Venecia, 120 islotes con 177 puentes
Por Iñaki Makazaga de Piedra de Toque
Caminamos por Venecia en Rutas Urbanas con MyVuelingCity de la mano de Isabel Sánchez para descubrir rincones diferentes en los que recuperar el atractivo de las capitales europeas. Ahora nos guía por los 120 islotes de la ciudad de Venecia comunicados entre sí por 177 canales, en el seno del golfo del mismo nombre, en la costa italiana del mar Adriático. “La ciudad se hunde dos milímetros al año: hay que darse prisa para conocerla con toda su belleza”
Venecia ha sido siempre la ciudad de artistas, comerciantes emprendedores,y viajeros inquietos, como el famosísimo Marco Polo, que entre ellos, ayudó a abrir las puertas de la fabulosa civilización oriental a los pueblos de Europa. Y esa concentración de ingenio y prosperidad fue la que produjo el florecimiento espléndido de la arquitectura de Venecia, sobre todo entre los siglos 11 y 17 , cuando los edificios más notables que todavía están en buen estado de conservación se construyeron.
Además de eso, y aunque muchos no lo sepan Venecia organizó su convivencia como república mientras que en la mayoría de Europa gobernaba la realeza, los señores feudales, y el clero. Así que ya veis, en la ciudad de los canales eran todos unos avanzados a su tiempo.
Posteriormente, cuando declinó su posición de predominio militar y comercial en el Mediterráneo, la ciudad supo mantener su capacidad de seducción y fue lugar de referencia para viajeros y artistas de todo el mundo. Aumentando pues… hasta lo que conocemos hoy, un fenómeno del turismo de masas que no puede faltar en la lista de cualquier viajero.
El exceso de turistas concentrados sobre los islotes y los anuncios sobre una inminente subida del nivel del mar, hicieron saltar la alerta sobre el riesgo de que la ciudad y todos su tesoros artísticos acabaran por desaparecer poco a poco bajo las aguas. (se dice que la ciudad se hunde 2mm por año)
Y por eso mismo, en colaboración con el gobierno italiano, se construyeron diques de contención y esclusas, y se tomaron medidas de refuerzo de lo construido, siguiendo el ejemplo de Holanda que vive también en permanente peligro de ser devorado por el mar. La idea de que Venecia pueda acabar sepultada bajo las aguas aumenta la magia melancólica que provoca al visitante.
De todas formas, hay que confiar en que el ingenio humano acabe por encontrar una forma de rentabilizar este problema y convertirlo en negocio (como suele pasar) y por eso mismo para los más aventureros El submarinismo turístico en visitas guiadas no puede ser descartado. Y el esquí acuático tampoco”.La ruta imprescindible en una primera visita por Isabel Sáchez:
No nos olvidemos de los imprescindibles de la ciudad…como el Puente de Rialto: Uno de los iconos arquitectónicos de Venecia y el más antiguo de los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal.
Se construyó entre 1588 y 1591 con un diseño del arquitecto Antonio da Ponte realizado en piedra, en sustitución a uno que existía anteriormente y que era de madera, pero que tuvo que rehacerse ya que lo destruyó un incendio.
La peculiaridad de este puente es que parece romper con la tradición arquitectónica de construir puentes de tipo romano basados en la estructura de arco de medio punto con una nueva tipología de arco rebajado.
Pero sus cinco siglos de vida le están pasando factura y como muchas otras obras de Venecia, esta sufriendo una gran degradación, especialmente en sus columnas
Tienes un montón de tiendecitas y puestos donde comprar cerca del puente.
Bodega Bottiglieria Colonna
En esta pequeña bodega podrás adquirir cajas-degustación con una selección de los mejores vinos del Véneto o de Lombardía
Los vinagres y grappas que venden en la bottiglieria Colonna también son de excelente calidad.
Si lo deseas, en la misma bodega te embalarán cuidadosamente tu compra y te la enviarán debidamente protegida a tu casa.
