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Dos días en Munich

El Englischer Garten es el parque más grande de la ciudad y como hacía muy buen tiempo nos decidimos a pasar allí la mañana como buena parte de los muniqueses. Al inicio hay un puente sobre el río Eisbach en el que los surfistas aprovechan la fuerte corriente y las olas que se producen para practicar el deporte. Es muy entretenido observarlos y ver como se organizan y respetan sus turnos para lanzarse a hacer piruetas.

El parque tiene grandes explanadas y otras zonas arboladas surcadas por riachuelos con lo que es muy relajante pasear por allí e ir cruzando los puentes. En medio del Englischer Garten se encuentra el Biergarten de la Torre China. En los biergarten la gente puede llevarse su propia comida de casa pero como no llevábamos nada compramos salchichas en un puesto.

Seguimos paseando por el parque y nos dirigimos a una de las salidas laterales. Allí nos encontramos con otro pequeño biergarten que nos llamó mucho la atención porque en su terraza habían plantado las cabinas de unos teleféricos y en su interior se podía tomar el café. Nos pareció una idea muy original.

Cogemos la calle Hohenzollernstraße; queremos ir a un local que nos han recomendado Laurel Robbins de monkeysandmountains.com. Se trata del restaurante en el que preparan patatas con más rellenos de los que te puedas llegar a imaginar.
 La calle Hohenzollernstraße tiene muchas tiendas de todo tipo: diseñadores de ropa, anticuarios, zapaterías… En Lili & Milou tienen un escaparate con ropa y juguetes para niños muy colorido.

Lamentablemente Kartoffelhaus estaba cerrado, seguramente porque nos habíamos entretenido un poco paseando por el parque. Aún no estábamos acostumbrados a los horarios de comida alemanes y a la hora a la que llegamos teníamos más posibilidades de cenar que de comer.

Por suerte muy cerca encontarmos un sitio que nos gustó mucho, el Schwabinger Wassermann en la calle Herzog 82. Nos hacia gracia también que estuviera en la calle dedicada al director y productor de Múnich, Werner Herzog, porque somos muy fans de sus películas. Este hombre volvía locos a todos los miembros de su equipo con su fuerte carácter. En Fitzcarraldo hizo mover un barco de vapor de 320 toneladas por una colina sin usar efectos especiales.

Como no conocemos muy bien el significado de los nombres alemanes de la carta, pedimos un plato tailandés por señas, como el que se estaba comiendo la chica de la mesa de al lado. Tenía muy buen aspecto y resultó ser muy picante pero buenísimo.

Podéis ver en la foto que el plato se servía con una guindilla roja. Una cosa que tendremos en cuenta la próxima vez que comamos algo con guindilla es vigilar de no tocarnos el ojo después de manosearla. El picor en el ojo es el mismo que en la lengua con el agravante de que no puedes beber nada para aliviarlo.

Al día siguiente nos decimos a visitar el centro de la ciudad. La plaza Marienplatz es el centro de Múnich con su impresionante ayuntamiento, la Peterskirche y la Frauenkirche, con las cúpulas de sus torres de un característico color verde.

El mercado de Viktualienmarkt se encuentra muy cerca del centro histórico y es un espectáculo para la vista que te hace parar en cada puestecillo. En uno de los laterales están las carnicerías con todo los tipos de salchichas alemanas y sus deliciosas carnes ahumadas. Rodeando el palo de mayo de la plaza se encuentran el resto de puestos con sus productos, frutas, verduras, quesos y adornos navideños, muy bien colocados.

El puesto más concurrido de todo el mercado era una pequeña cabaña de madera en la que servían Glühwein Haferl, vino caliente con canela y limón en unas tacitas de cerámica muy navideñas. Con la mano en el corazón tenemos que decir que el primer sorbo de ese brebaje nos supo a rayos pero que le vas cogiendo el gustillo a medida que vas bebiendo y, además, te hace entrar en calor.

Continuamos hasta Vits en Rumfordstraße 49, una deliciosa cafetería que nos había recomendado Laurel. Dice que sirven el mejor café de toda la ciudad y ¡no le falta razón!

