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Descubriendo Tesalónica

Rezuma esa belleza de las ciudades que tienen algo de caótico (e incluso decadente). En Occidente pero mirando a Oriente. Alardeando de un pasado marcado por la influencia romana, bizantina y otomana pero cogiendo impulso moderno y contemporáneo.Tesalónica no goza de la popularidad de la capital, Atenas, ni de la tirada de las indudablemente preciosas islas griegas, pero sus calles esconden suficientes encantos como para coger el avión y plantarse a los pies de la Torre Blanca. Os descubrimos sus muchos, muchísimos, atractivos.

Es típico en todo el país pero para los habitantes de Tesalónica el café frappé es una religión. Les verás a todas horas y en todas partes, consumiendo poco a poco, a sorbos, esos enormes vasos bien cargados de esa especie de evolución del capuchino helado culminado por una generosa capa de espuma. Cafeterías, bares, restaurantes, heladerías… lo sirven en todo tipo de locales, pero el mejor de los mejores es el que preparan en Paradosiako, exquisita cafetería y heladería que encontraréis en la plaza Aristóteles, epicentro y corazón de la ciudad.    

Tesalónica es una ciudad de iglesias. Iglesias maravillosas como la de San Panteleimon, la de Panagia Acheiropoietos o la de Agios Athanasios. Pero, indudablemente, el templo más icónico de la ciudad es la monumental Rotonda de Galerio. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988 junto al Arco de Galerio (a poco más de 100 metros de distancia de Rotonda, otro de los monumentos a ver) es la iglesia más antigua de la ciudad, o como algunas voces apuntan, la más antigua del mundo.

En Grecia el deporte es cosa seria, y en Tesalónica no lo viven con menos intensidad. Volcán de pasiones, siempre es una experiencia acudir al acoquinado estadio de La Tumba y ver un partido de fútbol del PAOK. Si lo vuestro es el baloncesto, trasladaos hasta la Alexandreio Melathron, la bulliciosa cancha del histórico Aris de Salónica.   

Colindante a la avenida de Aristóteles encontraréis el Ladadika, el antiguo mercado del aceite. A medio camino entre los mercados occidentales y los zocos árabes, en este enjambre de callejuelas, encontraréis todo tipo puestos y tiendas, de comida a ropa, de especias a utensilios. En su zona sur, casi tocando al mar, encontraréis algunos de los mejores y más contemporáneos restaurantes de la ciudad.

Paradigma de dieta mediterránea, la comida en Grecia es un orgasmo para las papilas gustativas. Disfrutando de una de las cocinas más reputadas del país, sería pecado acudir a Tesalónica y no zamparse exquisiteces típicas de la zona como xoriatiki salata, melitzanosalata, pastitsio, mousakás, youvetsi, bougiourtí, mydia saganaki… Por toda la ciudad hay restaurantes y tabernas recomendables, pero el Galerios (Apellou, 3) es uno de esos pequeños restaurantes familiares (su versión de nuestros “Casa Pepe”) en el que se come mucho y bien por muy poco.

El año 1917 Tesalónica sufrió un devastador incendio del que solo se salvó el Ano Poli, el barrio alta de la ciudad. Circunvalado por parte de las antiguas murallas bizantina y otomana, este rompecabezas de sinuosas calles empinadísimas y casas de planta baja y patios coloridos, goza de unas vistas privilegiadas sobre la parte baja de la ciudad. Podéis subir andando, pero gastaréis toda la suela de vuestros zapatos. Mejor ir con el 50, el autobús circular que recorre las zonas de interés cultural de Tesalónica. 

Tesalónica es la capital cultura del Grecia, más cuando nos referimos al mundo del cine. El majestuoso cine Olympion, en la bella plaza Aristóteles, acoge el festival de cine de la ciudad, el más importante del país. A menos de cinco minutos, el viejo puerto, que, en parte, ha sido remodelado y destinado a actividades culturales. Una de sus viejas atarazanas ahora acoge el Museo del Cine de Tesalónica. El resto de antiguos astilleros remodelados albergan festivales como las ediciones locales de los barceloneses In-Edit (festival de cine documental del música) y OffsideFest (festival de cine documental de fútbol).

