A 30.000 pies por viajeros para viajeros

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Siguiendo los pasos de Ulises

Este pedazo de tierra bañado por el Mediterráneo esconde algunos de los lugares más bellos de toda Grecia. Sus espectaculares playas se combinan con lugares de interés cultural, donde la modernidad y el comfort han sabido respetar la tradición de una de las culturas más antiguas de la humanidad.

La capital lleva el mismo nombre que la isla: Corfú, y destaca por ser la mayor ciudad medieval griega, así como una de las más bellas del Mediterráneo. Vamos a perdernos por sus recovecos...

La Spianada

Uno de los lugares de obligada visita de Corfú es, sin duda, la plaza de la Spianada, una de las mayores de toda Grecia en cuanto a extensión y lugar de encuentro de visitantes y turistas.

El edificio más destacado de la plaza es elListón, en cuyos preciosos soportales podremos hacer un alto y resguardarnos del sol. En la zona norte de la Spianada se sitúa el Palacio de San Miguel Y San Jorge, que data de la década de la ocupación inglesa (1814-1824) y, en la zona oriental encontramos una fortificación veneciana del siglo XV.

En la misma plaza, encontramos también la Fortificación Nueva, el ayuntamiento (s XVII), la Academia Jónica y el Parlamento Jónico. La Sociedad Lectora, la fundación cultural más antigua de la Grecia moderna y la antigua Prefectura, antiguo edificio Kapodistrias y actual sede de las oficinas de la universidad jónica.

El Corfú de los barrios: Kampielo, Mouragia, Mantouki y Ombriaki

Adentrándonos en las entrañas de la capital, nos encontramos con un laberinto de callecitas empedradas. Estamos en el barrio de Kampielo, el más antiguo de Corfú y uno de los que conservan más encanto. Siguiendo la ruta, llegaremos al barrio de Mouragia, una auténtica belleza rodeada de murallas costeras, donde cada fotografía se convierte en una postal espectacular. Bajando hacia el mar, nos topamos con el Mantouki, en las inmeiaciones del puerto nuevo y con el antiguo barrio judío, conocido como el Ombriaki.

Llegando al centro de Corfú, encontramos la plaza Soroko, punto de referencia de la vida moderna de la isla y un buen alto en el camino para reponer fuerzas.

El Corfú del arte

Como no podía ser menos, en un archipiélago cargado de historia,la isla de Corfú alberga tres museos. El museo arqueológico, que recoge restos de excavaciones realizadas in situ; el museo de arte bizantino y postbizantino; y el museo de arte asiático.

El Corfú de las playas

Sin duda, nos encontramos en un lugar privilegiado para disfrutar del sol y de la playa. Y es que en este pequeño trocito de paraíso mediterráneo, encontramos algunas espectaculares.

Tal vez las playas de Corfú no gocen de la popularidad de sus vecinas, pero para nosotros son algunas de las mejores de todo el Mediterráneo.

En la costa oriental, las más bellas son Kerasía, Kouloura, Nisaki, Barbati, Dasiá, y el enclave turístico de Komeno, Benitses y Agios Ioannis Peristerón. Mientras que en el norte, destacaríamos Achavari, Sidari y Peroulades. Aunque si tenemos qu decidirnos por alguna, nuestra favorita es la de Arilas, tal vez una de las más bellas de la isla, con arena fina y un surtido de pequeños islotes que le dan su toque pintoresco.

Tampoco desmerecen Paleokastrina, Ermones, Mirtiotisa y Glifada. Ésta última se ha convertido en un enorme centro vacacional.

Después de esta parada en su viaje a Ítaca, estamos seguros de que Ulises la anotó en su agenda como unimperdibleal que regresar.

Por Nadia Polo

Centro de Corfú por Bogdan Giuşcă | Corfu por Dr K | Fortaleza Frourio in Kerkyra por Tasoskessaris | Monasterios de Pondikonisi y Vlajerna en la isla de Pontikonisi por StefanosKozanis | Talon de Aquiles por Tasoskessaris | Palacio Achilleion por Thomas Schoch

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Fez, el reflejo de África

Fez es el corazón simbólico de Marruecos, así como el centro espiritual y cultural del país. En los muros, fachadas y cúpulas de sus mezquitas predomina el color verde, considerado mundialmente como el color del islam. Este hecho se refleja también en el Festival Internacional de Música Sacra de Fez, que cada verano reúne a músicos de todo el planeta. Un evento único que crea un canal de diálogo entre las diferentes culturas y religiones de la tierra del Islam.

Don't feel the panic! No se trata de lentos conciertos religiosos al estilo de unos cantos gregorianos, sino de un festival que año tras año promete grandes dosis de entretenimiento. En ediciones anteriores, han pasado por el Festival de Fez grandes estrellas de la música como Björk, Paco de Lucía, Patti Smith, Joan Baez o Youssou N’Dour.

Entre la oferta multicultural y musical que podremos encontrar este año -donde se reunirán a más de 500 artistas internacionales repartidos en más de 50 espectáculos y 10 conciertos- destaca el flamenco de Diego el Cigala; el rhythm & blues de The Temptations, grupo del mítico sello estadounidense Motown; el videoartista Jean de Boysson; o la intérprete de Mali, Oumou Sangare, entre muchos otros.

