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Chauen un paseo por la ciudad azul

Ubicada al noroeste de Marruecos, a unos 60 kilómetros de Tetuán, se encuentra esta ciudad cuyas estrechas calles y casas encaladas, la mayoría de ellas en tonos azules y blancos, tienen un extraño aire que inevitablemente te acabará transportando a los pueblos de la Alpujarra granadina. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que siglos atrás fue en esta área de las montañas del Rif donde fueron a parar un buen número de los exiliados de al-Ándalus. En este caso en concreto, el que fuera el emplazamiento de una pequeña comunidad bereber, en 1471 se acabaría transformando en una ciudad que serviría de refugio a los musulmanes y judíos expulsados de la Península Ibérica por los Reyes Católicos. Esto explicaría este original parentesco con las poblaciones andaluzas de las que procedían y cuyas costumbres aprendidas durante siglos llevarían hasta estas tierras.

Uno de los principales motivos por los que merece la pena desplazarse hasta esta zona montañosa es que en Chauen (también conocida como Chefchaouen, Chaouen o Xauen) parece haberse detenido el tiempo. Considerada ciudad sagrada durante siglos, motivo por el cual se le impedía el acceso a los extranjeros, ha permitido que apenas haya evolucionado con el paso de los siglos. Así pues, cuando uno llega hasta aquí y empieza a recorrer sus angostas calles en las que resulta difícil orientarse, de repente tiene la extraña sensación de hallarse en plena edad media. Si a eso le añadimos que en el la antigua medina el único medio de transporte apto para circular por ella son los burros, aún se acentúa más esa sensación de viaje en el tiempo.

Entre los principales atractivos que cuenta Chauen está la antigua medina, con sus casas encaladas en tonos blancos y azules, que tanto llaman la atención del visitante, y que resulta difícil no fotografiar. La plaza de Uta Hamman es el centro neurálgico de la medina, lugar donde detenerse a tomar un té para disfrutar del ambiente, o reponer fuerzas degustando la gastronomía local que sirven los restaurantes de sus alrededores. En esta misma plaza se encuentra la Alcazaba, construida en el siglo XV, y cuyo interior se puede visitar, y la Gran Mezquita, de la que destaca su original minarete de forma octogonal. Muy cerca de esta misma plaza se encuentra el antiguo caravasar, que servía de lugar de acogida para los antiguos mercaderes, que aprovechaban para vender aquí sus productos. En la actualidad está lleno de artesanos locales que se dedican a sus labores, y donde puedes encontrar piezas bastante interesantes.

A diferencia que otras ciudades marroquís, es fácil moverse por la medina antigua sin que te agobien los vendedores, lo que hace aún más placentera y relajada la visita. Así pues, los aficionados a las compras, no dudéis en acercaros hasta su zoco, que va desde el arco de acceso a la medina antigua hasta la plaza de Uta Hamman, y aprovechad para daros una buena sesión de shopping, eso sí, con regateo incluido.

Si quieres obtener una buena panorámica de la ciudad antigua debes de acercarte hasta la puerta de Bab Onsar, situada al noreste. En este lugar se halla la fuente de Ras el Ma, con cascadas y lavaderos que aún hoy en día siguen en uso, y a los que acuden las mujeres a lavar a mano. Desde aquí hay un camino que se dirige hacia mezquita de Bouzzafer, a la que llegarás tras unos 30 minutos caminando. La experiencia es absolutamente recomendable.

Aventúrate a conocer esta joya del norte de Marruecos situada a 115 kilómetros de Tánger, reserva tu Vueling aquí.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de subherwal

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Limoges más fina que su porcelana

Ciudad de Arte e Historia, la localidad de Limoges, situada en la región de Nueva Aquitania, es reconocida a nivel internacional por su porcelana blanca que se empezó a producir a finales del siglo XVIII gracias al descubrimiento en sus alrededores de abundantes yacimientos de caolín.

En este sentido, en Limoges es aconsejable hacer una ruta para conocer los secretos de la porcelana y para comprender, además, la importancia que ha tenido durante estos siglos en estas tierras. La visita en mayúsculas es el Museo Nacional Adrien-Dubouché que, tras una campaña de renovación excepcional, presenta la colección de porcelana de Limoges más rica del mundo. También cuenta con obras representativas de las grandes etapas de la historia de la cerámica. Su recorrido ofrece un viaje en el tiempo que empieza en la antigüedad, atraviesa continentes y civilizaciones hasta llevar al visitante a las creaciones más recientes. Hay curiosidades como un esternón de cerámica o aislantes eléctricos hechos de porcelana.

