Marsella pura provenza francesa
Si estás planeando un viaje donde mezclar ocio, cultura y relax, Marsella, al sur de Francia, es tu ciudad. Su agradable clima, su entorno y su luz han sido fuente de inspiración de célebres artistas como Braque, Cézanne, Derain o Marquet. Fundada por los griegos, es una de las ciudades más antiguas de Europa y la segunda en Francia. Además, esta ciudad es la segunda más poblada del país galo. Su riqueza histórica y la gran cantidad de monumentos, localizaciones y museos la han convertido en un destino más que destacado entre el turismo internacional.
Dado a que es el tercer puerto más importante de Europa, tras Rotterdam y Amberes, ha sido lugar de paso obligado para muchas embarcaciones internacionales, lo que ha favorecido la actual mezcla cultural que se respira en sus gentes, sus barrios y sus edificios, convirtiéndola en una urbe de lo más cosmopolita.
Una escapada de cinco días es suficiente para vivir esta ciudad. La mejor opción es dividir las visitas por zonas. El transporte es muy bueno y puedes desplazarte en metro, autobús o ferry. Lo ideal es optar por el Citty Pass; es económico y sirve tanto para entrar en museos como para el transporte y las visitas a las islas.
Elegir un hotel bien situado es un buen comienzo para facilitarte el desplazamiento por esta maravillosa ciudad. El Beauvau Marsella Viejo Puerto es una perfecta elección, ya que cuenta con un excelente servicio y está a dos pasos de la estación de metro de Vieux Port (Puerto Viejo), uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. En las calles colindantes al puerto, se encuentran un montón de puestos callejeros donde comer ostras o comprar todo tipo de especias a precios verdaderamente interesantes.
En la misma zona se encuentran cantidad de restaurantes donde poder degustar un exquisito pescado fresco o una soberbia sopa Bullabesa. De entre ellos destacaremos estos dos:
Une Table au Sud: Este restaurante posee unas magníficas vistas al puerto y nos ofrece una cocina moderna y creativa para chuparse los dedos. Entre las especialidades destaca su deliciosa sopa de castañas y erizos de mar.
Le Miramar: Dicen de él que es el mejor restaurante de la ciudad en el que tomar la famosa sopa Bullabesa. Déjate seducir.
Un agradable paseo por el puerto te conduce hasta el Fort Saint-Jean, construido durante el reinado de Luis XIV, donde se encuentra el Museo MuCEM, el primer museo nacional dedicado a las civilizaciones del Mediterráneo en el siglo XXI. Un lugar multidisciplinar en el que se entrecruzan la antropología, la historia, la arqueología, la historia del arte y el arte contemporáneo. El museo se compone de tres emplazamientos unidos por el Fort Saint- Jean, lo que invita al público a deambular por un agradable jardín al estilo mediterráneo. Cuenta, además, con una segunda pasarela que lo une al barrio de Le Panier, que parte desde la puerta real del fuerte hasta la iglesia de Saint-Laurent. Pese a su antigua mala reputación, a día de hoy en este barrio se mezclan los edificios y plazas más tradicionales con tiendas de nuevos diseñadores, restaurantes y museos, lo que le aporta un aire de lo más bohemio. No puedes dejar de visitarlo.
Cours Julien es otro de los barrios interesantes. Un jardín ocupa el centro de la plaza que alberga tiendas de moda, teatros y terrazas. Las calles Bussy l'Indien, Pastoret y Vian destacan por su estilo alternativo, con numerosos clubs, cafés y tiendas. ¡Atención a los graffitis callejeros!
Dada la situación geográfica de Marsella, es perfecta para hacer excursiones en barco. Desde el Vieux Port puedes acceder al ferry urbano. Un imprescindible que no puedes dejar pasar por alto es la visita al Castillo de If, donde se puede ver todavía el agujero que cavó el primer prisionero en el muro de una de las celdas. Alejandro Dumas se basó en él para dar vida a su famoso Conde de Montecristo.
