Los cinco museos que convierten a Málaga en la capital del arte
Si algo sorprende y convierte a Málaga en destino de indispensable visita para los amantes del arte son las magníficas colecciones que reúne. ¿Será el hecho de que es la cuna de uno de los genios indispensables del arte del siglo XX elquidde la cuestión? De lo que estamos seguros es de que si Picasso levantara la cabeza estaría orgulloso de que su ciudad natal cuente con este privilegio. A continuación tenéis los cinco espacios de imprescindible visita, ¡dos de ellos recién inaugurados!
Museo Picasso Málaga
En 1953 Pablo Picasso y Juan Temboury Álvarez, Delegado provincial de Bellas Artes de Málaga, iniciaron los primeros contactos para la creación de un museo que albergase una parte de la obra del artista, pero no sería hasta muchos años después, 50 para ser exactos, que este proyecto llegaría a ver la luz. Y todo ello gracias al esfuerzo de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, nuera y nieto del pintor malagueño, que dotaron de fondos a la colección, un total de 285 obras que abarcan 80 años de trabajo, desde 1892 hasta 1972. El edificio escogido para albergar esta colección fue el Palacio de Buenavista, un edificio renacentista construido alrededor de 1487 sobre los restos de un palacio nazarí, del que aún se conservan algunos detalles. Declarado Monumento Nacional en 1939, fue rehabilitado, ampliado y transformado en museo donde disfrutar del trabajo del artista y de las exposiciones temporales que en él se acogen. Precisamente, en una de las últimas ampliaciones se descubrieron restos fenicios y romanos, que han pasado a formar parte de la visita al museo.
Los más fanáticos de Picasso no olvidéis visitar también la Fundación Museo Casa Natal de Picasso.
El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga)
En el antiguo Mercado de Mayoristas de Málaga se encuentra este espacio dedicado a la difusión de las artes plásticas y visuales desde el último tercio del siglo XX hasta la actualidad.
Imaugurado en 2003, contiene obras de artistas como Louise Bourgeois, los hermanos Chapman, Gerard Richter, Paul McCarthy, Anish Kapoor, Jason Rhoades, Raymond Pettibon, Ron Mueck, Rachael Whiteread, Yoshitmo Nara, Roni Horn, Daniel Richter o Rodney Graham. Siguiendo el modelo de los Kunsthaus (casa de arte) alemanes, ofrece actividades complementarias, como ciclos de cine, cursos, conferencias, etc.
Museo Carmen Thyssen Málaga
El Palacio de Villalón, construido a mediados del siglo XVI, es el edificio histórico encargado de acoger esta selección de obras procedentes de la colección de Carmen Thyssen. En total se pueden ver unas 230 obras de artistas españoles principalmente del siglo XIX y principios del XX, presentadas bajo los siguientes conceptos: Maestros antiguos; Paisaje Romántico y Costumbrismo; Preciosismo y pintura naturalista; y Fin de siglo.
Una última curiosidad: al igual que el Museo Picasso de Málaga, en el sótano cuenta con un yacimiento romano que está abierto al público.
Centre Pompidou Málaga
Siguiendo los pasos del Louvre, que ya cuenta con una segunda sede en Francia (Lens) y otra que está en camino fuera de Francia (Abu Dhabi), el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou acaba de abrir su tercera sede, y la primera fuera de Francia, y para ello ha escogido Málaga. El centro se encuentra localizado en “El Cubo”, un edificio de nueva construcción (2013) del que destaca la estructura que lo corona y que le da nombre, pues es un cubo de acero y cristal, que realiza la función de lucernario.
En este espacio se exhibirán un total de 80 pinturas y fotografías de artistas como Francis Bacon, Georg Baselitz, Constantin Brâncuși, Alexander Calder, Marc Chagall, Giorgio de Chirico, Max Ernst, Alberto Giacometti, Jean Hélion, Frida Kahlo, Fernand Léger, René Magritte, Joan Miró, Francis Picabia, Pablo Picasso, Antoni Tàpies, Jean Tinguely y Kees Van Dongen. Se programarán entre dos y tres exposiciones temporales complementadas con actividades multidisciplinares.