Restaurante Al Volto
Si os gusta el vino, prestad atención, ya que en la ciudad los bares/restautantes para turistas despistados abundan, pero en el restaurante/Enoteca Al Volto no os podeis equivocar. Tienen más de 1.500 vinos diferentes, de los que nos podemos hacer una idea echando un vistazo a las etiquetas enyesadas sobre las pareces y el techo, donde igual encontramos el que más nos apetece.
En cuanto a cocina, sirven comida típica veneciana con un toque original, que puedes tomar en su relajante terraza, para evadirte del turisteo loco que llena las calles de la ciudad.
Como recomendación, podemos probar sus sus “tapas”, que son versiones venezianas de la comida italiana…el delicioso marisco fresco que ofrecen o su “Experiencia Veneciana” un surtido de platos típicos que os hará enamoraros de su grastronomía. Y no os quedareis con hambre, ya que sirven buenas cantidades, que seguro que harán que cojas fuerzas para seguir caminando.
Devil’s Forest Pub
Situado cerca del Ponte Rialto, Devil’s Forest es un pub que recrea la atmósfera de los clásicos pubs ingleses, con una amplia variedad de cervezas..
Local de ambiente amigable y buena música en el que también se pueden degustar algunas especialidades irlandeses como la sopa de setas o el jamón asado.
Imagen de Italian WP
Por Iñaki Makazaga de Piedra de Toque
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+ infoMenorca Km 0 Un paseo por los sabores de la isla balear
Podría pasar horas contando todos los atractivos de esta maravillosa isla balear, pero estas letras van a ir dedicadas a su cara más gastronómica, su rica despensa y sus restaurantes. Y es que uno de los deberes que todo viajero debería hacer es investigar sobre los sabores que va a encontrar en su destino. Vivir el turismo desde el paladar es una manera más de entender su cultura.
De esta manera, Menorca no podría entenderse sin sus quesos (D.O. Queso de Mahón-Menorca) elaborados de forma artesanal en paños, pintados de aceite y pimentón; pásate por queserías como S’Arangi (Es Mercadal) o Son Mercer de Baix (Ferreries). Y tampoco sin sus embutidos: carn i xulla (crudo y curado a base de carne magra de cerdo y tocino), sobrasada, botifarró (la carne y su sangre) o camot/cuixot/camaiot (parecido al botifarró pero embutido en piel). Y qué decir de su Gin Xoringuer, destilado popular con el que se elabora la pomada o gin amb llimonada. O de sus vinos, que después de una presencia casi testimonial, están viviendo un momento de dulce recuperación, ya bajo el sello ‘Vi de la terra Illa de Menorca’. En las tiendas El Paladar encontrarás muy buenas referencias para comprar de cualquier producto local.
Y no dejes de pedir alguno de los vinos de Hort de Sant Patrici, Sa Forana, Binifadet… cuando te sientes en cualquiera de las siguientes mesas. Nada que ver una con otra -desde cocina creativa a abarrotados menús- pero todas ellas con algo en común, el interés por ofrecer producto local y recetas que son tan de ayer como de hoy:
Binifadet. Entre viñedos
Hacer una visita guiada, comprar vinos y disfrutar de un almuerzo es un plan redondo para una mañana en Sant Lluis, al ladito de Mahón. Quesos de la zona, tostada de sobrasada con mermelada de vino, carré (costillar) de cordero y un fresquito Merluzo blanco.
Biniarroca. Entre jardines
Un encantador hotel rural en Sant Lluís cuyo restaurante sigue siendo uno de los más recomendados de la isla. Su porche y sus jardines son de día un lugar donde se para el tiempo al calor del café. De noche, un escenario de cocina de producto menorquín con buenas maneras. Acertada opción de alojamiento. Te sentirás como en casa.
Terra Bistró. En el puerto
Acaban de cumplir su primer año apostando por productos y recetas locales, bien presentadas, en un local muy mono y de precios ajustados. Hojaldre de botifarró con cebolla confitada y mermelada de tomate o arroz negro de calamar y mejillones. Hazte con una mesa en su terraza y no dejes de probar sus postres caseros.
