Estocolmo en cinco museos
En esta ciudad nacen tendencias musicales, tecnológicas y de diseño y también se desarrollan las últimas innovaciones de alcance mundial, y los centros de arte (museos, galerías, espacios de creación, etc.) son unos buenos espacios para tomar el pulso del espíritu de la ciudad. Nos adentramos en los lugares de arte más emblemáticos de la ciudad, abarcando ámbitos bien diferenciados entre sí, como son el arte contemporáneo, la fotografía, el arte decorativo y la música.
Estocolmo posee una rica historia con maravillosa arquitectura, museos, el Palacio Real, en una larga tradición de más de mil años, y prueba de ello la tenemos en el perfectamente conservado núcleo medieval urbano de Gamla Stan. Allí bares de tendencia y restaurantes de lujo se entremezclan con cafeterías históricas y encantadores pubs locales. Es una ciudad que acoge tanto galerías modernas y centros comerciales de marcas internacionales como pequeñas boutiques y establecimientos exclusivos. Clásicos como el Museo Vasa y los recién llegados modernos como ABBA El Museo y Fotografiska. En Estocolmo hay más de un centenar de atracciones y espacios de ocio y cultura para elegir. Hemos preparado abajo una lista con cinco espacios culturales que no te puedes perder .
The Vasa Museum
El Vasa es el último barco del siglo XVII que actualmente se conserva en el mundo, y sin duda es un tesoro artístico único. Más del 95 por ciento de la nave es original, y está decorada con cientos de esculturas talladas. Con 69 metros de largo este buque de guerra se hundió en su viaje inaugural en Estocolmo, en 1628, y fue rescatado 333 años más tarde, en 1961. Durante casi medio siglo ha sido cuidadosamente restaurado hasta dejarlo en óptimas condiciones. Los tres palos que sobresalen afuera del Museo Vasa muestran la altura de los mástiles originales de la nave. Actualmente este centro es el más visitado de toda Escandinavia, con más de un millón de visitantes al año. Hay diez exposiciones diferentes en todo el barco que cuentan como era la vida a bordo. La entrada es gratuita para todos lo menores de edad.
Palacio Real
El Palacio Real, actual residencia de los Reyes de Suecia, es uno de los palacios más grandes de Europa con más de 600 habitaciones. El palacio está abierto al público y alberga nada menos que cinco museos en su interior. Su construcción se remonta al siglo XVIII, siguiendo el estilo barroco italiano, y en la misma ubicación que había ocupado "Tre Kronor" –Tres Coronas-, el castillo que se quemó en 1697, y símbolo que conforma el emblema nacional. La visita se inicia con las espléndidas salas de la recepción, las cuales cuentan con unos interiores de los siglos XVIII y XIX que te dejan sin aliento. Continúa con el Rikssalen (salón de Estado) en el que se encuentra el trono de plata de la reina Kristina. Y acaba con la Ordenssalarna (cámaras de las órdenes de caballería). También se puede ver el Museo de Gustavo III de Antigüedades, el Museo Kronor Tre y el Tesoro.
El Palacio Real también contiene la Armería, en la que se puede admirar un espléndido catálogo de trajes reales y armaduras, así como carros de coronación y magníficos caballos de la Real Estable. Mejor no perderse el desfile de los soldados y el cambio de guardia que tienen lugar todos los días.
Fotografiska
Sin duda se trata de uno de los espacios dedicados a la fotografía más grandes del mundo. Fotografiska es tan grande que es capaz de presentar cuatro exposiciones de gran formato y cerca de veinte pequeñas exposiciones al año. Aquí se presenta el trabajo de fotógrafos suecos e internacionales, tanto desconocidos como consolidados. El nuevo restaurante de Fotografiska recientemente ganó el prestigioso Premio de Oro del Dragón y está dirigido por el famoso chef Paul Svensson. El concepto de su cocina se centra en platos ecológicos estacionales. En la cafetería del piso superior se encuentra uno de los mejores miradores de Estocolmo.
Moderna Museet
En este museo podemos encontrar una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Europa, que incluye obras que van de siglo XX hasta la actualidad, en la que no faltan artistas como Picasso, Dalí, Derkert y Matisse. Su programación, tanto de exposiciones temporales como de permanentes, lo sitúan en la primera línea. Moderna Museet se encuentra en la isla de Skeppsholmen, un entorno cautivador que parece sacado de un cuento de hadas. El edificio espectacular diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo es otro de los atractivos del museo. Además cuenta con un restaurante con vistas de Djurgården y Strandvägen.
