8 terrazas imprescindibles de Marrakech
La más top
La Mamounia es uno de los hoteles más míticos del planeta, donde se han hospedado actores, la realeza, políticos y un sinfín de rostros famosos. Con sus aires de palacio majestuoso y sus jardines imperiales de más de 8 hectáreas, es un enclave de ensueño que parece sacado de Las mil y unas noches. Aquí encontrareis lujo y esplendor en estado puro, un espacio dedicado a la gastronomía y a la coctelería y un trato exclusivo. Atreveos a cruzar su puerta, eso sí, elegid vuestras mejores galas para no parecer un bicho raro entre tanto glamour, y disfrutad de la terraza del bar, con vistas a un majestuoso oasis natural. La mejor hora para disfrutar de un cóctel (rondan los 15 euros, pero vale la pena el capricho) es cuando finaliza la tarde y la temperatura y luz del atardecer hacen aun más agradable este instante que enamorará a los más hedonistas.
La más popular
Una escalera roja empinada (agarraros a la barandilla para no tropezar y cuidado con la cabeza) lleva de la plaza Bab Ftouh a la azotea del edificio nº 21. Chez ZaZa es un garito popular y de buen ambiente, frecuentado por los marrakechíes. En su pequeña y colorida terraza podréis probar platos tradicionales sabrosos y bien presentados: pastilla de pollo, carnes a la brasa, tajines variados y ensaladas de verduras calientes condimentadas, por un precio medio que no llega a los 10 euros. De día, la terraza os permitirá descubrir desde arriba la divertida agitación del zoco; de noche, disfrutaréis de la puesta de sol sobre las azoteas de la Medina.
La más internacional
Si lo que buscáis es un paraíso en plena agitación, este es el lugar. El Palais Lamrani es un riad rehabilitado por una pareja de franceses que acoge a los visitantes en un entorno exclusivo. Los bonitos jardines de su patio interior son una de las más encantadoras terrazas de la ciudad, donde podréis disfrutar de una comida relajada, romántica y llena de encanto entre plantas y el agradable sonido de la fuente central. Sirven comida internacional y marroquí elaborada con productos frescos (la carta cambia cada semana). También podéis acudir a tomar un café, un cóctel o una copa. Este local es conocido como La Table du Palais y os enamorará.
La más auténtica
La plaza Jemaa-el-Fna se convierte cada noche, y especialmente los viernes, sábados y domingos, en un hervidero. Un inmenso escenario en el que se dan cita los autóctonos y los turistas para disfrutar de un rato festivo, escuchando y viendo los grupos de música y de danza folclórica; comprando ropa y todo tipo de objetos a los vendedores ambulantes; participando en familia en juegos improvisados; o rindiéndose con los cuentacuentos, encantadores de serpientes, curanderos... Pero también para pegarse el festín semanal entre amigos y familiares, alrededor de grandes mesas compartidas entre desconocidos. Hay decenas de puestos de comida donde probar especialidades nacionales como la cabeza de cordero a la barbacoa, entrañas a la brasa, sopa de legumbres, mariscos o repostería árabe. Pero ojo, aunque este lugar seduce por su buen ambiente y su autenticidad, requiere de un estómago todoterreno.
La más solidaria
La Asociación Amal es una organización sin ánimo de lucro que lucha por la integración profesional y la autonomía de las mujeres marroquíes que se encuentran en condiciones precarias. Su sede en Marrakech, en el barrio de Semlalia, sirve de escuela de hostelería a las mujeres que integran su programa, donde aprenden a cocinar y servir de forma profesional. Cuenta con una bonita terraza con jazmines y naranjos cuyas flores desprenden un perfume embriagador, donde probar creaciones marroquíes (mechoui, tajin, couscous…) y de inspiración internacional. ”Todo es casero menos el agua”, según explican. El precio es de 8 euros por persona.
La más famosa
El Hôtel de France es una auténtica institución en la ciudad. Desde su terraza, donde se dan cita locales y turistas, hay magnificas vistas panorámicas a la plaza Jemaa-el-Fna y al conjunto de la Medina. Sentaos aquí, sin prisa, y tomad uno de sus tés a la menta dulcísimos, mientras observáis con toda la tranquilidad el fascinante ambientazo de la plaza, acompañado del son de los tambores y de los cantos coránicos que suenan a la hora del rezo.
