Viaje a los naufragios de la Costa de la Muerte
La costa del Cantábrico fue una de las vías navales más importantes de la península y del resto de Europa. Aquí están localizados algunos restos de barcos de diferentes épocas y nacionalidades, que debido a temporales, fatalidades o episodios bélicos acabaron en el fondo del mar. Galeones, mercantes, acorazados, pesqueros, goletas, vapores, barcos de pasaje… la variedad de embarcaciones que descansan en estas aguas son numerosas, tantas como las circunstancias en las que sucedieron cada una de estas tragedias. La ruta que os proponemos se encuentra a poco más de una hora y media en coche del aeropuerto de A Coruña. El trayecto más corto es por AG-55 y AC-552.
A través de esta ruta uno podrá conocer una serie de barcos hundidos a lo largo de la historia, en aguas de la Costa da Morte, entre Fisterra – Finisterre - y Porto do Son. Sin duda es una manera fascinante de descubrir este patrimonio subacuático, posiblemente uno de los más ricos del mundo.
Las Rutas
Actualmente se pueden realizar dos rutas que recorren la costa por tierra tras la huella de los naufragios. Estas dos rutas son ideales para visitar en familia. La primera de ellas, ubicada en la zona norte, está dedicada a los galeones, como los de la Flota de Padilla, que en el siglo XVI naufragaron en aguas de Finisterre. La segunda, se centra en las historias de los buques de guerra que yacen en el fondo de la Costa da Morte. Ambos itinerarios están señalizados con señales que contienen códigos QR y emisores NFC que, usando un dispositivo móvil con conexión a internet, te mostrarán información detallada sobre cada naufragio y te ayudarán a conocer mejor el territorio.
Además, si te gusta practicar submarinismo es posible aventurarse en las profundidades de las aguas del Atlántico; de esta manera podrás conocer de primera mano los naufragios de barcos del siglo XVIII o incluso de algún que otro vapor de principios del XX. Para ello, no tienes más que acercarte a los centros de buceo Buceo Finisterre y Mergullo Compostela, los cuales se encargan de organizar las inmersiones recreativas guiadas por monitores. Sumergirse en este mar es una gozada. Además de descubrir la historia oculta de sus profundidades quedarás eclipsado por una biodiversidad sorprendente.
Pecios: los restos del naufragio
Desde la Capitana de la Saane, hundido en 1543, hasta la fragata Ariete, embarrancada en 1966, es posible visitar una docena de yacimientos, los cuales suponen un revulsivo en la concienciación del patrimonio que la costa gallega atesora después de siglos de estar en el centro de las grandes rutas de navegación.
Se llama pecio, a los restos de una nave hundida total o parcialmente. Aquí va una selección de las más destacadas que podremos ver:
1. Capitana de la Saane (hundida el 25 de julio de 1543). Buque de guerra francés, localizado en las inmediaciones del Monte Louro, Ría de Muros. Perteneció a la flota de Alabardes dirigida por el general De Saane. Era el barco donde residía el mando de la flota. Su carga estaba compuesta por pertrechos bélicos y, posiblemente el botín que la flota, conseguido en los puertos que había atacado (Laxe, Finisterre y Corcubión). El general francés Jean de Clamorgan, Señor de La Saane, negociaba con los vecinos de la villa de Muros un rescate de 12.000 ducados. Fue entonces cuando, en pleno Día del Apóstol Santiago, llegó a la ría la flota española que dirigía Álvaro de Bazán, el viejo. El marino español abordó con la proa de su barco la capitanía de los franceses y está se hundió con toda su tripulación y el botín, entre el que se dice, se encontraba un relicario de plata con el brazo de San Guillermo en su interior.
2. Santa María La Anunciada (hundida el 28 de octubre de 1596). Nao de propulsión a vela, localizado en Punta Restelos, Finisterre. Las causas de su hundimiento fue un temporal, el cual provocó la pérdida de 243 vidas. El barco pertenecía a la Armada del Océano, al mando de Martín de Padilla Manrique. La nave viajaba de Portugal a Ferrol y formaba parte de una flota, formada por 100 navíos más. Transportaba un ejército expedicionario, además de armamento y municiones.
