Burdeos: 10 imprescindibles en la capital del vino
A una escasa hora de avión desde Barcelona,Bordeauxes el sitio perfecto para una escapada corta: se trata de una ciudad "fácil" de visitar y de disfrutar. Su centro pequeño y peatonal invita a perderse entre sus edificios de piedra con ese carácter tranquilo que respiran sus habitantes. Orgullosa de sus vinos, del nuevo estadio firmado por Herzog & de Meuron, de la futura Ciudad de las Civilizaciones del Vino y de la llegada de Joël Robuchon (el 26 estrellas Michelin está detrás del restauranteLa Grande Maison), Burdeos reclama sus atractivos turísticos sin hacer ruido, a la manera elegante y burguesa que la definen. Aquí os facilitamos una guía gourmet:
1. La vinoteca más bella: L'Intendant
Cuatro pisos unidos por una arquitectónica escalera de caracol acogen unas 15.000 botellas y unas 600 referencias de vinos de Bordeaux. En la planta baja se almacenan las etiquetas de productores pequeños y en la superior, los más caros. El que más: Yquem 1937, a 6.000 €. Aquí encontrarás buenos vinos por mucho menos: solo tienes que dejarte asesorar por sus expertos.
2. Una cata para iniciarte: The Wine Bar en The Boutique Hotel Bordeaux
El bar à vins (bar de vinos) de este coqueto hotel de 27 habitaciones cuenta con catas ideales para adentrarte en el mundo de los vinos franceses. Además, su sommelier, Martín Santander, habla español. Entre sus cursos, "Tour de France" sirve cinco botellas con la etiqueta oculta para adivinar y conocer las diferentes tipologías y variedades galas. Es el único local de la ciudad especializado en vinos naturales.
3. Dónde tomar un vino: Bar à vins de CIVB
El edificio del Centro Interprofesional de Vino de Burdeos esconde un bar de vinos maravilloso. Mantiene una barra del siglo XIX, vidrieras del siglo XX y diseño del siglo XXI. Su carta de vinos es únicamente por copas, todas a precios muy asequibles: la mayoría entre 2 y 3,5 €, con alguna opción de 8 en los Grand Cru.
4. Maridaje en un restaurante de moda: Garopapilles
Vinos de autor y cocina de autor en uno. El chef Tanguy Laviale y el experto vinícola Gaël Morand prometen una gran experiencia en este bonito espacio, en el que comida y copas forman un tándem indisociable. Vinoteca a la entrada, el restaurante -íntimo y mágico- se esconde en la parte posterior. En un único menú degustación sorpresa debidamente maridado, el cocinero despliega su imaginación en platos como el ravioli de foie gras sobre lecho de col y shiitake y consomé de nécoras. Alta gastronomía sin mantel y plenamente recomendable. El menú sin vino sale a 32 € al mediodía y 62 por la noche.
5. El mejor pescado: Le Petit Commerce
Pescadería y bistró auténtico, sin florituras pero con ese charme –encanto- tan francés que enamora. Además, aquí, el menú de mediodía cuesta solo 14 €. Tanta aceptación ha tenido la propuesta del restaurador Fabien Touraille que ha hecho suya la calle Parlament Saint Pierre con tres locales. Su objetivo: popularizar el pescado, lo tiene bueno incluso en lunes.
6. Ecologismo hipster: Darwin
Este antiguo cuartel abandonado se ha transformado en un complejo de lo más cool. Acoge un co-working de empresas sostenibles y creativas, un gran restaurante y un supermercado ecológicos, un centro deportivo... y pronto un eco-lodge.
7. Chocolaterías muy tentadoras: Saunion, Cadiot-Badie, La Maison Darricau
Con gran tradición chocolatera, vale la pena visitar al menos estas tres direcciones con solera. En Saunion prueba Le Gallien (caramelo y praliné) y las Guinettes (cerezas frescas con jarabe de alcohol y fondant). Una especialidad de Cadiot-Badie: Le Diamant Noir (ganache con uva), además de zapatos y botellas de vino de chocolate como perfecto souvenir. En La Maison Darricau no te pierdas su Pavé (de pralinée, vino, azúcar y canela).
