De conciertos por Hamburgo
Existen algunos mitos relacionados con ciudades europeas que conviene revisar. Uno de ellos es el que señala a Hamburgo como un destino eminentemente profesional, relacionado con el mundo laboral. Si bien hay algo de verdad en eso, es un craso error reducir a la segunda ciudad más grande de Alemania a un simple destino de negocios. Y es que bajo esta urbe que forma su propio estado federado (un territorio con una extensión de 755 kilómetros cuadrados) bulle una vida cultural que no merece pasar desapercibida. Un centro neurálgico del mundo de las artes germánicas que reserva un espacio para la música más que destacado.
Cualquier aficionado a The Beatles sabe que Hamburgo es el lugar donde la banda gestó su plan para llegar al estrellato. Es más, se pueden consultar itinerarios que recorren los lugares por los que pasaron los Fab Four. Pero lejos de vivir de rentas del pasado y de la beatlemania, Hamburgo ofrece una red de salas de conciertos potente con una programación bien variada, tanto de música en directo como de DJ’s que se animan a pinchar todo tipo de música. Hamburgo es una capital cosmopolita, y eso se nota en su abertura de miras hacia todo lo relacionado con la actividad artística.
Un recorrido por esos clubs de música en directo podría empezar en III&70, un local situado en la calle Schulterblatt que apuesta por los artistas noveles. De cantautores a grupos de rock, pasando también por la música electrónica y las jam sessions (las noches más concurridas de la semana). ElIII&70 también cuenta con un café famoso por sus generosos desayunos y una terraza exterior con unos fabulosos futbolines.
Sin movernos de la zona de Schulterblatt, en un pequeño paseo nos podemos plantar en el Kleiner Donner, centro neurálgico del hip hop en Hamburgo. Se trata de un sótano pequeño pero matón, donde DJ’s y MC’s con ganas de darse a conocer combinan scratches explosivos con rimas vacilonas. Es uno de los clubs más cool de la ciudad, y hay que procurar ir pronto durante el fin de semana porque si no es probable que no puedas entrar debido a su aforo reducido.
Seguimos la ruta hasta la calle Nobistor, situada en la zona centro de la ciudad, para llegar al Molotow, una de las salas de conciertos más respetadas de Hamburgo. Inaugurada en 1990, justo en los años previos de la fiebre del rock alternativo, por su escenario han pasado bandas como The White Stripes o At The Drive-In. Su oferta actual está dirigida a la música punk y a las bandas de pop y rock independiente. Al igual que el Kleiner Donner, también se ubica en un sótano, que funciona como una olla a presión cuando está lleno. Cien por cien rock and roll.
Dejamos los estilos de música modernos para adentrarnos en el mundo de swing (un escena en alza actualmente) y el jazz. Y es que el Cotton Club de Hamburgo es historia viva de la música en directo en Alemania. De hecho, es el local dedicado a la música jazz más antiguo de la ciudad (en 2009 celebró su cincuenta aniversario). Situado cerca de Planten un Blomen, un parque y jardín botánico situado en el corazón de Hamburgo (vamos, su particular Central Park), el Cotton Club programa música en directo todos los días de la semana. Unos conciertos que son complementados con una oferta exquisita de cócteles marca de la casa.
Otra sala histórica de obligada peregrinación melómana es el Logo, ubicada justo al lado de la Universidad de Hamburgo. En marcha desde 1974, su pequeño escenario ha visto pasar a Echo & The Bunnymen, The Jayhawks, Peaches, Modest Mouse, Rammstein, Blink 182, Ben Folds Five, Dillinger Escape Plan, Phoenix y Oasis antes de convertirse en estrellas. Y ahora combina bandas conocidas con artistas noveles con ganas de hacerse un lugar en esto del pop y del rock. El Logo también ofrece una atractiva programación de bandas tributo.