Desde aquí puedes seguir con una visita a las islas Frioul; pasar la tarde en una de sus numerosas calas, playas o criptas arenosas es un plan perfecto para rematar el día. La sensación de libertad y relax es absoluta.
Dos visitas irremplazables son la de la Basílica de Notre-Dame de la Garde y la del Palacio Longchamp. La basílica es una figura emblemática de la ciudad. Situada en lo alto de la colina, con unas impresionantes vistas a 360º, vela por los marineros, los pescadores, y todos los marselleses. Su estilo romano-bizantino responde a la perfección al programa de las grandes construcciones emprendidas por Napoleón III en Marsella. Para acceder a ella se puede tomar un autobús que sale desde el mismo Vieux Port. El palacio, monumento inaugurado en 1869, conmemora la llegada de las aguas del canal del Durance a Marsella. Reúne en un mismo emplazamiento el museo de Bellas Artes, el museo de Historia Natural y un parque botánico.
Los improvisados mercadillos callejeros abundan por toda la ciudad. Es muy frecuente ver mercados de todo tipo: fruta, pescado, ropa, antigüedades, etc. Déjate llevar por la vida marsellesa y mézclate, seguro que descubres algún capricho que comprar.
¡Y no puedes irte sin conocer el famoso jabón de Marsella! Su interesante historia se remonta al siglo XVI. Puedes, así mismo, visitar alguna de sus siete fábricas.
La oficina de turismo se encuentra situada muy cerca del Vieux Port. Allí podrás obtener el City Pass y recabar mucha información para organizar tu estancia en Marsella.
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Texto : Tensi Sánchez de www.actitudesmgz.com
Fotografía: Fernando Sanz
Ruta por la Menorca británica
No, no es que nos hayamos puesto el objetivo de persigáis a todos los británicos que viajan a la isla, que son unos cuantos, o visitar los locales que frecuentan, que seguramente daría para otro post, sino que lo que queremos es adentraros en una pequeña parcela del pasado de Menorca que ha dejado múltiples huellas en ella. Y es que esta isla balear además de bellas playas donde relajarse, tiene en su haber una situación estratégica en el mar Mediterráneo que bien le valió en el pasado ser la niña bonita codiciada por todos en el baile por el control comercial en el Mare Nostrum. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, normandos, árabes, españoles, británicos y franceses lucharon por tener esta pequeña parcela en el mar.
En esta ocasión nos vamos a centrar en la corona británica que durante poco menos de un siglo, desde 1708 hasta 1802, que se firma el Tratado de Amiens, ocupó Menorca, y dejó buena impronta de ello en sus gentes, la arquitectura, la lengua, la gastronomía, entre otras muchas cosas.
Un primer aspecto que llama la atención es lapresencia de anglicismos en el menorquín,con palabras como fáitim(fight him- pégale), joques (joke- bromas), o fingles (fingers- dedos),o con expresiones como quatre mens i un boi (men, boy, para decir que había pocas personas), o fer un trinqui (drink,echar un trago).
La gastronomía es otro de los aspectos culturales de Menorca en los que ha quedado su huella. En las recetas más antiguas se usa la manteca de cerdo en lugar de aceite; uno de los postres típicos de la isla, la greixera dolça, no deja de ser una reinterpretación del pudding inglés; y la pomada, un de los combinados más populares de Menorca, presente en todas sus fiestas, contiene gin, la ginebra menorquina, que como bien habrás podido deducir, fue introducida por los británicos.
También son numerosos losrestos arquitectónicosrelacionados con la época de la ocupación británica y a los que os recomendamos acercaros en algún momento de vuestra visita a la isla. A continuación os hemos hecho una relación de algunos de los más relevantes:
Los alrededores del puerto de Mahón. Durante la estancia de los británicos en Menorca se realizó un especial esfuerzo en defender el puerto de Mahón mediante la construcción de una serie de fuertes y torres con los que protegerlo del enemigo. Es el caso del Fuerte de Marlborough, situado en la cala Esteve, al sur del puerto, construido entre 1720 y 1726 en honor a Sir John Churchill, duque de Marlborough. Hoy en día es un museo dedicado a la historia de Menorca y a la historia de Europa durante el siglo XVIII. No olvidéis recorrer su foso y disfrutar de las vistas de la zona histórica del puerto de Mahón.
