Heroes: El Berlín de Bowie
David Bowie se mudó a la capital alemana buscando el anonimato en la atmósfera del Berlín de la Guerra Fría, totalmente interesado por la escena musical berlinesa de esa época con bandas como Tangerine Dream y Kraftwerk y con la firme intención de desintoxicarse.
"Low", "Heroes" y "Lodger" son los tres álbumes que forman la Trilogía de Berlín, tres trabajos clave en la discografía de David Bowie grabados en colaboración con Brian Eno en la década de 1970 y bañados por la influencia y el poder de una ciudad y una época únicos en la historia.
Para recorrer los lugares claves de la estancia de Bowie en la capital Berlinesa debemos empezar por la Hauptstraße 155, la dirección del edificio donde vivió el genio británico. Como curiosidad, hay que saber que su compañero de juergas y la también estrella del rock Iggy Pop compartió con él esta misma dirección, aunque pese a lo que muchos piensen, en distinto piso.
Bowie e Iggy frecuentaban la noche berlinesa con gran asiduidad. Uno de los locales más pisados por la pareja es precisamente nuestra siguiente parada: el café Neues Ufer. Antiguamente conocido como Anderes Ufer, este local es uno de los primeros bares de Europa de ambiente gay. De allí su nombre, que traducido significa “la otra orilla”.
Si nos movemos en metro por Berlín es parada obligatoria la estación de Neukölln. Os animamos a que tengáis un mp3 a mano para poder rendir tributo a la canción instrumental "Neuköln", que aparece en el álbum de 1977 "Heroes".
Tras el homenaje, podemos parar en la Potsdamer Platz, justo en el punto donde el Muro atraviesa la plaza. En la canción “Heroes” Bowie canta “I, I can remember, Standing, by the Wall, And the guns shot above our heads, And we kissed, as though nothing could fall” (“yo, yo puedo recordar, de pie junto al Muro, y las balas sobre las cabezas, y nos besamos como si nada pudiera caer”) Además de ser el lugar desde donde Bowie dice estar frente al muro, también esconde la historia de dos enamorados besándose. En su momento, Bowie dijo que era tan sólo inspiración, pero con el tiempo se pudo saber que se refería a una aventura que Tony Visconti, el guitarrista de Bowie, estaba teniendo con una de las coristas.
El lugar desde donde Bowie vio esa romántica escena de Visconti, fue nuestra siguiente parada: los Hansa Estudios. Lugar donde ambos pasaban horas experimentando lo que después se convertiría en una trilogía inigualable dentro de la historia de la música.
La última parada de nuestro recorrido termina frente a la Puerta de Brandeburgo, con una vista sobre la Plaza de la República. Esa plaza está al frente del Parlamento alemán, donde Bowie retornaría en 1987 para el Concierto para el Festival de Berlín.
Imagen de Jean-Luc Ourlin
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+ infoA la caza de las olas grandes de la costa vasca
El surf, deporte que cada vez cuenta con más adeptos, encuentra en la disciplina de las ‘olas grandes’ su faceta más apasionante, en la que el hombre se enfrenta a las fuerzas de la naturaleza en su máxima y más agresiva expresión. La costa vasca reúne un buen número de estas olas tan codiciadas por los surfistas, a las que llegarás en coche en menos de una hora desde el aeropuerto de Loiu.
Uno de los abanderados de este deporte y de esta especialidad es Axi Muniain, surfista profesional de olas grandes y cinco veces finalista en los XXL Big Wave Awards, los equivalentes a los “Oscar” del Surf. Considerado por muchos como un surfista radical e innovador, ha surcado los mares en busca de la ola más grande del mundo, motivo por el que se ha ganado el apodo de “El Cazador de Olas”. Axi nos cuenta que “en el País Vasco la inmensa mayoría de las olas grandes tienen un plus de peligrosidad debido a la cercanía a la costa. Una costa abrupta y de grandes calados en la que los riesgos y dificultades aumentan. Las olas no son tan tubulares como pueden ser Jaws o Mavericks, porque aunque en tamaño son similares, la cercanía de la costa supone riesgo añadido. Pero también hay olas seguras con grandes arenales. Es una costa llena de contrastes, con accesos muy difíciles en muchas ocasiones por lo que no están masificadas, pero por otra parte los rescates son más complicados. El País Vasco y sus olas grandes son para auténticos profesionales”.
Olas grandes made in el País Vasco
Meñakoz: A esta cala situada entre los municipios de Sopelana y Barrika llegan los surfistas más atrevidos del mundo. Su ola derecha es una de las más potentes del Cantábrico y es conocida por ser la más poderosa de la costa vasca. Grande y completa, puede llegar a alcanzar los 8 metros. No dejes de tomarte una “birra” bien fresquita en su chiringuito, las vistas al mar desde lo alto son espectaculares.
