La joya ocre del Mediterráneo
A pesar de ser un pequeño reducto en medio del Mediterráneo formado por las islas habitadas de Malta, Gozo y Comino y otras tres sin habitar, Cominotto, Filfla y St. Paul, el archipiélago maltés concentra una gran riqueza histórica y cultural. Algunos de sus emplazamientos forman parte del Patrimonio de la Humanidad, como la ciudad de Valletta, el Hipogeo de Hal Saflieni (el único templo subterráneo del mundo) y sus Templos Megalíticos.
Uno de sus símbolos universales es la Cruz de Malta, que con sus ocho puntas representa las ocho nacionalidades diferentes de orígen de la Orden de los Caballeros de Malta y sus ocho principios a respetar: espiritualidad, simplicidad, humildad, compasión, justicia, misericordia, sinceridad y aguante.
Su capital, Valletta, recibe el nombre en honor de Jean Parísto de Vallette, el Gran Maestro de la Orden de los Caballeros de San Juan, que se encargó de dirigir la reconstrucción tras la expulsión de los turcos en 1565.
Si de una cosa puede presumir Malta es del gran número de iglesias construidas, principalmente en los siglos XVII y XVII. Son más de 300 aunque de principal relevancia la de San Juan en Valetta. Su interior alberga una de las obras cumbres de Caravaggio, La decapitación de San Juan.
Una isla que es un auténtico plató de cine. Aquí se han rodado grandes películas épicas como Troya, Ágora o Gladiator. Amenábar escogió el Fuerte Ricasoli, en Kalkara, para representar la Alejandría de Ágora, escenario que también sirvió de plató para el Coliseo Romano de Gladiator. Otro de los emplazamientos destacados para el rodaje de esta última es el Grand Harbour de Velletta, el puerto natural más grande del Mediterráneo.
Junto a Spinola Bay en St Julians y el puerto de Marsaxlokk son los mejores lugares para disfrutar de una de una de las estampas más características de Malta: el puerto con sus coloridos barcos típicos, los luzzu y djhajsa, que inundan sus orillas. Se pintan de vivos colores y observarás que a sus lados llevan los adornos del Ojo de Osiris, un amuleto para atraer la buena suerte.
De las calles rectilíneas de su casco antiguo destaca Republic Street, la calle comercial y vía principal de la ciudad, llamada así para conmemorar la independencia de Malta de Gran Bretaña en 1964. Exactamente fue el 21 de septiembre, día que se celebra con grandes festejos.
La calle reúne grandes palacios como el del Gran Maestre, la Casa Rocca Piccola o el Museo de Arqueología. Sus antiguos edificios color ocre destacan también por la noche, cuando se iluminan para sacar a relucir toda su belleza.
Disfruta también de sus mercados al aire libre, como el que montan todos los días en la calle Merchants Street. Y, el domingo, el gran mercado a las puertas de la ciudad de Saint James' Ditch. En el pueblo pesquero Marsaxlokk tienes uno de los más tradicionales, en el que descubrir el auténtico sabor de Malta. Son los mejores lugares para hacernos una idea del estilo de vida maltés.
Algunas de las excursiones que puedes hacer en Malta
Adéntrate en la cueva subterránea de Ghar Dalam
La cueva subterránea de Ghar Dalam (la Cueva Oscura) fue el hogar, hace 6.000 años de los habitates neolíticos. Ahora es posible observar los restos osarios de algunos animales prehistóricos, como hipopótamos, ciervos o elefantes que demuestran que la isla formó en algún momento parte del continente.
Los Acantilados de Dingli
Son unos impresionantes acantilados que se encuentran en la costa occidental de la isla. Ideales para los amantes del montañismo y el rappel, especialmente en Ghar Lapsi, bajo los acantilados Dingli.
Mdina
A unos 10 kilómetros de Veletta se encuentra la llamada "Ciudad del silencio", con una ciudadela medieval de calles estrechas que dibujan un auténtico laberinto. En su día fue la capital del país y sigue conservando un gran número de espectaculares iglesias y palacios en los que leer la historia de la isla.
