A 30.000 pies por viajeros para viajeros

Resultados

Paisajes de postal en el Lago de Como

En medio de tantas iglesias y museos, capillas, esculturas, mármoles y bronces (parte fundamental de las visitas a Italia) va bien hacer una jornada de paisajes montañosos y abruptos. A la sombra de los nevados Alpes Réticos y encajado entre empinadas laderas boscosas, el Lago de Como (también conocido como el lago Lario) es el más espectacular de los tres grandes lagos. Tiene forma de “Y” invertida y en sus sinuosas orillas aparecen pueblos diseminados como el exquisito Bellagio, erigido en un pequeño collado en el centro de la horquilla. En el punto de encuentro entre las costas sur y oeste se halla la principal ciudad de la zona, Como. Su lago es sin duda uno de los espacios más bellos de toda Lombardía. Este lago pre-alpino rodeado de una corona de montañas con picos de hasta 2.700 metros de altura, es rico en historia y tradición. El lago es perfecto para gente ávida de hacer todo tipo de actividades pero también hará las delicias de quien busque sosiego y sobretodo relax. Destacan las espléndidas villas del siglo XVII con sus hermosos jardines, las innumerables iglesias románicas rurales o las cimas de las montañas con magníficas vistas del lago.

Si quieres ampliar territorio a explorar es muy recomendable hacer un viaje hacia el sur, donde se da paso al paisaje verde de la zona denominada Brianza, con pueblos, castillos y colinas marcadas por el flujo de los ríos Adda y Lambro.

Un viaje por el lago

El Lago de Como está situado a menos de una hora en coche de Milán, y también está cerca de la frontera con Suiza. Sus aguas cristalinas son de hasta 400 metros de profundidad, por lo que es uno de los lagos más profundos de Europa. Recomendamos atravesarlo en ferry o hidroplano. La compañía Navigazione Lago di Como dispone de vehículos acuáticos que surcan el lago durante todo el año y zarpan del muelle situado en el extremo norte de Piazza Cavour. Desde Como, también se puede tomar un vaporetto (tipo de embarcación con motor, usada habitualmente en los canales de Venecia) y dejarse llevar por el lago parando, eso sí, en los pueblos para pasear por sus vetustas calles. El vaporetto va costeando en las dos orillas del lago y parando en varias localidades: Cernobbio, Tremezzo, Cadenabia, Menaggio, etc. No dejes de tomar un capuccino con brioche en una de sus cafeterías. Comer un buen plato de pasta (en Italia se come a las 12 h.) en algún restaurante y dejarse llevar, mirando el paisaje y la grandiosidad de la naturaleza circundante es el mejor de nuestros consejos.

Paseo por Como

Tras la excursión por el lago os recomendamos hacer un poco de turismo cultural. Y nada mejor para ello que darse una vuelta por Como. Esta población de apenas noventa mil habitantes, es elegante y próspera con un pintoresco centro histórico y un cinturón de murallas del s. XII. Levantada sobretodo gracias a su industria sedera, continúa siendo el principal centro productor europeo de artículos de este material. Aquí se pueden comprar pañuelos y corbatas de seda por mucho menos de lo que cuestan en otros sitios. Su ubicación a orillas del lago es impresionante, y además en primavera y verano hay un manto de flores que hacen más agradables, si cabe, las caminatas. En la oficina de turismo te podrán dar información para hacer planificar excursiones en bicicleta o a pie. Pero si te quedas en la villa, empieza visitando el Duomo (en la plaza del mismo nombre), que cuenta con una magnífica fachada gótica de mármol. Dentro encontrarás rasgos típicos de otros periodos artísticos como el barroco, el románico y el renacentista. Luego date una vuelta por el barrio de los alrededores. Allí encontrarás dos basílicas muy bien conservadas. Por un lado la Basílica di Sant’Abbondio, ubicada a poco más de medio kilómetro al sur de las murallas de la ciudad, detrás del Viale Innocenzo XI. Se trata de una basílica románica del s. XI. Destaca un conjunto de frescos en el interior de su ábside que representan escenas de la vida de Jesucristo. Por el otro está la Basílica di San Fedele, una construcción muy primitiva (data del s. VI), con tres naves y tres ábsides. Su rosetón del s. XVI y los frescos son un plus para el visitante.

Comer comer

Muy recomendable es el Ristorante Sociale, junto al teatro de la ciudad. Es muy conocido en la ciudad, y en su comedor con paredes de ladrillo visto puedes admirar varios frescos alegóricos mientras disfrutas de la comida. Como curiosidad cuenta con una chimenea barroca. A la hora de pedirte plato no dejes escapar la oportunidad de probar su excelenterisottocon achicoria. El precio medio por persona es de 25-30 euros.

¡Anímate! ¡Consulta nuestros precios aquí!