La más íntima
En esta terraza, con piscina y tumbonas incluidas, solo pueden acceder los huéspedes del Riad Abracadabra, tanto para desayunar como para tomar una copa o descansar. Y solo por ello vale la pena alojarse en este establecimiento cuyo interiorismo podría protagonizar una editorial de revista de diseño. Todo es paz y buen gusto. Una dirección imprescindible en plena Medina.
El más relajante
Frente a las Tumbas Saadíes, en un marco típicamente marroquí, la terraza del Café Kasbah es perfecta para disfrutar de una agradable comida al aire libre con vistas al impresionante Minarete de la Koutoubia. Simpática y cercana, la atención recibida en este local os dejará tan buen recuerdo como su gastronomía, simple, ligera y tradicional. El lugar ideal para hacer una pausa entre las distintas visitas a los lugares de interés cercanos: el palacio de la Bahía, el de El Badi, las Tumbas Saadíes o el barrio judío.
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Texto y fotos de Laia Zieger de Gastronomistas
+ infoLago Starnberg
Por Michael Schurmann de easyhiker.co
Mientras disfrutas del Oktoberfest en Munich, no son pocos los destinos cercanos a los que puedes escaparte un día de senderismo. Las mejores rutas, Goldsteig y Altmühl-Panoramaweg, se encuentran a poca distancia en tren y, por supuesto, siempre están los Alpes. Sin embargo, el Lago Starnberg corona la lista de destinos de un día debido a la facilidad con la que se puede llegar a él y por ser el escenario de una de las anécdotas más morbosas de la historia de Alemania. (Si prometes seguir leyendo, te contaremos más).
Se puede ir en tren (el llamado S-Bahn) desde la Estación Central de Munich, y tarda 30 minutos. El viaje de ida y vuelta está incluido comprando el pase diario, que ofrece acceso ilimitado a todo el transporte público de la ciudad (por solo €20 para hasta cinco personas).
Otra de las razones por las que el Lago Starnberg corona esa lista es que no se tarda nada en llegar desde la estación de Starnberg.
En un día despejado pueden verse los Alpes a lo lejos.
Hay que decir que este extremo se encuentra muy alejado. El Lago Starnberg mide unos 20 km y aunque es bastante estrecho (en ningún punto supera los 5 km de ancho), en un tour alrededor del lago pueden recorrerse unos 50 km.
“Carretera que lleva al sendero de Possenhofen, en Starnberger See, cerca de Munich”
De manera que para excursiones de un día, queda descartado. Por suerte hay muchas otras alternativas.
Por ejemplo, en la orilla derecha del lago se encuentran otras dos estaciones del S-Bahn, bajando hacia Possenhofen y Tutzing, en las cuales se puede coger el tren y caminar de vuelta hacia Starnberg (a 7 km y a 14 km, respectivamente).
De hecho, este era nuestro plan original: caminar hasta Possenhofen, hogar de infancia y retiro favorito de la desafortunada Sissi emperatriz.
Pero la carretera a Possenhofen estaba tan concurrida (incluso por camiones) y tan lejos del lago (prácticamente bordeada por casas residenciales, jardines y casas-barco) que interrumpimos nuestra excursión tras recorrer poco más de kilómetro y medio y regresamos a Starnberg.
Descubrimos, con suerte, que el lado izquierdo (u occidental) del lago ofrece un ambiente mucho más agradable.
El famoso sendero de “König Ludwig Weg” recorre la totalidad de la orilla oeste del lago, lo que debería garantizar, al menos, un camino libre de camiones.
En este lado del lago no hay trenes S-Bahn, pero los ferrys te llevan a muchos de los pequeños pueblos que hay dispersados en los alrededores, como a Seehausen, en el extremo sur del lago. Si dispones del día completo, una idea es recorrer todo el camino hasta Seehausen a pie y allí coger el barco de vuelta.
Nosotros solo tuvimos tiempo para recorrer una parte de este sendero y decidimos andar los 6 km que separan Starnberg del pueblo de Berg.
Una vez fuera de la estación y situado de frente al lago, gira a la izquierda.
Durante los primeros 800 metros atraviesas una mezcla de edificios residenciales y recreativos: casas, jardines, casas-barco y una piscina pública.
