El secreto mejor guardado de la Jet set
Vale que las playas de la costa Esmeralda son un refugio para todo aquel que desea playas paradisíacas y aguas cristalinas de color azul turquesa. Y sí, es probable que a uno se le olvide la posibilidad de visitar la ciudad de Olbia. Desde aquí vamos a reivindicar esta encantadora localidad del norte de Cerdeña, así como también la Costa Esmeralda y sus alrededores. Su visita durante los meses estivales es una apuesta segura, pero os proponemos ir fuera de temporada para que conozcáis su ADN genuino, más allá de la distorsión turística.
Olbia
Al otro lado de su cinturón industrial hay una atractiva localidad con un centro histórico lleno de tiendas, bares de vinos y plazas atestadas de cafeterías. Pero por encima de todo, Olbia contrasta, por su autenticidad, con las zonas más turísticas del norte y del sur de la isla.
Olbia se encuentra en la costa Esmeralda y, sin duda, evoca las imágenes sardas más clásicas: playas blancas, rocas esculpidas por el viento que se adentran en aguas de color azul, y mucho turismo de lujo, con yates anclados en las múltiples calas de toda su costa. En el interior, Gallura parece estar en las antípodas, con sus viñedos, sus bonitos pueblos, sus montañas y sus misteriosas nuragas - principal tipo de edificio megalítico que se puede encontrar en Cerdeña, remontándose a años anteriores al 1000 a. C. -. La costa norte de Gallura es ruda, con unas aguas que son todo un santuario exclusivo para delfines, submarinistas y windsurfistas que disfrutan del mar cristalino de la reserva marina de La Maddalena. El Parque Nacional de la Maddalena incluye un archipiélago formado por siete islas, conocidas como las “siete hermanas”: la Maddalena, que es la más importante, Caprera, Santo Stefano, Spargi, Budelli, Santa María y Razzoli. Todas las islas son de granito y se caracterizan por su proximidad mutua y por sus aguas poco profundas. Dichas características junto a las variaciones cromáticas del mar y a la maravillosa naturaleza crean un escenario incomparable que hay que descubrir. La ciudad conserva el aspecto del antiguo pueblo de pescadores, con el ayuntamiento, la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y restaurantes y tiendas que ofrecen todo tipo de productos.
Costa Esmeralda
La costa Esmeralda, que se extiende a lo largo de 55 km desde Porto Rotondo hasta el golfo de Arzachena, es el objetivo vacacional más exitoso de la isla, un ostentoso enclave de hoteles de alto standing, playas ocultas y puertos deportivos al alcance de muy pocos. Desde que el Aga Khan se hizo con la costa por cuatro chavos en los años 60, atrae a miembros de la jet set de todo el mundo, y a un enjambre de paparazzi, claro. Pero pese a tanta futilidad, es un lugar que roza la perfección, con montañas de granito que se bañan en aguas de color esmeralda a lo largo de una gama de calas, todas distintas, todas perfectas.
La capital es Porto Cervo, población muy curiosa que incluso puede parecer de cartón piedra, con una arquitectura con reminiscencias moriscas y calles limpísimas. Alegre, colorado y mundano, este sofisticado lugar es un verdadero paraíso. Entre junio y septiembre es el centro de la fiesta high class, con bellezas bronceadas que posan en Piazzetta y petro millonarios merodeando en las tiendas pertenecientes a grandes firmas. Pero el resto del año, la cosa está muy tranquila, y seguro que no te toparás con nadie más, aparte de un puñado de lugareños.
Es muy recomendable hacer una excursión hacia el oeste. Allí se encuentra la Baia Sardinia, que da a una extensión de arena preciosa, mientras que al sur, cerca del Hotel Cala di Volpe, están las espectaculares playas de Capriccioli y Spiaggia Liscia Ruia. Próxima al Hotel Romazzino, la Spiaggia del Principe es una medialuna de arena blanca bañada por aguas de color azul intenso. Pero sigamos con el sueño. Y es que no todas las buenas cartas de esta región se encuentran en la costa.
