Oporto sencillamente único
Oporto es la segunda ciudad más importante y más grande de Portugal, después de Lisboa. Fue construida a orillas del río Douro (Duero) en el transcurso de más de mil años de historia; No en vano, el casco antiguo de la ciudad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y su serena belleza no deja indiferente a ningún turista.
Lo que no te debes perder: 10 + 1 propuestas
- Perderse por el Barrio Antiguo es una de las primeras cosas que uno debe hacer para darse cuenta de la belleza eterna del Oporto medieval. En este paseo, el visitante se encontrará con bellos edificios de diferentes estilos arquitectónicos como La Séo Catedral, el Palacio Episcopal y la casa del Canónigo Domingos Barbosa, entre otros.
- Otra buena idea es darse una vuelta, por unos 10 euros, en alguno de sus rabelos (pequeño barco) para recorrer el bello río Douro, especialmente, cuando cae el sol. Es impresionante, y podrás pasar por debajo de los seis puentes de la ciudad.
- No te puedes perder dar un paseo durante el atardecer por el Puente de San Luis. Construido por uno de los discípulos de Gustave Eiffel, une la ribera de Oporto con el puerto de Vilanova de Gaia; con sus 178 metros de altura, ofrece las mejores panorámicas de la ciudad.
- También es muy recomendable adentrarse en la calle Gustave Eiffel, donde se alzan las casas multicolores en la falda de la colina. Esta calle conduce hasta el antiguo puente Ferroviario de María Pía (construido por el mismísimo, Sr. Eiffel) ¡No te puedes ir de Oporto sin hacerte un selfie en este lugar!
- En el barrio de Boavista se encuentra la Casa da Música, uno de los edificios más modernos de Oporto, diseñado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas. No te olvides de preguntar por su terraza y disfrutar de un café a la portuguesa - tipo espresso muy intenso, que en Lisboa llaman bica y en Oporto se llama cimbalino -, o pegarte el gustazo de un delicioso brunch en su restaurante.
- Una visita a Museo de arte Contemporáneo de la Fundación Serralves. El espacio esta situado dentro del Parque Da Cidade de Oporto, el mayor parque urbano de Portugal. Aprovecha al salir para disfrutar de un relajante paseo; es aquí, donde cada verano, se celebra el conocido Primavera Sound.
- Entra en La Librería Lello, una de las librerías más antiguas y bellas de Europa. J.K. Rowling, autora de “Harry Potter”,quedó fascinada y, durante su estancia en Oporto, se inspiró en ella para ambientar algunas de las escenas de la conocida novela.
- Muy cerca de la librería, está la tienda más bonita de la cuidad, A Vida Portuguesa. Lugar perfecto para comprar todo tipo de productos portugueses: moda, diseño, menaje, téxtil… Un sueño de tienda; sus dueños se recorren Portugal, de norte a sur, para conseguir los productos más bellos del país.
- El barrio más romántico y más turístico es Voz do Ribeira; situado en la orilla del río, forma parte del emblemático centro histórico. En la calle Cais da Ribeira se despliegan todo tipo de terrazas y la vida trascurre a lo largo del margen. Por la noche, es un espectáculo disfrutar de una buena copa contemplando la vistas al Douro.
- No puedes irte sin probar las francesinhas; una especie de sándwich de jamón, queso, salchicha fresca, filete de ternera, huevo y otros ingredientes ¡Estamos seguros de que te encantarán! Y si eres más de dulce, pídete, en cualquiera de sus pastelería, una nata, que son unos populares pastelitos, homólogos de los pasteles de Belém en Lisboa.
- Por último, la visita a Vila Nova de Gaya, una excursión esencial si viajas a Oporto. Este pueblo, a la otra orilla del Duero, es el paraíso del famoso vino de Oporto. Hay más de 15 marcas certificadas que ofrecen visitas guiadas a sus bodegas, con cata de vinos incluida, para dar a conocer sus ricos caldos.
