Estocolmo en cinco museos
En esta ciudad nacen tendencias musicales, tecnológicas y de diseño y también se desarrollan las últimas innovaciones de alcance mundial, y los centros de arte (museos, galerías, espacios de creación, etc.) son unos buenos espacios para tomar el pulso del espíritu de la ciudad. Nos adentramos en los lugares de arte más emblemáticos de la ciudad, abarcando ámbitos bien diferenciados entre sí, como son el arte contemporáneo, la fotografía, el arte decorativo y la música.
Estocolmo posee una rica historia con maravillosa arquitectura, museos, el Palacio Real, en una larga tradición de más de mil años, y prueba de ello la tenemos en el perfectamente conservado núcleo medieval urbano de Gamla Stan. Allí bares de tendencia y restaurantes de lujo se entremezclan con cafeterías históricas y encantadores pubs locales. Es una ciudad que acoge tanto galerías modernas y centros comerciales de marcas internacionales como pequeñas boutiques y establecimientos exclusivos. Clásicos como el Museo Vasa y los recién llegados modernos como ABBA El Museo y Fotografiska. En Estocolmo hay más de un centenar de atracciones y espacios de ocio y cultura para elegir. Hemos preparado abajo una lista con cinco espacios culturales que no te puedes perder .
The Vasa Museum
El Vasa es el último barco del siglo XVII que actualmente se conserva en el mundo, y sin duda es un tesoro artístico único. Más del 95 por ciento de la nave es original, y está decorada con cientos de esculturas talladas. Con 69 metros de largo este buque de guerra se hundió en su viaje inaugural en Estocolmo, en 1628, y fue rescatado 333 años más tarde, en 1961. Durante casi medio siglo ha sido cuidadosamente restaurado hasta dejarlo en óptimas condiciones. Los tres palos que sobresalen afuera del Museo Vasa muestran la altura de los mástiles originales de la nave. Actualmente este centro es el más visitado de toda Escandinavia, con más de un millón de visitantes al año. Hay diez exposiciones diferentes en todo el barco que cuentan como era la vida a bordo. La entrada es gratuita para todos lo menores de edad.
Palacio Real
El Palacio Real, actual residencia de los Reyes de Suecia, es uno de los palacios más grandes de Europa con más de 600 habitaciones. El palacio está abierto al público y alberga nada menos que cinco museos en su interior. Su construcción se remonta al siglo XVIII, siguiendo el estilo barroco italiano, y en la misma ubicación que había ocupado "Tre Kronor" –Tres Coronas-, el castillo que se quemó en 1697, y símbolo que conforma el emblema nacional. La visita se inicia con las espléndidas salas de la recepción, las cuales cuentan con unos interiores de los siglos XVIII y XIX que te dejan sin aliento. Continúa con el Rikssalen (salón de Estado) en el que se encuentra el trono de plata de la reina Kristina. Y acaba con la Ordenssalarna (cámaras de las órdenes de caballería). También se puede ver el Museo de Gustavo III de Antigüedades, el Museo Kronor Tre y el Tesoro.
El Palacio Real también contiene la Armería, en la que se puede admirar un espléndido catálogo de trajes reales y armaduras, así como carros de coronación y magníficos caballos de la Real Estable. Mejor no perderse el desfile de los soldados y el cambio de guardia que tienen lugar todos los días.
Fotografiska
Sin duda se trata de uno de los espacios dedicados a la fotografía más grandes del mundo. Fotografiska es tan grande que es capaz de presentar cuatro exposiciones de gran formato y cerca de veinte pequeñas exposiciones al año. Aquí se presenta el trabajo de fotógrafos suecos e internacionales, tanto desconocidos como consolidados. El nuevo restaurante de Fotografiska recientemente ganó el prestigioso Premio de Oro del Dragón y está dirigido por el famoso chef Paul Svensson. El concepto de su cocina se centra en platos ecológicos estacionales. En la cafetería del piso superior se encuentra uno de los mejores miradores de Estocolmo.
Moderna Museet
En este museo podemos encontrar una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Europa, que incluye obras que van de siglo XX hasta la actualidad, en la que no faltan artistas como Picasso, Dalí, Derkert y Matisse. Su programación, tanto de exposiciones temporales como de permanentes, lo sitúan en la primera línea. Moderna Museet se encuentra en la isla de Skeppsholmen, un entorno cautivador que parece sacado de un cuento de hadas. El edificio espectacular diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo es otro de los atractivos del museo. Además cuenta con un restaurante con vistas de Djurgården y Strandvägen.