Punta Galea: Incluida en el Circuito Mundial de Olas Grandes, la encontrarás en el municipio de Getxo. Esta ola ubicada a la salida del puerto de Bilbao es tan poderosa como peligrosa.
Izaro: Dice la leyendaque esta preciosa islafue escenario de un amor apasionado entre un fraile del convento del lugar y una bella joven bermeana, allá por el siglo XV. Situada frente a Bermeo y Mundaka, esconde una ola que puede alcanzar hasta los 9 metros.
Roka Puta: Excelente big wave, derecha con mucha fuerza y que casi llega a alcanzar los 6 metros. Con ella se han forjado algunos de los mejores riders de olas grandes del país.
Sorgin-Zulo: Presente en la playa de Deba, esta ola mueve una gran masa de agua, siendo difícil de ver, pero cuando crece, es única. Dicen que es una de las de mayor tamaño de la costa vasca, con una gran fuerza, pudiendo alcanzar los 5 metros. Su fondo de roca y arena la hace aún si cabe más peligrosa.
Playa Gris: Entre las bellas localidades Zumaia y Getaria se da la ola más mediática e internacional de Europa, con numerosas nominaciones en los XXL Big Wave Awards.
Agiti: Ola muy difícil, por no decir casi imposible, porque rompe muy cerca del acantilado, por lo que un fallo puede ser terrible. Eso sí, logra sacar la adrenalina a todo aquel que se atreve a cabalgarla.
Ni que decir tiene que todas estas olas van acompañadas de los fantásticos parajes que ofrece la costa vasca, y de la magnífica gastronomía que encontrarás en los restaurantes, bares y chiringuitos locales.
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Texto de Tensi Sánchez de ilovebilbao.com
Imágenes de Greg Rabejac y Ritxi Goya
+ infoUn paseo por la bella Amberes
Situada a 50 kilómetros de Bruselas, Amberes en uno de esos lugares de parada obligatoria si te aventuras a recorrer tierras flamencas. En ella encontrarás todos los ingredientes para disfrutar de una magnífica escapada: desde calles repletas de moda, a un magnífico centro histórico con hermosos edificios, pasando por la casa-museo de Rubens, y rematando la jugada recorriendo el barrio donde se concentra el 85% de comercio mundial de diamantes. No está nada mal, ¿no?
Una de las mejores formas de “dejarse caer” en esta ciudad es en tren, ya que con él la primera en recibirte será su espectacular Estación Central. Construida entre 1895 y 1905, cuenta con un imponente y amplio edificio coronado con una inmensa cúpula, y decorado con una veintena de tipos de mármol, por lo que también es conocida como el templo de mármol. No en vano, está considerada como una de las estaciones de ferrocarril más bellas del mundo.
Tras este espléndido recibimiento, lo mejor es dirigirse hacia su centro histórico en busca de las huellas que han quedado de su espléndido pasado. De imprescindible vista es suPlaza Mayor(Grote Markt), enmarcada por edificios gremiales de los siglos XVI y XVII, de entre los que destaca el Ayuntamiento de Amberes. Justo en el centro de la plaza se encuentra uno de los iconos de Amberes: la fuente de Silvio Brabo. Realizada en de bronce en 1887, su temática hace referencia a los orígenes de la ciudad. Según cuenta la leyenda, un gigante llamado Druoon Antigoon custodiaba el río Escalda, que cobraba un peaje a todos barcos que quisieran pasar, cortando la mano y arrojándola al río a todo aquel capitán que se negase a pagar. Un día el centurión romano Silvio Brabo, cansado de la situación, cortó la mano del gigante y la tiró al río, dando origen al nombre de la ciudad: Antwerpen (Ant= Mano, Werpen= Lanzar). No es de extrañar que uno de los dulces típicos de Amberes, los handjes, tengan forma de mano, en recuerdo a esta leyenda.
Siguiendo por nuestro paseo por el centro, te recomendamos detenerte en la Catedral, en cuyo interior encontrarás una de las obras maestras de Rubens, el Descendimiento de la Cruz. Otro lugar de recomendada visita es la iglesia de Santiago, de estilo gótico, y que forma parte del Camino de Santiago desde los Países Bajos.
Otro de los platos fuertes que encontrarás en Amberes es la casa de Rubens (Rubenshuis), en la que residió durante los últimos 29 años de su vida. En la actualidad ha sido transformada en museo, en el que podrás hacerte una idea de cómo vivía y trabajaba este genial pintor, que fue uno de los favoritos del rey Felipe IV de España, y principal cliente.