3. Bayonnaise (hundido el 28 de noviembre de 1803). Corbeta de vela y casco de madera forrado de cobre, localizado en la playa de Langosteira, Finisterre. Fue construido en 1794 en Bayona, contaba con veinticuatro cañones de 8 libras a bordo, que se completaba con cuatro cañones de borda y dos carronadas de 32 libras. El navío cubría la ruta de La Habana a Ferrol cuando era perseguido por el buque inglés HMS Ardent, de 64 cañones. El Bayonnaise fue embarrancado por su propia tripulación que lo abandonó tras haberle pegado fuego. El buque estalló a media noche.
Estas rutas temáticas están organizadas por Galician Seas Finisterre Shipwrecks que es un proyecto orientado a poner en valor el patrimonio subacuático del noroeste español. Si quieres conocer esta parte de la historia marítima de una manera especial, ¿a qué espera para venir? Consulta nuestros vuelos a A Coruña aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Galician Seas Finisterre Shipwrecks, Amy Nelson, K. Kendall , Archeonauta SL
+ infoEastenders: Spitalfields, Sunday Up Market, Brick Lane
La zona más cool del momento, el nuevo rincón del glamour del East End, se encuentra comprendida entre los mercados de Spitalfields, Sunday Up Market y Brick Lane, con un montón de tiendas vintage, artesanía, joyería y puestecitos de comida de todo tipo por los que pasear sin ningún tipo de complejos.
Su nombre proviene del camino que iba a la fábrica de ladrillos y azulejos. La mitad sur alberga hoy en día parte de la comunidad blangladesí, con gran cantidad de turísticos restaurantes de curry, tiendas de alimentos y tejidos, por lo que la calle es conocida popularmente como Banglatown, mientras que su mitad norte está llena de tiendas únicas y originales.
No te pierdas los famosos bagels de Beigel Bake en el número 159 de Brick Lane, abierto durante las 24 horas del día.
El pub The Carpenter’s Arms, situado en Cheshire St, tiene una romántica historia. Los gemelos Reggie y Ronnie Kray, los gángsters más famosos del East End londinense, lo compraron en 1967 y se lo regalaron a su madre.
Su historia terminó cuando fueron condenados a cadena perpetua. El 11 de octubre del 2000 cuando se celebró el funeral de Reggie Kray a lo largo de Cheshire St.
Cuenta la leyenda que tal era su humor negro que hicieron la barra con tapas de ataúd.
A día de hoy, el Carpenter’s es un pub acogedor con más de cincuenta marcas de cerveza diferentes donde elegir y una clientela exquisita que mantiene viva la leyenda de los Kray.
Los actuales propietarios, Eric y Nigel, consiguieron salvar el pub de un intento a principios de siglo de ser convertido en viviendas. Se encontraron el pub totalmente destrozado a excepción de la famosa barra hecha de tapas de ataúd.
The Carpenters Bar
www.carpentersarmsfreehouse.com
73 Cheshire Street
Beyond Retro
Cheshire Street está salpicada por una gran variedad de tiendas vintage y de jóvenes diseñadores, pero en el número 110 encontrarás una de las más grandes, un enorme almacén de ropa de segunda mano por el que perderte y rebuscar entre una enorme cantidad de botas, camisetas, vestidos y gadgets de todo tipo.
Beyond Retro
110-112 Cheshire St.
www.beyondretro.com/
Vibe Bar
The Vibe Bar comparte la entrada con Old Truman Brewery, que en el pasado fue la mayor fábrica de cerveza de Londres. Desde la agradable terraza en el patio, accedes por unas escaleras a 4 grandes espacios en el que se realizan exposiciones, conciertos de reggae y música experimental y sesiones de dj’s. El interior del bar está decorado con enormes graffitis, amplios sofás y alguna antigua máquina recreativa. En septiembre alberga el Brick Lane Music Festival.