ABBA El Museo
La música, la ropa, las letras, así como unos cuantos musicales y películas de ABBA, ahora se encuentran reunidos en Estocolmo conformando una gran exposición temática permanente. ABBA El Museo, está situado en la isla de Djurgården y forma parte del Salón de la Fama de la Música Sueca. Se trata de un espacio moderno e interactivo en el que la música no deja de sonar. ABBA es el grupo sueco con más éxito internacional de toda la historia. Sus más de 378 millones de discos vendidos dan fe de ello. El Museo ABBA hace un repaso del grupo desde su fundación en 1970, el impacto que causó su single “Waterloo” en 1974, sus grandes giras internacionales, y su definitiva separación en 1983. Desde entonces ABBA ha seguido con vida a través del trabajo musical de Björn y Benny, y del musical “Mamma Mia “que hizo renacer el interés por la banda.
La atmósfera en Estocolmo es abierta, tolerante y acogedora, y se fomentan la diversidad y el espíritu innovador. Estocolmo es una ciudad para todo el mundo. ¿A qué esperas para ir? ¡Consulta nuestros precios aquí!
Texto:Isabel y Luis Comunicación
Imágenes: Visit Stockholm, Ola Ericson
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Praga alternativa
Por su legado histórico, esa belleza esculpida con el paso del tiempo, Praga es uno de los destinos turísticos por excelencia. Si cogéis un avión y os plantáis en la capital de la República Checa tenéis que visitar su popular castillo, cruzar el archiconocido Puente de Carlos y tomaros una revigorizarte Pilsner en cualquiera de sus muchas cervecerías. Y cuando hayáis acabado con el prototípico tour para guiris de chancleta y calcetín, lanzaros a descubrir la Praga que los checos se reservan para ellos, esa igual de fascinante a la par que alternativa que os desvelamos a continuación.
David Černý
David Černý ha hecho de Praga su inmenso museo particular. Un San Wenceslao con el caballo boca abajo, una fuente que son dos hombres orinando uno frente al otro, Sigmund Freud colgando de un edificio, unos bebés transformados en máquinas... Estas son solo algunas de las obras que el más reputado, a la vez que corrosivo y controvertido artística checo contemporáneo, tiene distribuidas por avenidas, calles y espacios públicos de la capital checa.
DOX
Ocupando un viejo edificio reformado del barrio obrero de Holešovice se halla el DOX. Inaugurado el año 2008, el centro de arte contemporáneo de Praga alberga la mayor colección de obras modernas del país. Una visita obligada para todo amante del arte que os aconsejamos finalicéis con una incursión en la muy recomendable tienda del espacio (aviso: la cafetería tampoco está nada mal).
La Casa Danzante
Originalmente se llamaba Fred y Ginger en honor a la famosa pareja de bailarines, pero ha acabado conociéndose como la «Casa Danzante». En una ciudad que destaca por sus construcciones centenarias sobresale este edificio de formas curvamente fascinantes que Frank Gehry, el arquitecto responsable del Museo Guggenheim de Bilbao, firmó en colaboración con el arquitecto checo-croata Vlado Milunić.
Malá Strana
El barrio de Malá Strana es el refugio de los habitantes de Praga frente a las riadas de turistas. Un remanso de sosiego y calma en pleno corazón de la ciudad delimitado por sus diversos espacios verdes, del que destaca la Isla de Kampa. Separada del barrio por el canal popularmente conocido como “arroyo del Diablo”, y de belleza bucólica en cualquier época del año, es el lugar ideal para olvidarse de todo disfrutando por un rato de una buena lectura mientras se saborea un café en alguno de los acogedores locales que amagan sus calles.
Náplavka
Al sur del casco antiguo de Praga, en la orilla derecha del río Moldava era el punto de encuentro de los hippies. Ahora se ha convertido en el epicentro hipster de Praga. Zona con una efervescente actividad artística y cultural, el mejor día para darse un paseo es el sábado, cuando, de diez de la mañana a nueve de la noche, acoge el denominado «mercado granjero», feria dedicada a los productores regionales con paradas de alimentos ecológicos, cervezas artesanas y puestos de comida callejera en las que te comerías hasta las servilletas de papel (reciclado, evidentemente).
