Lanzarote comer como reyes entre volcanes y palmeras
Lanzarote saber, lo que es saber, sabe muy bien. En su haber cuenta con rincones alejados del turismo de masas en los que comer platos maravillosos que hacen las delicias de cualquier moderno urbanita en busca de autenticidad, calidad y buen gusto. Aquí van cinco espacios que hay que visitar sí o sí.
Sol
En la preciosa Caleta de Famara, una localidad surfera y una de las poblaciones con más ambiente de la isla, cuya arquitectura y espíritu te recordarán inmediatamente a los pueblos blancos de Cádiz, se encuentra este restaurante cuya terraza está ubicada en plena arena de la playa. Aquí se practica una cocina casera en el mejor de los sentidos, un soplo de aire fresco para todos aquellos que están hartos del moderneo imperante en prácticamente todos los rincones de las grandes capitales. Sol es el lugar en el que reservar mesa frente al mar y degustar una parrillada de pescados frescos, acompañada de algún plato típico de Lanzarote. En el caso de que busques cocina creativa canaria y algo más de sofisticación, a pocos metros hallarás El Risco -¿inminente estrella Michelin?-.
Lost Paradise
Si lo que buscas es un plan mágico y alternativo no puedes dejar de ponerte en contacto con Bruno, alma mater de Lost Paradise, una pequeña compañía con sede en Lanzarote que organiza actividades a medida. Te llevará a navegar por las hermosas playas de El Papagayo y te invitará a pescar con él. Más tarde, encenderá su barbacoa, preparará unas ensaladas de escándalo, abrirá unos vinitos o unas cervezas y cocinará lo pescado durante la jornada. Una experiencia inigualable que te permitirá degustar un producto que se deshace en el paladar y disfrutar de una siestecita en alta mar.
El Fondeadero
Lo primero que te lleva a sospechar que El Fondeadero de Teguise debe de ser the place to be es que está frecuentado por lugareños, fundamentalmente trabajadores de la zona. Y cuando ves salir de la cocina sus espectaculares pescados a la brasa, sus cazuelitas de gambas y sus numerosas tapas elaboradas con productos recién llegados del mar, no te cabe duda, has acertado. Ocupas mesa en este local sin pretensiones estéticas, bonito, alegre y soleado, y echas un vistazo a una carta que además te sorprenderá por sus precios, ajustadísimos. Avenida Los Corales 22 (Teguise)
El Caletón
Y seguimos con el pescado recién llegado del mar y con un local, como el anterior, frecuentado por los autóctonos, escondido en un rincón de la isla, El Golfo, y con hermosas vistas al mar. El secreto del Caletón consiste en ofrecer materia prima de gran calidad, pescados y mariscos fresquísimos que conviven con entrantes típicos, ensaladas y otras propuestas, buenos vinos locales y un servicio que rebosa hospitalidad y cercanía. Su gran patio abierto al mar permitirá a los que vayan con niños pasar la tarde copa en mano escuchando el rumor de las olas mientras los más pequeños disfrutan, entre otras cosas, de las estupendas temperaturas que hallamos todo el año en Lanzarote. Avenida Marítima, n º 66 (El Golfo)
Jameos del Agua
La propuesta mainstream de este listado, pero no por ello la menos seductora, la encontramos en los Jameos del Agua, atracción turística número uno de la isla, con el permiso del magnífico Parque Nacional de Timanfaya. Se trata de una intervención espacial creada a partir de una serie de jameos naturales por el artista lanzaroteño César Manrique, localizada en el interior de un túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona. Cuenta con una cafetería hermosísima en medio de un paisaje lunar, bello e inquietante, el lugar ideal para hacer un alto en el camino y disfrutar del silencio y las vistas.
¿Dónde dormir?
Spice
Los más liberales pueden reservar una habitación en el único hotel de Europa destinado al intercambio de parejas. ¿Que qué requisitos se necesitan? Que las personas que reserven habitación sean una pareja mixta (hombre y mujer), que tengan los 300 € por noche que cuesta la habitación y que no se escandalicen por nada. Porque cuando preguntas a los responsables qué hace la gente una vez cruza el umbral de Spice son categóricos: "de todo". ¿Cómo que de todo? "De todo en todas partes. Siempre que sea consentido".