De todas las cervecerías que hay en Múnich, nos habían recomendado no ir a la famosa Hofbrauhaus; no es la más frecuentada por los alemanes porque es demasiado turística. De todos modos pasamos por delante un poco por casualidad y no pudimos resistir la tentación de entrar. Sentados en una de las mesas para compartir de la entrada veíamos como constantemente entraban grupos de turistas a una pequeña sala en la que los clientes habituales depositan su jarra de cerveza, que queda guardada bajo candado. Cuando estos clientes acuden al local, retiran la jarra, la limpian con un poco de agua. Es fácil distinguir a los clientes habituales porque acostumbran a ir ataviados con los característicos sombreros y trajes bávaros.

En Odeonsplatzse encuentra la cafetería Tambosi, una de las más antiguas de la ciudad. Ya empezaba a hacer un poco de frío y la gente se sentaba en la terraza, en la que estaban haciendo un concierto de música clásica, abrigados con unas mantas de color rojo.

Dicen que tocar las narices de los leones de la puerta de la Münchner Residenz, el que fuera palacio real de los reyes de Baviera, da buena suerte pero que este toque debe ser ligero, como de pasada. Si los tocas demasiado tiempo produce el efecto contrario. Así como este tipo de supersticiones normalmente sólo son seguidas por los turistas, os podemos asegurar que en este caso es la misma gente de Múnich la que sigue con más ahínco la tradición.

Múnich fue sede de los Juegos Olímpicos de 1972 y vale la pena acercarse a visitar su villa olímpica, la Olimpiastadion con su irregular cubierta acristalada.

Además de ofrecer espectáculos deportivos, el Estadio Olímpico de Múnich es escenario de numerosos conciertos y muchos de los artistas que han pasado allí han dejado su firma en cemento como si fuera el paseo de la fama de Hollywood. Puedes encontrar las de Metallica, Rem, Kiss, Genesis, Aerosmith, Bryan Adams, Carlos Santana o Roger Waters por citar algunos de los que recordamos. Es un paseo por la historia de la música moderna.

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5 cosas que no te puedes perder en Bergen

Bergen es una ciudad con 900 años de historia. En todo este tiempo se ha caracterizado por la hospitalidad de sus habitantes con cualquier viajero que les visite. Actualmente es conocida por ser el verdadero eje cultural de Noruega. De hecho la ciudad es patrimonio mundial de la UNESCO.

Desde que el intrépido rey Olav Kyrre entró en el puerto y fundó la ciudad en 1070, Bergen ha atraído a gentes de todas partes del mundo. Algunos vinieron y se fueron, otros decidieron hacer de Bergen su casa. Los bergenses tradicionalmente han viajado mucho al extranjero, de hecho debido a su espíritu comercial siempre han estado muy bien comunicados con el exterior. El hecho de haber sido un enclave comercial ha facilitado mucho la llegada de diferentes culturas a lo largo de los siglos. Por eso durante mucho tiempo fue la ciudad de Noruega más importante, convirtiéndose en la primera capital que tuvo el país, siendo también, el hogar de la realeza. La ciudad vieja, llamada Bryggen está tan solo a 12 km del aeropuerto, un paseo, vaya.

Crucero entre fiordos y montañas

Experiencia total entre fiordos, montañas y cascadas a bordo de un crucero que dura algo más de tres horas, y que pasa por Osterfjord y los pintorescos Mostraumen,un lugar donde los barcos apenas pueden navegar de lo estrecho que es el paso. El crucero comienza en Zachariasbryggen, justo al lado del mercado de pescado. En el primer tramo del camino se puede disfrutar de una buena vista desde el mar de Bergen. El crucero pasa junto a Nordhordalandsbrua y Osterfjord. Cuando nos acercamos a Mostraumen el fiordo se vuelve más estrecho y es del todo impresionante ver como estamos rodeados por montañas escarpadas. Durante el transcurso también se pasa junto a varias cascadas, de las que incluso podemos recoger agua para beber. Tened la cámara del móvil a punto porque no será difícil ver focas, cabras y águilas durante la travesía. Más información aquí.

Un paseo por el muelle

El viejo muelle tuvo su momento de esplendor, en el siglo XIII cuando la confederación de ciudades mercantiles del norte de Alemania, que intentaba favorecer el intercambio comercial entre las principales ciudades germanas, abrió uno de sus cuatro oficinas europeas aquí. Tiene un diseño arquitectónico único y es quizás una de las imágenes más familiares de toda Noruega. Bergen creció alrededor de su colorido puerto, que era el centro del comercio, la navegación y la artesanía.

