A 30.000 pies por viajeros para viajeros

Resultados

Escapada cultural de fin de semana a Múnich

Y es que la capital de Baviera no solo destaca por sus festivales de cerveza o por su excelente equipo de fútbol, sino que esta gran metrópolis con casi un millón y medio de habitantes es uno de los centros culturales más importantes de toda Europa. Pero también de todo tipo de ocio. Aquí encontrarás actividades los 365 días del año, lo que hace que prácticamente encuentres una gran oferta cualquier semana que vengas. Os proponemos algunas de los centros culturales y de diseño imprescindibles para visitar en una escapada de fin de semana.

Uno de sus puntos fuertes de Múnich es su fácil acceso; no en vano cuenta con un inmenso aeropuerto internacional. También posee una modernísima red de transporte público que facilita la movilidad en la ciudad y sus alrededores. Todos los principales lugares de interés están a poca distancia el uno del otro, y eso la convierte en una urbe comodísima. Siempre está plagada de visitantes, y una de las razones se debe a su proximidad con los Alpes. En invierno por las estaciones de esquí, y en verano por toda clase de actividades de montaña que tienen lugar allí, como el parapente, senderismo, escalada o ciclismo de montaña.

La ciudad además es una de las más efervescentes a nivel cultural de toda Alemania. Durante la estancia de fin de semana os recomendamos una incursión en alguno de sus numerosos museos, especialmente los tres museos de arte Pinakothek (a poca distancia entre sí), los cuales exhiben bellas artes y artes gráficas –muy recomendable la exposición “El Greco Expressiv” que estará abierta hasta el próximo 12 de abril. Junto a estos tres museos destaca el Museo Brandhorst que ofrece arte moderno. Para los aficionados a la ciencia y la tecnología está el Deutsches Museum junto al río Isar, que cuenta con dos subsedes: una en Schleissheim en el norte de Múnich dedicada a los aviones, y otra en el Theresienhöhe dedicada a la exhibición de todo tipo de transportes terrestres. Hace poco se inauguró el ZNT, Centro de Nuevas Tecnologías basado sobre todo en nano y biotecnologías. Para los aficionados a los coches está el BMW Welt el museo de la célebre marca bávara. Y si lo que quieres es saber más sobre la historia de la ciudad nada mejor que ir al Museo de la Ciudad (Stadtmuseum), donde la exposición permanente "Typically Munich" cuenta la historia de la ciudad a través de una serie de exposiciones. Y si te sigue picando la curiosidad por conocer como son realmente los bávaros, nada mejor que el increíble Residenz, antiguo palacio real de los reyes de Baviera, ubicado en el centro mismo de Múnich. La Residencia es el palacio urbano más grande de Alemania, y hoy sirve de museo decorativo, siendo uno de los más importantes de toda Europa. Sus habitaciones ricamente decoradas cuentan la historia de siglos de gobierno de losWittelsbach. Su primera residencia fue Alter Hof (antiguo Palacio de Justicia), a poca distancia del Residenz, y espacio donde la Oficina de Información de los Museos de Baviera tiene un pequeño museo en el que se documenta el surgimiento de una de las dinastías más antiguas del continente, cuyo miembro más famoso fue sin duda Luis II, nacido en el castillo de Nymphenburg, al oeste de la ciudad, justo a la entrada de un enorme parque. Y hablando de castillos, el más famoso es sin duda el de Neuschwanstein, enclavado en la falda de los Alpes, y famoso por haber servido de inspiración para Disney en su clásico “La Bella Durmiente”. No queda muy lejos de la capital de Baviera y es una excusión muy recomendable. Además, a nivel musical la ciudad cuenta con tres orquestas de primera línea, así como numerosos espacios de conciertos y un sinfín de festivales de todos los estilos.