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Texto de Xavi Sánchez para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoBowie y Sónar 2017
Además de esta coincidencia geográfica y temporal, ¿se podría relacionar un evento siempre atento a las propuestas de música más avanzada, como es el Festival Sónar, con un personaje capaz de captar y aprehender la esencia de la siguiente tendencia a lo largo de casi medio siglo, como es el caso de David Bowie? Sin duda pensamos que sí. En My Vueling City tendemos varios puentes entre ambos y buscamos propuestas en la programación de la edición de Sónar de este año que cuenten con el espíritu siempre inquieto delduque blanco.
Rebel Rebel
El espíritu de Bowie siempre contó con un alto componente de rebeldía hacia lo establecido. A nivel estético nunca fue un acomodado y prueba de ello la tenemos en su regeneración constante; en cada nuevo lanzamiento se rebelaba respecto al anterior, de ahí su cambio de imagen infinito.
A partir del 25 de mayo de 2017 el Museu del Disseny de Barcelona acogerá la exposición David Bowie Is. La muestra, una producción del Victoria and Albert Museum de Londres, ha recibido ya más de un millón y medio de visitantes en las ocho ciudades que la han acogido hasta ahora, como la capital británica, Berlín, París o Chicago, lo que la convierte en la muestra más visitada en los 164 años de historia del museo británico.
La exposición reúne más de 300 objetos, que incluyen fotografías, carátulas de discos, letras manuscritas, vestuario original, diseños de escenarios y material inédito de los conciertos del artista durante las pasadas cinco décadas, facilitado por el David Bowie Archive. David Bowie Is constituye una mirada profunda a la forma en que la música y el individualismo radical de David Bowie ha inspirado a otros para desafiar las convenciones y buscar la libertad de expresión.
Influencia sonora, pero también visual
Este año se darán cita en Barcelona dos eventos, ambos relacionados con la música, pero también con el pensamiento avanzado y la vanguardia creativa. Por un lado, la mayor exposición dedicada a Bowie hasta la fecha, y por otro el mejor festival de música electrónica del mundo. De Bowie todos conocemos su importancia en el ámbito musical por su gran capacidad de asimilación de estilos y por su inquietud insaciable que le hizo estar en contacto con las últimas tendencias hasta el final de sus días. Y es que el artista abanderado del glam rock también coqueteó con músicas más avanzadas como el ambient o el drum’n’bass. A continuación os presentamos algunas propuestas presentes en la programación del Sónar de este año que pensamos cuentan con un espíritu cien por cien Bowie:
Arca
Sin duda Arca condensa la esencia críptica del colofón discográfico de David Bowie. Black Star y Arca hablan el mismo idioma, ambos son solemnes, ambos parecen conocer el más allá. Sónar es el único festival en el mundo elegido por el inclasificable músico y productor Arca para presentar en directo su nuevo trabajo –recientemente publicado–, el cual le redefinirá como un artista aún más complejo y evolucionado. Este show contará con la presencia y los visuales de Jesse Kanda.
Moderat
Durante la segunda mitad de los setenta Bowie se trasladó a Berlín; allí quedó imbuido por una escena artística y musical de gran calado. Fueron los años de colaboración con Brian Eno, en los que publicó la trilogía Low - Heroes - Lodger. Sin duda, Moderat entronca a la perfección con esta tradición puramente berlinesa: pop y electrónica con melodías en blanco y negro. Moderat empezó como un proyecto colaborativo entre, por un lado, Gernot Bronsert y Sebastian Szary (Modeselektor) y, por el otro, Sacha Ring (Apparat), para trabajar juntos cuando sus respectivos proyectos les dejaran algo de tiempo.
Nicolas Jaar
Bowie se integró en las nuevas tendencias de baile y de la música experimental durante la década de los noventa. Prueba de ello la tenemos en discos como Earthlingo Outside, con guiños al drum’n’bass, al metal electrónico e incluso al jazz de vanguardia. Nicolas Jaar es un músico que encajaría a la perfección con esa filosofía de la transgresión sonora que no cabe en ningún corsé estilístico concreto, y que además siempre aporta un mensaje político o poético a sus creaciones.
