Los pueblos más bellos del lago de Garda
El lago de Garda, situado al norte de Italia, entre la Lombardía y el Véneto, es un destino perfecto para una escapada en el que hallarás la combinación perfecta de naturaleza, patrimonio histórico y gastronomía, además del lugar idóneo para la práctica del senderismo, el montañismo, el ciclismo, la vela o el windsurf. A continuación hemos realizado una selección de las poblaciones con más encanto de la zona, ¿cuál es tu favorita?
Desenzano del Garda, la puerta del lago
Desenzano del Garda es el municipio más grande del lago de Garda. Situado en el sur, es el lugar de acceso por excelencia al lago. No dudes en recorrer las calles de su centro histórico y disfrutar de su increíble ambiente, sobre a partir del atardecer. De parada obligatoria son la iglesia de Santa Maria Maddalena, donde se puede ver la Última Cena de Tiépolo, y su villa romana, situada en la via Crocifisso, y en la que destacan su mosaicos.
Sirmione, la niña bonita
Ubicado en una estrecha península al sur del lago de Garda, sin duda alguna es el pueblo más pintoresco de la zona, y en consecuencia, el más turístico. En cuanto veas su casco antiguo y su fantástico castillo medieval –con puente levadizo incluido- entenderás el por qué de su éxito, y caerás rendido ante sus encantos. Entre lo más destacado están la ruinas de una antigua villa romana, conocida con el nombre de las cuevas de Catulo (Grotte di Catulloen italiano). A pesar de no tener nada de cueva ni haber alojado jamás a Catulo, conservan unos frescos de excelente calidad, y las vistas desde su olivar son estupendas.
Malcesine, la ribera de los olivos
Este pequeño pueblo, famoso por su aceite, fue inmortalizado por Gustav Klimt en 1913. Destaca el blanco castillo medieval de Scaligero, que sobresale entre sus casas, y que cuenta en su interior con una sala dedicada a Goethe. Este último le dedicó unas líneas a Malcesine en su Viaje a Italia. Entre las actividades imprescindibles a hacer está la de subir a su funicular, que asciende hasta una altura de 1760 metros, desde la que podrde una estupendassta una altura de 1760 metros, desde la que podrás disfrutar de una magníficas vistas del lago.
Gardone Riviera, el más elegante del lago
Sus villas del siglo XIX de estilo art déco y sus espectaculares jardines lo convierten en el pueblo más elegante del Garda. Destaca Il Vittoriale degli Italiani, un peculiar a la par que estravangate complejo formado por varios edificios, un teatro, jardines y vías fluviales, obra del poeta Gabriele D'Annunzio y del arquitecto Giancarlo Maroni. El otro espacio de imprescindible visita es el Jardín Botánico Fundación André Heller, que cuenta en su haber con unas 500 especies de plantas.
Riva del Garda, para los más deportistas
Encajado en el extremo norte del lago de Garda y con las montañas como fondo, se encuentra este pequeño pueblo, idóneo para los amantes del deporte. Desde él se pueden realizar excursiones a pie o en bicicleta al monte Rocchetta, o poner a prueba tus habilidad con deportes acuáticos como la vela o el windsurf.
Reserva tu Vueling a Verona, que está situada a unos 45 kilómetros del lago de Garda, y anímate a recorrer sus orillas.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Elin B, Marcos Dione, Edoardo Costa, Edwin van Buuringen, Tony Hisgett, Ross Elliott
+ infoLes Calanques una joya a las puertas de Marsella
Los marselleses están de suerte. A pesar de residir en la que es la segunda ciudad más poblada de Francia –la primera es París-, con las consecuencias que ello supone, tienen prácticamente a sus pies un pequeño remanso de paz en forma de espacio natural que recorrer a pie o en kayak, o en el que darse algún que otro chapuzón en verano. Alguna ventaja tenía que tener estar situados a los pies del Mediterráneo.
El lugar al que nos referimos y al que te recomendamos acercarte y experimentarlo en primera persona es el magnífico Parque Nacional de Les Calanques. Este espacio natural empieza pasado el Puerto de la Pointe Rouge, situado al sur de Marsella, y se extiende unos 20 kilómetros a lo largo de la costa mediterránea hasta llegar al pequeño puerto pesquero de Cassis. Pero, ¿cuál es la clave de su secreto?
Les Calanques está formada por una serie de macizos graníticos y calcáreos cuya erosión ha dado lugar un sinuoso perfil de la costa, con marcadas entradas hacia el interior y numerosos acantilados. El resultado final son una serie de pequeñas calas -calanque en español significa cala, de ahí la nomenclatura de la zona-, a las que algunas de ellas sólo se puede acceder por mar. La aridez del terreno, en el que apenas hay vegetación o es de pequeño tamaño, consecuencia del caluroso clima mediterráneo y de la calidad del terreno, contrasta con el turquesa del agua del mar.
