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Seis actividades para hacer con niños en Bríndisi

Bríndisi es una población de apenas 90.000 habitantes, muy tranquila y del todo relajante. La ciudad cuenta con un pasado esplendoroso, del cual todavía podemos encontrar una gran cantidad de vestigios. Y es que desde la antigüedad Bríndisi se ha conocido como la “Puerta de Oriente”, debido a su disposición geográfica, lo cual le llevó a convertirse en el atracadero perfecto para las tropas romanas que partían hacia Grecia y Oriente Próximo. Luego fueron los peregrinos, cruzados y comerciantes los que partieron desde este lugar, que además era el final de la Via Appia –calzada romana-. Desde My Vueling City os hemos preparado seis actividades para hacer en familia durante la estancia en este enclave, ideal también para la práctica del slow tourism.

De paseo por la ciudad

La ciudad de Bríndisi en la costa adriática, está situada entre dos profundas bahías, unidas al mar abierto por un estrecho y profundo canal sobre el que se erige el Castillo Rojo, llamado así por el color de la piedra utilizada para su construcción. Sin duda este sería el excepcional inicio para realizar un paseo por la ciudad. Sino se puede optar por la otra fortificación, el Castillo Suevo, el cual se asoma hacia el canal de Poniente en el área portuaria. La fortaleza es de estilo trapezoidal, si bien sufrió cuantiosas remodelaciones con la llegada de los aragoneses. La ruta puede continuar con una visita a la Iglesia de San Juan en el Sepulcro que incluye un espléndido pórtico de mármol finamente decorado. De aquí podemos encaminarnos hacia la Piazza del Duomo y allí visitar la Catedral, luego coger Via Colonne y pararnos delante de la Columna romana, la cual originariamente estaba flanqueada por otra idéntica -actualmente se encuentra en Lecce-. Y nada mejor que acabar el paseo acercándonos hasta el Corso Garibaldi, la avenida rodeada de palmeras que une el puerto con la estación de trenes, y el paseo marítimo.

Parque de animales silvestres más grande de Italia

Sin duda una de las propuestas que dejará más maravillados a los pequeños será la visita al parque de animales silvestres más grande de Italia, situado a pocos kilómetros de Fasano. En Fasanolandia, tigres, leones, osos, elefantes, antílopes, jirafas, bisontes, ciervos, cebras y camellos conviven en absoluta libertad, en los espacios del parque, entre una exuberante vegetación mediterránea. El recorrido se hace en coche, escogiendo entre diferentes itinerarios. En el parque también podemos encontrar una sala ornitológica, una tropical, el metro zoo –jardín zoológico-, y un sector oceánico, cada uno de los cuales dedicado a alojar especies diversas: papagayos, diamantes australianos – especie de ave-, caimanes, serpientes, osos, hipopótamos, delfines, pingüinos, etc. Además del zoo safari, hay un gran parque de atracciones.

Relajación total

Una buena opción para descansar puede ser la de disfrutar de terapias curativas y tratamientos estéticos en las Termas de Torre Canne, situadas en un maravilloso parque de coníferas, que incluye un pequeño lago alimentado por manantiales subterráneos, conocidos por sus propiedades terapéuticas. Aquí toda la familia podrá disfrutar del agua de una forma diferente.

Disfruta de la naturaleza

El oasis de WWF –de la organización conservacionista independiente internacional World Wildlife Fund for Nature- de Torre Guaceto es decididamente el paraje natural más espectacular de la zona. Además cuenta con innumerables posibilidades. Y es que en todo el territorio existen senderos y veredas que sirven de itinerarios ideales para practicar excursionesen bicicleta con los niños o dar largos y relajantes paseos. Si vamos sin niños merece ¿por qué no hacer un poco de yoga?–una práctica habitual allí-, y sumergidos en el silencio de este espléndido paraje natural.

