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Innsbruck el paraíso nevado

Innsbruck es el paraíso de los aficionados de los deportes de deslizamiento sobre nieve. A su favor tiene que las pistas están a un paso de la ciudad. Aquí todo se reduce a nieve blanca y cielo azul, o lo que es lo mismo, se trata del sueño hecho realidad de todo esquiador, freerider, snowboarder o excursionista que se precie. Las nueve estaciones de esquí de la Olympia SkiWorld Innsbruck, harán las delicias de los aficionados al esquí. No olvidemos que aquí se encuentra también la estación de Kühtai, que con 2.020 metros de altitud es el techo de los Alpes. Lo bueno de Innsbruck es que no todo se limita al ocio de nieve. Después de un día en las pistas o haciendo excursiones a pie por la montaña, se puede disfrutar de una ciudad con innumerables posibilidades, incluyendo sus mercadillos navideños. Aquí tienen nada menos que seis. Pero hoy nos vamos a centrar en sus estaciones.

Las nueve estaciones de esquí alrededor de la triple ciudad olímpica

Ni más ni menos que nueve estaciones de esquí y snowboard – desde pistas familiares hasta pistas acotadas para profesionales – forman parte de la Olympia SkiWorld Innsbruck. Aquí encontrarás tu pista, y además, el desplazamiento entre ellas es cómodo a través de su esquí-bus ecológico y gratuito.

1. Nordkette

Es una de las pistas más empinadas de toda Europa con una inclinación del 70 %. El descenso desde Hafelekar hasta la Seegrube es toda una experiencia adrenalínica. Una de las características de esta estación es que es muy accesible, ya que se encuentra a tan solo 20 minutos en teleférico y telecabina desde el centro de la ciudad. En Seegrube, además hay un área chill-out para los que prefieren lucir palmito. Se trata de una pista muy completa que incluye Kids-Arena para los más peques. Además en Nordketten Skylinepark incluye iluminación nocturna y un sistema de música allround de 2.000 vatios.

2. Patscherkofel

El “gigante dócil“ mira desde la cara sur de la ciudad hacía la cordillera Nordkette. Las pistas de la montaña de Patscherkofel han sido tres veces olímpicas (1964, 1976, 2012). El Olympia-Express y el teleférico Patscherkofelbahn llevan a los esquiadores cómodamente a las pistas, y en el snowpark Innsbruck los freeriders encuentran su particular edén invernal.

3. Glungezer

Situada a tan solo 12 quilómetros de Innsbruck, justo al lado del Patscherkofel, la estación de esquí de Glungezer ofrece pistas con vistas panorámicas sobre el valle del río Inn. Destaca por ser el descenso más largo del Tirol, con más de 15 km. Además al encontrarse más apartado del centro presume de no contar con tantas aglomeraciones.

4. Muttereralm

La estación de esquí Muttereralm es perfecta para ir en familia. Es fácilmente accesible desde Mutters y también desde Götzens. Sus atractivas y soleadas pistas ofrecen fantásticas vistas sobre los valles Inntal y Wipptal. Aquí se encuentra MAP 6020, o lo que es lo mismo el snowpark más largo de la región de Innsbruck.

5. Rangger Köpfl

A tan solo 15 minutos en coche desde Innsbruck, la estación de esquí de Rangger Köpfl ofrece pistas de nivel fácil a medio. Una telecabina de 8 plazas, 4 tele arrastres y un snowpark para principiantes completan la oferta a los amantes del esquí. Además el camino Höhenweg permite a los senderistas disfrutar del reparador aire alpino de invierno.

6. Axamer Lizum

La estación de Axamer Lizum destaca sobre todo por la calidad de sus pistas. Aquí se pueden desplazar hasta 12.000 personas por hora y prácticamente nunca hay tiempos de espera. Para los freeriders, esta estación, con sus laderas orientadas al norte, es un auténtico paraíso de la nieve polvo. Si vais os recomendamos que os quedéis a comer en el restaurante panorámico Hoadlhaus.

7. Kühtai

Se encuentra en lo más alto de los Alpes. Lejos de las multitudes de otras estaciones más cercanas a la ciudad, Kühtai cuenta con pistas anchas, nieve garantizada hasta bien entrada la primavera, numerosos remontes, refugios alpinos auténticos y esquí nocturno dos veces por semana. A todo esto hay que añadir el k-Park Kühtai, es una pasada ya que en éste losfreeriders pueden esquiar en una pista que se encuentra por encima del límite del bosque.

8. Schlick 2000

La estación de Schlick 2000 es sinónimo de deporte alpino a la última. Aquí, en el valle Stubaital, se puede practicar el esquí alpino, esquí nórdico, carving, snowboard y hacer bajadas en trineo, pasear por la nieve, volar con parapente... En la zona infantil de la escuela de esquí de Stubai los monitores cuidan de niños a partir de 3 meses de edad.