Mercado de pescado

El pintoresco mercado de pescado en Bergen es uno de los mercados al aire libre más visitados de Noruega. El mercado también vende frutas, verduras y recuerdos, pero su punto fuerte es sin duda el pescado. Tiene una magnífica ubicación, en el corazón de la ciudad, entre los fiordos y las siete montañas de Bergen. Durante la temporada de verano (del 1 de mayo al 30 de septiembre) el mercado está abierto todos los días de la semana, de 7 a 21 horas. En cambio, durante el invierno solo abre los sábados de 9 a 15 h. Es ideal para venir con niños, ya que es habitual ver el marisco vivo en grandes peceras.

Panorámica de concurso

Las mejores vistas de Bergen las encontramos subiéndonos al funicular Fløibanen, el cual nos lleva hasta la cima del monte Fløyen en tan solo 8 minutos. Una vez en la cumbre descubriremos que allí también hay un imponente parque con numerosas atracciones para los más pequeños. O sino, también os recomendamos dar un paseo por la montaña. El funicular es una de las atracciones más famosas de Noruega. El viaje se inicia desde el centro de la ciudad, a sólo 150 metros del mercado de pescado y de Bryggen. El monte Fløyen se encuentra aproximadamente a 320 metros sobre el nivel del mar, y desde allí se puede disfrutar de la hermosa vista, asimilar el paisaje urbano con detalle y las panorámicas orientadas hacia el mar y los fiordos de Bergen.

Museo de Edvard Grieg

El actual Museo de Edvard Grieg fue durante 22 años el hogar del famoso compositor. En esta pintoresca cabaña con jardín compuso muchas de sus obras más emblemáticas. El museo se encuentra en Troldhaugen, en Bergen, y actualmente, además de albergar el museo en el que se programan exposiciones relacionadas con el creador del famoso Concierto para piano en la menor, también dispone de una cafetería y una pequeña sala de conciertos, que incluye una cabina datada en el año 1885.  

Bergen cuenta con infinitas posibilidades, tanto si te quedas en la ciudad como si te vas a explorar sus alrededores –os recomendamos acercaros hasta Stegastein, el mirador desde el que podrás disfrutar de unas increíbles vistas gracias a su plataforma de 30 metros sobre los fiordos ¡y a una altura de 650 metros!-. ¿A qué esperas para vivirlo? Consulta nuestros vuelos aquí.

Imágenes de Bergen Tourist, Sverre Hjornevik, Bergen Reiselivstag, Teje Rakke y Dag Fosse

 

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Burdeos en 7 pasos

Burdeos puede jactarse de haber salido de un dulce sueño, que bien le valió el sobrenombre de la Bella Durmiente, para convertirse en la Perla de Aquitania. A continuación os damos las claves para disfrutar de lo que ha convertido a esta ciudad en un irresistible destino turístico.

1. Catar sus vinos

Para qué negarlo, el vino es el motor económico de la región, y el principal motivo por el que es conocido Burdeos en el mundo entero. Sin duda alguna, un viaje a esta ciudad es la excusa perfecta para adentrarse en su extensa carta de vinos. La Oficina de Turismo proporciona hasta 60 circuitos diferentes con los que conocer las bodegas que han posicionado esta región vinícola a nivel internacional. Eso sí, no es necesario salir de Burdeos para conocer sus vinos. Sólo hay que acercarse a alguno de sus bares y bistrós para encontrarlos. Aquí nuestras recomendaciones:

- El CIVB Le Bar a Vin, todo un clásico en la ciudad, que cuenta con una extensa carta de vinos de Burdeos.

- Para el que prefiera acompañar el vino de un buen queso, el Bistro du Fromager es la mejor opción.

- El que además de catar quiera aprovechar para llevarse alguna botella de recuerdo, entonces tiene que visitar La Conserverie Converserie.

- Y siempre se puede aprovechar para hacer un curso de cata de vinos en L’Ecole du Vin.

