Transilvania más allá de Drácula
Estamos acostumbrados a oír la palabra Transilvania y automáticamente pensar en Drácula. Es un hecho, para bien o para mal. Seguro que Bram Stoker no era consciente de la que iba a liar inspirándose en la compleja figura del príncipe de Vlad Tepes a la hora de escribir Dracula, la novela que le haría pasar a la historia. Tampoco debía imaginarse que iba a convertir la región de Transilvania, donde se desarrolla parte de la historia, en destino turístico para los aficionados a los vampiros, y eso que escribió sobre ella basándose en fuentes literarias, ya que nunca llegó a visitarla.
Pero a la hora de plantearnos un viaje a Transilvania debemos quitarnos el velo gótico de delante e ir un poco más allá. Evidentemente la huella de Vlad Tepes está presente, pero también nos esperan magníficos paisajes, ciudades medievales con preciosas casas de colores, gentes amables y algún que otro castillo medieval que con la imaginación nos pueda llevar al algo más terrorífico, pero sólo con ella.
Brasov
Conocida por ser una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, no debes dejar de visitar su centro histórico en el que encontrarás espacios llenos de encanto. En el centro de la ciudad destaca la gran plaza Sfatului donde se puede visitar el Museo de Historia, situado en el antiguo Ayuntamiento. Tampoco olvides ver la Biserica Neagră o Iglesia Negra, denominada así a causa de un incendio sufrido en 1689. Esta gran catedral gótica, de las mayores en el sudeste de Europa, cuenta en su interior con una importante colección de alfombras turcas que cuelgan de sus galerías.
La iglesia fortificada de Prejmer
A unos 18 km de Brasov se encuentra esta original monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situada en Prejmer, lugar marcado por los constantes conflictos bélicos durante la Edad Media, debido a su proximidad con la frontera. Huella de este pasado es esta iglesia fortificada del siglo XIII, que cuenta con murallas de hasta 12 metros de alto y 4 de grosor que la convirtieron en imbatible, pese a ser atacada unas 50 veces. Este espacio servía de refugio a la población en caso de ataque, donde contaban con habitaciones donde alojarse, y torres donde guardar el avituallamiento además de defenderse del enemigo.
El Castillo de Bran
Entre los montes Bucegi y Piatra Craiului, a unos 30 km de Brasov, se encuentra uno de los lugares más visitados de Transilvania. Este castillo se suele asociar a la figura de Vlad Tepes, del que se dice, erróneamente, que fue su lugar de residencia. Esta confusión se la debemos a Bram Stoker que lo convirtió en el domicilio de Dracula en la ficción. Es por ello que a nivel popular es conocido como el castillo de Dracula. Dejando de lado el mundo vampírico, merece la pena hacer una visita a este monumento construido por los sajones en 1382, y que conserva gran parte de su esplendor en la actualidad.
Castillo de Poenari
Aquellos que quieran conocer el verdadero lugar de residencia de Vlad Tepes deberán acercarse hasta este castillo. Fue construido a comienzos del siglo XIII y abandonado a mediados del siglo XVII. A diferencia del anterior, se encuentra más derruido, y el acceso es bastante más complicado ya que hay que subir la friolera de 1.500 escalones para llegar. Eso sí, las espectaculares vistas a los Cárpatos están aseguradas y compensan más que de sobras tanto ejercicio.
Sighisoara
Situada en el centro de Rumania, en los Cárpatos transilvanos, es un popular destino turístico, y no sólo por el hecho de ser la ciudad natal de Vlad Tepes. Sighisoara cuenta con una ciudadela medieval fortificada en tan buen estado de conservación, que bien le ha valido ser declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Todavía conserva nueve de las catorce torres defensivas con las que contaba la muralla. No debes perderte la visita a la Torre del Reloj, donde merece la pena subir para disfrutar de las vistas de la ciudad. Y cómo no, los más morbosos pueden acudir hasta la que se supone que es la casa en la que nació nuestro héroe maldito, Vlad Tepes.
Sibiu
Fundada por colonos sajones en el siglo XII, es uno de los principales centros económicos y culturales de Transilvania. Situada a orillas del río Cibin, cuenta con un centro histórico lleno de callejuelas empedradas, casas medievales, grandes plazas, cafeterías y restos de parte de la muralla. Sibiu se divide en la Ciudad Baja y la Ciudad Alta, que es donde se encuentran localizados los edificios de mayor interés. No debes de dejar de visitar la Piaţa Mare o Plaza Grande, donde se encuentra uno de los principales monumentos barrocos de Rumanía, el palacio Brukenthal. Tampoco debes perderte la Piaţa Mică o Plaza Pequeña, y la Plaza Huet, rodeada de edificios en su mayoría góticos y en la que destaca la Catedral Evangélica Luterana.