La Praga Cubista
Cuando pensamos en arte cubismo normalmente lo primero que nos viene a la cabeza son las pinturas firmadas por Pablo Picasso, Georges Braque, Jean Metzinger y Juan Gris. Y si vamos un poco más allá, las esculturas de Alexander Archipenko, Jacques Lipchitz y Henri Laurens, y los experimentos literarios de Guillaume Apollinaire. Sin embargo, casi nunca pensamos en el cubismo aplicado a la arquitectura, expresión que tuvo en Praga una de sus principales capitales gracias al trabajo del trío de arquitectos formado por Josef Chochol, Pavel Janák y Josef Gočár. Podéis disfrutar de varias de sus construcciones en diversos puntos de la ciudad, pero como paradigma del movimiento es imprescindible visitar la casa de la Virgen Negra de Gočár. Situada en la esquina entre la calle Celetná y la plaza Ovocný trh, en pleno corazón de Praga, hoy es la sede del Museo Checo del Cubismo.
SoNa
La revista Wallpaper lo declaró uno de los barrios más molones del mundo mundial. Y sí, SoNa (abreviatura en inglés de South Národní) se merece tal reconocimiento por sus sinuosas calles, sus cafés repletos de gente guay y sus restaurantes exóticos en los que hincarle el diente a especialidades de los más recónditos rincones del planeta. Y si os apetece ir de compras, perdeos por Karoliny Svetle, en la que encontraréis las tiendas de los diseñadores locales más rupturistas.
Vyšehrad
En una guía alternativa de Praga no podía faltar una cita a Vyšehrad, el otro castillo de la capital checa. En realidad, más que un castillo es una ciudadela en ruinas, pero más allá de lo interesante del lugar, desde Vyšehrad disfrutaréis de algunas de las vistas más privilegiadas de Praga y el río Moldava.
El tour alternativo
Si queréis profundizar en la Praga alternativa la solución os la darán en Prague Alternative Tours. Surcando la cara B de la capital checa (y solo en inglés), os trazararán un recorrido por los muros que exponen el arte callejero más alucinante de la ciudad, os descubrirán los clubes más molones, os abrirán las puertas de las galerías del arte contemporáneo más innovador y os adentraran en centros sociales para conocer a los jovenes creadores locales más prometedores.
Reserva tu Vueling a Praga y anímate a conocer la parte alternativa de la capital checa.
Texto de Oriol Rodríguez
Fotos de Nan Palmero, Marmontel, Jose Mesa, Achim Hepp
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Disfrutando de los alrededores de Madrid
Nada tienen que envidiar los alrededores de Madrid a la capital. En poco más de una hora puedes disfrutar de la naturaleza, ver una de las obras maestras de la arquitectura española, comer un cochinillo asado cerca de acueducto romano o rememorar una batalla de la Guerra Civil ¿Te animas a conocer algunos de estos destinos?
1. El Escorial, un clásico entre los clásicos
El monasterio de San Lorenzo de El Escorial es el principal atractivo de esta población situada a menos de una hora de Madrid. Felipe II encargó su edificación con la idea de hacer un panteón de la familia real. En 1563 Juan Bautista de Toledo inicia su construcción, pero será Juan de Herrera, su sucesor tras su muerte, el encargado de finalizar el proyecto. Tras su sobrio estilo herreriano se encuentran toda una serie de espacios y estancias de entre los que sobresalen la Basílica y la Biblioteca, decoradas con magníficos frescos. A destacar también su colección de pintura con artistas de la talla de Velázquez, Jan van Eyck, El Bosco, Tiziano, Tintoretto o Roger van der Weyden, entre otros.
Además del Monasterio te recomendamos la visita de la Casa del Alcalde Mayor, la Casa del Infante, la Casita del Príncipe y la iglesia de San Bernabé.
Y como no podía ser menos, cerrando una escapada a El Escorial hay que hacer una parada en el Charolés para probar su fabuloso cocido, ¡un must en toda regla!