Así pues, el que se aventure a Les Calanques encontrará un espacio magnífico donde realizar senderismo recorriendo la costa en busca de sus bellas calas. También hallará un lugar perfecto para la práctica de la escalada gracias a la presencia de acantilados de piedra donde poner a prueba la destreza ascendiendo paredes.
Por si fuera poco, la parte protegida de este parque natural y el interés del mismo se amplia por el mar, debido a la biodiversidad que podemos encontrar en sus aguas, con un buen número de especies, lo que a su vez lo convierte en un destino muy atractivo para los aficionados al submarinismo.
Aspectos a tener en cuenta antes de realizar la visita
Antes de aventurarnos a realizar una excursión de Les Calanques, tenemos que tener en cuenta de que al tratarse de un entorno protegido, el acceso al mismo está limitado dependiendo de la época del año que sea. El verano es el periodo más sensible para este área, ya que es cuando mayor peligro de incendio hay, de ahí que el acceso de coches esté prohibido, e incluso esté controlado el acceso a pie. Así pues, si no podemos visitar este parque en primavera u otoño, que son las mejores estaciones para adentrarse en él, lo mejor es planear bien el viaje y tener en cuenta que deberemos pagar aparcamiento para dejar el coche y caminar bajo el sol del verano. No olvidéis llevar buen calzado, sombrero y agua.
Entre las calas numerosas calas que encontrarás en este tramo de la costa, las más populares son la Calanque de Port-Miou, la de Port-Pin, la d’En-Vau y la de Morgiou, que son las más cercanas a Cassis, y a las que llegarás en una agradable paseo por la costa. La Calanque de Sormiou también está entre las más visitadas y es la de mayor tamaño.
Tampoco olvidemos aprovechar la ocasión para visitar Cassis, con su pintoresco puerto en el que destacan las pequeñas barcas de pescadores y las casas llenas de colorido. No en vano pintores de la talla de Signac o Derain se quedaron prendados de su luz y color.
Aventúrate a conocer este magnífico rincón del Mediterráneo, reserva tu Vueling a Marsella aquí.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Frédérique Voisin-Demery, Amanda Snyder, Thomas Barthelet, maarjaara
+ info
Dos horas en Hamburgo
Por Marlys y Michael de Easy Hiker
Seamos completamente honestos sobre este asunto: lo mejor del billete de movilidad nacional de un día de Deutsche Bahn (el billete “Quer-durchs-Land” or QdL, abreviado) es que es muy barato. Viajar en cualquier tren regional de Alemania por 48 euros para dos personas es una oferta imbatible.
Los trayectos tardan un poco más que los trenes rápidos IC, eso es cierto, y los recorridos pueden ser un poco más enrevesados, pero eso también puede ser una ventaja.
Recientemente, cuando volvíamos de una excursión en Mecklenburger Seenplatte, aprovechamos la oportunidad de dividir lo que hubiera sido un largo viaje en tren e hicimos una parada de dos horas en Hamburgo. Dos horas en Hamburgo no es mucho para una ciudad tan grande, la más grande de Alemania después de Berlín, pero ya habíamos estado varias veces y sabíamos adónde ir. Al final, nos sorprendió la cantidad de lugares fundamentales de la ciudad que pudimos visitar.
Desde la estación central de trenes, fuimos directamente (por Mönckebergstraße) hacia el llamado Binnenalster, la zona más elegante de Hamburgo. A lo largo de su orilla se encuentran los mayores bancos privados de Alemania, los hoteles más caros y los restaurantes más lujosos.
El enorme y opulento edificio al sur del lago artificial es el Ayuntamiento de Hamburgo, construido en el siglo XIX, con el gusto por la ostentosidad y la grandeza típico de la época.
Paseamos a lo largo del canal de Alsterfleet, por debajo de las columnatas de Alsterarkaden, giramos a la derecha en Stadthausbrücke y nos dirigimos hacia la Iglesia de San Miguel, principal punto de referencia de Hamburgo desde que fue construida en el siglo XVII. Es famosa, entre otras razones, porque fue el primer edificio de la ciudad que muchos de sus visitantes podían divisar desde el mar.
La iglesia puede parecer algo austera desde el exterior, pero su interior es tan hortera como un teatro del West End. (La entrada es gratuita, pero se anima al visitante a donar 2€ antes de salir. Otra opción es sortear a la corpulenta señora que vigila la puerta de salida, aunque probablemente lo mejor es esperar a que algún otro turista la distraiga con una pregunta. Bueno, eso fue lo que yo hice).
La calle situada a la derecha de la iglesia te lleva directamente a San Pauli: Reeperbahn, Star Clu, etc. (Desgraciadamente no tuvimos tiempo para eso).
