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Disfrutando de la primavera holandesa

El tulipán, junto con los zuecos, los molinos de viento y las bicicletas, es uno de los símbolos que va indisolublemente asociado a la imagen de Holanda. Este bulbo, cuyo origen se encuentra en Anatolia y Oriente Medio, llegó a Europa en el siglo XVI causando gran admiración, sobre todo en los Países Bajos, llegando a provocar un siglo después un fenómeno que pasó a denominarse como la tulipomanía. Fruto de ella fue la transformación de esta flor en un auténtico objeto de culto, por el que se pagarían elevadísimos precios, y que acabaría cotizando bolsa, llegando a provocar en 1637 la que se conoce como la primera gran burbuja financiera de la historia, debido a la elevada especulación generada en torno a este producto.

En la actualidad el tulipán inunda cada primavera el paisaje holandés, transformándolo en una auténtica explosión de color por el que bien merece la pena hacer una escapada a Holanda. Para aquellos que quieran disfrutar al máximo de esta preciosa flor, hemos seleccionados algunos de los lugares que no deben de faltar en tu lista.

Keukenhof, el parque de los más de 7 millones de bulbos florales
Keukenhof
se encuentra situado en Lisse, entre Ámsterdam y La Haya, en pleno centro de la conocida como la región de los bulbos. Aquí hallarás la increíble cantidad de más 7 millones de bulbos florales con los que dejarte seducir, siendo un lugar de imprescindible visita para los amantes de esta flor y de la naturaleza en general. Ahora bien, Keukenhof no solo es conocido por el elevado volumen de flores que alberga, sino también por su bello diseño, que cuenta con lagos, fuentes, paseos y molinos, formado un conjunto asombrosamente embriagador. La única pega es que este maravilloso jardín solo está abierto en época de floración del tulipán, es decir, entre mediados de marzo y finales de mayo, y debido a la amplia afluencia de público, es recomendable reservar con bastante antelación.

De ruta por Bollenstreek, la región de los bulbos
La conocida como la región de los bulbos (Bollenstreek en holandés) es otro de esos lugares que no debes dejar de recorrer en época primaveral. Situada a 30 kilómetros al suroeste de Ámsterdam, entre Haarlem y Leiden, comprende una área caracterizada por la presencia de tierra arcillosa a la que si le añadimos el clima marítimo de la zona obtenemos el espacio perfecto para el cultivo de los tulipanes y otras plantas bulbosas como los crocos, los narcisos y los jacintos. La mejor época del año para dejarse caer por esta zona es el mes de abril, que es el momento de máximo esplendor de los tulipanes. Recorrer estas tierras, ya sea en coche o en bicicleta -existen tours organizados desde Ámsterdam que hacen un circuito bastante completo por las localidades que conforman el Bollenstreek -, es un auténtico placer para el sentido de vista, en el que se suceden campos y campos de tulipanes en todas sus formas y colores y que dejarán al visitante absolutamente obnubilado. 

Museo del Tulipán
Si eres de esos que quiere conocer todos los intríngulis y la historia que encierra este popular y apreciado bulbo, entonces no debes marcharte de Holanda sin antes visitar el Museo del Tulipán de Ámsterdam. Ubicado en el barrio de Jordaan, muy cerca de la casa-museo de Ana Frank, en él podrás aprender toda la apasionante historia que se esconde tras esta preciosa flor.

Reserva tu Vueling a Ámsterdam y anímate a disfrutar de la primavera holandesa.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de Robert Lyle Bolton

 

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El 11 deportivo de Barcelona

1.- Museu Olímpic i de l’Esport Joan Antoni Samaranch | En las faldas del Estadio Olímpico de Barcelona’92 se encuentra el museo con los recuerdos de aquel hito histórico para la ciudad. Junto al estadio, también se puede disfrutar del Palau Sant Jordi, las piscines Picornell y demás sedes olímpicas.

2.- Museu del Barça |Junto al Camp Nou, en un día sin partido lo mejor es realizar el tour a las instalaciones y perderse por el Museo del FC Barcelona, una instalación rica en material multimedia y en recuerdos históricos del club, como por ejemplo las botas con las que Koeman marcó el gol que le dio la primera Copa de Europa al club.

3.- Palau Blaugrana | Un poco eclipasado por el majestuoso Camp Nou, en el Palau reside uno de los valores más reconocibles del FC Barcelona: su multidisciplinaridad. Los conjuntos de baloncesto, balonmano, hockey patines y fútbol sala disputan sus encuentros en este vetusto pero caliente recinto.

4.- Frankfurt Pedralbes | El plan más tradicional para los seguidores azulgrana es, antes de ir al partido, pasarse por el frankfurt más típico de la ciudad para llenar el estómago y compartir el ambiente con el resto de aficionados en un establecimiento conocido por todos los barceloneses.