Diseño
El diseño de Múnich es uno de los más importantes del país. La ciudad se distingue por el buen gusto en el vestir de sus ciudadanos, que lo emparenta con ciudades como Milán. En el centro histórico proliferan las tiendas de diseñadores, tiendas de antigüedades y excelentes librerías. Una curiosidad local son los llamados Königlich Bayerischen Hoflieferanten o proveedores reales de Baviera, se trata de unos establecimientos que ofrecen una gama de productos de alta gama. Estos van desde joyas y artículos de lujo para mesa, a orfebrería fina de todo tipo.

Comer y hacer algo de deporte
En toda Baviera se come muy bien, pero especialmente en Múnich, la oferta se dispara. Aquí el visitante encontrará establecimientos de cualquier tipo de comida que pueda imaginar. Sin duda Múnich se conoce en el mundo entero por sus salchichas de ternera, las famosas Weisswurst, que aquí se toman con un gran pretzel (un tipo de galleta o bollo horneado, y retorcido en forma de lazo, con un sabor ligeramente salado) y mostaza dulce, una porción de carne de cerdo o ternera con una bola de masa de patata, o un Obatzder picante (una salsa de queso) con pan oscuro. Y el mejor lugar para disfrutar de estos placeres, según los propios muniqueses, son los famosos biergärten –sobre todo en verano-, y las animadas cervecerías que pueblan la ciudad, el lugar ideal para encontrarse con viejos amigos y hacer otros nuevos.

Una vez hemos recuperado fuerzas se puede optar por continuar disfrutando de la oferta cultural, o bien oxigenar un poco el cerebro dedicándonos a otro tipo de actividades. Entre ellas, visitar la espectacular sede de los Juegos Olímpicos en 1972, uno de los hitos del siglo pasado de la arquitectura deportiva. A lo largo del año la agenda está plagada de eventos deportivos con un alto componente de espectacularidad, y el estadio Allianz Arena acoge la mayoría. Construido especialmente para la Copa del Mundo de 2006, es el hogar de dos equipos de fútbol rivales de Múnich: el FC Bayern, sin duda uno de los clubs más importantes del mundo con un palmarés que incluye cinco títulos de Champions League, y el menos conocido TSV 1860.

¡Anímate! ¡Consulta nuestros precios aquí!

Texto de Isabel y Luis Comunicación

Fotos de Deutschland Tourismus, Haydar Koyupinar/ Museum Brandhorst

 

+ info

Dónde comer y beber en Reykjavik

Reykjavik es el punto de partida ideal para iniciar una ruta en coche por interminables carreteras rodeadas a ratos de nieve, a ratos de vegetación, de paisajes lunares o de extraños y fascinantes parajes rocosos jamás imaginados. Lagos, montañas, volcanes, fiordos, glaciares… forman la geografía de uno de los países más cautivadores del mundo, que tiene en su capital, Reykjavik, un paraíso trendy donde reina la clase media, te puedes encontrar a Björk tomando un cappuccino en cualquier café, donde nadie parece tener problemas y donde, además, se come de lujo. Para echar una mano en la tarea de comer bien en Reykjavik, hemos seleccionado ocho restaurantes que nunca fallan.

1. Lava Restaurant

El restaurante del Blue Lagoon no sólo es un lugar de ensueño, sino uno de los ejemplos más significativos de la cocina creativa islandesa. Su chef, Viktor Orn Andresson, que obtuvo el reconocimiento a mejor chef nórdico en 2014, presenta una cocina creativa y orgánica, con un gran protagonismo de pescados y verduras frescos. Desde las paredes acristaladas de este imponente local pueden contemplarse las aguas geotermales, parte de una formación de lava, de este spa al aire libre en el que puedes bañarte a la intemperie en sus cálidas aguas medicinales sin importar que la temperatura ambiente ronde los 0°. Y, de paso, disfrutar de la vanguardia gastronómica islandesa en forma de platos que van desde el tártar de cordero con rábano picante a la sopa de langostinos con ajos, o el delicioso bacalao con cítricos.

