Viena a cuerpo de rey
Parques, jardines, palacios, museos, el Danubio ambientado cual playa urbana, comida callejera en formato quiosco o chiringuito, gastrobares, bistronómicos y restaurantes de autor que han superado, e incluso obvian ya en sus cartas, el archiconocido schnitzel (o escalope vienés). La gastronomía de Viena está para salir rodando como su noria. Ya no por gula sino porque la oferta es tal y tan sugerente incluso en alta cocina, que se necesitan unos cuantos días para degustar y disfrutar a cuerpo de rey de toda su rica variedad.
Dónde comer
No es el restaurante más estrellado de la capital austríaca pero está, con razón, entre los diez mejores del mundo. Su imponente emplazamiento, en uno de los parques más bonitos de Viena, se corresponde con una cocina de producto efectista en la que prima el festival sobre la constricción minimalista. La mesa se viste de fiesta para ver circular el carro de referencias para el aperitivo o el cóctel, el de panes, el de quesos y hasta el de hierbas aromáticas entre los impecables platos de Heinz Reitbauer, quien ahonda en sus raíces y experimenta con las mismas en diferentes menús degustación.
Tras una elección rápida entre menú corto o menú largo se sucede el desfile de platillos de producto con pocas pero justas florituras. Bocados creativos con sumos contrastes salen de una minúscula cocina bien acompasada con la sala, dirigidas respectivamente por los dos hermanos Mraz. No pierdas de vista su bodega, que conviene conocer y pisar para entender la verdadera historia de este negocio familiar.
Tian
No hace falta ser vegetariano (si lo eres, lo disfrutarás aún más) para adentrarse en la cocina de Paul Ivic. Pocos chefs de su nivel han hecho tanto por otorgar su lugar a la cocina más saludable. A partir de una exhaustiva recolección del mejor producto autóctono, acertadas combinaciones y emplatados que conmueven, Tian (e incluso la versión informal de su Bistro, donde se sirve el apfelstrudel o pastel de manzana más atípico de la ciudad) es una dirección a tener muy en cuenta, también por sus tremendos postres.
Es el bistronómico del chef Konstantin Filippou, quien cuenta asimismo con su propio gastronómico puerta con puerta. Un bistró donde, concretamente, el vino natural juega un importante protagonismo en el maridaje de platos, que apenas plantean riesgos y son de generosas raciones. Para salir bien servido y mejor bebido.
Dónde tomar…
Una pizza. Para aquellos que necesitan alternar la buena mesa con el bocado rápido y asequible, nada mejor que la pizzeria Mari’ para comer pizza allí mismo o para llevar. Correcta oferta de especialidades italianas en un local de enormes dimensiones. Conviene reservar.
Un helado. No sé muy bien si para echar por tierra o para reafirmar esa consideración de ciudad “fría” que algunos tienen de Viena, ahí está su montón de heladerías. Pasaos especialmente por Schelato, donde se sirven del arte italiano para ofrecer sabores sorprendentes que renuevan constantemente. El coqueto local también invita a quedarse.
Una sacher. Degusta la mejor sacher individual o en porciones en Demel, donde el obrador a la vista es de visita obligada antes de sentarte en una de sus mesas. La vitrina junto a la entrada es sumamente tentadora, así que si te lo puedes permitir prueba también sus milhojas y demás tartas clásicas.
Una copa. En la última planta del 25 Hours Hotel, en pleno barrio de los museos, se ubica también uno de los bares más interesantes de la ciudad. Por su ambiente, sus cócteles, su terraza con vistas, sus elementos decorativos de otros tiempos… El Bar Lounge Dachboden te gustará.
Dónde dormir
En pleno distrito 1 de la ciudad, a dos pasos de la catedral de San Esteban, está este hotel de suites abuhardilladas, decoración Art Nouveau, una pequeña terraza en su azotea y servicio atentísimo. No dejes de visitarlo porque es, sin duda, un lugar con encanto, incluso para tomar algo. Recogido en un callejón sin salida, aparece como un oasis de gran valor cultural y sumo estilo.
