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El mejor diseño está en Palma

Mallorca es una de las perlas del Mediterráneo. A lo largo de los años, la isla ha sabido aprovechar su filón tradicional para reinventarse y estar a la última. Por eso, no es de sorprender que sea una de las mecas españolas del diseño. Aquí nació la marca de zapatos Camper y también el pintor Miquel Barceló, y no podemos olvidar que fue lugar de acogida de artistas como Joan Miró o el pianista Frédéric Chopin. Y este afán por la creación y el buen gusto ha llevado a que su capital, Palma, forje una interesante red de tiendas, restaurantes, bares y hoteles que son una verdadera perdición para los amantes del diseño. Del casco histórico al castizo barrio de Santa Catalina, de lo clásico al vintage más auténtico, tenemos una cosa clara: Palma es diseño.

1. In Progress
En el corazón de Santa Catalina, se encuentra la tienda de Sonia y Jesús, dos enfants terribles del vintage especializados en piezas de entre los años 50 y 80. Aquí encontrarás de todo, desde sillas y lámparas, a vajillas de la marca Pontesa, copas Arcoroc o antiguos mostradores de tiendas palmesanas. Con especial atención en el Made in Spain, muchos sábados por la mañana organizan conciertos vermut y exposiciones de artistas locales.

2. Rialto Living
Cuando entres en Rialto Living te sentirás como en uno de los sitios más chic de Capri o los Hamptons. Este living store se encuentra en un antiguo palacio del casco histórico de la ciudad y ofrece desde muebles, arte y libros hasta moda o un restaurante. Todo en una atmósfera que mezcla lo antiguo y lo moderno y tiene ese toque mediterráneo que tanto nos gusta.

3. Frida Watson
Ya desde el escaparate, la colección de piezas de Frida Watson son un amor a primera vista. En esta tienda de Santa Catalina convive el puro diseño escandinavo de los años 50, 60 y 70 con relojes de Vitra, cristal de Murano y lámparas retro que parecen platillos volantes.

4. Hotel Cort
Con la firma del interiorista Lázaro Rosa-Violán, el Hotel Cort es uno de los más elegantes de la ciudad. La iluminación perfecta, los suelos hidráulicos y los colores de la isla son un mejunje de elementos que te harán perder la cabeza. Además, el sofisticado restaurante del hotel es un lugar ideal para cenar tranquilamente con tu pareja.

5. La Pecera
En pocos lugares saben mezclar tan bien el mobiliario europeo de mediados del siglo XX con piezas mallorquinas vintage y contemporáneas. La Pecera es una tienda pequeña pero resultona, donde encontrarás lámparas y muebles de diseño y artículos de decoración y artesanía. C/ Victoria, 4

6. Ariela Schönberg Vintage Collective
El mobiliario alemán es uno de los fuertes de Ariela Schönberg, una de las últimas tiendas en llegar a Santa Catalina. Aquí se dan cita piezas de firma con mobiliario anónimo llegado de todo el continente.

7. Posada Terra Santa
Con este solemne nombre, la Posada Terra Santa es uno de los hoteles con mayor encanto de la ciudad. Ubicado en un antiguo palacio del siglo XVI, sus 26 habitaciones mezclan modernidad e historia con comodidad. Además, su piscina con vistas a la catedral es un lugar perfecto para relajarse y dejarse llevar por el encanto de la ciudad.

8. Sa Costa
Sa Costa es un clásico en Palma. Sus piezas antiguas lucen fantásticas al lado de objetos vintage de formica, plástico y hierro. Cuando entres en la tienda te darás cuenta que puedes pasarte horas observando las decenas de objetos y muebles que pueblan esta tienda del centro de la ciudad. Costa de Sa Pols, 7A

9. Patrón Lunares
La esencia más clásica del Mediterráneo llega a Palma de la mano del chef Javier Bonet y la taberna Patrón Lunares. Un bonito lugar decorado con baldosas hidráulicas, columnas de hierro y muebles retro en el que comer buen marisco y disfrutar de los sabores de la isla.

10. Galería Veintinueve
En su recién estrenado nuevo local, la Galería Veintinueve sigue con su imparable doble faceta de centro de exposiciones de arte contemporáneo y lugar en el que encontrar grandes piezas de diseñadores del siglo XX, como Jacobsen, Scarpa o Colombo. La tienda y el patio son espectaculares, y la colección de mobiliario y arte no te dejará indiferente.