2. Kopar

Gran restaurante, hermosísimo, ubicado junto al puerto, donde disfrutar de unas vistas espectaculares en un coqueto establecimiento siempre frecuentado, gracias a su estupenda cocina de temporada, un homenaje al producto fresco cocinado con mucho mimo y sin grandes aspavientos, todo lo contrario, para que nos entendamos, que el restaurante anterior. Gran carta de vinos internacionales, cuyos precios nos van a parecer elevados en comparación con el resto de propuestas del menú, y una carta que cuenta con platos espectaculares. Es el caso del atún harbour style (ligeramente tostado con chips de ajo), de las lenguas de bacalao con ajo y cereza, o del risotto cremoso de langosta, uno de los mejores platos que hemos probado nunca.Visita obligada, sin duda.

3. Kolabrautin

No se puede pasar por Reykjavik sin quedarse petrificado ante el espectacular edificio Harpa, junto al mar, una macro sala de conciertos y conferencias galardonada con un premio Mies Van Der Rohe, sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y la Ópera Islandesa. Kolabrautin es su flamante restaurante, ubicado en la cuarta planta, al que podremos ascender tras habernos hecho millones de fotos en su edificio acristalado, y echado una ojeada a su tienda de objetos de diseño. Aquí se puede disfrutar de la que es, probablemente, la mejor vista de la ciudad, y se fusiona con buena mano la cocina islandesa y la italiana, que pueden acompañarse de una carta de cócteles o vinos. Si preferimos cenar a la aventura en uno de los numerosos restaurantes de la calle principal, Laugavegur, un paraíso de tiendas de arte, diseño, moda y hermosos y coquetos cafés y restaurantes, siempre podemos ir a Kolabrautin a tomar unas copas tras la cena.

4. Cafe Babalu

De la sofisticación cosmopolita de las opciones precedentes a la informalidad de este encantador café que acoge a cualquier hora del día a quienquiera que disfrute con una decoración pintoresca y muy original y de propuestas que van desde los pasteles caseros a las sopas, los bocadillos o las tartas vegetarianas. Su exterior es una hermosa casita pintada de amarillo y su interior una perfecta amalgama de mobiliario vintage de toda índole, que convierte a Babalú en el lugar ideal para disfrutar de las maravillosas vistas, desde sus cristales mientras sostenemos con ambas manos un cappuccino gigante. Su pastel de queso es el más popular de la ciudad. 

5. Te & Kaffi

Parada obligada es esta librería café desde cuya terraza podremos contemplar el apacible devenir de la vida en Reykjavik. Si el tiempo no acompaña podemos ocupar una de las mesas de su interior y disfrutar de un gran café y de algún pastel de tamaño también bastante considerable mientras ojeamos alguno de los libros de arte o diseño que pueblan las estanterías de este espacio agradable y acogedor, una cadena que podemos hallar también en algunos centros comerciales.

6. Mokka

En cuanto uno pone los pies en Reykjavik comprende enseguida que los islandeses son grandes fans de los cafés inmensos y la pastelería artesanal, y que la ciudad rebosa establecimientos abarrotados de hipsters sorprendentemente delgados si tenemos en cuenta los pastelazos que parecen meterse a todas horas entre pecho y espalda. Uno de los cafés más concurridos de la ciudad es este establecimiento frencuentado por el artisteo local, donde conviene pedir uno de sus maravillosos gofres. No tienen Wi-Fi, pero y qué.

7. The Laundromat Cafe

No sólo es monísimo, como casi todo el Reykjavik, sino que tiene unas hamburguesas que se encuentran entre las mejores de la ciudad y es un espacio absolutamente kids-friendly, que cuenta incluso con una sala de juegos. Esta bonita cafetería, revestida en madera, es trendy y acogedora a partes iguales, es luminosa, espaciosa, carismática, siempre animada… y sí, tiene lavadoras.

8. Slipp Bar

El bar del hotel Icelandair Marina es, como lo es todo el edificio ubicado frente al puerto, un homenaje al buen gusto escandinavo hasta límites que pueden llevarnos al síndrome de Stendhal. Tanto Slipp Bar como este hotel que merece mucho la pena, pues es un sobrio y hermoso tres estrellas arrebatadoramente bonito desde cuyas habitaciones podemos dormirnos prácticamente escuchando el rumor de las olas, están exquisitamente decorados y se convierten en lugares ideales para pasar una tarde en Reykjavik. En Slipp Bar podemos tomar un café a media mañana, picotear algo por la tarde o tomar un cóctel por la noche, bajo una de sus lamparazas de diseño, mientras disfrutamos de las vistas al mar.