2. Dejarse deslumbrar por el espejo de agua más grande del mundo

La Place de la Bourse (plaza de la Bolsa), también conocida como la Place Royale (plaza Real) es sin duda alguna uno de los lugares más destacados de Burdeos. Fue construida entre 1730 y 1755 por Jacques Gabriel, Primer Arquitecto del rey Luis XV. Esta plaza supuso en su momento la apertura de la ciudad más allá de sus murallas medievales y el comienzo de su periodo de máximo esplendor. Tiene forma rectangular, con uno de sus lados abierto al río Garona, y en cuyo centro alberga la estatua de las Tres Gracias. Su principal atracción es Le Miroir d’Eau (el espejo de agua), uno de los mayores espejos de agua del mundo, con una superficie de 3.450 m2. El juego de reflejos resultante fascinante y muy fotogénico. Y si viajas con niños, tienen la diversión asegurada.

3. Disfrutar de su patrimonio

Burdeos es, tras París, la ciudad francesa con el mayor número de monumentos históricos protegidos. Ese es el caso de su puerto, conocido como el puerto de la Luna, que en 2007 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Éste debe su nombre a la forma que tiene de media luna o de croissant, debida a su ubicación en el meandro del río Garona. La mayor parte de las construcciones que conforman el puerto y sus alrededores son un reflejo de los ideales del Siglo de las Luces. No dudes en recorrer sus calles para disfrutar de tan singular belleza.

4. Dar un paseo en barco por el río Garona

El río Garona ha sido y es una pieza clave en el desarrollo de la ciudad, que durante el siglo XVIII le permitió contar con uno de los puertos más importantes de Europa. Una forma diferente de visitar Burdeos es tomando la perspectiva que el río ofrece. Para ello sólo tienes que acercarte al puerto de la Luna, y coger uno de sus cruceros. Entre las múltiples opciones que hay, recomendamos la que ofrece la posibilidad de catar vinos de la zona y picar algo, mientras se disfruta de las vistas.

5. Dejarse inspirar por su oferta museística

Los amantes del arte no deben perderse la visita al Museo de Bellas Artes, del que destaca su colección de pinturas holandesas. En el caso de que lo tuyo sean las últimas tendencias del arte, entonces debes acercarte al CAPC Musée d’Art Contemporain, situado en un antiguo almacén de productos coloniales. El Museo de Artes Decorativas, ubicado en el Hotel de Lalande, ofrece la oportunidad de conocer cómo era la vida de la burguesía del siglo XVIII XIX a través de sus objetos decorativos: muebles, esculturas, cerámicas, grabados, cerámicas, cuberterías y cristalerías.

6. Disfrutar de la naturaleza en alguno de sus parques

Burdeos cuenta con un buen número de parques donde tomar un respiro. El más destacado de todos es el Jardin Public (Jardín Público), situado en el corazón de la ciudad. Abierto en 1755, siguiendo la inspiración de Versalles, un siglo después sería rediseñado al estilo inglés. Cuenta con un carrusel antiguo que hará las delicias de los más pequeños.

7. Comer ostras en el mercado

Si tienes la posibilidad de viajar en fin de semana a Burdeos, entonces no dudes en acercarte por la mañana al Marche des Capucines. En este magnífico mercado, además de ver productos de primera calidad y de disfrutar de su buen ambiente, encontrarás paradas donde degustar ostras, marisco y pescado fresco.

Reserva aquí tu Vueling y comprueba por ti mismo todos los encantos que se esconden en Burdeos.

 

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de SuperCar-RoadTrip.fr, Yann Chauvel, Bistro du Fromager

 

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100 años de historia de Alemania sobre ruedas

A lo largo de este año el grupo BMW celebra su 100º aniversario. El Museo BMW, en Múnich conmemora este aniversario con una exposición temporal que presenta la historia de la empresa desde 1916 hasta la actualidad a través de 100 “obras maestras”. La excusa, esta vez, para visitar Múnich fue la inauguración de tan importante exposición. Nos sirvió para aprender sobre la historia de la emblemática marca, pero también sobre la historia de Alemania y sobre la evolución de la tecnología durante el último siglo.