Rías Baixas y Loar. Un alto en el camino
Vamos hacia Ciutadella y paramos en Ferreries. Nos hablan de un restaurante que combina el mejor marisco gallego con cocina menorquina: Rías Baixas. Un festín improvisado a base de frito marinero (mar y verduras), mejillones y berenjenas rellenas de gambas. Caldereta de langosta y riquísimos postres. Interesante también el menú diario del restaurante Cala Galdana del Hotel Loar, que llena las mesas de locales cada mediodía con propuestas tradicionales de la isla, también a la carta. Confortable alojamiento si pasamos noche en el interior de la isla.
Mon. Apuesta personal de Felip Llufriú y Guillem Pons
Llegamos a Ciutadella y alucinamos con la propuesta del primero en cocina y el segundo en sala, de este proyecto ya propio que habitó un tiempo en Can Faustino. Local sin distracciones con vistas a la cocina donde disfrutar de platos como pescado de roca escabechado sobre una coca fina y berenjena escalibada, cigalita en tres servicios (tartar con las pinzas, ceviche de la cola y caldo de las cabezas) o cochinillo de la isla con naranja amarga y sobrasada picante. Creatividad y producto. Imprescindible. (Passeig de San Nicolau, 4 - Tel. 971381718)
Ses Voltes. Azotea ‘casual’ en plena Ciudadella
Para quien busque una alternativa de buen precio y cocina para todos los gustos. Amplísima carta aquí, con ensaladas, pastas, arroces, carnes o pescados y un interesante apartado de pizzas. Pero también, con raciones de la tierra como huevos rotos con sobrasada o milhojas de cuixot.
Torralbenc. Alta cocina con sello de Paco Morales
Un entorno privilegiado, una paz gratificante, una cocina estupenda. En Torralbenc es posible volar a golpe de royal templada de queso curado de Mahón, un misterioso y sabroso perfecto-imperfecto, steak tartar o un postre de nombre naranja que hace llorar. Grandes vinos y gran servicio.
Más sugerencias donde dormir (y seguir comiendo):
Los hoteles Artiem (Audax, Carlos III y Capri) con su proyecto por la sostenibilidad Aportam! una firme apuesta por ofrecer entre sus opciones gastronómicas productos de la zona. Tener ensaimadas y bizcochos locales en el desayuno y embutidos artesanos en las cenas no tiene precio.
Para algo más rural, Sant Ignasi, a dos pasos de Cuitadella. También con una interesante propuesta de restaurante y una impresionante terraza donde se puede disfrutar de un relajado desayuno con gran variedad de mermeladas caseras.
Y cerramos la ruta y el día con una copa a ritmo de DJ en la espectacular azotea del Barceló Hamilton en Es Castell. Un hotel para los que busquen opción “adults only” con vistas al Mediterráneo.
Seguro que se ha esfumado cualquier resquicio de duda que pudieras tener. ¡vamos! Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Silvia Artaza de Gastronomistas.com
Imágenes de Silvia Artaza y establecimientos
+ infoAcero cristal y arte el Bilbao del siglo XXI
Alejada de su pasado industrial pero fiel a sus raíces, Bilbao es hoy una ciudad moderna y cosmopolita en la que disfrutar de la mejor gastronomía, música y, en especial, del arte y la arquitectura. De hecho, desde que el Museo Guggenheim abrió sus puertas a mediados de los años 90, la capital vasca se ha convertido en un destino de referencia para todos los amantes del arte y la arquitectura contemporáneas. Además, junto a la apertura del museo, la ciudad ha impulsado una renovación urbanística que ha recuperado las construcciones históricas, levantado imponentes edificios modernos, integrado la ría y los espacios verdes y hasta trazado una red de metro diseñada, ni más ni menos, que por Sir Norman Foster. Por todo esto Bilbao es hoy una de las mejores ciudades europeas donde vivir. La recorremos a través de sus museos y edificios más rompedores.
En torno al Museo Guggenheim
El monumental edificio proyectado por Frank O. Gehry es hoy el icono de la Bilbao del cambio y uno de los referentes internacionales del arte contemporáneo. Merece la pena pasear por sus alrededores para perderse en las curvas de sus fachadas y admirar la famosa araña de Louise Bourgeois o el famoso perro Puppy de Jeff Koons. Pero sin duda visitar su interior es una experiencia irrepetible. Dejarse llevar entre los laberintos de acero de la obra La materia del tiempo de Richard Serra o visitar las importantes exposiciones temporales que pasan por el Guggenheim, es algo que ningún amante del arte se puede perder.