Colección del Museo Ruso, San Petersburgo / Málaga
Poder disfrutar de un pedacito de la producción artística rusa es ya una realidad posible en Málaga. A partir del 28 de marzo se podrán ver en la antigua Tabacalera las obras procedentes del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, un resumen de 500 años de historia del arte rusos, desde los iconos de inspiración bizantina hasta el realismo socialista de la era soviética.
La exposición permanente integrada por un centenar de obras, irá complementada por dos exhibiciones temporales anuales que nos permitirán adentrarnos en algunas de las figuras más destacadas del arte ruso.
¡Reserva ya tu vuelo y anímate a disfrutar de tanta belleza!
Textos ISABELYLUIS Comunicación
Fotos © Área de Turismo. Ayuntamiento de Málaga, Museo Carmen Thyssen Málaga, Museo Picasso Málaga (© David Heald), CAC Málaga
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El Zurich que fascinaría a John Waters
John Waters alcanzó la fama dirigiendo disparatados filmes de bajo presupuesto como Pink Flamingos (1972), donde glorificaba la violencia, la perversión sexual y el mal gusto, utilizando la provocación como arma contra la hipocresía de las buenas maneras, la férrea moralidad y los valores religiosos del american way of life. Pero muchos desconocen que el dandi norteamericano de fino bigotillo es también autor de collages y fotomontajes de gran formato. Y ha seleccionado 40 de estas piezas -incluyendo storyboards de sus películas- para la muestra How Much Can You Take?, que permanecerá hasta el 1 de noviembre en la reconocida Kunsthaus de Zurich, coincidiendo con unos murales de Joan Miró que seguirán expuestos hasta finales de enero.
Paradójicamente, el polifacético realizador comparte con Zurich otras características como la clase, el orden y una extrema limpieza. En Waters subyace también una ternura y un fetichismo que hace pensar que disfrutaría de los tópicos disponibles en la céntrica Teddy’s Souvenir Shop, donde venden cajitas de música, navajas suizas, cencerros de vaca o relojes de cuco, que forman una imagen bucólica de Suiza. Esa que tan bien simboliza Heidi, el personaje infantil creado por la escritora Johanna Spyri, quién por cierto está enterrada, al igual que el poeta Gottfried Keller, en el frondoso parque del cementerio de Sihlfeld -el primero de Europa que incorporó un crematorio-, una visita que agradaría a Waters no sólo por su afición a lo macabro, si no por el amor que profesa por la literatura, en la que últimamente se prodiga más que en el cine. Por eso, también le recomendaríamos irhasta el cementerio de Fluntern, donde hallaría la hermosa tumba de James Joyce, quién en Zurich no sólo desató su alcoholismo licencioso sino que escribió buena parte de su “Ulises” -tan crítico con Iglesia y Estado-. También murió en la ciudad el escritor alemán autor de “La montaña mágica”, honrado en el Thomas Mann Archiv, un pequeño museo ubicado en la ETH, universidad pública por la que pasaron una veintena de Premios Nobel como el científico Albert Einstein, tan rebelde contra los convencionalismos como Waters. En la misma universidad se encuentra la espectacular Biblioteca de la Facultad de Derecho, diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. Aunque probablemente el cineasta del morbo preferiría leer en la antigua abadía que aloja la Zentralbibliothek, principal biblioteca de la ciudad.
A la vertiente más iconoclasta del cineasta le deleitaría recordar como Zurich fue cuna del Dadaísmo, el anárquico “antiarte” que criticaba la sociedad burguesa de la Primera Guerra Mundial, cuando la pareja de artistas Emmy Hennings y Hugo Ball fundó en Niederdorf, parte de la antigua ciudad medieval, el célebre Cabaret Voltaire donde junto a Tristan Tzara y otros rompieron con todo canon establecido. Con el tiempo, el edificio quedó en desuso hasta que en 2001 un grupo de artivistas lo okuparon, celebrando performances de espíritu neo-dadaista ante miles de zuriqueses. Tras su desalojo, el Ayuntamiento anuló los planes de derribo y fue reconvertido en centro cultural alternativo. En la misma ciudad vieja encontramos el inusual Musée Visionnaire, donde el público selecciona qué desea ver -y es invitado a expresar su opinión- ante un catálogo de Art Brut, una corriente también conocida como Arte Marginal, que engloba tanto la obra de amateurs y enfermos mentales como de todo creador ajeno a las instituciones y a los límites de la cultura oficial. Unos personajes entre los que no desentonarían los Dreamlanders, parias contraculturales y colaboradores habituales de Waters como Mink Stole o Divine.