Símbolo de la ciudad, la Torre Blanca es ese monumento que posee toda ciudad que todo visitante, aunque no quiera, tiene que visitar. Utilizada tanto de fuerte como de prisión, la construcción que vemos actualmente fue erigida en época de dominio turco por Solimán el Magnífico, seguramente sobre las bases de otra más antigua medieval. La Torre Blanca puede servir como punto de partida de una caminata por los varios kilómetros del Nikis, el paseo marítimo que traza el perfil costero de la ciudad.

A unas tres horas de distancia de Tesalónica encontramos el Monte Athos. Montaña sagrada para los fieles de creencia ortodoxa erigida sobre una península rocosa al borde del mar Egeo, en ella se esconden una veintena de monasterios (entre los que figuras algunos de los más antiguos y remotos del planeta) refugio espiritual de alrededor de 1.500 monjes. Zona con autonomía propia, visitar el Monte Santo no es fácil. Las mujeres tiene prohibido el acceso, y entre los hombres las excursiones están limitadas a 200 griegos y 10 extranjeros por día.

Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de L'imaGiraphe, Tilemahos Efthimiadis, Stella Vardaki, Dmitry Artyukhov

 

 

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Ruta de museos por Donostia

Uno de los grandes atractivos de esta ciudad es el conocidísimo Aquarium, que cuenta con casi un siglo de historia. Eso sí, que no te engañe su antigüedad ya que, tras su remodelación en el año 2008, este Aquarium puede presumir de ser uno de los más modernos y completos de toda Europa. Su túnel transparente de 360º dejará boquiabiertos tanto a niños como a mayores, así como su acuario táctil, en el que se pueden tocar ejemplares de peces vivos. Sin duda, un imprescindible en la ciudad.

Otro de los más preciados en la ciudad es El museo San Telmo ya que posee el titulo de ser el museo más antiguo del País Vasco y, tanto su exterior como sus exposiciones, merecen la visita. Ubicado en pleno Casco Viejo, en un majestuoso edificio del siglo XVI que, en otros tiempos perteneció a un convento de dominicos. El museo consta de tres alturas: en la planta baja encontramos la iglesia, el claustro bajo (que contiene la sección de arqueología) y dos espacios para exposiciones temporales. En la primera planta encontramos una pinacoteca de autores vascos y ya, en la segunda y última, una gran colección de pintura española y europea antigua.

¿Quién dijo que la ciencia y la diversión estaban reñidas? Eureka! Zientzia Museoa demuestra que nada más lejos de la realidad. Este divertido museo es esencial, tanto si viajas con niños, como si quieres aprender ciencia de una manera especial. Cuenta con más de 169 módulos experimentales, así como una txikiklik -ludoteca para niños-, destinada a niños de entre 4 y 9 años, donde los menores podrán descubrir el hogar de los animales del bosque y los cinco sentidos. Si viajas con niños, no te puedes perder esta visita.

El Cristóbal Balenciaga Museoa está dedicado en su totalidad al gran modisto de Getaria. Es un precioso palacio que sirvió de residencia a los marqueses de Casa Torre, abuelos de la reina Fabiola de Bélgica y maestros de Balenciaga en sus primeros años de carrera. Si te gusta la moda, éste es tu museo.

Y si quieres saber un poco más acerca de la sidra, de la manzana y de la gran importancia cultural que han tenido en Euskal Herria, no puedes dejar de visitar el Museo de la Sidra Vasca Sagardoetxea. Aquí podrás disfrutar de toda la historia: el pasado, el presente y el futuro del apasionante mundo de la manzana.

En la Casa de la Historia, en lo alto del monte Urgull, podrás investigar la vida de los donostiarras a lo largo del tiempo, descubriendo así los más de 800 años de una ciudad que mantiene su espíritu joven y vibrante. Imprescindible para conocer, en mayor profundidad, la historia de Donosti.

