Las tres niñas bonitas de Flandes
En un viaje que se precie a Bélgica, además de la capital, Bruselas, no puede faltar una visita a estas tres hermosas ciudades, cada una de ellas con una buena colección de encantos y singularidades.
Amberes, la ciudad de los diamantes, con el permiso de Rubens
Amberes (Antwerpen en neerlandés) es la ciudad más grande de Flandes. Está situada a orillas del río Escalda, que ha jugado un papel clave en el desarrollo de esta ciudad. En él se encuentra uno de los puertos más importantes de Europa, que cuenta con unos cincuenta kilómetros de muelles.
Otro factor relevante en el desarrollo económico de Amberes es la presencia de una de las comunidades judías más importantes de Europa, que son los que se han encargado de la creación de una de las industrias del diamante más importantes del mundo, llegando a mover un 85% de la producción de diamantes en bruto. No en vano es conocida como la “Capital Mundial de los Diamantes”. Así que no dudéis en visitar sus numerosos comercios y talleres especializados en el tema, todos ellos ubicados en los alrededores de la Estación Central. Los que queráis saber más sobre estos preciados minerales podéis visitar el Museo del Diamante.
Pero Amberes también tiene otras “piedras preciosas” por la que merece la pena visitarla. La Grote Markt (Plaza Mayor), enmarcada por preciosos edificios gremiales de estilo renacentista, de entre los que sobresale el Ayuntamiento, es un espacio de imprescindible visita. En el centro destaca la presencia de la estatua-fuente dedicada a Silvius Brabo, el héroe que fundó la ciudad tras vencer al tirano Antigón, o al menos eso es lo que dice la leyenda. Tampoco hay que perderse la visita a la Catedral, en cuyo interior se pueden ver varias obras de Rubens. Precisamente este último es otro de los protagonistas de la ciudad, ya que residió en ella durante muchos años, y del que se pueden ver obras además de en la Catedral, en el Museo de Bellas Artes y en la Casa de Rubens.
Otros espacios de interés son el Museo Plantin-Moretus, que cuenta con antiguas máquinas de impresión consideradas Patrimonio de la Humanidad, y el Castillo de Steen, uno de los edificios más antiguos de Amberes.
Gante y las aventuras de su “Cordero Místico”
Gante (Gent en neerlandés) está situada en el cruce de los ríos Lys y Escalda. Precisamente sus aguas son protagonistas absolutas de la ciudad, contando con una importante red de canales que os recomendamos que recorráis en barca. Tampoco olvidéis hacer una visita a los muelles del puerto viejo, el Graslei (muelle de las herboristas) y el Korenlei (muelle del trigo), con sus bellas hileras de casas de diferentes estilos y épocas.
Entre sus monumentos sobresale el Gravensteen o Castillo de los Condes de Flandes, que fue construido en el S. XIII, y que se encuentra situado en el centro de la ciudad. Tocando con este castillo se encuentra el barrio Patershol, uno de los más antiguos de la ciudad, que conserva gran parte de su encanto, y que cuenta con una gran oferta de restaurantes donde darse un placer gastronómico. Continuando con los monumentos de la ciudad, destacan el Ayuntamiento,la torre Belfort y la Korenmarkt.
Y cómo no, hay que visitar la Catedral de San Bavón,en cuyo interior se encuentra uno de los principales protagonistas de Amberes, el políptico de "La Adoración del Cordero Místico", pintado por Jan Van Eyck en 1432. Además de ser una obra maestra cargada de simbología, es una de las piezas artísticas que más veces ha sido robada en la historia, además de haber sido troceada, censurada, vendida, falsificada y haber recorrido varios países. Casi es un milagro que la podamos ver hoy en día.
Brujas, la Venecia del Norte
Brujas (Brugge en neerlandés) es la más pequeña de las tres ciudades, pero sin duda alguna es la más bella y más popular entre los turistas. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, y que conserva gran parte de la esencia de su pasado medieval, es su principal atractivo. En él destacan la Grote Markt (plaza Mayor), la espectacular Torre del Campanario o Belfort, desde la que se pueden obtener buenas vistas de la ciudad, la basílica de la Sagrada Sangre, y la iglesia de Nuestra Señora.
Tampoco debemos olvidar la importancia de sus canales, motivo por el cual se la suele denominar la Venecia del Norte. Os recomendamos que deis un paseo en barca por sus canales y disfrutéis de la perspectiva que desde ellos se tiene de la ciudad, realmente merece la pena.
Para aquellos que queráis tomar un respiro, podéis hacer un plan tan curioso como visitar el Museo de la Patata Frita, donde conocer más a fondo la historia de una de las especialidades gastronómicas del país.
