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Jaffa el puerto más antiguo del mundo

Jaffa o Yafo, como también se le conoce, es uno de los puertos más antiguos del mundo. Según la Biblia, fue fundado por el hijo de Noé, Jafet, tras el diluvio universal y también fue de aquí de donde zarpó Jonás en el viaje que lo llevaría a ser engullido por una ballena. Mitos, leyendas o historias diluidas por el paso del tiempo, lo cierto es que Jaffa es uno de los lugares con mayor encanto de la costa de Israel. Sus calles estrechas, los puestos de artesanía o las vistas sobre Tel Aviv, hacen de este un lugar mágico en el que perderse y dejarse llevar.

Historia, artistas y mercadillos

Las distintas excavaciones en la zona han sacado a la luz restos que se remontan al 2.000 a.C., lo que convierte a Jaffa en uno de los puertos en activo más antiguos que se conocen.

Tras años de esplendor y una época de especial florecimiento durante el dominio otomano, Jaffa entró decadencia a causa del crecimiento de la vecina Tel Aviv, que la absorbió en 1948. Sin embargo, hoy es uno de los barrios más apasionantes de la ciudad.

La entrada a Jaffa la marca la Torre del Reloj, construida en 1901 para celebrar el 25º aniversario del entonces sultán turco. De aquí salen varias callejuelas que conforman el mercadillo. En Jaffa puedes encontrar desde souvenirs hasta artesanía u objetos de segunda mano. No te pierdas el mercado de pulgas que se celebra cada domingo por la mañana entre la calle Yefet y el Boulevard Jerusalem. Ahí hallarás desde viejas baratijas hasta joyas del diseñomidcentury, como muebles o vajillas. Pero si no tienes previsto pasar por el barrio en domingo, verás que, igualmente, todas las callejuelas conforman un gran bazar en el que seguro que podrás encontrar alguna alhaja de recuerdo los siete días de la semana.

Además, en las calles que rodean el mercado, hay restaurantes de estética vintage muy monos que tienen terraza y en los que podrás picar un humus o una ensalada por unos pocos shekels.

Sede de artistas

Aunque los precios ya no son lo que eran, Jaffa sigue siendo uno de los lugares favoritos de los artistas locales. En la parte norte del distrito encontramos el llamado Barrio de los Artistas, que es una compacta zona de antiguas casas árabes y estrechos callejones que se han convertido en galerías, estudios y galerías de artistas y artesanos. Una de las más destacadas es la Casa Museo de Ilana Goor, un edificio del siglo XVIII que pertenece a esta artista judía. Ahí podréis ver una amplísima colección de arte étnico, pero también obras de autores consagrados, como Henry Moore, Diego Giacometti o Josef Albers. Además, con un poco de suerte, os encontraréis con la propia Ilana paseando por el museo con su perro.

El otro gran Museo de Jaffa es el Arqueológico que, en un precioso edificio también del siglo XVIII, alberga piezas encontradas en las excavaciones realizadas en la zona.

Un mix de religiones

A unos pasos del Museo Ilana Goor se encuentra la conocida como Casa de Simón el Curtidor donde, según el libro de los Hechos de los Apóstoles, se alojó San Pedro. Y muy cerca se levanta la pequeña iglesia de San Miguel, un templo ortodoxo griego que data del siglo XIX. Israel es un país en el que varias religiones conviven en un mismo espacio, por lo que no debemos sorprendernos al ver mezquitas, sinagogas e iglesias en una misma calle. De hecho, en el centro de Jaffa, la plaza Kedumim, bajo la cual se halla el centro de visitantes con muestras de época romana, está el monasterio de San Pedro, un edificio católico romano. Justo detrás, frente al mar, se alza el monasterio de San Nicolás, de 1667, que acoge a la comunidad armenia de la zona. También en el barrio hay sinagogas y un par de mezquitas importantes, como la mezquita del Mar, en la que dan culto los pescadores, y la Mahmoudiya, de 1812, que utiliza la comunidad musulmana local.

Pide un deseo

Pero hay dos cosas que no puedes dejar de hacer cuando visites Jaffa. La primera, pasear por el Gan ha-Pisga, un jardín que se halla en lo alto del antiguo montículo de Jaffa y que tiene unas vistas extraordinarias sobre la costa de Tel Aviv.

Y, por último, cruzar el puente de los Deseos y pedir el tuyo. Eso sí, tienes que tocar la estatua de bronce de tu signo del zodiaco mientras miras hacia el mar. Seguro que se cumple.

Coge tu Vueling a Tel Aviv y atrévete a conocer el que es el puerto más antiguo del mundo.