Ahora que te hemos abierto boca con estas magníficas propuestas, sólo te queda coger tu Vueling y experimentarlas.
Texto y fotos de Laura Conde de Gastronomistas.com
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Top 5 gastronómico o por qué Lanzarote es un destino «indie»
"¿La Luna? ¿Marte? ¿Islandia? No, es Lanzarote". A menudo te sorprendes haciendo esta reflexión mientras recorres esta isla fascinante por carreteras que cruzan parajes deshabitados, sin encontrarte un alma en kilómetros a la redonda. A su vez te preguntas cómo debe de ser la vida en este lugar apacible e inquietantemente bello, rodeado por todas partes de fieras olas atlánticas que hacen las delicias de surferos de todo el mundo.
Parajes que a ratos son lunares, otros desérticos, otros repletos de vegetación; donde las palmeras conviven con campos de lava, playas salvajes, pequeños pueblos de pescadores y también, claro, con las correspondientes grandes urbanizaciones playeras destinadas al turismo de masas.
Y mientras contemplas los dibujos imposibles que los siglos de lavas intermitentes han forjado en las rocas y escuchas el rumor de las olas ante unas papas con mojo, lamentas que las incomprensibles dinámicas del turismo hayan decidido que Lanzarote sea casi exclusivamente patrimonio del turismo familiar y de viajes de novios. Y es entonces cuando deseas que Lanzarote saque su vena indie sin renunciar a la convencional, y que los “peninsulares” -así es como nos llaman los autóctonos con esa condenada gracia suya- viajemos como mínimo una vez al año a una isla repleta de encantos que sí, también tienen una vena menos previsible. Y estetoplo demuestra.
1- El Chupadero. Su dueña, Barbara, es una ex modelo, ex artista y ex residente en Nueva York alemana. Un día, allá por los 80, descubrió un hermoso edificio en ruinas en medio de la isla, cayó rendida a sus encantos, y decidió reformarlo con sus propias manos e instalarse para siempre junto a sus dos hijos pequeños. Así nació este restaurante, hipster hasta la médula sin pretenderlo, donde cada rincón es un ejemplo de buen gusto y la carta un dechado de cocina autóctona elaborada con un excelente producto.
2- Bar Stop. En el otro extremo nos encontramos con este mítico establecimiento situado en Yaiza, que data de 1890, de aires de andar por casa y unos precios más que ajustados, que parece no haber cambiado ni un ápice desde entonces. Bar Stop es ese lugar en el que degustar a cualquier hora del día una cocina casera, deliciosamente batallera, y donde escuchar las conversaciones de sus lugareños, que también parecen recién salidos de 1980, rebosantes de simpatía y de hospitalidad.
Plaza Ntra. Sra. de los Remedios (Yaiza).
3- La Lupe. Ir a Lanzarote y acabar comiendo en un mexicano, teniendo en cuenta la cantidad de papas arrugadas que nos están llamando la atención a gritos, puede parecer una insensatez. Pero cuando uno prueba las delicatessen de La Lupe y siente que es trasladado al corazón del DF, se da cuenta de que se halla ante una cocina mexicana de excepción. Tacos, enchiladas, moles y demás delicias muy pero que muy bien elaboradas, en un restaurante mexicano muy recomendable. Ideal para cenar a golpe de tequila antes de quemar la noche en el Noise.
4- NoiseClub Lanzarote. Es la sala llamémosla underground de Lanzarote, en la que sus propietarios luchan día a día por crear un ambiente indie en pleno corazón de la capital, Arrecife. Noise es una sala pequeña y acogedora que presenta viernes y sábados a partir de las 23.30h actuaciones musicales en directo –en muchas ocasiones de artistas llegados de la Península, lo que evidencia la voluntad aperturista de los artífices del Noise y su deseo por sacar de paseo a ese Lanzarote menos convencional– y sesiones siempre heterogéneas que pueden ir desde el funk al techno.
