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Gran Canaria la gran evasión del Atlántico

Los días libres son una grata sorpresa que nos depara el calendario y no hay mejor manera de aprovecharlos que subir a un avión y viajar hasta un destino turístico fresco, divertido y cercano. Ese lugar es Gran Canaria, un torbellino de sensaciones a medio camino de Europa, África y América.

Gran Canaria está a sólo un par de horas de vuelo de la Península Ibérica. Así que llegar hasta allí es sumamente fácil. Un desplazamiento cómodo y sin escalas te llevará a este territorio diverso que brotó hace millones de años de volcanes sumergidos en el fondo del Atlántico.

Una de las ventajas de escoger Gran Canaria como refugio para acabar con la monotonía es, sin duda, su sol de invierno. La Isla mantiene una temperatura media constante de 24 grados durante todo el año, lo que permite disfrutar al máximo de los días en Las Canteras, Maspalomas, Playa del Inglés o el Puerto de Mogán, algunas de sus más conocidas y famosas playas.

El litoral grancanario es el escenario perfecto para liberar energía practicando deportes acuáticos, pero si lo que prefieres es hacer una incursión por el interior, no debes dejar escapar la oportunidad de visitar los pueblos de Teror, Agüimes, Tejeda y Artenara; o lugares tan sorprendentes como el Barranco de Guayadeque, un antiguo asentamiento prehispánico que destaca hoy por sus acogedoras y llamativas casas-cueva.

En un viaje a Gran Canaria no debe faltar una visita a la cumbre de la Isla, el espacio central de la Reserva de la Biosfera en el que se levantan los roques Nublo y Bentayga. Prepara tu cámara fotográfica. Además, desde allí sentirás que literalmente has llegado al cielo cuando un fenómeno meteorológico conocido comomar de nubesponga el mundo a tus pies como si fueras protagonista de un cuadro en el que escarpadas montañas y profundos barrancos ofrecen paisajes para el recuerdo. 

La costa norte de Gran Canaria alberga rincones imperdibles como el Puerto de Las Nieves o el Valle de Agaete, frondoso jardín de frutas tropicales y lugar en el que se cultiva el único café hecho en Europa; Gáldar te espera con la majestuosidad de su Cueva Pintada, el más importante de los yacimientos aborígenes canarios; Arucas es la  sede del Ron Arehucas, una señera bebida que ha amenizado los festejos de varias generaciones de canarios.

Hay que conocer Las Palmas de Gran Canaria, una capital abierta y colmada de ofertas culturales. El barrio de Vegueta es el corazón histórico de la ciudad y merece la pena adentrarse en su zona más monumental para ver de cerca la Catedral de Santa Ana, el Museo Canario, el Centro Atlántico de Arte Moderno o la Casa de Colón, un bello enclave en el que el navegante genovés hizo escala camino del Descubrimiento de América que ilustra las relaciones entre Canarias y el Nuevo Continente.

Si deseas pasar una intensa jornada de compras a precios más que competitivos, la Calle Mayor de Triana es el sitio perfecto para ello. Grandes firmas nacionales e internacionales y prestigiosas marcas locales cuentan con establecimientos en esta área comercial que te alegrará la vista en tu paseo por la capital con sus pintorescos edificios de diferentes estilos arquitectónicos.

Gran Canaria es una isla viva. Un destino turístico para disfrutar en la calle de sus mercadillos y puestos artesanales, y también de los eventos programados durante todo el año. Durante el último cuatrimestre de 2016  se celebrarán acontecimientos esperados como la salida de la regata ARC, el festival de fotografía submarina de Las Palmas de Gran Canaria, el Belén de arena de la playa de Las Canteras o el Gran Canaria Walking Festival, un gran encuentro para los amantes del senderismo que ha confeccionado para su quinta edición nuevas rutas y un itinerario nocturno para contemplar las estrellas en la Cumbre de Tejeda.

Todas esas propuestas convierten a la Isla en un destino único para disfrutar de un puente o unas cálidas vacaciones de otoño o invierno. En Gran Canaria el tiempo siempre se hace corto y hay muchos planes para disfrutar por delante.  

¿A qué esperas para vivirlo en primera persona? Consulta nuestros vuelos aquí.

Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria

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Este verano en Bruselas hay playa

La idea no es nueva. En Berlín, Hamburgo o bajo los puentes del río Sena de París se montan cada verano desde hace ya unos años estas playas urbanas artificiales. No te hará falta meter a toda la familia en un coche ni realizar un largo y caluroso trayecto para disfrutar de la arena y refrescarte en el agua. Este paraíso tropical en Bruselas se llama Les Bains de Bruxelles y lo encontrarás durante 5 semanas en el Quai des Péniches, a lo largo del Canal de Bruselas. El horario es de 11 a 22 horas, los martes, miércoles, jueves y domingos, y de 11 a 23 horas los viernes y sábados.

