué esperas para revivir estos momentos cinematográficos? Y ahora que estamos de enhorabuena por el estreno de Episodio VII: El Despertar de la Fuerza ¿que mejor de rendirle homenaje a la saga visitando el impresionante escenario de uno de sus films? No esperes más, Ve a Sevilla con Vueling y que la fuerza te acompañe.

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Turismo de Sevilla

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