Ubicado en esa arteria principal donde proliferan las terrazas en plena acera y discurren la mayor parte de líneas de tranvía, el Ring es la versión casual del Grand Hotel. Déjate caer por su sauna con vistas sobre el skyline de la ciudad, disfruta de su desayuno a la carta y ten en cuenta que en su bar podrás también tomar una copa de madrugada.
Texto y fotos de Belén Parra de Gastronomistas.com
+ infoRonda, la ciudad soñada
El nombre de Ronda va inevitablemente asociado a la vertiginosa imagen de su Puente Nuevo y a la de su espectacular plaza de toros. Situada al noroeste de la provincia de Málaga, en el bello entorno natural conformado por la Serranía de Ronda, es el lugar perfecto para una escapada de fin de semana.
La historia ha querido que por Ronda hayan pasado celtas, íberos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes y bereberes, cuya estancia ha quedado reflejada en su rico patrimonio. También los franceses la ocuparon en 1810, y de la resistencia a dicha invasión nacería un movimiento guerrillero que daría lugar al bandolerismo.
Ronda, ciudad monumental
Evidentemente hay que empezar por uno de sus iconos, el Puente Nuevo. Construido en el siglo XVIII, une el casco histórico con la parte moderna de la ciudad, salvando una garganta de más de 100 metros profundidad, por la que pasa el río Guadalevín. Por un lado os recomendamos atravesarlo, para disfrutar de las imponentes vistas. Por otro lado, os aconsejamos acercaros a los balcones de los Jardines de Cuenca desde donde podréis ver este puente en su máximo esplendor. Pero aún hay más. Anteriores a la construcción del Puente Nuevo están el Puente Romano, conocido como Puente de las Curtidurías, y el Puente Viejo, terminado en 1616.
Otro de los puntos fuertes de esta ciudad es su casco antiguo, con su callejuelas, entre la que destaca la calle Manuel Montero, con sus características casas blancas y los floridos geranios que las ornamentan. En esta zona hay un buen número de casas nobles y palacios, siendo el más importante de ellos el Palacio de Mondragón. En este edificio de origen islámico conviven los estilos mudéjar y renacentista dando lugar a un armónico resultado. En la actualidad alberga el Museo de Ronda. Otros edificios destacados son el Palacio del Marqués de Salvatierra, la Casa del Gigante, joya de la arquitectura nazarí, la Casa de San Juan Bosco, de estilo renacentista, y el Palacio del Rey Moro. Este último conserva en su interior una mina de captación de agua de origen árabe, por la que se desciende hasta el río.
En lo referente a la arquitectura religiosa merece la pena visitar la iglesia de Santa María la Mayor,que fue construida sobre la mezquita mayor de la Medina. En su interior destaca el coro realizado en madera de nogal y de roble.
Como ya hemos podido comprobar en el casco antiguo, el paso de los musulmanes ha dejado múltiples huellas en Ronda. En la actualidad aún se puede visitar la Medina Musulmana, de la que aún se conservan algunos restos de la muralla, y de la que destaca la Puerta de Almocábar, construida en el siglo XIII. El resto más importante de esa época son los Baños Árabes, construidos en los siglos XIII y XIV junto al Arroyo de las Culebras, siendo los mejor conservados de toda la Península Ibérica.
Tampoco debemos de perder de vista el pasado romano de Ronda, del que queda el yacimiento arqueológico de Acipino. Localizado a 20 kilómetros de la ciudad, de los restos que en él se pueden ver destaca el teatro romano.
Ronda, ciudad de toros
Como ya hemos indicado al principio de este post, la plaza de Toros, es el otro icono por el que es conocida Ronda. La Real Maestranza de Caballería de Ronda, inaugurada en 1785, es una de las más antiguas y monumentales de España. Curiosamente se atribuido su construcción a Martín de Aldehuela, que es el mismo arquitecto del Puente Nuevo. Para los que quieran profundizar o conocer más sobre mundo del toreo, en la misma plaza se puede visitar el Museo de la Tauromaquia.
Pero no sólo por esta plaza es reconocida esta ciudad dentro del mundo de los toros. Aquí nació la tauromaquia moderna y las corridas goyescas, y es cuna de importantes dinastías de toreros como los Romero y los Ordóñez. Precisamente este es el motivo por el que Ronda fue frecuentemente visitada por sus dos aficionados más internacionales, Ernest Hemingway y Orson Welles, siendo depositadas las cenizas de este último en Ronda, en la finca de los Ordóñez.