ABBA El Museo
La música, la ropa, las letras, así como unos cuantos musicales y películas de ABBA, ahora se encuentran reunidos en Estocolmo conformando una gran exposición temática permanente. ABBA El Museo, está situado en la isla de Djurgården y forma parte del Salón de la Fama de la Música Sueca. Se trata de un espacio moderno e interactivo en el que la música no deja de sonar. ABBA es el grupo sueco con más éxito internacional de toda la historia. Sus más de 378 millones de discos vendidos dan fe de ello. El Museo ABBA hace un repaso del grupo desde su fundación en 1970, el impacto que causó su single “Waterloo” en 1974, sus grandes giras internacionales, y su definitiva separación en 1983. Desde entonces ABBA ha seguido con vida a través del trabajo musical de Björn y Benny, y del musical “Mamma Mia “que hizo renacer el interés por la banda.
La atmósfera en Estocolmo es abierta, tolerante y acogedora, y se fomentan la diversidad y el espíritu innovador. Estocolmo es una ciudad para todo el mundo. ¿A qué esperas para ir? ¡Consulta nuestros precios aquí!
Texto:Isabel y Luis Comunicación
Imágenes: Visit Stockholm, Ola Ericson
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El Manhattan de Europa
Por Tensi Sánchez de Actitudes Magazine
Fráncfort del Meno, comúnmente llamada Fráncfort o Frankfurt es considerado uno de los centros urbanos más importantes de Alemania y uno de los centros económicos y financieros más importantes de Europa.
La tradición y la modernidad conviven a lo largo y ancho de la ciudad alemana, a las orillas del río Meno, se erigen decenas de edificios metálicos y acristalados que recuerdan a las celebres vistas de Manhattan desde el río Hudson. Aunque la modernidad se ha abierto camino en la metrópolis bávara aún quedan muchos rescoldos arquitectónicos de lo que fuera hace cientos de año una de las ciudades más importantes del imperio alemán.
Una perfecta simbiosis que dota a Fráncfort de Meno de un ambiente atemporal, donde confluyen el estilo conservador alemán, la arquitectura contemporánea, el arte clásico europeo y el diseño más vanguardista, por ello la ciudad se adapta para cualquier tipo de turismo.
Desde Haupbanhof, la estación central, podemos recorrer prácticamente la ciudad sin usar el transporte público. Según vas adentrándote entre los modernos edificios de Fráncfort, la ciudad antigua se va abriendo camino y resurgiendo a cada paso. Entre las empedradas calles del centro nos encontramos la arquitectura clásica alemana, balconadas repletas de flores, casas con tejados rojos a dos aguas, pintorescos edificios que narran la historia de una ciudad medieval.
La arteria de la city la encontramos en la calle Zeil y sus calles colindantes, abarrotadas de tiendas y galerías comerciales, una buena opción es acudir a Zeil Galerie, donde encontramos tiendas como The Hub, una concept store con marcas como Acne, Filippa K, add, además de ropa outlet de Balmain, Mathew Williamson y piezas vintage de Moschino, Vivienne Westwood e Issey Miyake, entre otras. Cabe destacar Superette du design, espectacular tienda de decoración y gadgets y Leonid Matthias, tienda multimarca de diseñadores alemanes y extranjeros. Además desde la terraza del ático de Zeil Galerie podrás contemplar una de las vistas más hermosas del centro de la ciudad.
El casco antiguo de la ciudad alberga edificios célebres como el antiguo ayuntamiento Römer en la plaza de Römerberg, Hauptwache, la Ópera de Francfort, la Catedral de San Bartolomé, el Edificio de la Bolsa custodiado por un toro y un oso de bronce que representan el alza y baja de la propia bolsa. Por el contrario el centro histórico de la ciudad cuenta con edificios modernos y vanguardistas como son el Banco Central Europeo y el Museo de Arte Moderno MMK, uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo. Entre su amplia colección podemos encontrar obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg, Pablo Picasso, Mario Merz, Jeff Wall, Marlene Dumas, Bruce Nauman… Además, el museo contiene el restaurante Club Michel City, ambientado al más puro estilo pop-art, perfecto para hacer un break y descansar.