En el interior, no hay que perderse la aldea de San Pantaleo, la cual merece una visita –y dos-. Tierra adentro, la localidad de Arzachena ofrece algunos yacimientos arqueológicos interesantes como la Nuraghe di Albucciu, junto a la carretera principal a Olbia, y Coddu Ecchju, una de las más importantes tombe dei giganti - monumentos funerarios son de tumbas colectivas pertenecientes a la Edad Nurágica (segundo milenio antes de Cristo)- toda la isla.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Gabriel Garcia Marengo
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Escapada a Rabat
Rabat es un destino poco conocido y escasamente frecuentado por los turistas que viajan a Marruecos. Y es aquí donde radica una de las principales ventajas a la hora de visitar esta ciudad, la posibilidad de disfrutar de sus monumentos y de espacios llenos de magia, sin el agobio de otras ciudades como Marrakech, Casablanca o Fez.
Situada en la desembocadura del río Bu Regreg, a orillas de la costa atlántica, la capital de Marruecos es una curiosa combinación de lo antiguo con lo moderno. La antigua medina y las murallas contrastan con la parte nueva de la ciudad dedicada a los aspectos administrativos del país. No es excesivamente grande, por lo que se puede visitar en un par de días. A continuación hemos hecho una selección de esas cosas que no debes perderte si visitas Rabat.
La Torre Hassan, el esplendor truncado
La Torre de Hassan es uno de los principales monumentos de Rabat, fruto inacabado de la época de mayor esplendor de la ciudad. En el siglo XII el Sultán Yacub Al-Mansur decidió construir la mezquita más grande de Occidente, y para ello contó con el mismo arquitecto de la Koutoubia de Marrakech y a la Giralda de Sevilla. Desgraciadamente el sultán falleció antes de que finalizase el proyecto y quedó inconclusa. Lo más destacado de este espacio es el minarete/torre con su decoración geométrica, que estaba previsto que midiese 86 metros, pero del que sólo se llegaron a construir 44 metros. El resto del conjunto lo forman las columnas sobre las que se sustentaban las 21 naves de las que se componía.
Justo al lado de esta antigua mezquita se encuentra el mausoleo de Mohammed V, donde descansan los monarcas alauís Mohamed V y Hassan II.Construido entre 1961 y 1971, es un destacado ejemplo de arquitectura contemporánea marroquí. El proyecto fue encargado al arquitecto vietnamita Vo Toan, que supo captar la esencia de la tradición arquitectónica y decorativa del país.
En busca de los orígenes: la necrópolis de Chellah
La Chellah es un espacio fortificado, que se encuentra situado a unos 2 kilómetros de la ciudad, en cuyo interior se encuentran, entre otras cosas, los restos de la ciudad romana, que tras los fenicios y los cartagineses fueron los primeros en asentarse en la zona. En este núcleo originario de Rabat se conservan los restos del foro y del templo de Júpiter. También hay restos de la primera época islámica. En el siglo XV este espacio fue convertido por los árabes en necrópolis, de la que quedan restos de las tumbas y la mezquita.
Kasbah des Oudaias, el rincón mágico de Rabat
Sólo por la visita de este barrio amurallado compuesto de laberínticas calles repletas de casas pintadas en tonos azules y blancos merece la pena viajar a Rabat. La Kasbah fue construida en el siglor XVII por los Udayas sobre un risco situado en el margen sur de la desembocadura del río para defender la costa de una posible invasión de los españoles. De ahí su aspecto de fortaleza y que cuente con numerosos miradores y atalayas en los que asomarse, y que en la actualidad permiten al visitante disfrutar de las vistas. Además de perderos por sus calles disfrutando de cada uno de sus rincones, debéis aprovechar para visitar el Museo de los Udayas, situado en el Jardín Andaluz, que contiene una de las mejores colecciones de joyas de Marruecos.
La ciudad de los jardines
Rabat también es conocida como la “ciudad de los jardines”, de ahí que sea imprescindible darse un paseo y relajarse en alguno de ellos. Los más destacados son el Jardín Nouzzah Hassan, situado frente a las murallas y diseñado por el general francés Lyautey; el Jardín Botánico de Les Essais, donde abundan los árboles de frutas exóticas, ornamentales y del Mediterráneo; El Jardín Zoológico, para aquellos que quieran ver además de plantas, animales.
De compras por el zoco
La palabra zoco y tranquilidad para un turista en Marruecos puede sonar a ciencia ficción, pero ese es el caso del de Rabat. Sin apenas ser incordiado por los vendedores podrás recorrerlo en busca de comida, especias, artesanía, ropa, alfombras y un largo etcétera.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Jacopo Romei, SnippyHolloW, Fr Maxim Massalitin, Mustapha Ennaimi, Julia Chapple, Shawn Allen
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Los mercados de San Petersburgo y sus alrededores
Los mercados son los mejores lugares para tomar el pulso de una ciudad, sitios donde se vive el día a día de la gente y donde puedes mezclarte con la población local, especialmente en San Petersburgo, donde se fomenta el regateo e incluso te darán a probar sus productos pero sin ningún tipo de presión.