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Textode Tensi Sánchez de actitudesmgz.com
Fotos de Fernando Sanz
+ infoEncuentro exprés con el Berlín techno parte 1
El esplendor del ‘techno’ en Berlín de los años noventa jamás volverá. Eso no quita que la capital alemana respire cultura de ‘club’ por sus poros. Somos guiris. Y se ve a leguas: sonreímos por el simple hecho de bebernos en el metro una de las tropecientas cervezas exquisitas que se pueden adquirir con facilidad en Berlín en tiendas 24h o en el propio metro, en las paraditas que gobiernan los descansillos del subsuelo. Somos guiris, y como tales, nos enfrentamos a la noche berlinesa haciendo nuestros todos los anhelos y medias verdades que nos han llegado sobre los históricos años noventa en Berlín, de clubes en sótanos y fiestas hasta el amanecer. La premisa es fácil: ¿qué queda de aquel esplendor de la cultura de clubs en Berlín? Tenemos cuarenta y ocho horas para comprobar cómo se escucha el latido techno en la actualidad.
Es viernes, empieza la aventura. Como a un buen coche de competición, al cuerpo hay que rodarlo. Y no hay ciudad europea con más —y mejores— excusas que Berlín para beber cerveza tirada en una barra. La primera parada nos lleva a Hops and Barley, una taberna con tantas opciones de caldos espumosos como probabilidades de lluvia hay en el país teutón. Luz tenue, suelo de retícula y dificultad para conseguir taburete. Un espacio ideal para hacer estiramientos.
Cuando la garganta está saturada de Pilsen, toca desplazarse, y el metro es la mejor opción. Berlín ofrece una completa red, con horario hasta las 00:30h entre semana e ininterrumpido el fin de semana. Cerca de la parada de Ostkreuz, en una zona cercana a las vías del tren llena de recovecos formados por amasijos de hierros —fiel escenario del Berlín industrial— nos topamos con la primera sorpresa: dentro de un cerco de obras hay un fuego, un círculo de jóvenes, un PC y unos bafles descargando techno a mansalva. Aquí los scouts escuchan bits pegones, imagen que no se corresponde para nada a la de los chavales peninsulares, de aquelarres con guitarrita y cancionero alrededor de la hoguera. Las fiestas al aire libre en Berlín son una constante y en Rummelsburg saben de ello.
Con este buen presagio del ADN techno de la ciudad, nos dirigimos a un cercano e ilustre local del movimiento squat (okupa), About Blank, uno de los muchos centros autogestionados de Berlín. “Love techno, hate Germany”, se lee en la puerta. Hoy programan una fiesta antifascista a 12 euros. Dentro, el cubo oscuro y multitudinario de About Blank ofrece una experiencia aturdidora: poco espacio y muchos jóvenes berlineses con ojos cerrados, moviendo la cabeza a velocidad trepidante con la música que propone el DJ, que pincha en vinilo. En el patio interior del recinto, ambiente chill. Nos recomiendan asistir a su fiesta llamada Homophätik; propuesta, sin duda, para próximos viajes.
Berlín es una ciudad que no se lleva bien con el concepto escala humana; el territorio es vasto, y hay que atinar con las elecciones. Y los días: Chalet es el club ideal para los miércoles, así como Renate lo es para los jueves. Pero hoy es viernes, y son más de las cuatro de la mañana. Dejamos para el día siguiente la gran maratón techno.
Ha amanecido un sábado inaudito para ser mayo: el sol ilumina con fuerza cada uno de los patios interiores que crean las isletas de edificios de la geografía urbana berlinesa. En uno de ellos unas chicas preparan una coreografía. Al lado, un equipo atronador emite notas de música ambient.
Para comer —hay que ver lo rápido que llega el mediodía cuando la noche anterior ha sido movida— nos acoge un restaurante de comida sudanesa en la calle Reichenberger. Es un pequeño local con menú de plato único, para carnívoros y veganos, con precios competitivos. Antes de adentrarnos de nuevo en la noche, pasamos la tarde ahondando en otra de las joyas de la corona del melómano en Berlín: sus tiendas de discos.