¿Listo para conocer la otra cara de Transilvania? ¡Reserva tu Vueling aquí!
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Dennis Jarvis, Camil Ghircoias, Alexandru Panoiu, Daniel Tellman
+ infoFlorencia para principiantes
Como muchas ciudades italianas, el capital artístico y cultural de Florencia es tan amplio que, por muchas veces que visitemos la ciudad, es casi imposible verlo todo. El Ponte Vecchio, los Uffizi, la Galleria dell’Accademia, las iglesias o el Palazzo Pitti son atracciones que no puedes perderte si quieres empaparte de las bellezas de la capital toscana. Pero atención. Intentar verlo todo de golpe puede producir síndrome de Stendhal (también denominado síndrome de Florencia) o una saturación mental que termine por arruinarnos el viaje.
Por eso, para que vayas tranquilos y disfrutes con calma, te proponemos 6 lugares imprescindibles que te ayudarán a conocer lo mejor de Florencia sin perder los nervios.
Galería de los Uffizi: el clásico imprescindible
Es una de las mejores pinacotecas del mundo y, sin duda, su colección de arte renacentista italiano no tiene parangón. Ubicada en unos edificios administrativos del siglo XVI, los Uffizi reúnen algunas de las mejores obras de Sandro Botticelli, Giotto, Leonardo da Vinci o Miguel Ángel. La visita al museo puede durar entre tres y cuatro horas y merece la pena detenerse en las salas que no están masificadas para descubrir autores menos conocidos pero igualmente interesantes. Para evitar más de una hora de cola en taquilla, te recomendamos que reserves tu entrada.
Grande Museo del Duomo: un museo del siglo XXI
Es una de las nuevas atracciones de la ciudad. Este museo acoge los tesoros del Duomo, el campanario y el baptisterio. Aquí podemos encontrar desde las puertas originales del Baptisterio, hechas por Ghiberti, a los relieves originales del campanario o las esculturas de la antigua fachada del Duomo. De hecho, en la Sala de la Primera Fachada hay una reconstrucción a tamaño natural de la antigua fachada con esculturas de Arnolfo di Cambio y Donatello. Otros platos fuertes del museo son la Piedad que Miguel Ángel esculpió con 80 años y la máscara mortuoria de Brunelleschi. En definitiva, un museo moderno que da mucha prioridad a las obras y que está concebido para mostrar el pasado con la tecnología del futuro.
Basilica di Santo Spirito: eclosión quattrocentesca
Aunque amamos las iglesias de Santa Maria Novella y de la Santa Croce, si no tenéis mucho tiempo en Florencia y queréis ver un templo plagado de capillas con retablos del quattrocento, la Basílica del Santo Espíritu es vuestro lugar. En el corazón del animado barrio del Oltrarno se alza este templo de Brunelleschi, que cuenta con 38 capillas y obras tan importantes como la Virgen del relieve de Domenico di Zanobi y la Virgen con Niño y santos de Filippino Lippi.
Giardino di Boboli y Giardino Bardini: un paseo romántico
Una de las pinacotecas más fascinantes y tranquilas de visitar en Florencia es la que se encuentra en el Palazzo Pitti. Pero hoy no entraremos en el famoso palacio proyectado por Brunelleschi, sino que pasearemos pos sus suntuosos jardines. El Giardino di Boboli, del siglo XVI, fue el lugar de recreo de los gobernantes de la ciudad. Se extiende a lo alto de la ladera del Palazzo Pitti y destaca, en la parte alta, una rosaleda desde la que hay una espectacular vista de la campiña toscana. A cinco minutos andando, podemos utilizar la misma entrada para acceder al Giardino Bardini. Desde este lugar se observan unas vistas privilegiadas de la ciudad. En concreto, desde el restaurante del jardín, La Leggenda Dei Frati, una galería de piedra ofrece una panorámica de la ciudad que jamás podrás olvidar.
Capilla Brancacci: solo para expertos
Sin movernos de Oltrarno, en la Basílica di Santa Maria del Carmine encontramos una de las capillas más fascinantes de la ciudad, la Capilla Brancacci. En pocos metros, la capilla conserva, en perfecto estado, pinturas de Masolino da Panicale, Masaccio y Filippino Lippi. Los frescos de Masaccio, con la vida de san Pedro, están considerados entre sus mejores obras y muestran la ruptura definitiva entre el arte gótico y el primer renacimiento. Solo se permite el aforo de 30 personas al mismo tiempo, pero la espera merece la pena.
