El 11 deportivo de Barcelona
1.- Museu Olímpic i de l’Esport Joan Antoni Samaranch | En las faldas del Estadio Olímpico de Barcelona’92 se encuentra el museo con los recuerdos de aquel hito histórico para la ciudad. Junto al estadio, también se puede disfrutar del Palau Sant Jordi, las piscines Picornell y demás sedes olímpicas.
2.- Museu del Barça |Junto al Camp Nou, en un día sin partido lo mejor es realizar el tour a las instalaciones y perderse por el Museo del FC Barcelona, una instalación rica en material multimedia y en recuerdos históricos del club, como por ejemplo las botas con las que Koeman marcó el gol que le dio la primera Copa de Europa al club.
3.- Palau Blaugrana | Un poco eclipasado por el majestuoso Camp Nou, en el Palau reside uno de los valores más reconocibles del FC Barcelona: su multidisciplinaridad. Los conjuntos de baloncesto, balonmano, hockey patines y fútbol sala disputan sus encuentros en este vetusto pero caliente recinto.
4.- Frankfurt Pedralbes | El plan más tradicional para los seguidores azulgrana es, antes de ir al partido, pasarse por el frankfurt más típico de la ciudad para llenar el estómago y compartir el ambiente con el resto de aficionados en un establecimiento conocido por todos los barceloneses.
5.- Estadio de Les Corts | Ahora no quedan ni un resto de aquel campo, pero aquí tenía su sede el FC Barcelona antes de que Kubala obligase al club a construir un camp nuevo (Camp Nou en catalán). Era tanta la gente que quería ver al genio húngaro que Les Corts se quedó pequeño.
6.- Estadio de Sarrià | Hoy, del antiguo campo del RCD Espanyol solo queda en pie la gasolinera que hacía esquina. Pero aunque a simple vista sólo se observen pisos lujosos, el buen aficionado al fútbol sabrá ver en aquella esquina el estadio del Mundial’82 en el que Brasil e Italia dejaron uno de los mejores choques de la historia de la Copa del Mundo.
7.- Font de Canaletes | Si el turista pasa distraído quizá ni repare en la pequeña fuente que en el costado derecho del inicio de las Ramblas observa a todos los visitantes. Se trata de la Font de Canaletes y ahí se reúnen todos los aficionados azulgrana para celebrar las victorias y campeonatos del club e incluso las derrotas del Real Madrid.
8.- Michael Collins Irish Pub | Si hay un partido de fútbol y quieres ambiente, cerveza y gritos, éste es tú destino. El pub irlandés más conocido de la ciudad en el que siempre encontrarás gente para ver cualquier partido internacional. ¡Y con vistas a la Sagrada Familia!
9.- Hotel Vela | Icono arquitectónico del litoral barcelonés, es el lugar elegido por el FC Barcelona para pasar las noches previas a los grandes partidos de Liga de Campeones. Desde allí, empieza el paseo marítimo que recorre todas las playas de Barcelona, pasarela poblada de runners, ciclistas, skaters, surfers y amantes del beach voley. Además, el hotel alberga una coctelería con terraza de lo más cool.
10.- Estadi Cornellà-El Prat | Media cancha está en la localidad de Cornellà y la otra en El Prat. de ahí el nombre del nuevo domicilio del RCD Espanyol. Un estadio moderno y coqueto con una grada muy pasional. La visita, aunque esté lejos de la ciudad, vale la pena y además hay un gran centro comercial justo delante del campo.
11.- Olímpic de Badalona | Más allá de ser la casa del Joventut de Badalona, tradicional club de baloncesto catalán, cualquier amante del deporte de la canasta debe asociar de inmediato este nombre al ‘Dream Team’. En el Olímpic de Badalona maravilló un conjunto único en la historia del deporte formado por los Jordan, Johnson, Bird y cía.
Imagen de Yearofthedragon
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Un paseo por la bella Amberes
Situada a 50 kilómetros de Bruselas, Amberes en uno de esos lugares de parada obligatoria si te aventuras a recorrer tierras flamencas. En ella encontrarás todos los ingredientes para disfrutar de una magnífica escapada: desde calles repletas de moda, a un magnífico centro histórico con hermosos edificios, pasando por la casa-museo de Rubens, y rematando la jugada recorriendo el barrio donde se concentra el 85% de comercio mundial de diamantes. No está nada mal, ¿no?
Una de las mejores formas de “dejarse caer” en esta ciudad es en tren, ya que con él la primera en recibirte será su espectacular Estación Central. Construida entre 1895 y 1905, cuenta con un imponente y amplio edificio coronado con una inmensa cúpula, y decorado con una veintena de tipos de mármol, por lo que también es conocida como el templo de mármol. No en vano, está considerada como una de las estaciones de ferrocarril más bellas del mundo.