El Waters que de joven se apasionaba con accidentes truculentos e historias sanguinolentas, también se interesaría por el Moulangenmuseum, muestra de moldes de cera de diversas partes del cuerpo humano afectadas por enfermedades, con piezas desde 1917 de la colección médico-didáctica del Hospital Universitario. Y atraído por lo repulsivo, quizá visitaría también la oscura obra, de estética biomecánica y fuerte carga erótica, de otro ilustre residente de Zurich y uno de los máximos responsables visuales del cinematográfico Alien, el recientemente fallecido H.R. Giger. Aunque los fans del ilustrador y escultor deberán escoger entre ir hasta su exhaustivo Museo en la ciudad amurallada de Gruyères (a casi 2 horas al sur de Zurich), o acercarse al espectacular Giger Bar en su ciudad natal de Chur (aprox. 1h en coche desde Zurich), curiosamente la misma tierra que inspiró a la pastoril Heidi.
Para cerrar el paseo por el lado oscuro, nada mejor que cenar en el Blindekuh Zurich, el primer restaurante completamente a oscuras abierto en el mundo. Afortunadamente, el chef no es Waters, así que no teman que les sirvan lo mismo que a Divine en Pink Flamingos. No sé si me entienden, pero antes que eso, mejor vayan a una chocolatería de calidad como Sprüngli.
En todo caso, no olviden que la expo de Waters se clausura en pocas semanas, ¡consigan ya sus billetes aquí!
Texto de Carlos G. Vela para ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de David Shankbone, Roland zh, Juerg Peter Hug, Absinthe, Edsel Little
+ infoNueve museos para volverse loco en Venecia
Nos encanta Venecia. La ciudad italiana es uno de los destinos más apasionantes de Europa. Su ajetreada historia, los canales, los callejones eternos y la grandeza artística de esta capital hacen de ella un lugar perfecto para que cualquier amante del arte se vuelva loco. Y no es para menos. Además de los varios centenares de iglesias que pueblan esta urbe, en plena laguna se levanta una de las redes de museos más importantes del mundo. Museos que, para más inri, no se encuentran en espacios convencionales, sino que invaden edificios góticos, renacentistas y barrocos para presentar, en pleno siglo XXI, unas colecciones que quitan el hipo.
En góndola,vaporetto o a pie, estos son los nueve museos que no te puedes perder en tu próxima visita a la capital véneta. Cominciamo!
1. Accademia: la mayor colección de arte veneciano
Las Gallerie dell’Accademia ocupan tres antiguos edificios religiosos y constituyen la principal colección de arte veneciano del mundo. Aquí se dan cita cinco siglos de arte, desde la época medieval al rococó, con obras fundamentales como la imponente Cena en casa de Leví de Pablo Veronese, la Presentación de la virgen en el Templo de Tiziano el Ciclo de Santa Úrsula de Vittore Carpaccio, el Rapto del cuerpo de San Marcos de Tintoretto o el San Jorge de Andrea Mantenga, además de primeras obras de Lotto, la familia Bellini, Canaletto o Tiepolo.
2. Palacio Ducal: el esplendor de La Serenissima
Aunque no es propiamente un museo, el Palacio Ducal es un lugar imprescindible para entender el esplendor al que llegó la República veneciana. Sede del Gobierno, Palacio de Justicia y residencia del dux, este inmenso complejo gótico es un lugar perfecto para disfrutar de algunas de las principales obras de arte de la historia de la ciudad en el lugar para el que fueron concebidas. Destaca, por ejemplo, la gran pintura del Paraíso que preside la espléndida Sala del Maggior Consiglio y que firmaron Domenico y Jacopo Tintoretto. Otro imperdible son los lienzos de Pablo Veronese de la Sala del Consiglio dei Dieci o la lujosa Scala d’Oro, construida por Sansovino y decorada por Alessandro Vittoria.