En busca de la tranquilidad: Gozo y Camino
Las otras dos islas del archipiélago maltés son el destino idóneo para disfrutar de jornadas apacibles en un entorno natural. Islas de colinas y valles en los que recorrer sus senderos rurales y calas que se adentran en el mar. Sus aguas transparentes son ideales para realizar deportes acuáticos como windsurf y buceo. En Comino, una pequeña isla que realmente hace honor a su nombre, descubrirás exóticas playas, entre ellas la famosa Laguna Azul.
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+ infoLa Catania atípica
¿Cómo definir Catania? La ciudad de las mil caras, de los mil sabores, de los mil tesoros. Ciudad marítima y volcánica, puerto del mar Jónico y capital de Etna. Ciudad de comerciantes, campesinos y pescadores que siempre han vivido en simbiosis con el agua, el fuego, el mar y las montañas. La ciudad de los mil corazones de una cultura multiétnica y multireligiosa. La cuna de Bellini y del barroco siciliano. Del mar a las montañas, Catania equivale a campos interminables de naranjos y viñedos costeros al pie del monte Etna; negros alcantilados de roca volcánica y largas extensiones de arena blanca; ruinas romanas e iglesias barrocas; el festival de Santa Ágata y los mercados centrales.
Probablemente ya conoces el barroco, las iglesias, los palacios, las calles, los balcones y las tradiciones que animan su casco antiguo. En lugar de esto, ¿por qué no optar por una de las muchas experiencias alternativas que ofrece Catania a través del portal sicilying.com? Aquí tienes nuestras tres sugerencias.
La primera: pasear por el centro de la ciudad, con la nariz afilada, explorando los aromas que la invaden. La gastronomía y las tradiciones culinarias que aquí se encuentran son un tesoro oculto de sus múltiples influencias culturales: griegos, fenicios, romanos, normandos y árabes dejaron aquí su huella. Cocina campestre y gastronomía aristócrata, ingredientes ricos y pobres confluyen creando sabores intensos y auténticos. Los restaurantes sofisticados se complementan con auténticas tavernas tradicionales y la más extraordinaria comida callejera anima las callejuelas.
Catania es la cuna de la comida “callejera”. En el caso de que quieras encomendar tu visita a los mejores operadores turísticos, puedes combinar un tour por Catania con el descubrimiento de su mejor gastronomía y los vinos que tiene en su haber. Puedes contemplar el barroco siciliano en la Piazza Duomo o la Via Crociferi, atravesar el famoso mercado de pescado (la pescheria) y probar el sangeli (sangre de cerdo) ozuzzu (carne en gelatina). En la Piazza Stesicoro, que alberga el anfiteatro romano, puedes acercarte a un bar tradicional para probar la comida callejera por excelencia: el arancino,la cartocciata y la cipollina,además de todas las variedades dulces y saladas de sucomida para llevar. O dejarte guiar por los chefs locales a través de los mercados tradicionales del casco antiguo, para que luego puedas preparar tú mismo los platos sicilianos.
La segunda: sumergirte en el verde campo de Catania, en busca de las raíces de los vinos sicilianos más famosos. Los orígenes de muchas bodegas de Catania se remontan al siglo dieciocho. Sus viñedos están situados en rocas de lava a 700 metros sobre el nivel del mar y se cultivan siguiendo métodos que han pasado de generación en generación. El microclima típico y las favorables características del suelo volcánico permiten cultivar uva de gran calidad.
Más allá de los viñedos encontrarás los antiguos bagli (construcciones aisladas en la campiña siciliana) y monasterios del siglo catorce convertidos en casas rurales. Una cata de vino en una bodega del monte Etna es una experiencia inolvidable, que brinda la oportunidad de saborear «sobre el terreno» algunas de las referencias más famosas de esta región: Nero d’Avola, Inzolia, Cerasuolo di Vittoria, Etna DOC, tinto y blanco, acompañadas por la degustación de gastronomía típica.
La tercera: después de comer y de probar algunos vinos, es hora de salir de la ciudad y subir en mountain bike el Etna, también conocido como la muntagna.Con 3.300 metros de altura, es el volcán en activo más alto de Europa.