Situado en pleno puerto, nos topamos con el Museo Naval, un lugar mágico que conserva, estudia y difunde la historia de los donostiarras y su relación con el mar. Un lugar diferente e interesante en el que, seguro, aprenderás algo nuevo.

Por supuesto, si hablamos de Donosti, tenemos que hablar de su aclamado equipo de fútbol. El Museo de la Real Sociedad abrió sus puertas en el año 2009, cuando se cumplían nada más y nada menos que sus 100 años de historia. Aquí se muestra la andadura del club de manera novedosa, incluyendo sus otras secciones deportivas. Los amantes del fútbol no van a poder resistirse.

Por último, encontramos el Museum Cemento Rezola, un lugar de lo más variopinto en el que podrás observar el papel del cemento y las construcciones en nuestra sociedad. Cuenta con gran cantidad de audiovisuales, simulaciones y módulos interactivos que harán de tu experiencia aquí una aventura inolvidable.

¡No esta nada mal el recorrido! Donostia es pura cultura y se prepara muy fuerte para estar a la altura de su merecida elección como Capital Europea de la Cultura 2016, no en vano para finales de este año abrirá su puertas el Centro internacional de cultura contemporánea en la antigua fabrica de tabaco, un edificio centenario totalmente renovado para la ocasión.

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Texto de Tensi Sánchez (Actitudes Magazine)

Fotos de San Sebastián Turismo

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Una ruta por Hamburgo

Lo primero que nos llamó la atención en el Puerto de Hamburgo y, que nos dicen está muy de moda, son lo que llaman fiestas de playa, en las que terrazas y locales cercanas del puerto instalan hamacas, palmeras y forran sus suelos de arena de playa. Todo para imitar, en la medida que el clima de esta fría ciudad lo permite, los cafés ibicencos y sus puestas de sol. Música lounge, mojitos y caipiriñas en locales como Hamburg del Mar (en St.-Pauli-Landungsbrücken/Parkdeck) o el HCBC.

Una de las mayores atracciones de Hamburgo es su Fischmarkt, o mercado del pescado de Hamburgo (en Große Elbstraße 137), un gran y bullicioso mercado al aire libre que se instala al lado de la histórica sala de subasta de pescado, donde también se celebran conciertos a los que se puede asistir con toda la familia. Conviene madrugar un poco si quieres hacerte con el mejor género porque sólo se abre los domingos entre las 05:00 horas y las 09:00 horas.

También paseando por el puerto te encontrarás con la gran Ciudad Almacén de Hamburgo, el Speicherstadt, con sus calles de adoquín atravesadas por canales y sus edificios de ladrillo rojo. Se construyó entre el año 1883 y el 1927 y al principio uno de los almacenes más grandes del mundo, donde se ordenaban las mercancías que llegaban al puerto. Ahora encontrarás algunos restaurantes y museos.

El puerto de Hamburgo está sufriendo grandes modificaciones. En una enorme zona que tenían sin construir se diseño un gran plan urbanístico para recuperarlo, en lo que se llama HafenCity y en la que se están construyendo viviendas y oficinas. Pero sobre todas estas edificaciones destaca la Elbphilharmonie, la impresionante Filarmónica del Elba que está previsto que se inaugure en el 2014. Sobre uno de los antiguos almacenes del puerto se está construyendo una especie de corona de cristal que albergará una sala de conciertos para más de 2.000 espectadores.

Nos comentan que Hamburgo tiene dos marcas de cervezas que se fabrican en la misma ciudad. Una de ellas es la cerveza Astra, que se elabora en St Pauli, y que reconoceréis rápidamente por el símbolo del corazón rojo, que es también un símbolo portuario. La otra cerveza propia de la ciudad es la Holsten que se elabora en el barrio de Altona-Nord.

Para comer nos gustaron en particular estos 3 sitios:

1.- Bullerei con su agradable terraza y donde preparan un saludable menú entre semana.

