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Cafés y copas con carácter en Londres

De todos es sabido que Londres tiene en su haber una amplia oferta de locales con algún que otro toque especial. A continuación os hemos hecho una selección de cinco espacios en los que bien seguro que os encontraréis con más de una sorpresa.

1- Evans & Peel Detective Agency

Nos subimos a la máquina del tiempo y del espacio para trasladarnos a los años 20, concretamente a uno de los speakeasy que se abrieron ilegalmente en Estados Unidos durante la Ley Seca. Hay varios bares ‘clandestinos’ en Londres, pero pocos o ninguno en el West London, así que Evans & Peel Detective Agency es un imperdible para las almas aventureras que trasnochen por la zona. Para poder entrar es obligatorio concertar una cita con una agencia de detectives especializada en chantajes y personas desaparecidas. Uno de los detectives es quién os recibirá en su despacho y si respondéis correctamente a todo lo que se supone que tenéis que saber, os dejará entrar en una sala de iluminación tenue donde os servirán botellas de licor envueltas en papel marrón (para despistar a las autoridades), cócteles sorprendentes y buena cocina de estilo norteamericano.

2- Viktor Wynd Museum Of Curiosities

¿Un local raro, raro? Allá va: el bar del Viktor Wynd Museum of Curiosities, Fine Art and Natural History no os defraudará si tenéis ganas de una experiencia singular (y barroca). Aquí la fantasía no tiene límite y todo es posible: ¿compartir mesa con un gran felino a la luz de las velas? Adelante; ¿tomar un cóctel junto a un esqueleto que duerme en su ataúd? Este es vuestro local; ¿interés por todo lo relacionado con la taxidermia? Sin duda alguna, tenéis que venir. Aquí las cosas raras tienen un valor añadido y enriquecen la experiencia. El plan ideal es hacer una divertida visita al ‘museo de las cosas curiosas’ que se ha montado el señor Wynd, un artista apasionado por mundos subversivos y sin límites de imaginación, para acabar en el Cafe Bar del museo, donde sirven originales cócteles. Para comer y completar la experiencia, nada mejor que una de las hamburguesas en la línea del local: qué os apetece más, ¿una de cebra o una de cocodrilo?

3- Sew Over It

Seamos sinceros, debemos admitir que el Sewing Cafe no es un café al 100% pero es que no nos podemos resistir a hablar de él. Más que un bar es el taller y escuela de costura de Grace, su propietaria, siempre estupenda y con algún proyecto de nivel avanzado en labores entre manos. Sus dos tiendas de costura se transforman en Sewing Cafe unos días a la semana y pasan a ser espacios de coworking en donde tomar tantas tazas de té como apetezcan, y utilizar de paso agujas, hilos, patrones, telas y máquinas de coser. En el Sewing se reúnen grupos de gente, mayoritariamente mujeres, para trabajar con sus proyectos de costura y compartir dudas e ideas. ¿Por qué no dedicar un rato de vuestras vacaciones a dar un par de puntadas e integraros con londinenses apasionados del do it yourself? Existen dos Sewing Café; uno en Clapham y otro en Islington.

4- Ladies & Gentleman

Varios baños públicos de Londres se han convertido en locales de moda. Si a simple vista no os atrae la idea de tomar una copa en un antiguo lavabo, descubrid todo lo que ofrece Ladies & Gentleman de Kentish Town y entenderéis porque los hipsters se pelean por una mesa en esta carismática coctelería. Los adoquines blancos cuadrados y el cartel de un bidé indicando que ‘está prohibido lavar algo que no sean manos y cara’ es lo que nos recuerda que estamos en unos antiguos baños públicos, los cócteles de infarto que sirven van a hacer que nos olvidemos del resto. No lleguéis tarde, que siempre está lleno.

5- Bounce

La casa del ping-pong. Así se define el Bounce, que ya dispone de dos locales en Londres (Farringdon y Shoreditch) y próximamente abrirá un tercero en Chicago. Y es que el plan que ofrecen nunca falla: buenas copas, buena comida y una partida de ping-pong. Entre los dos locales de Londres suman ya 28 mesas de ping-pong a disposición de los clientes, que pueden alquilarlas por media hora o una hora a partir de 10 pounds. En el Bounce se lo toman muy en serio, las palas y pelotas están incluidas en el precio e incluso ofrecen algunos trucos para mejorar la técnica en su página web. Los dos locales destacan por un interiorismo cuidado y espacios amplios perfectos para ir en grupo. Su carta de platos, pizzas y antipasti es muy recomendable, y disponen de una gran variedad de ginebras y cervezas artesanas.

