Bilbao BBK Live el festival del norte de España
Se dice pronto, pero el Bilbao BBK Live lleva con nosotros doce años. Un festival ya consolidado que ha logrado competir y convivir con los todopoderosos eventos musicales que se celebran en Barcelona y Madrid en fechas cercanas. La razón del éxito es simple, un cartel de artistas que cada año ha ido creciendo en prestigio y tirón popular. El BBK, que se celebra este 2017 del 6 al 8 de julio, presenta unos nombres de escándalo. Una alineación de estilos musicales bien variada capitaneada por Depeche Mode, Phoenix, Fleet Foxes, Die Antwoord, The Killers, Two Door Cinema Club, Justice, The Avalanches y Brian Wilson, entre otros. Si quieres disfrutar de estos conciertos, aún quedan abonos, entradas de día, y sitio en la zona de acampada por si prefieres pasar de los hoteles e ir a la aventura.
Una de las particularidades del festival es el recinto donde se celebra. El monte Kobetas (también conocido como Kobetamedi) es un emplazamiento icónico de la ciudad. Una zona forestal elevada que ofrece una vista aérea espectacular de Bilbao, además de ser unos de sus pulmones, y un lugar donde los bilbaínos suelen ir a practicar deporte o a realizar picnics. Ahora bien, los días que se celebra el BBK el monte se cierra para la ocasión, convirtiéndose así en un privilegiado escenario musical. El acceso a Kobetamendi está bien comunicado. Es más, la organización pone en marcha un par de líneas gratuitas de autobuses para que todos los asistentes puedan acudir al recinto de forma fácil.
La celebración del BBK, más allá de su oferta musical, presenta una oportunidad perfecta para descubrir algunos lugares de Bilbao. Aquí van unos cuantos planes para todos aquellos que se levanten pronto y tengan ganas de patearse las calles de la ciudad.
Los mejores pintxos
Es un tópico, pero también una realidad. Si visitas Bilbao, tienes que comer o cenar pintxos más de una vez. Es una norma no escrita. Y en Bilbao hay algunos de los mejores bares dentro de esa especialidad culinaria. Para no fallar el tiro del pintxo, lo mejor es acudir al casco viejo de la ciudad, una zona plagada de restaurantes de calidad contrastada. Aquí van unas cuantas recomendaciones: Gure Toki, Txiriboga, Motrikes y Askao Berri.
Un poco de arte
La casualidad ha querido que, durante los días de celebración del BBK, el Museo Guggenheim Bilbao aún tenga en marcha una de las muestras pictóricas más destacadas del año. Se trata de París, fin de siglo, una exposición que repasa la obra de los pintores franceses y europeos más destacados de finales del siglo XIX. Una serie de cuadros de Toulouse-Lautrec, Signac y Redon, entre otros artistas, que sería un crimen no visitar antes de subir al recinto de Kobetamendi para disfrutar del festival. ¡Ah! Tampoco conviene perderse la colección permanente que ofrece el museo con trabajos de Robert Motherwell, Yves Klein, Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, James Rosenquist, Anselm Kiefer y Gerhard Richter.
Power Records, el templo bilbaíno del vinilo
Casi tan importante como lo de comer pintxos en Bilbao, si eres un enamorado de los discos. Y es que Power Records es una tienda legendaria con más de veinticinco años de historia. Situada en la calle Villarías, cerca del Casco Viejo y de la ría del Nervión, se trata de un establecimiento con una oferta alucinante de discos de vinilo. Tanto de segunda mano como de importación. Un locus amoenus para los melómanos que anden buscando las rarezas de sus grupos favoritos. Power Records no solo vive de discos de segunda mano, ya que también apuesta por los cd’s, las reediciones, y por las novedades discográficas del momento. Vamos, que si estás buscando ese siete pulgadas que te falta de Depeche Mode o una copia en vinilo del “Pet Sounds” de Brian Wilson, es posible que lo encuentres ahí.
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Texto de Xavi Sánchez Pons
+ infoDulces paradas por París
La palabra francesa “gourmand” hace referencia en nuestro idioma a aquellas personas que les gusta el buen comer. Precisamente el próximo mes de mayo quienes os identifiquéis con este término tenéis un buen motivo para visitar París y poner en práctica su significado: el Taste of Paris. En este festival gastronómico que se celebrará del 18 al 21 de mayo en el Grand Palais podrás descubrir las mejores creaciones culinarias y productos de la capital francesa y sus alrededores. Para ir abriendo boca os proponemos un recorrido por las firmas más dulces de la capital. Oh là là!