En este singular itinerario por la porcelana de Limoges destaca un lugar de interés histórico y técnico: el Musée du Four des Casseaux, que alberga uno de los últimos hornos de porcelana de la zona. Este edificio industrial de 1904 rinde un particular homenaje a los trabajadores, sobre todo a aquellos que perecieron jóvenes debido a las enfermedades pulmonares que contrajeron por la exposición a los sílices. Aquí se pueden ver las dos cocciones con las que se realiza la porcelana: la primera, a unos 980º, y la segunda a 1.400º.

El recorrido por la porcelana de Limoges se completa con la visita a las manufacturas donde se elabora este preciado producto. Una de ellas es Bernardaud, una empresa que perpetúa este savoir-faire con líneas depuradas, colores sutiles, y formas originales acordes a su tiempo. Por su parte, otra de las casas emblemáticas de porcelana es Jacques Pergay, una firma familiar situada a las afueras de Limoges que crea piezas originales y elegantes, con un blanco cada vez más bello.

Limoges, una ciudad de rincones escondidos

La fama de su porcelana no ha eclipsado la belleza de una de las ciudades más bonitas de Nueva Aquitania pese a que todavía es poco frecuentada por los turistas españoles.

Limoges está dividida en varios barrios siendo el de la catedral y el de los carniceros dos de los más emblemáticos.En el primero destaca, como su propio nombre indica, la catedral de Saint-Etiénne, de estilo gótico, el museo y los jardines de l’Évêché, situados a orillas del río Vienne, y el Museo de la Resistencia. Por su parte, en la calle de la Boucherie se visita la casa tradicional del carnicero, un espacio donde se recrean las condiciones de vida de una familia de matarifes del siglo XVIII, el gremio más poderoso de Limoges en esa época.

No hay que irse de Limoges sin conocer su peculiar estación de tren, de estilo art deco, o algunos lugares curiosos donde la porcelana está presente en su decoración como el Ayuntamiento, el Mercado Central o el cementerio de Louyat.

Reserva tu Vueling a Burdeos y haz una escapada a Limoges.

Texto de Tus Destinos

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Bilbao está de Moda

Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com

Debutar en My Vueling City como colaboradora es un placer y, como no podía ser de otra manera, mi primer post es sobre Bilbao. No es por presumir pero “Mi ciudad” no tiene nada que envidiarle al resto de ciudades europeas, que próximamente desde esta pequeña bitácora os iré descubriendo.

Bilbao ha sabido reinventarse como pocas ciudades europeas lo han hecho, en menos de quince años ha pasado de ser una ciudad industrial a ser una ciudad de servicios, y sigue en un constante cambio.
 Es por ello que han desembarcado la mayoría de las grandes firmas internacionales en la villa, además la capital vizcaína también puede presumir de haberse situado en el mapa como un referente arquitectónico.
 Se puede disfrutar de un lifestyle muy variado, donde la modernidad, la tradición, la buena mesa y el shopping conviven armoniosamente.
 Un fin de semana es perfecto para impregnarse de su estilo de vida, aquí os dejo pistas sobre algunos de mis sitios preferidos.

Es conocido por todos el buen comer en estas tierras y la capital vizcaína en esto tiene su punto fuerte. Hay restaurantes esparcidos por toda la ciudad y de muy variados orígenes culinarios y en ellos es todo un placer para los sentidos dejarse seducir por su cocina y puesta en escena del espacio.

Buen ejemplo de ellos son: Un Señor de Bilbao, La Cuchara de Valentina, Nerua, La chuleta sin espina y Shibui, este último, es el único de la ciudad en ofrecer alta cocina japonesa.

Para los amantes de las tendencias, Bilbao es la ciudad idónea, un claro ejemplo de la mezcla de modernidad y tradición se encuentra en Enkarterri Concept Store, ropa, muebles, comida, todo sellado con label vasco.

Si hablamos de moda y diseño toma nota de Persuade, el templo por antonomasia de la moda de vanguardia y, me atrevo a decir, que la tienda más alucinante que he visto en toda mi vida (no apta para todos los bolsillos). Shopa está especializada en diseño, ropa, libros, vinos y muchas más cosas y además se encuentra ubicada en el interior del emblemático edificio de ocio La Alhóndiga, diseñado íntegramente por el diseñador industrial francés Philippe Starck.

Y por último Lu:la, Narata, Serie B, Charada, Cultto y Ah Moda son tiendas que derrochan moda fresca y diferente.

Después de una agitada mañana de compras, regálate un brunch en la plaza nueva del casco viejo ¡No te puedes ir sin degustar los famosos pintxos vascos! Solo con darte un pequeño paseo los descubrirás por ti mismo, hay un sinfín de bares que te esperan.

Visitar alguna de las muchas galerías de arte contemporáneo es otra opción, pero la más peculiar sin duda es Epelde y Mardaras, ubicadas en un enorme piso del año 1840 con la posibilidad de poder encargar una cena o comida, una experiencia increíble.