Vibe Bar
91-95 Brick Lane
www.vibe-bar.co.uk
Dray Walk
En este callejón llamado Dray Walk comparten vecindad el Cafe 1001 con su terraza de madera rústica y una de las tres tiendas Rough Trade que existen en Londres, en la que encontrarás la mejor selección de vinilos y cd’s además de una cafetería y unos sofás donde sentarse y conectarse a internet.
Al Volo
Enfrente de una de las entradas al Sunday Up Market, se encuentra Al Volo , donde podrás comer excelente comida italiana.
Al Volo
Hanbury Street
www.alvolo.co.uk
Sunday Up Market
Sunday Up Market es el mercado más cool del momento.
Entre semana no es más que un parking de coches pero los domingos se llena de gente, con sus más de 200 puestos repartidos en dos plantas de ropa, joyas, comida y música.
Sunday Up Market
www.sundayupmarket.co.uk
The Golden Heart
Situado estratégicamente en el cruce de Commmercial Street con Hanbury Street y justo enfrente del mercado de Spitalfields, The Golden Heart es el lugar idóneo para observar todo el movimiento de la zona y tomarse un momento de descanso.
Aunque también es cierto que los clientes de toda la vida se han ido desplazando y han sido sustituidos por los grupos de jóvenes modernos que visitan la zona.
The Golden Heart
84 Commercial Street
Spitalfield Market
Ubicado en un bonito edificio victoriano, Spitalfields Market comenzó su actividad en 1682 y está abierto todos los días de 11:00 a 15:00 y de 9:30 a 17:30 los domingos.
Era el lugar preferido por los amantes de la ropa vintage, un lugar donde encontrar moda urbana a buen precio, pero últimamente se ha convertido en un complejo turístico con tiendas y restaurantes. Los puestos de jóvenes diseñadores se han trasladado a la Old Truman Brewery en el Sunday Up Market.
De todos modos, aunque no se tenga la intención de comprar, su visita vale la pena.
Ten Bells
El Ten Bells es la historia viva del famoso Jack el Destripador. El pub se encuentra en la esquina de Commercial Stret con Fournier Street en Spitalfields. Aunque la fachada ha cambiado, el interior es prácticamente igual que cuando lo frecuentaba Jack el Destripador. Una de las paredes del pub conserva un hermoso mosaico “Spitalfields in the Olden Time” que bien merece una visita. También observaremos que, en el pub, hay una pared con la lista de sus victimas, así como recortes de prensa del célebre Destripador. .
Ten Bells
84 Commercial Street
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Tras los pasos de Jack el Destripador
Todos hemos oído hablar de Jack el Destripador, sin duda el primer asesino en serie mediático de la historia. Su oscuro legado ha supuesto una fuente inagotable de material narrativo a lo largo de más de un siglo después de perpetrarse los tristes hechos, que ha derivado en maravillas de la literatura como la novela gráficas como From Hell, de Alan Moore y Eddie Campbell, películas, libros, series de TV, e incluso alguna ópera. Puede que haya algo de morbo detrás del gran interés que despierta todo lo relacionado con esta historia, pero lo que sin duda aviva la llama, es el hecho de que nunca se encontrase al artífice de los crímenes, lo cual ha suscitado múltiples teorías al respecto.
Si bien, la identidad del asesino es difusa, lo que sí sabemos son los nombres de las víctimas y el lugar donde se hallaron sus cuerpos. Los tours temáticos se centran en Whitechapel, escenario de tales atrocidades; un barrio que a finales del s. XIX fue un auténtico hervidero de maleantes -y foco de un sinfín de enfermedades venéreas-. Actualmente goza de mejor salud –afortunadamente-, y es sin duda uno de los barrios con mayor apogeo arty de la capital inglesa, con la Whitechapel Art Gallery, como gran bastión. De hecho se convierte en uno de los must domingueros gracias a su mercadillo de segunda mano que conduce al Whitechapel Market, donde encontrarás buenos precios de lunes a sábados en más de 80 puestos, desde fruta a electrónica, pasando por alfombras y joyería. Abre de ocho a seis de la tarde.
