El cementerio monumental de Staglieno
La magnífica ciudad portuaria de Génova, situada en el norte de Italia, es el lugar perfecto para hacer una escapa de un par de días, donde descubrir las joyas que ha ido acumulando con el tiempo, fruto de las múltiples historias acontecidas en ella.
Sin duda alguna, su puerto antiguo es su principal punto de atracción, que a raíz de la celebración del 500 aniversario del descubrimiento de América – uno de sus ciudadanos más célebres es Cristóbal Colón- se aprovechó para ponerlo a punto y darle una renovación que venía necesitando desde hacía años. Fruto de ésta son la presencia del Bigo, un estructura de aspecto futurista, obra de Renzo Piano, desde la que se pueden obtener vistas de la ciudad, el Acuario, la Biosfera, o el Galata Museo del Mar, que es uno de los mayores espacios dedicados al mar en Europa.
Pero además de su puerto, en la capital de Liguria hay muchas más cosas para disfrutar, como pasear por su centro histórico y perderse por sus caruggi, que es como aquí denominan a los estrechos y sombríos callejones que lo recorren. También se pueden visitar los Rolli de Génova, que son una serie de palacios renacentistas y barrocos de los siglos XVI y XVII, de los que cuarenta dos de ellos se encuentran incluidos dentro de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y tampoco deben de faltar la Catedral de San Lorenzo, o la espectacular plaza de Ferrari. Y para aquellos que quieran profundizar en la historia de Italia, nada mejor que ir al Museo del Risorgimento, ubicado en la que fuera la residencia de Giuseppe Mazzini, figura fundamental en la unificación del país.
El cementerio Monumental de Staglieno
Además de todos estos monumentos y espacios, que bien seguro que encontraréis en cualquier ruta turística por la ciudad que se precie, Génova cuenta con una curiosidad digna de ser visitada, y es el caso del cementerio Monumental de Staglieno. Situado en las afueras de las ciudad, en una colina al lado del valle Bisagno, en el distrito de Staglieno, es uno de los cementerios más grandes de Europa, que destaca por los interesantes conjuntos escultóricos y arquitectónicos de las tumbas y panteones que hay en él.
A raíz del edicto napoleónico de Saint-Cloud, que data de 1804, y en el que se prohibían los enterramientos en las iglesias o en el área interior a las murallas, se empezó la construcción de los cementerios en las afueras de las ciudades. Este es el caso de Génova, que en 1835 le encargó a Carlo Barabino el diseño del suyo. Los trabajos de construcción empezaron en 1844, siendo inaugurado en 1851, aunque las obras se prolongaron hasta 1880. Con el tiempo fue creciendo en el espacio, incorporando además áreas dedicadas a otras religiones, como las judía, la ortodoxa, la inglesa (donde se encuentra ubicada la tumba de Constanza Lloyd, la esposa de Oscar Wilde) o la protestante.
Sus orígenes coincidieron en el tiempo con un momento de especial florecimiento entre la burguesía de la ciudad, que no dudó en dejar la huella de sus méritos de cara a la eternidad contratando a artistas para que les hiciesen los más bellos mausoleos. Entre estos artistas se encuentran escultores como Leonardo Bistolfi, Augusto Rivalta, Giulio Monteverde, y Edoardo Alfieri.
Un paseo por este espacio es un recorrido por los diferentes estilos que se han sucedido entre los siglos XIX y XX, con obras del Neoclasicismo, el Realismo, el Simbolismo , el Liberty y el Art Deco. Si a esto le añadimos la presencia de la naturaleza que se entremezcla entre los diferentes elementos arquitectónicos, la experiencia puede resultar absolutamente perturbadora e inspiradora.
Son muchos los que se han dejado seducir por este monumental cementerio. Friedrich Nietzsche y Paul Rée solían discutir sobre filosofía mientras paseaban por él; Hemingway dijo que “era una de las maravillas del mundo”; y Peter Saville no dudó en usar fotos realizadas por Bernard Pierre Wolff de algunas de las esculturas de este cementerio para ilustrar las portadas Love Will Tear Us Apart y Closer de la banda musical inglesa Joy Division.
Reserva tu Vueling a esta fantástica ciudad del Mediterráneo y aventúrate a descubrir su puerto viejo, a recorrer sus caruggi, a disfrutar de sus palacios, y a hacer una visita a tan especial cementerio.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de jeff kerwin, Enrico Sirola, Superchilum
+ infoSiete cosas a hacer en una escapada a Cádiz
Nacida de uno de los asentamientos fenicios más antiguos de occidente, la Tacita de Plata, que es como es conocida popularmente Cádiz, es el lugar perfecto para una breve escapada en la que darse buenos paseos, ver algún que otro monumento, broncearse en sus playas y deleitarse con sus magníficas tapas a base de pescaíto. A continuación te indicamos los siete imprescindibles en una visita rápida a esta bella, luminosa y simpática ciudad.