Phospherede Daito Manabe
La música fue la gran pasión de Bowie a lo largo de su dilatada carrera, colaborando con grandes estrellas del pop y del rock como Queen, Lou Reed o Mick Jagger, o de la música contemporánea como Philip Glass, pero no fue la única disciplina en la que destacó; también colaboró con artistas de primer nivel como Tony Oursler. No descartamos pues que Bowie hubiera confeccionado el fondo sonoro de la obra Phosphere de Daito Manabe, uno de los artistas digitales más reconocidos del mundo. Esta instalación supone un importante paso adelante en las nuevas formas de creación inmersiva, y será uno de los protagonistas del Sónar+D 2017. Esta monumental pieza es una arquitectura híbrida robotizada en la que espejos sincronizados, máquinas de humo, haces de luz y hasta 24 proyectores de vídeo se conjugan para construir una experiencia espacial inédita, heredera tanto de los nuevos lenguajes del mundo de la danza contemporánea como del vocabulario delprojection mapping.
Boris Chimp 504
Space Oddity fue el primer gran éxito de Bowie. El single fue lanzado en un momento en el que la humanidad estaba metida de lleno en la exploración del espacio a través de viajes más allá de la estratosfera terrestre. Boris Chimp 504 con suMultiverse nos remiten a esa época. Esta performance audiovisual en tiempo real que enfatiza la relación entre síntesis sonora y lenguaje gráfico, parte de la historia del primer chimpancé enviado a la luna en el año 1969.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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Berlín en 9 discos
De David Bowie o Iggy Pop a U2 o R.E.M, Berlín ha sido fuente de inspiración para los más insignes embajadores del pop y del rock (su trascendencia en la cultura de club merece un artículo aparte). Con los iconográficos estudios de grabación Hansa Studio by the Wall como principal centro de experimentación y creación, la capital alemana reluce como indisociable telón de fondo de referencias imprescindibles en el devenir de la música durante las últimas décadas.
«Heroes» (David Bowie, 1977)
A finales de la década de los 70 David Bowie se refugió en Berlín buscando inspiración. Periplo germano del que acabó surgiendo la “Berlin Trilogy”: triada de álbumes iniciada con Low (1977) y clausurada con Lodger (1978) pero que halló en el intermedio Heroes su mejor exponente. Grabado en los míticos Hansa Studio by the Wall, el tema que da título al disco narra la historia de dos amantes que amagan su idilio entre las sombras del Muro de Berlín.
«Lust For Life» (Iggy Pop, 1977)
Siguiendo los pasos de su amigo David Bowie, Iggy Pop se trasladó a Berlín para modelar su carrera en solitario. El primer capítulo de aquella nueva etapa fue The Idiot (1977). Mejor aún resultaría el siguiente, Lust for Life, ese mismo año. Con los Hansa Studio by the Wall convertidos nuevamente en el centro de operaciones, Iggy Pop tardó tan solo ocho días en dar vida a imprescindibles de su repertorio como Lust for Life, The Passenger o Tonight.
«Kollaps» (Einstürzende Neubauten, 1981)
Pocos álbumes han captado tan bien la esencia del Berlín de inicios de la década de los 80 como Kollaps, el debut de Einstürzende Neubauten. Banda imprescindible del post-punk más industrial y experimental, en su carta de presentación la formación capitaneada por Blixa Bargeld elaboró una colección de piezas que aún hoy, más de tres décadas después, siguen resonando lacerantes, psicóticas y opresivas. Una exquisita tortura para los oídos.
«Night Time» (Killing Joke, 1985)
La banda de punk industrialoide Killing Joke alcanzaría una de sus mayores cimas creativas con este Night Time, obra que se intuye como un interludio entre la rugosidad de sus inicios y los pasajes más calmos con los que experimentarían (infructuosamente) posteriormente. Por cierto, escuchad ese Eighties que cierra el disco y luego haced lo propio con el Come as You Are de Nirvana. ¿Influencia, casualidad o plagio?
«Black Celebration» (Depeche Mode, 1986)
Depeche Mode se trasladaron hasta Berlín para trazar su quinto álbum de estudio. Con Martin L. Gore consolidándose como motor creativo de la banda; como ya deja intuir su título, Black Celebration percute en los pasajes sonoros de tinte sombrío con los que los británicos venían flirteando en obras precedentes como Construction Time Again (1983) y Some Great Reward (1984). Definitivamente, uno de los discos más influyentes de la década de los 80.