5.- Estadio de Les Corts | Ahora no quedan ni un resto de aquel campo, pero aquí tenía su sede el FC Barcelona antes de que Kubala obligase al club a construir un camp nuevo (Camp Nou en catalán). Era tanta la gente que quería ver al genio húngaro que Les Corts se quedó pequeño.

6.- Estadio de Sarrià | Hoy, del antiguo campo del RCD Espanyol solo queda en pie la gasolinera que hacía esquina. Pero aunque a simple vista sólo se observen pisos lujosos, el buen aficionado al fútbol sabrá ver en aquella esquina el estadio del Mundial’82 en el que Brasil e Italia dejaron uno de los mejores choques de la historia de la Copa del Mundo.

7.- Font de Canaletes | Si el turista pasa distraído quizá ni repare en la pequeña fuente que en el costado derecho del inicio de las Ramblas observa a todos los visitantes. Se trata de la Font de Canaletes y ahí se reúnen todos los aficionados azulgrana para celebrar las victorias y campeonatos del club e incluso las derrotas del Real Madrid.

8.- Michael Collins Irish Pub | Si hay un partido de fútbol y quieres ambiente, cerveza y gritos, éste es tú destino. El pub irlandés más conocido de la ciudad en el que siempre encontrarás gente para ver cualquier partido internacional. ¡Y con vistas a la Sagrada Familia!

9.- Hotel Vela | Icono arquitectónico del litoral barcelonés, es el lugar elegido por el FC Barcelona para pasar las noches previas a los grandes partidos de Liga de Campeones. Desde allí, empieza el paseo marítimo que recorre todas las playas de Barcelona, pasarela poblada de runners, ciclistas, skaters, surfers y amantes del beach voley. Además, el hotel alberga una coctelería con terraza de lo más cool.

10.- Estadi Cornellà-El Prat | Media cancha está en la localidad de Cornellà y la otra en El Prat. de ahí el nombre del nuevo domicilio del RCD Espanyol. Un estadio moderno y coqueto con una grada muy pasional. La visita, aunque esté lejos de la ciudad, vale la pena y además hay un gran centro comercial justo delante del campo.

11.- Olímpic de Badalona
| Más allá de ser la casa del Joventut de Badalona, tradicional club de baloncesto catalán, cualquier amante del deporte de la canasta debe asociar de inmediato este nombre al ‘Dream Team’. En el Olímpic de Badalona maravilló un conjunto único en la historia del deporte formado por los Jordan, Johnson, Bird y cía.

Imagen de Yearofthedragon

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Cascais entre reyes y espías anda el juego

Cascais es un municipio portugués situado a escasos 25 kilómetros al norte de Lisboa. En la actualidad es un destino turístico que tiene de todo: playas extensas y calas recónditas; naturaleza agreste donde practicar todo tipo de deportes; gastronomía con productos de calidad y una oferta inacabable de ocio; y una historia apasionante que recuerda que este lugar de Portugal fue refugio de nobles y familias reales y un nido de espías durante la Segunda Guerra Mundial.

Hoy Cascais es una población tranquila, salpicada de pequeñas playas urbanas y protegida del aguerrido Atlántico por una bella bahía y una imponente ciudadela. Merece la pena dar un relajante paseo por la Playa de la Ribeira o de los Pescadores y descubrir hermosos edificios como el Palacio de los Condes da Guarda o el Palacio Seixas.

El océano es uno de los grandes aliados de Cascais ya que de él se extrae la base de su gastronomía: el pescado y el marisco, que aquí se preparan de una forma excepcional. Entre los platos más populares de la región destacan la lubina, el sargo o el delicioso lenguado de Cascais, bien frescos, y acompañados de las mejores guarniciones. En este sentido, la oferta de restaurantes de esta localidad portuguesa es muy variada ya que hay desde los más sencillos y económicos hasta establecimientos refinados en los que innovación en la cocina está más que presente.

En el puerto de Cascais no solo se ven lujosos yates sino también embarcaciones de recreo y de competición. Y es que Cascais y, por extensión la Costa de Estoril, es un referente mundial de las competiciones de vela. Además de este deporte, las aguas de esta parte del Atlántico atraen a miles de surfistas (sobre todo a las playas de Guincho y Carcavelos), el windsurf, el paddle surf o la pesca deportiva, que cada vez está ganando más adeptos. Asimismo, el puerto de Cascais se llena de vida también cuando cae la noche porque está repleto de restaurantes y de bares y terrazas, ideales para cenar y tomar una copa.

Hogar de reyes, tierra de espías
A finales del siglo XIX la región fue una de las pioneras del turismo en Portugal. De hecho, en el año 1870 la entonces monarquía portuguesa eligió la ciudadela de Cascais para su residencia de verano debido a su excelente ubicación. También fue destino de nobles y familias de rancio abolengo europeas, entre ellos la monarquía española en el exilio que residió durante años en Villa Giralda.