Tras los dos primeros puentes de madera, el escenario se torna en un lugar idílico: cisnes en el lago, grupos de robustas mujeres bávaras entrenando Nordic walking (caminata nórdica), jóvenes familias y estudiantes escabulléndose de una aburrida clase.
Al volver a la carretera asfaltada, en las afueras de Berg, descubrirás algunas de las propiedades más caras de Alemania.
El Lago Starnberg, tan bello y tan cerca de Munich, la ciudad más rica de Alemania, puede considerarse la versión alpina de la Cote d’Azur (o Beverly Hills).
Después de 15 minutos andando, encontrarás el embarcadero a tu derecha.
“Señal que lleva al sendero de Koenig Ludwig Weg en Starnberger See, Munich”. Consulta las horas de llegada y salida, porque los trayectos para Starnberg suelen ser poco regulares y si pierdes el barco es posible que tengas que esperar unas horas para coger el siguiente.
Si tienes tiempo, aprovecha para hacer una excursión a la Votivkapelle (sigue las señales) que está a 30 minutos de distancia.
Esta capilla fue construida para conmemorar uno de los mayores misterios sin resolver de la historia de Alemania. Se levanta muy cerca del lugar en el que el Rey Luis II de Baviera, el Rey Loco, (quien construyó el Castillo Neuschwanstein y apoyó generosamente la obra operística de Richard Wagner) exploró verticalmente el Lago Starnberg. (En el agua, hay una cruz de madera señalando el lugar).
¿Fue un accidente? ¿Se suicidó? ¿O hubo algo sospechoso en su muerte? (Pincha AQUÍ para leer la historia completa).
De camino hacia la capilla, encontrarás en una de las casas-barco una placa que reza que a menudo el Rey Luis salía desde allí para reunirse al otro lado del lago con su “alma gemela” Sissi.
Me llama la atención e incluso me estremece ver como después de tantos años, parece que los bávaros siguen sin aceptar el hecho de que a su querido “Kini” no le gustaran mucho las mujeres.
Para una versión menos bochornosa de la vida del Rey, hay que ver Ludwig II, dirigida por Luchino Visconti y con Helmut Berger como el real epónimo, una de las películas más afeminadas de la historia: un Mago de Oz para inteligentes.
Si no tienes tiempo para experimentar la obra maestra de Visconti y sus 247 minutos de languidez Wagneriana, hazte un favor y escucha aquí una muestra de la ambición operística del director.
La última sección muestra también una imprescindible orgía gay de estilo Bávaro con bailes folclóricos, amenizada con música de cítara y mucho manoseo.
No es de extrañar que los locales odiaran tanto la película que trataron de prohibirla cuando se estrenó por primera vez en 1972.
Ahora, regresa al embarcadero en donde, si aún dispones de tiempo, puedes tomarte un café o una cerveza en la terraza del Hotel Berg antes de coger el barco de regreso a Starnberg.
Si comenzaste tu aventura antes de las 12:00 de la mañana, posiblemente estés de vuelta a tu carpa de cerveza favorita en el Oktoberfest antes de que comience el bullicio nocturno y no te habrás perdido nada.
Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.
Praga en 7 esculturas de David Černý
Praga es una ciudad monumental, con grandes edificios históricos que le dan su característico aire elegante y refinado. Pero a toda esta armonía clásica, ha venido a poner su contrapunto un controvertido artista con sus peculiares obras.
Nacido en Praga, David Černý es un autor polémico, irreverente y perturbador, al que le gusta provocar. Y vaya si lo consigue! Su esculturas, con un marcado tono de denuncia social, en contra del poder y la autoridad, han hecho ruborizar a más de uno.
David Černý inició su carrera como artista provocador cuando, junto a unos compañeros de su escuela de arte, pintaron de extravagante rosa el tanque soviético del jardín de la embajada de Alemania -monumento a la liberación de Checoslovaquia en1945-. Černý fue arrestado por su ataque de color pero ahora, el tanque se encuentra expuesto en el museo militar de Lesany (a unos 20 kilómetros de Praga) y es todo un símbolo de libertad.
Sus obras están diseminadas por diferentes espacios públicos de su ciudad natal. Son muchas, pero vamos a hacer un pequeño recorrido por las más impactantes y características.
Quo Vadis?
