Tel Aviv La meca de la Bauhaus
La escuela de la Bauhaus es para Tel Aviv lo que el art déco es para Miami o el modernismo para Barcelona, una seña de identidad inconfundible que es orgullo de sus habitantes y que encontramos en más de 1.000 edificios a lo largo y ancho de los 50 kilómetros cuadrados que conforman la ciudad.
La llegada de la Bauhaus a Tel Aviv
La relación entre Tel Aviv y la escuela Bauhaus se remonta a los años 30 del siglo XX cuando, con el ascenso del partido nazi, muchos arquitectos judíos dejaron su país para encontrar una mejor suerte. Por aquel entonces, la futura metrópolis era una ciudad joven, con ganas de expansión y múltiples posibilidades. La llamada Ciudad Blanca, que es como se conoce al área de la ciudad donde se encuentran estos edificios, se construyó desde principios del decenio de 1930 hasta 1948, con arreglo al trazado diseñado por Sir Patrick Geddes, basado en los principios del urbanismo orgánico moderno. Nombres de la talla de Walter Gropius, fundador de la escuela Bauhaus de Weimar, Arieh Sharon, Shlomo Bernstein o Shmuel Mestechkin llegaron y moldearon un elaborado y novedoso plan urbanístico que permitió adaptar las directrices de este estilo a la aridez del entorno y al contexto mediterráneo del lugar. De este modo, el aire fresco y ligero de esta arquitectura entroncó a la perfección con las ansias de renovación y la creación del que, a partir de 1948, sería el nuevo estado de Israel.
La conservación: un nuevo reto
Las construcciones se hicieron en colores claros, generalmente en blanco, dejando los pilares al aire libre para que el viento pasase por la parte inferior de los edificios y las ventanas se hicieron traqueteadas para contener el paso del calor. Además, la arquitectura de la Bauhaus de Tel Aviv se caracteriza por sus líneas rectas, la simetría y un estilo minimalista que todavía hoy en día sigue sorprendiendo por su carácter y simplicidad. Y es que, estos arquitectos, en un contexto cultural nuevo, realizaron un conjunto excepcional de edificios muy representativo del movimiento arquitectónico moderno.
No obstante, pese al altísimo número de ejemplos que hay repartidos por la ciudad, su estado de conservación es bastante precario. De hecho, se llegaron a construir más de 4.000 edificios, si bien muchos de ellos no han sobrevivido. Por ello, en los últimos años se están haciendo grandes esfuerzos para recuperar el aspecto original de las más de 1.000 construcciones todavía existentes. Se trata de un trabajo lento y laborioso, ya que la mayoría de ellos son de propiedad privada y no se han intervenido desde que se terminaron 70 u 80 años atrás.
Los mejores edificios de la ciudad
Dado el gran número de edificios que hay, lo más interesante antes de enfrascarse en la búsqueda de construcciones por la ciudad es trazar un plan. Algunos de los ejemplos más destacados están en las calles Rothschild, Bialik y Dizengoff, aunque lo más recomendable es ir al Bauhaus Center para que os informen. Allí encontraréis libros y mapas especializados y, además, podréis obtener información sobre el tour gratuito que organiza el ayuntamiento los sábados y que se llama Tel Aviv-Bauhaus Walking Tour.
Para completar vuestra visita, en Bialik Street podéis visitar el Museo Bauhaus, que será una útil ayuda para que entendáis mejor el impacto que la Bauhaus de Tel Aviv ha tenido en el resto del mundo.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoRecorriendo el canal del Brenta
En el Véneto, además de las inevitables e irresistibles ciudades de Venecia y de Verona, que tienden a acaparar todos los flashes y las miradas de los turistas, hay más joyas por ver y descubrir, y espacios por recorrer que bien compensarán vuestra alma aventurera. Sin irnos muy lejos de una de sus protagonistas de la región se encuentra el canal de Brenta, que une Padua con Venecia, y por el que bien merece salirse de las rutas habituales y animarse a conocerlo.
El río Brenta, cuyo nacimiento se encuentra en Trentino, desembocando en el Adriático, a su paso entre Padua y Venecia fue canalizado en el siglo XVI para facilitar la comunicación y el traslado de mercancías entre ambas ciudades. En sus orillas, las grandes familias venecianas fueron poco a poco construyendo grandes villas, que además de para uso agrícola también eran lugar de ocio, a las que acudían en época estival sus propietarios y donde no faltaban las grandes fiestas. Con el tiempo el canal acabaría siendo bautizado como la “Riviera del Brenta”, que los aristócratas recorrían de fiesta en fiesta en unas barcas conocidas como burchiello. Con la llegada de Napoleón todo este esplendor llegaría a su fin, pero aquellas fantásticas villas, algunas de ellas con preciosos jardines, lograron sobrevivir hasta nuestros días, convirtiéndose en todo un atractivo para el visitante de la zona.