Si encontrarlas es un abismo, The Record Loft, resulta una epopeya. Pero consumir los —pocos— megas de la tarifa europea de tu compañía de telefonía tiene recompensa... En otro de los citados patios interiores descansa Hard Wax, en una cuarta planta, a la que se accede superando unas escaleras repletas de pegatinas de sellos y revistas de todos los continentes. Hard Wax es un pequeño sello especializado en electrónica, que también ostenta una tienda de vinilos. La tarde tampoco es mal momento para perderse por las librerías de Hackescher Markt, las hay con amplias secciones de techno, como Do you read me?, que también cuenta con una selección de fanzines locales. De hecho, la bibliografía de la construcción cultural de Berlín es amplia: de la previa que ofrecen libros como Future Days. El krautrock y la construcción de la Alemania moderna hasta obras que se centran en los noventa como Der Klang, der familie. Por supuesto, del propio Berlín hay títulos exclusivos: Berlin Sampler. From Cabaret to Techno. 1904-2012.
Después de que te salgan llagas en los dedos revisando cajas de vinilos y tecleando títulos en el móvil de libros futuribles, es el momento de ir a los clubes pre-party. Pero esto lo explicaremos en el próximo capítulo.
Texto de Yeray S. Iborra | Gracias a Ángel Molina, Ana Riaza, Carlota Surós y Martí Renau por la información de primera mano para la ruta de este artículo.
Imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS, Michael Mayer
+ infoMadrid vámonos de compras
Una buena excusa para hacer una escapada a Madrid – si es que necesitas de excusas para hacerlo - es aprovechar para disfrutar del amplísimo número de tiendas con el que cuenta, donde renovar el vestuario o darse algún que otro capricho. Dentro de toda esta amalgama de locales hay espacio para los clásicos, el lujo, el mainstream, las últimas tendencias y el vintage. A continuación os damos las claves para adentraros en el fabuloso mundo del shopping madrileño.
Malasaña, hipster, creativo y vintage
El popular barrio de Malasaña rebosa creatividad y buen rollo. Las transformaciones que ha sufrido en los últimos años lo han convertido en el lugar imprescindible donde acudir en la ciudad en busca de las últimas tendencias. Así que, si eres de los que te gusta estar a la última y te pierde lo hipster, ésta es tu zona. Algunas de las joyas que puedes encontrar son The Concrete Madrid, una sastrería masculina denim; Lady Cacahuete, con ropa femenina inspirada en el universo de los años 50; Ioli Shoes, con zapatos y bolsos hechos de forma artesanal; la tienda estudio Dooc, donde hacerte con algún objeto de diseño; y Le Circus, situada en el número 18 de la calle Corredera Baja de San Pablo, que hará las delicias de los cazadores de tendencias.
Como no podía ser menos, en Malasaña también hay espacio para el vintage con espacios como El templo de Susu (calle del Espíritu Santo, 1), La Cierva Vintage (calle Marqués de Santa Ana, 30), Popland (calle de Manuela Malasaña, 24) y Kinda Kinks (calle del Pez, 16), entre otros.
Y como todo lo antiguo vuelve, qué mejor manera que recuperar algo tan viejuno como la alpargata en un clásico de toda la vida como lo es la Antigua Casa Crespo.
Chueca y Fuencarral, moda joven y alternativa
Al igual que Malasaña, Chueca también se ha convertido en el lugar donde medir las últimas tendencias en la ciudad. Ante todo es conocido por ser el barrio gay de Madrid, y por su oferta gastronómica y de ocio nocturno, pero también cuenta con un buen número de tiendas de moda. Es el caso de la popular calle Fuencarral, donde además de juntarse un auténtico hervidero de gente hay un buen número de tiendas donde adquirir ropa y calzado de estilo joven y moderno, con presencia de marcas como Diesel, Puma, Adidas y Hoss, entre otras. En las calles Almirante y Prim se encuentran las tiendas más caras y más chic de la zona.