El Mercado Kuznechny
El más céntrico y representativo de los mercados de San Petersburgo, también el más caro, es el Mercado Kuznechny donde se venden flores, verduras quesos y miel natural.
Cerca del mercado encontrarás numerosas atracciones: el Museo Ártico y Antártico está ubicado en la antigua iglesia de San Nicolás e incluye exposiciones sobre las características de las regiones polares, sobre la historia de la conquista del Gran Norte y sobre la economía y la cultura de los pueblos nórdicos, el Salón de Exposiciones Florales, la Iglesia Vladimirskaya o la Casa de Cultura Lensoveta en Kamennoostrovsky avenue, 42.
También el Museo Dostoevsky, lugar donde vivió y murió el célebre escritor autor de las novelas de las novelas Crimen y Castigo, Los endemoniados o El idiota. En su casa museo están reconstruidos cada uno de los espacios originales.
Para comer puedes dirigirte al Marius Pub o al restaurante Tres Amigos y para tomar una copa al Mollie`s Irish Bar.
Mercado Sennoy
Lo que antiguamente había sido un mercado de heno se ha convertido ahora en un gran mercado de alimentación y mercadillo de ropa.
Por las calles del barrio de Sennaya, donde se encuentra el mercado de Sennoy, transcurre gran parte de la novela Crimen y Castigo escrita por Dostoievski. Popularmente se le llama Barrio de Dostoevsky. Es muy buena zona para hacer compras en sus grandes almacenes. En la plaza Sennaya, un lugar muy animado, tienes el conocido PIK y el gran centro comercial Sennaya.
Y para comer una buena y económica comida casera puedes dirigirte al Kafe Adzhika
Dando un paseo te puedes acercar hasta el Palacio Yusupov, ubicado en el malecón del río Moika, que es uno de los monumentos de clasicismo más hermosos en San Petersburgo.
Mercado Sitni
En la pequeña isla Zayachy, situada en el río Neva, se encuentra el verdadero centro histórico de la ciudad: la Fortaleza de Pedro y Pablo, la ciudadela original de San Petersburgo. Se mandó construir en 1703 por orden de Pedro I el Grande y contiene edificios remarcables como la catedral de San Pedro y San Pablo, donde están enterrados los zares desde Pedro I el Grande a Nicolás II y su familia. Con sus 122 metros de altura, el campanario de la catedral es el punto más alto de la ciudad.
Aunque la primera construcción debía tener funciones defensivas, al final no cumplió su cometido, y fue empleada como cárcel hasta 1917, acogiendo entre sus muros a célebres personajes como Trotski, Dostoievski o Bakunin.
Cerca de allí se encuentra también el zoo de San Petersburgo y el Museo de Historia Política.
Puedes comer en el popular restaurante Salkhino donde sirven platos de la cocina georgiana y por la noche puedes acercarte al mítico Club Tunnel, el primer club de techno abierto en Rusia.
Mercado de souvenirs Vernisazh
Más que un mercado es un mercadillo de souvenirs que se encuentra detrás de la iglesia de la Resurrección o iglesia del Salvador sobre la Sangre derramada, y es uno de los puntos turísticos más visitados y una atracción en si mismo. Puedes encontrar tradicionales regalos rusos y recuerdos.
La Iglesia del la Resurrección se construyó en el lugar en el que fue asesinado el zar Alejandro III. Su decoración de mosaicos interiores y exteriores es fantástica, así como sus vidrieras. El templo fue construido al estilo de arquitectura rusa de los siglos XVI-XVII, al más puro estilo ortodoxo ruso, pareciéndose mucho a la catedral de San Basilio en la Plaza Roja de Moscú. Destaca también por sus cinco grandes cúpulas bulbosas, multicolores o doradas, y por los minuciosos detalles que cubren su fachada.
Imagen de iwillbehomesoon
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De Stuttgart a las tierras de los sueños
Al suroeste de Alemania se encuentra el estado federado de Baden-Württemberg, cuya capital es Stuttgart. Aunque por el nombre puede resultar un tanto desconocida, se trata de la segunda región más turística del país, llena de lugares fascinantes.