¿Listos para dejaros seducir por estas tres maravillas flamencas? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Alan Stanton, Mikel Santamaria, Carlos Andrés Reyes, ADTeasdale , Jiuguang Wang, Ed Webster
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Una buena dosis de art nouveau en Bruselas
Si hay algo de lo que puede presumir Bruselas es de contar en su haber con un buen número de edificios de estilo art nouveau que resultan un auténtico atractivo para el que visita la ciudad. Y es que la capital belga fue uno de los núcleos en los que se originó este movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del XX, que acabaría estando presente en todas las disciplinas artísticas: arquitectura, escultura, pintura, diseño de mobiliario, joyería, diseño gráfico, etc.
El modernismo, también conocido como art nouveau en Bélgica y Francia, dio sus primeros pasos en Bruselas en 1893 a raíz de la construcción de la Casa Tassel, situada en el número 6 de la Rue Paul Emile Janson, y obra del arquitecto Victor Horta. Tras el diseño de este proyecto había la intención de la creación de un nuevo estilo que rompiese con lo anterior, y que sirviese de reflejo de una nueva época más moderna, dejando atrás el historicismo imperante en la arquitectura. En la búsqueda de esa ruptura se darán dos tendencias en la ciudad, la floral, con formas inspiradas en la naturaleza, cuya figura más destacada es el propio Victor Horta, y la geométrica, cuyo máximo representante será el arquitecto y diseñador Paul Hankar.
El surgimiento de este movimiento coincidió en un momento de crecimiento de la ciudad, con el desarrollo de distritos como Schaerbeek, Etterbeek, Ixelles y Saint-Gilles, por lo que este nuevo estilo acabaría presente en un buen número de las casas construidas en los mismos. De aquella época, han logrado sobrevivir hasta nuestros días alrededor de 500 edificios.
Los imprescindibles
Entre las joyas art nouveau que no debes perderte en tu visita a Bruselas estarían en primer lugar las cuatro casas incluidas en lo que se conoce como la “Obra de Victor Horta en Bruselas”, todas ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Éstas las conforman los siguientes edificios:
La casa Tassel. Como ya hemos indicado antes, esta considerada como la primera manifestación modernista en Bruselas, y fue una de las primeras del mundo en abrir un nuevo camino en la arquitectura de la época.
La casa Solvay. Situada en el 224 de la Avenida Louise , posiblemente es uno de los edificios más destacados del arquitecto belga, en cuya fachada destacan la presencia del vidrio, el hierro y la piedra natural, que eran los materiales favoritos de Victor Horta.
La casa van Eetvelde. Edmond Van Eetvelde, Secretario General para el Estado independiente del Congo, le encargó este palacete a Victor Horta, con la intención de contar con un espacio moderno para recibir a sus visitas. Ubicada el número 4 de la Avenida Palmerston, destaca por la distribución innovadora de los espacios interiores así como por su ornamentación con vidrieras y mosaicos.
La casa-taller de Horta. Convertida en la actualidad en el Museo Horta, la que fuera la casa de Victor Horta fue construida entre 1898 y 1901. Consta de dos edificios independientes en el sentido de que cada uno cuenta con su propio estilo, pero ambos fueron concebidos como una unidad y se encuentran interconectados.
Otros de los edificios que debes incluir en tu recorrido a la caza de la huella modernita en Bruselas es el Centro Belga del Cómic. Construido en 1906, además de ser un lugar de obligado peregrinaje para los amantes del noveno arte, es un magnífico ejemplo de art nouveau, obra del arquitecto fetiche de la época y de la ciudad, Victor Horta.
Tampoco olvides visitar el Museo de Instrumentos Musicales, obra del arquitecto Paul Saintenoy, que antiguamente albergaba los almacenes Old England, o recorrer la Rue Saint- Boniface, donde hallarás cinco edificios obra del arquitecto Ernest Blérot, en los números 15,17,19, 20 y 22. Y por último, te recomendamos acercarte hasta el número 71 de la Rue Defacqz, donde se encuentra la Casa de Paul Hankar.
Ahora que ya tienes algunas de las claves para recorrer la Bruselas modernista, reserva tu Vueling aquí, y anímate a disfrutarlo.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de mertxe iturrioz, Arco Ardon , William Murphy , Steve Cadman, J. Miers
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Arte diseño y siete restaurantes para disfrutar de Amberes
Lejos del aire de gran urbe de negocios que desprende Bruselas, o de ese toque de cartón piedra que encontramos en la pintoresca Brujas, Amberes es una ciudad moderna y cosmopolita, con una escena cultural excepcional, especialmente en los ámbitos de la moda, el arte y el diseño. Vale la pena visitarla en exclusiva o, si no nos llega el tiempo, dedicarle al menos un día si nos encontramos en Bruselas.