11.  Viveca
Antigüedades, cerámica, textiles y mucho vintage. Esta es la esencia de Viveca Palma, donde Íñigo Güell e Ingrid Iturralde han abierto un almacén en el que encontrarás muebles suecos del siglo XVIII y mobiliario icónico del siglo XX. Una gozada.

12. Louis 21
Los jóvenes artistas se pelean por exponer en Louis 21, una de las principales plataformas para proyectar la carrera de artistas emergentes. Con otra galería en Madrid, su filosofía busca una interacción con el público y el impulso colaborativo.

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Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Aleix Palau

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La Bienal de Venecia arte por un tubo

Los que piensen que el turismo cultural es un invento del siglo XXI van mal encaminados: Venecia ya lo había inventado antes. Con la ambición de situar la ciudad en el punto de mira internacional, en 1895 nace la primera Exposición de Arte Internacional de la historia, o lo que es lo mismo, La Biennale di Venezia. Y desde entonces hasta hoy. 

Protagonista indiscutible del pulso artístico de vanguardia —con el permiso de la Documenta— La Biennale llega este año a su 57ª edición sin perder fuelle. Seis meses, del 13 mayo al 26 de noviembre,non-stopen los que elarte contemporáneo invade la ciudad ocupando tierra y mar por igual. Entre vaporettos, iglesias y palazzi visitamos la ciudad de los canales para empaparnos de las últimas tendencias que pronto se alzarán en museos y galerías de medio mundo. ¡Empezamos el Grand Tour!

Manual de supervivencia

Aviso para navegantes: moverse por la Bienal no es tarea fácil. Las claves: zapato cómodo, alojamiento estratégico y una buena planificación; la oferta es inabarcable y los espacios mastodónticos.

Las propuestas principales se concentran en el Arsenale y los Giardini di Castello. Allí se encuentra la exposición oficial Viva Arte Viva así como un buen número de los 85pabellones nacionales que salpican la isla. Y por si fuera poco, a la lista hay que sumarle un sinfín de exposiciones y eventos paralelos de primer orden que colonizan los edificios históricos de la ciudad.

Mis consejos: keep calm y no te abrumes, esta maratón es sólo cada dos años; reserva tres días en la agenda o morirás en el intento; alójate en la zona de Il Castello, el núcleo duro de la bienal, y evitarás tickets de vaporetto; y lleva a cuestas un bloc de notas y la cámara con las baterías bien cargadas para repasar lo visto en casa.

En los Giardini: lo mejor de lo mejor

Separar el grano de la paja puede ser agotador. Para calentar motores tomamos rumbo hacia el sur-este, donde Venecia llega a su fin. Allí se alzan los Giardini di Castello, pulmón verde por excelencia y feudo de los pabellones nacionales —una idea un tanto arcaica que nos recuerda que la actual bienal es la versión moderna de las clásicas ferias de muestras de antaño. Y es que en Venecia cada estado tiene su edificio donde mostrar al mundo lo mejor de lo mejor de su producción artística reciente; una especie de Juegos Olímpicos del Arte donde ‘gana’ quien marca más músculo.

Y es que la bienal va de arte, pero también de poder y arquitectura. Y cuando se trata de ésta algunos pabellones brillan con luz propia. No hay que dejar escapar el de Finlandia, construido en módulos de madera por el archiconocido Alvar Aalto, padre de la arquitectura moderna escandinava; el de Austria, obra y gracia de Josef Hoffmann, fundador junto a Klimt de la Secesión vienesa; ni el de Holanda, un pabellón de formas abiertas que exhibe la elegancia minimal del neoplasticismo de los 50.

Pero volvamos al arte y a las propuestas más sonadas. El León de Oro al Mejor Pabellón ha ido para Alemania, donde la artista Anne Imhof ha instalado un suelo de cristal bajo el que se desarrollan performances que muestran el mundo ‘como una perrera’. Francia se ha convertido en una sala de conciertos gracias a Studio Venezia, una instalación de Xavier Veilhan que convierte el espacio en un estudio de grabación por el que actúan músicos y artistas de todo el mundo. Y Austria acapara todos los flashes en el camión haciendo el pino de Erwin Wurm, una propuesta lúdica donde no faltan esculturas con las que interactuar y divertirse.

