De ruta por Granada y Almería con Joe Strummer
Hace ya más de 10 años que Joe Strummer nos abandonó. Un artista conocido por su etapa punk en los míticos The Clash, pero que entre otras cosas era un enamorado de Lorca, Granada y la costa almeriense, donde durante sus últimos años pasó largas temporadas. Algo que quizás a mucho puede sorprenderles pero que los que le conocieron tomando ron pálido con cola en el mítico Silbar -en la calle Pedro Antonio de Alarcón de Granada- o indagaron en su discografía bien lo saben.
Fue en la casa okupa en la que vivía en Londres – a pesar de ser una figura mundialmente reconocida- conviviendo con un navarro y dos malagueñas, donde Strummer soltó en una ocasión que quería montar una ferretería en Andalucía. De ahí el nombre del documental de Antonio Jesús García y Javi Navarrete que cuenta como el cantante se refugió en Granada y Almería en busca del anonimato, y que dirigió Carlos Prats bajo el título “Quiero tener una ferretería en Andalucía“. En el documental explican todo tipo de anécdotas su viuda Lucinda Garland, el vocalista de la banda 091 José Antonio García, ‘Pitos’, el batería de su primera banda Richard Dudanski y Jem Finer, componente de The Pogues.
Otro de los documentales sobre su estancia en España lo narra “I Need a Dodge!” del director británico Nick Hall, que indaga sobre la localización del coche que tanto amaba y que dejó olvidado en un garaje de Madrid. Al comprar este Dodge, quiso acercárse hasta Víznar, la población a 8 kilómetros de Granada donde fusilaron a Federico García Lorca, con la loca idea de comprar una pala en una ferretería, localizar su tumba y desenterrarlo.
Y es que Joe tenía gran interés por la Guerra Civil española y por Federico García Lorca. De este modo escribió en su honor uno de los temas más emblemáticos de The Clash “Spanish Bombs”. En 1984 se instaló en Granada y pasó largos períodos de tiempo en las tierras del sur de España buscándose a sí mismo y buscando también desconexión. Diez años después de su muerte, la ciudad que amó le ha puesto nombre a una pequeña plaza en el corazón del Realejo, la antigua judería de la ciudad.
El Realejo de Granada – Placeta Joe Strummer
Celebrando la vida y obra de uno de los frontmants más carismáticos y dado el vínculo del artista con Andalucía, os llevamos de ruta por algunos de sus lugares favoritos partiendo desde la plaza que lleva su nombre en el realejo de Granada.
Gracias a la petición popular a través de la que los fans pedían en Facebook que Joe formara parte de la ciudad, el Ayuntamiento de Granada ha acabado cediendo, dedicándole un pequeño espacio a los pies de la Alhambra. Además de su primera esposa, Gaby Slater, y su viuda, Lucina Garland, un emotivo concierto en acústico a recordado a la influyente figura del líder de The Clash. Los granaínos Jose Antonio García y Antonio Arias de 091 a los que Joe apadrinó para “Más de cien lobos”, Pablo Cook de The Mescaleros, Jem Finer de The Pogues o Richard Dudanski de The 101′ers han hecho un repaso por parte del repertorio del artista, sin olvidar clásicos como “Spanish Bombs” o “London Calling.
Las Gabias – Granada
En este pueblo a pocos kilómetros de la capital granadina estuvo alojado Joe Strummer, en la casa de Gaby Contreras, un radiólogo al que Joe apodaba ‘el médico loco’ y que también era amigo íntimo de Sid Vicious.
San José – Almería
Durante sus largas estancias en el sur de España, Joe Strummer se estableció un tiempo en el pequeño y pintoresco pueblo de San José, en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Adquirió una casa para pasar los verano y disfrutar de las playas de Mónsul y Genoveses. Pasaba las noches en el bar de Jo, el Pez Rojo -ahora convertido en el Pez Azul- y el Dagobah. Fan del cataor el Niño de Olivares, Strummer acudía con asiduidad a la peña flamenca de Fernán Pérez para asistir a sus actuaciones.