Por ejemplo, Stuttgart es la puerta de entrada para llegar hasta la misteriosa Selva Negra, el impresionante lago Costanza, la imponente sierra de Jura de Suabia o pequeñas ciudades de ensueño como Esslingen, Freiburg, Ludwigsburg, Baden-Baden o Heidelberg. Ahora todo empieza a resultar más familiar ¿verdad?.
La Selva Negra
Es una zona famosa por sus relojes de cuco, por los que los alemanes tienen tanta afición. La Selva Negra tiene toda una historia de elaboración de relojes de cuco, donde se llevan fabricando desde 1740. En el turístico pueblo de Triberg encontrarás el reloj de cuco más grande del mundo - y también el segundo del mundo-. A las 12 del mediodía podrás contemplar el canto de su cuco de más de 4 metros de altura!
Otra dato curioso de Triberg, es que aquí se conserva la receta original de la tarta de la Selva Negra, la más famosa de la gastronomía alemana, hecha de capas de esponjoso bizcocho, crema y mermelada de cerezas. Se encuentra en el Café Schäfer y data de 1915.
Y si te gustan la curiosidades, deberás acercarte también hasta Gengenbach, un pueblo de cuento, literalmente. Aquí rodó Tim Burton algunas de las escenas de Charlie y la Fábrica de Chocolate. Poco debió modificar Burton de Gengenbach, ya que sus calles adoquinadas, entramados de madera y balcones floreados la hacen de por si realmente encantadora.
Al parecer, en los pueblecitos de la Selva Negra todo se hace a lo grande. Las ventanas del mismo Ayuntamiento de Gengenbach -que data del siglo XVII-, se abren en la cuenta antrás desde el Domingo de Adviento hasta la Navidad, para formar el mayor calendario de Adviento del mundo.
Al oeste de la Selva Negra, se encuentra la ciudad universitaria de Friburgo, considerada la capital ecológica de Alemania y la ciudad alemana con más horas de sol. Al estar rodeada de naturaleza por todos lados, es la ciudad ideal desde la cual organizar actividades al aire libre de todo tipo y durante todo el año.
Tras esta serie de anécdotas, decir que la Selva Negra es principalmente un lugar destacado de turismo rural, por su gran densidad forestal, verdes valles y grandes lagos, como el Glaswaldsee, Mummelsee, Kimbergsee, Feldsee o Titisee.
El lago Constanza
Pero si de lagos hablamos, sin duda el más conocido -por ser el mayor lago continental de Alemania- es el lago Constanza, que marca la frontera entre Alemania, Austria y Suiza. Su gran inmensidad hace que se pierda la vista en el horizonte por su agua cristalina, como si se tratara de un océano. Aquí terminan los casi 3.000 kilómetros de la ruta turística de Arquitectura de Entramados.
Por su rico entorno y los pueblos que lo rodean -como Constanza, Lindau o Wasserburg-, el lago Constanza constituye un valioso patrimonio cultural y natural.
El lago, de 74 kilómetros de largo, contiene 3 maravillosas islas que pueden visitarse. Mainau -hasta la que se puede llegar atravesando un puente- es una isla paradisiaca llena de flores y plantas , por lo que es conocida como Isla de las Flores, y a la que acuden gran variedad de mariposas de todo tipo. La isla de Lindau, que posee un puerto en el que destacan el faro y el León de Baviera, y la isla de Reichenau, unida a tierra firme por un puente, cuyo monasterio y el resto de iglesias han sido considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Jura de Suabia
Jura de Suabia atraviesa el estado de Baden-Württemberg. Se trata de una sierra de mediana altura, por la erosión que han sufrido sus picos a lo largo de los años. El Danubio y otros ríos, han creado profundos valles y es también una de las zonas del planeta con mayor número de volcanes.
Por toda la sierra se levantan imponentes castillos y palacios, aunque de entre todos, destaca especialmente el magnífico castillo de Hohenllorn, que se encuentra en la cumbre del monte del mismo nombre.
Su interior alberga tesoros como la corona de Guillermo II, efectos personales de Federico II de Prusia o una carta de George Washington al Barón von Steuben.
Funciona como museo y es el mayor atracctivo de la zona, aunque se trata de una reconstrucción homeanje a la dinastía Hohenzollern, realizada en el siglo XIX.
Maineau por Stako | Freiburg por joergens | El reloj de cuco mas grande del mundo por MrSurrender | Lago Constanza por Markus Bernet | Castillo de Hohenzollern por Uvatter
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