8. La tradición del Canelé: Baillardran
Un dulce muy bordelés elaborado con harina, yemas y vainilla, que ha de ser crujiente por fuera y suave por dentro. La cadena Baillardran, que está en todas partes, los hace diariamente.
9. Hotel, copas y brunch: Mamma Shelter
La cadena de diseño asequible, cuyo socio es el famoso Philippe Starck, cuenta con un hotel en el centro de Burdeos. Una excelente opción para alojarte o, al menos, para ir a tomar una copa en este espacio por la noche o un brunch el domingo: está muy de moda y es de lo más cool. Habitaciones desde 69 €.
10. Streetfood: Mercado de Chartrons
Este mercado al aire libre, a orillas del río Garona, se celebra cada domingo y entre sus muchos puestos de alimentación, puedes encontrar algunos donde comer de manera informal. Nuestros favoritos: los de ostras, a 6,50 € la media docena.
En la Oficina de Turismo de Burdeos pueden organizarte excursiones a alguno de sus pintorescos châteaux vitícolas, entre otras actividades.
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Texto de Isabel Loscertales / Gastronomistas
Fotografías de Isabel Loscertales / Gastronomistas
+ infoDe tapas por Granada
Son muchos los comentarios que habéis hecho a raíz del post que sugerimos el pasado 21 de junio De Tapas por Granada en el Facebook de Vueling People. Habéis sugerido distintos lugares y otras ciudades, además de Granada, donde tapear de lujo y hemos pensado que sería un acierto recopilar vuestra información e intentar hacer la ruta de tapas por Granada de la Vueling People. Como no podía ser de otra manera, aquí tenéis la primera ruta que habéis creado con vuestros comentarios. Habrán más. Vuestras aportaciones son siempre bienvenidas e intentaremos darle salida por myvuelingcity.com, el site para conocer los secretos bien guardados de los destinos Vueling.
Ardilla Feliz nos sugirió el Borsalino en Granada. El Borsalino es un lugar donde se comen tapas gratis cuando pides un botellín de cerveza, como no podía ser de otra manera en Granada. Muy cerca de la estación de autobuses, los vecinos del Borsalino, así es como llaman a los clientes de este bar, recuerdan este lugar por la calidad de sus tapas y por la simpatía de sus dueños.
Eli Moreno completó la información sobre Granada sugiriendo el barrio de La Chana para tapear, D’cuadros, Doña Rosquita o el Torcuato. Casa Torcuato tiene, además de una gran variedad de estupendas tapas, una vistas espectaculares de la ciudad por estar situado en lo alto del barrio del Albaicín. Está siempre lleno, pero no tardan nada en atenderte y, como es tradición, invitan a la tapa cuando pides una cerveza, no sea que se te suba a la cabeza por no llevar nada sólido en el cuerpo.
RM López Rodríguez nos sugería el Velilla Cafetería Celeste y Los Diamantes.Los Diamantes es otro de esos bares abarrotados de gente pero donde se come un espectacular pescadito frito. Situado en la calle Navas, es un clásico del tapeo en Granada y uno de los que más solera tiene a sus espaldas. Cosa que corrobora Cristina Jiménez, quien además nos indica que, “para tapeo en un lugar increíble, el Albaicín (plaza La Larga, plaza de San Nicolás, Torcuato, Mascarones…) y por el centro millones de sitios con buen jamón y buenos vinos como la Casa de Enrique “el Elefante”, junto a la catedral…”. Casa Enrique es, aparentemente, una tasca sin demasiadas pretensiones, pero de todos es conocida su fama en tener muy buenos embutidos, entre ellos el jamón.
El Cunini es otro de los lugares de renombre que nos invita a conocer Esther Arribas. Está situado también el centro histórico, cerca de la catedral, y se caracteriza por un rico pescado y marisco. Como la mayoría de los lugares de Granada acostumbra a estar siempre lleno y es difícil conseguir mesa, pero si lo haces, tu cuerpo te lo agradecerá.
Siguiendo en el centro de Granada, Antonio S. Zayas nos recomienda Bodegas Castañeda, por la zona de la calle Elvira. Hay quienes piensan que sus tapas y sus embutidos no son de lo mejor de Granada, pero en lo que todos coinciden es en la calidad de sus vinos, algunos de fabricación propia como el “castañeda” o el “calisacas”, o su vermú.