Ronda, ciudad del buen comer ¡y beber!
La mejor forma de culminar una visita a Ronda es probando alguna de sus especialidades gastronómicas como la sopa de castañas, las migas con chorizo, el rabo de toro, el conejo a la rondeña y la perdiz al tajo. El acompañamiento perfecto para dichos platos son algunos de los vinos que se producen en la Serranía de Ronda y que pertenecen a la DO Málaga y Sierras de Málaga.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Fotos de SuperCar-RoadTrip.fr, Elliott Brown, Julia Kostecka, Antonio
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El Manhattan de Europa
Por Tensi Sánchez de Actitudes Magazine
Fráncfort del Meno, comúnmente llamada Fráncfort o Frankfurt es considerado uno de los centros urbanos más importantes de Alemania y uno de los centros económicos y financieros más importantes de Europa.
La tradición y la modernidad conviven a lo largo y ancho de la ciudad alemana, a las orillas del río Meno, se erigen decenas de edificios metálicos y acristalados que recuerdan a las celebres vistas de Manhattan desde el río Hudson. Aunque la modernidad se ha abierto camino en la metrópolis bávara aún quedan muchos rescoldos arquitectónicos de lo que fuera hace cientos de año una de las ciudades más importantes del imperio alemán.
Una perfecta simbiosis que dota a Fráncfort de Meno de un ambiente atemporal, donde confluyen el estilo conservador alemán, la arquitectura contemporánea, el arte clásico europeo y el diseño más vanguardista, por ello la ciudad se adapta para cualquier tipo de turismo.
Desde Haupbanhof, la estación central, podemos recorrer prácticamente la ciudad sin usar el transporte público. Según vas adentrándote entre los modernos edificios de Fráncfort, la ciudad antigua se va abriendo camino y resurgiendo a cada paso. Entre las empedradas calles del centro nos encontramos la arquitectura clásica alemana, balconadas repletas de flores, casas con tejados rojos a dos aguas, pintorescos edificios que narran la historia de una ciudad medieval.
La arteria de la city la encontramos en la calle Zeil y sus calles colindantes, abarrotadas de tiendas y galerías comerciales, una buena opción es acudir a Zeil Galerie, donde encontramos tiendas como The Hub, una concept store con marcas como Acne, Filippa K, add, además de ropa outlet de Balmain, Mathew Williamson y piezas vintage de Moschino, Vivienne Westwood e Issey Miyake, entre otras. Cabe destacar Superette du design, espectacular tienda de decoración y gadgets y Leonid Matthias, tienda multimarca de diseñadores alemanes y extranjeros. Además desde la terraza del ático de Zeil Galerie podrás contemplar una de las vistas más hermosas del centro de la ciudad.
El casco antiguo de la ciudad alberga edificios célebres como el antiguo ayuntamiento Römer en la plaza de Römerberg, Hauptwache, la Ópera de Francfort, la Catedral de San Bartolomé, el Edificio de la Bolsa custodiado por un toro y un oso de bronce que representan el alza y baja de la propia bolsa. Por el contrario el centro histórico de la ciudad cuenta con edificios modernos y vanguardistas como son el Banco Central Europeo y el Museo de Arte Moderno MMK, uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo. Entre su amplia colección podemos encontrar obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg, Pablo Picasso, Mario Merz, Jeff Wall, Marlene Dumas, Bruce Nauman… Además, el museo contiene el restaurante Club Michel City, ambientado al más puro estilo pop-art, perfecto para hacer un break y descansar.
A orillas del fastuoso río Meno encontramos la zona de los museos, conocida popularmente como Museumufer (La Ribera de los Museos) integrada por una decena de villas reconvertidas en zonas culturales provistas todas ellas de cafeterías, tiendas y extensos jardines. Uno de los más especiales es el Museum Angewandte Kunst, donde puedes encontrar diseño de moda y decoración asiáticos y diseño de mobiliario made in Frankfurt de principios 1925 hasta 1985, además el museo cuenta con una concept store y un restaurante. Otro museo importante de Fráncfort es el museo de arte Städel Museum, que alberga una de las más importantes colecciones de Alemania: Rembrandt, Edgar Degas, Johannes Vermeer, Botticcelli, entre otros grandes nombres de la historia.
