La trufa blanca, la reina del Piamonte
Si hay un producto preciado en el mundo de la gastronomía, ese es la trufa. Unos simples huevos fritos pueden pasar a convertirse en un auténtico manjar, y sólo con unas laminitas de tan aromático alimento. Una de las variedades más buscadas es la trufa blanca que se encuentra en la localidad piamontesa de Alba. También conocida como tuber magnatum pico - su nombre científico -, es considerada como el “Mozart de los hongos”, el “diamante blanco” de la alta cocina. Además de por su exquisito sabor, también destaca por ser uno de los productos más caros del mercado, llegando a desbancar con sus precios a otra joya de la gastronomía, el azafrán. En muchos de los casos suele alcanzar un valor que oscila entre los 3.000 y los 6.000 euros el kilogramo. El récord lo estableció un comprador de Hong Kong que, en 2010 pagó la friolera de 90.000 euros por una trufa.
El principal motivo que explicaría los elevados precios de la trufa blanca es que es un hongo más bien escaso y de difícil extracción. Las trufas se encuentran a unos diez o quince centímetros bajo tierra, donde tienen las condiciones de humedad y frescor adecuadas para su crecimiento. Es importante extraerlas sin dañarlas ni romperlas, lo que requiere de cierta delicadeza y habilidad. Antiguamente se usaban cerdos para su localización, pero actualmente han pasado a ser reemplazados por perros, que son un poco menos golosos. La época de recolección se limita a los meses de otoño. Normalmente se realiza de noche, para que con la oscuridad los perros agudicen al máximo su olfato.
Entre los múltiples fans de la trufa blanca, además de los grandes chefs, están personajes tan conocidos como Alfred Hitchcock, Francis Ford Coppola, Gérard Depardieu, Alain Delon, Penélope Cruz y Oprah Winfrey, entre otros. Una de las principales características es que no requiere de cocción y que su aroma es extremadamente volátil.
La gran feria de la trufa blanca
Todos los años, entre los meses de octubre y noviembre tiene lugar la Fiera Internazionale del Tartufo Bianco d'Alba, un gran evento en torno a este preciado manjar de la naturaleza, en el que también hay espacio para otras maravillas gastronómicas de la zona. La subasta de la Trufa Blanca de Alba es el momento culminante de esta feria, que se realiza en el Salón de las Máscaras del Castillo de Grinzane, y que tiene seguimiento y repercusión a nivel mundial. Por cierto, que detrás de esta subasta hay una buena causa, ya que parte de lo recaudado va destinado a entidades benéficas.
Durante el transcurso de la feria tiene lugar el Mercado de la trufa, donde el visitante puede deleitarse viendo, tocando y oliendo estas maravillas gastronómicas, todas ellas con la garantía de calidad correspondiente, y rodeados de seguridad. Entre las múltiples actividades que se llevan a cabo, está el Alba Truffle Show, con debates con chefs de alto prestigio, y con sesiones de cocina en directo donde aprender trucos para sacarle mayor rendimiento a la trufa.
Pero en esta feria no todo el protagonismo es para el tuber magnatum pico, también hay espacio para la gastronomía de la región. En el Mercado de la trufa hay puestos con productos de la zona, como quesos, embutidos, carnes, pasteles artesanales o pastas de huevo. Tampoco puede faltar la presencia de los fantásticos vinos que se producen en estas tierras: el Barolo, el Barbaresco, el Roero, el Nebbiolo, el Dolcetto, la Barbera, la Favorita, el Arneis y el Moscato.
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Textos de ISABELYLUIS Comunicación
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Copenhague es una ciudad ideal para visitar con niños: tiene museos, un parque de atracciones, un zoo, paseos en barco, ¡una sirenita! y una espectacular tienda Lego. Diversión asegurada.
+ infoRuta de museos por Le Marais
Cuando uno piensa en los museos a visitar en París, lo primero que le viene a la mente son los nombres de los grandes templos del arte con los que cuenta: el Museo del Louvre, con la inquietante sonrisa de la Gioconda como estandarte; el Museo de Orsay, con una espectacular colección en las que el romanticismo y el impresionismo harán las delicias de cualquier amante del arte; el Centro Pompidou, con una de las colecciones más completas de ate moderno y contemporáneo del mundo.