La mejor opción que existe a la hora de recorrer el canal del Brenta es en barco, con el que podrás ver de primera mano el curiosos sistema hidráulico empleado en la construcción del mismo, y contemplar las villas que han logrado perdurar en el tiempo –unas ochenta-. Los barcos se pueden coger tanto en Padua como en la terminal de ferris de Venecia, ofreciendo algunos de ellos la posibilidad de visitar algunas de las villas. Entre las villas que están abiertas al público destacan las siguientes:
Villa Foscari
Esta bella villa obra de Andrea Palladio, es conocida con el sobrenombre de “La Malcontenta”, ya que según cuenta la leyenda, en ella fue confinada Isabel Delfín, esposa de Nicolás Foscari, acusada de adulterio. Edificada entre 1555 y 1560 a orillas del Brenta, destaca el gran basamento sobre la que se sustenta y el espectacular pórtico a modo de pronaos clásica, culminado por un frontón, que inevitablemente nos recuerda a un templo de la antigüedad. En su interior hay unos magníficos frescos de temática mitológica realizados a partir de 1566, obra de Giovanni Battista Zelotti.
Villa Pisani
Construida en el siglo XVIII por encargo de la familia Pisani, esta espectacular villa con cierto aire versallesco, es lugar de imprescindible visita. Entre las maravillas que podrás ver en su interior está La gloria de la familia de Pisani de Tiepolo, que decora el techo del Salón de Baile. Otro de los puntos fuertes de este lugar son sus enormes jardines, con estanques, un gran laberinto en el que bien merece la pena perderse en busca de la estatua de Minerva que se encuentra coronando el belvedere, y los establos.
Villa Widmann Rezzonico Foscari
Esta villa, fue edificada a principios del siglo XVIII por los Sceriman, una familia de nobles venecianos de origen persa. Su aparente sencillez exterior contrasta con un interior ricamente decorado con frescos y estucos de estilo rococó de inspiración francesa.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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Santander estrena centro de arte
Santander está de estreno. Es uno de esos estrenos que se ha hecho derogar en el tiempo, pues el proyecto que encargase en 2012 el fallecido Emilio Botín ha ido muy lentamente tomando forma y transformando la vista de la bahía de Santander, hasta su inauguración el pasado 23 de junio. Dicen que lo bueno se hace esperar, así que puede que esa sea la clave del secreto del Centro Botín que desembarca en la capital cántabra para llenar de cultura y aires nuevos a esta bella ciudad del norte de España.
Un edificio de autor
Lo primero que inevitablemente llama la atención de este nuevo espacio cultural es el edificio encargado de contenerlo, pues se ha optado por un proyecto arquitectónico de esos que no pasa desapercibido para nadie, con opiniones a favor y en contra, como en todo aquello en lo que se atisba cierto riesgo. Obra de Renzo Piano, ganador de un Premio Pritzker, y un auténtico enamorado de Santander, elaborada junto al estudio del español Luis Vidal, ha logrado darle un toque de modernidad a la ciudad en uno de sus espacios más emblemáticos, la bahía. El edificio se compone de dos grandes volúmenes unidos por una estructura de espacios y pasarelas a modo de distribuidor principal. El del oeste funciona como una gran sala de exposiciones de 2.500 m², en cuyos bajos hay una zona comercial y de restauración. El módulo situado al este, de un tamaño inferior, será el dedicado a las actividades educativas, y en el que sobresale su gran terraza con unas excelentes vistas a la bahía de Santander. Sostenidos por pilares que lo hacen aparentemente flotar en el aire, destacan sus grandes cristaleras, que ofrecen unas vista privilegiadas de la costa y la ciudad, y el recubrimiento exterior, realizado con piezas de porcelana blanca.
Pero no todo el protagonismo se lo debemos dar en exclusiva a este fabuloso edificio ubicado a modo de bisagra entre el centro de la ciudad y el puerto. Su construcción ha venido acompañada por la rehabilitación y ampliación de los Jardines de Pereda -han pasado a ocupar de 2 a 4 hectáreas- situados en los alrededores del Centro Botín. El paisajista Fernando Caruncho y la artista Cristina Iglesias se han encargado de convertir la llegada hasta este nuevo espacio cultural en toda una experiencia para los sentidos.
Un nuevo espacio expositivo en la ciudad
El Centro Botín ha empezado dando sus primeros pasos con dos exposiciones contrapuestas, una de corte más clásico, dedicada al primer gran maestro de la pintura moderna, Goya, y en la que sus dibujos toman todo el protagonismo; y otra, de corte más actual, dedicada a Carsten Höller, la primera monográfica realizada a este artista belga hasta el momento en España. En paralelo hay programadas actividades de todo tipo, desde talleres, pasando por proyecciones cinematográficas, conciertos, etcétera.