2 – Fischhandel con sus mesas altas en la calle Colonnaden para compartir y en el que se elabora un único pero muy completo y económico plato que todo el mundo pide y que cuesta 6,5€. Haces el pedido en el interior del local y te avisan con un toque de campana cuando lo tienen listo. Nosotros comimos un gran plato de fussini con verduras, setas y un buen trozo de pescado que nos supo a gloria. Al acabar de comer, todo el mundo vuelve a llevar su plato al interior, con lo que se ahorran el servicio de mesas y hace que todo salga muy económico.

3 – Gröninger Privatbrauerei en el que se sirven típicos platos bávaros. Enormes codillos, embutidos como el leberkäse, el tradicional chucrut (ensalada de col agria) o el bratkartoffeln (patatas salteadas). Prepárate para hincharte porque aquí las raciones se sirven a lo grande. Y el lugar es muy cálido y pintoresco con enormes mesas de madera para compartir.

Sin duda la calle más famosa de Hamburgo es Reeperbahn en Sankt Pauli con sus sex shops, clubs de striptease y bares de todo tipo. Es aquí donde los Beatles iniciaron su carrera en 1960. Su primer concierto fue en el club Indra pero donde realmente empezaron a darse a conocer es en el Star Club. El local ya no existe pero sí una placa que recuerda su paso por la ciudad. Aquí encontrarás toda la ruta que recuerda el paso de los de Liverpool por la ciudad.

También es muy conocido por su equipo de fútbol, el FC St Pauli, muy querido por todos los hamburgueses y cuyo símbolo en una calavera pirata. Puedes comprar camisetas y toda clase de gadgets del FC St Pauli en la tienda que tienen al lado del campo de fútbol o en otra tienda más céntrica en la misma calle Reeperbahn 63-65.

Außenalster es uno de los lagos artificiales que forma el río Alster en el centro de la ciudad. Es uno de los lugares preferidos para disfrutar de un día soleado, el punto de reunión de los habitantes de Hamburgo, en el que realizar diferentes deportes y actividades.

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Escapada cultural de fin de semana a Múnich

Y es que la capital de Baviera no solo destaca por sus festivales de cerveza o por su excelente equipo de fútbol, sino que esta gran metrópolis con casi un millón y medio de habitantes es uno de los centros culturales más importantes de toda Europa. Pero también de todo tipo de ocio. Aquí encontrarás actividades los 365 días del año, lo que hace que prácticamente encuentres una gran oferta cualquier semana que vengas. Os proponemos algunas de los centros culturales y de diseño imprescindibles para visitar en una escapada de fin de semana.

Uno de sus puntos fuertes de Múnich es su fácil acceso; no en vano cuenta con un inmenso aeropuerto internacional. También posee una modernísima red de transporte público que facilita la movilidad en la ciudad y sus alrededores. Todos los principales lugares de interés están a poca distancia el uno del otro, y eso la convierte en una urbe comodísima. Siempre está plagada de visitantes, y una de las razones se debe a su proximidad con los Alpes. En invierno por las estaciones de esquí, y en verano por toda clase de actividades de montaña que tienen lugar allí, como el parapente, senderismo, escalada o ciclismo de montaña.