Tras este espléndido recibimiento, lo mejor es dirigirse hacia su centro histórico en busca de las huellas que han quedado de su espléndido pasado. De imprescindible vista es suPlaza Mayor(Grote Markt), enmarcada por edificios gremiales de los siglos XVI y XVII, de entre los que destaca el Ayuntamiento de Amberes. Justo en el centro de la plaza se encuentra uno de los iconos de Amberes: la fuente de Silvio Brabo. Realizada en de bronce en 1887, su temática hace referencia a los orígenes de la ciudad. Según cuenta la leyenda, un gigante llamado Druoon Antigoon custodiaba el río Escalda, que cobraba un peaje a todos barcos que quisieran pasar, cortando la mano y arrojándola al río a todo aquel capitán que se negase a pagar. Un día el centurión romano Silvio Brabo, cansado de la situación, cortó la mano del gigante y la tiró al río, dando origen al nombre de la ciudad: Antwerpen (Ant= Mano, Werpen= Lanzar). No es de extrañar que uno de los dulces típicos de Amberes, los handjes, tengan forma de mano, en recuerdo a esta leyenda.
Siguiendo por nuestro paseo por el centro, te recomendamos detenerte en la Catedral, en cuyo interior encontrarás una de las obras maestras de Rubens, el Descendimiento de la Cruz. Otro lugar de recomendada visita es la iglesia de Santiago, de estilo gótico, y que forma parte del Camino de Santiago desde los Países Bajos.
Otro de los platos fuertes que encontrarás en Amberes es la casa de Rubens (Rubenshuis), en la que residió durante los últimos 29 años de su vida. En la actualidad ha sido transformada en museo, en el que podrás hacerte una idea de cómo vivía y trabajaba este genial pintor, que fue uno de los favoritos del rey Felipe IV de España, y principal cliente.
Entre las curiosidades con las que cuenta la ciudad, y por lo que es conocida a nivel mundial (con el permiso de su puerto, que es uno de los más importantes de Europa) es por su relevante papel en el comercio de diamantes. Las cifras hablan por si solas: en Amberes se comercializa el 40 % del diamante industrial, más del 85 % del diamante en bruto y el 50 % del diamante pulido. Ahí es nada. El barrio donde se llevan a cabo todas estas transacciones está situado al sur de la Estación Central, y en él se puede visitar el Museo del Diamante, donde podrás tus ampliar tus conocimientos sobre este lujoso y apreciado mineral.
Más variedad de bolsillos permite la calle Meir, la zona comercial por excelencia de la ciudad, donde encontrarás todo tipo de marcas emplazadas en bellos palacios de los siglos XVIII y XIX. La moda y el diseño ocupan un importante lugar en Amberes, así que no dudes en acercarte hasta la Nationalestraat, donde se encuentra el MoMu, el Museo de la Moda.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de tom hartley
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Catania: fuego, luz, agua y sabor
La provincia de Catania ofrece al viajero gran variedad de paisajes, que pasan por pequeñas bahías y bucólicos senderos, del Etna -el mayor volcán de Europa- a las aguas de la costa jónica. Y, al igual que sus paisajes, la gastronomía de Catania se constituye por su gran diversidad de recetas tradicionales en la que convergen los sabores, texturas el Mediterráneo.
Aromas, especias y productos que ofrecen todo un viaje de sabores al paladar. Desde las especias orientales como la canela y el azafrán - que tantos platos condimentan-, a los contrastes agridules o los cítricos.
Y es que la tierra volcánica del Etna es rica en minerales lo que, junto a su característico clima, permiten el cultivo de excelentes frutos como limones y naranjas, mandarinas, manzanas, olivas, almedras, fresas, cerezas, avellanas, castañas y la elaboración de vinos de calidad reconocidos por todo el mundo.
Uno de los grandes productos de esta tierra oscura y fértil es el pistacho de Bronte, el "oro verde de Sicilia", que se utiliza para la elaboración de helados, salsas y en multitud de recetas.
Los mercados históricos
De entrada, para ver los productos de la región, nada mejor que acercarse hasta sus mercados históricos, el Mercado de la Pescheria y el de la Piazza Carlo Alberto, que desde primera hora bullen a un ritmo frénetico.
En la Pescheria, enclabada en la plaza del Duomo, el visitante puede probar in situ algunos de los productos, como las almejas, mejillones, sardinas, anchoas, ostras, erizos o el mauru, una alga de la zona que se come cruda y aliñada con unas gotas de limón.
La Granita
Para empezar el día, especialmente en verano, se toma el típico desayuno catanés con granita de limón, almendra, fresa o chocolate, acompañado de un brioche llamado Tuppu. La granita es un helado siciliano que poco tiene que ver con el helado típico italiano; es parecido a un granizado pero más cremoso y refrescante, y se elabora con fruta natural.