El monte Etna, con su paisaje lunar a gran altitud, los bosques que se extienden a lo largo de la costa, los senderos y paisajes únicos, los productos típicos y los pueblos con sus centros históricos, es un destino fascinante para los viajeros y los amantes de la naturaleza, los vinos y la gastronomía y para los aficionados a los deportes al aire libre, practicados en un entorno singular.
Los ríos de lava han esculpido esta tierra haciéndola extremadamente variada. Las rocas, la frondosa vegetación y los paisajes, que están en continuo estado de cambio conforme los substratos se deslizan con el tiempo, así como las temperaturas, la precipitación y la exposición a los elementos también varían a estas altitudes.
Puedes optar por hacer una ruta por el monte Etna en bicicleta a lo largo de sus increíbles senderos (la Pista Altomontana), de la mano de un guía experto, o hacer una ruta en bicicleta de la montaña al mar, descendiendo del volcán al mar. Ambas opciones son una experiencia increíble que recordarás durante años.
¿O quizás te va más conocer Sicilia desde una perspectiva única, singular y completamente diferente? En ese caso, apúntate a un tour en globo aerostático. El viaje te permitirá vivir una experiencia extraordinaria, con vistas inolvidables de toda Sicilia. Al aterrizar, te estará esperando una copa de buen vino del monte Etna, acompañada de algunos productos típicos de la zona y se te entregará un «certificado del bautizo de vuelo», firmado por el piloto.
Venga, no te conformes con una estancia habitual, ¡Catania hay que vivirla al máximo!
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Menorca Km 0 Un paseo por los sabores de la isla balear
Podría pasar horas contando todos los atractivos de esta maravillosa isla balear, pero estas letras van a ir dedicadas a su cara más gastronómica, su rica despensa y sus restaurantes. Y es que uno de los deberes que todo viajero debería hacer es investigar sobre los sabores que va a encontrar en su destino. Vivir el turismo desde el paladar es una manera más de entender su cultura.
De esta manera, Menorca no podría entenderse sin sus quesos (D.O. Queso de Mahón-Menorca) elaborados de forma artesanal en paños, pintados de aceite y pimentón; pásate por queserías como S’Arangi (Es Mercadal) o Son Mercer de Baix (Ferreries). Y tampoco sin sus embutidos: carn i xulla (crudo y curado a base de carne magra de cerdo y tocino), sobrasada, botifarró (la carne y su sangre) o camot/cuixot/camaiot (parecido al botifarró pero embutido en piel). Y qué decir de su Gin Xoringuer, destilado popular con el que se elabora la pomada o gin amb llimonada. O de sus vinos, que después de una presencia casi testimonial, están viviendo un momento de dulce recuperación, ya bajo el sello ‘Vi de la terra Illa de Menorca’. En las tiendas El Paladar encontrarás muy buenas referencias para comprar de cualquier producto local.
Y no dejes de pedir alguno de los vinos de Hort de Sant Patrici, Sa Forana, Binifadet… cuando te sientes en cualquiera de las siguientes mesas. Nada que ver una con otra -desde cocina creativa a abarrotados menús- pero todas ellas con algo en común, el interés por ofrecer producto local y recetas que son tan de ayer como de hoy:
Binifadet. Entre viñedos
Hacer una visita guiada, comprar vinos y disfrutar de un almuerzo es un plan redondo para una mañana en Sant Lluis, al ladito de Mahón. Quesos de la zona, tostada de sobrasada con mermelada de vino, carré (costillar) de cordero y un fresquito Merluzo blanco.
Biniarroca. Entre jardines
Un encantador hotel rural en Sant Lluís cuyo restaurante sigue siendo uno de los más recomendados de la isla. Su porche y sus jardines son de día un lugar donde se para el tiempo al calor del café. De noche, un escenario de cocina de producto menorquín con buenas maneras. Acertada opción de alojamiento. Te sentirás como en casa.
Terra Bistró. En el puerto
Acaban de cumplir su primer año apostando por productos y recetas locales, bien presentadas, en un local muy mono y de precios ajustados. Hojaldre de botifarró con cebolla confitada y mermelada de tomate o arroz negro de calamar y mejillones. Hazte con una mesa en su terraza y no dejes de probar sus postres caseros.
