Praga en 7 esculturas de David Černý
Praga es una ciudad monumental, con grandes edificios históricos que le dan su característico aire elegante y refinado. Pero a toda esta armonía clásica, ha venido a poner su contrapunto un controvertido artista con sus peculiares obras.
Nacido en Praga, David Černý es un autor polémico, irreverente y perturbador, al que le gusta provocar. Y vaya si lo consigue! Su esculturas, con un marcado tono de denuncia social, en contra del poder y la autoridad, han hecho ruborizar a más de uno.
David Černý inició su carrera como artista provocador cuando, junto a unos compañeros de su escuela de arte, pintaron de extravagante rosa el tanque soviético del jardín de la embajada de Alemania -monumento a la liberación de Checoslovaquia en1945-. Černý fue arrestado por su ataque de color pero ahora, el tanque se encuentra expuesto en el museo militar de Lesany (a unos 20 kilómetros de Praga) y es todo un símbolo de libertad.
Sus obras están diseminadas por diferentes espacios públicos de su ciudad natal. Son muchas, pero vamos a hacer un pequeño recorrido por las más impactantes y características.
Quo Vadis?
Su primera obra, Quo Vadis?, la colocó en la misma embajada de Alemania en Praga (Vlašská 19, Malá Strana). En Quo Vadis? Černý reinterpreta un Trabant, el coche más común de la Alemania Oriental, pero con piernas en lugar de ruedas. Es un homenaje a los 3.000 alemanes del este que ocuparon estos jardines en el verano de 1989, poco antes de la caída del muro.
El caballo muerto de San Wenceslao
Decíamos que las obras de Černý son un contrapunto al clasicismo de la ciudad. Más razón aún con la obra del caballo muerto de San Wenceslao, en clara oposición a la misma estatua clásica que se encuentra en la plaza del mismo nombre. San Wenceslao es el símbolo de la identidad nacional checa y representa el santo patrón de Bohemia.
La versión de Černý de esta figura ecuestre está muy cerca de la original, en Pasaje de Lucerna, pero su caballo se encuentra boca abajo, muerto y con la lengua fuera.
Viselec
Debes fijarte bien al pasar por la céntrica calle Husava, en Staré Mesto. Más bien, pasar mirando hacia el cielo o fácilmente te pasará desapercibida. En lo alto, podrás ver la escultura del colgado, una figura humana que pende de una viga, con gran parecido a Sigmund Freud.
Como todas las obras de Černý, está abierta a la interpretación, y él tampoco ha sido muy dado a desvelar sus significados.
Piss
Se encuentra a las puertas del Museo de Franz Kafka, en Cihelná 2b, 118. Son dos figuras accionadas por un mecanismo eléctrico que orinan sobre un estanque con la forma de la República Checa, escribiendo citas de autores locales con ese chorro.
Al lado de las esculturas, verás un número de móvil, al que se puede enviar un SMS para aportar tu frase lapidaria en tan peculiar escritura.
Miminka babies
Con 216 metros de altura, Žižkov es la torre de televisión de Praga y el edificio más alto de la República Checa. Aquí colocó David Černý sus diez perturbadores bebés negros que la escalan gateando.
También podrás verlos de cerca en el parque de la isla Kampa, muy cerca del puente de Carlos.
Klaus y Knizak
En Futura Art Gallery (Holečkova 789/49), puedes subir por unas escaleras, a las dos grandes figuras que son mitades inferiores del cuerpo humano, y meter la cabeza en el orificio de su culo. En su interior, se proyecta un vídeo satírico con el presidente de la República Checa hasta 2013, Václav Klaus, y el artista Milán Knížák, alimentándose mutuamente al ritmo de la música de "We are the Champions".
Una crítica a la política checa y también al espectador voyeur, que observa lo peor de sus acciones sin tomar partido.
Shark
En 2005, presentó este trabajo para la Bienal de Praga, pero la obra fue prohibida en las muestras de Bélgica y Polonia. Es la imagen de un Saddam Hussein cautivo, en ropa interior y atado de pies y manos, sumergido en un tanque de formol. La obra aparece firmada por Mahoma y se creó un año antes de la ejecución de Hussein, en 2006.