Texto de Isabel y Luis Comunicación

Fotos: Italia Agenzia Nazionale del Turismo

 

+ info

La Granada musulmana más allá de la Alhambra

Imposible negarlo, la Alhambra es el monumento por excelencia de Granada. Es en él en el que solemos fijar nuestra mirada ya sea desde alguno de los miradores o cármenes que pueblan el Albaicín, o ya sea cuando recorremos su interior y nos dejamos seducir por las maravillas que esconde, sobre todo cuando nos topamos con la espléndida ornamentación de sus palacios nazarís. Principal símbolo de la presencia de los musulmanes en la ciudad, no es este el único vestigio que hallaremos en Granada que nos remitirá a ese rico pasado cultural. A continuación te animamos a realizar un recorrido por algunas de las calles de la capital granadina en busca de la huella musulmana que ha logrado sobrevivir al paso del tiempo.

Ruta 1. El Albaicín

Separado de la Alhambra por el río Darro, y uno de los mejores lugares para contemplarla, el Albaicín emana allá por donde pases la huella de su pasado árabe. Sus estrechas y laberínticas calles, en las que bien seguro que te perderás en la búsqueda del famoso mirador de San Nicolás, son claro reflejo de la que fuera la antigua medina de Granada. Los aljibes, encargados de acumular y distribuir las aguas por la antigua ciudad, y que se encuentran repartidos por todo el Albaicín, son los primeros vestigios en indicarnos la presencia de ese pasado árabe. Nuestra primera parada en el camino se encuentra en la Carrera del Darro frente al puente del Cadí, donde se halla una pequeña joya conocida como El Bañuelo. Estos baños árabes del siglo XI están compuestos de tres salas que aún conservan las bóvedas con tragaluces con formas octogonales y de estrella, y en los que podemos observar columnas con capiteles romanos, visigodos y de época califal.

A solo unos pasos de El Bañuelo, en la Portería de la Concepción se encuentra la Casa de Zafra que está considerada como uno de los mejores ejemplos de arquitectura doméstica nazarí de la ciudad.Construida en el siglo XIV y convertida en la actualidad en el Centro de Interpretación del Albaicín, aún conserva en su interior algunos restos de pintura mural.

Retomando la Carrera del Darro y siguiendo por el Paseo de los Tristes hasta llegar a la calle Horno de Oro encontrarás la Casa Horno de Oro, edificada a finales del siglo XV, y donde de nuevo hallarás la armonía arquitectónica propia de estas casas, en las que destaca la presencia del patio rectangular con alberca, con las estancias ubicadas en los lados inferiores del mismo. La siguiente parada de nuestro recorrido se encuentra de camino al Sacromonte, en la cuesta del Chapiz, donde está ubicada la Casa del Chapiz, una casa morisca convertida en sede de la Escuela de Estudios Árabes, desde cuyos jardines hay unas magníficas vistas a la Alhambra.

Siguiendo por la cuesta del Chapiz se alcanza la plaza del Salvador, en la que antiguamente se encontraba ubicada la mezquita Mayor de Granada, y que en la actualidad ocupa su lugar la iglesia del Salvador. De estilo mudéjar, en su interior conserva el que era el patio de abluciones de la antigua mezquita al que se accede desde la calle Panaderos. En este pequeño remanso de paz destaca la presencia de los característicos arcos de herradura pintados en blanco que contrastan con el verdor de los limoneros que decoran el patio.

Llegados a este punto, te recomendamos aprovechar la ocasión para acercarte a todo un clásico, el mirador de San Nicolás y disfrutar de sus increbles vistas a la Alhambra, hacerte un selfie para el recuerdo, y retomar energías para la última parada de este recorrido, el Palacio de Dar-al-Horra. Edificado en el siglo XV sobre un palacio zirí anterior del siglo XI, sirvió de residencia a la sultana reina Aixa, madre de Boabdil, que sería el último rey de Granada. Este pequeño palacio mantiene la esencia de los palacios nazarís, constando de un patio central con alberca en torno al cual se distribuyen las estancias y dos pórticos en los lados menores. Destaca el pórtico norte, que cuenta con un mirador con unas estupendas vistas al cerro de San Cristóbal. 

Te recomendamos rematar la ruta tomando un té y unos pasteles en algunas de las numerosas teterías que pueblan la Calderería nueva, y en cuyo recorrido es fácil sentirse transportado a cualquier ciudad de origen árabe.

Ruta 2. La "zona nueva"

La conocida como “zona nueva” se encuentra situada en los alrededores de la catedral de Granada, que se construyó en el lugar donde se estaba ubicada la mezquita mayor. Nuestro recorrido empieza por el Corral del Carbón, que servía como albergue para los mercaderes, donde contaban con cuadras para guardas los caballos y espacio donde dejar las mercancías, además de habitaciones donde descansar. Desde aquí queda acercarse hasta la Alcaicería, lugar que originariamente sirvió para el comercio de la seda, y que en la actualidad aún nos puede remitir a la imagen de un zoco árabe a pesar de que en 1843 sufriese un incendio que la destruyó y fue reconstruida en un estilo neo árabe y romántico, además de haberse transformado en lugar donde principalmente hacerse con suvenires de la ciudad.

