Holanda el paraíso de las bicicletas
La bicicleta es indudablemente una de las señas de identidad de los Países Bajos, al igual que los son los canales, los molinos y los tulipanes. Su llano relieve, con apenas desniveles, y las fabulosas infraestructuras con la que cuenta para desplazarse con este ecológico medio de transporte, lo convierten en un terreno perfecto para la práctica del cicloturismo. A continuación hemos realizado una selección de cuatro recorridos que te permitirán conocer Holanda desde una perspectiva más saludable tanto el medio ambiente como para tu cuerpo.
Ruta por Ámsterdam
Una forma cómoda y divertida de recorrer la capital holandesa es hacerlo como la mayor parte de sus habitantes, pedaleando sobre dos ruedas. Al ser una ciudad plenamente concienciada y preparada para el uso de la bicicleta, no encontrarás ningún problema para desplazarte por sus calles con total comodidad. Eso sí, hay que ser respetuoso con las normas existentes al respecto y moverse por los carriles y las áreas dedicadas a estos vehículos, ya que en caso contrario, es más que probable que te caiga alguna que otra reprimenda.
Además de moverte por su centro histórico a la caza de sus monumentos, te recomendamos que te acerques al Amsterdamse Bos (el bosque de Ámsterdam), donde te espera una buena dosis de naturaleza. Situado a 4 kilómetros, este gran parque ejerce de pulmón verde de la ciudad y de espacio de ocio para los amsterdameses. ¡Toma nota!
Ruta de los tulipanes
¿Qué mejor manera de disfrutar de la primavera holandesa que pedaleando por sus floridos campos de tulipanes? De abril a mayo tiene lugar uno de los momentos más espectaculares a nivel de atracción de turistas, como es el proceso de floración de los tulipanes. En esta ruta, con la salida y la llegada a Ámsterdam, podrás disfrutar al máximo de todo el esplendor de la naturaleza. Consta de un total de 305 kilómetros a realizar en unos 8 días. El trayecto incluye las poblaciones de Gouda, popular por su queso, Delft, famosa por su cerámica azul, Leiden, ciudad que vio nacer a Rembrandt, y Haarlem, donde no debes de dejar de visitar el museo dedicado al pintor Franz Hals. El plato estrella de este recorrido es Keukenhof, un extenso parque, posiblemente uno de los más bellos de Europa, situado entre las localidades de Leiden y Haarlem.
Ruta de los molinos
Otro de los iconos clásicos de los Países Bajos, los molinos, también tiene su propia ruta a realizar en bicicleta. Con el punto de partida y de llegada en Bunnik, que está situado al lado de Utrecht, consta de un total de 200 kilómetros a hacer en unos 6 días. El punto más relevante de este recorrido es Kinderdijk, un pólder situado en la confluencia de los ríos Lek y Noord, drenado por un sistema de 19 molinos de viento que fue construido alrededor de 1740. Por el camino también te cruzarás con Dordrecht, una de las ciudades más antiguas de Holanda, y Gorcum, y gozarás de unos paisajes fantásticos.
Ruta por el mar del Norte
La costa del mar del Norte esconde suficientes atractivos como para marcarse una pequeña escapada en bicicleta para disfrutarla en su máximo esplendor. En este caso te proponemos un recorrido de menos de 50 kilómetros que va desde La Haya hasta Zandvoort, y en el que hallarás unas hermosas vistas al mar y unas preciosas playas.
En la oficina de turismo de Holanda se pueden adquirir los mapas con estas y otras muchas rutas en las que vienen incorporados todos los detalles del itinerario. Reserva tu Vueling aquí y aventúrate a recorrer los Países Bajos con el que es su medio de transporte “estrella”, la bicicleta.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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Gastronomía creativa en Atenas
En la misma capital donde se alzan ruinas por las que no pasa el tiempo se erige una cocina de autor que ha sabido adaptarse a la evolución gastronómica global con creatividad y buen gusto. Atenas atesora en la actualidad direcciones 'coolinarias' tan atractivas como su patrimonio arqueológico.
Lejos de quedarse anclada en la cocina de raíz tradicional y producto local, Atenas ha sabido construir su propio discurso gastronómico fuera de las casas particulares y más allá de la comida callejera que representan los souvlakis -¡imperdibles los de O Kostas!- y las propuestas que nutren el Athens Street Food Festival. Hoy por hoy se puede comer la mar de bien en restaurantes de mesa y mantel que se escapan del itinerario más turístico, así como brindar porque Grecia progresa adecuadamente en Baba Au Rum, una de las mejores y más bonitas coctelerías del mundo.
Junto al orgullo por una tierra paradójicamente rica, los chefs griegos exhiben un profundo conocimiento del recetario mediterráneo en toda su vastedad. Es la base sobre la que construyen un gastronomía creativa que dota a la ciudad de la diversidad culinaria que merece. Ya sea en versión showcooking, esto es, con la cocina a la vista de las mesas; de manera efectista mediante el uso de técnicas de vanguardia y acabados en la mesa; o bien de manera sutil, elegante e igualmente convincente para el paladar.