Palazzo Vecchio: descubriendo la Florencia nocturna
En verano, el Palazzo Vecchio abre hasta media noche de viernes a miércoles. Una gran opción para realizar una visita tranquila y alternativa a uno de los edificios más significativos de la ciudad. Proyectado por Arnolfo di Cambio, fue la sede del poder municipal. Destacan sus salas, con frescos en las paredes, o el impresionante Salone dei Cinquecento, de gran tamaño y opulenta decoración. En la Camera Verde el techo está pintado por Ridolfo del Ghirlandaio, mientras que también es posible visitar las estancias del cardenal Juan de Médici, hijo de Lorenzo el Magnífico y futuro papa León X.
¿A qué esperas para visitar uno de los centros europeos de la cultura clásica? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Christine und Hagen Graf
+ info
4 lugares curiosos que visitar cerca de Leeds
Una escapada a Leeds es la ocasión perfecta para hacer dos cosas totalmente opuestas. Por lado, no hay que perderse la oportunidad de marcarse una buena dosis deshopping, ya que en esta ciudad abundan los centros comerciales, las calles peatonales repletas de tiendas y los mercados. Un placer en el que pondremos a prueba el crédito de nuestra tarjeta. Por otro lado, podemos aprovechar para conocer alguna de las joyas que esconde la región de Yorkshire and the Humber, que es donde se encuentra ubicada esta cosmopolita localidad. A continuación te proponemos la visita a cuatro espacios situados a menos de dos horas de Leeds donde descubrirás lo polifacética y especial que puede llegar a ser esta hermosa área del norte de Inglaterra.
1. Saltaire, en busca del legado industrial de la región
Nuestra primera parada se encuentra en Shipley, que está situada en el distrito metropolitano de Bradford. Aquí está la antigua colonia industrial de Saltaire, una joya de época victoriana que en 2001 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estratégicamente situada junto al río Aire y el canal de Leeds y Liverpool, fue fundada en 1853 por Sir Titus Salt, un popular empresario de la industria de la lana de Yorkshire –la lana fue el principal motor de la región durante la revolución industrial-.
Esta colonia se concibió con la idea de albergar tanto la fábrica como las residencias de los trabajadores y de sus familias, y contaba con toda una serie de espacios donde se cubrían la diferentes necesidades de la comunidad: el hospital, la escuela, la biblioteca, zonas de recreo, la iglesia, etc. De este modo los trabajadores vivían cerca de su lugar de trabajo y a su vez estaban en mejores condiciones que en la cercana ciudad de Bradford.
En la actualidad es un espacio de ocio donde la mayor parte de los edificios han sido restaurados y transformados en tiendas, galerías de arte, restaurantes y cafés, pero que aún nos permite hacernos una idea del importante pasado industrial de la región.
2. Evocando los paisajes de Cumbres borrascosas en Haworth
La pintoresca aldea de Haworth, situada a unos 36 kilómetros al oeste de Leeds, debe ante todo su fama a las hermanas Brontë (Emily, Charlotte y Anne), que escribieron sus famosas novelas mientras residían en este lugar. La mayoría de los turistas que acuden a hasta aquí, lo hacen por una de sus principales obras literarias, Cumbres borrascosas, escrita por Emily,y por los lugares que aparecen plasmados en la novela. Además de dar un paseo por este pequeño remanso de paz alterado permanentemente por la curiosidad de los turistas en busca de retazos novelescos, te recomendamos hacer senderismo y empaparte de este peculiar paisaje que sirvió de inspiración para el que ya es un todo un clásico de la literatura inglesa.
3. Arte al aire libre
¿Te gusta el arte pero te agobian los espacios cerrados? Entonces el Yorkshire Sculpture Park es tu lugar. Situado a una media hora al sur de Leeds, en los terrenos de Bretton Hall, está este peculiar “museo” donde podrás disfrutar de su magnífica colección de escultura moderna y contemporánea en un entorno natural incomparable. A tener en cuenta: alberga el mayor número de obras en bronce expuestas al aire libre en Europa de Henry Moore, el artista local más internacional de la región.
4. Castle Howard, un escenario de película
Al norte de la histórica ciudad fortaleza de York, en la que no está de más aprovechar para hacer una parada, se encuentra esta magnífica country house -así es como se denominan a estos palacios campestres de la aristocracia británica-, construida entre 1699-1712 para el conde de Carlisle. Si su exterior, obra del arquitecto Sir John Vanbrugh, es un fantástico ejemplo de barroco inglés, su interior tampoco te dejará impasible, donde además podrás disfrutar de su increíble colección de cuadros, con obras de Canaletto, Leandro Bassano, Tiziano, Annibale Carracci, Marco Ricci, Joshua Reynolds y Gainsborough, entre otros.
La visita a esta preciosa mansión, que desde hace más de 300 años es el hogar de la familia Howard, y que está abierta al público, tiene un valor añadido, el de haber servido de plató cinematográfico y televisivo. En él se rodó Barry Lyndon de Stanley Kubrick, y Retorno a Brideshead, tanto la exitosa serie de 1981, como la película de 2008, en las que se adaptaba este clásico literario de Evelyn Waugh.