3. Colección Peggy Guggenheim: en casa de la gran mecenas
Entrar en este palacio inacabado del siglo XVIII es sinónimo de adentrarse en el universo de la conocida mecenas Peggy Guggenheim. Impulsora de artistas como Klee, Pollock, Calder, Kandinsky, Ernst, Picasso, Moore o Braque, Guggenheim adquirió el palacio del Gran Canal en 1949 y en él fijó su residencia. La colección la forman 200 lienzos y esculturas de los artistas nombrados y también de Dalí, Magritte, Chirico, Balla, Duchamp, Rothko, Picabia, Delauney, Malevich y Mondrian, entre otros. Peggy Guggenheim legó su colección a la fundación de su tío Solomon R. Guggenheim con la condición de que se quedase en la ciudad.
4. Scuola Grande di San Rocco: el mejor Tintoretto
De parada obligada, este antiguo hospital de beneficencia construido en honor a San Roque es uno de los mejores lugares para admirar la obra de Tintoretto. Completado en 1549, en 1564 se encargó a Jacopo Tintoretto la decoración de las paredes y los techos de la Scuola. Sin duda, la obra más monumental del complejo es La crucifixión, que se halla en la Sala dell’Albergo, y en la que el pintor logró unas cotas de sentimiento nunca antes vistas en el arte veneciano.
5. Museo Correr: la historia de la Reppublica
Ubicado en la plaza de San Marco, es uno de los principales museos de la ciudad. Realizado a partir de la colección que el adinerado Abbott Teodoro Correr legó a la ciudad, es el lugar perfecto para conocer la historia de la República veneciana y el movimiento del Resurgimiento italiano. Además, acoge una importante colección de pintura veneciana, en especial de Vittore Carpaccio.
Con la entrada al museo, se puede visitar también los colindantes Museo Archeologico y la Librería Sansoviniana, diseñada por el arquitecto Jacopo Sansovino y de la que Andrea Palladio dijo que era “el edificio más bello desde la Antigüedad”.
6. Museo Fortuny: un español en Venecia
El Palazzo Pesaro, de estilo gótico tardío, fue la residencia del famoso diseñador textil español Mariano Fortuny y Madrazo, quien lo adquirió a principios del siglo XX y donde vivió hasta su muerte. Legado a la ciudad junto a su contenido por la viuda del artista en 1956, las elegantes estancias son el marco perfecto para los tejidos bordados con hilo de oro y plata de inspiración renacentista y para los lienzos, retablos y vestidos plisados de seda de los años 20 de Fortuny. Una delicia.
7. Ca’ Pesaro: colección de arte del siglo XX
Este suntuoso palacio barroco es la sede de la Galleria d’Arte Moderna. Fundada en 1897, de sus paredes cuelgan algunos de los cuadros más famosos de Gustav Klimt y Marc Chagall, además de obras de Matisse, Miró, Klee o Kandinsky, muchas de ellas presentadas por los artistas en la Biennale y adquiridas por la ciudad. En la planta superior, no te puedes perder el Museo d’Arte Orientale, que contiene verdaderas joyas traídas en el siglo XIX por el conde de Bardi durante sus viajes por el Lejano Oriente.
8. Ca’ d’Oro: la joya del Gran Canal
Obras de Andrea Mantegna, Luca Signorelli, Vittore Carpaccio y Tiziano, así como telas, frescos y esculturas, se dan cita en uno de los mayores tesoros del Gran Canal. El museo, que desde 1984 alberga la Colección Giorgio Franchetti, se encuentra en un palacio del siglo XV que es el mejor y más famoso ejemplo de arquitectura gótica veneciana. Tras sufrir varias modificaciones a lo largo de la historia, en los años setenta se recuperó el esplendor original de su fachada, una de las más bellas de la ciudad.
9. Ca’Rezzonico: un paseo por la Venecia del siglo XVIII
Este palacio barroco no es solo uno de los más lujosos de la ciudad, sino que es uno de los pocos del Gran Canal que están abiertos al público. Famoso en su tiempo por los grandes banquetes, las lujosas fiestas y la opulenta decoración que realizó en él la familia Rezzonico, desde 1934 es la sede del Museo del Settecento, una colección de lienzos, objetos y frescos que reflejan la Venecia del siglo XVIII. No os perdáis el espectacular salón de baile diseñado por Giorgio Massari, que ha sido restaurado y en el que hay muebles de Andrea Brustolon y espectaculares candelabros dorados. Además, en tres salas los techos tienen pinturas de Giambattista Tiepolo.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Aleix Palau, QMeuh, Didier Descouens, Basilio Speziari, saragoldsmith, Michele Rienzo
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