Entre las curiosidades con las que cuenta la ciudad, y por lo que es conocida a nivel mundial (con el permiso de su puerto, que es uno de los más importantes de Europa) es por su relevante papel en el comercio de diamantes. Las cifras hablan por si solas: en Amberes se comercializa el 40 % del diamante industrial, más del 85 % del diamante en bruto y el 50 % del diamante pulido. Ahí es nada. El barrio donde se llevan a cabo todas estas transacciones está situado al sur de la Estación Central, y en él se puede visitar el Museo del Diamante, donde podrás tus ampliar tus conocimientos sobre este lujoso y apreciado mineral.
Más variedad de bolsillos permite la calle Meir, la zona comercial por excelencia de la ciudad, donde encontrarás todo tipo de marcas emplazadas en bellos palacios de los siglos XVIII y XIX. La moda y el diseño ocupan un importante lugar en Amberes, así que no dudes en acercarte hasta la Nationalestraat, donde se encuentra el MoMu, el Museo de la Moda.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de tom hartley
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Catania: fuego, luz, agua y sabor
La provincia de Catania ofrece al viajero gran variedad de paisajes, que pasan por pequeñas bahías y bucólicos senderos, del Etna -el mayor volcán de Europa- a las aguas de la costa jónica. Y, al igual que sus paisajes, la gastronomía de Catania se constituye por su gran diversidad de recetas tradicionales en la que convergen los sabores, texturas el Mediterráneo.
Aromas, especias y productos que ofrecen todo un viaje de sabores al paladar. Desde las especias orientales como la canela y el azafrán - que tantos platos condimentan-, a los contrastes agridules o los cítricos.
Y es que la tierra volcánica del Etna es rica en minerales lo que, junto a su característico clima, permiten el cultivo de excelentes frutos como limones y naranjas, mandarinas, manzanas, olivas, almedras, fresas, cerezas, avellanas, castañas y la elaboración de vinos de calidad reconocidos por todo el mundo.
Uno de los grandes productos de esta tierra oscura y fértil es el pistacho de Bronte, el "oro verde de Sicilia", que se utiliza para la elaboración de helados, salsas y en multitud de recetas.
Los mercados históricos
De entrada, para ver los productos de la región, nada mejor que acercarse hasta sus mercados históricos, el Mercado de la Pescheria y el de la Piazza Carlo Alberto, que desde primera hora bullen a un ritmo frénetico.
En la Pescheria, enclabada en la plaza del Duomo, el visitante puede probar in situ algunos de los productos, como las almejas, mejillones, sardinas, anchoas, ostras, erizos o el mauru, una alga de la zona que se come cruda y aliñada con unas gotas de limón.
La Granita
Para empezar el día, especialmente en verano, se toma el típico desayuno catanés con granita de limón, almendra, fresa o chocolate, acompañado de un brioche llamado Tuppu. La granita es un helado siciliano que poco tiene que ver con el helado típico italiano; es parecido a un granizado pero más cremoso y refrescante, y se elabora con fruta natural.
Pasta alla Norma
El plato más tradicional es la "pasta alla Norma", que se acostumbra a elaborar con macarrones o espaguetis, salsa de tomate, crujiente de berenjena frita, albacaha fresca y ricotta, y que debe su nombre la ópera más célebre del compositor Vicenzo Bellini, nacido en Catania.
Arancini
Prueba también los típicos arancini para un aperitivo o una comida ligera. Se trata de una bola de arroz frito que en Sicilia se prepara de mil maneras: relleno con carne, espinacas, jamon o berenjenas. Se come cogiéndolo de la punta. Son muy buenos los de Etoile d'Or (en la Piazza Umberto), Spinella (Via Etnea 298) o Da Ernesto. (Via Ruggero di Lauria 91/93)
La pastelería catanesa
No olvidemos la afamada pastelería catanesa y, en especial, los populares cannolis -una pasta hojaldrada rellena de ricotta y frutos secos-, la cassata alla ricotta o las pastas de almendra y pistacho. Los encontrarás en multitud de locales de la calle Etnea, como en la Pasticceria Savia, una de las más pastelerías prestigiosas de Catania. ( Via Etnea 300)
Los chioschi o "cioschi"
Una de las atracciones de la gastronomía de Catania son sus chioschi, unas casetas con forma octogonal en lugares estratégicos a la sombra, en los que aliviar la sed y el cansancio del momento. Se sirve tradicionalmente unos refrescos a base de jarabes de fruta mezclados en el momento con agua carbonatada.
Cada barrio tiene su chioschi, que viene a ser lugar en el que reunirse a cualquier hora ya que están abiertos prácticamente las 24 horas del día, y en el que se aprecia los hábitos y costumbres de los cataneses.
El primer chiosco, llamado Costa, se abrió en 1986 en la Piazza Stesicoro, y posteriormente abrió Vezzosi en la Piazza Duomo. El Costa se trasladó a la Piazza Spirito Santo y el Vezzosi a la Piazza Vittorio Emanuele III, donde se encuentran hoy en día.
Imagen de Pasta alla Norma por Paoletta S.
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