1. Perderse por las calles del centro histórico
Uno de los principales atractivos de Cádiz es su centro histórico, por el que bien merece la pena pasear, donde no dejarán de captar tu atención sus grandes casas que ocultan bellos patios interiores. El terremoto de Lisboa de 1755 destruyó parte de la ciudad, motivo por el cual buen número de los edificios que encontrarás por el camino datan del siglo XVIII. No olvides acercarte hasta la Torre Tavira, una torre vigía situada en la Casa-palacio de los marqueses de Recaño, cuyo principal reclamo es su famosa Cámara Oscura.
2. Recorrer el barrio del Pópulo en busca de su pasado
Situado entre el Ayuntamiento y la Catedral, el barrio del Pópulo constituye el área más antigua de la ciudad. Aquí se encuentra una de las pocas huellas de su pasado romano, el teatro romano. Descubierto en 1981 accidentalmente a raíz de un incendio en unos almacenes, nos permite recordar que en su momento Cádiz fue una de las ciudades más importantes del Imperio Romano. Destacan la Catedral Nueva, de estilo barroco y neoclásico, la Catedral Vieja, también conocida como la iglesia de Santa Cruz, el Ayuntamiento, y sus antiguas puertas de acceso, como el Arco de los Blancos y el Arco de la Rosa.
3. Rememorar a la Pepa
Cádiz puede jactarse de haber sido el escenario de la promulgación de la primera Constitución española, hecho que sucedió el 19 de marzo de 1812. En conmemoración de su primer centenario se construyó el monumento que se encuentra en la plaza de España.
4. Dar una vuelta por el parque del Genovés
Este jardín público, ubicado en el centro histórico, tocando con el mar, es el másimportante de la ciudad. En él encontrarás más de 100 especies de árboles y arbustos diferentes.
5. Recordar la figura de Manuel de Falla
Del compositor Manuel de Falla, nacido en Cádiz, se pueden visitar su casa natal, junto al Museo de Cádiz, su tumba, situada en la Catedral Nueva, y el Gran Teatro de Falla. Este último, del que destaca su fachada neomudéjar, es el escenario principal de los carnavales de Cádiz, donde concursan las diferentes agrupaciones.
6. Disfrutar de la playa
En una ciudad que vive de cara al mar como lo hace Cádiz, no hay que privarse de asomarse a éste y de dejarse deslumbrar por las vistas. No dudes en acercarte a la playa de la Caleta, la más cercana al centro histórico y la más apreciada por los gaditanos, de la que destaca la presencia del Balneario de la Palma y del Real. Otra de las playas con las que cuenta y que no te debes perder es la de la Victoria, considerada la mejor playa urbana de Europa, y a la de Santa María del Mar o de las Mujeres, desde la que se aprecian unas preciosas vistas de la ciudad.
7. Probar la tortilla de camarones
La gastronomía es otro de los atractivos de Cádiz.Como buena ciudad marinera, el pescado es uno de los principales protagonistas de su cocina, donde destacan platos como el pescadito frito, todo un clásico que roza la excelencia, la tortilla de camarones, un must en toda regla, las gambas, los chocos y el atún aliñado. Para aliviar el calor no dudéis en tomar un buen plato de gazpacho o de salmorejo.
Coge tu Vueling a Jerez de la Frontera, que es el aeropuerto más cercano a Cádiz -está a 35 km-, y déjate seducir por la magia y el buen rollo de esta ciudad.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Andrew Wilkinson, michimaya, Emilio J. Rodríguez-Posada, Hernán Piñera, Alfonso Jimenez
+ infoTop 5 gastronómico o por qué Lanzarote es un destino «indie»
"¿La Luna? ¿Marte? ¿Islandia? No, es Lanzarote". A menudo te sorprendes haciendo esta reflexión mientras recorres esta isla fascinante por carreteras que cruzan parajes deshabitados, sin encontrarte un alma en kilómetros a la redonda. A su vez te preguntas cómo debe de ser la vida en este lugar apacible e inquietantemente bello, rodeado por todas partes de fieras olas atlánticas que hacen las delicias de surferos de todo el mundo.