El más puro estilo vintage lo descubrirás en Almoneda Campos, una peculiar tienda repleta de multitud de productos de épocas pasadas, pero si buscas algo más exclusivo y actual en cuanto a decoración y diseño, hay dos destacados referentes: Urbana 15 y Mosel.

Disfrutar de un copa mimada al atardecer es obligado en esta cuidad, mis favoritos son Corto Maltes, La Gallina Ciega, El txoko de Gabi y, por supuesto, la terraza del Hotel Domine, con esas maravillosas e inconfundibles vistas al Museo Guggenheim, un lugar ideal para cerrar con broche de oro una tarde en la ciudad bilbaína.

Y si todo esto te ha sabido a poco, existe una agenda online de cultura y ocio de la ciudad de Bilbao: ilovebilbao.com. Te aconsejo que antes de programar tu viaje te suscribas gratuitamente, te será de gran utilidad, ya que te informa de todos los eventos con una semana de antelación.

Vueling ofrece una gran variedad de conexiones con la ciudad, así que no hay excusas, planear un “perfect weekend” Bilbao está de moda … ¿A qué esperas para reservar tu vuelo?

Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com

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La Capital de los Dioses

Esta fascinante ciudad, cuna de la mitología griega y de la filosofía, ofrece un sinfín de lugares mágicos para visitar. Recomendamos comenzar por el Templo de Zeus Olímpico, donde se puede comprar el ticket que sirve para visitar el conjunto del panorama arqueológico. Con éste, seguidamente se puede acudir a la Acrópolis conocida por ”ciudad alta” y al Ágora, antiguo centro de actividad comercial y cultural.

Es ideal iniciar esta excursión bien temprano, ya que es uno de los recorridos turísticos más largos: la zona peatonal que rodea la Acrópolis tiene una longitud de 3,5 km, a la cuál se accederá desde la calle Dionissiou Aeropagitou, en la que también se pueden contemplar numerosas edificaciones de estilo neoclásico y algunas de construcción más moderna, muy elegantes y señoriales. Una vez en el interior de la Acrópolis, encontraremos el Teatro Dioniso (el más antiguo del mundo), entre otros sitios de interés.

Una vez acabado el recorrido por la parte más alta de la ciudad, es aconsejable dirigirse hacia el barrio de Monastiraki a descansar y coger fuerzas en alguna de sus tabernas o en alguno de sus restaurantes tradicionales, para acabar la visita en el Ágora. En invierno es más adecuado hacer el recorrido al revés (visitar primero el Ágora y después la Acrópolis, ya que este primero cierra sus puertas a las tres del mediodía). En los alrededores de la plaza Monastiraki, se encuentra la pintoresca calle llamada Ifestou, repleta de tiendecitas antiguas de todo tipo, de muebles y de libros de segunda mano. Vale la pena echarle un vistazo.

Para acabarse de sumergir en el corazón de Atenas, es imprescindible visitar el variopinto barrio de Plaka, ubicado en el casco antiguo de la ciudad, y degustar algunos de sus platos típicos como el souvlaki o una deliciosa moussaka. Por otra parte, está Psiri, menos turístico debido a la austeridad de sus calles y de sus construcciones, pero es el centro de ocio nocturno y donde abunda la juventud, debido a ser un barrio efervescente y en continuo movimiento.

Otra visita obligatoria es la plaza Syntagma, con otros monumentos emblemáticos de la ciudad: El Parlamento Helénico y la Tumba del Soldado Desconocido, delante de la cuál siempre patrulla la Guardia Nacional enfundada en sus uniformes de fustanela y los domingos acompañada por una banda militar.

El Monte Licabeto, denominado como Monte de los Lobos, ofrece la mejor vista panorámica de la ciudad y desde el cual también se puede contemplar tanto las islas de Salamina y Egina como la cuenca del Ática. Desde el Cabo Sunión (donde según la leyenda Egeo se lanzó al mar), se puede disfrutar de un enigmático e impresionante atardecer que cautiva los sentidos.

Meteora por Evlahos

Si se dispone de más días para salir de la ciudad de Atenas y se desea culminar este viaje con uno de los espectáculos visuales más bellos del mundo, recomendamos ir hasta Delfos (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y considerada el centro del universo en la antigüedad) y a los montes de Meteora, en las proximidades de la ciudad de Kalabaka. Meteora se caracteriza por sus formaciones rocosas de gran magnitud que por su aspecto parecen meteoritos caídos del cielo y desde las cumbres de las cuales se erigen los monasterios que los eremitas ortodoxos que vivían en el siglo IX decidieron edificar para protegerse de la invasión turca, cinco siglos después.

Por Blanca Frontera

Imágen de Ferengi

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