¿No te ha entrado hambre? ¡Consulta nuestros vuelos y descubre ya la gastronomía de Reykjavik!

Texto e imágenesde Laura Conde (Gastronomistas)

+ info

Jerusalén alternativa

Jerusalén es una ciudad fascinante. Cuna de las culturas hebreas, cristiana y musulmana, pasear por su barrio antiguo es como caminar por el plató de una esas superproducciones hollywoodenses dirigidas por Cecile B. Demille. Enclave que rezuma historia en cada una de las piedras que cimientan sus edificios y templos, cuando se trata de viajar, a la capital de Israel siempre se le ha catalogado como destino religioso. Mucho más interesante resulta peregrinar hasta Tierra Santa para descubrir la vida en las catacumbas de la ciudad. De los bares y clubs del renacido mercado de Mahane Yehuda al único estudio de tatuaje de la Ciudad Vieja, os descubrimos los puntos más interesantes de la Jerusalén alternativa. 

Adraba Books

Punto de encuentro de la comunidad literaria de la ciudad, Adraba Books es la librería de Jerusalén para todos aquellos que busquéis relatos que esquiven la historia oficial. Más allá de su café (algo a remarcar en un país que no despunta por la calidad de sus espressos, macchiatos y cappuccinos), destacar su sección de volúmenes de arte y su oferta en libros en lenguas extranjeras, especialmente en inglés. Ben Maimon, 5

Casino De París

En el corazón del Mahane Yehuda, revitalizado mercado ocupado por coloridas paradas de alimentos durante el día, muchos de cuyos puestos por la noche se transforman en clubes y bares con música en directo, encontraréis el Casino de París, uno de los clubes más populares entre los oficiales del ejercito británico en la Jerusalén de la década de los años 20. Un siglo más tarde, gracias al impulso de Sha'anan Streett, vocalista de Hadag Nahash -una de las bandas de hip hop más aclamadas de Israel- y Eli Mizrahi, también propietario del cercano Machneyuda -probablemente el mejor restaurante de la ciudad-, revive sus días de gloria, ahora con una parroquia que reúne a las criaturas más interesantes de la noche local. Mahane Yehuda, 3

Gatsby

Junto a un restaurante de comida rápida, camuflado tras un anodino portalón negro de acero, sin cartel ni señal alguno que lo delate, se esconde el Gatsby. Pese a su breve historia (hace poco más de un año que abrió sus puertas) se trata de la primera coctelería de Jerusalén, lounge que recrea el ambiente de los speakeasy norteamericanos de la época de la Ley Seca. Un auténtico espectáculo ver cómo agita la coctelera su barwoman. Como suele suceder en este tipo de locales, para poder entrar primero hay que conseguir el código secreto del día (o haceros los guiris despistados: conmigo coló). Hillel, 18 

Lev Smadar

Abierto en 1921, el Lev Smadar es uno de los cines más emblemáticos de Jerusalén. Oculta en una callejuela de la barrio alemán de Jerusalén (realmente, dar con él es más difícil que encontrar a Wally con una camiseta sin rayas), la sala está especializada en cine independiente americano, europeo e israelí. Frecuentado por el colectivo cultureta de la ciudad, todas las películas se proyectan en versión original, y los filmes de factura local se emiten en hebreo con subtítulos en inglés. Lloyd George, 4