9. Stubai

La plataforma de la cima en el glaciar de Stubai garantiza vistas sobre 109 cumbres de tres mil metros incluyendo la del gigantesco glaciar. En la zona de esquí sobre el glaciar más grande de Austria a los esquiadores les esperan 110 km de pistas preparadas y 25 sistemas de remonte. El Stubai Zoo es uno de los mejores snowpark de Europa. La estación permanece abierta de octubre a junio.

Más información en Innsbruck Tourismus. ¿A qué esperas para tener la mejor experiencia sobre nieve del continente? Consulta nuestros vuelos aquí.

 

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Innsbruck Tourismus

 

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Vive Donosti desde el deporte

Cada noviembre se celebra en San Sebastián la que es para mí la mejor carrera a pie del circuito nacional: la clásica Behobia-San Sebastián. Una prueba que une los 20 kilómetros que separan la localidad irunesa de Behobia (y frontera con Francia) con la capital gipuzcoana. Es una verdadera fiesta del deporte que este año llegó a la edición número 51, con cerca de 30.000 corredores inscritos.

Allí estuvimos para correrla, pero esta vez no fue a pie sino en patines. Sí, tiene modalidad patinadores y también cuenta con una Behobia Txiki para niños de hasta 13 años el día anterior de la prueba y un formato reducido, la Behobia Gaztea, para los chavales de 14 a 18, que realizan los últimos 4,4 km del circuito. Asimismo está la Behobia para discapacitados, dando cabida a todo el mundo. Sobre esta prueba recomendaros que la preparéis bien físicamente y reservéis dorsal y alojamiento con mucha antelación. Se trata de un circuito con continuos ascensos, lo que puede hacerla muy dura si vamos por encima de nuestro ritmo.

Algo más que la clásica Behobia-San Sebastián

En el último post de Londres ya os animaba a descubrir las ciudades corriendo. En Donosti os aconsejo como carrera urbana la ruta de “Las tres playas”, saliendo de El Peine de los Vientos de Chillida en Ondarreta, atravesando el Paseo de La Concha hasta llegar a la playa de La Zurriola, cruzando el Bulevar y el puente del Kursaal. Esta misma ruta es ideal también patinando en roller o skate.

Pero más allá de correr por la ciudad, Donosti se presta a interactuar activamente con su entorno a través de actividades como éstas:

Surf en la Zurriola. La playa de la Zurriola, en el barrio de Gros, atrae a gente de todo el mundo. Un ambiente internacional por la calidad de sus olas y allí contamos con los amigos de Pukas que llevan años trabajando para hacer crecer el surf en el País Vasco y ahora también con escuela en Barcelona. Si vais a hacer surf y es la primera vez poneos por favor en las manos de un monitor, pues no es una playa fácil.

Kayak y SUP en La Concha. En las mismas instalaciones del Club Fortuna en La Concha tienen servicio de alquiler de Stand Up Paddle y de Kayak. De allí podéis ir a la Isla de Santa Clara o entrar, con precaución, en el Puerto Viejo de Donosti. La Concha es, sin duda, más tranquila que La Zurriola y ofrece unas vistas espectaculares de toda la Bahía.

Natación en La Concha. Si os gustan las aguas abiertas y tenéis neopreno podréis alargar la temporada de nado. La Concha es una playa tranquila, siempre y cuando te mantengas dentro de la Bahía. Tenéis servicio de taquillas donde podréis ducharos y dejar vuestra ropa mientras nadáis tranquilamente. La taquilla va con una llave imantada que es fácil de usar para nadar.

Mountain bike o paseo por el monte Ulía. Todo el que corra la Behobia se acordará (para bien o para mal) de la última subida llamada el Alto de Miracruz, que continúa con la última bajada por la avenida de Ategorrieta. Allí, a mano derecha, pasado el restaurante de Arzak, está la subida hacia Ulía. Podéis acceder en coche hasta el merendero de arriba o subir caminando. La montaña está llena de caminos y sendas para disfrutar con la bici de montaña, corriendo, o simplemente paseando. En cualquier caso disfrutarás de las vistas y el paseo que lleva hasta Pasajes de San Pedro y el barrio pescador de Trintxerpe.

Y si por alguna casualidad el día no acompaña y necesitáis echar mano de una actividad indoor podéis hacer uso del Gimnasio del Club Atlético San Sebastián para realizar una rutina de gimnasio (bici, carrera, fuerza) o, si buscáis un punto diferente, subíos al Pabellón del Club Fortuna Pío Baroja para practicar escalada en su rocódromo, tanto con cuerda y arnés (escalada deportiva), como simplemente con pies de gato en la zona interior habilitada con colchonetas para escalar a baja altura.