 

Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Aleix Palau, amira_a

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Descubriendo los Museos de Montaña de Messner

La provincia de Bolzano, también conocida como Alto Adigio o Tirol del Sur, a caballo entre la cultura austríaca y la italiana, tiene en su haber una de las cadenas montañosas más populares de Italia, los Dolomitas. Estos conforman un espectacular paisaje en el que se alternan los valles con sus características montañas que parecen quebrar el cielo, cuyo cambio de color con la luz solar tanto sorprende a los visitantes: durante el día lucen blancas, y al amanecer y al atardecer adquieren un precioso tono rojizo. Hasta el propio Le Corbusier se quedó prendado de sus magia y llegó a decir que eran “la más bella obra arquitectónica del mundo”. Protegidas por siete parques naturales, en 2009 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los Dolomitas son un espacio perfecto para la práctica de los deportes al aire libre, como el esquí o la escalada, y a su vez son un espacio perfecto para los amantes de la contemplación de la naturaleza o los buscadores de inspiración. Esta última es más que seguro que la encuentres en el Messner Mountain Museum (los Museos de Montaña de Messner), una red conformada porseis museos ubicados en emplazamientos muy singulares del Tirol del Sur, cuya temática gira en torno al montañismo, la escalada y las culturas de los pueblos de altura.

Detrás de un concepto tan especial de museo como lo es este, con un amplio vínculo con la naturaleza, solo podría estar una persona tan singular y excepcional como lo es el italiano Reinhold Messner. Considerado como uno de los mejores alpinistas de todos los tiempos, tiene en su haber catorce ochomiles, todas ellos escalados sin ayuda de oxígeno. En el año 1978, Messner junto al austríaco Peter Habeler serían los primeros en ascender el Everest sin botellas de oxígeno. Ese sería el principio de una larga carrera escalando montañas. Su intrepidez y sus ganas de probar experiencias le llevaron en 1991 a formar parte de la primera expedición que cruzó la Antártida sin ayudas externas.

En la actualidad lleva una vida bastante más tranquila, centrada en la escritura de libros y en el Messner Mountain Museum, un original conjunto de museos que consta de los siguientes espacios:

MMM Corones. Situado en la cima de Kronplatz, en él se explica la historia del montañismo. Obra de la arquitecta Zaha Hadid, el museo está escavado en la montaña, del que solo se aprecia en el exterior su triple mirador en la cumbre, con unas impresionantes vistas del monte Peitlerkofel, el Heiligkreuzkofel, el Ortler y el sur del Tirol.

MMM Firmian. Cerca de Bolzano se encuentra el castillo de Sigmundskron, donde se puede visitar este museo cuya temática central es el encuentro del hombre con la montaña. Ya solo por las vistas que en él hay de los Alpes y los Dolomitas merece la pena acercarse hasta aquí.

MMM Dolomites. También conocido como el “Museo en la Nubes”, está situado en un antiguo búnker de la Primera Guerra Mundial localizado en la cumbre del monte Rite (2000 metros), entre Pieve di Cadore y Cortina d'Ampezzo. En su interior acoge el museo dedicado a la escalada deportiva en roca, en el que se rinde especial homenaje a los Dolomitas y a todos aquellos que los han escalado.

MMM Juval. Situado en el castillo de Juval, está dedicado a la Magia de la Montaña, y en su interior alberga obras de arte, entre las que destacan la colección tibetana y la de máscaras procedentes de los cinco continentes. A este espacio solo se puede acceder mediante visita guiada, y los meses de julio y agosto permanece cerrado ya que es la residencia de verano de la familia Messner.

MMM Ripa. Otro castillo, en este caso el de Burnico o Bruneck, es el encargado de albergar el museo dedicado a las culturas vinculadas a la montaña. No en vano el nombre de este espacio proviene de la unión de la palabras tibetanas ri (montaña) y pa (hombre).

MMM Ortles. En la aldea de Solda, en un sencillo edificio de piedra semi-subterráneo, en el que los pastizales hacen de techumbre, se encuentra el sexto y último espacio de este peculiar museo. El tema central del mismo es el mundo del hielo, donde se habla del esquí, la escalada sobre hielo y las expediciones a los polos.

Ahora que ya tienes las claves de algunas de las maravillas que se esconden en el Tirol del Sur, sólo tienes que coger tu Vueling a Verona –está a aproximadamente una hora y media en coche de Bolzano- y aventurarte a conocerlas.

 

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Messner Mountain Museum y Zaha Hadid Architects (© Inexhibit)

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Viena a cuerpo de rey

Parques, jardines, palacios, museos, el Danubio ambientado cual playa urbana, comida callejera en formato quiosco o chiringuito, gastrobares, bistronómicos y restaurantes de autor que han superado, e incluso obvian ya en sus cartas, el archiconocido schnitzel (o escalope vienés). La gastronomía de Viena está para salir rodando como su noria. Ya no por gula sino porque la oferta es tal y tan sugerente incluso en alta cocina, que se necesitan unos cuantos días para degustar y disfrutar a cuerpo de rey de toda su rica variedad.