Rías Baixas y Loar. Un alto en el camino
Vamos hacia Ciutadella y paramos en Ferreries. Nos hablan de un restaurante que combina el mejor marisco gallego con cocina menorquina: Rías Baixas. Un festín improvisado a base de frito marinero (mar y verduras), mejillones y berenjenas rellenas de gambas. Caldereta de langosta y riquísimos postres. Interesante también el menú diario del restaurante Cala Galdana del Hotel Loar, que llena las mesas de locales cada mediodía con propuestas tradicionales de la isla, también a la carta. Confortable alojamiento si pasamos noche en el interior de la isla.
Mon. Apuesta personal de Felip Llufriú y Guillem Pons
Llegamos a Ciutadella y alucinamos con la propuesta del primero en cocina y el segundo en sala, de este proyecto ya propio que habitó un tiempo en Can Faustino. Local sin distracciones con vistas a la cocina donde disfrutar de platos como pescado de roca escabechado sobre una coca fina y berenjena escalibada, cigalita en tres servicios (tartar con las pinzas, ceviche de la cola y caldo de las cabezas) o cochinillo de la isla con naranja amarga y sobrasada picante. Creatividad y producto. Imprescindible. (Passeig de San Nicolau, 4 - Tel. 971381718)
Ses Voltes. Azotea ‘casual’ en plena Ciudadella
Para quien busque una alternativa de buen precio y cocina para todos los gustos. Amplísima carta aquí, con ensaladas, pastas, arroces, carnes o pescados y un interesante apartado de pizzas. Pero también, con raciones de la tierra como huevos rotos con sobrasada o milhojas de cuixot.
Torralbenc. Alta cocina con sello de Paco Morales
Un entorno privilegiado, una paz gratificante, una cocina estupenda. En Torralbenc es posible volar a golpe de royal templada de queso curado de Mahón, un misterioso y sabroso perfecto-imperfecto, steak tartar o un postre de nombre naranja que hace llorar. Grandes vinos y gran servicio.
Más sugerencias donde dormir (y seguir comiendo):
Los hoteles Artiem (Audax, Carlos III y Capri) con su proyecto por la sostenibilidad Aportam! una firme apuesta por ofrecer entre sus opciones gastronómicas productos de la zona. Tener ensaimadas y bizcochos locales en el desayuno y embutidos artesanos en las cenas no tiene precio.
Para algo más rural, Sant Ignasi, a dos pasos de Cuitadella. También con una interesante propuesta de restaurante y una impresionante terraza donde se puede disfrutar de un relajado desayuno con gran variedad de mermeladas caseras.
Y cerramos la ruta y el día con una copa a ritmo de DJ en la espectacular azotea del Barceló Hamilton en Es Castell. Un hotel para los que busquen opción “adults only” con vistas al Mediterráneo.
Seguro que se ha esfumado cualquier resquicio de duda que pudieras tener. ¡vamos! Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Silvia Artaza de Gastronomistas.com
Imágenes de Silvia Artaza y establecimientos
+ infoDescubre el gran diseño checo
Praga ha contado con cierto protagonismo en algunos periodos del siglo pasado como uno de los focos productores de diseño más importantes de Europa. Durante la época del modernismo se situó en el pelotón de cabeza junto a Viena, Bruselas y Barcelona. Últimamente su escena de diseñadores está volviendo a dar que hablar a nivel internacional. Nos acercamos para ver qué ha acontecido últimamente en el diseño de allí.
Al llegar a la capital de la República Checa, pensamos que lo mejor para ponernos en situación de lo que había supuesto el diseño checo en los últimos años, era hacer una visita al Museo de Artes Decorativas, un destino popular para cualquier persona aficionada a las artes y al diseño aplicado, pero nos encontramos con que estaba en obras, y su próxima apertura no está prevista hasta el año 2017. Pero en vez de desanimarnos, este hecho nos ofreció un desafío mucho más atractivo, ya que decidimos explorar lugares menos conocidos asociado con el pasado y el presente del diseño checo. Justo al otro lado de la calle del museo se encuentra la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño, cuyos estudiantes influirán en el futuro desarrollo del diseño, la arquitectura, la moda, la joyería, las artes gráficas, y las bellas artes. En su galería encontrarás exposiciones en las que la academia no sólo presenta el trabajo de sus estudiantes y graduados, sino que también contextualiza la obra, buscando referencias en el pasado y el presente.