Se cuentan con los dedos de una mano los restaurantes de autor más destacados en Atenas. La preferencia en la elección dependerá de la afición de cada uno por la alta cocina, el finger food (o comer con las manos), los menús degustación y los servicios eternos aunque memorables. Por su relación calidad-precio y esa necesaria armonización entre sala y cocina, ninguno mejor que Aleria. La acogedora bienvenida, el guiño a la Wolf y una carta sin estridencias bañada por el azul y blanco patrio hacen de este restaurante una sabrosa concentración de clasicismo y modernidad en platos bien ejecutados. Con el buen tiempo, resulta una delicia poder comer o cenar en su patio interior.
A pocos metros de Aleria, de una estrella Michelin, se encuentra Funky Gourmet, un dos estrellas que explora más a fondo los límites de la cocina molecular para promover la sorpresa en la mesa a partir de bocados explosivos. Como alternativa entre uno y otro está Hytra, un restaurante panorámico con menú asumible, exquisita cocina dulce y coctelería in situ para venir sólo a copear o prolongar la sobremesa.
Por último, el veterano Spondi es ese clásico de cocina contemporánea que nunca falla. Las distinciones y reconocimientos que atesora a lo largo del tiempo así lo demuestran.
Dónde dormir
En la emblemática plaza Syntagma, a la que dan la mayoría de suites y habitaciones con terraza, el histórico hotel NJD Athens Plaza de la colección LVX permite dejar el bullicio urbano a un lado y admirar la Acrópolis en la lejanía. Es el alojamiento ideal para estar en el meollo de todo por su espléndida ubicación a dos pasos de las grandes avenidas comerciales y de los mayores atractivos de la ciudad. Su bar con vistas es uno de los espacios comunes más evocadores y solicitados.
Reserva tu Vueling a Atenas y anímate a descubrir la faceta más creativa de su gastronomía.
Texto de Belén Parra de Gastronomistas.com
+ infoGràcia tiene un color especial
Ningún barrio de la Ciudad Condal tiene el sabor y la personalidad del barrio de Gràcia. En este distrito se unen artistas, vecinos de toda la vida, tiendas de moda y decoración y algunos de los restaurantes y bares de copas más animados de la ciudad. Siempre a caballo entre lo tradicional y el último grito, Gràcia vive al ritmo de los tiempos y sigue manteniendo esa esencia que lo hacen uno de los lugares favoritos de los barceloneses.
Y como nos encanta pasear por el barrio y dejarnos llevar, hemos salido a la calle para descubrir siete lugares entre tiendas, bares y restaurantes que no puedes pasar por alto si quieres descubrir el verdadero latir de Gràcia.
Magnesia
La propietaria de Magnesia, Leticia, recoge el trabajo de artistas locales e internacionales en la que es una de las mejores tiendas de ilustraciones de la ciudad. Además, los prints se mezclan con cerámicas procedentes de Estados Unidos, cojines de Shara Porter y joyería de artesanos barceloneses. De este lugar se sale enamorado y es difícil no llevarse algo bajo el brazo.
Can Tresó
En una de las principales calles de Gràcia, el restaurante Can Tresó pasa casi desapercibido. Pero una vez has comido aquí no se te olvida la experiencia. Las tapas son de gran calidad (excepcionales las patatas bravas) y durante la semana hay un menú de autor que es realmente delicioso.
La Mueblerí
Madre e hijo regentan esta tienda de decoración vintage. Con una cuidadosa selección de muebles y objetos, es fácil perder la cabeza por un aparador escandinavo, una mesa Vitra de los años 70 o una lámpara de Manises. Además, las piezas de firma se combinan con otras económicas y asequibles para todos los bolsillos. El local es amplio y está muy bien decorado. Aquí se respira cercanía, delicadeza y buen gusto. Eso lo hace tan especial.
Viblioteca
Es ya un clásico para los amantes de los quesos, los embutidos, los tartares y el buen comer. Decorado en líneas blancas, este restaurante es, sin duda, uno de los mejores de la ciudad para descubrir nuevos vinos y combinarlos con una selección gastronómica de primera. ¿Nuestro consejo? Preguntar a Yolanda, la propietaria, y dejarte asesorar.
Alzira
Mónica es una de las veteranas del vintage en el barrio de Gràcia. Su gusto exquisito queda plasmado en una combinación de mobiliario industrial y rústico con piezas de diseño y todo bajo una estética bochic que la convierten en una imprescindible del brocant en la Ciudad Condal. En un luminoso local que tiene un patio en el que, de poder, nos relajaríamos durante horas, completa la sección de muebles y decoración un apartado de broches retro que es puramente irresistible.
Bobby Gin
Las noches de copas en Gràcia no serían lo mismo sin Bobby Gin. Este bar sofisticado sirve algunos de los mejores gintonics de Barcelona. La decoración está cuidada al detalle, con puertas antiguas recuperadas y mobiliario vintage e industrial. Pero lo que hace único a este local es la extensa oferta de ginebras y tónicas premium, que si no sabes con cuál quedarte, el personal (que conoce la carta al dedillo) te asesorará. Y si te apetece picar algo, las mini coques de Llavaneras son una delicia que no te puedes perder.