África Alemán nos envía a los bares de plaza del Aguaor y Begoña Benito comenta que no nos podemos perder en Granada La bella y la Bestia oel Reventaero, en el camino de Ronda y, como parece indicar su nombre, con tapas abundantes para “reventar” al personal.
Tanto Consuelo Martos como Anna Calero nos dirigen a la zona de la plaza de toros donde podemos encontrarLa Ermita, un restaurante con buen surtido de tapas, no demasiado caro y con buen jamón, como mandan los cánones.
Acabaremos la ruta de la Vueling People de tapas por Granada con la indicación de Manuel Bega de descubrir los bares de la Gran Vía de Granada y dejarse caer por ciudades de la provincia de Granada como Motril.
A raíz del tema del tapeo, otros usuarios de Vueling People nos sugeríais otros lugares como la calle Laurel de Logroño, una de las sugerencias que nos ofrecía Fátima Cabañas o Pilar Darder. Otros como Cristina Prat o Yorkin Beriguete nos recomendaban el casco viejo de Bilbao y, en especial, el singular Víctor Montes, tapas de primera en el norte de España. Muchos sugeríais lugares en distintos puntos de la geografía española como Zaragoza, Almería, León (en especial, el Húmedo), Barcelona (Ca l’Arturet en Castelldefels), Ávila, Sevilla (imperdible el Eslava) o Linares. Ramón Torregrossa le recordaba a Shiro Takiki un estupendo lugar para tapear en Madrid el bar scrum en la calle del so,l 7 y Vicent Stronger nos recomendaba en Cádiz el Barrio de la Viña.
Pronto otra ruta de tapas de Vueling People en otro de nuestros destinos. ¡Gracias a todos por vuestras sugerencias, hasta pronto y buen provecho!
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+ infoLa «Vecchia Signora» vuelve a la élite del fútbol
Turín tiene dos equipos de fútbol, el Torino FC y el más famoso, la Juventus FC. La mayoría de los turineses son seguidores del primero, pese a que en el resto del mundo sea mucho más conocido el segundo. Ver un partido de cualquiera de los dos equipos jugando en casa es toda una experiencia. Pero ahora hablaremos del segundo, porque vuelve a estar entre los mejores y porque su fútbol encandila.
La Juve o Vecchia Signora – Vieja Señora, como la llaman los turineses –, a diferencia de lo que dicta el catenaccio – férreo sistema defensivo, típicamente italiano -, siempre ha ofrecido un juego mucho más ofensivo y vistoso, en consonancia con otras escuelas, como la holandesa o la inglesa.
Los 80: Italia ilumina. Turín pone el juego
La Juventus vivió sus años dorados en la década de los 80 del siglo pasado cuando en sus filas militaba nada menos que Michel Platini, quien consiguió tres balones de oro consecutivos y lideró a su selección, la francesa, en la consecución de su primer título europeo, la Eurocopa del 84. Pero no solo estaba Platini en aquel equipo estratosférico. También formaron parte de aquella squadra –equipo- Stefano Tacconi, Cesare Prandelli, Zbigniew Boniek, Massimo Bonini, Gaetano Scirea, Sergio Brio y Antonio Cabrini. ¡Ahí es nada! Y es que este grupo de luminarias del balón consiguió lo que nadie hasta aquel entonces había logrado y fue la obtención de todos los títulos internacionales posibles en el transcurso de un año. Así entre 1985 y 1986 ganaron la Recopa de Europa (contra el Oporto), la Supercopa de Europa (contra el Liverpool), la Champions –entonces conocida como Copa de Europa- (también contra el Liverpool), y la Copa Intercontinental (contra el Argentinos Juniors), una proeza que con posteridad solo ha logrado el FC Barcelona de la era Guardiola. El fútbol italiano se había colocado en la vanguardia, a mucha distancia del resto. A nivel de selección había conquistado el campeonato mundial de España ’82, y a nivel de clubs, primero con la Juve y luego con el AC Milán, la supremacía europea delcalcio se prolongaría hasta bien entrada la siguiente década. Y es que en aquellos días de fútbol engominado, Italia estaba en boca de todo el mundo. El país con forma de bota se convirtió en el destino vacacional preferido de los europeos, su moda encabezada por marcas como Versace, empezó a marcar la pauta global, y hasta su música, en forma de ítalo disco copaba los primeros puestos de todos los hit parade continentales.