Pero más allá de estos grandes espacios existen otros tantos lugares en la capital francesa, donde además de arte descubriremos la vida de importantes personajes de la ciudad, conoceremos parte de su historia, o simplemente disfrutaremos con las obras de coleccionistas privados en espacios de ensueño.
Uno de los barrios más en boga estos últimos años, Le Marais, situado en los distritos III y IV en el margen derecho del Sena, abarca un buen número de estos espacios donde experimentar otro tipo de experiencias expositivas menos masificas en alguno de los casos, a la par que enriquecedoras. A continuación hemos hecho una selección de algunos de los museos que no debes perder la oportunidad de visitar en tu recorrido por este colorido y cosmopolita barrio.
Maison de Victor Hugo
Victor Hugo es el primer protagonista de nuestra selección, ya que cuenta con el honor de tener su propio museo en el que es el centro neurálgico de Le Marais, la Place des Vosges.Victor Hugo residió entre 1832 y 1848 en la tercera planta del Hôtel de Rohan-Guéménée, donde escribiría gran parte de Los Miserables. En la actualidad es un museo donde conocer en profundidad esta imprescindible figura de la literatura francesa.
Museo Picasso
Otro gran nombre, esta vez de uno de los artistas más influyentes del arte del siglo XX, es nuestra segunda opción. El Museo Picasso, situado en el Hôtel Salé, cuenta con una amplia colección formada por 200 cuadros, 100 esculturas –este es el apartado más destacado de este museo- y cerámicas, y 3000 dibujos y grabados que abarcan todas la épocas. Además se puede ver la colección personal del pintor, con piezas de, entre otros, Paul Cézanne o Henri Rousseau.
Memorial de la Shoah
Lo que empezó siendo el monumento al Mártir Judío Desconocido acabó convirtiéndose en el Memorial de la Shoah, uno de los principales centros de documentación sobre el Holocausto en Europa -la palabra hebreashoah significa catástrofe y también se emplea para hacer referencia al Holocausto-. En el acceso al mismo se encuentran los nombres de los 76.000 judíos que fueron deportados desde Francia a los campos de concentración nazis.
Museo de Arte e Historia del Judaísmo
En Le Marais se encuentra el barrio judío conocido popularmente como Pletzl (significa plaza en yiddish), por cuyas calles bien merece dar una vuelta y disfrutar del colorido de sus comercios. Aprovechando que estás por aquí te recomendamos que te acerques al Hôtel de Saint-Aignan, situado en el número 71 de la Rue du Temple, y visites el Museo de Arte e Historia del Judaísmo, donde podrás conocer la historia de las comunidades judías en Francia, Europa y el Norte de África, desde la Edad Media hasta la actualidad.
Museo Cognacq-Jay
Situado en el Hôtel de Donon se encuentra el Museo Cognacq-Jay, en el que se puede ver la colección de obras del siglo XVIII francés adquiridas por Ernest Cognacq y su esposa Marie-Louise Jay entre los años 1900 y 1925. Durante la visita a este espacio podrás disfrutar de los más de 1200 objetos recopilados por este matrimonio aficionado al coleccionismo, entre los que se cuentan cuadros de Canaletto, Tiepolo, Boucher, Fragonard, Greuze, o Reynolds.
Museo de la Magia y el Museo de los Autómatas
En el Museo de la Magia podrás conocer todos los secretos que se hallan tras el arte de la magia, la prestidigitación, y el ilusionismo. En él encontrarás todo tipo de objetos usados para hacer trucos de magia (varitas mágicas, cajas, gorros de mago, etcétera), además de poder ver espectáculos en vivo. En este mismo espacio también se encuentra el Museo de los Autómatas, que cuenta con una colección de 100 autómatas con los que dejarse sorprender. Ideal para aquellos que viajan con niños.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Assayas, Sailko, Guillaume Baviere
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Cafés y copas con carácter en Londres
De todos es sabido que Londres tiene en su haber una amplia oferta de locales con algún que otro toque especial. A continuación os hemos hecho una selección de cinco espacios en los que bien seguro que os encontraréis con más de una sorpresa.