El programa off

Eventos colaterales, exposiciones paralelas, charlas, diálogos, performances y programas de film. No hay cuerpo que aguante Venecia. Y es que al programa oficial le ha salido un rival de nivel en las propuestas artísticas que se suceden en iglesias, fundaciones y museos de la ciudad. Aquí va lo más jugoso de la off-bienal 2017.

Damien Hirst desembarca en Venecia y lo hace por partida doble. De la mano del coleccionista francés François Pinault ha instalado sus últimas excentricidades en la Punta della Dogana y el Palazzo Grassi, incluyendo una escultura de 18 metros que se eleva hasta el firmamento. Como ya es propio del británico, un show que es puro espectáculo y la coartada perfecta para visitar dos edificios históricos que presiden el Gran Canal.

La pequeña isla de San Giorgio Maggiore se rinde por completo a Michelangelo Pistoletto. Figura clave del Arte Povera y uno de los artistas italianos más destacados, Pistoletto presenta One and One Makes Three, una exposición que ocupa esta abadía construida por Palladio y en la que muestra una selección de obras realizadas desde los años 60 hasta la actualidad, contando con la popular ‘Venus de los harapos’.

Para cerrar la maratón nos vamos al Palazzo Fortuny, una joya del gótico veneciano que se alza entre el Puente de Rialto y San Marco. Casa-estudio de Marià Fortuny, el espacio acoge la colección del artista así como exposiciones temporales. En esta ocasión se presenta Intuition, una muestra colectiva sobre el poder evocador del arte en la que no faltan grandes nombres como André Breton, Joan Miró, Vassily Kandinsky, Marina Abramovic o Anish Kapoor.

Y hasta aquí nuestro paso por La Biennale, una cita centenaria que se reinventa en cada edición y en la que hay arte para todos los gustos, intereses y teorías. ¡Nos vemos por los canales!

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Texto de Núria Gurina

Fotos de: Andrea Avezzù, Jean-Pierre Dalbéra, Francesco Galli, g.sighele, imagea.org, Erin Johnson

 

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Nueve museos para volverse loco en Venecia

Nos encanta Venecia. La ciudad italiana es uno de los destinos más apasionantes de Europa. Su ajetreada historia, los canales, los callejones eternos y la grandeza artística de esta capital hacen de ella un lugar perfecto para que cualquier amante del arte se vuelva loco. Y no es para menos. Además de los varios centenares de iglesias que pueblan esta urbe, en plena laguna se levanta una de las redes de museos más importantes del mundo. Museos que, para más inri, no se encuentran en espacios convencionales, sino que invaden edificios góticos, renacentistas y barrocos para presentar, en pleno siglo XXI, unas colecciones que quitan el hipo.

En góndola,vaporetto o a pie, estos son los nueve museos que no te puedes perder en tu próxima visita a la capital véneta. Cominciamo!

1. Accademia: la mayor colección de arte veneciano

Las Gallerie dell’Accademia ocupan tres antiguos edificios religiosos y constituyen la principal colección de arte veneciano del mundo. Aquí se dan cita cinco siglos de arte, desde la época medieval al rococó, con obras fundamentales como la imponente Cena en casa de Leví de Pablo Veronese, la Presentación de la virgen en el Templo de Tiziano el Ciclo de Santa Úrsula de Vittore Carpaccio, el Rapto del cuerpo de San Marcos de Tintoretto o el San Jorge de Andrea Mantenga, además de primeras obras de Lotto, la familia Bellini, Canaletto o Tiepolo.

2. Palacio Ducal: el esplendor de La Serenissima

Aunque no es propiamente un museo, el Palacio Ducal es un lugar imprescindible para entender el esplendor al que llegó la República veneciana. Sede del Gobierno, Palacio de Justicia y residencia del dux, este inmenso complejo gótico es un lugar perfecto para disfrutar de algunas de las principales obras de arte de la historia de la ciudad en el lugar para el que fueron concebidas. Destaca, por ejemplo, la gran pintura del Paraíso que preside la espléndida Sala del Maggior Consiglio y que firmaron Domenico y Jacopo Tintoretto. Otro imperdible son los lienzos de Pablo Veronese de la Sala del Consiglio dei Dieci o la lujosa Scala d’Oro, construida por Sansovino y decorada por Alessandro Vittoria.