Su primera obra, Quo Vadis?, la colocó en la misma embajada de Alemania en Praga (Vlašská 19, Malá Strana). En Quo Vadis? Černý reinterpreta un Trabant, el coche más común de la Alemania Oriental, pero con piernas en lugar de ruedas. Es un homenaje a los 3.000 alemanes del este que ocuparon estos jardines en el verano de 1989, poco antes de la caída del muro.
El caballo muerto de San Wenceslao
Decíamos que las obras de Černý son un contrapunto al clasicismo de la ciudad. Más razón aún con la obra del caballo muerto de San Wenceslao, en clara oposición a la misma estatua clásica que se encuentra en la plaza del mismo nombre. San Wenceslao es el símbolo de la identidad nacional checa y representa el santo patrón de Bohemia.
La versión de Černý de esta figura ecuestre está muy cerca de la original, en Pasaje de Lucerna, pero su caballo se encuentra boca abajo, muerto y con la lengua fuera.
Viselec
Debes fijarte bien al pasar por la céntrica calle Husava, en Staré Mesto. Más bien, pasar mirando hacia el cielo o fácilmente te pasará desapercibida. En lo alto, podrás ver la escultura del colgado, una figura humana que pende de una viga, con gran parecido a Sigmund Freud.
Como todas las obras de Černý, está abierta a la interpretación, y él tampoco ha sido muy dado a desvelar sus significados.
Piss
Se encuentra a las puertas del Museo de Franz Kafka, en Cihelná 2b, 118. Son dos figuras accionadas por un mecanismo eléctrico que orinan sobre un estanque con la forma de la República Checa, escribiendo citas de autores locales con ese chorro.
Al lado de las esculturas, verás un número de móvil, al que se puede enviar un SMS para aportar tu frase lapidaria en tan peculiar escritura.
Miminka babies
Con 216 metros de altura, Žižkov es la torre de televisión de Praga y el edificio más alto de la República Checa. Aquí colocó David Černý sus diez perturbadores bebés negros que la escalan gateando.
También podrás verlos de cerca en el parque de la isla Kampa, muy cerca del puente de Carlos.
Klaus y Knizak
En Futura Art Gallery (Holečkova 789/49), puedes subir por unas escaleras, a las dos grandes figuras que son mitades inferiores del cuerpo humano, y meter la cabeza en el orificio de su culo. En su interior, se proyecta un vídeo satírico con el presidente de la República Checa hasta 2013, Václav Klaus, y el artista Milán Knížák, alimentándose mutuamente al ritmo de la música de "We are the Champions".
Una crítica a la política checa y también al espectador voyeur, que observa lo peor de sus acciones sin tomar partido.
Shark
En 2005, presentó este trabajo para la Bienal de Praga, pero la obra fue prohibida en las muestras de Bélgica y Polonia. Es la imagen de un Saddam Hussein cautivo, en ropa interior y atado de pies y manos, sumergido en un tanque de formol. La obra aparece firmada por Mahoma y se creó un año antes de la ejecución de Hussein, en 2006.
Quo Vadis? por VitVit | Tanque rosa por Hynek Moravec| Miminka por Evrik| Piss por UkillaJJ
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Gastronomía a flote en Venecia
Venecia es melancólica, abrumadora, luminosa y envolvente. Y también reconfortante. Si te dejas llevar por ese sinuoso canal que domina la ciudad, tu visita fluirá. Date cuenta de que no hay coches y de que, pese a la afluencia de turistas que recibe a diario, es un destino silencioso. Sobre un puente, en una encrucijada de calles, en mitad del Campo o en un angosto pasaje, allá donde te asalte el hambre te sentirás a salvo. No ya sólo porque con góndola llegas rápido a cualquier lado sino porque la capital de Véneto está llena de rincones para gozar de la gastronomía. Sobre el asfalto, pero también en lo alto, con esas vistas que tanto marcaron y enmarcaron intelectuales y escritores de todas las épocas. A continuación os detallamos esos locales con un destello particular y una oferta singular.
El pescado
Por su eminente carácter marinero es muy recomendable comprar y saborear pescado fresco en la ciudad. Una dirección imprescindible para tomarlo casi de la lonja al plato por su proximidad al Mercado de Rialto es el restaurante Antiche Carampane. Un establecimiento sencillo y familiar al que acuden venecianos que saben dónde encontrar entre lo bueno lo mejor y celebrities bien guiadas. Aquí encontrarás respeto por el producto y por la tradición culinaria veneciana más típica dentro y fuera de la carta.