Dónde comer

Steirereck

No es el restaurante más estrellado de la capital austríaca pero está, con razón, entre los diez mejores del mundo. Su imponente emplazamiento, en uno de los parques más bonitos de Viena, se corresponde con una cocina de producto efectista en la que prima el festival sobre la constricción minimalista. La mesa se viste de fiesta para ver circular el carro de referencias para el aperitivo o el cóctel, el de panes, el de quesos y hasta el de hierbas aromáticas entre los impecables platos de Heinz Reitbauer, quien ahonda en sus raíces y experimenta con las mismas en diferentes menús degustación.

Mraz & Sohn

Tras una elección rápida entre menú corto o menú largo se sucede el desfile de platillos de producto con pocas pero justas florituras. Bocados creativos con sumos contrastes salen de una minúscula cocina bien acompasada con la sala, dirigidas respectivamente por los dos hermanos Mraz. No pierdas de vista su bodega, que conviene conocer y pisar para entender la verdadera historia de este negocio familiar.  

Tian

No hace falta ser vegetariano (si lo eres, lo disfrutarás aún más) para adentrarse en la cocina de Paul Ivic. Pocos chefs de su nivel han hecho tanto por otorgar su lugar a la cocina más saludable. A partir de una exhaustiva recolección del mejor producto autóctono, acertadas combinaciones y emplatados que conmueven, Tian (e incluso la versión informal de su Bistro, donde se sirve el apfelstrudel o pastel de manzana más atípico de la ciudad) es una dirección a tener muy en cuenta, también por sus tremendos postres.

O Boufés

Es el bistronómico del chef Konstantin Filippou, quien cuenta asimismo con su propio gastronómico puerta con puerta. Un bistró donde, concretamente, el vino natural juega un importante protagonismo en el maridaje de platos, que apenas plantean riesgos y son de generosas raciones. Para salir bien servido y mejor bebido.

Dónde tomar…

Una pizza. Para aquellos que necesitan alternar la buena mesa con el bocado rápido y asequible, nada mejor que la pizzeria Mari’ para comer pizza allí mismo o para llevar. Correcta oferta de especialidades italianas en un local de enormes dimensiones. Conviene reservar.

Un helado. No sé muy bien si para echar por tierra o para reafirmar esa consideración de ciudad “fría” que algunos tienen de Viena, ahí está su montón de heladerías. Pasaos especialmente por Schelato, donde se sirven del arte italiano para ofrecer sabores sorprendentes que renuevan constantemente. El coqueto local también invita a quedarse.  

Una sacher. Degusta la mejor sacher individual o en porciones en Demel, donde el obrador a la vista es de visita obligada antes de sentarte en una de sus mesas. La vitrina junto a la entrada es sumamente tentadora, así que si te lo puedes permitir prueba también sus milhojas y demás tartas clásicas.

Una copa. En la última planta del 25 Hours Hotel, en pleno barrio de los museos, se ubica también uno de los bares más interesantes de la ciudad. Por su ambiente, sus cócteles, su terraza con vistas, sus elementos decorativos de otros tiempos…  El Bar Lounge Dachboden te gustará.

Dónde dormir

Hotel Kärntnerhof

En pleno distrito 1 de la ciudad, a dos pasos de la catedral de San Esteban, está este hotel de suites abuhardilladas, decoración Art Nouveau, una pequeña terraza en su azotea y servicio atentísimo. No dejes de visitarlo porque es, sin duda, un lugar con encanto, incluso para tomar algo. Recogido en un callejón sin salida, aparece como un oasis de gran valor cultural y sumo estilo.

The Ring

Ubicado en esa arteria principal donde proliferan las terrazas en plena acera y discurren la mayor parte de líneas de tranvía, el Ring es la versión casual del Grand Hotel. Déjate caer por su sauna con vistas sobre el skyline de la ciudad, disfruta de su desayuno a la carta y ten en cuenta que en su bar podrás también tomar una copa de madrugada.

Texto y fotos de Belén Parra de Gastronomistas.com

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Love Hanover

Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com

Si los hermanos Grimm continuasen escribiendo cuentos de hadas, bien podrían dedicarle una mención especial a los páramos que alberga la ciudad encantada de Hanóver, la capital del Estado Federado de Baja Sajonia; una ciudad que se ha reconstruido con el paso del tiempo, pero que a día de hoy sigue conservando ese aire mágico tan característico de las pequeñas ciudades alemanas.