En verano, y coincidiendo con el cumpleaños de Joe el 21 de agosto continúan celebrandose conciertos en su memoria en el bar de Jo de San José a cargo del grupo Doghouse de Richard Dudanski -primer batería de The 101′ers con el que Joe Strummer hizo su primera incursión en el mundo de la música-.
Desierto de Tabernas – Rodaje de “Straight to Hell”
El desierto de Tabernas se encuentra a unos 30 kilómetros de Almería, en una zona desértica con una tasa tan baja de precipitaciones que la convierte en una de las más secas de Europa. A pesar de ello tiene un encanto turístico por haber sido escenario del rodaje de numerosos spaghetti westerns como La muerte tenía un precio o El Bueno, el Malo y el Feo y así hasta más de cien westerns.
Aquí se rodó la película Straight to Hell de Alex Cox en 1987, con Joe Strummer como protagonista y con los cameos de Dennis Hopper, Courtney Love, Grace Jones , Elvis Costello, Jim Jarmusch y miembros de las bandas de, Amazulu, The Circle Jerks y The Pogues. El viaje de los irlandeses The Pogues a Almería les inspiró en uno de sus temas más conocidos “Fiesta”. Straight to Hell es una parodia de los spaghetti westerns que se escribió en dos o tres días y se rodó en cuatro semanas.
I am Francisco Vasquez Garcia
I am welcome to Almeria
We have sin gas and con leche
We have fiesta and feria
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+ infoSevilla y la saga «Star Wars»
La Plaza de España, uno de los principales atractivos arquitectónicos de Sevilla junto a la Catedral y la Torre del Oro, es bien de interés cultural. Fue proyectada por Aníbal González dentro del conjunto del parque de María Luisa para la exposición Iberoamericana de 1929. Se trata de la mayor plaza abierta que hay en Sevilla y está realizada en estilo regionalista con predominio del ladrillo y la cerámica.
¿Naboo? ¿Es un barrio de Sevilla?
En el Episodio II: El Ataque de los Clones (2002), la monumental Plaza de España, se transformó en Theed, la capital de Naboo, el planeta gobernado por la reina Amidala. En la famosa escena que se puede ver en la película galáctica, Anakin y la propia Amidala conversan sobre su relación en un paseo por la plaza -eso sí, como no podía ser de otra manera, tras la posproducción fueron eliminados los clásicos azulejos dedicados a los territorios de España-.
La verdad es que solo fueron dos minutos para una escena que no fue de las más determinantes del film. Pero eso, ¿qué más da? El caso es que la inigualable belleza de Plaza de España fue suficiente para que George Lucas se enamorase de esta localización y decidiera rodar aquí una escena con dos de los principales protagonistas de la saga. ¡Ah!, y como no, tampoco faltó el entrañable robot R2D2.
El rodaje se produjo en septiembre del año 2000 en prácticamente dos días, el tiempo suficiente para poner patas arriba la ciudad, tras el desembarco de una legión de actores, productores, técnicos… unido a miles de personas curioseando constantemente y tratando de hacerse con un papel de extra en la mítica saga galáctica. Finalmente fueron unos pocos privilegiados -50- los que consiguieron ser figurantes, y quedar inmortalizados caminando por la plaza caracterizados como habitantes de Naboo.
Sevilla, decorado de película
La Plaza de España también la hemos visto en otras películas como Lawrence de Arabia (1962) o El Dictador (2012). Pero hay otros monumentos que han quedado para la posteridad en la gran pantalla con actores como Tom Cruise o personajes como el Capitán Alatriste. Pero ¿qué encontraron en Sevilla George Lucas, Ridley Scott o Agustín Díaz Yanes para elegirla como escenario de sus películas? Seguramente su riqueza cultural y urbana, la gastronomía, las buenas comunicaciones, el excelente clima, y su extensa oferta lúdica son los componentes perfectos no sólo para el rodaje de películas, sino también para hacer una escapada en cualquier época del año.