Como ves a Donosti vale la pena venir a hacer deporte aunque no sea a competir. Eso sí, si tienes el gusanillo de competir apunta en el calendario las siguientes fechas y pruebas (por orden tras Behobia) y ve reservando tu billete en Vueling para disfrutarlas.

Maratón de San Sebastián a finales de noviembre
Lilatón
la primera semana de marzo coincidiendo con el día Internacional de la Mujer, una carrera que es únicamente para mujeres.
Triatlón Memorial Onditz
y Triatlón de la mujer en junio
Travesía a nado de la Concha
en septiembre
Cross de las tres playas
en octubre

 

Texto de Raúl Casañas

Imágenes de Iaona Manolache, Pello Sosoro

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Tallin la escapada perfecta antes de Navidad

El norte de Europa, con sus mercados y su decoración ad hoc, es un destino perfecto para todos aquellos que buscan impregnarse del espíritu navideño antes de celebrar las fiestas con la familia. Una de las ciudades cuyo mercadillo es digno de visita es Tallin, la capital de Estonia, que cuenta con uno de los núcleos medievales mejor conservados del Báltico. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el año 1997, está rodeado por una muralla recia que ha sobrevivido a todas las guerras. ¿Alguna razón más para viajar a Tallin? Pues que cuenta con una de las fachadas marítimas más bellas del mundo y según Condé Nast Traveler va a ser una de las ciudades que va a triunfar en el 2017.What else?

Tallin fue un núcleo comercial de suma importancia cuando la Liga Hanseática dominaba todas las rutas por el Báltico y el Mar del Norte. Entonces era conocida con el nombre germánico de Reval y era tal su riqueza que se podía permitir el lujo de tener dos alcaldes y veinticuatro funcionarios municipales que trabajaban años alternos. Su centro histórico data de la época medieval y se vertebra alrededor de la plaza del Ayuntamiento donde está el símbolo de esta ciudad, el Viejo Tomás (Vana Toomas), una veleta que representa a un mercenario que lleva en una mano una espada, y en la otra una bandera. También destacan la iglesia de la Virgen María, de origen luterano, la de Domo, del llamado estilo gótico desnudo, o la catedral ortodoxa de Alexander Nevski, del año 1900, ubicada en la colina de Toompea. Daneses, alemanes, suecos, rusos y, por último, los soviéticos dejaron su impronta en la historia de Estonia. De esta última época destacan el cine, hoy uno de los centros de ocio más importantes de la ciudad, y la estructura de patios interiores que podemos encontrar por esta urbe báltica.

No podéis decir que habéis estado en Tallin si no habéis recorrido la calle de la Pierna Larga (Pikk jalg) y la de la Pierna Corta (Lühike jalg) y no os habéis parado a contemplar las increíbles e icónicas vistas de la ciudad desde el mirador de Patkuli desde donde se ven el mar, el puerto y la iglesia de Oleviste (San Olav). Tampoco seréis grandes conocedores de la capital de Estonia si no dais un paseo por el moderno barrio de Rotermanni o si no os reís cuando os explican cómo se llaman dos de las torres más conocidas de su inexpugnable muralla: “Mira a la cocina” y “Margarita la gorda”.

A los habitantes de Tallin les gusta la playa y una de las más concurridas en verano es la de Pirita (Brígida), de arena blanca, donde la gente se baña alegremente en las desabridas y frías aguas del Báltico donde se pueden pescar peces típicamente de río como el lucio. En esta zona se edificó la villa olímpica donde se alojaron los atletas que participaron en las pruebas de vela de las Olimpiadas de Moscú, en el año 1980.

Tallin y sus museos

Tallin es una ciudad en la que hay infinidad de zonas verdes y museos. En el parque Kadriorg encontramos el homónimo palacio que mandó construir para su esposa el zar Pedro I de Rusia. En su interior está el Museo de Arte Extranjero donde se pueden ver obras de artistas italianos, holandeses, alemanes y rusos, entre otros, de los siglos XVI al XIX. Cerca se ubica el Museo de Arte Kumu, uno de los edificios más modernos y originales de Tallin con estructura de piedra caliza y cobre que alberga exposiciones de todo tipo, ya sean permanentes o itinerantes.

Otros espacios culturales muy recomendables, sobre todo para las familias que viajan con niños, son el Museo Rocca al Mare, situado en un amplio parque forestal que cuenta con granjas de techos de paja de entre los siglos XVIII y XX, molinos, una iglesia de madera y una escuela, y donde se muestran cómo se vivía y trabajaba hace siglos, y el Museo Marítimo de Estonia, donde se pueden ver barcos y naves emblemáticas como el rompehielos Suur Tõll, el más grande de Europa que se conserva, el buscaminas Kalev o el submarino Lembit.