Junto al museo se encuentra el puente de La Salve que, pese a sobrevolar la ría desde el año 1972, no fue hasta 2007 cuando el artista francés Daniel Buren le añadió su famoso arco rojo. Contigua al Guggenheim, tampoco podíamos olvidarnos de la Nueva Biblioteca de la Universidad de Deusto, de Rafael Moneo, con su volumen monolítico y sus esquinas redondeadas.
Inmediatamente detrás se levanta la Torre Iberdrola. Este edificio de César Pelli es el más alto del País Vasco. Con sus 165 metro de altura y 41 plantas, su visión es realmente sorprendente. Flanquean la torre las Viviendas Ferrater, dos edificios de lujo proyectados por Carlos y Lucía Ferrater, Xavier Martí y Luís Domínguez. Frente a ellas se abre la Plaza de Euskadi, de la arquitecta paisajista Diana Balmori.
El Museo de Bellas Artes: un clásico contemporáneo
Cerca de la Plaza Euskadi, frente al parque de Doña Casilda, el Museo de Bellas Artes toma el testigo de las grandes colecciones de arte clásico europeas y presenta una selección de obras de primer nivel, entre las que se encuentra una Lucrecia de Lucas Cranach el Viejo o pinturas de Francisco de Goya, El Greco y Zurbarán. En su sección contemporánea, pueden verse pinturas de Miquel Barceló y Francis Bacon. Y es que aquí podemos viajar desde la Antigüedad hasta el siglo XXI. Para albergar tanta variedad, el edificio de 1945 se ha ido reformando hasta adquirir su aspecto actual. La última ampliación es la que ha aportado un aspecto más rompedor tanto al interior como al exterior del edificio. De este modo, en 1996 Luis Maria Uriarte abrió nuevos espacios y añadió la estructura y el hall de cristal desde el cual accedemos hoy al museo.
Paseando por la ría
La ría pasó de ser un lugar oscuro y contaminado a convertirse en uno de los espacios de recreo preferidos por los bilbaínos. Parte de esta mejora se debe al Isozaki Atea (Puerta Isozaki), que es un recinto de siete edificios proyectados por el arquitecto japonés Arata Isozaki con la colaboración del arquitecto bilbaíno Iñaki Aurrekoetxea. En frente de este complejo, el puente Zubizuri es la aportación de Santiago Calatrava a Bilbao (aunque también el monumento más polémico de la villa).
La Alhóndiga y la Osakidetza
Si nos adentramos en el ensanche bilbaíno no podemos perdernos el Centro Azkuna, más conocido como la Alhóndiga, un antiguo almacén de vino reconvertido hoy en un vibrante núcleo de ocio y cultura. Terminado en 1909 bajo las órdenes de Ricardo Bastida, ya en su tiempo fue un edificio innovador en la ciudad por el empleo de técnicas novedosas, como el uso del hormigón armado. Tras una reforma de Philippe Starck, abrió sus puertas como centro polivalente en 2010.
A pocos pasos y como si, de repente, nos encontrásemos en el corazón de Europa, nos sorprende en una esquina el edificio de Osakidetza (Departamento de Sanidad), inconfundible con su fachada poliédrica diseñada por Juan Coll-Barreu.
Y no podemos irnos de Bilbao sin entrar en su metro que, diseñado por Sir Norman Foster, se dice que es uno de los mejores del mundo.
Reserva tu Vueling a Bilbao y disfruta al máximo de sus museos y de sus magníficos edificios.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoCinco maravillas a menos de una hora de Roma
Cuando uno visita Roma le resulta casi imposible pensar que pueda haber algo más allá de esta espectacular ciudad, por no decir que es más que seguro que no tengas tiempo para planteártelo. Entre su extenso pasado romano, su excelencias renacentistas y su apabullante patrimonio barroco es difícil imaginar que haya algo fuera de sus límites. Nada más lejos de la realidad, ya que sí, hay vida más allá de laCiudad eterna, ¡y qué vida!. Villas de veraneo, ciudades detenidas en el tiempo y refugios papales te esperan a menos de una hora de Roma, ¿te aventuras a conocerlos con nosotros?