Los Reales Alcázares se han convertido en otro de los escenarios frecuentes en la historia fílmica de esta ciudad, ofreciendo un decorado formidable a títulos como Rojos, de Warren Beatty; Alatriste, de Agustín Díaz Yanes o 1492: La conquista del paraíso, de Ridley Scott, director que fue reincidente con la grabación de El reino de los cielos. Se trata del palacio real en activo más antiguo de toda Europa. Pedro I lo mandó construir en el s. XIV, y en su interior se aglutinan vestigios de tres de las culturas con mayor presencia en la península ibérica durante la Edad Media: la judía, la árabe y la cristiana.
Otros escenarios sevillanos inmortalizados en el cine han sido, la Catedral levantada sobre la antigua mezquita y tercer templo en tamaño de la cristiandad, de la que parte la emblemática Giralda; el Archivo de Indias, o el barrio de Santa Cruz. Estos edificios, ubicados en el casco antiguo, sirvieron de telón de fondo en la película Knight & day, una vertiginosa película dirigida por James Mangold, en cual pudo verse a Tom Cruise y Cameron Díaz en plena persecución huyendo en moto de sus enemigos. En este mismo entorno se rodaron varias escenas de la película española Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil y protagonizada por Eduardo Noriega, Jordi Mollà y Natalia Verbeke.Por último, y sin dejar el cine español, está Carmen, cuyo personaje principal fue interpretado por Paz Vega. En esta película, las escenas de la antigua fábrica de tabacos fueron rodadas en el actual rectorado de la Universidad de Sevilla. El edificio bien merece una visita; levantado en el siglo XVIII y superado en tamaño en España tan sólo por el Escorial.
¿A qué esperas para revivir estos momentos cinematográficos? Y ahora que estamos de enhorabuena por el estreno de Episodio VII: El Despertar de la Fuerza ¿que mejor de rendirle homenaje a la saga visitando el impresionante escenario de uno de sus films? No esperes más, Ve a Sevilla con Vueling y que la fuerza te acompañe.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Turismo de Sevilla
+ infoUna ruta por la Bretaña francesa
Recorrer la Bretaña es revivir la emocionante historia medieval europea, ahondar en sus raíces culturales, en sus tradiciones y leyendas. Descubrirás unos paisajes sorprendentes; sus playas, acantilados o localidades medievales como Vitré o Fougères, y sacarás provecho de los efectos beneficiosos que ofrecen las aguas del océano Atlántico para el cuerpo. En Dinard o La Baute encontrarás algunos de los mejores balnearios, a los que son tan aficionados los bretones, en los que descansar y purificarte.
La Bretaña francesa es una gran península con 1.200 kilómetros de litoral y una intensa relación con la tierra y el mar, que se percibe tanto en sus paisajes como en la gastronomía y sus tradiciones, que se remontan a su pasado celta, realmente más próximo a Irlanda o Gales que a la propia Francia.
La belleza del litoral bretón se ve prolongado por sus islas, al norte las de Bréhart o Ouessant y Sein, Glénan, Groix o Belle-Île al sur, auténticos paraísos de belleza salvaje con sus calas protegidas y sus faros, y con una historia y personalidad propia. Sus puertos han sido puntos estratégicos tanto para el comercio como para la defensa militar e incluso, tierras de destierro.
Rennes, aunque capital de la Bretaña, se encuentra a las puertas de la región de Normandía y es un destacado lugar del patrimonio arquitectónico y testigo de la historia de la región. Alrededor de sus dos plazas reales, el Parlamento y el ayuntamiento, y sus características casas de entramado de madera y mansiones renacentistas, se dibujan siglos de historia.
A 30 kilómetros de Rennes se encuentra el frondoso bosque de robles y hayas de Brocelandia, dominio de mitos y leyendas celtas. Es aquí donde se suelen situar muchos episodios de las novelas de la Mesa Redonda, como la búsqueda que el Rey Arturo ordenó para encontrar el Santo Grial y fue también el lugar donde vivieron el hada Viviana, el caballero Lancelot y el mago Merlín, amigo y asesor del joven Arturo, del que dicen quedó allí atrapado por amor.
Por el mágico bosque de Broscelandia recorrerás recónditos senderos que te llevaran por el Puente del Secreto, el pueblo de Paimpont y su hermosa abadía o los castillos de Brocelianda y del paso del Acebo.