A orillas del fastuoso río Meno encontramos la zona de los museos, conocida popularmente como Museumufer (La Ribera de los Museos) integrada por una decena de villas reconvertidas en zonas culturales provistas todas ellas de cafeterías, tiendas y extensos jardines. Uno de los más especiales es el Museum Angewandte Kunst, donde puedes encontrar diseño de moda y decoración asiáticos y diseño de mobiliario made in Frankfurt de principios 1925 hasta 1985, además el museo cuenta con una concept store y un restaurante. Otro museo importante de Fráncfort es el museo de arte Städel Museum, que alberga una de las más importantes colecciones de Alemania: Rembrandt, Edgar Degas, Johannes Vermeer, Botticcelli, entre otros grandes nombres de la historia.
Una de las maravillas que más llama la atención de la ciudad es el Frankfurter Skyline, la panorámica de todos los rascacielos Francfort, donde se encuentran los edificios más altos de Europa, llegando hasta más de 331 metros de altura. Las vistas desde algunos de sus puentes son increíbles al atardecer.
El Frankfurter Skyline está compuesto por más de 26 torres, destacamos: Commerzbank Tower diseñado por el arquitecto Norman Foster con 259 metros considerado el edificio más alto de Fráncfort y el segundo la Unión Europea, aunque le supera en altura Europaturm con 331 metros pero la torre de observación no es considerada generalmente un edificio al no tener plantas consecutivas que puedan ser ocupadas. También destacan las torres de Westendtower, Opernturm, Tower 185 o Main Tower, este último es uno de los edificios más visitados por los turistas previo pago, además consta de un excelente restaurante, Main Tower Restaurant & Lounge.
En el rascacielos Eurotheum, se encuentra elINNSIDE Frankfurt Eurothem, el lugar perfecto para desconectar y relajarse a la noche, situado a partir de la planta 22 podemos disfrutar de un magnífico cóctel amenizado con música en directo de piano mientras observamos a través de sus ventanales el cielo estrellado de la ciudad, una experiencia única. Aunque este hotel es maravilloso, para los que tengan vértigo y quieran un ambiente más tranquilo pueden alojarse en el vanguardista hotel de la misma cadena, INNSIDE Frankfurt Niederrad, situado tan solo a una parada en tren de la estación central, es el lugar perfecto para relajarse y descansar tras visitar la ciudad.
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Por Tensi Sánchez de Actitudes Magazine
Foto Rubén Seco
Berlín en 9 discos
De David Bowie o Iggy Pop a U2 o R.E.M, Berlín ha sido fuente de inspiración para los más insignes embajadores del pop y del rock (su trascendencia en la cultura de club merece un artículo aparte). Con los iconográficos estudios de grabación Hansa Studio by the Wall como principal centro de experimentación y creación, la capital alemana reluce como indisociable telón de fondo de referencias imprescindibles en el devenir de la música durante las últimas décadas.
«Heroes» (David Bowie, 1977)
A finales de la década de los 70 David Bowie se refugió en Berlín buscando inspiración. Periplo germano del que acabó surgiendo la “Berlin Trilogy”: triada de álbumes iniciada con Low (1977) y clausurada con Lodger (1978) pero que halló en el intermedio Heroes su mejor exponente. Grabado en los míticos Hansa Studio by the Wall, el tema que da título al disco narra la historia de dos amantes que amagan su idilio entre las sombras del Muro de Berlín.
«Lust For Life» (Iggy Pop, 1977)
Siguiendo los pasos de su amigo David Bowie, Iggy Pop se trasladó a Berlín para modelar su carrera en solitario. El primer capítulo de aquella nueva etapa fue The Idiot (1977). Mejor aún resultaría el siguiente, Lust for Life, ese mismo año. Con los Hansa Studio by the Wall convertidos nuevamente en el centro de operaciones, Iggy Pop tardó tan solo ocho días en dar vida a imprescindibles de su repertorio como Lust for Life, The Passenger o Tonight.
«Kollaps» (Einstürzende Neubauten, 1981)
Pocos álbumes han captado tan bien la esencia del Berlín de inicios de la década de los 80 como Kollaps, el debut de Einstürzende Neubauten. Banda imprescindible del post-punk más industrial y experimental, en su carta de presentación la formación capitaneada por Blixa Bargeld elaboró una colección de piezas que aún hoy, más de tres décadas después, siguen resonando lacerantes, psicóticas y opresivas. Una exquisita tortura para los oídos.