Un mar de calma

Si hay un sitio que les guste a todos los niños este es, sin duda, la playa. El litoral en Bríndisi es bajo y arenoso a lo largo de toda la costa. Aquí la temporada de vacaciones es dilatada gracias al clima suave que se prolonga hasta los meses otoñales. Las aguas de color verde esmeralda y azul intenso del mar son tan cristalinas que son ideales para practicar el buceo. Impresiona la rica flora mediterránea y la vegetación de los fondos marinos que alternan con zonas de arena y otras más rocosas. Se trata de un hábitat ideal para agachadizas comunes –especie de ave-, patos, ruiseñores, y diferentes tipos de anfibios; pero también especies vegetales marinas como praderas de posidonia oceánica, de gorgonácea y de coral.

Regreso al pasado

A mediados de agosto, en Ostuni, a poco más de media hora en coche, al norte de Bríndisi, en un clima de fiesta y con numerosos eventos musicales y folclóricos, tiene lugar la feria popular Sagra Vecchi Tempi, donde se rinde homenaje al pasado. Caminando por los callejones del burgo, se podrán revivir escenas de la vida rural, ambientadas en los talleres fielmente reconstruidos, así como también degustar deliciosos aperitivos de la tradicional gastronomía local. En este sentido destaca la producción de quesos -frescos y curados-, realizados por ganaderías locales como la ricotta, el cacioricotta, y el pecorino -queso de oveja-. Y como manda la tradición, también se pueden encontrar varios tipos de pan: focaccefrise, y taralli. Mención especial merecen el dulce típico mandorla riccia -almendra rizada-, y la galleta cegliese, con almendras tostadas, mermelada de cereza, y limón.

No te lo pienses dos veces – Si lo que buscas es calma y unas vacaciones entretenidas con niños. Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Fototeca ENIT-Turismo Italiano, Freshcreator

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Una buena dosis de art nouveau en Bruselas

Si hay algo de lo que puede presumir Bruselas es de contar en su haber con un buen número de edificios de estilo art nouveau que resultan un auténtico atractivo para el que visita la ciudad. Y es que la capital belga fue uno de los núcleos en los que se originó este movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del XX, que acabaría estando presente en todas las disciplinas artísticas: arquitectura, escultura, pintura, diseño de mobiliario, joyería, diseño gráfico, etc.

El modernismo, también conocido como art nouveau en Bélgica y Francia, dio sus primeros pasos en Bruselas en 1893 a raíz de la construcción de la Casa Tassel, situada en el número 6 de la Rue Paul Emile Janson, y obra del arquitecto Victor Horta. Tras el diseño de este proyecto había la intención de la creación de un nuevo estilo que rompiese con lo anterior, y que sirviese de reflejo de una nueva época más moderna, dejando atrás el historicismo imperante en la arquitectura. En la búsqueda de esa ruptura se darán dos tendencias en la ciudad, la floral, con formas inspiradas en la naturaleza, cuya figura más destacada es el propio Victor Horta, y la geométrica, cuyo máximo representante será el arquitecto y diseñador Paul Hankar.

El surgimiento de este movimiento coincidió en un momento de crecimiento de la ciudad, con el desarrollo de distritos como Schaerbeek, Etterbeek, Ixelles y Saint-Gilles, por lo que este nuevo estilo acabaría presente en un buen número de las casas construidas en los mismos. De aquella época, han logrado sobrevivir hasta nuestros días alrededor de 500 edificios.

Los imprescindibles

Entre las joyas art nouveau que no debes perderte en tu visita a Bruselas estarían en primer lugar  las cuatro casas incluidas en lo que se conoce como la “Obra de Victor Horta en Bruselas”, todas ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Éstas las conforman los siguientes edificios:

La casa Tassel. Como ya hemos indicado antes, esta considerada como la primera manifestación modernista en Bruselas, y fue una de las primeras del mundo en abrir un nuevo camino en la arquitectura de la época.   

La casa Solvay. Situada en el 224 de la Avenida Louise , posiblemente es uno de los edificios más destacados del arquitecto belga, en cuya fachada destacan la presencia del vidrio, el hierro y la piedra natural, que eran los materiales favoritos de Victor Horta.  