Del cubismo a la influencia de la escuela de Bruselas
Todavía hoy quedan muchos rincones de este periodo que se pueden visitar. La República Checa (Checoslovaquia en aquel momento) era un centro de diseño multi-cultural durante las dos guerras mundiales. Incluso antes de la I Guerra Mundial, el movimiento cubista checo jugó un papel de gran importancia, y creadores como Josef Gočár, Pavel Janák y Vlastislav Hofman diseñaron obras únicas en arquitectura, diseño de muebles y cerámica. Los muebles que Jindřich Halabala comenzó a diseñar para la Fábrica de Artes y Oficios de entreguerras influyó en varias generaciones. Sin duda, su influencia todavía está presente en los muebles heredados de muchas casas de Praga. Si quieres ampliar información acerca de las personalidades clave del campo del diseño durante el período de entreguerras existe una publicación titulada Czech 100 Iconos del Diseño. Pero aconsejamos echar un vistazo a las tiendas Modernista y Kubista, en las que encontrarás una inmensa gama de réplicas de la época.
Pero el diseño checo gozó de otro gran período durante los años 1950 y 1960. Fue cuando consiguió un cierto protagonismo internacional, sobretodo en la Feria Mundial de la Bruselas de 1958, y, unos años más tarde, se consolidó todo un movimiento que quedó recogido en la película Nueva Ola Checoslovaca. Sin embargo, la siguiente reactivación no se materializó hasta después del regreso de la democracia en 1989.
Nuevo periodo de esplendor: Estudios y tiendas
Los acontecimientos que se desarrollaron tras la llegada de la democracia se sucedieron de forma acelerada. Así, en la década de los 90 se produjo todo un auge en el diseño en la República Checa. Surgieron multitud de tiendas, diseñadores y estudios de arquitectura y diseño, como, Olgoj Chorchoj, Estudio Najbrt y Maxim Velčovský,los cuales siguen desempeñando un papel clave. Al mismo tiempo, el mundo del diseño no deja de nutrirse de jóvenes valores a través de la Academia de Arte, Arquitectura y Diseño, la cual organiza cada año los Grandes Premios de Diseño.
Por el contrario, los diseñadores de moda han tardado en coger la ola. Si en los 90 y principios del actual siglo permanecieron prácticamente desaparecidos, actualmente ya se puede hablar de algunas tiendas con un cierto atractivo. Se trata de Timoure et Grupo, Sister Conspiracy, Hana Havelková, Klára Nademlýnská, Denisa Nová y Libena Rochová, por nombrar sólo algunas.
Mercados de diseño
En octubre de este año tendrá lugar la decimoséptima edición de la gran muestra internacional Designblok. El tema de este año es "La libertad". Se trata de un evento destinado tanto al público profesional como al general, y que está dedicado al diseño desde una perspectiva amplia, que va de la moda al mobiliario, pasando por la joyería, los accesorios del hogar, el diseño de producto, la iluminación, etc. Además allí podrás encontrar instalaciones a medio camino entre el diseño y las artes plásticas.
Si Designblok busca locales de prestigio para sus presentaciones, el mercado Dyzajn, se basa en la venta de creaciones originales. En este caso se apuesta por un formato al aire libre. Si quieres verlo tendrás que esperar al próximo año, ya que se celebra en los dos primeros días del mes de agosto. La ubicación de este año fue Střelecký Ostrov. Y por último, el próximo DesignSUPERMARKET está previsto que tenga lugar el próximo mes de diciembre en la Casa de Kafka. Los tres eventos ofrecen la oportunidad, no sólo ver las exposiciones, sino también de hacer compras de diseño.
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Textos de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Wendy, Kubista, Academia de las Artes, Arquitectura y Diseño de Praga, Museo de Artes Decorativas de Praga
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