En cambio, salimos de la iglesia y giramos a la izquierda, pasamos las modernas oficinas de Gruner & Jahr, una de las firmas publicitarias más importantes de Alemania, y nos dirigimos hacia el puerto, uno de los diez mayores del mundo.
Giramos a la izquierda para dirigirnos al Speicherstadt (“ciudad almacén”), mi parte favorita de Hamburgo y una de las mejores obras de ingeniería arquitectónica de Europa del siglo XIX, grandiosa y elegante al mismo tiempo, una mezcla entre Venecia y los antiguos muelles de Londres. Los edificios, por supuesto, eran almacenes, pero en la actualidad están principalmente ocupadas por compañías de teatro, museos y atracciones turísticas, como el “Hamburg Dungeon”.
Podía haber dedicado el resto del día a pasear de canal en canal, pero no había tiempo para ello. Tomamos el metro de vuelta al centro de la ciudad (si tienes un Länderticket o un billete QdL, también puedes viajar gratis en el metro y los trenes S-Bahn) y llegamos con tiempo suficiente para disfrutar tranquilamente de una taza de café al aire libre bajo el sol de abril en Mönckebergstraße, la principal calle comercial de la ciudad, a 5 minutos de la estación central de trenes.
Por Marlys y Michael de Easy Hiker
¿Te apetece visitar Hamburgo? ¡Consulta aquí tus vuelos!
+ infoMy Vigo Experiences
Innovación y tradición conjugan perfectamente en la ciudad de Vigo. Todos sus barrios tienen algún encanto especial, calles históricas, mercados semanales al aire libre, senderos naturales, actividades comerciales y culturales. Desde las islas Cíes hasta el monte O Catro, Vigo es un destino urbano perfecto para tus vacaciones.
Te damos algunas pistas para que no te pierdas la esencia de Vigo.
1.- Las fiestas gastronómicas
Raro será que visites la ciudad y no coincidas con alguna de sus celebraciones gastronómicas. El calendario anual está plagado de ellas, como la Fiesta del Mejillón de Vigo, que se celebra cada septiembre en el parque de Castrelos o La Fiesta del Marisco, el segundo fin de semana de septiembre en el Puerto de Vigo, en la que se venden más de 40 variedades diferentes a precios populares.
Y es que la Ría de Vigo tiene unas características excelentes en cuanto a temperatura del agua, ¡lo que hace que se recolecte un marisco excelente! Una curiosidad: ¿sabías que la temporada del mejor marisco en la ría de Vigo empieza el septiembre y hasta abril? ¿Sabes cómo puedes acordarte de los mejores meses para consumirlo? Son los meses que contienen la letra “erre”.
2.- La hora del aperitivo
Visitar Vigo es una excelente oportunidad para catar el mejor marisco de la ría a buen precio, en rituales inevitables como el aperitivo de tapas y cañas a los que los vigueses tienen una férrea devoción, especialmente los sábados y domingos por la mañana: el paseo y el aperitivo de antes de comer.
3.- La estatua de Julio Verne
Pasea pues antes del aperitivo hasta el puerto deportivo disfrutando de la brisa marina, y llega hasta la estatua de bronce de Julio Verne, enfrente del Club Náutico de Vigo. La ciudad ha rendido homenaje al escritor francés ya que en su famosa novela de “20.000 Leguas de Viaje Submarino” dedica un episodio a la Ría de Vigo y a la leyenda del Tesoro de Rande.
4.- Aprende a cocinar los productos de la ría
Si también quieres aprender a cocinar los productos del mar, súmate a esta interesante iniciativa; un taller gastronómico que te enseña a comprar y a cocinar los mejores productos de la mano de los cocineros más prestigiosos de la ciudad, que te ayudarán en todo. Tras la selección de la mejor materia prima y las compras en el mercado de O Berbés o en los viveros de marisco del puerto, podrás preparar tu mismo los platos típicos marineros y saborearlos posteriormente acompañados de una copas de vino de las Rías Baixas.
5.- Prueba las ostras en plena calle
Uno de los lugares con más interés turístico es la calle Pescadería, que ofrece un espectáculo único, cuando las ostreras abren sin descanso las ostras en la calle y van preparando los platos. Puedes comprarles a ellas directamente unas ostras, les echas un chorrito de limón y te las comes acompañadas de un buen albariño. ¡No hay placer igual!
6.- Acércate hasta un Furancho
Los Furanchos son locales o casas privadas en los que comprar excedentes del vino o probarlos allí mismo acompañados de una buena comida casera. Normalmente se sirven acompañados de tortillas, empanadas, carnes, chorizos y quesos en un ambiente familiar a muy buen precio. En la zona de Vigo hay más de una docena para escoger, en los que la atención es siempre exquisita.
Imagen de Dantadd
Nosotros nos apuntamos, si quieres venirte consulta nuestros vuelos aquí.
+ info