Al norte, en el estuario del río Rance se llega a Dinan, con su encantador casco urbano y una de las ciudades medievales mejor conservadas. Por su recinto amurallado descubrirás fascinantes monumentos como la basílica de Saint-Sauveur o la torre de l’Horlage.
A partir de aquí se extiende la Costa Esmeralda, con sus verdes costas salpicadas de pueblecitos, que trascurre desde la ciudad amurallada de Sain-Malo a la Costa de Granito Rosa, que debe su nombre a sus peculiares formaciones rocosas de matices rosa. Y entre ellos, innumerables sitios por explorar: los acantilados rocosos de Cap Fréhel o Rochefort-en-Terre con sus casas bajas de techos de pizarra y el encanto de los viejos pueblos.
Otro de los alicientes de la ruta por la costa bretona es seguir el Camino de los faros, que se inicia en Brest y finaliza en Portsall, para recorrer el medio centenar de faros que puntean su litoral.
Grandes pintores como Paul Gauguin o Maurice Denis han inmortalizado como nadie la Bretaña. Podrás redescubrirlos en el Museo de Bellas Artes de Pont-Aven. Pont-Aven debe su fama a la escuela de pintores que lideró Gauguin en esta localidad pesquera, llegados de París y dispuestos a seguir sus enseñanzas. Esta población sigue conservando los nostálgicos molinos que se sucedían a lo largo del río, que tantas veces recrearon estos artistas, y su fascinación por la pintura, pero también podrás disfrutar de su afamada repostería.
Finalizando el arco de la costa bretona hacia el sur, se encuentra Carnac, localidad que alberga más de 3.000 restos prehistóricos de entre los años 5.000 y 2.000 a.C. Se trata del enclave arqueológico más antiguo de Europa, dividido en cuatro grandes áreas: Le Ménec, Kermario, Kerlescan y Le Petit Ménec. También puedes completar tu visitar en el Museo de la Prehistoria de Carnac.
Comer en la Bretaña
El dilatado litoral bretón, bañado por las aguas del Atlántico, marca la gastronomía de la región, que ha sabido, como ninguna otra, preservar sus especialidades gastronómicas. Los pescados y mariscos toman las cartas de los restaurantes como en ningún otro lado. Aquí se recogen una de las mejores ostras del mundo, la Belon y por supuesto, los mejillones.
En general todos los crustáceos y mariscos como el centollo, los bogavantes o los bueyes de mar, ya que se recogen de sus frías aguas. Esto se traduce también en deliciosas sopas de pescado. Aunque si hay un pescado por el que los bretones tienen un especial fervor, ese es el bacalao, que preparan de todas las maneras imaginables.
Pero, aparte del pescado, en la Bretaña se elaboran excelentes quesos, como el curé nantais, y mantequilla, sidra y deliciosa repostería. Sus crêpes, brioches o los sablés harán las delicias de los más golosos.
Imagen de Pymouss
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+ infoEcoturismo en estado puro en el Camino Natural de la cordillera Cantábrica
Hoy os recomendamos uno de las rutas con más encanto de todo el territorio español. Nosotros la recorrimos y quedamos hechizados ¿Quieres saber por qué? Nos referimos al Camino Natural de la Cordillera Cantábrica, un vía rural ubicada en un contexto de naturaleza que recorre, a lo largo de poco más de seiscientos kilómetros, buena parte del territorio asturiano de este a oeste de la Cordillera Cantábrica. Nosotros iniciamos la senda en su punto más oriental, situado en el concejo de Peñamellera Baja, junto a los límites con Cantabria, y lo concluimos en el concejo de Santa Eulalia de Oscos, muy cerca de la comunidad autónoma de Galicia. Fue un viaje mágico, una escapada de comunión con la naturaleza en la que desconectamos del mundanal ruido de la ciudad.