Lágrimas y alguna alegría
Quizá el hecho de haber sido el club que más finales de Champions haya perdido hace que le tengamos un cariño especial. Y es que si la década de los ochenta supuso para el club un derroche de celebraciones y títulos, los noventa fueron más bien un calvario. El club bianconero tardó en volver a ganar la máxima competición europea once años, y lo hizo por penaltis contra el Ajax, pero a partir de ahí, todo fueron desconsuelos. En siete años perdieron tres finales –contra el Borussia Dormund, Real Madrid y AC Milán respectivamente-, y su poderío a nivel europeo se diluyó prácticamente. Hasta esta temporada, en la que vuelven a dominar sin rival la liga de su país –le lleva más de 10 puntos al segundo clasificado-, y en la que por fin, ha vuelto a clasificarse para una semifinal de Champions – no lo hacía desde 2003-. ¿Y cual es la clave? La combinación de veteranía –Buffon, Tévez, Pirlo- con nuevas promesas –Morata, Fereyra, Pogba. Pero parte de la culpa la tiene también el entrenador Massimiliano Allegri, que en su primera temporada ha sabido imprimir versatilidad a un equipo que es capaz de jugar a la defensiva o al ataque, según convenga.
La ciudad de «Le Zebre»
Efectivamente, Turín es una ciudad volcada con su equipo de fútbol más internacional. El calcio sigue siendo el tema de conversación favorito en cualquiera de sus mercados, cafeterías y restaurantes. Pero donde se respira más ambiente futbolístico es en su estadio de fútbol, el Juventus Statium. Ubicado en Corso Gaetano Scirea, 50, este espectacular coliseo ideado por el arquitecto Gino Zavanella fue inaugurado en 2011, en substitución del histórico Stadio delle Alpi.
Dentro del estadio está el J Museum, uno de los museos de fútbol más importantes del mundo. Fue inaugurado el 16 de mayo de 2012 y dispone de varias salas en las que están expuestos los trofeos ganados por el club y camisetas de los jugadores más importantes de la historia de la Juve, además de zonas interactivas, llenas de fotografías históricas del club turinés.
En los alrededores del estadio hay un Paseo de la fama conformado por los nombres de cincuenta de los jugadores más importantes de la histora bianconera, elegidos por los aficionados del club a través de la página web del club. Entre los más destacados se encuentran nombres históricos del fútbol mundial como Roberto Baggio, Zinedine Zidane, Michel Platini, David Trezeguet, Alessio Tacchinardi, Dino Zoff, Alessando Del Piero o Pavel Nedvěd.
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Texto de ISABELYLUIS Comunicación
Imágenes de Juventus FC, forzaq8
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La música de los últimos años del muro
Sin duda la ciudad de Berlín experimentó uno de sus periodos más extraños durante la época de la guerra fría. Y no es para menos; porque el hecho de que levanten un muro que divida en dos una ciudad separando a vecinos y familiares y colocándolos en dos universos opuestos, es sin duda una experiencia del todo orwelliana.
Ambas partes de la metrópolis, pues evolucionaron de maneras muy distintas. Por un lado, la parte Este se quedó estancada en un sistema basado en el control casi obsesivo por parte del sistema (al igual que el resto del bloque comunista); por el otro, el Oeste, que seguía un proceso evolutivo idéntico al resto del mundo capitalista.
Berlín Oeste: de la meca del «underground» al hedonismo house
A partir de los años setenta, y siguiendo las nuevas corrientes procedentes de Inglaterra y los Estados Unidos, se empezó a asentar en Berlín una nueva escena musical, basada en la libertad creativa y en la estética de ruptura radical con el pasado. El punk y todas sus ramificaciones posteriores tuvieron en Berlín uno de sus grandes centros. El poso outsider y de cultura artística underground había atraído a artistas de la talla de David Bowie, Brian Eno, Keith Haring o Lou Reed a lo largo de los 70. Y ahora un buen puñado de bandas estaban nutriendo un circuito tan interesante como el de Londres o la transgresora Sheffield.