«Night Time» (Killing Joke, 1985)
La banda de punk industrialoide Killing Joke alcanzaría una de sus mayores cimas creativas con este Night Time, obra que se intuye como un interludio entre la rugosidad de sus inicios y los pasajes más calmos con los que experimentarían (infructuosamente) posteriormente. Por cierto, escuchad ese Eighties que cierra el disco y luego haced lo propio con el Come as You Are de Nirvana. ¿Influencia, casualidad o plagio?
«Black Celebration» (Depeche Mode, 1986)
Depeche Mode se trasladaron hasta Berlín para trazar su quinto álbum de estudio. Con Martin L. Gore consolidándose como motor creativo de la banda; como ya deja intuir su título, Black Celebration percute en los pasajes sonoros de tinte sombrío con los que los británicos venían flirteando en obras precedentes como Construction Time Again (1983) y Some Great Reward (1984). Definitivamente, uno de los discos más influyentes de la década de los 80.
«Your Funeral… My Trial» (Nick Cave And The Bad Seeds, 1986)
Nick Cave lo ha declarado en más de una ocasión: Your Funeral… My Trial es el mejor álbum de su trayectoria. Ciertamente, su cuarto largo amaga algunos de los más estremecedores cortes jamás firmados por el australiano, como el homónimo Your Funeral, My Trial,Stranger Than Kindness o aquel The Carny que un año más tarde Cave y sus Bad Seeds interpretarían en el film de Wim Wenders El cielo sobre Berlín.
«Bossanova» (Pixies, 1990)
Perpetrado en Berlín, el tercer álbum de Pixies figura, sin lugar a dudas, como una de las obras magnas del rock independiente. Escondite de sencillos irresistibles como Velouria, Dig for Fire o Allison, a su habitual apuesta de melodías certeras enmarañadas entre guitarrazos distorsionados; musicalmente Bossanova toma prestamos del surf y el space rock. Sin ser un trabajo conceptual, gran parte de los temas hacen referencia a alienígenas, ovnis y resto de parafernalia extraterrestre que tanto obsesiona a su líder, Black Francis.
«Achtung Baby» (U2, 1991)
Tras haberse sumergido en las raíces de la música norteamericana con Rattle and Hum (1988), U2 viraron radicalmente su sonido con su siguiente entrega. Trasladados a Berlín para contagiarse de los vientos de cambio que soplaban en la ciudad, los irlandeses pillaron desprevenido a todo el mundo con un trabajo amarado en las esencias de géneros en eclosión como el rock independiente y la música electrónica. Achtung Baby es uno de los discos definitivos de la historia del rock.
«Collapse Into Now» (R.E.M., 2011)
R.E.M. fueron una de las bandas más populares de las últimas décadas, con el añadido de que siempre supieron mantener intacta su integridad y credibilidad artística. Separados el mes de septiembre de 2011, pocos meses antes publicaron el que significaría su último disco, Collapse Into Now. Grabado (efectivamente) en los Hansa Studio by the Wall, es una despedida notable con instantes que rozan lo excelso como Discover, Mine Smell Like Honey o Überlin.
Berlin Musictours ofrece una amplia y más que interesante oferta de recorridos por aquellos puntos relacionados con la siempre efervescente actividad musical de la capital alemana. Entre los diferentes paseos a realizar, destacan propuestas como Bowie Berlin Tour, U2 Berlin Tour, Depeche Mode Berlin Tour o Hansa Studio Tour. ¿A qué esperas para descubrir un Berlín a la carta musical? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Oriol Rodríguez para ISABELYLUIS Comunicación
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Hedonismo de agua dulce la fiebre del baño en Zúrich
Es un día cálido en Zúrich. Estamos a las puertas de verano. Muchos locales han salido a la calle con ropa de baño bajo el brazo. Y es que la burguesa Zúrich, afincada en el podio de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo, no sólo exhibe un aplastante poder económico, una belleza de postal, y un orgullo nacional por la puntualidad de sus transportes. Zúrich es, por encima de todo, el paraíso de los “Badis”, nombre afectuoso con el que denominan a los baños públicos al aire libre que se extienden por toda la ciudad a orillas de los ríos Limmat y Sihl y del Zürichsee (lago Zúrich); un álter ego de agua dulce que renace año tras año cuando las temperaturas alcanzan las cotas más altas.
Be Water My Friend!
Cinco minutos bastan para darse cuenta que el agua aquí juega un papel protagonista. La mantienen limpia, la exhiben, y le rinden culto. No solo estamos ante la ciudad con más fuentes de agua potable del mundo, unas 1200, sino que además su calidad es inmejorable y su sabor está a la altura de las aguas minerales gourmet.