2. Segovia, más allá de su acueducto
A poco más de una hora de Madrid se encuentra esta bella ciudad cuyo principal protagonista es su acueducto romano. Este símbolo de la ciudad fue construido por los romanos para traer el agua de la Sierra a Segovia, toda una obra de ingeniería que todavía hoy en día no deja de impactar a sus visitantes. Pero aún nos esperan más sorpresas al visitar Segovia, ya que su casco antiguo está repleto de maravillas y de rincones llenos de magia. Es el caso de la Catedral de Santa María, conocida como “La Dama de las Catedrales”, y el barrio de la Judería, con su antigua sinagoga transformada en la Iglesia del Corpus Christi. Los aficionados a las letras no debéis de olvidar de ver la Casa Museo de Antonio Machado. Culminando la visita está el Alcázar, que se alza sobre un cerro, y cuya decoración mudéjar te dejará maravillado.
Otro de los aspectos por los que destaca Segovia es por su oferta gastronómica, entre la que sobresale el cochinillo asado, una delicia que no debes dejar de probar. Entre los lugares clásicos donde degustarlo están el Mesón de Cándido y el Restaurante José María.
3. Chinchón, pasado medieval y variada gastronomía
Sólo por su bella Plaza Mayor merece la pena desplazarse hasta esta localidad que está situada a 45 kilómetros de Madrid. Esta plaza de origen medieval, está formada por edificios de dos o tres plantas con balcones corridos de madera y galería adinteladas, llamando la atención de los que visitan Chinchón por primera vez. Durante siglos ha servido de escenario provisional para todo tipo de espectáculos, como obras de teatro, corridas de toros, fiestas reales o actos religiosos. Muy cerca de la Plaza Mayor se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la que se mezclan los estilos gótico, plateresco, renacentista y barroco. No olvides visitar su interior donde encontrarás el cuadro La Asunción de la Virgen obra de Goya.
Y como no podía ser menos en la zona, Chinchón también es lugar donde aprovechar para saborear su oferta gastronómica, en la que se funden la tradición con la nuevas tendencias culinarias. No olvides irte sin probar su bebida más popular, el anís.
4. Paredes de Buitrago, tras los pasos de la Guerra Civil Española
Si lo tuyo es la naturaleza, pero a la vez te interesa la historia, entonces no debes dudar en acercarte hasta Paredes de Buitrago y visitar los yacimientos del Frente del Agua. Durante la Guerra Civil Española este frente se encargaba de proteger a Puentes Viejas y El Villar, dos puntos clave en el abastecimiento de agua. En un recorrido de 12 kilómetros, no muy complejo de realizar andando, se pueden ver los restos de los fortines, las trincheras y los búnkeres que emplearon ambos bandos en su control. Una buena dosis de historia reciente al aire libre, un plan campestre un poco diferente, y todo ello a apenas una hora en coche de Madrid.
5. El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, naturaleza en estado puro
Situado sobre la Sierra de Guadarrama, al noroeste de Madrid, fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993. Entre lo más destacado se encuentra La Pedriza, uno de los conjuntos graníticos más relevantes de Europa, del que sorprenden las formas adquiridas por las rocas debido a años de erosión. Por lo que hace a la vegetación, los encinares son los principales protagonistas, ocupando un 62% de la superficie del parque. En el caso de que seas aficionado a las aves, no debes de olvidar acercarte hasta el embalse de Santillana, en el que se puede observar un amplio repertorio de aves acuáticas y migratorias. A los pies de este embalse se encuentra el castillo de Manzanares El Real, también conocido como el castillo de los Mendoza, construido en el siglo XI, y uno de los castillos mejor conservados de la Comunidad de Madrid.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Chris Gladis, Jerome Bon, Kus Cámara, Jose Luis Cernadas Iglesias, Raúl A.-
+ infoPracticando «slow tourism» en Mahón
Una jornada del todo slow podría centrarse básicamente en un día de paseos calmados por la capital de la isla. Mahón cuenta con uno de los paseos marítimos más bonitos del país. Sus aguas limpias, y la suave brisa que se cuela por el golfo, hacen del paseo una vivencia vital. Os proponemos una ruta de las muchas posibles. Eso sí, os la hemos cocinado a fuego lento.
Toma de contacto
Si entramos por el camí de Ciutadella podemos enlazar con la calle s’Arraval, que nos conduce hasta la plaza Bastió. Allí todavía se mantiene en pie una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad vieja, un vestigio del s. XIV. Allí aconsejamos pararnos y reponer fuerzas antes de iniciar el paseo. Una buena propuesta es el Santa Rita, un local cuyo puntos fuertes son las tapas y las cañas bien tiradas. De allí, nada mejor que encaminarse hacia el casco antiguo y callejear sin rumbo. Al final, casi sin darnos cuanta estaremos enfilando nuestros pasos hacia el puerto. El recorrido hacia el Moll de Llevant es muy amable. En ese sentido, en el margen derecho, se disponen continuos establecimientos que van de las tiendas de artesanía isleña, a restaurantes, heladerías y pubs costeros donde ofrecen como reclamo, el combinado de moda – a base de ginebra y tónica-, a ritmo de – ¡glups!- música chill out.