Barrio de Salamanca, lujo, elegancia y grandes marcas
Serrano, José Ortega y Gasset y Claudio Coello, estas son las calles que debes de recorrer si lo tuyo es el lujo. Carolina Herrera, Chanel, Gucci, Loewe, Louis Vuitton, Armani, Miu Miu y Manolo Blahnik son algunas de las grandes marcas que encontrarás. Otro de los espacios donde darse a la elegancia y al esplendor es el ABC Serrano. Este centro comercial ubicado en un palacio del que se conserva su fachada neomudéjar, cuenta con una cuidada selección de marcas nacionales e internacionales. Si lo visitas en verano, no dudes en subir a su magnífica terraza, donde disfrutar de su oferta gastronómica y de las vistas.
Huertas, jóvenes diseñadores
Además de por su librerías y sus galerías de arte, no dudes en acercarte a esta zona donde encontrarás algunos locales clásicos reconvertidos en tiendas donde adquirir las propuestas de jóvenes diseñadores. Este es el caso de L’Atelier / Óptica, una óptica a medio camino entre un taller y una galería de arte donde encontrarás una magnífica selección de gafas. También es el caso de La Intrusa en calle León, que reúne las siguientes firmas españolas: Con2tijeras, Berenbaum, Roberto Navazo y Desietecorazones.
Sol y Preciados, en el corazón del mainstream
Sol, Preciados, Del Carmen y Arenal son el epicentro comercial de Madrid. Es el espacio donde se encuentran ubicadas las grandes cadenas comerciales como Zara, H&M, El Corte Inglés, FNAC y Mango, que invaden gran parte de sus calles. Pero aún queda espacio para alguna pequeña joya del pasado, como es el caso de Casa de Diego donde comprar abanicos, paraguas y complementos, y trasladarnos por un rato a otra época.
El Rastro, el templo de la segunda mano
La mejor forma de acabar una escapada de fin de semana a Madrid es acercándose a la Ribera de Curtidores y alrededores - en la Latina -, y hacer una visita a El Rastro. En este mercadillo al aire libre, abierto los domingos, encontrarás todo tipo de objetos de segunda mano, ropa, libros antiguos y más de una ganga. Aprovechando que estás por la zona te recomendamos que te acerques a Vintage 4P, en la calle Bastero, y a La Recova, plaza General Vara del Rey, ambas con objetos muebles y lámparas de la segunda mitad del siglo XX.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Daniel Ruiz
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Estocolmo según Millennium
El periodista y escritor David Lagercrantz ha aceptado el reto de continuar la serie de novelas iniciada por Steig Larsson, firmando la recién publicada cuarta entrega de Millennium, Lo que no te mata te hace más fuerte. Detonador del fenómeno de la novela negra escandinava, este popular conjunto de novelas protagonizado por Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist también ha acabado deviniendo una fascinante guía alternativa de la ciudad en la que transcurre su trama, Estocolmo.
7-Eleven
Pese a no destacar como un rincón de gran interés turístico, estando de viaje siempre es importante tener controlado establecimientos como el 7-Eleven del número 25 de la calle Götgatan. Cliente habitual, es aquí donde la asocial pirata informática Lisbeth Salander se abastece de los dos principales ingredientes de su nociva dieta: pizzas congeladas y cartones de Marlboro Light.
Ikea
Ikea es toda una institución en Suecia y Steig Larsson no pudo obviar citarla en su saga. Ocurre en la segunda entrega, cuando Lisbeth Salander acude al local de Kungens Kurva (el más grande del mundo) para adquirir los muebles de su nuevo apartamento. Larsson realiza una descripción tan detallada de la compra: sofá Karlanda, escritorio Galant, librerías Bonde… que quien se lo proponga puede realizar una recreación exacta del piso de Salander en su casa.