La ciudad además es una de las más efervescentes a nivel cultural de toda Alemania. Durante la estancia de fin de semana os recomendamos una incursión en alguno de sus numerosos museos, especialmente los tres museos de arte Pinakothek (a poca distancia entre sí), los cuales exhiben bellas artes y artes gráficas –muy recomendable la exposición “El Greco Expressiv” que estará abierta hasta el próximo 12 de abril. Junto a estos tres museos destaca el Museo Brandhorst que ofrece arte moderno. Para los aficionados a la ciencia y la tecnología está el Deutsches Museum junto al río Isar, que cuenta con dos subsedes: una en Schleissheim en el norte de Múnich dedicada a los aviones, y otra en el Theresienhöhe dedicada a la exhibición de todo tipo de transportes terrestres. Hace poco se inauguró el ZNT, Centro de Nuevas Tecnologías basado sobre todo en nano y biotecnologías. Para los aficionados a los coches está el BMW Welt el museo de la célebre marca bávara. Y si lo que quieres es saber más sobre la historia de la ciudad nada mejor que ir al Museo de la Ciudad (Stadtmuseum), donde la exposición permanente "Typically Munich" cuenta la historia de la ciudad a través de una serie de exposiciones. Y si te sigue picando la curiosidad por conocer como son realmente los bávaros, nada mejor que el increíble Residenz, antiguo palacio real de los reyes de Baviera, ubicado en el centro mismo de Múnich. La Residencia es el palacio urbano más grande de Alemania, y hoy sirve de museo decorativo, siendo uno de los más importantes de toda Europa. Sus habitaciones ricamente decoradas cuentan la historia de siglos de gobierno de losWittelsbach. Su primera residencia fue Alter Hof (antiguo Palacio de Justicia), a poca distancia del Residenz, y espacio donde la Oficina de Información de los Museos de Baviera tiene un pequeño museo en el que se documenta el surgimiento de una de las dinastías más antiguas del continente, cuyo miembro más famoso fue sin duda Luis II, nacido en el castillo de Nymphenburg, al oeste de la ciudad, justo a la entrada de un enorme parque. Y hablando de castillos, el más famoso es sin duda el de Neuschwanstein, enclavado en la falda de los Alpes, y famoso por haber servido de inspiración para Disney en su clásico “La Bella Durmiente”. No queda muy lejos de la capital de Baviera y es una excusión muy recomendable. Además, a nivel musical la ciudad cuenta con tres orquestas de primera línea, así como numerosos espacios de conciertos y un sinfín de festivales de todos los estilos.

Diseño
El diseño de Múnich es uno de los más importantes del país. La ciudad se distingue por el buen gusto en el vestir de sus ciudadanos, que lo emparenta con ciudades como Milán. En el centro histórico proliferan las tiendas de diseñadores, tiendas de antigüedades y excelentes librerías. Una curiosidad local son los llamados Königlich Bayerischen Hoflieferanten o proveedores reales de Baviera, se trata de unos establecimientos que ofrecen una gama de productos de alta gama. Estos van desde joyas y artículos de lujo para mesa, a orfebrería fina de todo tipo.

Comer y hacer algo de deporte
En toda Baviera se come muy bien, pero especialmente en Múnich, la oferta se dispara. Aquí el visitante encontrará establecimientos de cualquier tipo de comida que pueda imaginar. Sin duda Múnich se conoce en el mundo entero por sus salchichas de ternera, las famosas Weisswurst, que aquí se toman con un gran pretzel (un tipo de galleta o bollo horneado, y retorcido en forma de lazo, con un sabor ligeramente salado) y mostaza dulce, una porción de carne de cerdo o ternera con una bola de masa de patata, o un Obatzder picante (una salsa de queso) con pan oscuro. Y el mejor lugar para disfrutar de estos placeres, según los propios muniqueses, son los famosos biergärten –sobre todo en verano-, y las animadas cervecerías que pueblan la ciudad, el lugar ideal para encontrarse con viejos amigos y hacer otros nuevos.

Una vez hemos recuperado fuerzas se puede optar por continuar disfrutando de la oferta cultural, o bien oxigenar un poco el cerebro dedicándonos a otro tipo de actividades. Entre ellas, visitar la espectacular sede de los Juegos Olímpicos en 1972, uno de los hitos del siglo pasado de la arquitectura deportiva. A lo largo del año la agenda está plagada de eventos deportivos con un alto componente de espectacularidad, y el estadio Allianz Arena acoge la mayoría. Construido especialmente para la Copa del Mundo de 2006, es el hogar de dos equipos de fútbol rivales de Múnich: el FC Bayern, sin duda uno de los clubs más importantes del mundo con un palmarés que incluye cinco títulos de Champions League, y el menos conocido TSV 1860.

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Texto de Isabel y Luis Comunicación

Fotos de Deutschland Tourismus, Haydar Koyupinar/ Museum Brandhorst

 

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