Un alto en el camino
Pero, tomemos un respiro. Y qué mejor sitio para relajarnos que Can Vermut, un espacio juvenil, con estética de taberna portuaria, donde se puede tapear a buen precio mientras degustamos uno de sus maravillosos vermús. Para acompañar, recomendamos los huevos estrellados cabreados –huevos y patatas fritas con pimentón picante-, las anchoas y las croquetas caseras de pollo. Por menos de 15 euros uno sale de allí perfectamente comido. Y después, nada mejor para bajar la comida que continuar con el paseo, eso sí, a ritmo pausado, observando con calma todo lo que pasa a nuestro alrededor. Disfrutando de las maravillosas vistas del puerto, mientras sentimos la brisa rozando nuestra piel. Una buena opción es continuar por el lado marítimo. No hay mejor entretenimiento que admirar los numerosos yates y botes que ocupan todo la línea costero. Uno también puede entretenerse mirando los peces -algunos realmente enormes- que pueblan sus aguas cristalinas. Una manera de saborear el momento, es reposar en la terraza del kiosko que hay justo en la parte baja de La Costa de Ses Voltes. Allí, la brisa nos espabilará un poco de nuestro letargo, y si además nos pedimos un café –aquí los sirven realmente cargados- recuperaremos la vitalidad necesaria para continuar descubriendo la ciudad.
Caminante no hay camino
Y ya nos vendrá bien haber recobrado fuerzas, sobretodo para superar la empinadísima cuesta que nos devuelve al nivel del casco viejo. Iremos al Museu de Menorca, desde allí podremos disfrutar de una vista panorámica del golfo espectacular. El museo está ubicado en el antiguo convento de Sant Francesc. Son interesantes por igual el marco y los contenidos, con piezas únicas de todas las épocas, que ilustran los cambios y la evolución sociocultural de Menorca desde la prehistoria hasta nuestros días. Luego, darnos una vuelta por la zona comercial, es una buena opción. Podemos comenzar en la Plaça de la Constitució, y allí admirar la arquitectura neoclásica del Ayuntamiento. Justo al lado, en laIglesia de Santa María, podemos echar un vistazo dentro para ver su monumental órgano de 3.210 tubos y cuatro teclados. Éste fue proyectado por los maestros alemanes Otter y Kirburz. Muy cerca de allí, en la calle de Ses Moreres 11, está la Heladería Ambrosia. La tentación es demasiado fuerte como para resistirse cuando uno pasa justo al lado. Así que escojamos al gusto y vayamos al Claustro del Carme, a escasos metros de allí, justo delante de la Plaza de España. A partir de ahí, y a ambos flancos de la calle del Carme encontraremos todo tipo de pequeños establecimientos, que van desde venta de repostería y delicatesen, a marroquinería fina.
Cuéntame un cuento
Tras un paseo por las tiendas de Mahón, seguro que nos apetece descansar. Podríamos acercarnos al Teatro Principal de Mahón, a ver que tienen programado. Vale la pena no dejar escapar la ocasión de visitarlo. Y es que se trata de la primera ópera inaugurada en España. El año pasado se celebró su 185 aniversario. Y es que en Menorca hay una larga tradición operística. Se dice que muchas compañías que estaban de gira por el continente, solían hacer escala en Menorca, aquí los artistas realizaban sus ensayos generales antes de viajar a Londres, París o Viena. Fue entonces cuando los menorquines entraron en contacto con esta disciplina de música teatral. Decidieron pues construir un teatro dedicado principalmente al arte operístico, para poder disfrutar de las obras en un espacio cómodo. Y para finalizar la jornada, os recomendamos ir a tomar una pomada –Gin Xoriguer con limonada- al Bar Nou. Abierto en 1986 por Joan Saura en un edificio de estilo art nouveau, es actualmente toda una institución para los menorquines. Aquí saben hacer muy bien su trabajo.
¿A qué esperas para conocer Mahón? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de ISABELYLUIS Comunicación, Can Vermut
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