El Camino Natural está dividido en veintisiete etapas, pero depende de la preparación del caminante o su disponibilidad de tiempo, éstas se pueden agrupar para hacer el recorrido en menos jornadas. Lo bueno de esta ruta es que nunca caes en la monotonía. Aquí las bellas panorámicas se van sucediendo, y todas están compuestas por una rica diversidad de flora y de fauna. Sin duda, nos topamos con algunas de las mejores muestras del esplendor paisajístico asturiano
Otro aliciente de esta ruta es el buen número de espacios naturales protegidos que irán apareciendo a nuestro paso: el Parque Nacional Picos de Europa, el Parque Natural de Redes, el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, cerca del Parque Natural Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, además de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo. A todo esto hay que sumarle los enclaves naturales de la Sierra del Cuera, el Pico Caldoveiro o las Sierras de Carondio y Valledor. ¿Se puede pedir más?
Pero no solo está el componente que proporciona la naturaleza, también está el que aporta la mano del hombre. Y es que a lo largo del recorrido nos encontramos con innumerables muestras de patrimonio histórico y cultural, materializadas, muchas de ellas en formas arquitectónicas tradicionales como los hórreos, casonas, ermitas, iglesias, torres y palacios señoriales. También están los caminos históricos por los que discurre en algunos de sus tramos, como la Vía romana de la Carisa, el Camín Real de La Mesa o el enlace entre el Camín Francés y el Camino Primitivo de Santiago, además de la presencia de yacimientos arqueológicos celtas, romanos, y medievales.
El Camino Natural de la cordillera Cantábrica se compone de las siguientes etapas:
1. De Panes a Alles; 17,85 km; 5,00 horas
2. De Alles a Carreña; 15,98 km; 4,30 horas
3. De Carreña a Benia de Onís; 19,02 km; 5,00 horas
4. De Benia de Onís a Cangas de Onís; 23,58 km; 4,30 horas
5. De Cangas de Onís a Villamayor; 22,98 km; 7,30 horas
6. De Villamayor a Espinaredo; 13,40 km; 4,30 horas
7. De Espinaredo a Fresnedal; 9,26 km; 3,00 horas
8. De Fresnedal a Los Melendreros; 15,93 km; 5,30 horas
9. De Los Melendreros a Entralgo; 13,37 km; 4,30 horas
10. De Entralgo a Bello; 18,51 km; 6,00 horas
11. De Bello a Santibáñez 32,54 km; 6,00 horas
12. De Santibáñez a Campomanes; 26,09 km; 8,30 horas
13. De Campomanes a Llanuces; 25,96 km; 8,30 horas
14. De Llanuces a Bárzana; 20,17 km; 5,00 horas
15. De Bárzana a Villanueva; 18,14 km; 5,00 horas
16. De Villanueva a Villamayor; 43,67 km; 9,00 horas
17. De Villamayor a Dolia; 22,65 km; 8,00 horas
18. De Dolia a Belmonte; 13,99 km; 4,30 horas
19. De Belmonte a Boinás; 17,25 km; 5,00 horas
20. De Boinás a Tuña; 24,62 km; 4,00 horas
21. De Tuña a Onón 16,68 km; 4,00 horas
22. De Onón a Corias; 23,77 km; 7,00 horas
23. De Corias a Besullo; 20,02 km; 6,30 horas
24. De Besullo a Berducedo; 42,21 km; 7,00 horas
25. De Berducedo a Grandas; 45,71 km; 6,00 horas
26. De Grandas a Castro; 13,25 km; 3,00 horas
27. De Castro a Santa Eulalia de Oscos; 29,43 km; 6,00 horas
El mejor ecoturismo del norte de la Península Ibérica
Con este viaje hemos aprendido que es el ecoturismo, una modalidad que está empezando a ser tendencia en España. A grandes rasgos se trata de una estilo de turismo de naturaleza que aboga por el respeto al medio ambiente y por la sostenibilidad, además de contribuir de una forma directa y efectiva en el desarrollo de la zona, y en el que en todo momento está presente la preservación de los recursos con el objetivo de salvaguardar la flora y la fauna locales. Así pues, ¿qué mejor manera de poner en práctica esta tendencia turística en boga que aventurándose a recorrer el Camino Natural de la cordillera Cantábrica? Las especies únicas, los paisajes irrepetibles y las experiencias inolvidables están aseguradas en este pequeño paraíso natural situado al norte de la Península ibérica. ¿Te lo vas a perder?
Texto de José García
Fotos de Turismo de Asturias
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