Para un buen chocolate
Ganador de la copa del mundo del Mejor Chocolate en 1994 y Mejor Artesano de Francia en el 2000, Patrick Roger es, sin duda, el maestro chocolatero más famoso de Francia, y un apasionado de la escultura. Uniendo sus dos pasiones, usa la materia prima en bruto para realizar increíbles creaciones chocolateras a gran tamaño, que vale la pena ir a ver a su tienda. Y de paso, no os podéis perder su praliné con avellanas o almendras torradas, sus trufas o su chocolate negro que recubre con naranja amarga. ¡Una delicia!
Para un buen brunch
Este desayuno-comida también está pisando muy fuerte en París, donde ya son muchos los cafés y pastelerías que ofrecen fórmulas de brunch. Ante la imposibilidad de determinar nuestro establecimiento favorito, en este caso os proponemos dos opciones como son el Biglove Caffè, donde se degustan los mejores pancakes de la capital: regordetes, ligeros y tiernos. Los acompañan con caramelo, mermeladas, chocolate, etc. Por otro lado el Peco Peco es el lugar donde descubrir el brunch japonés. Aquí los tradicionales scones (panecillos individuales de forma redonda originarios de Escocia) y tostadas han sido sustituidos por el sashimi, ensaladas de algas, tatakis… y es una maravilla.
Para un buen Saint Honoré
En la pastelería Hugo & Victor definen sus creaciones como “gastronomía dulce”. En pocos años se ha convertido en uno de los mejores establecimientos de la capital y se ha ganado su fama gracias a sus tartas de frutas, milhojas de crema y, sobre todo, por su Saint Honoré, una especialidad francesa que se elabora con profiteroles montados en una base cilíndrica de hojaldre recubierta con crema y nata montada. Una de las peculiaridades de Hugo & Victor es que adaptan este postre tradicional según los productos de temporada: castaña, fresas e incluso mojito. Oh mon Dieu!
Para buenas bollerías sin gluten
En Noglu son especialistas en todo tipo de bollería casera sin gluten: brioche, escargot (caracola), chouquette (especie de lionesa sin relleno decorada con azúcar perlado), pain au chocolat (napolitana de chocolate), cruasán… Completan el menú del brunch con mermeladas, mantequilla, miel, tés gourmet, sopas frías y zumos naturales. Todo de elaboración artesanal. ¡Ñam!
Para un buen baba au rhum
Sin duda, una de las pastelerías de más alto nivel actualmente en París. Pain de Sucre ofrece repostería con perfectas combinaciones de sabores y una estética muy cuidada que hace que cualquier pieza entre por la vista. ¿Qué recomendamos? Su éclair (pepito) de chocolate con menta, tan intenso como fresco y fino, y, sobre todo, su baba au rhum (una masa más ligera que un bizcocho recubierta de nata montada y mojada con ron), único, que viene con una pipeta de ron para que puedas emborrachar esta creación pastelera a tu gusto.
Para macarons, flan y pain au chocolat
Si viajas a París y eres amante del dulce es muy probable que en tu ruta turística hayas previsto una parada en Ladurée, esta preciosa pastelería de estética clásica conocida por sus famosos macarons que se venden en cajitas y que cambian según las tendencias, la actualidad o la temporada. Y valen la pena, porque más allá de su impresionante despliegue de marketing, con el que la firma ha conseguido fama internacional, sus creaciones son exquisitas. Pero en París hay otro maestro en la materia que muchos aseguran elabora los macarons mejor que su principal rival: se trata de Pierre Hermé. Existen en un sinfín de sabores intensos. Aquí también hay que probar sí o sí el flan de vainilla (que vale los 5 € que cuesta) y su pain au chocolat.
Para un buen cruasán
Parece mentira pero incluso en la capital del cruasán resulta cada vez más difícil encontrar un buen ejemplar artesanal. En Blé Sucré descubrirás su cruasán elaborado por el maestro pastelero Fabrice Le Bourdat, que ha labrado su carrera en las mejores cocinas del mundo. ¿Y por qué es mejor que el de cualquier otro? Su masa hojaldre que parece una superposición de micro hojas luce el más apetitoso vestido doradito y sabe a una intensa mezcla de mantequilla y caramelo. Crujiente primero, desvela a continuación una miga untuosa pero consistente. A degustar con un buencafé au lait en la pequeña y agradable terraza con vistas a un parque para disfrutar del regreso del buen tiempo.