¡Anímate a conocer la región de Yorkshire and the Humber, reserva tu Vueling a Leeds aquí!
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Tim Green, John Robinson, Nick, Michael D Beckwith, vagueonthehow, Karen Bryan
+ info
Ruta de los azulejos en Portugal
Si hay algo que suele llamar la atención al que visita Portugal por primera vez es la importante presencia con la que cuentan la cerámica y los azulejos como objeto ornamental. Recubriendo las paredes de los exteriores o de los interiores de los edificios, que ya bien pueden tratarse de iglesias, palacios o casas particulares, y que pueden hallarse tanto en las grandes ciudades como en pequeñísimas poblaciones, son los auténticos reyes de la decoración del país luso. A diferencia del resto de Europa, donde su uso es mucho más comedido y limitado, en Portugal invaden paredes, ya sea con policromadas ornamentaciones, o ya sea con su combinación bicolor estrella, en blanco y azul, llegando al alcanzar un altísimo nivel técnico y de belleza.
Este bien patrimonial de herencia árabe llegó a tierras portuguesas allá por el siglo XV a través de su vecina España, se acabaría convirtiendo en el revestimiento favorito de los reyes portugueses. En el siglo XVIII es cuando se producirá el mayor aumento de uso, y las decoraciones de mayor calidad, y su utilización en la decoración ha perdurado hasta nuestros días, con importantes talleres aún en funcionamiento.
Aunque la cerámica está presente por todo el país, a continuación hemos hecho una selección de las principales lugares que debes visitar ya sea por la presencia de esta bella ornamentación, o ya sea porque cuenta con un importante centro de producción.
Lisboa
Como no podía ser menos, la capital portuguesa cuenta con un buen número de ejemplos de revestimientos de azulejos, que incluso han llegado a ocupar las paredes del metro. Alguna de las curiosidades con las que cuenta la ciudad es la Quinta de los Azulejos, en el Colegio Manuel Bernardes, que está ubicada en el Paço do Lumiar, donde la decoración de este jardín te dejará anonadado, por la belleza de las escenas representadas en sus paredes.
Pero el principal motivo que nos lleva a incluir Lisboa en este recorrido es porque aquí se encuentra el Museo Nacional del Azulejo, donde conocer todos los entresijos, las técnicas y la historia de este imprescindible ornamento en la arquitectura portuguesa, y un perfecto punto de partida.
Aveiro
La pequeña y bella ciudad de Aveiro, también conocida como la “Venecia lusa” por sus canales que puedes recorrer en coloristas barcas conocidas como Moliceiros, es todo encanto ya de por sí. Ciudad costera ligada a la pesca y a la sal, cuenta con un bello centro donde destaca la presencia de preciosas casas modernistas. Y en cuanto a la ornamentación en cerámica, su antigua Estación Ferroviaria es una auténtica joya con la que poner el broche de oro a la visita, donde en sus policromados azulejos aparecen representadas varias escenas ferroviarias, naturales, de cultura y actividades tradicionales. Eso sí, aprovechando que estás aquí, no dejes de acercarte hasta su playa, con sus casas pintadas con rayas de vistosos colores.
Ovar
En esta población costera, por cuyas playas ya merece la pena acercarse, tiene en su haber un gran número de sus edificios públicos ornamentados con azulejos, la mayor parte de ellos elaborados en las fábricas de Vila Nova de Gaia y Aveiro. Este elevado número de construcciones con su exterior decorado en cerámica le han valido el sobrenombre de la “Ciudad Museo del Azulejo”.
Válega
A apenas seis kilómetros de Ovar se halla la pedanía de Válega en la que no debes de dejar de visitar la iglesia de Matriz de Nossa Senhora do Amparo. En ellatanto el exterior como el interior se encuentran recubiertos prácticamente en su totalidad por azulejos, policromados en su mayoría, a excepción de los laterales y el fondo del exterior, que son bicolores (azul y blanco). La construcción de la iglesia se empezó en 1746, y las obras se prolongaron durante todo un siglo.
Ilhavo
Ilhavoes sobre todo conocida por albergar la Fábrica de Vista Alegre, que es una de las más populares a nivel internacional de Portugal. Creada por José Ferreira Pinto Basto a principios del siglo XIX para la fabricación de porcelana y vidrio, en la actualidad cuenta con un museo donde conocer la cultura de la cerámica, a través de las colecciones y los valores de Vista Alegre.
Reserva tu Vueling a Lisboa y descubre en directo las maravillosas ornamentaciones en cerámica de los edificios y monumentos portugueses.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Sunny Ripert
+ info