Aparte de ser una población que rezumaba solera, Cascais, por su situación geográfica, atrajo durante la Segunda Guerra Mundial a innumerables espías como Ian Fleming (más conocido por todos por ser el padre del célebre espía de ficción James Bond) y el serbio Dušan Popov, mujeriego empedernido, del que se dice que fue la inspiración de Fleming cuando creó a 007. Los agentes que vivían en Cascais tenían rutinas muy parecidas. Les encantaba alojarse en el elegante Hotel Palacio, tomaban el té con deliciosos dulces portugueses en la Pastelaria Garrett y se dejaban las pestañas en el famoso Casino de Estoril que presenció más de una trifulca entre los agentes secretos que allí se daban cita.

A las afueras del núcleo urbano de Cascais está el mirador natural de la Boca do Inferno y unos veinte kilómetros al norte el Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa continental. Desde este lugar privilegiado situado “donde la tierra termina y el mar empieza” según el poeta Luís de Camões, se puede ver una impresionante puesta de sol que os recordará que Cascais ha sido una elección perfecta para pasar unos días de descanso.

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Texto de Tus Destinos

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6 razones para viajar a Madeira

El océano Atlántico tienen en su haber un conjunto de islas, las Madeira, cuyo principal atractivo es la belleza de su naturaleza, en la que contrasta el verde de su frondosa vegetación con el intenso azul de las aguas atlánticas. No en vano, durante los últimos siglos han sido lugar de evasión, descanso e inspiración por el que han pasado personalidades como el general Napoleón Bonaparte, la emperatriz Sissi, el emperador Carlos I de Austria, el escritor irlandés George Bernard Shaw o Winston Churchill, entre otros. Tú puedes ser el próximo en dejarte hechizar por estas islas; aquí tienes algunas de las principales razones por las que merece volar hasta Madeira:

1. Buen clima todo el año

Gracias a su situación geográfica y a su montañoso relieve, estas islas poseen un clima oceánico tropical que hace que las temperaturas sean agradables todo el año, fluctuando entre los 25 ºC en verano y 17 ºC en invierno. Esto hace que cualquier época del año sea buena para visitarlas y disfrutarlas.

2. Funchal, la capital

Al sur de la isla de Madeira se encuentra Funchal, una de las principales ciudades del archipiélago, que hace las funciones de capital de la región. De su precioso centro histórico sobresalen la iglesia de Sé, construida en el siglo XVI, de la que destaca en su interior su techo de alfarje trabajado en estilo mudéjar, y la Colegiata o Igreja do Colégio, en cuyo interior no faltan los dorados paneles ni los azulejos.

Uno de los rituales inevitables para cualquier turista (con agallas y sin vértigo) que visite la ciudad es la subida en el teleférico hasta la pequeña localidad de Monte, donde las vistas de la bahía son espectaculares y donde recomendamos la visita del Jardín Tropical Monte Palace y el Parque Leite Monteiro. Para la bajada se puede optar por un peculiar y singular medio de transporte, una especie de trineo de mimbre manejado por dos hombres que suelen vestir de blanco, conocidos como los carreiros, que ayudan en su deslizamiento por la pendiente.

3. Una fauna y flora únicos

Uno de los aspectos que destaca de la isla es la presencia de especies endémicas tanto animales como vegetales. De imprescindible visita es el bosque de Laurisilva,Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por otro lado, las islas Desertas, cuentan con una auténtica reserva natural, con la presencia de moluscos endémicos, aves marinas como la pardela cenicienta o el paíño de Madeira. Aquí también se encuentran las focas monje, otra especia propia de este archipiélago.

4. La playa de Porto Santo

Curiosamente, la topografía de las islas limita el número de playas naturales a la isla de Porto Santo, que cuenta con 9 kilómetros de arena fina y dorada, y aguas cristalinas que bien le han valido el mérito de estar entre las más bellas de Europa.

5. Gastronomía

Entre los platos típicos de Madeira te recomendamos que pruebes el pez espada, a poder ser combinado con plátano, la caldeirada (sopa de pescado), el bife de atum e milho frito (atún con maíz frito), y la espetada (carne ensartada en una rama de laurel y cocido sobre brasas). Como postre te aconsejamos algo tan típico como el bolo de mel (pastel de miel de Madeira).

6. El vino de Madeira

Desde que en el siglo XVII el cultivo de la caña de azúcar perdiera fuerza en las islas –pasó a realizarse en Brasil-, éste fue reemplazado por el de la vid y la producción de vino, y aún en la actualidad ocupan un importante lugar en la economía de Madeira. Entre sus variedades se cuenta con el bual, parecido al Oporto, el verdelho, el sercial, y el malmsey o malvasía, que es el más popular de todos.

Anímate a conocer este paraíso perdido en medio del océano Atlántico, consulta tu Vueling a Madeira aquí.

 

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de David Stanley, Greg_Men, penjelly, Krzysztof Belczyński, Hannes Grobe

 

 

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