Street food
En Venecia es inevitable callejear para conocer sus entrañas. Si tienes poco tiempo para comer de forma pausada, opta por las opciones de street food. Un tramezzino (sándwich de corte triangular generalmente de pan de molde) en alguna cafetería o una pizza al taglio (pizza al corte) del Antico Forno pueden ser dos buenos bocados. Pero si prefieres algo más auténtico sin necesidad de tomar asiento, decántate por Acqua & Mais, un coqueto local que saca partido del recetario veneciano en propuestas para llevar en un práctico packaging. Se te irán los ojos ante las frituras de pescado, las croquetas, la polenta y el clásico bacalao mantecado.
Los dulces
En este apartado hay dos direcciones imperdibles por históricas. Dos pastelerías distanciadas la una de la otra que han sabido convivir con éxito siendo ambas de referencia en la ciudad. Cada una, eso sí, ha evolucionado de forma diferente con el paso de los años. En Rosa Salva aún sirven pastelitos individuales clásicos, bollería y helados en un ambiente de bar. En Colussi es célebre la focaccia veneziana, una especie de panettone (pan dulce) por su forma con sabor a ensaimada realmente buena. Resulta ideal acompañarla con un chocolate caliente en el mismo local, donde se amasa y hornea a diario en el obrador contiguo.
Vinos y copas
Estro - Vino e Cucina es un gastrobar y enoteca modernos con mucha personalidad donde podrás comer platos típicamente italianos y pescado crudo como seña de identidad del chef italo-japonés Mashiro Homma, maridados con el vino que tú elijas entre una amplia muestra a la vista de las mesas. El vino tiene “doble etiqueta” y también podrás comprarlo.
En la histórica Osteria ai Pugni apuestan por el aperitivo, las tablas de embutidos de la región, las croquetas de sabores variados y los típicos tramezzini de insólitos rellenos. Destaca su bodega por copas, y el poder disfrutar de la bebida en un ambiente distendido junto al puente dei Pugni, en pleno Dorsoduro.
Paradiso Perduto
Puedes optar por la barra o por una de las múltiples mesas de este enorme y bullicioso local que las noches de los lunes ofrece música en directo para amenizar las copas de la sobremesa. Su propuesta: recetas caseras en generosas raciones. Recomendables el pescado fresco con sus correspondientes contorni (acompañamientos como verduras, setas o patatas al horno), la lasaña, los fagioli (judías) y el tiramisú, el postre originario de Venecia. Una vez, Keith Richards tocó el piano aquí…
La pista vegetariana
Uno de los mejores piropos que puede hacerse a La Zucca es que es obligatorio reservar para encontrar mesa. Los artífices del local consiguieron mantener los orígenes del negocio e hicieron de la calabaza su principal reclamo. Con esta hortaliza surten gran parte de los platos de una carta de corte casero y precios populares.
El alojamiento
Si puedes permitírtelo, el Hotel Danieli es de esos lugares que dejan huella. A la altura de la belleza de Venecia, este lujoso hotel es historia viva de la ciudad. A dos minutos a pie de la plaza San Marco, sus bien diferenciados edificios –las habitaciones de uno y otro apenas se parecen— recrean el esplendor del pasado perdido con una atmósfera evocadora que casa bien con los servicios propios del siglo XXI. Célebre es su regio baile de Carnaval junto al lounge y nueva su Wine Suite, donde puedes vivir una experiencia enogastronómica única. También puedes hacerlo en el restaurante con terraza Danieli, un espacio que seduce por sus vistas sobre el Gran Canal y el mar Adriático y por la propuesta creativa de Dario Parascandolo, el chef ejecutivo. Clásicos de siempre y platos propios elaborados con productos de la zona.
El recuerdo
Si aprecias los detalles y el trabajo bien hecho, pásate por Fontegoart y regálate un punto de libro, una libreta, una litografía, una postal o uno de los recetarios pintado a mano por el artista Nicola Tenderini. No puedes irte de Venecia sin un recuerdo que te devuelva a la ciudad por lejos que estés.
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Texto y fotos de Carme Gasull y Belén Parra de Gastronomistas
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