Su oferta gastronómica es interminable, propia de una ciudad que se percibe bienestante por los cuatro costados, y la cocina autóctona (fantástica, ¿quién dijo que la cocina belga no es interesante?) comparte territorio con numerosos restaurantes de cocina internacional.
Heavenly Pizza
Si el tiempo acompaña, una pizza en la terraza del Heavenly Pizza, una pizzería de vocación contemporánea donde encontramos creaciones siempre originales y atrevidas, es una buena opción para disfrutar de las vistas al edificio del Museum aan de Stroom (MAS), un museo que explora la relación de Bélgica con el resto del mundo y en el que encontramos exposiciones más que interesantes.
Ras
Si a mediodía apenas hemos compartido una pizza y una de las ensaladas con producto orgánico de Heavenly Pizza, la noche es un buen momento para reservar mesa en el restaurante Ras, literalmente suspendido sobre el río –protagonista absoluto de la vida en Amberes–. Este sofisticado local donde los cócteles se combinan con una cocina autóctona de toque contemporáneo, reúne a buena parte de la gente guapa local y ofrece una cocina notable, con gran presencia de pescados frescos y verduras.
Món
El restaurante Món se ubica en una antigua casita baja que conserva buena parte de sus elementos originales. Local sofisticado y acogedor, perfecto para cenas de grupo, cuyas carnes causan furor en la ciudad gracias a que se elaboran en un horno Josper, de procedencia catalana. De ahí su nombre, Món (mundo en catalán).
Local Store
El Local Store es el lugar perfecto para el brunch. Este luminoso edificio acristalado reúne los domingos a familias con niños y grupos de amigos dispuestos a empezar la jornada con una buena dosis de cocina orgánica, que toma forma de ensaladas, sopas, quesos, embutidos, deliciosos panes y otros productos orgánicos y de proximidad. Además de restaurante, económico y de aspecto informal, aquí podemos adquirir numerosos productos delicatessen y acabar la jornada con un paseo por las tiendas de los alrededores.
Coffee Labs
Los espacios de coworking tienen personalidad propia en Amberes, pues numerosos profesionales liberales del ámbito de la cultura, especialmente del arte, la moda y el diseño, escogen establecerse en esta ciudad por las múltiples posibilidades que ofrece. Coffee Labs es el restaurante abierto al público de un espacio de coworking, siempre animado, donde podremos pedir ensaladas multicolores, tostadas, pasteles caseros, zumos y otras opciones informales para comer a cualquier hora del día. Ojo, del día, porque por la noche está cerrado.
Paniek
Uno de nuestros locales preferidos de Amberes es el peculiar Paniek, ubicado en una nave industrial con hermosas vistas al río, con una terraza concurrida incluso cuando las temperaturas lo ponen muy difícil. Poblado por un público variopinto que va desde familias con niños (el parque infantil vecino es todo un reclamo), a jóvenes Erasmus degustando las primeras copas de la noche, pasando por artistas, profesionales locales y foráneos, todos ellos atraídos por su indudable encanto, y por ese equilibrio perfecto entre destartalado y cool de este peculiar lugar, de precios moderados y profusa actividad cultural.
Graanmarkt 13
El Graanmarkt 13 es un espacio que refleja muy bien el espíritu de Amberes, pues combina en un solo edificio arte, diseño, interiorismo y gastronomía. Esta concept store XXL (un tipo de establecimiento muy extendido en la ciudad), con ropa, muebles, complementos y accesorios, acoge en su plata baja el restaurante del prestigioso chef Seppe Nobels, que apuesta por una cocina de temporada, creativa, basada en el recetario local y con vocación saludable. El local, sofisticado y elegante aunque esencialmente informal, es ideal para ir a cenar tras habernos dado un capricho en la tienda (ojo, los precios son prohibitivos).
Chocolat Line
No podremos sentarnos a comer, pero es imperdonable visitar Amberes y no hacer una paradita en el sobrecogedor Chocolat Line, lugar donde hemos probado los chocolates más deliciosos que recordamos. Ubicada en el interior del Paleis op de Meir, un bonito edificio cercano a la casa de Rubens –todo un personaje, por cierto, y su casa un espacio de visita obligada–, en esta tienda en la que se vende exclusivamente chocolate compremos como si no hubiese un mañana y descubriremos productos que cambiarán nuestras vidas para siempre. En nuestro caso fue el chocolate para esnifar.