«Your Funeral… My Trial» (Nick Cave And The Bad Seeds, 1986)
Nick Cave lo ha declarado en más de una ocasión: Your Funeral… My Trial es el mejor álbum de su trayectoria. Ciertamente, su cuarto largo amaga algunos de los más estremecedores cortes jamás firmados por el australiano, como el homónimo Your Funeral, My Trial,Stranger Than Kindness o aquel The Carny que un año más tarde Cave y sus Bad Seeds interpretarían en el film de Wim Wenders El cielo sobre Berlín.
«Bossanova» (Pixies, 1990)
Perpetrado en Berlín, el tercer álbum de Pixies figura, sin lugar a dudas, como una de las obras magnas del rock independiente. Escondite de sencillos irresistibles como Velouria, Dig for Fire o Allison, a su habitual apuesta de melodías certeras enmarañadas entre guitarrazos distorsionados; musicalmente Bossanova toma prestamos del surf y el space rock. Sin ser un trabajo conceptual, gran parte de los temas hacen referencia a alienígenas, ovnis y resto de parafernalia extraterrestre que tanto obsesiona a su líder, Black Francis.
«Achtung Baby» (U2, 1991)
Tras haberse sumergido en las raíces de la música norteamericana con Rattle and Hum (1988), U2 viraron radicalmente su sonido con su siguiente entrega. Trasladados a Berlín para contagiarse de los vientos de cambio que soplaban en la ciudad, los irlandeses pillaron desprevenido a todo el mundo con un trabajo amarado en las esencias de géneros en eclosión como el rock independiente y la música electrónica. Achtung Baby es uno de los discos definitivos de la historia del rock.
«Collapse Into Now» (R.E.M., 2011)
R.E.M. fueron una de las bandas más populares de las últimas décadas, con el añadido de que siempre supieron mantener intacta su integridad y credibilidad artística. Separados el mes de septiembre de 2011, pocos meses antes publicaron el que significaría su último disco, Collapse Into Now. Grabado (efectivamente) en los Hansa Studio by the Wall, es una despedida notable con instantes que rozan lo excelso como Discover, Mine Smell Like Honey o Überlin.
Berlin Musictours ofrece una amplia y más que interesante oferta de recorridos por aquellos puntos relacionados con la siempre efervescente actividad musical de la capital alemana. Entre los diferentes paseos a realizar, destacan propuestas como Bowie Berlin Tour, U2 Berlin Tour, Depeche Mode Berlin Tour o Hansa Studio Tour. ¿A qué esperas para descubrir un Berlín a la carta musical? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Oriol Rodríguez para ISABELYLUIS Comunicación
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La música de los últimos años del muro
Sin duda la ciudad de Berlín experimentó uno de sus periodos más extraños durante la época de la guerra fría. Y no es para menos; porque el hecho de que levanten un muro que divida en dos una ciudad separando a vecinos y familiares y colocándolos en dos universos opuestos, es sin duda una experiencia del todo orwelliana.
Ambas partes de la metrópolis, pues evolucionaron de maneras muy distintas. Por un lado, la parte Este se quedó estancada en un sistema basado en el control casi obsesivo por parte del sistema (al igual que el resto del bloque comunista); por el otro, el Oeste, que seguía un proceso evolutivo idéntico al resto del mundo capitalista.
Berlín Oeste: de la meca del «underground» al hedonismo house
A partir de los años setenta, y siguiendo las nuevas corrientes procedentes de Inglaterra y los Estados Unidos, se empezó a asentar en Berlín una nueva escena musical, basada en la libertad creativa y en la estética de ruptura radical con el pasado. El punk y todas sus ramificaciones posteriores tuvieron en Berlín uno de sus grandes centros. El poso outsider y de cultura artística underground había atraído a artistas de la talla de David Bowie, Brian Eno, Keith Haring o Lou Reed a lo largo de los 70. Y ahora un buen puñado de bandas estaban nutriendo un circuito tan interesante como el de Londres o la transgresora Sheffield.