Villa Adriana
Nuestra primera maravilla está en las afueras de Tívoli, a unos 45 minutos de Roma, y es una extraordinaria villa que sirvió de lugar de descanso a Adriano. Al igual que las clases más pudientes de Roma, este emperador buscó en los alrededores de la ciudad un lugar donde desconectar del ajetreo de la urbe. En su caso no se conformó con una simple casa de veraneo sino que fue más allá, ideando una “pequeña ciudad” en la que mandó reconstruir algunos de los edificios que había visto en sus viajes. Es el caso del Canopus, que es una copia de un santuario de Alejandría, o del Pecile que imita a un edificio de Atenas. El Teatro Marítimo es uno de los espacios más relevantes del conjunto, en el que hay una pequeña villa construida en una isla situada en medio de un lago artificial.
Villa de Este
En el centro de Tívoli está ubicada otra de las joyas de la zona, una villa renacentista que originariamente era un convento benedictino y que en el siglo XVI fue transformada en palacio por Hipólito II de Este, hijo de Lucrecia de Borgia. Además del edificio y sus estancias interiores finamente decoradas con frescos, destacan sus impresionantes jardines, que albergan la friolera de 500 fuentes. Entre ellas sobresalen una que consta de una hilera compuesta de cien fuentes, la Fuente de Neptuno, que cuenta con una espectacular cascada, y la fuente que tiene un órgano hidráulico que emite sonidos.
Villa Gregoriana
Muy cerca de la villa de Este se encuentra este fantástico parque realizado por encargo del Papa Gregorio XVI en 1835. Construido en el lecho del río Aniene, sobresale de él la gran cascada fruto de la desviación de éste para proteger la zona de inundaciones. Entre la exuberante vegetación que hay en la villa encontrarás restos arqueológicos como los del Templo de Vesta, construido en el siglo I a.C., además de unas estupendas vistas.
Ostia Antica
Situada a 30 kilómetros de Roma, muy próxima a la desembocadura del río Tíber, se encuentran los restos de Ostia Antica, que antaño fue una importante ciudad portuaria. Fundada en el siglo IV a.C., fue un enclave comercial y defensivo muy relevante en la antigua Roma. Con la caída del Imperio Romano empezó su declive, y las continuas invasiones y una epidemia de malaria llevaron a que fuese abandonada por sus habitantes. Enterrada bajo los sedimentos del río durante siglos ha logrado llegar hasta nuestros días en bastante buen estado de conservación, aunque no tanto como Pompeya y Herculano. Recorriendo lo que queda de sus calles, templos, termas, casas y comercios no resulta difícil imaginar el esplendor que llegó a tener en el pasado.
Frascati y Castel Gandolfo
En último lugar hemos escogido estas dos bellas localidades situadas en las Colinas Albanas, y que forman parte del conjunto de municipios conocidos como los Castelli Romani (Castillos de Roma). La pintoresca localidad de Frascati es célebre por su vino blanco y por las villas que se construyeron allí Papas, cardenales y nobles de Roma a partir del siglo XVI. Es el caso de la espectacular villa Aldobrandini, también conocida como Belvedere, diseñada por Giacomo della Porta y finalizada Carlo Maderno.
A orillas del lago Albano está ubicado Castel Gandolfo, que ante todo es conocido por albergar la residencia de verano del Papa. A pesar de que esta última no se puede visitar, merece la pena darse un paseo por su centro histórico y disfrutar de las vistas.
Reserva tu Vueling a Roma, y anímate a ir más allá de sus límites visitando algunas de las propuestas que te acabamos de presentar.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Aquilifer, Adrian Pingstone, M.Maselli, Alexander Mooi, CucombreLibre, Alessandro Malatesta, Polybert49, Sudika, MatthiasKabel
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