Casa Atlántica
Vajillas de cerámica pintadas a mano, miniaturas de madera y lámparas retro son algunas de las cosas que podrás encontrar en Casa Atlántica. Un a tienda-taller llena de encanto que abrieron la diseñadora de moda Belén Martínez y el arquitecto de interiores portugués Lester Barreto. Un espacio de innegable aspecto atlántico lleno de detalles preciosos y de muebles diseñados por los propietarios que te transportarán del Mediterráneo a la otra punta de la península.
Reserva tu Vueling a Barcelona y anímate a recorrer Gràcia y dejarte llevar por su encanto.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoDe cervezas artesanas por Barcelona
La Cervesera Artesana
Tal nombre puede parecer obvio, pero lo lucen con legitimidad, puesto que esta cervecería fue de las primeras en colgar el rótulo de artesana en la ciudad. Desde sus ventanales, podéis observar cómo elaboran los siete tipos de cerveza Iberian —la marca de la primera microcervecería barcelonesa, de 1993— que sirven en el local, desde una stout hasta una reconocida cerveza de especias. Pidieron a sus clientes que eligieran en Facebook cuál debía ser su nueva variedad, y la sugerencia ganadora fue una cerveza de guindilla. En ello están. Pero tienen muchas más. El local, en la parte baja de Gràcia, rebosa siempre de buen ambiente.
Homo Sibaris
Guillem Laporta es uno de los activistas cerveceros con más pedigrí de Barcelona, y su cervecería, Homo Sibaris, es una prueba de su conocimiento acumulado… y una de las cervecerías más acogedoras de la ciudad. Ubicada en la pintoresca plaza Osca, en Sants, recientemente ha ampliado su número de tiradores a catorce. De sus caños brotan cervezas elaboradas por el propio Guillem (¡acaba de preparar una nueva bitter que dará que hablar!) junto con otras birras artesanas de todo el mundo dificilísimas de encontrar. Sentaos en sus mesitas o en su terraza, estudiad la carta que os van a pasar, preguntad al personal, y dejaos aconsejar. Siempre aciertan.
Biercab
Cuando Manuel Baltasar pensaba qué tipo de cervecería quería abrir con sus amigos, entendió que la buena compañía era un elemento fundamental. Buena compañía en el proyecto —entre los socios hay un distribuïdor de cervezas, una cervecera artesana de Navarra (Naparbier) y un maestro cervecero de origen belga, Sven Bosch— y buena compañía en las mesas de este local del centro del Eixample. La carta de tapas del BierCab está pensada para que el acompañamiento con la cerveza funcione. El chef Ronald Garcia prepara platos, como el cebiche de corvina con leche de tigre o el sashimi de corvina con salsa de ají amarillo, que merecen ser degustados incluso por los no cerveceros. Eso sí, ir al BierCab y no probar ninguna cerveza es de juzgado de guardia. Tienen más de 600 y muchas son catalanas, visto que en este territorio la fiebre por la cerveza artesana está a la orden del día. "Lo mejor de aquí es que todo el mundo puede encontrar su estilo de cerveza", promete Manuel.
Blacklab & Kitchen
Jing Cheng y Matt Bader se conocieron estudiando arquitectura en Chicago y, cuando se graduaron, se instalaron en Barcelona. Al cabo de unos años, convirtieron su pasión en profesión y se lanzaron a montar una brewhouse en el Palau de Mar de la Barceloneta. Todo recuerda allí lo que les gustaba de EEUU: las cervezas naturales que elabora Matt, la cocina —ofrecen hamburguesas, sándwiches y sopas, pero les gusta aconsejar las alitas de pollo y los buns de panceta— e, incluso, los conciertos de las noches de sábado. Comeréis y beberéis rodeados de los depósitos donde fermentan sus propias cervezas, de mil estilos diferentes donde siempre hay alguna creación nueva.
Abirradero
Los cerveceros artesanos tienen la gracia de que lo son por una vocación propia y más o menos tardía. El triunvirato del Abirradero, en el Poble-sec, lo conforman un antiguo editor —Nereo Garbin—, un informático —Daniel Fermún—y un licenciado en telecos —Ivò Castells—. La mitad de la carta que ofrecen es de cervezas de creación propia, algunas de estilos rarísimos. Con la ayuda del periodista Sergi Bayó, han adaptado, incluso, la tabla periódica de los elementos a la cerveza para que los neófitos podamos descubrir la diversidad infinita de este mundo. Acompañados de tapas pensadas para maridar bien con la bebida, una cena en Abirradero nos va a revelar las infinitas posibilidades gastronómicas de la cerveza.
Reserva tu Vueling a Barcelona y anímate a saborear las mejores cervezas artesanas de la ciudad.
Texto de Josep Sucarrats de Gastronomistas
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