3. Colección Peggy Guggenheim: en casa de la gran mecenas

Entrar en este palacio inacabado del siglo XVIII es sinónimo de adentrarse en el universo de la conocida mecenas Peggy Guggenheim. Impulsora de artistas como Klee, Pollock, Calder, Kandinsky, Ernst, Picasso, Moore o Braque, Guggenheim adquirió el palacio del Gran Canal en 1949 y en él fijó su residencia. La colección la forman 200 lienzos y esculturas de los artistas nombrados y también de Dalí, Magritte, Chirico, Balla, Duchamp, Rothko, Picabia, Delauney, Malevich y Mondrian, entre otros. Peggy Guggenheim legó su colección a la fundación de su tío Solomon R. Guggenheim con la condición de que se quedase en la ciudad.

4. Scuola Grande di San Rocco: el mejor Tintoretto

De parada obligada, este antiguo hospital de beneficencia construido en honor a San Roque es uno de los mejores lugares para admirar la obra de Tintoretto. Completado en 1549, en 1564 se encargó a Jacopo Tintoretto la decoración de las paredes y los techos de la Scuola. Sin duda, la obra más monumental del complejo es La crucifixión, que se halla en la Sala dell’Albergo, y en la que el pintor logró unas cotas de sentimiento nunca antes vistas en el arte veneciano. 

5. Museo Correr: la historia de la Reppublica

Ubicado en la plaza de San Marco, es uno de los principales museos de la ciudad. Realizado a partir de la colección que el adinerado Abbott Teodoro Correr legó a la ciudad, es el lugar perfecto para conocer la historia de la República veneciana y el movimiento del Resurgimiento italiano. Además, acoge una importante colección de pintura veneciana, en especial de Vittore Carpaccio.

Con la entrada al museo, se puede visitar también los colindantes Museo Archeologico y la Librería Sansoviniana, diseñada por el arquitecto Jacopo Sansovino y de la que Andrea Palladio dijo que era “el edificio más bello desde la Antigüedad”.

6. Museo Fortuny: un español en Venecia

El Palazzo Pesaro, de estilo gótico tardío, fue la residencia del famoso diseñador textil español Mariano Fortuny y Madrazo, quien lo adquirió a principios del siglo XX y donde vivió hasta su muerte. Legado a la ciudad junto a su contenido por la viuda del artista en 1956, las elegantes estancias son el marco perfecto para los tejidos bordados con hilo de oro y plata de inspiración renacentista y para los lienzos, retablos y vestidos plisados de seda de los años 20 de Fortuny. Una delicia.

7. Ca’ Pesaro: colección de arte del siglo XX

Este suntuoso palacio barroco es la sede de la Galleria d’Arte Moderna. Fundada en 1897, de sus paredes cuelgan algunos de los cuadros más famosos de Gustav Klimt y Marc Chagall, además de obras de Matisse, Miró, Klee o Kandinsky, muchas de ellas presentadas por los artistas en la Biennale y adquiridas por la ciudad. En la planta superior, no te puedes perder el Museo d’Arte Orientale, que contiene verdaderas joyas traídas en el siglo XIX por el conde de Bardi durante sus viajes por el Lejano Oriente. 

8. Ca’ d’Oro: la joya del Gran Canal

Obras de Andrea Mantegna, Luca Signorelli, Vittore Carpaccio y Tiziano, así como telas, frescos y esculturas, se dan cita en uno de los mayores tesoros del Gran Canal. El museo, que desde 1984 alberga la Colección Giorgio Franchetti, se encuentra en un palacio del siglo XV que es el mejor y más famoso ejemplo de arquitectura gótica veneciana. Tras sufrir varias modificaciones a lo largo de la historia, en los años setenta se recuperó el esplendor original de su fachada, una de las más bellas de la ciudad.

9. Ca’Rezzonico: un paseo por la Venecia del siglo XVIII

Este palacio barroco no es solo uno de los más lujosos de la ciudad, sino que es uno de los pocos del Gran Canal que están abiertos al público. Famoso en su tiempo por los grandes banquetes, las lujosas fiestas y la opulenta decoración que realizó en él la familia Rezzonico, desde 1934 es la sede del Museo del Settecento, una colección de lienzos, objetos y frescos que reflejan la Venecia del siglo XVIII. No os perdáis el espectacular salón de baile diseñado por Giorgio Massari, que ha sido restaurado y en el que hay muebles de Andrea Brustolon y espectaculares candelabros dorados. Además, en tres salas los techos tienen pinturas de Giambattista Tiepolo.

Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Aleix Palau, QMeuh, Didier Descouens, Basilio Speziari, saragoldsmith, Michele Rienzo

 

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