5- Lagomar. Uno de los grandes del mundo que cayó rendido ante los encantos de Lanzarote fue Omar Sharif, que se construyó una imponente casa junto al mar, algo así como una gran fortaleza, hermosa a rabiar, ahora restaurante y bar de copas. En el laberíntico espacio de Lagomar cada rincón es una fiesta, desde su elegante comedor hasta su pequeña barra rodeada de sillones, sus bellos jardines y la piscina que corona el patio. Es el lugar ideal para tomar una copa bien facturada y disfrutar, cualquier noche de la semana, de las agradables temperaturas de Lanzarote y de ese halo anacrónico, en el mejor de los sentidos, que aún conserva este mítico espacio.
¿Dónde dormir?
Sands Beach Lanzarote: Imponente resort de cuatro estrellas en Costa Teguise, a apenas 15 minutos de aeropuerto, un lugar que mortificará a aquellos cuyo sentido de la orientación acostumbra a jugarles malas pasadas. Seis piscinas enormes, una de ellas climatizadas, spa, sala de juegos, supermercado, actividades a casi todas las horas del día y unas habitaciones enormes con cocina forman este complejo con playa privada, donde nos van a tratar como reyes y cuyos precios no van a acabar con nosotros.
Texto y fotos de Laura Conde de Gastronomistas
+ infoCaminar entre volcanes
Cuando uno imagina unas vacaciones en Lanzarote, es fácil caer en el error y limitarse a evocar mentalmente imágenes de playas de arena negra tapizadas por hileras de sombrillas y tumbonas, turistas enrojecidos blandiendo palos de selfie desde la giba de un camello –en realidad, son dromedarios– y hoteles que ofrecen buffet libre tres veces al día. Sin embargo, por mucho que cueste desterrar los tópicos, la verdad es que “la isla de los volcanes” atesora mucho más que todo eso.
La ruta que presentamos hoy es la mejor prueba de ello: Vulcan Walk Lanzarote es un viaje a pie desde Playa Blanca, en la costa sur, hasta Órzola, en el extremo norte, descubriendo los parajes más vírgenes y solitarios de la isla. El itinerario suma un total de 86 km y permite recorrer Lanzarote en cuatro cómodas y variadas etapas que, si se prefiere, se pueden ampliar a cinco. Además, como espléndido colofón, al final del trekking existe la opción de cruzar en barco hasta la pequeña y paradisíaca isla de La Graciosa, con tal de disfrutar durante un par de días de sus montañas de colores, sus seductoras playas de arena blanca y, sobre todo, su endémica calma reinante.
Etapa 1. La travesía de Los Ajaches
De Playa Blanca a Uga - 17 km / 900 m+ / 6 horas
La ruta comienza en Playa Blanca, a orillas del Atlántico, concretamente en la playa de las Coloradas, desde donde se avista el misterioso perfil de la vecina Fuerteventura. Nada más dejar atrás la zona urbana, entramos en el desértico macizo de Los Ajaches, cuyo desgastado pero mastodóntico relieve se erigió hace nada menos que 20 millones de años, e iniciamos la ascensión hasta la cumbre del Hacha Grande (561 m).
Tras el primer descenso, para reponer fuerzas, nada mejor que un sabroso plato de ropavieja (carne, garbanzos, patatas, pimiento rojo, ajo, cebolla, laurel, tomillo y clavo). Lo sirven muy rico en el pequeño restaurante Femés (en la misma rotonda del pueblo). Atención porque Femés es el único núcleo habitado por el que pasa la ruta hoy.
La etapa continúa hacia la Atalaya de Femés (609 m), segundo punto más elevado de Lanzarote, desde donde nos aguarda un prolongado y panorámico descenso hasta Uga. Desde las alturas, se divisa el inmenso campo de lava que atravesaremos mañana.