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Texto de Laia Zieger de Gastronomistas.com
+ infoAcero cristal y arte el Bilbao del siglo XXI
Alejada de su pasado industrial pero fiel a sus raíces, Bilbao es hoy una ciudad moderna y cosmopolita en la que disfrutar de la mejor gastronomía, música y, en especial, del arte y la arquitectura. De hecho, desde que el Museo Guggenheim abrió sus puertas a mediados de los años 90, la capital vasca se ha convertido en un destino de referencia para todos los amantes del arte y la arquitectura contemporáneas. Además, junto a la apertura del museo, la ciudad ha impulsado una renovación urbanística que ha recuperado las construcciones históricas, levantado imponentes edificios modernos, integrado la ría y los espacios verdes y hasta trazado una red de metro diseñada, ni más ni menos, que por Sir Norman Foster. Por todo esto Bilbao es hoy una de las mejores ciudades europeas donde vivir. La recorremos a través de sus museos y edificios más rompedores.
En torno al Museo Guggenheim
El monumental edificio proyectado por Frank O. Gehry es hoy el icono de la Bilbao del cambio y uno de los referentes internacionales del arte contemporáneo. Merece la pena pasear por sus alrededores para perderse en las curvas de sus fachadas y admirar la famosa araña de Louise Bourgeois o el famoso perro Puppy de Jeff Koons. Pero sin duda visitar su interior es una experiencia irrepetible. Dejarse llevar entre los laberintos de acero de la obra La materia del tiempo de Richard Serra o visitar las importantes exposiciones temporales que pasan por el Guggenheim, es algo que ningún amante del arte se puede perder.
Junto al museo se encuentra el puente de La Salve que, pese a sobrevolar la ría desde el año 1972, no fue hasta 2007 cuando el artista francés Daniel Buren le añadió su famoso arco rojo. Contigua al Guggenheim, tampoco podíamos olvidarnos de la Nueva Biblioteca de la Universidad de Deusto, de Rafael Moneo, con su volumen monolítico y sus esquinas redondeadas.
Inmediatamente detrás se levanta la Torre Iberdrola. Este edificio de César Pelli es el más alto del País Vasco. Con sus 165 metro de altura y 41 plantas, su visión es realmente sorprendente. Flanquean la torre las Viviendas Ferrater, dos edificios de lujo proyectados por Carlos y Lucía Ferrater, Xavier Martí y Luís Domínguez. Frente a ellas se abre la Plaza de Euskadi, de la arquitecta paisajista Diana Balmori.
El Museo de Bellas Artes: un clásico contemporáneo
Cerca de la Plaza Euskadi, frente al parque de Doña Casilda, el Museo de Bellas Artes toma el testigo de las grandes colecciones de arte clásico europeas y presenta una selección de obras de primer nivel, entre las que se encuentra una Lucrecia de Lucas Cranach el Viejo o pinturas de Francisco de Goya, El Greco y Zurbarán. En su sección contemporánea, pueden verse pinturas de Miquel Barceló y Francis Bacon. Y es que aquí podemos viajar desde la Antigüedad hasta el siglo XXI. Para albergar tanta variedad, el edificio de 1945 se ha ido reformando hasta adquirir su aspecto actual. La última ampliación es la que ha aportado un aspecto más rompedor tanto al interior como al exterior del edificio. De este modo, en 1996 Luis Maria Uriarte abrió nuevos espacios y añadió la estructura y el hall de cristal desde el cual accedemos hoy al museo.
Paseando por la ría
La ría pasó de ser un lugar oscuro y contaminado a convertirse en uno de los espacios de recreo preferidos por los bilbaínos. Parte de esta mejora se debe al Isozaki Atea (Puerta Isozaki), que es un recinto de siete edificios proyectados por el arquitecto japonés Arata Isozaki con la colaboración del arquitecto bilbaíno Iñaki Aurrekoetxea. En frente de este complejo, el puente Zubizuri es la aportación de Santiago Calatrava a Bilbao (aunque también el monumento más polémico de la villa).
La Alhóndiga y la Osakidetza
Si nos adentramos en el ensanche bilbaíno no podemos perdernos el Centro Azkuna, más conocido como la Alhóndiga, un antiguo almacén de vino reconvertido hoy en un vibrante núcleo de ocio y cultura. Terminado en 1909 bajo las órdenes de Ricardo Bastida, ya en su tiempo fue un edificio innovador en la ciudad por el empleo de técnicas novedosas, como el uso del hormigón armado. Tras una reforma de Philippe Starck, abrió sus puertas como centro polivalente en 2010.
A pocos pasos y como si, de repente, nos encontrásemos en el corazón de Europa, nos sorprende en una esquina el edificio de Osakidetza (Departamento de Sanidad), inconfundible con su fachada poliédrica diseñada por Juan Coll-Barreu.