Con una treintena de instalaciones de baño y casi veinte piscinas al aire libre, ninguna otra ciudad en Europa ostenta tal concentración de baños públicos por cápita. Abiertos a diario de mayo a septiembre, desde la salida a la puesta de sol, los Badis son el epicentro de la vida social. Con los años cada uno ha desarrollado su personalidad, y los hay para todos los públicos y bolsillos. ¡Y todavía hay más! Cuando cae la noche un gran número de instalaciones cobran una nueva vida y se transforman en Badi-Bars, ofreciendo bebidas, cenas, proyecciones de películas y música hasta altas horas de la madrugada.
Animados por el tamaño mediano de esta metrópolis a pequeña escala, y decididos a ahorrar unos francos en transporte, nos dirigimos a alquilar una bici en Züri rollt, el servicio municipal gratuito, donde dejando un depósito de 20 francos puedes disfrutar de la ciudad sobre ruedas. Bajo el lema Do As The Locals Do empezamos el tour.
¡Los romanos se bañaban aquí!
La tradición del baño en Zúrich no es una moda reciente. Su historia se remonta a hace 2000 años, cuando los romanos fundaron los primeros baños públicos en la antigua Turicum -nombre latino de la actual Zürich. Las ruinas de Thermengasse, en pleno centro histórico, todavía se pueden visitar y vienen acompañadas por información detallada de esta tradición ancestral.
Pero no es hasta principios del siglo XIX que la escena bañista eclosiona y los Badis empiezan a colonizar la ciudad. Lo que en un principio surge como una alternativa a equipar las casas con agua corriente, pronto se extiende como la pólvora, y hacia el 1900 ya encontramos 20 baños públicos, eso sí, ¡prudentemente separados por sexos!
Ante tal panorama no es de extrañar que bañarse al aire libre forme parte del ADN de Zúrich. Los locales rinden culto a sus Badis, y los visitantes pronto encuentran su lugar entre una oferta más que sexy.
Mujeres y hombres, y viceversa
¡Nos vamos de paseo por las aguas tranquilas del centro histórico! El primer alto en el camino es el veterano Frauenbadi. Construido en 1837 a orillas del río Limmat y destinado exclusivamente a mujeres desde su fundación hasta hoy, no hay sitio para tomar el sol con mejores vistas de la Grossmünster, la imponente catedral. Reconstruido en estilo Art Nouveau, conserva todo el carácter de la Belle Époque, con un gran claustro de madera cercando la piscina, plataformas para broncearse y accesos a la transparentísima agua del río. Por la noche, este clásico Badi se transforma en el elegante Barfussbar, con música en vivo, noches literarias y danza, donde hombres y mujeres toman cócteles bajo una misma consigna: ir descalzos.
Y como los polos opuestos se atraen, a pocos minutos de allí nos topamos con el Flussbad Schanzengraben, su homólogo masculino, un oasis de tranquilidad reservado exclusivamente a hombres. Este encantador Badi es la instalación de baño más antigua de la ciudad y ha estado en funcionamiento desde 1864. Rodeado por los restos de las antiguas murallas, aquí las corrientes son lentas y nadar no supone un deporte de riesgo. Más allá de las horas de baño, el sitio cambia radicalmente de aspecto y se convierte en el Rimini Bar, un bar restaurante íntimo muy popular en verano, dónde mujeres y hombres se relajan en la zona chill-out mientras la comida se cuece en la barbacoa. El local, de un glamour discreto 100% Swiss style, es el rincón perfecto para picar y tomar algo al fresco, bailar al ritmo de los DJs invitados, y realizar compras en su mercado semanal de diseñadores locales y ropa vintage.
Alpes, arena y deportes en Zürichsee
Tras un chapuzón en pleno centro nos dirigimos al lago donde bañarse en compañía de patos y cisnes. La historia del Zürichsee está estrechamente ligada a la historia de la ciudad. Los muelles y paseos que recorren sus orillas, inaugurados en 1887, supusieron la entrada de la ciudad en la era moderna; Zúrich ganaba así terreno al agua, dejando atrás la congestionada ciudad medieval.