Etapa 2. Del corazón de La Geria al malpaís de Timanfaya
De Uga a Tinajo - 21 km / 350 m+ / 7 horas
Tras pasar la noche en una acogedora casa rural de Uga y desayunar en su frondoso jardín –inmejorable ocasión para degustar el tradicional y energético gofio–, la segunda etapa nos conduce hasta el corazón de La Geria, una zona vitivinícola única en el mundo, en la que las vides crecen sobre elpicón, la grava volcánica fruto de las erupciones que a principios del siglo XVIII cambiaron la orografía de buena parte de la isla.
En el kilómetro 5 cruzamos la carretera y pasamos frente a dos bodegas. Conviene saber que es el único punto donde es posible avituallarse hasta que entremos en Tinajo, en el kilómetro 18.
La ruta continúa por el malpaís de Timanfaya, un onírico infierno de rocas, calderas y campos de lava a los que se accede a través de un sinuoso sendero exclusivo para caminantes, por el que nos perdemos durante horas en el caos de magma más joven de Lanzarote.
Etapa 3. A orillas del océano
De Tinajo a Caleta de Famara - 21 km / 150 m+ / 6 horas
El tercer día, la ruta avanza desde Tinajo hasta Caleta de Famara siguiendo primero el abrupto litoral, donde el océano ruge entre acantilados y volcanes medio devorados por el oleaje. Después de coronar la Montaña Bermeja, se llega a la capital surfera de la isla a través de un inolvidable sector costero de arena blanca, sobre la que resaltan grandes rocas negras con incrustaciones de olivino. Al final de la jornada, la impresionante pared del Risco de Famara se tiñe de tonos cálidos con la puesta de sol.
Para comer, en el kilómetro 8 pasaremos por el pequeño pueblo pesquero de La Santa (no confundir con el centro de vacaciones deportivas cercano). El bar El Quemao (en la calle del mismo nombre) lo frecuentan los pescadores de la zona y se come bien y barato. La sopa de marisco es del todo recomendable, sobre todo cuando sopla el fresco viento del norte.
Etapa 4. El abismo de las alturas
De Caleta de Famara a Órzola - 27 km / 1.500 m+ / 9 horas
La cuarta etapa, entre Famara y Órzola, es la más larga y exigente de toda la travesía. Se desarrolla íntegramente sobre los impresionantes acantilados del Risco de Famara, a los que se accede por un sorprendente vergel que crece en el Barranco de la Paja, al amparo de estos poderosos escarpes que se alzan más de 600 metros sobre el Atlántico.
Para comer y tomarse un descanso, es recomendable tomar la variante que pasa por Haría (km 11), donde hay toda clase de bares y restaurantes.
Después de la parada de mediodía, la ruta vuelve a ganar altura en dirección a las cumbres de Gayo, donde también hay miradores naturales espectaculares. Desde aquí ya sólo quedan unos pocos kilómetros para alcanzar el popular Mirador del Río. La panorámica es grandiosa: La Graciosa, desde lo alto, se muestra como un mapa en tres dimensiones, con sus volcanes de colores, sus playas de arena refulgente, sus casitas blancas…
Un último descenso por senda nos conduce hasta el puerto de Órzola. En las taquillas de El Graciosero nos aguardan nuestros equipajes y los pasajes. Media hora después desembarcamos en la vecina isla de La Graciosa, donde el tiempo parece detenerse.
Relax en La Graciosa
La pequeña isla de La Graciosa, de sólo 29 km2 y todavía libre de asfalto, es el escondite ideal para relajarse durante un par de días al final del viaje o, si aún quedan energías, seguir explorando su fantástica orografía.
Coge tu Vueling a Lanzarote y anímate a marcarte una buena dosis de trekking por la isla.
Texto de Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker, de Con un Par de Ruedas
Fotos de Con un Par de Ruedas y Clara Bon Photography
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Día de Canarias: estos son los diez rincones imprescindibles
Playas urbanas, calitas escondidas de ensueño, colinas verdes, paisajes montañosos, estampas lunares, atardeceres, bosques, montañas, senderos de cuento y una población amable a más no poder. ¡Canarias lo tiene todo!
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