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Texto de Rita Peré para Los Viajes de ISABELYLUIS

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El mejor diseño está en Palma

Mallorca es una de las perlas del Mediterráneo. A lo largo de los años, la isla ha sabido aprovechar su filón tradicional para reinventarse y estar a la última. Por eso, no es de sorprender que sea una de las mecas españolas del diseño. Aquí nació la marca de zapatos Camper y también el pintor Miquel Barceló, y no podemos olvidar que fue lugar de acogida de artistas como Joan Miró o el pianista Frédéric Chopin. Y este afán por la creación y el buen gusto ha llevado a que su capital, Palma, forje una interesante red de tiendas, restaurantes, bares y hoteles que son una verdadera perdición para los amantes del diseño. Del casco histórico al castizo barrio de Santa Catalina, de lo clásico al vintage más auténtico, tenemos una cosa clara: Palma es diseño.

1. In Progress
En el corazón de Santa Catalina, se encuentra la tienda de Sonia y Jesús, dos enfants terribles del vintage especializados en piezas de entre los años 50 y 80. Aquí encontrarás de todo, desde sillas y lámparas, a vajillas de la marca Pontesa, copas Arcoroc o antiguos mostradores de tiendas palmesanas. Con especial atención en el Made in Spain, muchos sábados por la mañana organizan conciertos vermut y exposiciones de artistas locales.

2. Rialto Living
Cuando entres en Rialto Living te sentirás como en uno de los sitios más chic de Capri o los Hamptons. Este living store se encuentra en un antiguo palacio del casco histórico de la ciudad y ofrece desde muebles, arte y libros hasta moda o un restaurante. Todo en una atmósfera que mezcla lo antiguo y lo moderno y tiene ese toque mediterráneo que tanto nos gusta.

3. Frida Watson
Ya desde el escaparate, la colección de piezas de Frida Watson son un amor a primera vista. En esta tienda de Santa Catalina convive el puro diseño escandinavo de los años 50, 60 y 70 con relojes de Vitra, cristal de Murano y lámparas retro que parecen platillos volantes.

4. Hotel Cort
Con la firma del interiorista Lázaro Rosa-Violán, el Hotel Cort es uno de los más elegantes de la ciudad. La iluminación perfecta, los suelos hidráulicos y los colores de la isla son un mejunje de elementos que te harán perder la cabeza. Además, el sofisticado restaurante del hotel es un lugar ideal para cenar tranquilamente con tu pareja.

5. La Pecera
En pocos lugares saben mezclar tan bien el mobiliario europeo de mediados del siglo XX con piezas mallorquinas vintage y contemporáneas. La Pecera es una tienda pequeña pero resultona, donde encontrarás lámparas y muebles de diseño y artículos de decoración y artesanía. C/ Victoria, 4

6. Ariela Schönberg Vintage Collective
El mobiliario alemán es uno de los fuertes de Ariela Schönberg, una de las últimas tiendas en llegar a Santa Catalina. Aquí se dan cita piezas de firma con mobiliario anónimo llegado de todo el continente.

7. Posada Terra Santa
Con este solemne nombre, la Posada Terra Santa es uno de los hoteles con mayor encanto de la ciudad. Ubicado en un antiguo palacio del siglo XVI, sus 26 habitaciones mezclan modernidad e historia con comodidad. Además, su piscina con vistas a la catedral es un lugar perfecto para relajarse y dejarse llevar por el encanto de la ciudad.

8. Sa Costa
Sa Costa es un clásico en Palma. Sus piezas antiguas lucen fantásticas al lado de objetos vintage de formica, plástico y hierro. Cuando entres en la tienda te darás cuenta que puedes pasarte horas observando las decenas de objetos y muebles que pueblan esta tienda del centro de la ciudad. Costa de Sa Pols, 7A

9. Patrón Lunares
La esencia más clásica del Mediterráneo llega a Palma de la mano del chef Javier Bonet y la taberna Patrón Lunares. Un bonito lugar decorado con baldosas hidráulicas, columnas de hierro y muebles retro en el que comer buen marisco y disfrutar de los sabores de la isla.

10. Galería Veintinueve
En su recién estrenado nuevo local, la Galería Veintinueve sigue con su imparable doble faceta de centro de exposiciones de arte contemporáneo y lugar en el que encontrar grandes piezas de diseñadores del siglo XX, como Jacobsen, Scarpa o Colombo. La tienda y el patio son espectaculares, y la colección de mobiliario y arte no te dejará indiferente.

11.  Viveca
Antigüedades, cerámica, textiles y mucho vintage. Esta es la esencia de Viveca Palma, donde Íñigo Güell e Ingrid Iturralde han abierto un almacén en el que encontrarás muebles suecos del siglo XVIII y mobiliario icónico del siglo XX. Una gozada.

12. Louis 21
Los jóvenes artistas se pelean por exponer en Louis 21, una de las principales plataformas para proyectar la carrera de artistas emergentes. Con otra galería en Madrid, su filosofía busca una interacción con el público y el impulso colaborativo.