Reserva tu Vueling Granada y anímate a recorrer sus calles en busca de la huella musulmana en la ciudad.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

+ info

Esplendor nobleza y belleza en el Loira

A aproximadamente una hora de París se encuentra el valle del Loira, una zona de vital importancia en la historia de Francia, y uno de platos fuertes en lo que al turismo se refiere. Estratégicamente este valle jugó un papel muy relevante en el pasado, de ahí que desde época medieval se llevase a cabo la construcción de fortificaciones que, si en un primer momento sirvieron para contener a los vikingos, siglos después serían el escenario de la encarnizada lucha que tuvo lugar entre ingleses y franceses durante la Guerra de los Cien Años. El reinado Carlos VII supuso un punto de inflexión en este bello valle, con el que alcanzaría su máximo esplendor, convirtiéndose en el lugar favorito de la nobleza francesa. A partir de este momento se empieza la construcción de espectaculares castillos en fincas campestres, siendo auténticos lugares de recreo donde dar vía libre al hedonismo. Posteriormente, la Revolución francesa causaría grandes estragos en la mayor parte de ellos, perdiéndose una parte importante de su patrimonio. En la actualidad se han rehabilitado, recuperando el esplendor del pasado, para convertirse en uno de los atractivos turísticos por excelencia de Francia.

Según la asociación “Châteaux de la Loire, Vallée des Rois” (Castillos del Loira, Valle de Reyes), encargada de la gestión del patrimonio presente en Valle del Loira, hay unos 70 sitios catalogados en él, entre los que, además de castillos, se incluyen abadías, iglesias y museos. Evidentemente, verlo todo puede resultar una locura, y hay que adentrarse en él con una selección previa realizada. Entre los castillos más relevantes están los siguientes:

Castillo de Chambord - Este pabellón de caza del rey Francisco I es una de las piezas clave del renacimiento francés, en la que se combinan a la perfección la tradición medieval con las estructuras clásicas italianas. Es uno de los castillos más grandes de la ruta y de los más populares. Las múltiples chimeneas que coronan su tejado y la escalera de doble hélice del interior son francamente impactantes.

Castillo de Cheverny Perteneciente a la familia Hurault, es también de época renacentista y está considerado precursor de la arquitectura francesa. Destaca la espléndida decoración de su interior. Entre las curiosidades de este edificio está que sirvió de inspiración a Hergé, creador de Tintín, en la creación del dibujo del castillo de Moulinsart (Mansion Pasador).

Castillo ChenonceauConocido también como elcastillo de las damas, es todo un icono de la ruta de los castillos del Loira, y uno de los más visitados. Construido en el siglo XVI, uno de los aspectos que más llama la atención es su emplazamiento sobre el río Cher.

Castillo Real de Blois Lugar de residencia de los reyes de Francia durante el Renacimiento, entre las múltiples historias que cuenta en su haber está la de que en su capilla fue bendecida Juana de Arco antes de acudir al sitio de Orleans. En la actualidad funciona como museo. 

Castillo Real de Amboise Esta fortaleza medieval transformada en residencia real durante los reinados de Carlos VIII y Francisco I, tiene el honor de albergar la tumba de Leonardo da Vinci, ya que fue aquí donde pasó sus últimos tres años de vida.

Castillo de LangeaisConsiderada como la fortaleza más antigua de Francia, conserva gran parte de su encanto medieval, con puente levadizo incluido, que contrasta con su fachada oeste, realizada en estilo renacentista. 

Castillo de Chaumont-sur-Loire Uno sus múltiples propietarios fue Catalina de Médici, que entre sus huéspedes contó con la presencia del astrólogo Nostradamus. Su jardín, diseñado por Henri Duchêne, alberga todos los años desde finales de abril a mediados de octubre el Festival Internacional de los Jardines.

El mínimo de días necesarios para hacer una ruta por el Valle del Loira es de cinco días. Puedes plantearte la ruta de forma lineal, yendo desde un punto más cercano a París, hasta el más alejado (o al revés), o puedes permanecer en alguna de las ciudades más relevantes de la ruta, como Orleans, Blois o Tours, y desde ahí desplazarte a los diferentes puntos de interés. Lo bueno es que las distancias no son excesivamente largas. La forma más cómoda de desplazarse es en coche, aunque existen alternativas, como es el caso de los tours en autobús, de los que hay bastante oferta con diferentes combinaciones posibles. Los más deportistas pueden optar por recorrer estas tierras en bicicleta, aprovechando que el terreno es bastante llano.

No dudes coger un vuelo a París y acercarte a uno de los valles con la colección de castillos con más pedigrí de Francia.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Frédérique Voisin-Demery, Thomas Steiner, Benh LIEU SONG, MFSG, Jean-Christophe BENOIST

 

+ info

Curiosidades de Roma muy útiles para tu próximo viaje

Si vas a viajar a Roma pronto, necesitarás conocer estas curiosidades para disfrutar al máximo de la experiencia en la Ciudad Eterna.

+ info