Por delante, un largo camino por recorrer. Sobre este nuevo proyecto pesa al interrogante de si se producirá un “efecto Guggenheim” que logre dar un aliciente más al viajero en su visita a Santander y dar un empujón extra al turismo y a la ciudad. De momento ha conseguido ser la comidilla del verano y el espacio que inevitablemente los locales y los veraneantes de la zona irán a visitar.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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Un Makeover en Milán
Texto por Fabiana Fierotti de METAL
Si hay algo que esté de moda en Milán en este momento son los centros de belleza nuevos y a la última. Ya no se trata de ir a que te peinen o te hagan la manicura perfecta, si no de vivir una experiencia con los cinco sentidos (entre los cuales el gusto es protagonista). Aquí tienes una lista de lugares que no debes perderte en tu próxima estancia en la ciudad, todos con un algo especial que, sin duda, dejará huella.
Tal y como indica el cartel en la entrada Bahama Mama es un sitio para Uñas, Gusto y Belleza. El primer centro de estética para uñas en Milán, su filosofía está completamente ligada al uso de productos naturales y ecológicos. Lo mejor que puedes hacer es ir con tus amigas a haceros la manicura mientras disfrutáis de una copa de Prosecco y degustáis algunas de las especialidades de la Toscana. Y si te apetece, hasta podrás darte un capricho con alguna compra vintage.
QC Terme Milano es un lugar muy especial en el centro de Porta Romana, uno de los núcleos históricos de la ciudad. La posibilidades aquí son infinitas: podrás disfrutar del jacuzzi al aire libre rodeado por las murallas españolas del siglo XVI; una visita al Wellness Tram al atardecer, la primera sauna bio del mundo, (¡incluye proyección de películas!); tomar tu brunch o aperitivo en el spa después de un largo día, sea lo que sea que acabes haciendo, éste es un lugar donde dejarás tu rutina de lado y te perderás en un paraíso de bienestar.
Y para tener aquel color de pelo con el que siempre soñaste, tendrás que pedir cita en GUM. Puede que aquí no sirvan aperitivo, pero no cabe la menor duda de que tienen la fórmula secreta para conseguir el look de pelo perfecto. Incluso han inventado nuevas técnicas de coloración, Dirty y Daft, un himno a la estética y tinte ingleses de los 90, junto con una línea de productos orgánicos que se adapta a las necesidades de cada cliente, pero siempre manteniendo ese estilo retro característico.
Hablando de fórmulas secretas, si sientes debilidad por todo aquello que sea exclusivo y hecho a tu medida, no puedes perderte Le Labo, un rincón y laboratorio único dentro de la perfumería milanesa: Profumo. Tal y como declaran en su manifiesto, se trata de “un lugar donde los perfumes de lujo están hechos a gran escala y vendidos en sitios que parecen supermercados (…), Le Labo ha decidido tomar cartas en el asunto – y en el perfume.” Y así lo han hecho, reuniendo a algunos de los más refinados olfatos y creando fragancias artesanalmente, sin importar el tiempo y dinero que puedan costar.
Y dejamos que sea Bullfrog quien dé la nota masculina a la lista. Una “barbería electrónica moderna” donde puedes afeitarte (¡estilo old school!) y peinarte al estilo rockabilly, como si estuvieras en los años 50. No querrás perderte su arma secreta, el Barbero inglés James, o la Academia para afeitarse (dos cursos, uno básico y el otro avanzado). Ideal para cualquier chico sin duda.
Bahama Mama
Viale Col di Lana 1.
Martes – sábado 10am/8pm (miércoles y viernes abierto hasta las 11pm)
Cerrado los lunes
www.bahamamama.it
+39 02 89404538
QC Terme Milano
Piazzale Medaglie d’Oro 2.
Lunes – domingo 9.30am/11pm
www.termemilano.com
+39 02 55199367
GUM
Via Vetere 9.
Martes – viernes – sábado 11am/8pm – miércoles11 am/9pm – jueves 12am/9pm
Cerrado los lunes
www.gumsalon.it
+39 02 36601940
Le Labo / Profumo
Via Brera 6, Milano
Martes- Sábado 10am/7pm
Cerrado los lunes por la mañana
www.lelabofragrances.com
+39 02 72023334
Bullfrog
Via Thaon di Revel 3.
Martes – viernes 10am/8pm – sábado 10am/5pm – domingo 11am/5pm
www.bullfrogmilano.com
+39 02 36531983
Texto por Fabiana Fierotti de METAL
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