Cierto que es una playa sin mucho oleaje, pero se le ha echado imaginación para hacerla lo más atractiva posible, consiguiendo congregar a un público de lo más diverso. A lo largo de 6.000 m² de arena fina se han instalado tumbonas, palmeras y cocoteros, sombrillas a rayas y chiringuitos en los que sirven bebidas frías de vivos colores. Durante el día, el ambiente es muy familiar con actividades deportivas como fútbol playa, voleibol, petanca o ping-pong, y juegos para los más pequeños. Los domingos se pueden alquilar patines a pedales y kayaks a buen precio. También puedes conocer la zona del canal a bordo del barco de Bruxelles les Bains, que ofrece diversas travesías: una rápida de 55 minutos, cruceros de 2 horas o un crucero-cóctel por la noche, mientras un guía te cuenta la historia y geografía del puerto.  

A este relax playero le acompaña el festival Let it Beach, que celebra su tercera edición y que animará las tardes de los fines de semana con conciertos variados; mientras los viernes es el turno del folk, rock, pop y hip-hop, y el jazz y las músicas del mundo cobrarán protagonismo los sábados. Los domingos, el programa está dirigido a los más jóvenes, con talleres, bailes y más conciertos, claro. La oferta de ocio nocturno se complementa con las sesiones gratuitas en la Croisetteke, todos los días a partir de las 18 h. y con Boat Club, un exclusivo club flotante que tiene las fiestas más divertidas de Bruselas.

¡No sin mi helado!

Cuando el termómetro parece que no cesa en su escalada, otra deliciosa manera de refrescarse es saborear un buen helado. Para aquellos que no entienden un día de playa sin helado, os contamos dónde encontrar algunos de los mejores de la ciudad.

Comus & Gasterea (Quai aux Briques 86)

Un lugar para probar los más curiosos y novedosos sabores, porque tienen los más raros del mundo desde caviar, aceite de oliva, roquefort, lichi, wasabi a berenjena o albahaca, que elaboran de forma totalmente artesanal, sin añadir colorantes ni conservantes. Sólo tienes que armarte de paciencia porque en ocasiones se forman largas colas a sus puertas.

Capoue (Rue de Wand 112)

Chez Capoue es una de las heladerías más antiguas de Bruselas y, si en Comus & Gasterea tienen los sabores más curiosos, en Capoue realizan las combinaciones más audaces entre bounty, naranja sanguina o pan de especias. También los elaboran sin azúcar para diabéticos o sin lactosa para alérgicos a la leche de vaca.

Il Monello (Chaussée de Charleroi, 31 -33)

Aunque ha abierto recientemente, Il Monello ya se ha hecho un nombre en la ciudad por pasteles tradicionales y sus helados artesanales. Lo puedes tomar montado sobre un gofre para que no le falte consistencia (ni calorías).

Zizi (Rue de la Mutualité 57A)

¡Toda una institución en Bruselas! Zizi es la heladería más conocida de Bruselas y, en los 60 años que llevan abiertos, no han cambiado nada la forma de elaborar sus helados, de sabores naturales y sin colorantes.

¡Bruselas "rules"!

Bruselas es un refrescante destino para este verano, pero no sólo por su playa urbana. Durante el verano, todos los viernes de 17 a 23.30 horas se organizan los Apéros Urbains, animados afterworks en algunos de los lugares más hermosos de la ciudad. También el festival de música clásica Midis Minimes, con conciertos diarios de 35 minutos todos los días a las 12.15 horas (hasta el 28 de agosto) en la iglesia Saint-Jean et Etienne aux Minimes, o en el Conservatorio Real.

¿A qué espera para vivir esta experiencia? ¡Venga! Coge la toalla, y mira los vuelos a… ¡Bruselas!