También ubicado en la orilla sur de la bocanada de acceso al puerto se encuentrael castillo de San Felipe, construido en el siglo XVI por los españoles para protegerse de los turcos, y tras la ocupación británica su exterior sería reforzado. Lo que llama la atención en la visita a este monumento son sus galerías subterráneas, un auténtico laberinto de pasillos que sirvió de refugio tanto a españoles como a británicos de los ataques del enemigo.
Muy cerca del castillo de San Felipe está la población de Es Castell que fue fundada por los británicos en 1771, siendo bautizado con el nombre de Georgetown. Construida siguiendo un trazado ortogonal, destaca su gran plaza de la Explanada en la que se encuentra el ayuntamiento. Con la vuelta de los españoles a la isla, sería rebautizado como Villacarlos, en honor a Carlos III.
Por último, en el puerto de Mahón está situada la isla del Rey, también conocida como The Bloody Island, (La Isla Sangrienta) ya que fue en ella en la que desembarcó el rey Alfonso III en 1287 camino de la conquista de Menorca a los musulmanes. Además de los resto de una iglesia paleocristiana, están los del hospital militar construido por los británicos.
El camino d’en Kane. Sir Richard Kane gobernó Menorca durante los dos primeros períodos de la ocupación británica. Entre las múltiples medidas que tomó está la construcción de un camino comunicando Mahón con Ciutadella. En la actualidad queda el tramo que une Mahón con Mercadal. Os recomendamos recorrerlo, a poder ser en bicicleta, y disfrutar del paisaje del interior de la isla. En el camino encontraréis un pequeño obelisco en homenaje a la labor de Sir Richard Kane.
Torres de vigilancia. Son múltiples las torres construidas por los británicos con el objetivo de alertar de la llegada del enemigo. La más grande de todas es la Torre de Fornells, pero encontrarás muchas otras en el perímetro de la isla: la Torre des Castellar (Ciutadella), la Torre de Sa Mesquida, la Torre Cala Molí (Mercadal), etc.
Por último lugar, y siguiendo con la estela británica, os recomendamos dos casas de estilo colonial donde podréis hospedaros: el Hotel Son Granot, construido en 1712, y con unas vistas magníficas al puerto de Mahón, y el Hostal El Almirante, de 1809, situado en Es Castell.
Te animamos a que entre cala y cala aproveches para ir en busca del pasado de la isla, ¡consulta tu Vueling a Menorca aquí!
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de jorapa , Fundació Destí Menorca
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Descubre la isla de La Graciosa
Lanzarote es una de las islas más hermosas del Las Islas Canarias, y La Graciosa, al noroeste de esta, es sin duda uno de sus maravillosos tesoros. Ambas islas están separadas por un brazo de mar conocido como El Río. No queda muy claro de donde le viene el nombre a la isla. Hay quien mantiene que ya se llamaba así antes de la incorporación de Lanzarote a la Corona de Castilla, tras la campaña del conquistador normando Juan de Bethencourt en 1402. En todo caso, su nombre le hace justicia.
La Graciosa es la mayor de las islas e islotes que componen el Archipiélago Chinijo. Al sur predominan amplias playas de arenas rubias, como las de La Cocina y La Francesa. También en el litoral se localizan sus dos únicas poblaciones: Caleta de Sebo y Pedro Barba. El primero constituye el núcleo de población principal, mientras que el segundo está actualmente deshabitado. Al igual que el resto de las islas Canarias, su origen es volcánico. Su pico más alto es el de Las Agujas, con 266 m de altitud.
Reserva Marina del Archipiélago Chinijo
La isla de La Graciosa se enmarca dentro de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo -gentilicio local que significa pequeño, se utiliza sobre todo para referirse a los niños-. Con 70.700 Hectáreas es la mayor reserva marina de Europa y un área de excepcional valor paisajístico. Esta gran reserva está entre los municipios de Teguise y Haría y está formada por los islotes de La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste o del Infierno y El Risco de Famara.