En memoria de Hassan Al Wazzan, el explorador andalusí

Este año el Festival de Fez se celebra del 22 al 30 de mayo y cumple su 21ª edición. Bajo el lema “Fez, el reflejo de África”, el festival conmemora los viajes de Hassan Al Wazzan, el explorador andalusí, conocido como el León Africano que se encuentra enterrado en Fez.

La vida de Hassan Al Wazzan, que vivió entre los siglos XV y XVI, es la de un nómada que se vió empujado a viajar por circunstancias políticas y religiosas. Se inició en la diplomacia mientras estudiaba en una madraza de Fez y viajó por todo el norte de África como explorador y geógrafo, Finalmente llegó a Roma donde fue adoptado como un hijo por León X. Allí fue bautizado bajo el nombre de Jean-León de Medicis, pero nunca dejó de lado sus tradiciones islámicas.

Actividades alternativas

Una completa programación de actividades paralelas como películas, conferencias, exposiciones y actividades para niños complementan el programa musical. Durante los mismo días del festival, en la plaza Bab Boujloud, se celebra un ciclo alternativo de conciertos gratuitos  y, paralelamente, las Nuits Soufies, ofrecerán conciertos diarios gratuitos en los jardines de Dar Tazi, justo en el corazón de la medina de Fez, lugar simbólico donde obtener una visión completa de la amplia cultura islámica.

Fez. cuna de la cultura del norte de África

Con más de un millón de habitantes, la medina de Fez el-Bali (Fez la Vieja) pasa por ser una de las ciudades medievales habitadas más grandes del mundo. El barrio fue declarado Patrimonio de la Humanidad y contiene la mayor zona peatonal del mundo. Su interior es un laberinto con unas 10.000 callejuelas, algunas sin salida y otras que parecen llevarte al mismo punto de partida. Orientarse en su interior puede ser un poco complicado pero es parte de su encanto.

Al igual que Fes el-Bali, Fes el-Jdid se encuentra rodeada de murallas las cuales albergan palacios, jardines, zocos y escuelas coránicas con una arquitectura más elegante que la del resto de la ciudad. Las visitas más interesantes de la zona son el Palacio Real Dar El Makhzen y la Mellah -o barrio judío-.

Pero uno de los lugares que reciben mayor atención de los turistas es el de la curtiduría Chouwara. Aunque no apto para estómagos delicados por el intenso olor que producen las pieles de animales, es una visita totalmente recomendable, ya que la vista desde lo alto es mágica, asemejándose a una paleta de colores de pintor.

Texto de Scanner FM

Imagenes de Phil Chambers, Deniz Eyuce, Pablo Jimenez, Elena, Adolf Boluda y Sergio Morchon

 

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Les Calanques una joya a las puertas de Marsella

Los marselleses están de suerte. A pesar de residir en la que es la segunda ciudad más poblada de Francia –la primera es París-, con las consecuencias que ello supone, tienen prácticamente a sus pies un pequeño remanso de paz en forma de espacio natural que recorrer a pie o en kayak, o en el que darse algún que otro chapuzón en verano. Alguna ventaja tenía que tener estar situados a los pies del Mediterráneo.

El lugar al que nos referimos y al que te recomendamos acercarte y experimentarlo en primera persona es el magnífico Parque Nacional de Les Calanques. Este espacio natural empieza pasado el Puerto de la Pointe Rouge, situado al sur de Marsella, y se extiende unos 20 kilómetros a lo largo de la costa mediterránea hasta llegar al pequeño puerto pesquero de Cassis. Pero, ¿cuál es la clave de su secreto?

Les Calanques está formada por una serie de macizos graníticos y calcáreos cuya erosión ha dado lugar un sinuoso perfil de la costa, con marcadas entradas hacia el interior y numerosos acantilados. El resultado final son una serie de pequeñas calas -calanque en español significa cala, de ahí la nomenclatura de la zona-, a las que algunas de ellas sólo se puede acceder por mar. La aridez del terreno, en el que apenas hay vegetación o es de pequeño tamaño, consecuencia del caluroso clima mediterráneo y de la calidad del terreno, contrasta con el turquesa del agua del mar.

Así pues, el que se aventure a Les Calanques encontrará un espacio magnífico donde realizar senderismo recorriendo la costa en busca de sus bellas calas. También hallará un lugar perfecto para la práctica de la escalada gracias a la presencia de acantilados de piedra donde poner a prueba la destreza ascendiendo paredes.

Por si fuera poco, la parte protegida de este parque natural y el interés del mismo se amplia por el mar, debido a la biodiversidad que podemos encontrar en sus aguas, con un buen número de especies, lo que a su vez lo convierte en un destino muy atractivo para los aficionados al submarinismo. 