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Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Aleix Palau

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Descubriendo Tesalónica

Rezuma esa belleza de las ciudades que tienen algo de caótico (e incluso decadente). En Occidente pero mirando a Oriente. Alardeando de un pasado marcado por la influencia romana, bizantina y otomana pero cogiendo impulso moderno y contemporáneo.Tesalónica no goza de la popularidad de la capital, Atenas, ni de la tirada de las indudablemente preciosas islas griegas, pero sus calles esconden suficientes encantos como para coger el avión y plantarse a los pies de la Torre Blanca. Os descubrimos sus muchos, muchísimos, atractivos.

Es típico en todo el país pero para los habitantes de Tesalónica el café frappé es una religión. Les verás a todas horas y en todas partes, consumiendo poco a poco, a sorbos, esos enormes vasos bien cargados de esa especie de evolución del capuchino helado culminado por una generosa capa de espuma. Cafeterías, bares, restaurantes, heladerías… lo sirven en todo tipo de locales, pero el mejor de los mejores es el que preparan en Paradosiako, exquisita cafetería y heladería que encontraréis en la plaza Aristóteles, epicentro y corazón de la ciudad.    

Tesalónica es una ciudad de iglesias. Iglesias maravillosas como la de San Panteleimon, la de Panagia Acheiropoietos o la de Agios Athanasios. Pero, indudablemente, el templo más icónico de la ciudad es la monumental Rotonda de Galerio. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988 junto al Arco de Galerio (a poco más de 100 metros de distancia de Rotonda, otro de los monumentos a ver) es la iglesia más antigua de la ciudad, o como algunas voces apuntan, la más antigua del mundo.

En Grecia el deporte es cosa seria, y en Tesalónica no lo viven con menos intensidad. Volcán de pasiones, siempre es una experiencia acudir al acoquinado estadio de La Tumba y ver un partido de fútbol del PAOK. Si lo vuestro es el baloncesto, trasladaos hasta la Alexandreio Melathron, la bulliciosa cancha del histórico Aris de Salónica.   

Colindante a la avenida de Aristóteles encontraréis el Ladadika, el antiguo mercado del aceite. A medio camino entre los mercados occidentales y los zocos árabes, en este enjambre de callejuelas, encontraréis todo tipo puestos y tiendas, de comida a ropa, de especias a utensilios. En su zona sur, casi tocando al mar, encontraréis algunos de los mejores y más contemporáneos restaurantes de la ciudad.

Paradigma de dieta mediterránea, la comida en Grecia es un orgasmo para las papilas gustativas. Disfrutando de una de las cocinas más reputadas del país, sería pecado acudir a Tesalónica y no zamparse exquisiteces típicas de la zona como xoriatiki salata, melitzanosalata, pastitsio, mousakás, youvetsi, bougiourtí, mydia saganaki… Por toda la ciudad hay restaurantes y tabernas recomendables, pero el Galerios (Apellou, 3) es uno de esos pequeños restaurantes familiares (su versión de nuestros “Casa Pepe”) en el que se come mucho y bien por muy poco.

El año 1917 Tesalónica sufrió un devastador incendio del que solo se salvó el Ano Poli, el barrio alta de la ciudad. Circunvalado por parte de las antiguas murallas bizantina y otomana, este rompecabezas de sinuosas calles empinadísimas y casas de planta baja y patios coloridos, goza de unas vistas privilegiadas sobre la parte baja de la ciudad. Podéis subir andando, pero gastaréis toda la suela de vuestros zapatos. Mejor ir con el 50, el autobús circular que recorre las zonas de interés cultural de Tesalónica. 

Tesalónica es la capital cultura del Grecia, más cuando nos referimos al mundo del cine. El majestuoso cine Olympion, en la bella plaza Aristóteles, acoge el festival de cine de la ciudad, el más importante del país. A menos de cinco minutos, el viejo puerto, que, en parte, ha sido remodelado y destinado a actividades culturales. Una de sus viejas atarazanas ahora acoge el Museo del Cine de Tesalónica. El resto de antiguos astilleros remodelados albergan festivales como las ediciones locales de los barceloneses In-Edit (festival de cine documental del música) y OffsideFest (festival de cine documental de fútbol).

Símbolo de la ciudad, la Torre Blanca es ese monumento que posee toda ciudad que todo visitante, aunque no quiera, tiene que visitar. Utilizada tanto de fuerte como de prisión, la construcción que vemos actualmente fue erigida en época de dominio turco por Solimán el Magnífico, seguramente sobre las bases de otra más antigua medieval. La Torre Blanca puede servir como punto de partida de una caminata por los varios kilómetros del Nikis, el paseo marítimo que traza el perfil costero de la ciudad.