La Graciosa cuenta con una inmensa riqueza desde el punto de vista biológico. Hasta el momento se han catalogado 304 especies de macroalgas marinas, lo que representa un 53,15% de la florula total del Archipiélago Canario y es la zona de las Islas con mayor índice de diversidad de especies de macroalgas.
Los recursos de estas aguas explican la abundancia de aves marinas, que encuentran en ellas la base de su alimentación por eso el parque ha sido declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La población más numerosa es la Pardela Cenicienta. También destacan algunas especies raras o que están amenazadas como el cernícalo, las lechuzas, el halcón de Leonor, y el Guincho -o águila pescadora-.
Otro de los valores potenciales más significativos de esta Reserva Marina, lo constituyen, sin duda, las referencias históricas sobre la presencia de la foca monje. Este vertebrado marino, que se encuentra hoy en peligro de extinción a nivel mundial, sobrevivía gracias a la tranquilidad y riqueza biológica que ofrecían estas costas, con abundantes cuevas y jameos donde se refugiaba y reproducía. Actualmente, Alegranza es uno de los territorios potenciales para la reintroducción de poblaciones de esta foca, muy esquilmada y expoliada en las cercanas costas mauritanas y mediterráneas.
Viaje al mundo submarino
La práctica del submarinismo está cada vez más extendida en la isla. Existen tres zonas importantes. La primera es El Canal, entre Alegranza y el Roque del Oeste. Allí encontrarás una plataforma a una profundidad de 25-30 m con una gran falla de unos 35-40 m donde hay gran cantidad de fauna. Proliferan meros, abades y medregales de gran tamaño, así como numerosas gorgonias rojas, amarillas y blancas. Otra área ideal para bucear es Montaña Amarilla, al Suroeste de La Graciosa, junto a Punta del Pobre. Cerca de la costa existe una vera de unos 12 m de profundidad que a medida que nos alejamos se sitúa perpendicular a la orilla alcanzando los 20 m. Encontramos aquí gran abundancia de peces, sobre todo seifíos, salmonetes, pejeperros y langostas canarias. Por último la zona de Alegranza. Al llegar se aprecia la abundancia de su litoral. Desde la embarcación se pueden ver cangrejos y lapas de gran tamaño. Bucear en estas aguas es un privilegio, sobre todo, desde que se constituyó la Reserva Marina. Para poder bucear es esta zona necesitamos tramitar la documentación en el Gobierno de Canarias.
En estos paisajes subacuáticos nos sorprenderán las grandes colonias de gorgonias en puntos de fuertes corrientes. Fijadas a las rocas, dependen del alimento que llega hasta ellas por el agua. La prohibición de pesca comercial en esta área restringida permite que los peces se reproduzcan con facilidad, enriqueciendo estas aguas en cantidad y variedad. Peces como el lábrido, que en otras zonas ha desaparecido, son abundantes aquí, al igual que salmonetes ansiosos por buscar alimento en los fondos más arenosos.
¿A qué esperas para zambullirte en las profundidades de La Graciosa, en el Archipiélago Chinijo, Lanzarote? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto e imágenes de Turismo Lanzarote
+ infoTenerife en nueve deportes de agua
A la larga lista de activos de ocio relacionado con la tierra que ofrece la isla hay que añadir otra dedicada exclusivamente a deportes y actividades que se desarrollan en sus aguas oceánicas. La isla tinerfeña prácticamente se ha convertido en un gimnasio al aire libre abierto 365 días al año. A su favor tiene el clima, sus paisajes y espacios naturales, lo cual hace que sea mucho más atractiva la práctica del deporte, tanto si se hace de forma amateur como si se realiza profesionalmente. A continuación vamos a hablar de una serie de deportes y disciplinas de entretenimiento relacionados con el mar. Hay para todos los gustos: desde los que se pueden practicar en solitario, hasta los que se pueden disfrutar en pareja o en familia.