Anímate a conocer la capital de Estonia, reserva tu Vueling a Tallin aquí.

Texto de Tus Destinos

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La ruta del esmorçaret en Valencia

Para todo aquel viajero que recala en la ciudad del Túria, parece que sus paradas turísticas están escritas: la Ciudad de las Artes y las Ciencias, La Catedral, El Miguelete, La Lonja de la Seda, El Mercado Central, Las Torres de Serrano, Las Torres de Quart, el puerto, el Bioparc —si hay niños— y, por supuesto, La Albufera. Todo ello sin olvidar disfrutar de una buena paella para comer y una horchata para merendar.

Pero Valencia es mucho más. De hecho, existe una costumbre que es casi una religión: el almuerzo, más conocido como el esmorçaret, en el que junto al apetecible bocadillo con pan recién horneado, podréis degustar el platito de aceitunas o frutos secos, la cervecita, y el café, y todo, por menos de cinco euros.

Os sugerimos 8 bares de peregrinación obligada que os convertirán en adeptos a esta sana costumbre que suele hacerse entre las 10 y las 12 de la mañana.

Para los amantes de la tortilla

Bar Alhambra. En este pequeño local en la zona de Juan Llorens, cada día su dueño, Benito, cocina de media unas seis tortillas, de 2 kilos y medio de peso cada una. La principal sería la de patata, pero podemos elegir también entre la de patata y cebolla, de patata y ajos tiernos, la de patata y sobrasada, de patata y morcilla, entre otras. Otra de sus especialidades que te harán salivar es el bocadillo de lomo apaleao.

Bar Rojas Clemente. Escondido en uno de los mercados más pequeños de la ciudad, su barra es un espectáculo con múltiples variedades de tortillas, revueltos, embutidos y los clásicos pasteles salados tan característicos del local. El de queso de cabra, tomate confitado y espinacas es menester probarlo.

Bajo el sol de Valencia

Kiosco La Pérgola. Situado en el tranquilo y codiciado Paseo de la Alameda, es uno de los grandes clásicos de la ciudad, no sólo por su comida, sino por su soleada terraza. El ‘bombón’ es el bocata estrella: con lomo, champiñones, queso y salsa especial. Pero también podemos pedirnos uno solo con champiñones, o con mero, o con hígado, que en La Pérgola se convierte en todo un manjar.

El tamaño sí importa

Bodega La Pascuala. El local más solicitado por los amantes del almuerzo ubicado en el barrio marinero de El Cabañal y a tan sólo unos metros de la Playa de la Malvarrosa. Su ‘hit’ es el ‘Súper’, un descomunal bocadillo de barra entera con carne de caballo, cebolla, bacon, queso y el pan con tomate a la catalana. Los cacahuetes y aceitunas corren a cuenta de la casa.

Almuerzo con Estrella Michelín

Central Bar. Almorzar con Estrella Michelín también es posible. Este bar regentado por el reconocido chef Ricard Camarena, se encuentra ubicado en el increíble Mercado Central en el Barrio del Carmen, el casco antiguo de la ciudad. El bocadillo estrella lleva el nombre del propio Ricard Camarena y está elaborado con lomo, cebolla, mostaza y queso. ¡Un festival de sabor!

Un clásico: bocadillo de calamares

Casa Mundo. Fundado en 1953 por el mítico jugador y máximo goleador de la historia del Valencia C.F. Edmundo Suarez "Mundo”, este bar situado en el centro de la ciudad resiste cuál fortín ante la invasión de las franquicias. Destaca el bocadillo de calamares (el más famoso), pero también el blanco y negro con habas, el chivito y el pepito de pisto, tal y como se hacían hace más de 50 años.

La Piulà. Abundantes bocadillos con suculentos calamares rebozados arropados por un par artesanal y crujiente. El condimento opcional: la suave mahonesa. No os perdáis tampoco ‘el ciclista’, con jamón, tortilla y tomate como ingredientes principales.

Un lugar escondido en el casco antiguo

Tasca Ángel. La última parada de esta ruta es un recóndito local situado cerca del Mercado Central de Valencia, a escasos metros de la Lonja. Posiblemente sea el bar que mejor prepara las sardinas, su reclamo y auténtica especialidad, pero no es la única delicia que podemos probar. Desde unas verduritas a la plancha, hasta tapas muy difíciles de encontrar en otros locales como los riñoncitos, o la lleterola (mollejas), muy valorada en la huerta valenciana. Todo ello sin olvidarse de su ajo arriero.

Consulta tu Vueling aquí y conviértete a la cultura del ‘esmorçaret’.

Texto de Laura Llamas para Los Viajes de ISABELYLUIS

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