Pasta alla Norma
El plato más tradicional es la "pasta alla Norma", que se acostumbra a elaborar con macarrones o espaguetis, salsa de tomate, crujiente de berenjena frita, albacaha fresca y ricotta, y que debe su nombre la ópera más célebre del compositor Vicenzo Bellini, nacido en Catania.
Arancini
Prueba también los típicos arancini para un aperitivo o una comida ligera. Se trata de una bola de arroz frito que en Sicilia se prepara de mil maneras: relleno con carne, espinacas, jamon o berenjenas. Se come cogiéndolo de la punta. Son muy buenos los de Etoile d'Or (en la Piazza Umberto), Spinella (Via Etnea 298) o Da Ernesto. (Via Ruggero di Lauria 91/93)
La pastelería catanesa
No olvidemos la afamada pastelería catanesa y, en especial, los populares cannolis -una pasta hojaldrada rellena de ricotta y frutos secos-, la cassata alla ricotta o las pastas de almendra y pistacho. Los encontrarás en multitud de locales de la calle Etnea, como en la Pasticceria Savia, una de las más pastelerías prestigiosas de Catania. ( Via Etnea 300)
Los chioschi o "cioschi"
Una de las atracciones de la gastronomía de Catania son sus chioschi, unas casetas con forma octogonal en lugares estratégicos a la sombra, en los que aliviar la sed y el cansancio del momento. Se sirve tradicionalmente unos refrescos a base de jarabes de fruta mezclados en el momento con agua carbonatada.
Cada barrio tiene su chioschi, que viene a ser lugar en el que reunirse a cualquier hora ya que están abiertos prácticamente las 24 horas del día, y en el que se aprecia los hábitos y costumbres de los cataneses.
El primer chiosco, llamado Costa, se abrió en 1986 en la Piazza Stesicoro, y posteriormente abrió Vezzosi en la Piazza Duomo. El Costa se trasladó a la Piazza Spirito Santo y el Vezzosi a la Piazza Vittorio Emanuele III, donde se encuentran hoy en día.
Imagen de Pasta alla Norma por Paoletta S.
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París mon amour, ma ruine
Raquel Micola aprendió a coser de niña con su abuela Fina, modista especializada en arreglar los trajes de los toreros ,que habían sufrido cornadas y de ella heredó el gusto por la perfección, el valor de lo artesano y la importancia de cuidar los detalles. Ahora es la diseñadora de la marca Mimótica Micola y nos descubre a través de esta ruta por París sus lugares más especiales.
Si hay una ciudad en el mundo que nunca me canso de visitar esa es Paggggisss, mi París. Hace ya mucho tiempo que me enamoré de esta ciudad, cada vez que voy descubro nuevos rincones y vuelvo a casa, si cabe, más enamorada.
La primera vez que paseé por sus calles me llamó la atención la capacidad que tienen de hacer “todo bonito”, ¡con lo que eso me gusta a mí! Allí donde miraba siempre había algún detalle que lo hacía especial, y no estoy hablando de tiendas de lujo o galerías de arte, estoy hablando de panaderías, zapateros…que’l merveille!
Allí descubrí una de mis marcas favoritas de ropa APC. Es una marca francesa con varias tiendas en Paris, personalmente me gusta comprar en la que tienen en el barrio de Le Marais (112 Rue Vieille du Temple). Tiene un estilo sobrio, pero te sientes sorprendentemente especial cuando llevas sus piezas.
Otro de mis sitios favoritos es Merci, es un concept store que ha dejado demodé al mítico Colette. El espacio es muy industrial, muy sobrio y la manera que tienen de exponer sus productos es… finísima. Imposible no comprar alguno de sus objetos de escritorio, libretas, lápices…También me gusta mucho el rincón de cosmética que tienen. Es de los pocos sitios en Europa (¡!) donde puedes comprar la marca de cosméticos australiana Aesop. Aesop tiene el único desmaquillador que, chicas, funciona. Puede con todos los rimels habidos y por haber.
También paro de vez en cuando para comer. Uno de mis sitios favoritos es la Crèperie de Josselin (no confundir con la crèperie Josselin, no os olvidéis el “de”) no es un sitio muy conocido. Está en el barrio de Montparnasse (67, rue du Montparnasse) os recomiendo llegar al postre y probar la crepe de mantequilla salada, creo que podría comerme una al día (pensándolo bien, menos mal que no vivo en Paris…).
En Paris hay tantas cosas que ver que necesitaría hojas y hojas, os recomiendo el Marché au puces de Vanves (en la avenue Marc Sangnier, sólo los fines de semana por la mañana), la tetería Le Loir dans la Théière en el número 3 de la rue de Rosiers y para aquellas que tengáis hijos la tienda Bonton, justo al lado de Merci, es un concepto tan bien definido, que las que no tengáis hijos los tendréis solo para tener una razón para comprar algo allí.
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