1- Evans & Peel Detective Agency
Nos subimos a la máquina del tiempo y del espacio para trasladarnos a los años 20, concretamente a uno de los speakeasy que se abrieron ilegalmente en Estados Unidos durante la Ley Seca. Hay varios bares ‘clandestinos’ en Londres, pero pocos o ninguno en el West London, así que Evans & Peel Detective Agency es un imperdible para las almas aventureras que trasnochen por la zona. Para poder entrar es obligatorio concertar una cita con una agencia de detectives especializada en chantajes y personas desaparecidas. Uno de los detectives es quién os recibirá en su despacho y si respondéis correctamente a todo lo que se supone que tenéis que saber, os dejará entrar en una sala de iluminación tenue donde os servirán botellas de licor envueltas en papel marrón (para despistar a las autoridades), cócteles sorprendentes y buena cocina de estilo norteamericano.
2- Viktor Wynd Museum Of Curiosities
¿Un local raro, raro? Allá va: el bar del Viktor Wynd Museum of Curiosities, Fine Art and Natural History no os defraudará si tenéis ganas de una experiencia singular (y barroca). Aquí la fantasía no tiene límite y todo es posible: ¿compartir mesa con un gran felino a la luz de las velas? Adelante; ¿tomar un cóctel junto a un esqueleto que duerme en su ataúd? Este es vuestro local; ¿interés por todo lo relacionado con la taxidermia? Sin duda alguna, tenéis que venir. Aquí las cosas raras tienen un valor añadido y enriquecen la experiencia. El plan ideal es hacer una divertida visita al ‘museo de las cosas curiosas’ que se ha montado el señor Wynd, un artista apasionado por mundos subversivos y sin límites de imaginación, para acabar en el Cafe Bar del museo, donde sirven originales cócteles. Para comer y completar la experiencia, nada mejor que una de las hamburguesas en la línea del local: qué os apetece más, ¿una de cebra o una de cocodrilo?
3- Sew Over It
Seamos sinceros, debemos admitir que el Sewing Cafe no es un café al 100% pero es que no nos podemos resistir a hablar de él. Más que un bar es el taller y escuela de costura de Grace, su propietaria, siempre estupenda y con algún proyecto de nivel avanzado en labores entre manos. Sus dos tiendas de costura se transforman en Sewing Cafe unos días a la semana y pasan a ser espacios de coworking en donde tomar tantas tazas de té como apetezcan, y utilizar de paso agujas, hilos, patrones, telas y máquinas de coser. En el Sewing se reúnen grupos de gente, mayoritariamente mujeres, para trabajar con sus proyectos de costura y compartir dudas e ideas. ¿Por qué no dedicar un rato de vuestras vacaciones a dar un par de puntadas e integraros con londinenses apasionados del do it yourself? Existen dos Sewing Café; uno en Clapham y otro en Islington.
4- Ladies & Gentleman
Varios baños públicos de Londres se han convertido en locales de moda. Si a simple vista no os atrae la idea de tomar una copa en un antiguo lavabo, descubrid todo lo que ofrece Ladies & Gentleman de Kentish Town y entenderéis porque los hipsters se pelean por una mesa en esta carismática coctelería. Los adoquines blancos cuadrados y el cartel de un bidé indicando que ‘está prohibido lavar algo que no sean manos y cara’ es lo que nos recuerda que estamos en unos antiguos baños públicos, los cócteles de infarto que sirven van a hacer que nos olvidemos del resto. No lleguéis tarde, que siempre está lleno.
5- Bounce
La casa del ping-pong. Así se define el Bounce, que ya dispone de dos locales en Londres (Farringdon y Shoreditch) y próximamente abrirá un tercero en Chicago. Y es que el plan que ofrecen nunca falla: buenas copas, buena comida y una partida de ping-pong. Entre los dos locales de Londres suman ya 28 mesas de ping-pong a disposición de los clientes, que pueden alquilarlas por media hora o una hora a partir de 10 pounds. En el Bounce se lo toman muy en serio, las palas y pelotas están incluidas en el precio e incluso ofrecen algunos trucos para mejorar la técnica en su página web. Los dos locales destacan por un interiorismo cuidado y espacios amplios perfectos para ir en grupo. Su carta de platos, pizzas y antipasti es muy recomendable, y disponen de una gran variedad de ginebras y cervezas artesanas.
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Texto de Rita Peré para Los Viajes de ISABELYLUIS
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