Reserva tu Vueling a Bruselas, que está a apenas media hora en tren de Amberes, y anímate a descubrir la faceta gastronómica de esta bella ciudad.
Texto y fotos de Laura Conde de Gastronomistas.com
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Ten tu restaurante callejero por un día
Comer en la calle está de moda... Una moda que va a más cada día y a la que ha contribuido y mucho, sin duda, el Restaurant Day, que nació en Finlandia pero que ahora se celebra en varias ciudades de todo el mundo. Este evento se celebra una vez cada tres meses y representa una magnífica expresión de cultura urbana ya que su origen lo encontramos en la participación voluntaria y la propia iniciativa de los ciudadanos. Cualquier persona, o grupo de personas, puede abrir su pop up restaurant (esta palabra que está tan de moda últimamente... llegar a un lugar, montar, impresionar, vender y desmontar) sólo por un día, ya sea en un parque, en la esquina de una calle, en un patio o, incluso, en un apartamento o en una oficina. ¿Cuál es el objetivo? La experiencia culinaria y, sobre todo, pasarlo bien en comunidad... y todo ello por un módico precio. ¡Sólo en la imaginación está el límite!
Cualquier persona o grupo de amigos que lo deseen se pueden juntar por unas horas para preparar y ofrecer uno, dos, tres... cinco o hasta diez platos diferentes. Dulces o salados; lo que más les apetezca o, en definitiva, lo que mejor les salga. Ya que cómo mejor sea el producto que preparen, más raciones venderán y, seguramente, mejor negocio harán. Y es que a parte del placer que, sin lugar a dudas, puede producir la experiencia culinaria, a nadie se le escapa que ninguno de los participantes desea perder dinero. Y, a lo mejor, ¡hasta lo ganan!
Y si el Restaurant Day es toda una experiencia gastronómica para los que montan su propio pop up restaurant, evidentemente también lo es para los miles de potenciales clientes que, en cuestión de minutos, pueden degustar platos de los cinco continentes. Es muy fácil encontrar unos chicos vendiendo platos mejicanos al lado de un grupo que hace sushi, y muy cerca de un matrimonio con sus hijos que han preparado una estupenda paella, acompañada de diversas tortillas de patatas.
El ideólogo del Restaurant Day fue el finlandés Timo Santala, que decidió poner en marcha esta iniciativa después de un viaje a Thailandia, dónde la comida callejera es un hecho muy habitual. También como contrapartida a las dificultades burocráticas que se presentan a la hora de montar un restaurante. El primer Restaurant Day,o Ravintolapäivä, tuvo lugar el 21 de mayo de 2011 y tan sólo 45 pop up restaurant se apuntaron, en 13 poblaciones de Finlandia. En la segunda ocasión la cifra de inscritos alcanzó ya la cifra de los 200. En la última edición, que se hizo el 16 de mayo de 2015, participaron cerca de 2.500 restaurantes de 34 países. Desde Finlandia a Italia, pasando por Portugal, Francia, España, Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Polonia, Hungría, Rusia, Bélgica o los Países Bajos. Y es que la gente está cada vez más interesada y abierta a elaborar y conocer nuevas cocinas y nuevos sabores: ¡Los restaurantes de cocina extranjera siempre son muy bien recibidos en todas partes!
El Restaurant Day es, en definitiva, una buena manera para que los ciudadanos sean conscientes de que ellos son los verdaderos habitantes y propietarios de sus ciudades. La filosofía que hay detrás de este gran movimiento es que realmente tienen que ser ellos mismos los que pueden hacer del territorio donde viven un lugar mucho mejor. A pesar de algunos intentos por parte de las administraciones, sobre todo en Finlandia, de controlar el nivel de higiene de la iniciativa y aplicar tasas recaudatorias, finalmente tuvieron que desistir ante la popularidad que generó el evento y, por tanto, los organizadores han podido mantener el espíritu ciudadano de la propuesta original. Es, pues, una muy buena oportunidad para que cualquiera pueda ver realizado su sueño de abrir un restaurante, ¡aunque sólo sea por un día!
Ahora ya hay, incluso, una aplicación que permite buscar el lugar más cercano donde encontrar un pop up restaurant ligado al Ravintolapäivä. Las próximas ediciones de este año están previstas para el 16 de agosto de 2015 y para el 21 de noviembre de 2015, y la de Budapest será una de las de mayor participación de todo el continente.
Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto e imágenes de Marc Carol y Jordi Casino (Barcelonahelsinki)
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