El edificio

El museo se encuentra dentro un complejo futurista llamado BMW Welt, el cual está muy bien situado, cerca de la ciudad olímpica. El lugar no solo satisfará a los apasionados de los coches. Aquí encontrarás exposiciones que cambian regularmente, y temas relacionados con la tecnología, el diseño y la innovación. Diseñado por el estudio de arquitectos austriacos, Coop Himmelb(l)au, la construcción tardó cuatro años en realizarse. En principio tenía que inaugurarse con motivo de la fase final del Mundial de Alemania en 2006 pero no se llegó a tiempo y finalmente se abrieron sus puertas un año después. El edificio está muy vivo, ya que ofrece muchas posibilidades. Puede funcionar como mercado y centro de comunicaciones, pero también como lugar de encuentro para el intercambio de ideas.

Es una edificación moderna diseñada para ser experimentada con los cinco sentidos. Aquí la tecnología y el diseño, se pueden ver, oír y sentir. Entre otros contenidos cuenta con una exposición permanente de automóviles. Destaca también el Campus Junior, lugar donde a los niños se les enseña como entender la tecnología de una manera educativa y divertida.

El Museo

El Museo BMW se encuentra en un multi espacio en el que también se dan lugar las presentaciones de los nuevos modelos de automóviles de la marca. Dentro del museo, los puntos clave de BMW se agrupan en siete grandes áreas temáticas, ubicadas, cada una en su propio espacio, y presentando una estética diferenciada. Nos cuentan en el museo que la idea principal, a la hora de concebir el espacio museístico, fue la de usar la historia de la marca como excusa para expresar su carácter moderno y sofisticado, en el que la tecnología innovadora cuenta con un protagonismo principal y en el que los diseños buscan fascinar a primera vista. Pero no solo verás coches en la exposición, también se incluyen motocicletas y todo tipo de tecnología aplicada a los deportes de motor. Además, podrás ver la última invención a motor de la marca de Baviera

100 obras maestras

BMW celebra su 100º aniversario este mes. Y uno de sus actos de festejo principal será la exposición100 Masterpieces,una exposición temporal que presenta la historia de la compañía desde 1916 hasta la actualidad. Para este propósito, 100 obras han sido seleccionadas para servir de testimonio de una de las empresas más innovadoras del mundo. Se trata pues de un recorrido a través de diferentes épocas. Lo cierto es que la puesta en escena es espectacular.

Las obras se exhiben en un total de cinco plataformas dentro del edificio semiesférico, las cuales representan cinco periodos concretos, a través de los cuales se presenta la historia de la empresa. La muestra comienza, como no podía ser de otra manera, con la primera “masterpiece” de BMW: la fundación en 1916 de la Bayerische Motoren Werke (traducido como Fábricas Bávaras de Motores). A partir de ahí, el viaje a través del tiempo se realiza entre carteles de diferentes épocas, en los que se refleja una gran consonancia con las vanguardias artísticas de cada momento. La siguiente sección está dedicada a la plantilla de la empresa. De esta manera se le da el protagonismo que es debido a la legión de trabajadores que han aportado su granito de arena al monstruo alemán. En este apartado se tocan tangencialmente aspectos como la salud, la arquitectura, el internacionalismo, la producción, la cultura corporativa y la sostenibilidad. El recorrido es cronológico, y se nos van mostrando, poco a poco, logros de todo tipo; desde motocicletas (la increíble R35, la casi pionera R12, la impactante K1, la GS ganadora del Dakar… o la novedosa retro Nine-T) y automóviles (El último Serie 7, el mítico Z8 de James Bond, el MINI Cooper más icónico, el increíble Isetta que marcó una época, los futuristas i3 e i8) que han hecho historia en BMW, así como también los motores de aviación. Hay cabida para todo tipo de hitos legendarios en las carreras automovilísticas. Nos llamó mucho la atención la exposición de maquetas, películas y fotografías poco conocidas, así como varios bocetos de prototipos de fantasía. Lo cierto es que se trata de una expo que va más allá de complacer a los fanáticos de las cuatro ruedas. Se trata más bien de una lección de historia, estética, diseño y sociología presentada de una manera muy atractiva.

¿A qué esperas para descubrir lo que ha dado de si uno de los iconos del automovilismo internacional? Consulta nuestros vuelos aquí. La exposición estará abierta hasta el 30 de septiembre del 2017.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Germany Travel

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