Aspectos a tener en cuenta antes de realizar la visita

Antes de aventurarnos a realizar una excursión de Les Calanques, tenemos que tener en cuenta de que al tratarse de un entorno protegido, el acceso al mismo está limitado dependiendo de la época del año que sea. El verano es el periodo más sensible para este área, ya que es cuando mayor peligro de incendio hay, de ahí que el acceso de coches esté prohibido, e incluso esté controlado el acceso a pie. Así pues, si no podemos visitar este parque en primavera u otoño, que son las mejores estaciones para adentrarse en él, lo mejor es planear bien el viaje y tener en cuenta que deberemos pagar aparcamiento para dejar el coche y caminar bajo el sol del verano. No olvidéis llevar buen calzado, sombrero y agua.

Entre las calas numerosas calas que encontrarás en este tramo de la costa, las más populares son la Calanque de Port-Miou, la de Port-Pin, la d’En-Vau y la de Morgiou, que son las más cercanas a Cassis, y a las que llegarás en una agradable paseo por la costa. La Calanque de Sormiou también está entre las más visitadas y es la de mayor tamaño.

Tampoco olvidemos aprovechar la ocasión para visitar Cassis, con su pintoresco puerto en el que destacan las pequeñas barcas de pescadores y las casas llenas de colorido. No en vano pintores de la talla de Signac o Derain se quedaron prendados de su luz y color.

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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Frédérique Voisin-Demery, Amanda Snyder, Thomas Barthelet, maarjaara

 

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Rennes, sorpresa bretona

Pasear por Rennes, capital de Bretaña, es volver por un momento a la época medieval sobre todo por la gran cantidad de casas con entramado de madera que todavía se conservan en las calles del casco histórico. Este material, que fue muy popular en esta región hasta mediados del siglo XVII, fue sustituido por la piedra a raíz del gran incendio que tuvo lugar en Rennes en el año 1720 y que quemó más de 900 casas del centro de la ciudad. No obstante, todavía quedan muchos ejemplos de edificios de madera en las calles anexas a la Rue de Chapitre y en la plaza Champ-Jacquet, en donde se alza la estatua de John Leperdit, quien fuera alcalde de Rennes durante la Revolución Francesa.

Rennes es una ciudad con bellos rincones y uno de mis preferidos es la Place des Lices, donde las terrazas, cuando llega el buen tiempo, están abarrotadas de gente. En verano, los atardeceres en Bretaña son infinitos y el sol no se esconde hasta pasadas las diez de la noche. Este lugar, donde hace siglos se celebraban las justas medievales, es conocido también por su mercado, el segundo más importante de Francia, en el que se dan cita más de 300 productores locales y regionales.

Dos de los símbolos del pasado medieval de Rennes son la torre Duchesne y las Puertas Mordelesas, que pertenecían a la muralla que rodeaba la ciudad en el siglo XV. Muy cerca se encuentran la Catedral de Saint-Pierre, de estilo neoclásico, y la Basílica de Saint-Sauveur, dos ejemplos destacados de arquitectura religiosa en la ciudad.

El incendio de principios del siglo XVIII marcó un antes y un después en el urbanismo de Rennes. A partir de entonces todos los edificios se empezaron a construir con piedra como el Ayuntamiento, proyectado por el arquitecto real, Jacques Gabriel, que lo construyó para ser inmortal.

Otra de las paradas indispensables en una visita a Rennes es el Palacio del Parlamento Bretaña, en cuyo interior hay salas profusamente decoradas que merecen la pena descubrir ya que son exponentes del arte pictórico del siglo XVII en Francia. Este edificio es un emblema de la histórica región de Bretaña, que tiene cultura e idioma propios. Este último todavía se puede ver en algunas calles de Rennes que están rotuladas en francés y en bretón, la única lengua céltica que ha sobrevivido más allá de Gran Bretaña e Irlanda.

Rennes es una ciudad en la que el arte contemporáneo está muy presente. Algunos ejemplos son la fuente de Parmiggiani, el Cap Mail del prestigioso Jean Nouvel, el edificio Quai Ouest de Christian Hauvette o los Champs Libres (Campos Libres) de Christian de Portzamparc, un conjunto distribuido en tres espacios: el Museo de Bretaña con una superficie de 2.000 metros cuadrados, la biblioteca de seis pisos, y el espacio de las ciencias y planetario. Rennes también cuenta con una gran pinacoteca en el Museo de Bellas Artes, antiguo palacio universitario proyectado por Vincent Boullé, en la que hay obras de Rubens, Veronese o Picasso, entre otros. En lo que a música se refiere, Rennes es muy conocida por Los Transmusicales, un festival que desde hace 32 ediciones ofrece una selección detallada centrada en el eclecticismo y las nuevas propuestas musicales.

Por último, un lugar muy agradable es el Parque del Thabor, una de las zonas verdes más importantes de la capital de Bretaña, que perteneció a los frailes de Saint-Melaine. En este jardín afrancesado de diez hectáreas se pueden ver una pajarera, rosaledas, estatuas e invernaderos, entre otros atractivos. Los domingos de mayo y junio tienen lugar concurridos espectáculos gratuitos de comedia musical y danza.

Rennes es una ciudad con muchos encantos y que se puede descubrir perfectamente en un fin de semana. Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto de María Jesús Tomé
Fotos de María Jesús Tomé / Oficina de Turismo de Rennes

 

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