El estilo ecléctico de la ciudad está presente en cada paso que damos, el centro de la ciudad denominado Stadtmitte cuenta con la peculiar Estación Central – Haupbtbahnhof, punto clave para la conexión de los trenes de los alrededores y punto neurálgico de la vida de los alemanes, ya que en su interior subterráneo se encuentra una gran zona comercial repleta de exóticos restaurantes y multitud de tiendas que se prolongan hasta la estación de Kröpcke, una increíble galería comercial bajo las calles de Hanóver. Es sin duda el lugar perfecto para comer de forma muy económica, no dudes en probar la variedad gastronómica de Back Factory: el famoso Brezel, la amplia variedad de snacks o las dulces Berlinas; además en esta zona comercial podrás visitar sus originales tiendas subterráneas como la tienda para chico y chica One Green Elephant.

En el centro de la urbe podemos encontrar varias galerías comerciales como Ernst-August-Galeri y la Galeria Kaufhof que lideran las calles más exclusivas de la ciudad alemana, repletas de tiendas y restaurantes de lujo. Entre las calles del centro encontramos una exquisita tienda de mujer Zöe, no te quedes con las ganas de descubrir las colecciones de moda femenina ¡No apta para todos los bolsillos! Tampoco debes perderte la tienda de stock T·k·maxx, donde encontrarás grandes firmas de hombre, mujer y niños a precios increíbles.

En los alrededores de Kröpcke descubrimos la Chocolatería Hussel, el paraíso del chocolate, donde podemos elegir entre una amplia variedad de chocolates de todos los sabores: praliné, trufa, chocolate con naranja, …¡Ideal para los golosos! Muy cerca de Hussel nos encontramos con Butlers, una tienda de diseño repleta de esos curiosos objetos que nos hacen la vida más divertida: tazas, imanes, carteles y postales.

No solo puedes disfrutar de las maravillas que Hanóver te ofrece durante el día, sino que por la noche la ciudad se viste a la moda para tomar unas copas en los mejores pubs. Para comenzar la noche nada mejor que irte a probar los platos de Loretta’s Biergarten, como su delicioso queso de cabra envuelto en tocino o los tagliatelle con venado, acompañado de una auténtica cerveza alemana en su espectacular terraza ajardinada. Tras la cena y si el cuerpo te pide un poco de fiesta, la mejor opción es acudir a la discoteca de moda de Hanóver, Osho Disco, tres plantas donde podréis bailar con la música más actual.

A pocas manzanas al sur-oeste se encuentra el casco antiguo de la ciudad, Altstadt, sin duda el lugar predilecto para encontrar pequeñas boutiques, anticuarios y restaurantes con mucho encanto. En las inmediaciones de la Iglesia del Mercado podemos encontrar pequeñas boutiques made in Hannover como la tienda de ropa femenina de Anette Spitzl, la boutique Marie Jo o los diseños de BBP Prêt à Porter.

Continuando por la Knochenhauerstraße descubrimos Un trozo de Mallorca en Hanóver, y es que en esta calle se encuentra Ein stück Mallorca, una joyería con piezas realizadas en oro y plata con incrustaciones minerales, autenticas obra de arte. Pero no solo nos encontramos con un “pedacito” de Mallorca sino que además muy cerca de esta calle podrás descubrir una pequeña pastelería al más puro estilo francés, hablamos de Glücksmoment, un espacio muy íntimo y acogedor donde encontramos infinitas variedades de muffins, cupcakes, chocolatinas, macarrones franceses…¡Exquisito!

En la calle Kramerstraße hay un amplia variedad de pequeñas tiendas y de anticuarios como Jordan o Antiquitäten, donde puedes encontrar libros de segunda mano, piezas de cristalería, jarras de cerámica, carteles antiguos y los más dispares objetos de épocas pasadas, sin duda la parte con más encanto de la ciudad inmersa en los edificios clásicos de la antigua Alemania.

Continuando por las calles del casco antiguo nos encontramos con la plaza Balhofplatz, una amplia y centenaria plaza, el lugar idílico para descansar y tomar una buena taza de té en la terraza de Tee Flubehen o bien degustar una exquisita comida alemana en el castizo Restaurante Silver & Gold, ambas colindantes y muy cerca del río Leine, en cuya orilla se celebran los sábados el rastro del casco antiguo.

Uno de los paisajes más bonitos con los que cuenta Hanóver es el lago Maschsee, un lago artificial inmenso, date un paseo al atardecer por la orilla del lago hasta el embarcadero Yachtschule Hanover, donde podrás alquilar barcas para navegar o cenar con una de las mejores y más increíbles vistas de la ciudad.

Como colofón a esta experiencia alemana, no pierdas la oportunidad de visitar los Jardines Herrenhausen. A pocos minutos del centro en transporte público llegarás a uno de los jardines barrocos más grandes y bellos de Alemania, junto a ellos se encuentra el jardín botánico de estilo inglés Berggarten.

Nos esperes más a reservar tu Vueling

¡We love Hannover!

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