Parajes que a ratos son lunares, otros desérticos, otros repletos de vegetación; donde las palmeras conviven con campos de lava, playas salvajes, pequeños pueblos de pescadores y también, claro, con las correspondientes grandes urbanizaciones playeras destinadas al turismo de masas.
Y mientras contemplas los dibujos imposibles que los siglos de lavas intermitentes han forjado en las rocas y escuchas el rumor de las olas ante unas papas con mojo, lamentas que las incomprensibles dinámicas del turismo hayan decidido que Lanzarote sea casi exclusivamente patrimonio del turismo familiar y de viajes de novios. Y es entonces cuando deseas que Lanzarote saque su vena indie sin renunciar a la convencional, y que los “peninsulares” -así es como nos llaman los autóctonos con esa condenada gracia suya- viajemos como mínimo una vez al año a una isla repleta de encantos que sí, también tienen una vena menos previsible. Y estetoplo demuestra.
1- El Chupadero. Su dueña, Barbara, es una ex modelo, ex artista y ex residente en Nueva York alemana. Un día, allá por los 80, descubrió un hermoso edificio en ruinas en medio de la isla, cayó rendida a sus encantos, y decidió reformarlo con sus propias manos e instalarse para siempre junto a sus dos hijos pequeños. Así nació este restaurante, hipster hasta la médula sin pretenderlo, donde cada rincón es un ejemplo de buen gusto y la carta un dechado de cocina autóctona elaborada con un excelente producto.
2- Bar Stop. En el otro extremo nos encontramos con este mítico establecimiento situado en Yaiza, que data de 1890, de aires de andar por casa y unos precios más que ajustados, que parece no haber cambiado ni un ápice desde entonces. Bar Stop es ese lugar en el que degustar a cualquier hora del día una cocina casera, deliciosamente batallera, y donde escuchar las conversaciones de sus lugareños, que también parecen recién salidos de 1980, rebosantes de simpatía y de hospitalidad.
Plaza Ntra. Sra. de los Remedios (Yaiza).
3- La Lupe. Ir a Lanzarote y acabar comiendo en un mexicano, teniendo en cuenta la cantidad de papas arrugadas que nos están llamando la atención a gritos, puede parecer una insensatez. Pero cuando uno prueba las delicatessen de La Lupe y siente que es trasladado al corazón del DF, se da cuenta de que se halla ante una cocina mexicana de excepción. Tacos, enchiladas, moles y demás delicias muy pero que muy bien elaboradas, en un restaurante mexicano muy recomendable. Ideal para cenar a golpe de tequila antes de quemar la noche en el Noise.
4- NoiseClub Lanzarote. Es la sala llamémosla underground de Lanzarote, en la que sus propietarios luchan día a día por crear un ambiente indie en pleno corazón de la capital, Arrecife. Noise es una sala pequeña y acogedora que presenta viernes y sábados a partir de las 23.30h actuaciones musicales en directo –en muchas ocasiones de artistas llegados de la Península, lo que evidencia la voluntad aperturista de los artífices del Noise y su deseo por sacar de paseo a ese Lanzarote menos convencional– y sesiones siempre heterogéneas que pueden ir desde el funk al techno.
5- Lagomar. Uno de los grandes del mundo que cayó rendido ante los encantos de Lanzarote fue Omar Sharif, que se construyó una imponente casa junto al mar, algo así como una gran fortaleza, hermosa a rabiar, ahora restaurante y bar de copas. En el laberíntico espacio de Lagomar cada rincón es una fiesta, desde su elegante comedor hasta su pequeña barra rodeada de sillones, sus bellos jardines y la piscina que corona el patio. Es el lugar ideal para tomar una copa bien facturada y disfrutar, cualquier noche de la semana, de las agradables temperaturas de Lanzarote y de ese halo anacrónico, en el mejor de los sentidos, que aún conserva este mítico espacio.
¿Dónde dormir?
Sands Beach Lanzarote: Imponente resort de cuatro estrellas en Costa Teguise, a apenas 15 minutos de aeropuerto, un lugar que mortificará a aquellos cuyo sentido de la orientación acostumbra a jugarles malas pasadas. Seis piscinas enormes, una de ellas climatizadas, spa, sala de juegos, supermercado, actividades a casi todas las horas del día y unas habitaciones enormes con cocina forman este complejo con playa privada, donde nos van a tratar como reyes y cuyos precios no van a acabar con nosotros.