A finales de los setenta, la música de Joy Division y de algunos experimentadores de la electrónica y la música industrial fueron adoptados como iconos a seguir en la floreciente escena alternativa del Berlín abierto. Y es que el post punk alemán, a diferencia del británico o americano se caracteriza por una tensión entre lo político y lo cultural, y estéticamente le debía mucho a la tradición krautrock, ya que muchos de sus temas son repeticiones infinitas a velocidad vertiginosa, como Geld/Money de la banda arty Malaria, o los primeros discos de DAF.
La emocionante escena de Berlín desde 1980 estuvo en continuo movimiento, y surgió un sinfín de bandas como Einstürzende Neubauten, liderada por el controvertido Blixa Bargeld, Die Unbekannten, Nina Hagen, Die Krupps, Mekanik Destrüktiw Komandoh, Die Tödliche Doris, Geile Tiere, o Die Arztey su punk funk con letras sarcásticas.Aunque bien es cierto que la escena estaba conformada no solo por músicos sino también por directores y actores de cine, escritores, filósofos, artistas y fotógrafos. A mediados de los 80 se inició un proceso de desintegración. La música se fue haciendo cada vez más comercial, y los grupos empezaron a fichar por multinacionales. Pero pronto llegó una nueva revolución sonora, que caló con fuerza en la ciudad: el acid house y el techno. No olvidemos que la Love Parade de Berlín fue el primer desfile multitudinario de música electrónica del mundo. La primera edición Love Parade fue en 1989. El evento se inició como una manifestación a favor de la paz y del entendimiento a través de la música. Sólo unos meses más tarde, el muro se vino abajo y el Oeste de Berlín pasó a la historia.
De aquella época todavía queda en pie el mítico SO36, un club ubicado en Oranienstrasse cerca Heinrichplatz en el área de Kreuzberg, el cual toma su nombre del código postal histórico de esa zona, SO36. El barrio de Kreuzberg ha sido históricamente el hogar del movimiento punk de Berlín, así como otras subculturas alternativas en Alemania. SO36 se centró inicialmente en gran parte de la música punk. A partir de 1979 se trató de crear un crossover entre el punk, new wave y el arte visual. En aquellos días el club rivalizaba CBGB de Nueva York como uno de los mejores lugares de la nueva ola en el mundo. También estaban en el circuito de Berlín, Metropol, la discoteca Kino, el club 54 Kantstrasse o el cine alternativo Sputnik, donde estrenaron el film de culto Yo, Cristina F.
Documento de una época en pantalla grande
Entre los próximos 29 de octubre y 8 de noviembre tendrá lugar la 13ª edición del Festival Beefeater In-Edit, en Barcelona, y entre los numerosos films que conformarán su cartel estará B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989, un documental dirigido por Jörg A. Hoppe, Heiko Lange, Klaus Maeck. sobre la música, el arte y el caos en el Salvaje Oeste de Berlín de la década de 1980: la ciudad amurallada que se convirtió en el crisol creativo para un tipo especial de sub cultura pop, que atrajo a diletantes brillantes y celebridades de fama mundial de todo tipo. Sin embargo, antes de que el telón de acero cayera, artistas, okupas, poetas, creadores musicales y hedonistas disfrutaron, todos en comunión, de un estilo de vida poco convencional en Berlín. Todos sabían que no duraría mucho, pero, ¿quien pensaba en el mañana? Se trataba de vivir el momento - el aquí y ahora -.
Con material televisivo inédito en su mayoría, y filmaciones, fotos y entrevistas originales, B -Movie el documental cuenta la historia de la vida en la ciudad dividida, una interzona cultural en el que parecía posible todo, siendo un lugar diferente a cualquier otro de Europa. Es un collage de ritmo rápido de historias de una década frenética pero creativa, comenzando con el punk y terminando con la Love Parade, todo en una ciudad donde los días son cortos y las noches son interminables.
Actualmente, Berlín está viviendo una segunda juventud en cuanto a actividad cultural (y también musical). ¿A qué esperas para ir a descubrirlo? Consulta nuestros billetes aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
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