Quo Vadis? por VitVit | Tanque rosa por Hynek Moravec| Miminka por Evrik| Piss por UkillaJJ
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Ruta de museos por Donostia
Uno de los grandes atractivos de esta ciudad es el conocidísimo Aquarium, que cuenta con casi un siglo de historia. Eso sí, que no te engañe su antigüedad ya que, tras su remodelación en el año 2008, este Aquarium puede presumir de ser uno de los más modernos y completos de toda Europa. Su túnel transparente de 360º dejará boquiabiertos tanto a niños como a mayores, así como su acuario táctil, en el que se pueden tocar ejemplares de peces vivos. Sin duda, un imprescindible en la ciudad.
Otro de los más preciados en la ciudad es El museo San Telmo ya que posee el titulo de ser el museo más antiguo del País Vasco y, tanto su exterior como sus exposiciones, merecen la visita. Ubicado en pleno Casco Viejo, en un majestuoso edificio del siglo XVI que, en otros tiempos perteneció a un convento de dominicos. El museo consta de tres alturas: en la planta baja encontramos la iglesia, el claustro bajo (que contiene la sección de arqueología) y dos espacios para exposiciones temporales. En la primera planta encontramos una pinacoteca de autores vascos y ya, en la segunda y última, una gran colección de pintura española y europea antigua.
¿Quién dijo que la ciencia y la diversión estaban reñidas? Eureka! Zientzia Museoa demuestra que nada más lejos de la realidad. Este divertido museo es esencial, tanto si viajas con niños, como si quieres aprender ciencia de una manera especial. Cuenta con más de 169 módulos experimentales, así como una txikiklik -ludoteca para niños-, destinada a niños de entre 4 y 9 años, donde los menores podrán descubrir el hogar de los animales del bosque y los cinco sentidos. Si viajas con niños, no te puedes perder esta visita.
El Cristóbal Balenciaga Museoa está dedicado en su totalidad al gran modisto de Getaria. Es un precioso palacio que sirvió de residencia a los marqueses de Casa Torre, abuelos de la reina Fabiola de Bélgica y maestros de Balenciaga en sus primeros años de carrera. Si te gusta la moda, éste es tu museo.
Y si quieres saber un poco más acerca de la sidra, de la manzana y de la gran importancia cultural que han tenido en Euskal Herria, no puedes dejar de visitar el Museo de la Sidra Vasca Sagardoetxea. Aquí podrás disfrutar de toda la historia: el pasado, el presente y el futuro del apasionante mundo de la manzana.
En la Casa de la Historia, en lo alto del monte Urgull, podrás investigar la vida de los donostiarras a lo largo del tiempo, descubriendo así los más de 800 años de una ciudad que mantiene su espíritu joven y vibrante. Imprescindible para conocer, en mayor profundidad, la historia de Donosti.
Situado en pleno puerto, nos topamos con el Museo Naval, un lugar mágico que conserva, estudia y difunde la historia de los donostiarras y su relación con el mar. Un lugar diferente e interesante en el que, seguro, aprenderás algo nuevo.
Por supuesto, si hablamos de Donosti, tenemos que hablar de su aclamado equipo de fútbol. El Museo de la Real Sociedad abrió sus puertas en el año 2009, cuando se cumplían nada más y nada menos que sus 100 años de historia. Aquí se muestra la andadura del club de manera novedosa, incluyendo sus otras secciones deportivas. Los amantes del fútbol no van a poder resistirse.
Por último, encontramos el Museum Cemento Rezola, un lugar de lo más variopinto en el que podrás observar el papel del cemento y las construcciones en nuestra sociedad. Cuenta con gran cantidad de audiovisuales, simulaciones y módulos interactivos que harán de tu experiencia aquí una aventura inolvidable.
¡No esta nada mal el recorrido! Donostia es pura cultura y se prepara muy fuerte para estar a la altura de su merecida elección como Capital Europea de la Cultura 2016, no en vano para finales de este año abrirá su puertas el Centro internacional de cultura contemporánea en la antigua fabrica de tabaco, un edificio centenario totalmente renovado para la ocasión.