La ruta sombría
Respecto a la pregunta ¿Quién era Jack el Destripador?, seguramente no obtendremos la respuesta tras el recorrido, pero sí que nos haremos una idea de cómo eran las cosas en 1888, año en el que se produjeron los hechos. Son varios los tours que tienen lugar en Whitechapel. A continuación os detallamos algunos de los espacios que visitarás si te atreves a revivir esta historia terrorífica.
Calle Osborn
Es el lugar en el que se encontró el primero de los dos casos de la investigación, el cual no figura entre los cinco canónicos - de todas las posibles víctimas relacionadas con “el destripador”, hay cinco que se consideran canónicas, ya que muestran unas características similares-. Se trata de Emma Elizabeth Smith, una prostituta que fue asaltada y violada en esta calle el 3 de abril de 1888. Apareció muerta y con las orejas cortadas. Actualmente la calle posee uno de los garitos más en boga de la ciudad: Apples and Pears, un local de diseño con ambientación japonesa que durante el día es coctelería y de noche es un club por el que han pasado celebridades de la talla de Kate Moss o David Beckham.
Old Brewery Truman
Aquí apareció la segunda víctima, Annie Chapman. Durante 15 años, Old Truman Brewery ha regenerando sus 10 acres de edificios vacíos y abandonados en espacios espectaculares de oficinas, retail, ocio, eventos, e incluso incubadoras de arte. Actualmente es una auténtica colmena de empresas creativas, así como de tiendas independientes, galerías, mercados, bares y restaurantes. Los fines de semana es el centro neurálgico de mercadillos y tapeo. Aquí se combinan a la perfección negocios y ocio.
Durward Street (antes Buck's Row)
Allí apareció Mary Ann Nichols de, 43 años, la primera canónica encontrada. Se observó que los cadáveres de esas mujeres presentaban cortes en la garganta, mutilaciones abdominales y del área genital, el rostro desfigurado o carecían de algún órgano. Éste era el modus operandi del macabro homicida.
Mitre Square
Apareció el cuerpo sin vida de Catherine Eddowes de 46 años. Fue el día 30 de septiembre de 1988. Tenía la garganta dañada, y un corte profundo y extenso en el abdomen. No tenía el riñón izquierdo. La policía encontró una parte del delantal ensangrentado de Eddowes en la entrada de una casa en la calle Goulston. Ese día también fue asesinada Elizabeth Strice de 44 años. en Dutfield's Yard —actual calle Henriques—. La víctima había fallecido de una incisión en el lado izquierdo del cuello que le dañó la artería principal. Después el supuesto asesino envió una carta a Agencia de Noticias Central atribuyéndose los crímenes.
Pub The Ten Bells
Seguramente Jack el Destripador y alguna de sus víctimas frecuentaban diversos pubs de la zona, como The Ten Bells (84 Commercial Street), que lleva en el mismo sitio y abierto desde 1752. Se encuentra a escasos metros de la estación de metro Liverpool Street.
Y también…
Otros sitios por los que pasarás son la Estación de Tower Hill, lugar elegido por Scotland Yard y la policía de la City para comenzar sus rondas en busca del asesino, y la Iglesia de Saint Botolph, frente a la cual desfilaban las prostitutas de la época. Más información sobre el tour.
Actualmente Whitechapel representa un panorama alternativo dentro del corazón de la ciudad. Es clásico y vanguardista al mismo tiempo, es el hogar de un gran número de concurridas mezquitas, y edificios históricos como el Royal London Hospital. Te proponemos que lo vengas a descubrir, aunque no te interese mucho Jack el Destripador. Será una buena oportunidad para explorar las calles del famoso East End londinense, un carismático barrio cargado de historias y anécdotas como la del famoso “hombre elefante”, la mundialmente famosa Brick Lane (calle con fuerte presencia asiática, llena de restaurantes, indios pakistanís, bengalís… Aquí hay buenos precios para comer. Por unos 6 pounds hay menús en los que se puede escoger entre dos o tres platos, y también incluye arroz y bebida) y los mercadillos de Spitalfields y Petticoat Lane.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
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Cinecittá un viaje de cine
¿Qué tienen tiene en común las películas Ben Hur, La Dolce Vita, Gangs of New York y Nine? Así a primera vista podríamos decir que absolutamente nada, pero si nos fijamos en sus títulos de crédito descubriremos que todas ellas fueron rodadas en Cinecittá. Estos estudios de grabación, situados en las afueras de Roma, y que para muchos de nosotros van inevitablemente asociados al nombre del gran Federico Fellini, han sido testigo privilegiado de algunos de los mejores momentos de la historia cine y han conocido a un elevado número de sus protagonistas.