La casa van Eetvelde. Edmond Van Eetvelde, Secretario General para el Estado independiente del Congo, le encargó este palacete a Victor Horta, con la intención de contar con un espacio moderno para recibir a sus visitas. Ubicada el número 4 de la Avenida Palmerston, destaca por la distribución innovadora de los espacios interiores así como por su ornamentación con vidrieras y mosaicos.

La casa-taller de Horta. Convertida en la actualidad en el Museo Horta, la que fuera la casa de Victor Horta fue construida entre 1898 y 1901. Consta de dos edificios independientes en el sentido de que cada uno cuenta con su propio estilo, pero ambos fueron concebidos como una unidad y se encuentran interconectados.  

Otros de los edificios que debes incluir en tu recorrido a la caza de la huella modernita en Bruselas es el Centro Belga del Cómic. Construido en 1906, además de ser un lugar de obligado peregrinaje para los amantes del noveno arte, es un magnífico ejemplo de art nouveau, obra del arquitecto fetiche de la época y de la ciudad, Victor Horta.

Tampoco olvides visitar el Museo de Instrumentos Musicales, obra del arquitecto Paul Saintenoy, que antiguamente albergaba los almacenes Old England, o recorrer la Rue Saint- Boniface, donde hallarás cinco edificios obra del arquitecto Ernest Blérot, en los números 15,17,19, 20 y 22. Y por último, te recomendamos acercarte hasta el número 71 de la Rue Defacqz, donde se encuentra la Casa de Paul Hankar. 

Ahora que ya tienes algunas de las claves para recorrer la Bruselas modernista, reserva tu Vueling aquí, y anímate a disfrutarlo.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de mertxe iturrioz, Arco Ardon , William Murphy , Steve Cadman, J. Miers

 

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Arte diseño y siete restaurantes para disfrutar de Amberes

Lejos del aire de gran urbe de negocios que desprende Bruselas, o de ese toque de cartón piedra que encontramos en la pintoresca Brujas, Amberes es una ciudad moderna y cosmopolita, con una escena cultural excepcional, especialmente en los ámbitos de la moda, el arte y el diseño. Vale la pena visitarla en exclusiva o, si no nos llega el tiempo, dedicarle al menos un día si nos encontramos en Bruselas. 

Su oferta gastronómica es interminable, propia de una ciudad que se percibe bienestante por los cuatro costados, y la cocina autóctona (fantástica, ¿quién dijo que la cocina belga no es interesante?) comparte territorio con numerosos restaurantes de cocina internacional. 

Heavenly Pizza
Si el tiempo acompaña, una pizza en la terraza del Heavenly Pizza, una pizzería de vocación contemporánea donde encontramos creaciones siempre originales y atrevidas, es una buena opción para disfrutar de las vistas al edificio del Museum aan de Stroom (MAS), un museo que explora la relación de Bélgica con el resto del mundo y en el que encontramos exposiciones más que interesantes.

Ras
Si a mediodía apenas hemos compartido una pizza y una de las ensaladas con producto orgánico de Heavenly Pizza, la noche es un buen momento para reservar mesa en el restaurante Ras, literalmente suspendido sobre el río –protagonista absoluto de la vida en Amberes–. Este sofisticado local donde los cócteles se combinan con una cocina autóctona de toque contemporáneo, reúne a buena parte de la gente guapa local y ofrece una cocina notable, con gran presencia de pescados frescos y verduras.

Món
El restaurante Món se ubica en una antigua casita baja que conserva buena parte de sus elementos originales. Local sofisticado y acogedor, perfecto para cenas de grupo, cuyas carnes causan furor en la ciudad gracias a que se elaboran en un horno Josper, de procedencia catalana. De ahí su nombre, Món (mundo en catalán). 