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Texto de Tensi Sánchez (Actitudes Magazine)
Fotos de San Sebastián Turismo
+ infoTen tu restaurante callejero por un día
Comer en la calle está de moda... Una moda que va a más cada día y a la que ha contribuido y mucho, sin duda, el Restaurant Day, que nació en Finlandia pero que ahora se celebra en varias ciudades de todo el mundo. Este evento se celebra una vez cada tres meses y representa una magnífica expresión de cultura urbana ya que su origen lo encontramos en la participación voluntaria y la propia iniciativa de los ciudadanos. Cualquier persona, o grupo de personas, puede abrir su pop up restaurant (esta palabra que está tan de moda últimamente... llegar a un lugar, montar, impresionar, vender y desmontar) sólo por un día, ya sea en un parque, en la esquina de una calle, en un patio o, incluso, en un apartamento o en una oficina. ¿Cuál es el objetivo? La experiencia culinaria y, sobre todo, pasarlo bien en comunidad... y todo ello por un módico precio. ¡Sólo en la imaginación está el límite!
Cualquier persona o grupo de amigos que lo deseen se pueden juntar por unas horas para preparar y ofrecer uno, dos, tres... cinco o hasta diez platos diferentes. Dulces o salados; lo que más les apetezca o, en definitiva, lo que mejor les salga. Ya que cómo mejor sea el producto que preparen, más raciones venderán y, seguramente, mejor negocio harán. Y es que a parte del placer que, sin lugar a dudas, puede producir la experiencia culinaria, a nadie se le escapa que ninguno de los participantes desea perder dinero. Y, a lo mejor, ¡hasta lo ganan!
Y si el Restaurant Day es toda una experiencia gastronómica para los que montan su propio pop up restaurant, evidentemente también lo es para los miles de potenciales clientes que, en cuestión de minutos, pueden degustar platos de los cinco continentes. Es muy fácil encontrar unos chicos vendiendo platos mejicanos al lado de un grupo que hace sushi, y muy cerca de un matrimonio con sus hijos que han preparado una estupenda paella, acompañada de diversas tortillas de patatas.
El ideólogo del Restaurant Day fue el finlandés Timo Santala, que decidió poner en marcha esta iniciativa después de un viaje a Thailandia, dónde la comida callejera es un hecho muy habitual. También como contrapartida a las dificultades burocráticas que se presentan a la hora de montar un restaurante. El primer Restaurant Day,o Ravintolapäivä, tuvo lugar el 21 de mayo de 2011 y tan sólo 45 pop up restaurant se apuntaron, en 13 poblaciones de Finlandia. En la segunda ocasión la cifra de inscritos alcanzó ya la cifra de los 200. En la última edición, que se hizo el 16 de mayo de 2015, participaron cerca de 2.500 restaurantes de 34 países. Desde Finlandia a Italia, pasando por Portugal, Francia, España, Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Polonia, Hungría, Rusia, Bélgica o los Países Bajos. Y es que la gente está cada vez más interesada y abierta a elaborar y conocer nuevas cocinas y nuevos sabores: ¡Los restaurantes de cocina extranjera siempre son muy bien recibidos en todas partes!
El Restaurant Day es, en definitiva, una buena manera para que los ciudadanos sean conscientes de que ellos son los verdaderos habitantes y propietarios de sus ciudades. La filosofía que hay detrás de este gran movimiento es que realmente tienen que ser ellos mismos los que pueden hacer del territorio donde viven un lugar mucho mejor. A pesar de algunos intentos por parte de las administraciones, sobre todo en Finlandia, de controlar el nivel de higiene de la iniciativa y aplicar tasas recaudatorias, finalmente tuvieron que desistir ante la popularidad que generó el evento y, por tanto, los organizadores han podido mantener el espíritu ciudadano de la propuesta original. Es, pues, una muy buena oportunidad para que cualquiera pueda ver realizado su sueño de abrir un restaurante, ¡aunque sólo sea por un día!
Ahora ya hay, incluso, una aplicación que permite buscar el lugar más cercano donde encontrar un pop up restaurant ligado al Ravintolapäivä. Las próximas ediciones de este año están previstas para el 16 de agosto de 2015 y para el 21 de noviembre de 2015, y la de Budapest será una de las de mayor participación de todo el continente.
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Texto e imágenes de Marc Carol y Jordi Casino (Barcelonahelsinki)
+ infoLas tres niñas bonitas de Flandes
En un viaje que se precie a Bélgica, además de la capital, Bruselas, no puede faltar una visita a estas tres hermosas ciudades, cada una de ellas con una buena colección de encantos y singularidades.
Amberes, la ciudad de los diamantes, con el permiso de Rubens
Amberes (Antwerpen en neerlandés) es la ciudad más grande de Flandes. Está situada a orillas del río Escalda, que ha jugado un papel clave en el desarrollo de esta ciudad. En él se encuentra uno de los puertos más importantes de Europa, que cuenta con unos cincuenta kilómetros de muelles.