¿Diversión? El mar es el medio
Las aguas del océano Atlántico suponen uno de los grandes tesoros de Tenerife gracias a su permanente estado cristalino y su temperatura agradable y constante durante todo el año. Aquí van nueve deportes con los que desearás no volver nunca más al tedio de la vida rutinaria:
Buceo
Vamos a empezar metiendo la cabeza bajo la superficie, ¿a ver qué encontramos ahí abajo? La Isla dispone de 60 puntos de inmersión distribuidos por toda la costa con fondos de arena, roca o arrecife volcánico. Son fondos marinos variados y repletos de vida. La visión es increíble gracias a sus aguas cristalinas que permiten que los rayos penetren hasta prácticamente los 40 metros de profundidad.
Apnea
Seguiremos con los deportes que requieran sumergirse. Además del mar, en la isla existen centros de iniciación y perfeccionamiento de la práctica de la apnea. La temperatura del mar, su escasa variación de temperatura entre los 0 y 50 metros (de apenas un grado centígrado) y la gran visibilidad hasta los 20-25 metros son algunas de sus excepcionales condiciones. Se puede practicar en toda la isla, pero cabe destacar la vertiente oeste debido a las peculiaridades propias de la orografía, que hacen que la temperatura, las corrientes y el tiempo sean las ideales para realizar la apnea en todas sus modalidades. Si lo deseas, puedes contar con todos los medios necesarios, tanto si quieres iniciarte en este deporte acuático como si eres un experto y quieres perfeccionar tu técnica.
Windsurf
Pero, aquí el “deporte Rey” es el windsurf. Playas como la del Médano (la clave del éxito: los más de 300 días al año de viento) son perfectas para los aficionados de este deporte, que cuentan en la localidad con tiendas de venta y reparación de su material, empresas que ofrecen cursos y hasta el alquiler de equipos. La isla acoge pruebas del más alto nivel, entre ellas el Campeonato del Mundo de la especialidad.
Kite Surf
Al igual que ocurre con el windsurf, El Médano (Granadilla de Abona) es el lugar ideal para su práctica. De hecho se encuentra entre los mejores de toda Europa. Los vientos soplan fuerte casi todo el año, y la temperatura del agua se mantiene en la horquilla de los 16-26 grados centígrados entre el invierno y el verano.
Surf & Body board
La costa de la isla está literalmente plagada de zonas para practicar estos deportes. En prácticamente todo su perímetro encontrarás algún enclave óptimo para su práctica. Las olas con mayor fuerza rompen en las zonas norte y noroeste de la isla. El área sur y suroeste tiene un oleaje menos intenso. No obstante, la fuerza del mar varía en función de la época del año.
Stand up paddle
Esta modalidad de deporte marino últimamente está ganando muchos adeptos en todo el mundo. Puede ser practicada en diferentes zonas del este y sureste de la Isla y es ideal para practicar solo, en pareja o en familia.
Kayak
El kayak es un deporte muy de moda que permite acercarse a paisajes espectaculares como el acantilado de Los Gigantes (de 600 metros de altura), con cuevas y calas naturales. El kayak es una disciplina muy fácil de aprender. ¡Ya verás!
Vela y vela ligera
Las aguas tranquilas y el clima apacible hacen de la isla un sitio perfecto para navegar. Sus hasta nueve marinas (consúltalo aquí) para el atraque de embarcaciones repartidas por el norte, y especialmente en el sur, la hacen muy atractiva para esta práctica.
Pesca de altura
Es un deporte que año tras año gana más adeptos. A las propias condiciones climáticas y marinas de la isla se une que Tenerife se encuentra en la ruta migratoria de gran variedad de especies como los marlines azules y los atunes.
Si quieres conocer más sobre la práctica de todos estos deportes y actividades, así como adquirir información sobre alojamientos, academias o empresas especializadas consulta la oferta de Tenerife No Limits.
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Textos e imágenes de Turismo de Tenerife
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