Local Store

El Local Store es el lugar perfecto para el brunch. Este luminoso edificio acristalado reúne los domingos a familias con niños y grupos de amigos dispuestos a empezar la jornada con una buena dosis de cocina orgánica, que toma forma de ensaladas, sopas, quesos, embutidos, deliciosos panes y otros productos orgánicos y de proximidad. Además de restaurante, económico y de aspecto informal, aquí podemos adquirir numerosos productos delicatessen y acabar la jornada con un paseo por las tiendas de los alrededores. 

Coffee Labs
Los espacios de coworking tienen personalidad propia en Amberes, pues numerosos profesionales liberales del ámbito de la cultura, especialmente del arte, la moda y el diseño, escogen establecerse en esta ciudad por las múltiples posibilidades que ofrece. Coffee Labs es el restaurante abierto al público de un espacio de coworking, siempre animado, donde podremos pedir ensaladas multicolores, tostadas, pasteles caseros, zumos y otras opciones informales para comer a cualquier hora del día. Ojo, del día, porque por la noche está cerrado.

Paniek
Uno de nuestros locales preferidos de Amberes es el peculiar Paniek, ubicado en una nave industrial con hermosas vistas al río, con una terraza concurrida incluso cuando las temperaturas lo ponen muy difícil. Poblado por un público variopinto que va desde familias con niños (el parque infantil vecino es todo un reclamo), a jóvenes Erasmus degustando las primeras copas de la noche, pasando por artistas, profesionales locales y foráneos, todos ellos atraídos por su indudable encanto, y por ese equilibrio perfecto entre destartalado y cool de este peculiar lugar, de precios moderados y profusa actividad cultural.

Graanmarkt 13
El Graanmarkt 13 es un espacio que refleja muy bien el espíritu de Amberes, pues combina en un solo edificio arte, diseño, interiorismo y gastronomía. Esta concept store XXL (un tipo de establecimiento muy extendido en la ciudad), con ropa, muebles, complementos y accesorios, acoge en su plata baja el restaurante del prestigioso chef Seppe Nobels, que apuesta por una cocina de temporada, creativa, basada en el recetario local y con vocación saludable. El local, sofisticado y elegante aunque esencialmente informal, es ideal para ir a cenar tras habernos dado un capricho en la tienda (ojo, los precios son prohibitivos).

Chocolat Line
No podremos sentarnos a comer, pero es imperdonable visitar Amberes y no hacer una paradita en el sobrecogedor Chocolat Line, lugar donde hemos probado los chocolates más deliciosos que recordamos. Ubicada en el interior del Paleis op de Meir, un bonito edificio cercano a la casa de Rubens –todo un personaje, por cierto, y su casa un espacio de visita obligada–, en esta tienda en la que se vende exclusivamente chocolate compremos como si no hubiese un mañana y descubriremos productos que cambiarán nuestras vidas para siempre. En nuestro caso fue el chocolate para esnifar.

Reserva tu Vueling a Bruselas, que está a apenas media hora en tren de Amberes, y anímate a descubrir la faceta gastronómica de esta bella ciudad.

Texto y fotos de Laura Conde de Gastronomistas.com

 

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Transilvania más allá de Drácula

Estamos acostumbrados a oír la palabra Transilvania y automáticamente pensar en Drácula. Es un hecho, para bien o para mal. Seguro que Bram Stoker no era consciente de la que iba a liar inspirándose en la compleja figura del príncipe de Vlad Tepes a la hora de escribir Dracula, la novela que le haría pasar a la historia. Tampoco debía imaginarse que iba a convertir la región de Transilvania, donde se desarrolla parte de la historia, en destino turístico para los aficionados a los vampiros, y eso que escribió sobre ella basándose en fuentes literarias, ya que nunca llegó a visitarla.

Pero a la hora de plantearnos un viaje a Transilvania debemos quitarnos el velo gótico de delante e ir un poco más allá. Evidentemente la huella de Vlad Tepes está presente, pero también nos esperan magníficos paisajes, ciudades medievales con preciosas casas de colores, gentes amables y algún que otro castillo medieval que con la imaginación nos pueda llevar al algo más terrorífico, pero sólo con ella.