A unas tres horas de distancia de Tesalónica encontramos el Monte Athos. Montaña sagrada para los fieles de creencia ortodoxa erigida sobre una península rocosa al borde del mar Egeo, en ella se esconden una veintena de monasterios (entre los que figuras algunos de los más antiguos y remotos del planeta) refugio espiritual de alrededor de 1.500 monjes. Zona con autonomía propia, visitar el Monte Santo no es fácil. Las mujeres tiene prohibido el acceso, y entre los hombres las excursiones están limitadas a 200 griegos y 10 extranjeros por día.

Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de L'imaGiraphe, Tilemahos Efthimiadis, Stella Vardaki, Dmitry Artyukhov

 

 

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Sevilla entre arrozales y marismas

Las marismas del Guadalquivir

Se sitúan en el antiguo estuario del río, entre Sevilla, Huelva y Cádiz, con una extensión aproximada de 2000 Km2 y forman parte del Parque Nacional de Doñana, que es uno de los humedales más importantes de Europa. Es allí donde viven más de 100 especies de aves que forman parte del ecosistema y que dan lugar a un verdadero espectáculo al levantar el vuelo. Un lugar en el que los pájaros parecen tocar flamenco y los cangrejos rojos dar palmas.

Se trata de una ruta ideal para hacer lo que le gusta a cualquier viajero que se precie: perderse. Pero perderse en el sentido más literal de la palabra, pues existen centenares de caminos entre arrozales sin señalizar.

El Amazonas sevillano

Nuestro recorrido comienza en el cauce del Guadalquivir y sus innumerables brazos al acercarse a la desembocadura, una imagen que puede recordarnos al mismo Amazonas. Allí encontramos la Isla Mayor, un municipio de poco más de 5.000 habitantes. El pueblo está rodeado de campos de espigas y cultivo por lo que, cuando están inundados, da la sensación de ser una auténtica isla. Para los amantes del senderismo, además, hay disponibles una serie de rutas a través del municipio que también pueden hacerse en bicicleta.

Si sois aficionados al piragüismo, no podéis perderos el Brazo de los Jerónimos, un canal repleto de cañas y juncos por el que navegar se convierte en una experiencia única.

Retroceder en el tiempo

Para cruzar al otro lado del río, sólo se puede hacer a través del transbordador de Coria del Río, que une las dos orillas del Guadalquivir. Un delicioso viaje que recorre 300 metros en apenas 3 minutos y que te traslada inevitablemente a una inquietante película americana que transcurre en el Mississippi o en los Everglades. Un trayecto junto a coches, tractores, pescadores, cabras y motos de los agricultores, en el que el tiempo se para.

Mención a parte merece el espectáculo de ver desde la orilla, a pocos metros, un barco mercante o un crucero partiendo las aguas tierra adentro cuando sube la marea, camino del puerto de Sevilla o del Atlántico. Una imagen sorprendente y surrealista que se grabará en vuestras retinas.

A la llegada a Coria, seguimos andando aguas abajo y continuamos hacia La Puebla del Río, por la calle Arrozal, que es un camino de tierra entre álamos que en primavera se cubre de yerba y flores. Estando en este lado del río, se puede aprovechar para visitar pueblos como el Poblado de las Colinas o Utrera.

Para chuparse los dedos

Tras el paseo en barco, nada mejor que unos molletes o tostadas con manteca colorá para reponer fuerzas. Es el desayuno más típico por esta zona y no hay bar que se precie en el que no ofrezcan esta pasta para untar hecha a base de manteca de cerdo salpicada con pequeños trozos de carne y aderezada con ajo, pimentón, orégano, laurel y otras especias. Un placer para los sentidos que conquistó al mismísimo Paco de Lucía que le dedicó algunos acordes y notas en alguna de sus más célebres melodías.

Pero la propuesta gastronómica de esta zona del humedal sevillano no termina aquí y es tan variada como su propuesta paisajística.

Si decidís viajar en junio, podréis disfrutar de la Feria y Fiestas del Arroz y del Cangrejo, que dura cinco días y dónde podréis degustar platos típicos como: cangrejo con tomate, colas de cangrejo al ajillo o en salsa, tortilla de camarones, camarones con pimiento, arroz con pato o albures al salazón.  

Restaurantes como El Tejao, Sevruga o El Estero sirven deliciosos platos de cangrejos, angulas, pato, doradas o lubinas, siempre con arroz a orillas del Guadalquivir.

Para degustar otro de los platos indispensables de la zona, el faisán con arroz, el restaurante Arco de Colina es parada indispensable, con una calidad y precios que os dejarán con la boca abierta.

¿Te atreves a aventurarte por las marismas del Guadalquivir? Consulta tu Vueling a Sevilla aquí.

Texto de Laura Llamas para Los Viajes de ISABELYLUIS

 

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