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Orxata (horchata en castellano), fartons y agua de valencia: 3 placeres dulces imprescindibles y dónde disfrutarlos.

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Destinos con aguas termales para entrar en calor en una escapada invernal

Si buscas una escapada para relajarte este invierno, y de paso entrar en calor, los balnearios y aguas termales de Europa que te proponemos pueden ser una opción perfecta.

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A tapear por la Barceloneta

Can Maño

Can Maño es uno de estos locales que ha pasado de padres a hijos. Sin grandes rótulos, la entrada puede pasarte fácilmente desapercibida. Las tapas se toman en una mesa de melanina, los platos y vasos son como de comedor de colegio, el lavabo es pequeño, no reservan y no aceptan tarjetas. Pero ni falta que les hace tener más servicios para tener siempre cola en la puerta porque a lo que realmente vas a Can Maño es a tomar pescado y en eso son los mejores porque es siempre fresquísimo. Boquerones fritos, merluza, sardinas…todo traído directamente de la lonja.

Carrer del Baluart 12

Can Paixano

Can Paixano es un local franqueado por dos enormes portalones de madera en las callejuelas de los bazares de la Barceloneta. También se le llama La Xampaneria porque lo habitual es comer un bocadillo acompañado de una copa de cava rosado. Puedes comprar la botella entera por precios que oscilan entre los 4 y los 6 € según la calidad pero no te la servirán si no va acompañada de comida.

Cecina leonesa, chorizos, fuets y jamones cuelgan del techo y son los ingredientes de sus deliciosos bocadillos. Te atienden rápido, comes rápido y dejas lugar para el siguiente comensal.

Carrer de la Reina Cristina 7

La Cova Fumada

La Cova Fumada es especialmente conocida por sus famosas bombas. También está muy rico el bacalao, las judías o los garbanzos con morcilla. Nos atiende Magí, uno de los propietarios, pero es que en este local trabaja toda la familia: la abuela, los hermanos y los hijos. Como muchos de estos locales familiares, cierra los domingos.

Bar Electricitat

El Bar Electricitat es una bodega de las de toda la vida, situado en la plaza del mercat, enfrente de la Cova Fumada. Vermut casero, esqueixada, anchoas, ensalada de cangrejo, huevos rellenos… Un lugar para hacer el vermut como mandan los cánones.

Carrer de Sant Carles, 15

Bar Jai-ca

Otro clásico del tapeo en la Barceloneta es el bar Jai-ca, en el que siempre cuesta encontrar un rincón libre. La variedad y calidad de sus tapas te hacen la boca agua con las bandejas de pescadito frito, gambas, chipirones y bravas que se agolpan encima de la barra y el sabor es aún mejor.

Carrer Ginebra, 13

Ca’l Chusco

Ca’l Chusco, un local familiar donde sirven buenas tapas, pero si lo que quieres es tomar una caña rápida en la barra, la tapa te sale gratis. Nos invitan a unos pimientos verdes picantes rellenos de queso fresco rebozados y unas bombas. También suelen poner pescadito frito.

Calle Almirall Aixada, 5

Cal Papi

Ambientado como un viejo local de pescadores, en Cal Papi las especialidades son las anchoas, los buñuelos de bacalao caseros, gambas, rabo de toro y boquerón en gabardina pero nos sorprende encontrar en la carta también ancas de ranas. Otra de las tapas curiosas son las pieles de bacalao que muestran en la barra y que nos dejan probar tras la cara de sorpresa. Crujen y tienen un sabor parecido las cortezas de cerdo.

Calle Atlántida, 65

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Vacaciones de invierno a los pies del Mont Blanc

Chamonix, estrella absoluta de los Alpes franceses, es el lugar perfecto para una escapada invernal en la que disfrutar al máximo de la nieve de todas las maneras posibles, con unas vistas más que privilegiadas al monte más elevado de Europa, el Mont Blanc. Situado a apenas 16 kilómetros de Suiza y 11 kilómetros de Italia, es un destino que reúne a gente venida de todas partes con ganas de practicar deportes de nieve, hacer excursiones por sus espléndidos parajes naturales, relajarse en un spa, e incluso ir de compras en la pequeña ciudad de Chamonix.

Las mejores pistas negras de Francia

En Chamonix todos aquellos aficionados a los deportes de nieve encontrarán un auténtico paraíso por el que deslizarse con unas espectaculares vistas, ya sea al Mont Blanc o ya sea al valle donde se encuentra ubicado Chamonix. Los 115 kilómetros de pistas, con 12 para principiantes, 26 azules, 20 rojas y 12 negras, harán las delicias de todo aficionado al esquí o al snowboard. Aunque destaca por contar con un elevado número de pistas de alta dificultad aptas solo para los más intrépidos, también cuenta con espacios donde los más pequeños o los que están en fase de aprendizaje puedan también disfrutar de estos deportes de nieve.

La Aiguille du Midi, con una altitud de 3.842 metros, es el objetivo favorito de los menos temerosos a las alturas y de los buscadores de bajadas de altísima envergadura solo aptas para auténticos expertos en la materia. Y es que solo por la estupenda panorámica que hay desde aquí a los Alpes franceses, italianos y suizos merece la pena subirse al teleférico y vencer al vértigo. Más accesibles son las pistas de Brévent-Flégère que también cuentan con unas magníficas vistas al Mont Blanc.  

Paisajes de vértigo

Los menos deportistas podéis estar tranquilos, ya que no es necesario esquiar para disfrutar de las vistas, a las que se puede acceder desde cómodos teleféricos. El Mont Blanc, con sus apabullantes 4810 metros de altura, y conocido por ser la cuna del alpinismo, es el principal foco de atención de todos los que se desplazan hasta aquí. Como ya hemos indicado en el punto anterior, Aiguille du Midi, y el pico de Le Brévent son perfectos miradores para su contemplación. Otras panorámicas a tener en cuenta en la zona son las proporcionadas por los glaciares allí presentes. Destaca el Mer de Glace, situado en la ladera norte del Mont Blanc, con 7 kilómetros de largo y 200 metros de profundidad, que lo convierten en el más largo de Francia.

Après ski de lujo

Tras una larga jornada de esquí o de recorrer la zona en busca de sensaciones, Chamonix, a diferencia de otras estaciones alpinas que solo cuentan con pequeños pueblos con una oferta muy limitada para el après sky, aquí encontrarás una pequeña ciudad repleta de servicios con los que rematar el día. Podrás desde ir de compras, a tomar unas copas acompañadas de música en directo, pasando por reponer energías probando clásicos de la gastronomía de la región de la Saboya, como la raclette o la fondue de queso. ¿Se puede pedir más?

Reserva tu Vueling a Ginebra, que está a tan solo 88 kilómetros de Chamonix, y aprovecha para darte una alta dosis de nieve ante la cumbre más elevada de Europa.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Christian Bertram

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