Brasov

Conocida por ser una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, no debes dejar de visitar su centro histórico en el que encontrarás espacios llenos de encanto. En el centro de la ciudad destaca la gran plaza Sfatului donde se puede visitar el Museo de Historia, situado en el antiguo Ayuntamiento. Tampoco olvides ver la Biserica Neagră o Iglesia Negra, denominada así a causa de un incendio sufrido en 1689. Esta gran catedral gótica, de las mayores en el sudeste de Europa, cuenta en su interior con una importante colección de alfombras turcas que cuelgan de sus galerías.

La iglesia fortificada de Prejmer

A unos 18 km de Brasov se encuentra esta original monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situada en Prejmer, lugar marcado por los constantes conflictos bélicos durante la Edad Media, debido a su proximidad con la frontera. Huella de este pasado es esta iglesia fortificada del siglo XIII, que cuenta con murallas de hasta 12 metros de alto y 4 de grosor que la convirtieron en imbatible, pese a ser atacada unas 50 veces. Este espacio servía de refugio a la población en caso de ataque, donde contaban con habitaciones donde alojarse, y torres donde guardar el avituallamiento además de defenderse del enemigo.

El Castillo de Bran

Entre los montes Bucegi y Piatra Craiului, a unos 30 km de Brasov, se encuentra uno de los lugares más visitados de Transilvania. Este castillo se suele asociar a la figura de Vlad Tepes, del que se dice, erróneamente, que fue su lugar de residencia. Esta confusión se la debemos a Bram Stoker que lo convirtió en el domicilio de Dracula en la ficción. Es por ello que a nivel popular es conocido como el castillo de Dracula. Dejando de lado el mundo vampírico, merece la pena hacer una visita a este monumento construido por los sajones en 1382, y que conserva gran parte de su esplendor en la actualidad.  

Castillo de Poenari

Aquellos que quieran conocer el verdadero lugar de residencia de Vlad Tepes deberán acercarse hasta este castillo. Fue construido a comienzos del siglo XIII y abandonado a mediados del siglo XVII. A diferencia del anterior, se encuentra más derruido, y el acceso es bastante más complicado ya que hay que subir la friolera de 1.500 escalones para llegar. Eso sí, las espectaculares vistas a los Cárpatos están aseguradas y compensan más que de sobras tanto ejercicio.

Sighisoara

Situada en el centro de Rumania, en los Cárpatos transilvanos, es un popular destino turístico, y no sólo por el hecho de ser la ciudad natal de Vlad Tepes. Sighisoara cuenta con una ciudadela medieval fortificada en tan buen estado de conservación, que bien le ha valido ser declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Todavía conserva nueve de las catorce torres defensivas con las que contaba la muralla. No debes perderte la visita a la Torre del Reloj, donde merece la pena subir para disfrutar de las vistas de la ciudad. Y cómo no, los más morbosos pueden acudir hasta la que se supone que es la casa en la que nació nuestro héroe maldito, Vlad Tepes.

Sibiu

Fundada por colonos sajones en el siglo XII, es uno de los principales centros económicos y culturales de Transilvania. Situada a orillas del río Cibin, cuenta con un centro histórico lleno de callejuelas empedradas, casas medievales, grandes plazas, cafeterías y restos de parte de la muralla. Sibiu se divide en la Ciudad Baja y la Ciudad Alta, que es donde se encuentran localizados los edificios de mayor interés. No debes de dejar de visitar la Piaţa Mare o Plaza Grande, donde se encuentra uno de los principales monumentos barrocos de Rumanía, el palacio Brukenthal. Tampoco debes perderte la Piaţa Mică o Plaza Pequeña, y la Plaza Huet, rodeada de edificios en su mayoría góticos y en la que destaca la Catedral Evangélica Luterana.

¿Listo para conocer la otra cara de Transilvania? ¡Reserva tu Vueling aquí!

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Dennis Jarvis, Camil Ghircoias, Alexandru Panoiu, Daniel Tellman

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