 

Texto de Scanner FM

Imágenes de Eric Danhier

 

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Málaga en 7 bocados

Málaga se ha convertido en la capital cultural del momento gracias a la reciente apertura de la delegación del Pompidou parisino y el Museo Ruso de San Petersburgo, que se unen a otros ‘hits’ artísticos como el Museo Picasso (con una gran retrospectiva de Louise Bourgeois hasta el 27 de septiembre), el Thyssen, La Térmica o el CAC. Su bello centro peatonal -con la señorial calle Marqués de Larios como epicentro-, su buen clima todo el año, sus playas y su gastronomía, son otros reclamos que hacen de ella la ciudad ideal para una escapada. Te damos 7 direcciones imprescindibles para devorar Málaga:    

1. El Pimpi

No te puedes ir de Málaga sin pasar por este bar emblemático. Con patios de lo más andaluces, llenos de macetas de claveles, uno de sus atractivos es ir a ver los toneles firmados por las personalidades más variopintas que han comido aquí: de Antonio Gala a Miquel Barceló pasando por Pablo Alborán. Cuenta con una terraza gigante. Y se come bien. Aprox. 30 € de media.

2. Los Baños del Carmen

Este antiguo balneario frente al mar, antaño lujoso y hoy decadente, conserva un encanto único. Transformado en un restaurante con una enorme terraza que le ha dado esplendor, es el lugar adonde ir a disfrutar el atardecer. Tienen un menú del día por 18 € y una carta muy malagueña: tapas "de la bahía", pescados espetados, carnes a la brasa... El fin de semana por la tarde suelen programar conciertos.

3. Mercado Atarazanas (Atarazanas, 10)

Este bonito mercado con techos de hierro forjado, una vidriera colorista y una entrada mudéjar de mármol, cuenta con varias paradas que ofrecen sus tapas en la calle, en mesas altas para comer de pie. Cazón, pulpo, navajas, gambas, concha fina, fritura malagueña... todo, como cabe esperar, fresquísimo y a unos precios excelentes (de media, 3,5 € la media razón). Ideal para tomar el aperitivo.

4. Andrés Maricuchi

En la Playa del Pedregalejo encontrarás una de las especialidades malagueñas más apreciadas: los espetos, especialmente los de sardinas. Los hacen a la brasa en formato pincho y en coquetas barcas situadas sobre la arena. Entre los muchos chiringuitos de ambiente alegre e informal, está Maricuchi, sin carta (te cantan los platos) y con unas sardinas crujientes por fuera y sabrosas por dentro. Unos 20 €. 

5. Montana

Si buscas una gastronomía más cuidada y un local más romántico, en este palacete cuentan con un restaurante gastronómico arriba y de tapas abajo (con terraza ajardinada). Algunas de sus sugerencias: huevos rotos de chanquetes y pimientos con salsa yuzu, carpaccio de buey con helado de aceite de oliva y queso de wasabi o timbal de bacon, boletus y trufa con foie a la plancha y reducción de balsámico. Clasicismo y modernidad en uno. De media, 45 €.

6. José Carlos García Restaurante

Alta gastronomía para gourmets. El chef José Carlos García consiguió la primera estrella Michelin de la provincia con la cocina creativa de su restaurante Café París. Recientemente abrieron un local mucho más bonito y sofisticado en el puerto, con un comedor intimista de apenas seis mesas, una cocina encerrada en un cubo a la vista de los comensales, una terraza preciosa y una sala para eventos. Menú degustación: 110 €.

7. KGB

Los paladares más atrevidos pueden acercarse al Kisco García Bar, inspirado en las cocinas del mundo. Uno de sus ‘hits’ es pura fusión asiática y andaluza: el nam vietnamita de pringá (4 €). Ofrece guiños a Rusia, como la tortilla al vodka, y a otras partes del mundo, como el pan Pekín Express, aunque también encuentras propuestas cien por cien sureñas como la tortillita de camarones al estilo Ángel León. Una curiosidad: en este mismo local estaba antes el gastrobar de Dani García y, como todavía mucha gente viene a pedir su excelente hamburguesa de rabo de toro, han decidido dejarla en la carta del bar de enfrente (del mismo propietario que el KGB): Wendy Gambas. 

Parece que Málaga lo tiene todo. Buen clima, excelentes museos y además, una gastronomía que no te la acabas. Ven a vivirla. Consulta nuestros vuelos aquí.

 

Texto de Isabel Loscertales (Gastronomistas)

Fotos de Isabel Loscertales, Montana, José Carlos García Restaurante

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Ruta por la Menorca británica

No, no es que nos hayamos puesto el objetivo de persigáis a todos los británicos que viajan a la isla, que son unos cuantos, o visitar los locales que frecuentan, que seguramente daría para otro post, sino que lo que queremos es adentraros en una pequeña parcela del pasado de Menorca que ha dejado múltiples huellas en ella. Y es que esta isla balear además de bellas playas donde relajarse, tiene en su haber una situación estratégica en el mar Mediterráneo que bien le valió en el pasado ser la niña bonita codiciada por todos en el baile por el control comercial en el Mare Nostrum. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, normandos, árabes, españoles, británicos y franceses lucharon por tener esta pequeña parcela en el mar.