Una de las maravillas que más llama la atención de la ciudad es el Frankfurter Skyline, la panorámica de todos los rascacielos Francfort, donde se encuentran los edificios más altos de Europa, llegando hasta más de 331 metros de altura. Las vistas desde algunos de sus puentes son increíbles al atardecer.
El Frankfurter Skyline está compuesto por más de 26 torres, destacamos: Commerzbank Tower diseñado por el arquitecto Norman Foster con 259 metros considerado el edificio más alto de Fráncfort y el segundo la Unión Europea, aunque le supera en altura Europaturm con 331 metros pero la torre de observación no es considerada generalmente un edificio al no tener plantas consecutivas que puedan ser ocupadas. También destacan las torres de Westendtower, Opernturm, Tower 185 o Main Tower, este último es uno de los edificios más visitados por los turistas previo pago, además consta de un excelente restaurante, Main Tower Restaurant & Lounge.
En el rascacielos Eurotheum, se encuentra elINNSIDE Frankfurt Eurothem, el lugar perfecto para desconectar y relajarse a la noche, situado a partir de la planta 22 podemos disfrutar de un magnífico cóctel amenizado con música en directo de piano mientras observamos a través de sus ventanales el cielo estrellado de la ciudad, una experiencia única. Aunque este hotel es maravilloso, para los que tengan vértigo y quieran un ambiente más tranquilo pueden alojarse en el vanguardista hotel de la misma cadena, INNSIDE Frankfurt Niederrad, situado tan solo a una parada en tren de la estación central, es el lugar perfecto para relajarse y descansar tras visitar la ciudad.
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Por Tensi Sánchez de Actitudes Magazine
Foto Rubén Seco
Bolonia, la italiana con más 'salsa'
Por Belén Parra y Carme Gasull
Caracterizada y reconocida por esos atributos que le vienen de antiguo, proponemos una aproximación a Bolonia a partir de cuanto hay que ver (Rossa), conocer (Dota) y, sobre todo, probar (Grassa) en esta ciudad que es también capital de la Emilia Romaña, epicentro de una Italia siempre rica gastronómicamente hablando.
ROSSA (enclaves turísticos para VER y reconocer)
Al viajero se le van los ojos a sus kilómetros de pórticos y a la paleta de colores de sus edificios. Precisamente por ello aconsejamos recorrerla a pie. Visitarla en fin de semana tiene el valor añadido de que todo su centro histórico se cierra al tráfico y durante dos días es peatonal.
Bolonia está delimitada de alguna manera por sus 5 puertas, que tanto dan acceso al centro histórico como te dan a conocer la ‘otra ciudad’. Escápate a ese pulmón verde que constituyen sus jardines y a sus colinas para divisarla desde las alturas.
Pocas plazas encontrarás más bellas que la Delle Siete Chiese en especial, cuando está iluminada. Reducto para románticos, bohemios y nostálgicos.
Como buena italiana, Bolonia también resulta monumental. Se imponen las Due Torri, Santa Maria Maggiore y Neptuno. Pero también aparecerán a tu paso avenidas interminables, las Galerías Cavour (Via Luigi Carlo Farini, 40) para ‘ir a la moda’ y palazzi o edificios históricos recuperados para fines culturales como la antigua sede del Ayuntamiento de la ciudad que esconde una deliciosa biblioteca pública llamada Salaborsa (Piazza Nettuno, 3) ideal si viajas con niños.
DOTA (curiosidades, advertencias y cosas que vale la pena SABER)
Dicen de Bolonia que es la ciudad más antigua en el país más antiguo del mundo. Y la verdad es que cuenta con la Universidad más antigua de Europa, a la que aspiran no sólo estudiantes de toda Italia sino también europeos, Erasmus especialmente, y extracomunitarios. Para nota: conseguir una plaza en Derecho o Bellas Artes. En las calles y los bares, no te extrañe escuchar más de uno o dos idiomas a la vez. No son sólo turistas sino gente que ha optado por formarse y vivir en esta ciudad. Porque hay mucha más Italia más allá de Roma, Venecia y Florencia…
La capital de la Emilia Romaña es una ciudad eminentemente ferial y alberga uno de los recintos feriales más modernos y funcionales de la vieja Europa, BolognaFiere.