A finales de los setenta, la música de Joy Division y de algunos experimentadores de la electrónica y la música industrial fueron adoptados como iconos a seguir en la floreciente escena alternativa del Berlín abierto. Y es que el post punk alemán, a diferencia del británico o americano se caracteriza por una tensión entre lo político y lo cultural, y estéticamente le debía mucho a la tradición krautrock, ya que muchos de sus temas son repeticiones infinitas a velocidad vertiginosa, como Geld/Money de la banda arty Malaria, o los primeros discos de DAF.
La emocionante escena de Berlín desde 1980 estuvo en continuo movimiento, y surgió un sinfín de bandas como Einstürzende Neubauten, liderada por el controvertido Blixa Bargeld, Die Unbekannten, Nina Hagen, Die Krupps, Mekanik Destrüktiw Komandoh, Die Tödliche Doris, Geile Tiere, o Die Arztey su punk funk con letras sarcásticas.Aunque bien es cierto que la escena estaba conformada no solo por músicos sino también por directores y actores de cine, escritores, filósofos, artistas y fotógrafos. A mediados de los 80 se inició un proceso de desintegración. La música se fue haciendo cada vez más comercial, y los grupos empezaron a fichar por multinacionales. Pero pronto llegó una nueva revolución sonora, que caló con fuerza en la ciudad: el acid house y el techno. No olvidemos que la Love Parade de Berlín fue el primer desfile multitudinario de música electrónica del mundo. La primera edición Love Parade fue en 1989. El evento se inició como una manifestación a favor de la paz y del entendimiento a través de la música. Sólo unos meses más tarde, el muro se vino abajo y el Oeste de Berlín pasó a la historia.
De aquella época todavía queda en pie el mítico SO36, un club ubicado en Oranienstrasse cerca Heinrichplatz en el área de Kreuzberg, el cual toma su nombre del código postal histórico de esa zona, SO36. El barrio de Kreuzberg ha sido históricamente el hogar del movimiento punk de Berlín, así como otras subculturas alternativas en Alemania. SO36 se centró inicialmente en gran parte de la música punk. A partir de 1979 se trató de crear un crossover entre el punk, new wave y el arte visual. En aquellos días el club rivalizaba CBGB de Nueva York como uno de los mejores lugares de la nueva ola en el mundo. También estaban en el circuito de Berlín, Metropol, la discoteca Kino, el club 54 Kantstrasse o el cine alternativo Sputnik, donde estrenaron el film de culto Yo, Cristina F.
Documento de una época en pantalla grande
Entre los próximos 29 de octubre y 8 de noviembre tendrá lugar la 13ª edición del Festival Beefeater In-Edit, en Barcelona, y entre los numerosos films que conformarán su cartel estará B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989, un documental dirigido por Jörg A. Hoppe, Heiko Lange, Klaus Maeck. sobre la música, el arte y el caos en el Salvaje Oeste de Berlín de la década de 1980: la ciudad amurallada que se convirtió en el crisol creativo para un tipo especial de sub cultura pop, que atrajo a diletantes brillantes y celebridades de fama mundial de todo tipo. Sin embargo, antes de que el telón de acero cayera, artistas, okupas, poetas, creadores musicales y hedonistas disfrutaron, todos en comunión, de un estilo de vida poco convencional en Berlín. Todos sabían que no duraría mucho, pero, ¿quien pensaba en el mañana? Se trataba de vivir el momento - el aquí y ahora -.
Con material televisivo inédito en su mayoría, y filmaciones, fotos y entrevistas originales, B -Movie el documental cuenta la historia de la vida en la ciudad dividida, una interzona cultural en el que parecía posible todo, siendo un lugar diferente a cualquier otro de Europa. Es un collage de ritmo rápido de historias de una década frenética pero creativa, comenzando con el punk y terminando con la Love Parade, todo en una ciudad donde los días son cortos y las noches son interminables.
Actualmente, Berlín está viviendo una segunda juventud en cuanto a actividad cultural (y también musical). ¿A qué esperas para ir a descubrirlo? Consulta nuestros billetes aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
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