Otro factor relevante en el desarrollo económico de Amberes es la presencia de una de las comunidades judías más importantes de Europa, que son los que se han encargado de la creación de una de las industrias del diamante más importantes del mundo, llegando a mover un 85% de la producción de diamantes en bruto. No en vano es conocida como la “Capital Mundial de los Diamantes”. Así que no dudéis en visitar sus numerosos comercios y talleres especializados en el tema, todos ellos ubicados en los alrededores de la Estación Central. Los que queráis saber más sobre estos preciados minerales podéis visitar el Museo del Diamante.
Pero Amberes también tiene otras “piedras preciosas” por la que merece la pena visitarla. La Grote Markt (Plaza Mayor), enmarcada por preciosos edificios gremiales de estilo renacentista, de entre los que sobresale el Ayuntamiento, es un espacio de imprescindible visita. En el centro destaca la presencia de la estatua-fuente dedicada a Silvius Brabo, el héroe que fundó la ciudad tras vencer al tirano Antigón, o al menos eso es lo que dice la leyenda. Tampoco hay que perderse la visita a la Catedral, en cuyo interior se pueden ver varias obras de Rubens. Precisamente este último es otro de los protagonistas de la ciudad, ya que residió en ella durante muchos años, y del que se pueden ver obras además de en la Catedral, en el Museo de Bellas Artes y en la Casa de Rubens.
Otros espacios de interés son el Museo Plantin-Moretus, que cuenta con antiguas máquinas de impresión consideradas Patrimonio de la Humanidad, y el Castillo de Steen, uno de los edificios más antiguos de Amberes.
Gante y las aventuras de su “Cordero Místico”
Gante (Gent en neerlandés) está situada en el cruce de los ríos Lys y Escalda. Precisamente sus aguas son protagonistas absolutas de la ciudad, contando con una importante red de canales que os recomendamos que recorráis en barca. Tampoco olvidéis hacer una visita a los muelles del puerto viejo, el Graslei (muelle de las herboristas) y el Korenlei (muelle del trigo), con sus bellas hileras de casas de diferentes estilos y épocas.
Entre sus monumentos sobresale el Gravensteen o Castillo de los Condes de Flandes, que fue construido en el S. XIII, y que se encuentra situado en el centro de la ciudad. Tocando con este castillo se encuentra el barrio Patershol, uno de los más antiguos de la ciudad, que conserva gran parte de su encanto, y que cuenta con una gran oferta de restaurantes donde darse un placer gastronómico. Continuando con los monumentos de la ciudad, destacan el Ayuntamiento,la torre Belfort y la Korenmarkt.
Y cómo no, hay que visitar la Catedral de San Bavón,en cuyo interior se encuentra uno de los principales protagonistas de Amberes, el políptico de "La Adoración del Cordero Místico", pintado por Jan Van Eyck en 1432. Además de ser una obra maestra cargada de simbología, es una de las piezas artísticas que más veces ha sido robada en la historia, además de haber sido troceada, censurada, vendida, falsificada y haber recorrido varios países. Casi es un milagro que la podamos ver hoy en día.
Brujas, la Venecia del Norte
Brujas (Brugge en neerlandés) es la más pequeña de las tres ciudades, pero sin duda alguna es la más bella y más popular entre los turistas. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, y que conserva gran parte de la esencia de su pasado medieval, es su principal atractivo. En él destacan la Grote Markt (plaza Mayor), la espectacular Torre del Campanario o Belfort, desde la que se pueden obtener buenas vistas de la ciudad, la basílica de la Sagrada Sangre, y la iglesia de Nuestra Señora.
Tampoco debemos olvidar la importancia de sus canales, motivo por el cual se la suele denominar la Venecia del Norte. Os recomendamos que deis un paseo en barca por sus canales y disfrutéis de la perspectiva que desde ellos se tiene de la ciudad, realmente merece la pena.
Para aquellos que queráis tomar un respiro, podéis hacer un plan tan curioso como visitar el Museo de la Patata Frita, donde conocer más a fondo la historia de una de las especialidades gastronómicas del país.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Alan Stanton, Mikel Santamaria, Carlos Andrés Reyes, ADTeasdale , Jiuguang Wang, Ed Webster
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