Bien comunicada, la bicicleta es el transporte local por excelencia, pero el autobús es la forma más rápida para desplazarse ‘fuori porte’. Ten presente por eso que pagar el billete a bordo es un poco más caro que comprarlo previamente en un estanco.
Existen unos cuantos locales para aprender el arte de la elaboración artesanal de la pasta pero destacan dos: la Vecchia Scuola Bolognese (Via Galliera, 11) y La Bottega Due Portici (Via Independenza, 69).
GRASSA (dónde y qué COMER y beber)
En Italia no comes prácticamente mal en ningún lado pero es que en Bolonia comes especialmente bien. El título de la città del cibo (alimento) es tan cierto como todo un acierto.
La pasta que identifica a esta tierra son los tortellini y la salsa, el ragù. Para probar algunos de los mejores platos del recetario boloñés, acércate a la Trattoria AnnaMaria ( Via delle Belle Arti, 17/a), uno de los locales más folclóricos de la ciudad. Las múltiples fotografías que pueblan sus paredes certifican que centenares de artistas y famosos han comido entre sus mesas.
La crescentina o crescenta es el mejor pan local. Esponjoso y sabrosísimo si es casero. Y si la acompañas de la mortadela local y el parmesano regional ya tienes un plato. Imprescindible en este sentido pasarse por la Salsamenteria Tamburini (Via Caprarie, 1), un clásico inalterable que ha sabido adaptarse a los tiempos y a la demanda. De hecho, su enoteca es el rincón más demandado y a la vez el más acogedor de todo el establecimiento.
Muy cerquita también tienes la Osteria del Sole (Vicolo Ranocchi, 1/d), local singular donde los haya. Aquí sólo te pedirán que bebas porque el picoteo puedes traértelo incluso de casa. Aún con todo, la gente suele llegar con sus piadine, focaccie y embutidos para compartirlos con toda la mesa. Si te da igual beber una cosa que otra, te recomendamos que aquí apuestes por las cervezas artesanas. La birra es un must.
Para catar y contar vinos pásate por Alla Porta Vini (Via Castiglione, 79/a). Cada día abren un par de botellas para darlas a probar. Entre sus preferencias, los del sur tirolés y de pequeños productores.
La Osteria al Cappello Rosso (via dè Fusari, 9/b) es otro de esos lugares con encanto donde también comerás incluso con los ojos. Productos autóctonos en recetas tradicionales y generosas raciones. No te pierdas ni su selección de embutidos, ni su lambrusco (motivo de orgullo para la región) ni su torta bolognesa, el dulce típico de la ciudad a base de arroz.
Si te apetece un helado opta sin duda por La Sorbetteria Castiglione (Via Castiglione, 44) o por Il Gelatauro(Via San Vitale 98/b). Y si prefieres en cambio un polo (de palo) cremoso apuesta por la Cremeria Sette Chiese (Via Santo Stefano, 14/a).
El Mercato delle Erbe (Via Hugo Bassi, 25) es una atracción para los sentidos, sobre todo para la vista y el gusto. Aunque los comercios con buen producto y producto fresco son frecuentes. También los frutos del mar. Compruébalo en la Pescheria del Pavaglione (Via Pescherie Vecchie, 14) donde, a parte de comprar, podrás degustar un original Aperyfish que no hace falta traducir.
Entra también en Paolo Atti & Figli (Via Caprarie, 7), una tienda gastronómica tradicional reconocida por la calidad de sus panes, dulces y pastas frescas.
Elegante y refinado, Zanarini (Piazza Galvani, 1) es el café histórico de la ciudad y uno de los lugares preferidos entre los locales para desayunar, tomar un buen café y un mejor pastel, y cómo no, ver y dejarse ver.
Y otra especialísima dirección dejando atrás el centro-ciudad: Il Cerfoglio, un restaurante que apuesta por la producción biológica y el KM. 0 en platos ligeros, sanos y bien logrados (Via John Fitzgerald Kennedy, 11, San Lazzaro).
Nosotros nos apuntamos, si quieres venirte consulta nuestros vuelos aquí.
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