Razzouk Tattoo Studio

Perdido entre las sinuosas callejuelas que circundan la Puerta de Jaffa daréis con Razzouk Tattoo, el primer y único local de tatuajes de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Como (casi) todo en esta ciudad, la historia de Razzouk Tattoo es fascinante. Los Razzouk, familia de origen egipcio, practican al arte del tatuaje desde el siglo XIV. Por aquella época se dedicaban a grabar en tinta en el anverso interior de la muñeca de los cristianos coptos una pequeña cruz que les servía como salvoconducto para poder entrar en las iglesias. Instalados ya en Jerusalén, fue el abuelo Yacoub Razzouk quien abrió el estudio a mediados del siglo XX. Actualmente es su nieto Wassim Razzouk quien mantiene viva la tradición familiar. St. George, 31

Uganda

La sala en la que dejarse caer en Jerusalén las noches de entre semana. En activo desde hace una década, su cabina es uno de los refugios predilectos de los DJs más interesantes del subsuelo electrónico de Israel. También es el lugar en el que nutrirse de vinilos, novelas gráficas y resto de propaganda (contra)cultural del país, y uno de los pocos clubes de la ciudad en los que degustar una pinta de Taybeh, cerveza palestina que nada tiene que envidiar a los mejores zumos de cebada alemanes o belgas. Aristobolos, 4

Videopub

Es el único bar abiertamente gay de Jerusalén, una apuesta ganadora si queréis vivir una noche memorable en la ciudad. Con un poco de suerte os toparéis con alguna de sus populares fiestas temáticas de los años 80 y 90, veladas en las que, uno tras otro, suenan los éxitos más petardos de ambas décadas. Si os entregáis demasiado a la jarana, no os extrañe que seáis secuestrados por alguna de las drag queens para echaros un baile con ellas en el escenario del local ¡Avisados estáis! Horkanus, 1

Yellow Submarine

Abierta desde 1991, la Yellow Submarine es la sala de conciertos más emblemática de Jerusalén, local en el que ha actuado lo bueno y mejor de la muy interesante (aunque por aquí desconocida) escena musical de Israel y algunos de los más destacados nombres internacionales que han pasado por el país. Altavoz del talento local, más allá de su programación diaria de bolos, también organiza conferencias y exposiciones, además de ofrecer servicios de local de ensayo y estudio de grabación. Rehov Ha-Rechevim, 13

¡Anímate a conocer la escena alternativa de Jerusalén, reserva tu Vueling a Tel Aviv aquí!

Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS

 

Fotos de Oriol Rodríguez, Cine Lev Smadar (© Alex Jilitsky), Uganda (© Udim), Yellow Submarine (© Uri Leshem)

+ info

París Shakespeare y compañía

Cuando uno piensa en París, una de las primera imágenes que le vienen a la cabeza es la de un aspirante a gran literato, encerrado en una buhardilla, esperando a que la Diosa inspiración haga acto de presencia. La capital francesa es pura poesía y como tal, alberga algunas de las mejores librerías del mundo, como Shakespeare & Co. A continuación revivimos la fascinante historia de este local y recorremos los más selectos tenderos de literatura parisinos. 

Shakespeare & Co

Sylvia Beach llevaba 20 años en París cuando decidió que a la capital francesa le faltaba un espacio donde los lectores pudieran encontrar obras en inglés. Era 1919 cuando Shakespeare & Co abrió sus puertas en la rue Dupuytren, para más tarde trasladarse a la rue de l'Odéon, cerca de Saint-Germain-des-Prés. La librería de Sylvia Beach, quien poco después se aventuraría con la edición de una de la novelas capitales de la literatura universal, el Ulises de James Joyce, se convirtió casi de inmediato en el punto de encuentro de los escritores anglosajones a su paso por París. Memorables debieron ser las tertulias que entre esas paredes protagonizaron figuras como Man Ray, Ezra Pound, Ernest Hemingway o Samuel Beckett, entre otros.          

En 1941, durante la ocupación alemana, Sylvia Beach se negó a venderle a un oficial alemán el primer ejemplar de la novela de Joyce Finnegans Wake, acto de rebeldía por el que  sería arrestada y encerrada en un campo de concentración. Fue liberada seis meses más tarde, pero ya no volvería a abrir la librería. En 1962 Sylvia Beach muere, y un año más tarde George Whitman, otro estadounidense, compraría su fondo de libros.            