En la orilla derecha, pasando por la Ópera y la emblemática Bellevueplatz, se halla el Badi más cool, el Seebad Utoquai. Bañarse en sus aguas es como viajar al siglo XIX. Abierto por primera vez en 1890, el histórico Badi es toda una institución en Zúrich. Partes del edificio original de madera siguen intactas, y su colección de piscinas es uno de los rincones más trendies de la ciudad. Áreas para hombres, mujeres y mixtas; accesos directos al lago, plataformas flotantes y terrazas para tomar el sol, todo ello maridado con gente guapa que toma copas, charla animadamente o se dirige a la zona de masajes. Si tienes hambre, el restaurante sirve platos y tapas con aromas mediterráneos. Aunque si lo que buscas es tranquilidad, aquí no la vas a encontrar. Los alrededores están muy concurridos por barcos, veleros y paddles hasta bien entrada la noche. Definitivamente the-place-to-be para los más hedonistas que desean atrapar los últimos rayos de sol antes que mueran en el lago.
Cambiamos de tercio y saltamos a la orilla izquierda. ¡Nos bañamos mirando a los Alpes en el Seebad Enge! Abierto todo el año, en verano se puede disfrutar de piscinas mixtas y plataformas flotantes dentro del lago, y de la sauna durante los meses más fríos. Aunque para ser sinceros, aquí mucho no se nada. Con sesiones de yoga, estética, técnicas de relajación y clases de Stand Up Paddle, este Badi es sobre todo un espacio social para treintañeros donde mostrar los últimos modelos en ropa de baño, mirar y ser visto. Los fines de semana se llena hasta arriba de jóvenes tomando brunchs. Por la noche el Badi no cierra y se pone en marcha la barbacoa y el bar con conciertos al aire libre, slams de poesía y cócteles.
¿Una playa de arena fina con sabor a Mediterráneo? Has llegado al Strandbad Mythenquai, un sitio ‘ideal para familias con niños’ de aguas poco profundas, césped verdísimo dónde extender la toalla, hacer un picnic o leer. Los más osados pueden tirarse desde su imponente torre de saltos con plataformas de 1, 3 y 5 metros y zambullirse en las aguas insultantemente cristalinas de este lago urbano.
Río abajo en Zürich West
¡Bienvenidos al paraíso del freestyle! Hemos llegado a Zúrich West, el barrio híper-creativo y un bastión tomado por los jóvenes más cool. Aquí todo vale, aunque si no quieres desentonar, tírate río abajo y déjate arrastrar por la corriente.
El Badi de los Badis es el Flussbad Oberer Letten, un espacio urbano inundando por bicis y grafitis a orillas del Limmat donde no hay reglas escritas; observa a los locales y juzga por ti mismo. Tanto si optas por tomar el sol en las plataformas, hacer un picnic, o refrescarte con un Spritz del Primitivo a la hora del apero -hacia las 5pm coincidiendo con el afterwork- asegúrate de que tu cuerpo está en plena forma y tu outfit acorde con las tendencias del momento. ¡Estás en pleno territorio hipster!. Si tienes calor, dejar tus ‘trastitos’ allí donde estés y salta al agua, tienes cuatrocientos metros de nado libre por delante. Por la noche es el momento del macropopular Panama Bar, que sirve comida y pincha música de baile en unas de las mejores fiestas de la ciudad.
Si todavía te queda un soplo de energía, sigue río abajo guiado por el colosal Silo, un mastodonte de hormigón inaugurado en 2016 que sirve como almacén de grano y es la segunda torre más alta de la ciudad. Justo a medio camino se interpone el Flussbad Unterer Letten. Aquí la corriente es más rápida, y prueba de ello son las hordas de jóvenes que peregrinan hasta allí con colchonetas y barcos hinchables para realizar la bajada. Los bañistas que saltan se abandonan a su suerte, dejándose llevar por la fuerza del agua; algunos luchan sin éxito a contracorriente, intentando avanzar río arriba, aunque pocos lo consiguen. Los que se han quedado en tierra charlan, beben vino, desempaquetan sus picnics, o descansan en el césped. ¡Ah! y en verano el Badi acoge dos semanas de cine independiente al aire libre.
Esta es la dolce vita de Zúrich, un microcosmos sorprendente para el turista no iniciado que alcanza su punto álgido durante la estación de baño. Si tienes pensado visitar la ciudad más grande de Suiza durante el verano reserva tu Vueling aquí.
Texto de Núria Gurina i Puig
Fotos de Zürich Tourism/Caroline Minjolle; Tourism/Elisabeth Real; Zürich Tourism/Martin Rütschi; Roland Fischer; Núria Gurina
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