Texto y fotos de Laura Conde de Gastronomistas
+ info4 lugares curiosos que visitar cerca de Leeds
Una escapada a Leeds es la ocasión perfecta para hacer dos cosas totalmente opuestas. Por lado, no hay que perderse la oportunidad de marcarse una buena dosis deshopping, ya que en esta ciudad abundan los centros comerciales, las calles peatonales repletas de tiendas y los mercados. Un placer en el que pondremos a prueba el crédito de nuestra tarjeta. Por otro lado, podemos aprovechar para conocer alguna de las joyas que esconde la región de Yorkshire and the Humber, que es donde se encuentra ubicada esta cosmopolita localidad. A continuación te proponemos la visita a cuatro espacios situados a menos de dos horas de Leeds donde descubrirás lo polifacética y especial que puede llegar a ser esta hermosa área del norte de Inglaterra.
1. Saltaire, en busca del legado industrial de la región
Nuestra primera parada se encuentra en Shipley, que está situada en el distrito metropolitano de Bradford. Aquí está la antigua colonia industrial de Saltaire, una joya de época victoriana que en 2001 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estratégicamente situada junto al río Aire y el canal de Leeds y Liverpool, fue fundada en 1853 por Sir Titus Salt, un popular empresario de la industria de la lana de Yorkshire –la lana fue el principal motor de la región durante la revolución industrial-.
Esta colonia se concibió con la idea de albergar tanto la fábrica como las residencias de los trabajadores y de sus familias, y contaba con toda una serie de espacios donde se cubrían la diferentes necesidades de la comunidad: el hospital, la escuela, la biblioteca, zonas de recreo, la iglesia, etc. De este modo los trabajadores vivían cerca de su lugar de trabajo y a su vez estaban en mejores condiciones que en la cercana ciudad de Bradford.
En la actualidad es un espacio de ocio donde la mayor parte de los edificios han sido restaurados y transformados en tiendas, galerías de arte, restaurantes y cafés, pero que aún nos permite hacernos una idea del importante pasado industrial de la región.
2. Evocando los paisajes de Cumbres borrascosas en Haworth
La pintoresca aldea de Haworth, situada a unos 36 kilómetros al oeste de Leeds, debe ante todo su fama a las hermanas Brontë (Emily, Charlotte y Anne), que escribieron sus famosas novelas mientras residían en este lugar. La mayoría de los turistas que acuden a hasta aquí, lo hacen por una de sus principales obras literarias, Cumbres borrascosas, escrita por Emily,y por los lugares que aparecen plasmados en la novela. Además de dar un paseo por este pequeño remanso de paz alterado permanentemente por la curiosidad de los turistas en busca de retazos novelescos, te recomendamos hacer senderismo y empaparte de este peculiar paisaje que sirvió de inspiración para el que ya es un todo un clásico de la literatura inglesa.
3. Arte al aire libre
¿Te gusta el arte pero te agobian los espacios cerrados? Entonces el Yorkshire Sculpture Park es tu lugar. Situado a una media hora al sur de Leeds, en los terrenos de Bretton Hall, está este peculiar “museo” donde podrás disfrutar de su magnífica colección de escultura moderna y contemporánea en un entorno natural incomparable. A tener en cuenta: alberga el mayor número de obras en bronce expuestas al aire libre en Europa de Henry Moore, el artista local más internacional de la región.
4. Castle Howard, un escenario de película
Al norte de la histórica ciudad fortaleza de York, en la que no está de más aprovechar para hacer una parada, se encuentra esta magnífica country house -así es como se denominan a estos palacios campestres de la aristocracia británica-, construida entre 1699-1712 para el conde de Carlisle. Si su exterior, obra del arquitecto Sir John Vanbrugh, es un fantástico ejemplo de barroco inglés, su interior tampoco te dejará impasible, donde además podrás disfrutar de su increíble colección de cuadros, con obras de Canaletto, Leandro Bassano, Tiziano, Annibale Carracci, Marco Ricci, Joshua Reynolds y Gainsborough, entre otros.
La visita a esta preciosa mansión, que desde hace más de 300 años es el hogar de la familia Howard, y que está abierta al público, tiene un valor añadido, el de haber servido de plató cinematográfico y televisivo. En él se rodó Barry Lyndon de Stanley Kubrick, y Retorno a Brideshead, tanto la exitosa serie de 1981, como la película de 2008, en las que se adaptaba este clásico literario de Evelyn Waugh.
¡Anímate a conocer la región de Yorkshire and the Humber, reserva tu Vueling a Leeds aquí!
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Tim Green, John Robinson, Nick, Michael D Beckwith, vagueonthehow, Karen Bryan
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