George Whitman tenía su propia librería, Le Mistral, poco más que un cajón rebosante de papel impreso situado en la calle Bûcherie esquina con Saint-Jacques, junto al Sena y frente a Notre Dame. Fascinado por la trayectoria vital de Sylvia Beach y en honor a su legado, cambió el nombre de su local para revivir la leyenda de Shakespeare & Co, la librería más famosa del mundo. Este espacio volcado a la literatura es conocido, entre muchísimas otras razones, por ceder gratuitamente a los escritores que aterrizan en París en busca de inspiración la buhardilla que hay en el piso superior de la tienda. A cambio, éstos deben de ayudar a apilar las novedades que van entrando y platicar y despachar con los clientes. Son infinidad - George Whitman calcula que ha cobijado a unos 40.000 escritores- los literatos que han pasado por aquel apartamento. Aspirantes anónimos y nombres que han acabado convirtiéndose en referentes capitales en el mundo de las letras. De entre nuestras figuras literarias destaca Terenci Moix, quien en su autobiografía dedicó algunos pasajes a George Whitman y a su estancia en Shakespeare & Co. (37 Rue de la Bûcherie)

Abbey Bookshop 

Otra de las librerías más entrañables de París es Abbey Bookshop. A dos pasos de Shakespeare & Co y regentada por un canadiense de una cordialidad que va más allá de todo adjetivo elogiable posible, destaca por su interminable oferta en literatura anglosajona. (29 rue de la Parcheminerie)

Artazart 

A orillas del bucólico canal Saint-Martin, Artazart es de visita obligada para todos los amantes del diseño. No solo encontrarán un impresionante abanico de libros y revistas sobre esta temática, sino que también algunos de los objetos de diseño más insólitos que se puedan adquirir en una tienda. (83 Quai de Valmy) 

Assouline

The Most Sophisticated Books in the World (Los libros más sofisticados del mundo), este es el eslogan de la editorial Assouline. Con oficinas en Nueva York, Londres y París, su sede en el barrio de Saint Germain des Prés también alberga una boutique en la que adquirir sus publicaciones, si el bolsillo te permite. ( 35, rue Bonaparte)  

Gibert Jeune 

En la céntrica Place Saint-Michel, más que una tienda Gibert Jeune tiene distribuidos alrededor de la plaza diversos locales, cada uno de ellos dedicados a una temática concreta: literatura, historia, biografías, etc. Para dedicarle una tarde entera, ¡y hasta dos!  (Place Saint-Michel) 

L’Arnaqueur

Librería de viejo cuyo gran atractivo es su inabarcable colección de volúmenes dedicados al cine, la fotografía y el arte en general. Junto a los libros, un sinfín de carteles, acetatos, fotos promocionales. Una experiencia de película para el visitante. (13 Rue Gerbier)

L’ Écume des Pages 

Una librería especialmente pensada para aquellos que no pueden irse a dormir sin antes leer un rato. En L’Écume des Pages no solo no te acabas su referencia de títulos, sino que cierra sus puertas a las doce de la noche, a excepción de los domingos, que descansan y echan el cerrojo a las 22h. (174 Bulevar Saint-Germain)  

Ofr. 

Libertad, moda, diseño, París, elegancia, clase, juventud, vibrante impulso cultural, elegancia… Estas son las palabras que utilizan desde Ofr. para describir su propuesta. Librería y galería de exposiciones centrada en el arte, el diseño y la moda; modernos, hipsters y resto de aves contemporáneas, ¡bienvenidos a vuestro gimnasio intelectual parisino! (20 rue Dupetit-Thouars) 

Ulysse 

Si París es solo vuestra primera escala en un largo viaje, no dejéis de pasar por Ulysse, una de las mejores librerías habidas ahí, aquí y en todas partes para trotamundos y resto de especies migratorias. (26 rue Saint-Louis en Île)

 

Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Dustin Gaffke, craigfinlay, Groume, Arnaud Malon, Luc Mercelis, Blowing Puffer Fish

 

+ info