Y no podemos irnos de Bilbao sin entrar en su metro que, diseñado por Sir Norman Foster, se dice que es uno de los mejores del mundo.
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Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoToulouse en ocho descubrimientos
Primer descubrimiento: la ciudad rosa
Fue en Toulouse donde descubrí que los atardeceres pueden ser de color rosa sobre todo si los disfrutas a orillas del río Garona. La luz puede ser muy caprichosa sobre todo cuando incide, ángulo arriba ángulo abajo, en el mármol de los grandes edificios que jalonan el centro histórico de Toulouse. La Plaza del Capitolio, tan bella de día como de noche gracias al programa de iluminación nocturna de la ciudad, es el punto de partida de cualquier ruta por esta urbe de la nueva región de Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées. Aquí se alza el edificio del Capitolio, hoy sede del Ayuntamiento y del Teatro Nacional. Sus ocho columnas de mármol rosado simbolizan el poder de los ocho barrios que formaban parte de la ciudad en el siglo XVIII. En esta misma plaza también hay tesoros escondidos, como las pinturas que se encuentran bajo sus soportales y donde se explica la historia de la ciudad.
Segundo descubrimiento: la patria de Carlos Gardel y de la Inquisición
En Toulouse averigüé que Carlos Gardel era oriundo de Francia pese a que los uruguayos sostienen que el rey del tango era compatriota suyo, o que el escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, se alojaba en el hotel Le Grand Balcon, como todos los pilotos de la Compagnie générale aéropostale (Compañía General Aeropostal). También aquí nacieron instituciones tan importantes como antagónicas como la Inquisición, que se fundó para combatir a los cátaros, o los Juegos Florales o de la Gaya Ciencia en el siglo XIV.
Tercer descubrimiento: su vasto patrimonio
En Toulouse se encuentra el mayor templo románico de Occidente, la basílica de Saint-Sernin, que constituye a su vez una etapa importante dentro del Camino de Santiago a su paso por Francia. Cerca está el convento de los Jacobinos, un magnífico ejemplo de construcción monástica, y ya de camino al Garona nos topamos con la basílica de Nuestra Señora de la Dorada (Notre-Dame de la Daurade), consagrada a una virgen negra que lleva mantos diseñados por grandes modistos.
Cuarto descubrimiento: Pablo Picasso
En Toulouse me enseñaron la gran pasión que sienten los tolosanos por Pablo Picasso. El Museo de Arte moderno de Les Abattoirs, considerado uno de los centros culturales más importante de la capital de Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, acoge El despojo del minotauro en traje de Arlequín, obra de este malagueño universal.
Quinto descubrimiento: Aeroscopia
Toulouse es la capital francesa de la aeronáutica (la fábrica de Airbus se encuentra en Blagnac) y todavía más desde la inauguración del Museo Aeroscopia que, en una superficie de 7.000 metros cuadrados, alberga aviones legendarios como el Concorde o el Super Guppy, que fue el predecesor del mítico Beluga.
Sexto descubrimiento: los mercados
En Toulouse descubrí que en Francia los mercados tienen vida propia y que son lugares donde la gente no solo va a comprar sino que come en sus restaurantes. El mercado de Victor Hugo, el mercado de Cristal, donde se venden frutas y verduras al aire libre, o el de Carmes son algunos de los más conocidos.
Séptimo descubrimiento: Nº5 Wine Bar
En Toulouse, como en todo el país, existe el concepto bar de vinos. Un buen ejemplo es el Nº5 Wine Bar, donde te puedes servir por copas (eligiendo no solo el vino sino también la cantidad) y pagas con una tarjeta que va memorizando todo lo que vas consumiendo. No te pierdas sus tapas como los culatello di Brozzi, elfoie o los quesos de Bonat.
Octavo descubrimiento: la noche de Toulouse
Por último, Toulouse es la urbe francesa con más influencia española. Y esto se palpa nada más llegar cuando entablas conversación con sus gentes o cuando te rindes a los encantos de la noche tolosana. Porque en la cuarta ciudad en habitantes del país vecino la gente sale a la calle pese al frío y disfruta de la vida hasta que el cuerpo aguante. Las noches en Toulouse aglutinan a numerosos locales y foráneos, muchos de ellos estudiantes, que se congregan en los locales de la Rue des Filatiers y de las plazas de Carmes, de la Trinité, Wilson, o Victor Hugo.
Toulouse es una ciudad perfecta para conocerla durante un fin de semana. Consulta tu Vueling aquí.
Texto de Tusdestinos.net
Fotos de Turismo de Toulouse