En esta ocasión nos vamos a centrar en la corona británica que durante poco menos de un siglo, desde 1708 hasta 1802, que se firma el Tratado de Amiens, ocupó Menorca, y dejó buena impronta de ello en sus gentes, la arquitectura, la lengua, la gastronomía, entre otras muchas cosas.

Un primer aspecto que llama la atención es lapresencia de anglicismos en el menorquín,con palabras como fáitim(fight him- pégale), joques (joke- bromas), o fingles (fingers- dedos),o con expresiones como quatre mens i un boi (men, boy, para decir que había pocas personas), o fer un trinqui (drink,echar un trago).

La gastronomía es otro de los aspectos culturales de Menorca en los que ha quedado su huella. En las recetas más antiguas se usa la manteca de cerdo en lugar de aceite; uno de los postres típicos de la isla, la greixera dolça, no deja de ser una reinterpretación del pudding inglés; y la pomada, un de los combinados más populares de Menorca, presente en todas sus fiestas, contiene gin, la ginebra menorquina, que como bien habrás podido deducir, fue introducida por los británicos.

También son numerosos losrestos arquitectónicosrelacionados con la época de la ocupación británica y a los que os recomendamos acercaros en algún momento de vuestra visita a la isla. A continuación os hemos hecho una relación de algunos de los más relevantes:

Los alrededores del puerto de Mahón. Durante la estancia de los británicos en Menorca se realizó un especial esfuerzo en defender el puerto de Mahón mediante la construcción de una serie de fuertes y torres con los que protegerlo del enemigo. Es el caso del Fuerte de Marlborough, situado en la cala Esteve, al sur del puerto, construido entre 1720 y 1726 en honor a Sir John Churchill, duque de Marlborough. Hoy en día es un museo dedicado a la historia de Menorca y a la historia de Europa durante el siglo XVIII. No olvidéis recorrer su foso y disfrutar de las vistas de la zona histórica del puerto de Mahón.

También ubicado en la orilla sur de la bocanada de acceso al puerto se encuentrael castillo de San Felipe, construido en el siglo XVI por los españoles para protegerse de los turcos, y tras la ocupación británica su exterior sería reforzado. Lo que llama la atención en la visita a este monumento son sus galerías subterráneas, un auténtico laberinto de pasillos que sirvió de refugio tanto a españoles como a británicos de los ataques del enemigo.

Muy cerca del castillo de San Felipe está la población de Es Castell que fue fundada por los británicos en 1771, siendo bautizado con el nombre de Georgetown. Construida siguiendo un trazado ortogonal, destaca su gran plaza de la Explanada en la que se encuentra el ayuntamiento. Con la vuelta de los españoles a la isla, sería rebautizado como Villacarlos, en honor a Carlos III.

Por último, en el puerto de Mahón está situada la isla del Rey, también conocida como The Bloody Island, (La Isla Sangrienta) ya que fue en ella en la que desembarcó el rey Alfonso III en 1287 camino de la conquista de Menorca a los musulmanes. Además de los resto de una iglesia paleocristiana, están los del hospital militar construido por los británicos.  

El camino d’en Kane. Sir Richard Kane gobernó Menorca durante los dos primeros períodos de la ocupación británica. Entre las múltiples medidas que tomó está la construcción de un camino comunicando Mahón con Ciutadella. En la actualidad queda el tramo que une Mahón con Mercadal. Os recomendamos recorrerlo, a poder ser en bicicleta, y disfrutar del paisaje del interior de la isla. En el camino encontraréis un pequeño obelisco en homenaje a la labor de Sir Richard Kane.

Torres de vigilancia. Son múltiples las torres construidas por los británicos con el objetivo de alertar de la llegada del enemigo. La más grande de todas es la Torre de Fornells, pero encontrarás muchas otras en el perímetro de la isla: la Torre des Castellar (Ciutadella), la Torre de Sa Mesquida, la Torre Cala Molí (Mercadal), etc.

Por último lugar, y siguiendo con la estela británica, os recomendamos dos casas de estilo colonial donde podréis hospedaros: el Hotel Son Granot, construido en 1712, y con unas vistas magníficas al puerto de Mahón, y el Hostal El Almirante, de 1809, situado en Es Castell.

Te animamos a que entre cala y cala aproveches para ir en busca del pasado de la isla, ¡consulta tu Vueling a Menorca aquí!

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de jorapa , Fundació Destí Menorca

 

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