Kvarnen
Entre las pocas amistades de Lisbeth Salander se encuentran las integrantes del grupo de metal Evil Fingers, con las que suele quedar en el Kvarnen los martes por la noche. En el 4 de la calle Tjärhovsgatande; con más de un siglo de historia es una de las tabernas más antiguas de Estocolmo, sobresaliendo en su menú especialidades tradicionales de la cocina sueca como las köttbullar (albóndigas de carne) y los surströmming (arenques).
La casa de Lisbeth Salander
En La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (2008), Lisbeth Salander se traslada a un lujoso apartamento en el número 9 de la avenida Fiskargatan. Un edificio erigido en 1910 que destaca en la silueta de Estocolmo por el revestimiento verde de su tejado. En su nueva vivienda, Salander goza de ¡de 21 habitaciones! y unas irresistibles vistas a la isla de Djurgården y la bahía de Saltsjön.
La casa de Mikael Blomkvist
No cuesta demasiado imaginarse a Larsson pasar por delante del número 1 de la calle Bellmansgatan y fantasear con la idea de afincarse en tan privilegiado enclave. Deseo que materializó (cuanto menos en la ficción) instalando en el ático que culmina el edificio, una estructura diáfana de 65m2 con panorámicas excepcionales a la bahía de Riddarfjärden, la Gamla Stan y el Ayuntamiento de Estocolmo, a Mikael Blomkvist, uno de los principales protagonistas de su obra.
Mellqvist Kaffebar
En el 78 de la calle Hornsgatan, el Mellqvist Kaffebar no es solo un de los bares más menudeados por los protagonistas de Millennium, sino que en la realidad era uno de los preferidos del autor de la saga. Los hay que afirman que, entre café y café, ahí redactó más de un capítulo de su exitosa obra. En el piso de encima estuvo la redacción de la revista Expo, de la que Larsson fue director.
Mosebacke Torg
A pocos metros del nuevo piso de Salander encontramos la Mosebacke Torg, una de las plazas más bellas de Estocolmo. En ella encontramos el Södra Teatern, el teatro más antiguo de la ciudad, construido en 1859, en cuyo bar, Lisbeth suele encontrarse con Annika Giannini para compartir confesiones y cervezas. La Mosebacke Torg también alberga la que sobrevive como una de las últimas cabinas telefónicas en servicio de Estocolmo.
Redacción de la revista Millennium
En la confluencia de la avenida Götgatan, una de las arterias más concurridas del barrio de Södermalm, con la calle Hökens Gata, la redacción de la revista Millennium ocupa la planta superior de la sede local del Greenpeace. Los incondicionales de la saga pueden llevarse un chasco al comprobar que en aquella esquina, ciertamente, se hallan las oficinas de la organización ecologista pero sobre éstas no hay nada más que apartamentos.
Samirs Gryta
Ensimismados por su cuscús y su guisado de cordero, el restaurante sirio Samirs Gryta es uno de los favoritos de los miembros de la redacción de Millennium. Local ficticio del que no se detalla la dirección exacta en ninguna de las entregas; para delinear sus formas Steig Larsson muy probablemente se inspiró en el restaurante hindú Dado (Tavastgatan, 28) y el libanés colindante, Tabbouli (Tavastgatan, 22).
Stortorget
Plaza en la que Dragan Armanski divisa a Lisbeth Salander al poco de ser contratada por Milton Security; la Stortorget es uno de los epicentros históricos de Estocolmo. Aquí, en noviembre de 1520, se produjo el Baño de Sangre: el rey danés Christian II ejecutó a un centenar de miembros de la nobleza local para hacerse con el control del país. En la Stortorgettambién encontraréis el Nobelmuseet, el museo de los Premios Nobel.
El Museo de la Ciudad de Estocolmo ofrece un fascinante tour por la ciudad inspirado en la saga Millennium. Puedes obtener más información aquí. ¿Listo para disfrutar de un viaje de novela? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Oriol Rodríguez para ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Holger Ellgaard, I99pema, Kirsty Komuso, Arild Vågen, Mstyslav Chernov
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