Esta “Ciudad del cine” se construyó en 1937, tras la destrucción de los antiguos estudios en un incendio del que aún hoy en día se desconoce la causa. De la realización del proyecto se encargaron el ingeniero Carlo Roncoroni y el arquitecto Gino Peressutti. El objetivo, crear una auténtica ciudad dedicada al sétimo arte capaz de competir con el mismísimo Hollywood, y convertir la industria del cine italiano en un referente mundial. Debemos recordar que en esos momentos Italia estaba bajo el régimen fascista, con Mussolini al mando. Al igual que la Alemania nazi, veían en el cine una potente herramienta propaganda.
Afortunadamente para nosotros, no todo lo que se produjo fue propaganda del régimen, sino que también fue el espacio por el que pasaron los grandes nombres de la historia del cine italiano: Roberto Rossellini, Federico Fellini, Vittorio De Sica y Luchino Visconti.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial se produce un momento de parón en la producción e incluso un cambio de uso del espacio. Dos años antes de que finalizase el conflicto, Cinecittà fue ocupado por los nazis y transformado en un campo de concentración para civiles. Más tarde sería bombardeado por las fuerzas aliadas y convertido en refugio para las personas desplazadas por la guerra. Todo este trasiego supuso la pérdida de gran parte del material técnico y de la maquinaria con la que contaba.
Tras estos años de oscuridad vuelve de nuevo la luz para brillar en su máximo esplendor. Por un lado, aterrizarán las grandes producciones americanas, con títulos inolvidables como Ben Hur, Quo Vadis? y Cleopatra. Por otro lado, continuarán sus carreras los grandes nombres italianos. La presencia de los americanos introducirá un soplo de aire fresco y de modernidad en la ciudad eterna, que quedará perfectamente plasmado en La Dolce Vita de Fellini.
Pero toda época dorada tiene una fecha de caducidad. A partir de los años setenta empezó a disminuir el volumen de las grandes producciones, que irán cediendo terreno a la televisión. Hay que tener en cuenta que la moda de las superproducciones ha ido quedando atrás y que poco a poco el cine italiano ha pasado a estar en un segundo plano en el panorama mundial. A pesar de ello aún pueden jactarse de haber participado en títulos como El Padrino III de Francis Ford Coppola (1988), El Paciente Inglés de Anthony Minghella (1996), Gangs of New York de Martin Scorsese (2002), La Pasión de Cristo de Mel Gibson (2004) o la popular serie de televisión de HBO Roma (2005-2007).
Como anécdota curiosa, y quizás símbolo de nuestros tiempos, ahora se encuentra allí ubicada la casa-plató donde se desarrolla la versión italiana de uno de los concursos que ha marcado un de los mayores hitos de la televisión,Gran Hermano.
Cinecittá es en la actualidad un sitio de peregrinaje para cualquier cinéfilo que se precie de serlo, aunque en ello no haya más que un ejercicio de nostalgia por querer reencontrarse con una época en la que el cine era diferente. También puede ser una excusa para ir en familia y enseñarles a las nuevas generaciones un poco de historia del cine y pasearse por uno de sus protagonistas. Además de sus platós y algunos de los decorados más populares, también se pueden visitar las exposiciones que se programan en el Palacete de Fellini.
Quizás nos resulte extraño pasear por esos espacios casi fantasmales, con el punto decadente que da la pátina del tiempo, intentando rememorar aquella época en la que se paseaban por allí las grandes estrellas americanas. Lo que es seguro es que más de uno se emocionará al verse antes su icónico acceso.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Jean-Pierre Dalbéra, Carlo Mirante
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